Oportunidades en el mercado de bonos indexados a la inflación

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Oportunidades en el mercado de bonos indexados a la inflación
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Juan Cabanillas. Oportunidades en el mercado de bonos indexados a la inflación

El rebote de las materias primas, la debilidad del dólar y la fortaleza que sigue mostrando el crecimiento económico han vuelto a colocar el foco sobre la inflación en los mercados desarrollados y emergentes, con el consiguiente aumento generalizado de los rendimientos. Pero, ¿qué ha cambiado y qué mercados están beneficiándose?

Estados Unidos

Enero dejó un comienzo de año difícil en los mercados de renta fija. Los rendimientos de la deuda pública subieron de forma generalizada, con los bonos del Tesoro de Estados Unidos a la cabeza.

El mercado espera ahora que la Fed suba los tipos entre dos y tres veces en 2018. Aunque no se pueden desestimar nuevas subidas de los rendimientos, la dinámica de los activos de riesgo depende en cierta medida de unos rendimientos bajos. Eso limita lo que pueden subir los rendimientos antes de que veamos un contagio indeseado a los mercados de deuda corporativa y renta variable (que es lo que vimos a comienzos de febrero). Por lo tanto, creemos que lo adecuado es mantener una postura neutral en bonos del Tesoro de EE.UU.

A largo plazo, los riesgos siguen orientados al alza en la inflación estadounidense. La posible introducción de aranceles y la inversión en infraestructuras también podrían alimentar presiones alcistas en la inflación. Las tasas de inflación implícita a 10 años de EE.UU. ya no están baratas, dado que han ampliado más de 45 puntos básicos desde los mínimos de 2017. Hemos adoptado una postura neutral en los bonos indexados a la inflación de EE.UU., pero nos plantearíamos volver a elevar la exposición si se recuperan niveles inferiores al 2%.

Europa

El mensaje expansivo del BCE parece cada vez más amenazado por una economía de la zona euro que está registrando un crecimiento sólido y unas condiciones financieras laxas, aunque con pocas presiones inflacionistas.

Con el extremo corto asentado en -40 puntos básicos durante al menos otros doce meses, las reinversiones continuas del programa cuantitativo y un panorama de oferta favorable, seguimos siendo optimistas en duración europea.

Concretamente, la deuda de los países core y semi-core ofrece un carry y un roll-down atractivos, gracias a que las curvas son comparativamente más elevadas y deberían seguir siendo atractivas para los inversores europeos y extranjeros.

Reino Unido

En Reino Unido, la probabilidad de una subida de tipos en el primer semestre de 2018 ha aumentado, ya que la inflación se ha mantenido por encima del objetivo del Banco de Inglaterra y los datos del mercado laboral han sido buenos. El Banco de Inglaterra también podría subir los tipos de forma preventiva para tener munición de reserva en caso de que se produzca una crisis económica cuando el Brexit se haga efectivo. Aunque la deuda pública británica cuenta con un sólido apoyo estructural, está cara frente a otros mercados de deuda pública. Por lo tanto, la cautela está justificada.

Mercados emergentes

Después de descender durante dos años, la inflación de los mercados emergentes se prepara para subir en 2018, lo que crea oportunidades en el mercado de bonos indexados a la inflación de los países emergentes, donde los rendimientos reales son atractivos comparados con sus homólogos desarrollados.

Las positivas perspectivas en torno a la inflación de los mercados emergentes se apoyan en varios factores. Los precios de los alimentos, que tienen un peso elevado en la cesta del IPC de muchos de estos países, deberían rebotar tras la atonía de 2017. Del mismo modo, el encarecimiento de la energía y los metales básicos que hemos visto recientemente pronto comenzará a dejarse sentir en la inflación general. Además, el descenso de las brechas de producción y el sólido crecimiento de los mercados emergentes deberían tirar al alza de los salarios.

Por último, podríamos ver cómo las monedas de los países emergentes pierden terreno frente al dólar a medida que la Fed vaya endureciendo su política monetaria, lo que elevaría los precios de las importaciones. Las tasas de inflación implícita de Chile, Rusia y Brasil están en niveles atractivos. Nuestra forma favorita de expresar nuestra visión negativa sobre la beta de las divisas emergentes es infraponderar las monedas más expuestas a una desaceleración de China”.

Andrea Iannelli, es director de inversiones del área de renta fija de Fidelity International.

El impacto del primer año de Trump en la economía mexicana

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El impacto del primer año de Trump en la economía mexicana
Foto: Presidencia México. El impacto del primer año de Trump en la economía mexicana

Debido a las declaraciones que hizo Donald Trump a lo largo de su campaña, desde su triunfo en las votaciones y su ascenso al poder, se generó una perspectiva muy negativa para la economía mexicana.

A inicios de 2017, la mayoría de los analistas pronosticábamos un crecimiento muy bajo o inclusive nulo para la economía mexicana, con niveles de tipo de cambio por encima de los 20 pesos por dólar, se llegaba a hablar de 25 pesos por dólar.  El impacto negativo sobre el tipo de cambio se preveía por una cancelación del TLCAN, reducción en exportaciones, menor inversión extranjera, salida de capitales y reducción sustancial de las remesas porque se temía la instrumentación de un posible impuesto en Estados Unidos a dichas transacciones. Adicionalmente se preveía presiones en el mercado laboral y en educación por un regreso masivo de indocumentados de Estados Unidos.

