Ventajas de una estrategia centrada en la calidad de dividendos e ingresos sostenibles en el entorno empresarial actual

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Ventajas de una estrategia centrada en la calidad de dividendos e ingresos sostenibles en el entorno empresarial actual
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Aun con la bolsa estadounidense en máximos históricos, el entorno macro sigue siendo desafiante por el incremento de las tensiones comerciales y la disminución de rendimientos de los bonos. Seguimos confiando en el mercado estadounidense, aunque creemos que el inversor se beneficiaría de posturas más defensivas, como una estrategia de dividendos centrada en la calidad. En este contexto, el SPDR S&P U.S. Dividend Aristocrats UCITS ETF selecciona empresas de calidad y diversificadas que pagan dividendos sostenibles de forma periódica, combinando el crecimiento y la rentabilidad de estos con una reducción del ‘drawdown’ de la cartera.

Dividend Aristocrats

Dadas las políticas monetarias y fiscales favorables estadounidenses y la previsión de una inflación moderada, en su escenario base para 2019, State Street Global Advisors sigue favoreciendo renta variable estadounidense. Al mismo tiempo, recomienda prudencia con respecto a la volatilidad, pues se espera que haya un crecimiento ralentizado (aunque positivo) al final del ciclo económico.

Hasta finales de julio, la renta variable estadounidense había subido un 20%. Este rendimiento ha superado al de la renta variable de otros mercados desarrollados. El índice MSCI World, por ejemplo, creció solamente un 18% durante el mismo periodo. Especialmente Japón y los principales mercados manufactureros europeos (Alemania y Francia) se han visto afectados por un entorno comercial cada vez más complejo.

Seguimos confiando en el mercado estadounidense, ya que el consumo continúa sólido y la inflación estable. Sin embargo, no podemos ignorar las crecientes preocupaciones que se reflejan en los actuales indicadores del sentimiento inversor y que conllevan tres grandes riesgos para el precio de la renta variable estadounidense:

1. Si no se resuelve el conflicto comercial entre EE.UU. y China, el sector manufacturero mundial podría sufrir aún más perturbaciones. 

2. Un incremento de los aranceles entre China y EE.UU. podría llevar a una caída significativa del consumo estadounidense.

3. Si la Reserva Federal no consigue aplicar recortes de tipos adicionales, que ya están descontados en el rendimiento de los bonos, EE.UU. podría entrar en recesión. 

La creciente inquietud entre los inversores podría justificar una asignación de activos más defensiva. De hecho, el entorno adverso en el sector manufacturero, que hemos comentado anteriormente, ya ha afectado al sentimiento inversor. Aunque el índice S&P 500 cotizó en niveles máximos en julio, observamos un descenso continuado de la confianza empresarial y del inversor desde 2018 (gráfico 1).

Confianza empresarial

 

La incertidumbre por el conflicto comercial preocupa 

El posible agravamiento del conflicto comercial entre EE.UU. y China ha cambiado ya la previsión de los factores fundamentales para el sector manufacturero. En la actualidad, el índice de gestores de compras (PMI) de IHS Markit para el sector manufacturero estadounidense, que alcanzó su pico en abril de 2018, está sufriendo su caída más grave desde agosto de 2014. La última caída de este sector duró 21 meses desde su pico hasta tocar fondo, antes de que se iniciara su recuperación a mediados de 2016.

En ese periodo, observamos un contraste interesante entre el comportamiento del índice S&P High Yield Dividend Aristocrats (SPHYDA) y del S&P 500 (SPX). En los primeros 15 meses, conforme se iban deteriorando los datos, el SPHYDA mostró un rendimiento ligeramente superior al del SPX con un rango más o menos volátil. Durante los últimos seis meses del descenso del sector manufacturero, cuando los datos llegaron a niveles cercanos a una contracción potencial, el rendimiento relativo del SPHYDA se disparó de forma significativa. Durante los dos trimestres finales de la caída del PMI, el SPHYDA recuperó cerca del 11 % del exceso de rendimiento en comparación con el SPX.

Comparativa

Como podemos ver el gráfico 2, llevamos 15 meses de descenso del sector, desde que China impusieran aranceles a los productos de importación estadounidenses, como represalia a los aranceles que el gobierno de Trump, a su vez, estableció sobre el acero y aluminio chinos. Es razonable, por tanto, que el inversor tema que el sector manufacturero pueda estar entrando en el primer periodo de contracción desde la crisis financiera global, según las mediciones de los PMIs. 

La última ronda arancelaria, que se anunció en agosto, amenaza con afectar directamente al consumidor estadounidense, principal fuente del crecimiento económico continuado. Las previsiones para el sector manufacturero estadounidense, cada vez más negativas, junto con un potencial debilitamiento del consumo en los EE. UU., podrían llevar al inversor a buscar posiciones más defensivas en la renta variable estadounidense. El índice S&P High Yield Dividend Aristocrats ha obtenido un rendimiento histórico superior al del S&P 500 (gráfico 3), debido, principalmente, al rendimiento por encima de la media en mercados a la baja.

El inversor, preocupado por que los factores adversos del sector manufacturero y del consumo en EE.UU. puedan afectar pronto a los precios de la renta variable, podría adoptar una estrategia centrada en la calidad y los ingresos, como la que ofrece la exposición de Dividend Aristocrats.