Sin embargo, nada de los malos augurios se llegaron a materializar.  Durante 2017 el PIB de México creció 2,3%, nivel similar al del año inmediato anterior. El tipo de cambio apenas rozó los 22 pesos por dólar en enero y si lo medimos al cierre de 2017 contra el de 2016 se apreció 4,4% y si consideramos el promedio anual se depreció 1,1%, o sea que tuvo un comportamiento mucho más favorable de lo previsto.

En 2017 las exportaciones crecieron 9,5% cuando en 2016 disminuyeron 1,7%.  Se recibieron 28.700 millones de dólares, 6,6% más que el año anterior, debido en parte al adelanto de envíos de dinero por temor a la eventual imposición de restricciones. No se canceló el TLCAN, no se presentaron salidas masivas de capital ni reducción en la inversión extranjera directa.  Por esos motivos el tipo de cambio se comportó mucho mejor de lo esperado.

No se presentaron deportaciones masivas como se temía, de hecho, fueron inferiores a las registradas en años anteriores, aunque con mayor cobertura mediática.  No obstante, el temor de los residentes ilegales en Estados Unidos a ser deportados si se incrementó a lo largo del año.

La inflación, que fue de 6,77%, fue en lo único que no le fue bien a la economía mexicana.  Pero eso no se lo podemos achacar a Trump, fue consecuencia del ajuste de precios de los energéticos al inicio del año y a que la política monetaria no fue lo suficientemente restrictiva para eliminar dicho impacto.

A pesar de los temores, a México no le fue mal en el primer año de gobierno del Presidente Trump, pero eso se debe a que él no alcanzó a instrumentar ninguna de las medidas que había ofrecido en su campaña y que afectarían a México.  En otras palabras, los resultados favorables no se deben entender como una gran fortaleza de la economía mexicana, sino más bien que no se materializaron todos los riesgos que se preveían.  Dependiendo de que decisiones alcance a instrumentar Trump, este año si puede ser el que se ponga a prueba la fortaleza de la economía mexicana.

Columna de Francisco Padilla Catalán

El regreso de la volatilidad es un hecho esperado y saludable

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El regreso de la volatilidad es un hecho esperado y saludable
Pixabay CC0 Public DomainAinerkites. El regreso de la volatilidad es un hecho esperado y saludable

Los retornos de los mercados han sido sólidos durante bastante tiempo y esto ha sido así por buenos motivos. La economía global está mejorando y los tipos de interés han estado en mínimos históricos. Por su parte, los bancos centrales han estado alimentando al mercado para ayudarnos a salir de la crisis financiera global de 2008/09. Por tanto, hemos asistido a un escenario muy favorecedor para los precios de las acciones.

Nuestra filosofía se basa en centrarse en el largo plazo y por ello todavía nos sentimos cómodos con el escenario económico para los beneficios corporativos y creemos que hay en el mercado muchas oportunidades, lo que nos lleva a no estar preocupados en exceso por la corrección que hemos vivido. No hemos de olvidar que los mercados se comportan mejor en el largo plazo cuando experimentan alguna corrección de forma periódica.

Dicho de forma sencilla: no pueden crecer de forma indefinida y, en consecuencia, no nos sorprende lo que puedan hacer en el corto plazo. Es más, estábamos algo sorprendidos por lo rápido que estaban subiendo los mercados en enero. Parecían estar de-sincronizados con los fundamentales subyacentes y de aquí que no veamos sorpresa en la corrección. La magnitud de la caída se debió en parte al trading algorítmico, pero parece claro que la volatilidad está en una tendencia al alza y esta tendencia probablemente continuará durante algún tiempo.

Centrándonos en el tan comentado tema de la implicación de las subidas de interés en los mercados de renta variable, lo primero que hay que tener presente es que los tipos han estado creciendo de forma muy paulatina y esto ha hecho que los inversores adopten, acertadamente, una actitud de cierta cautela. A esto se suma que los niveles de desempleo en Estados Unidos han seguido cayendo y que el crecimiento económico está mejorando.

Esto podría significar que la inflación está en camino y que presumiblemente los tipos de interés deberán seguir al alza. Si esta subida se produjese de forma muy abrupta cabría preguntarse si las actuales valoraciones de la renta variable son apropiadas. En mi opinión esto requeriría un cambio muy significativo en los tipos y, hasta ahora, no lo hemos visto y tampoco está en nuestro escenario principal. Por tanto, como decíamos antes, el entorno económico sigue siendo positivo y las ventas a las que hemos asistido han reajustado el mercado. La volatilidad es un elemento inherente al mercado y que se produzca de forma contenida es saludable.

Otro aspecto que también ha estado en el centro de todos los análisis radica en el hecho de que las buenas noticias económicas no han sido bien asimiladas por el mercado, al menos en el corto plazo. Para responder a esta cuestión tomemos el caso del crecimiento de los salarios. Un moderado incremento salarial sería positivo para la economía americana. Sin embargo, como en cualquier otro aspecto, siempre quieres la cantidad correcta. Un crecimiento muy elevado pone nerviosos a los inversores debido a las presiones inflacionistas y si no es suficiente, dicho incremento no es capaz de cumplir con su cometido de permitir un aumento en la riqueza personal que pueda repercutir en un mayor consumo y acabe resultando en un mayor crecimiento económico.

Asimismo, con la aprobación de la reforma fiscal en diciembre, todo parece indicar que las compañías empezarán a invertir más en gastos de capital, lo que constituye el otro pilar que puede ayudar a impulsar el crecimiento económico. Por tanto, la pregunta clave es: ¿puede producirse este crecimiento sin que la economía y la inflación se “calienten” demasiado? Mi opinión es que sí puede, pero hemos de mantenernos alerta y monitorizarlo de cerca.

En resumen, lo que he aprendido a lo largo de mis 34 años de experiencia, con sus diferentes ciclos y picos de volatilidad es que nadie puede predecir el comportamiento del mercado en el corto plazo. Sin embargo, lo que podemos hacer es identificar buenas compañías que pensamos que van a crecer y que, por tanto, serán empresas mayores y mejores dentro de diez años.

Si tuviera que quedarme con una sola, la lección más importante que he aprendido durante este tiempo es que resulta crucial contener las emociones. No es fácil hacerlo ni en los mercados alcistas ni en los bajistas, pero estas emociones son el principal enemigo para crear riqueza a largo plazo. Por el contrario, basarse en los fundamentales, poner en práctica una adecuada asignación de activos y mantener una cartera equilibrada con un horizonte a largo plazo constituye siempre el mejor enfoque.

Tribuna de Tim Armour, presidente y CEO de Capital Group.

PineBridge sigue siendo constructivo en la renta variable

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PineBridge sigue siendo constructivo en la renta variable
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: MH Garment. PineBridge sigue siendo constructivo en la renta variable

Los años posteriores a la crisis financiera de 2008 fueron relativamente fáciles para los gerentes senior de las empresas. El valor de las compañías aumentó simplemente con la expansión del múltiplo aplicado a los beneficios anuales esperados, al tiempo que las primas de riesgo de la renta variable caían desde niveles muy altos como consecuencia de la inyección coordinada de liquidez de los bancos centrales del mundo.

Este impresionante aumento de los mercados durante un período prolongado desató un flujo de capital hacia los fondos que siguen el movimiento del impulso. Los activos en estrategias CTA, que generalmente siguen este movimiento, se estiman en unos 350.000 millones de dólares (US$350 bn), aunque solo una parte de los activos de los fondos CTA se invierte en acciones. Estas estimaciones aproximadas se complican aún más con el uso del apalancamiento. Los números detrás de la inversión en fondos administrados cuantitativamente pueden ser muy grandes: algunas estimaciones los sitúan en alrededor de 750.000 millones de dólares (US$750 bn).

Con tanto dinero invertido en estrategias momentum-tracking, la volatilidad del mercado bajó a niveles anormalmente bajos sobre una base histórica. La volatilidad esperada de las bolsas, medida por el índice VIX, registró un nuevo mínimo en 9,51% el 29 de septiembre de 2017 frente a la media del 19,5% desde 1990.

Pero el 5 de febrero de 2018, el VIX subió al 37,32%, su segunda subida más alta de los últimos cinco años, proporcionando un rudo despertar a los participantes del mercado que durante mucho tiempo han dormido en el entorno de baja volatilidad.

¿Por qué los mercados vuelven a los fundamentales?

El cambio en realidad comenzó en 2017, cuando los inversores en renta variable disfrutaron de un rendimiento bursátil cada vez mayor impulsado no solo el fenómeno la expansión del múltiplo, sino también por el aumento de los beneficios empresariales esperados de las empresas, que comenzó a mediados de año. De hecho, los mercados de renta variable disfrutaron de un aumento constante y espectacular durante todo 2017, con el índice MSCI ACWI repuntando un 21,5% el año pasado.

En opinión de PineBridge, la volatilidad de 2018 se debe principalmente a la incomodidad entre muchos inversores provocada por el aumento en el rendimiento de los bonos a 10 años de Estados Unidos por encima del 2,75%, algo que sucedió el 5 de febrero, y que se ha mantenido por encima de ese nivel desde entonces. Una reciente encuesta al sell-side de la industriareveló, por un abrumador consenso entre los inversores, que consideraban el aumento por encima del 2,75% como un resultado poco probable.

El aumento en la volatilidad significa que los jugadores que siguen la dirección de los mercados financieros tienen que cubrir su exposición a la volatilidad mediante el uso de derivados. A medida que aumenta la volatilidad, deben vender el activo subyacente, en este caso las acciones, para permanecer cubiertos. En un mercado de bolsas a la baja, esto genera una mayor presión bajista hasta que las valoraciones fundamentales se vuelvan convincentes de forma general en todos los índices.

Aunque no se disponen de cifras precisas, varios informes del sell-sideestiman que la necesidad de nuevas coberturas durante la caída de las bolsas en Estados Unidos se situó en un rango de entre 50.000 millones de dólares (US$50 bn) y 100.000 millones de dólares (US$100 bn). El rango es amplio porque la fuente de venta proviene de una amplia variedad de estrategias expuestas a la volatilidad, como CTA, annuities, paridad de riesgo, hedge fundse incluso ETFs propiedad de inversores minoristas.

Esta presión técnica de venta es una cantidad manejable en el contexto de los mercados de renta variable de Estados Unidos que tuvieron un volumen diario promedio de 150.000 millones de dólares (US$150 bn) en los últimos 100 días de negociación. El efecto de reducción de riesgo no se ha contenido en Estados Unidos, dado que está relacionado con las principales bolsas a través del aumento general de la volatilidad de la renta variable.

Seguimos siendo constructivos en renta variable

Mientras la venta técnica permanezca contenida en las cantidades citadas y no tenga un impacto real en el mundo económico, creemos que las primas de riesgo de capital implícitas derivadas del flujo de efectivo descontado son atractivas y superan fácilmente el 8% para EE. UU., Europa y Japón y más del 11% para MSCI Emerging Markets.

En lo que respecta a la política monetaria, durante mucho tiempo hemos creído que el ciclo de tasas ha pasado su punto más bajo. Suponiendo que la normalización por parte de los bancos centrales sea gradual, somos agnósticos en lo que respecta al momento y el número de alzas de tipos.

Pero a medida que los bancos centrales comienzan el largo proceso de retirar su apoyo extraordinario, el centro de atención se está desplazando hacia los fundamentales. A partir de ahora, esperamos que la rentabilidad de las acciones esté determinado más por la capacidad de las empresas para crecer y ser competitivas. Un cambio que es bienvenido, en nuestra opinión.

Anik Sen es responsable global de Renta Variable de PineBridge Investments.

Desechos plásticos: una preocupación creciente para los gobiernos de todo el mundo

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Desechos plásticos: una preocupación creciente para los gobiernos de todo el mundo
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Remek Trzaska . Desechos plásticos: una preocupación creciente para los gobiernos de todo el mundo

Un reciente documental de la BBC «Blue Planet II» de Sir David Attenborough no solo proporcionó vistas submarinas y las maravillas de la diversidad de la vida marina generalmente oculta, sino que también resaltó serios problemas ecológicos, en el que probablemente los desperdicios de plástico es uno de los más impactantes porque estrangula los océanos, daña la vida e incluso encuentra su camino para colarse en la cadena alimenticia.

Este mapa mundial muestra cada país (192) sombreado de acuerdo a la masa estimada de desechos de plásticos mal gestionadps [millones de toneladas métricas (TM)] generados en 2010 por poblaciones que viven a menos de 50 km de la costa. Los países no incluidos en el estudio están sombreados de blanco.

En diciembre de 2017, los 193 países de las Naciones Unidas firmaron una resolución para eliminar la contaminación del plástico oceánico. Si bien no se establecieron objetivos específicos, lo que decepcionó a algunos observadores, se espera que esto impulse acciones futuras.

Históricamente, China ha importado desechos de otras naciones, que luego ha eliminado o reciclado. Sin embargo, desde el comienzo de este año, China ha implementado regulaciones más estrictas con respecto a lo que aceptará, llegando incluso a prohibir los desechos plásticos. Esto plantea desafíos para las empresas que anteriormente exportaban residuos de plástico a China para su procesamiento, y creará nuevas oportunidades para los recicladores locales.

En particular, Estados Unidos se ha visto muy afectado por esta nueva ley, mientras que el gobierno del Reino Unido está preocupado por la cantidad de plástico utilizado en el país. Una cantidad que no cumplirá con los objetivos de la UE de reciclar al menos el 50% de los residuos domésticos para 2020.

Razones para ser positivo

En 2016, California fue el primer estado de EE.UU. en prohibir las bolsas de plástico. Otros condados y municipios como Austin, Cambridge o Seattle, han impuesto un recargo que va entre los 5 y los 10 centavos. Es  cierto que esta misma prohibición se propuso en la ciudad de Nueva York y no se aprobó, pero la ley de reciclaje de bolsas de plástico del estado exige que los grandes minoristas devuelvan todo tipo de bolsas de plástico que ofrecen a los clientes para su reciclaje, incluidas bolsas de plástico de un solo uso.

En 2015, el gobierno del Reino Unido introdujo un impuesto de 5 peniques sobre todas las bolsas de plástico de un solo uso, lo que ha provocado una reducción del 80% en su uso, demostrando que el público está dispuesto a cambiar sus hábitos. En enero de este año, anunció que como parte de una nueva estrategia de medio ambiente, Reino Unido intentará erradicar todos los desechos de plástico evitables para el año 2042. En 2016, Francia aprobó una ley que prohibirá los utensilios de plástico para 2020.

En todo el mundo, el tema de las «microperlas» ha acaparado los titulares. Estos gránulos de plástico de 1 milímetro de tamaño o más pequeños se incluyen en muchos productos cosméticos y de limpieza. Su uso ahora enfrenta una regulación estricta o una prohibición absoluta en muchos países y en varios estados de Estados Unidos.

Desechos plásticos: oportunidades para los inversores                                                                                                             

  • Se requieren urgentemente cambios en la forma en que las economías manejan el plástico, dando lugar a nuevas oportunidades para los inversores, que incluyen:
  • Servicios de reciclaje: Inglaterra está siguiendo el ejemplo escocés de desarrollo de un esquema de depósito que permita el reciclaje más fácil de botellas de bebidas plásticas. Las empresas que brindan servicios de recolección u otras soluciones, como máquinas expendedoras inversas, se beneficiarán de esto.
  • Procesos de reciclado: una de las compañías de nuestra cartera ha sido pionera en el reciclaje de botellas de plástico en Francia, desarrollando plantas que convierten el tereftalato de polietileno (PET) en envases para alimentos, y confiamos en que veremos más innovación. Por ejemplo, el plástico transparente tiene más valor que el plástico de color.
  • La innovación en el envasado: los embalajes renovables biodegradables o basados en fibra que reemplazan el envasado de alimentos de plástico y de un solo uso, va en aumento y es un tema importante en todas las carteras de Impax.

A medida que la transición hacia una economía que genere menos residuos se acelere, es natural que uno de los contaminantes más visibles y duraderos atraiga la atención del público. Impax ha estado invirtiendo en las oportunidades que surgen de esta transición durante casi dos décadas.

Impax Asset Management, especialista en inversiones socialmente responsables es socio de BNP Paribas AM.

¿Siguen siendo atractivas las acciones europeas?

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¿Siguen siendo atractivas las acciones europeas?
Foto: Pxhere CC0. ¿Siguen siendo atractivas las acciones europeas?

Nuestra perspectiva sobre las acciones europeas para 2018 sigue siendo constructiva. Mientras que 2017 presentó algunos retos políticos en la región, los mercados de valores fueron resistentes y lograron ganancias decentes para el año. Además, el fortalecimiento del euro proporcionó un impulso adicional para los inversores internacionales. Fue la creciente evidencia de una recuperación de las economías europeas y, por lo tanto, de las ganancias corporativas, el factor crucial para esto.

Continuamos creyendo que las industrias se consolidan y racionalizan para proporcionar un mayor impulso. La sostenibilidad de esta recuperación es clave con respecto a las perspectivas. Por lo tanto, apuntamos a varios factores para nuestro optimismo. En primer lugar, los bancos no han ayudado significativamente en la recuperación hasta el momento, con los consumidores y las empresas aún desapalancando en muchas economías europeas. Con el acuerdo definitivo del marco de Basilea 4 finalmente acordado, tal vez ahora los bancos tengan la capacidad de decidir mejor los usos de su capital acumulado, ya sea mediante el crecimiento de los préstamos o los pagos a los accionistas. En términos más generales, los balances corporativos se mantienen saludables y esperamos continúen beneficiándose de la actividad de fusiones y adquisiciones.

El Brexit sigue siendo un riesgo principal, pero claramente visible, de modo que las empresas pueden planificar y los inversores pueden posicionarse en consecuencia. La expectativa actual es que cualquier acuerdo incluirá un período de transición de dos años, de tal manera que el impacto económico total del Brexit se ha retrasado aún más.

Durante el año pasado, nuestra exposición a las acciones del Reino Unido se redujo debido a fusiones y adquisiciones de empresas en las que los riesgos, ya sea relacionados con el Brexit o la recesión, estaban sobredescontados. Continuamos buscando esas oportunidades en caso de que surja un aumento en la volatilidad sobre las preocupaciones del Brexit.

Seguiremos abordando los riesgos de Brexit para la cartera de dos maneras: Al comprender la exposición al comercio transfronterizo en los sectores más directamente afectados, como la industria aeroespacial, autos, servicios financieros y farmacéuticos, y al supervisar la exposición de la cartera total a la economía del Reino Unido (actualmente, y sobre una base de ingresos, es inferior a la del índice de referencia, ya que la mayoría de nuestras acciones en la lista son multinacionales).

Las valoraciones aún no reflejan una recuperación completa de los beneficios corporativos con las bolsas de valores europeas en general al mismo nivel que los picos anteriores, mientras que otros mercados han superado con creces sus máximos históricos. Los mercados bursátiles europeos generalmente están en línea con su rendimiento promedio de dividendos y el múltiplo P/E, y ahora se encuentran con un pequeño descuento en el P/E ajustado cíclicamente, en un momento en que otras regiones principales están operando con una prima frente al histórico. La normalización gradual de la política monetaria en Europa y en el mundo probablemente alivie las distorsiones de valoración que hemos visto en algunas partes del mercado.

Continuamos descubriendo buenas ideas de inversión, a través de nuestro proceso 4FactorTM, en sectores e incluso en países donde se evidencia la recuperación, pero el alcance de la recuperación a niveles normalizados aún puede ser significativo. Dada la crisis en la región durante 2011/12 y que la flexibilización cuantitativa en Europa comenzó apenas en 2015, en comparación con los EE.UU., que empezaron en 2009, podemos comenzar a comprender cuán prolongada y gradual ha sido la recuperación hasta el momento».

Columna de Investec por Ken Hsia

¿Son exageradas las preocupaciones sobre el incremento de los salarios en Estados Unidos?

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¿Son exageradas las preocupaciones sobre el incremento de los salarios en Estados Unidos?
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Kelly Schott. ¿Son exageradas las preocupaciones sobre el incremento de los salarios en Estados Unidos?

Parece claro que el informe de empleo publicado el Día de la Marmota sirvió, a los que vigilan los datos de cerca, como recordatorio del ciclo del tiempo de la epónima película de 1992. El informe de enero del Departamento de Estadísticas laborales de los EE.UU., publicado el 2 de febrero, era muy parecido al anterior y a muchos otros antes de éste, un testimonio del camino consistente de mejora en el mercado laboral americano.

Los datos de enero mostraban que el empleo generado estaba dentro del objetivo para el mes con un aumento de nóminas no agrícolas de 200.000, sólo un poco más alto que la media de los últimos 12 meses. Como la generación de empleo ha continuado excediendo la cantidad necesaria para mantener la tasa de paro estable, deberíamos esperar que se publique muy pronto una caída de la misma a niveles por debajo del 4%.

No hubo «distorsiones» industriales notables en enero, así que el número de nóminas se puede considerar bastante «limpio». Y como el empleo sólo necesita subir en 80.000 por mes para absorber nuevos entrantes en la fuerza laboral, la pauta reciente de generación de empleo es consistente con una caída en la tasa de paro en el medio plazo.

Crecimiento salarial

La principal preocupación de los mercados sobre las cifras de empleo de enero no fue tanto el número de empleos nuevos generado sino la pauta de crecimiento salarial y las implicaciones que eso tiene para la inflación. Las ganancias medias por hora trabajada (Average hourly earnings o AHE por sus siglas en inglés) subieron un 0,3% en el mes, mientras que el dato de diciembre de 2017 se revisó del 0,3% al 0,4%. Eso hizo que el incremento de AHE se fuera al 2,9% interanual, un 0,3% por encima de la media de los últimos tres años.

Aunque la cifra general de AHE causó intranquilidad en los mercados financieros, fuertes caídas en las bolsas americanas y una subida de la rentabilidad de los bonos del Tesoro, una mirada más detenida a los datos de compensación de los trabajadores sugiere que las preocupaciones de los inversores podrían ser exageradas.

Eventos no recurrentes

Es decir, el incremento para obreros y trabajadores no supervisores de enero fue sólo de un 0,1%, implicando que buena parte del 0,3% de incremento para todos los trabajadores, fue en forma de bonuses y otros pagos puntuales. Como estos son acontecimientos no recurrentes, no son, a nuestra manera de ver, inflacionistas. De hecho, el 0,1% de incremento mensual para los obreros en el mes de Enero elevó la tasa de aumento interanual al 2,4%, justo en línea con la media de los últimos tres años.

Por lo demás, la caída del número medio de horas trabajadas a la semana desde 34,5 en diciembre 2017 a 34,3 en enero, significa que el incremento en las ganancias nominales por hora fue más que compensado por la caída en las horas trabajadas, llevando probablemente a una caída en los salarios nominales agregados y la renta salarial de enero.

En resumen, las implicaciones para la renta del informe de empleo de enero, son en realidad negativas para el gasto del consumidor en el corto plazo, y no implican una mayor presión en los costes laborales.

Giulio Martini es socio y director de Asignación Estratégica de Activos de Lord Abbett.

Volatilidad en 2018: Esto es solo el comienzo

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Volatilidad en 2018: Esto es solo el comienzo
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Thomas Leuthard. Volatilidad en 2018: Esto es solo el comienzo

El índice S&P 500 no experimentó durante el 2017 una corrección de más del 3% y estaba claro que este nivel de estabilidad no es natural para una clase de acciones que se encuentra en la parte inferior de la estructura del capital corporativo, la cual recoge los flujos de efectivo residuales para bien o para mal.

Por eso, las fuertes turbulencias vistas la semana pasada eran previsibles y existen varios catalizadores que prometen volver a agitar el mercado en los próximos trimestres.

Reforma fiscal

Hace más de dos años que escribimos acerca de la probabilidad de una reforma  fiscal corporativa y del beneficio potencial tanto para la economía como para los precios de las acciones. Ahora que se aprobó el proyecto de ley, una pregunta importante es la siguiente: ¿Cuánto del beneficio derivado de los recortes fiscales está ya teniendo incidencia y reflejándose en el precio de los títulos valores?

Aunque la mayoría de las estimaciones de ganancias y análisis ascendentes oficiales de las compañías, así como las estimaciones consensuadas de ganancias comienzan el 2018 sin tener en cuenta explícitamente el beneficio por las menores tasas de impuestos, creemos que los precios de las acciones han tenido en cuenta en gran medida unos impuestos más bajos a nivel agregado del mercado.

No creemos que el mercado haya estudiado en profundidad los posibles ganadores y perdedores y tenido en cuenta las posibles presiones competitivas para compartir parte del beneficio fiscal con los trabajadores y los clientes.

Esto puede conducir a una dispersión más amplia de los retornos a nivel de sectores y de acciones.

MiFID II

El 3 de enero de 2018 entraron en vigor nuevas y amplias reglamentaciones que afectan los mercados de capital. Dichas reglamentaciones, conocidas como MiFID II, abarcan una amplia gama de temas, pero el que recibe la mayor atención es la separación de las comisiones por transacciones financieras, separando el costo de la investigación del costo de realizar una transacción.

Aunque las MiFID II son un conjunto de reglas europeas, es probable que el impacto se sienta a nivel mundial.

En primer lugar, significará una mayor presión a la baja sobre los pagos por investigación externa de corretaje. Esto, a su vez, conducirá a una reducción en la calidad y los niveles de cobertura, en particular de las empresas de pequeña capitalización, lo cual es una tendencia que ya está en marcha. Esperamos que la eficiencia de los precios del mercado sufra y que la volatilidad aumente; ambos representan factores positivos para los gerentes activos.

Una pregunta común es, ¿cuál es el mayor riesgo en el mercado en este momento? El problema es que cualquier factor de riesgo que fácilmente viene a la mente, ya se puede ver reflejado en el precio de las acciones. Los riesgos de mayor impacto son aquellos que no tienen aún un precio asignado.

Un riesgo que se alejó de la mente de los inversores durante la segunda mitad de 2017 fue la posibilidad de un mayor proteccionismo a nivel comercial. Después de la reforma fiscal, dicho riesgo está a punto de retornar como uno de los temas de amplia discusión en los mercados durante la primera mitad de 2018.

Hay una serie de decisiones sobre comercio que el presidente Trump puede tomar unilateralmente. Unas políticas consecuentes combinadas con respuestas probables de parte de los gobiernos extranjeros tendrían implicaciones para el dólar estadounidense y las compañías multinacionales.

Conclusión

Los catalizadores potenciales mencionados anteriormente no conforman una lista exhaustiva. Otros eventos a monitorear incluyen: las acciones que tomen los bancos centrales, los desarrollos geopolíticos y las elecciones de mitad de período en los Estados Unidos.

Muchos inversores emplean el término “volatilidad” como un sustituto de la palabra riesgo. Es cierto que cuando los niveles medidos de la volatilidad implícita se disparan, tienden a coincidir con la caída de precios de las acciones.

Sin embargo, a finales de 2017 vimos el fenómeno de una volatilidad modestamente mayor junto con el aumento en el precio de las acciones. Por lo tanto, unos niveles de volatilidad moderadamente más altos no son necesariamente indicativos de acciones a la baja.

Eddie Perkin es director de Inversión de Capital y líder del equipo ‘value’ de Eaton Vance Management.

 

¿Es una corrección del mercado o algo más?

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¿Es una corrección del mercado o algo más?
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: lawepw. ¿Es una corrección del mercado o algo más?

Entre el máximo intradiario del 26 de enero y el mínimo intradiario del 6 de febrero, el S&P 500 registró un descenso de casi el 10%. Detrás de esta caída apareció la conjunción de tres factores: las preocupaciones de que la economía de EE.UU. esté sobreestimulada (con recortes de impuestos en el noveno año de una expansión económica), que la inflación finalmente pueda comenzar a materializarse (dado que las subidas de los salarios medios por horas han aumentado a su ritmo más fuerte desde enero de 2010) y que la Reserva Federal está detrás de la curva. Estas preocupaciones también llevaron a un aumento en el rendimiento del Tesoro a 10 años a 2,8%, desde 2,4% a comienzos de año.

El declive fue amplificado por factores técnicos en relación con un conjunto de estrategias de inversión basadas en la volatilidad. Estas estrategias tienen, en efecto, una volatilidad breve, ya sea vendiendo el índice VIX directamente o aumentando (disminuyendo) la exposición a renta variable en las caídas (subidas) en la volatilidad medida.

Cuando la volatilidad aumenta, obligan a los vendedores de volatilidad a recomprar los contratos de VIX que han vendido en corto o a vender acciones. El ‘desplome’ del 5 de febrero parece haber eliminado gran parte del componente minorista de este comercio (Credit Suisse, que gestiona el VelocityShares Daily Inverse VIX Short Term ETN, anunció que liquidaría el fondo ya que su valor indicativo había descendido en 80%), pero los componentes institucionales de las operaciones aún se encuentran en diversas etapas de desapalancamiento.

Temores exagerados

Lo que sucedió la semana pasada puede verse como saludable (especialmente después del inicio eufórico del año). Los mercados alcistas tienen una mayor probabilidad de continuar con días de inactividad en el medio. No hay dudas de que las valoraciones de capital son altas. Sin embargo, las condiciones siguen siendo favorables para las valoraciones de la renta variable.

La economía mundial se mantiene en buena forma (por ahora) y aunque los tipos de interés aumenten un poco, siguen siendo bajos. Desde BLI creemos que los temores de una rápida inflación salarial parecen exagerados (en enero, el aumento en las ganancias por hora promedio fue parcialmente compensado por la caída en las horas promedio semanales).

Actualmente se habla mucho de una mayor aceleración en el crecimiento de EE.UU. en base a las expectativas de que la reforma tributaria generará un mayor gasto en inversión por parte de las empresas y de que el plan de infraestructura del presidente Trump impulsará el gasto público, pero no se debe olvidar que las tasas de interés y una tasa de ahorro baja podrían lastrar el gasto del consumidor, que representa dos tercios del PIB.

Guy Wagner es director de inversiones y managing director de BLI- Banque de Luxembourg Investments.

Una corrección, no un probable punto de inflexión

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Una corrección, no un probable punto de inflexión
Pixabay CC0 Public DomainFoto: Lifeofbreath. Una corrección, no un probable punto de inflexión

Un número de factores parece haber contribuido en la caída de los mercados de renta variable que comenzó la semana pasada y tomó un impulso el declive movido por la volatilidad el lunes 5 de febrero. Mientras el desplome fue muy llamativo, la caída del 4,1% del lunes fue sólo la vigésima quinta mayor caída en la historia del índice S&P 500.   

Factores contribuyentes

A la hora de considerar porque el mercado realizó un retroceso tan abrupto, debemos comenzar por las valoraciones. En los últimos 12 a 18 meses, un repunte global sincronizado en el crecimiento económico, una baja inflación y unos bajos tipos de interés han servido de apoyo para las valoraciones de la renta variable, empujándolas más allá de su norma histórica. Las ganancias de los últimos 12 meses del S&P 500 en 2017 finalizaron en casi un 22x con respecto a su precio, superando significativamente el valor medio a 10 años de 15,7x alcanzado por el múltiplo. Las acciones han estado caras por un tiempo, mientras que los beneficios han sido robustos, los avances en los precios han más que mantenido el ritmo de avance.  

Dejando a un lado las elevadas valoraciones, una de las preocupaciones más acuciantes para los inversores en los últimos días ha sido un incremento de las señales de que las presiones inflacionarias comienzan a desarrollarse tras un período prolongado de aumentos muy modestos en los precios al consumidor. El informe de empleo estadounidense del viernes mostró un aumento en las ganancias promedio por hora del 2,9% anual, el mayor aumento desde los comienzos de la fase de recuperación tras la crisis financiera de 2009. Además, los componentes de los precios pagados del índice de gestión de compras (PMI o Purchasing Manager Index) elaborado por el Institute for Supply Management subieron también. El dato de la manufactura llegó a 72,7 en enero, mientras que la medida no manufacturera subió a 61,9, muy por encima de la línea de demarcación entre expansión y contracción. Entonces, con unos fuertes aumentos en ambos índices, junto con unos altos datos en las órdenes nuevas y en los pedidos atrasados de cada serie, los inversores temen cada vez más que se produzcan cuellos de botella económicos, lo que podría generar unos precios más altos y una potencial sobrerreacción de la Reserva Federal de Estados Unidos.

Como consecuencia, las rentabilidades de los bonos han aumentado en los últimos meses, con una subida acelerada desde el comienzo del año. Con un rendimiento alrededor de un 2,40% a comienzos de enero, el rédito del bono del Tesoro americano a 10 años alcanzó un 2,89% la mañana del 7 de febrero. Sin embargo, una aceleración de las pérdidas en renta variable disparó una salida hacia la calidad que provocó que el rendimiento regresará al 2,70%. Con los rendimientos habiendo estado tan bajo por tanto tiempo, los bonos están repentinamente generando algo de competencia a la renta variable en estos niveles de mayores rendimientos.  

Otra importante contribución a la rápida caída es un alza en la volatilidad del mercado. El índice de volatilidad del Chicago Board Options Exchange, el VIX, promedió en un 11,2% en los últimos 12 meses, un nivel anormalmente bajo. Conforme la renta variable ha ganado terreno durante el pasado año, se han generado posiciones en corto con respecto a la volatilidad muy grandes en los mercados, principalmente en las estrategias con objetivos de volatilidad empleadas por los inversores institucionales y los productos negociados apalancados dirigidos al inversor individual. Una vez las acciones revirtieron, el VIX subió hasta un 39% el 5 de febrero y alcanzando un 50% el 6 de febrero, lo que llevo a aquellos que estaban cortos en volatilidad a tener que cubrir sus posiciones vendiendo acciones en el índice subyacente S&P 500. Esto probablemente exacerbó la caída del mercado.

Un factor final que ha podido incrementar los nervios del mercado es la llegada del nuevo presidente de la Reserva Federal y de varios de los nuevos gobernadores y presidentes regionales de la reserva. La mayoría de los nuevos cargos nombrados son percibidos como más agresivos o hawkish que aquellos a los que reemplazaron. Pocos creen que la Reserva Federal será capaz de realizar importantes cambios en materia de política próximamente, pero dejando esto al margen, el nuevo Comité de Operaciones de Mercado Abierto (FOMC) se percibe como potencialmente probable a subir tasas más rápido que los votantes del año anterior.

Unos sólidos fundamentales

El retroceso en los últimos días se acerca a una corrección, o a una caída del 10% desde el pico más recientemente alcanzado por el mercado. Hasta ahora, estamos bastante lejos de un mercado bajista, que se define por una caída del 20% desde el máximo de 52 semanas. Sin embargo, es importante tener en cuenta que no todos los mercados bajistas llevan a recesiones. En la era posterior a la Segunda Guerra Mundial, donde hubo nueve mercados bajistas que no desencadenaron posteriormente una recesión. En otros ocho mercados bajistas, éstos fueron seguidos de una recesión justo después. Por lo que los mercados a la baja tienen un registro decididamente mixto a la hora de predecir las recesiones económicas. Dada la amplia, y en muchos casos acelerante, fuerza de la economía global, parece poco probable que la reciente caída en precios esté señalando a una inminente recesión.

Las condiciones no parecen darse para una caída prolongada del mercado. Los balances financieros corporativos siguen sólidos, mientras que los beneficios del cuarto trimestre del año han superado las expectativas. Además, los mercados de crédito no están señalando que se haya dado un giro mayor en el apetito por el riesgo. Los diferenciales de la deuda se han ampliado, pero sólo de forma marginal, desde sus niveles históricos más comprimidos. Los últimos incrementos en rendimientos en bonos por debajo del grado de inversión se han visto más impulsados por el aumento de las tasas del Tesoro que por una creciente preocupación por el crédito. Esto es una fuente de comodidad para los inversores de renta variable.     

En mi opinión, la caída del mercado es una oportunidad para los inversores para reorganizar sus carteras y tal vez incrementar su exposición a renta variable. Históricamente, las subidas repentinas en volatilidad han representado oportunidades de compra. Según datos recogidos por Credit Suisse, cuando el índice VIX se mueve en más de un 20%, los retornos del S&P 500 en los siguientes 3 meses obtienen una media de 6,4%. Cuando el VIX se mueve en más de un 25%, los rendimientos de los siguientes 3 meses obtienen de media un 6,9%.  

Conclusión

Las caídas del mercado como la que acabamos de presenciar son dramáticas, pero pueden proporcionar oportunidades. Estas oportunidades son aparentes siempre que los mercados no estén señalando el riesgo de una inminente recesión. Los indicadores de una próxima recesión han aumentado, pero no de una forma alarmante. Los diferenciales del crédito y las órdenes adelantadas no están apuntando una recesión, pero las señales de la dinámica de un ciclo tardío han aumentado.  

Los inversores deberían ser pacientes y prepararse para añadir modestamente riesgo, especialmente en renta variable. En resumen, será importante mantener un balance cauto con una pronunciada inclinación hacia empresas con un patrón sostenible y probado de generación de flujos de caja y margen de flujo de caja.

El ciclo se encuentra en su noveno año y la última recesión ha sido olvidada por muchos, incluyendo gran parte de Wall Street. Pero la siguiente recesión no parece estar acechando. Por lo que hay una oportunidad en este invierno de extender las posiciones en acciones. Pero, recuerden que el momento final de un ciclo es el momento de centrarse en la preservación de capital, sin sacar hasta el último centavo del mercado.

Columna de James Swanson, estratega jefe de MFS Investment Management