Rendimiento acumulado

 

Tribuna de Ryan Reardon, estratega senior de Smart Beta en SPDR ETFs

 

Para obtener información adicional acerca de la gama de estrategias defensivas de SPDR ETF consulte spdrs.com:  https://www.spdrs.com/investment-ideas/smart-beta-etfs?WT.mc_id=dis_sb_div-ari_es_fs_adv_Oct19

 

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El valor de los valores de renta variable puede fluctuar como consecuencia de las actividades de una determinada empresa o de las condiciones generales del mercado y la economía.

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Estas son las cuestiones que me quitan el sueño por las noches

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Foto: Thong Vo
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Thong Vo. Foto: Thong Vo

En la actualidad, unos 15 billones de dólares en activos de renta fija tienen tasas de interés negativas. Las curvas de rendimiento se han invertido. Los volúmenes del comercio mundial se han vuelto negativos. La producción se está contrayendo a nivel mundial. Casi 20 bancos centrales han recortado tasas en este año. Estos son síntomas que han sido ignorados que indican que los mercados y la economía están desequilibradas.  

Desde una mala asignación de recursos a hasta un colapso del mercado

En las últimas dos décadas, los inversores han tenido que soportar dos caídas muy dolorosas: la resaca por una mala asignación de capital a las empresas tecnológicas de finales de la década de 1990 y una sobreinversión sustancial en bienes inmuebles y productos financieros apalancados a mitad de la década de los 2000. En ambos casos, una recesión acompañó a las dramáticas caídas del mercado.  

En la actualidad, podríamos encontrarnos en medio de otra nueva burbuja. En lugar de tener una sobreinversión en una tecnología o industria específica, como suele ser típico, ha habido un cambio fundamental, y miope, en la forma en las que las empresas se gestionan a sí mismas. Las prácticas que alguna vez fueron la base de la gestión corporativa, como la investigación y el desarrollo y la inversión en capital ha sido suplantados por un reparto de los beneficios a corto plazo, dando a los inversores lo que quieren ahora, a expensas del valor en el largo plazo.   

¿Por qué este giro?

La intervención en los mercados de capitales por parte de los bancos centrales tras la crisis financiera, que supera a los 10 billones de dólares, provocó que se diera una mala asignación en los recursos. El programa de flexibilización cuantitativa ha empujado a los inversores a tomar más riesgo del previsto, como estaba previsto. La esperanza radicaba en que el capital llegaría a las manos de los productores que invertirían en trabajo, producción y actividades económicas, pero no funcionó de esa manera.

Los equipos de gestión, con estructuras de compensación alineadas con el rendimiento del precio de las acciones a corto plazo, acortaron su enfoque de años a meses, obsesionados con el incremento del apetito del inversor por obtener rentas y rendimientos del capital. Como resultado, los balances se apalancaron, los dividendos aumentaron y las fusiones y adquisiciones y las recompras de acciones se dispararon. Las políticas de retorno del capital prevalecieron sobre la inversión empresarial a largo plazo, contribuyendo a una productividad por debajo del promedio y un crecimiento económico más lento, aunque los márgenes corporativos alcanzaron máximos históricos. En esencia, el mercado construyó una mansión, pero con una base muy endeble.  

Un viento de cola que se desvanece

¿Cómo deberíamos enfocar los riesgos que ha creado el comportamiento corporativo de la pasada década? Considere esta cuestión: a raíz de la burbuja tecnológica, los beneficios por acción cayeron en más de un 30% mientras que durante la crisis financiera global cayeron en más de un 55%. En una era de baja inversión en las funciones comerciales centrales, ¿cómo serán las ganancias cuando disminuyan los márgenes artificiales de la magia financiera?

Las finanzas no son ciencia. No se puede realizar una prueba inversa sobre las tasas de interés negativa o realizar nuevas iteraciones de flexibilización cuantitativa. Por los que, si bien no tenemos visibilidad sobre cómo se desarrollará la situación per se, la cuestión en la que en MFS IM creemos cierta sobre los mercados financieros es que las empresas con un enfocadas en sus fundamentales con estrategias a largo plazo suelen ganar al final. En mi opinión, siempre acaba triangulándose de vuelta en los fundamentales.  

Algo se encuentra fuera de equilibrio

En resumen, los síntomas del mercado nos están comunicando algo. En mi opinión, es simplemente que las empresas con un apalancamiento descomunal y productos fácilmente reemplazables serán las más expuestas en el caso de una caída del mercado, mientras las empresas cuyos productos o servicios son únicos y se centran en el largo plazo pueden hacerlo bien, gracias a la sostenibilidad de sus flujos de caja. La diferenciación entre estos dos tipos de empresas es el valor que la gestión activa pone sobre la mesa.  

 

Tribuna de opinión de Robert M. Almeida, gestor de carteras y estratega global de inversiones de MFS Investment Management.

¿Cuándo un coche deja de ser un coche?

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BNY MELLON recurso
Pixabay CC0 Public Domain. ¿Cuándo un coche deja de ser un coche?: pregunta clave para los inversores en un momento en el que se enfrentan a los desafíos del nuevo entorno de innovación digital

No hace tanto tiempo, un coche era una máquina relativamente sencilla: un motor de combustión interna conectado a un tren de potencia, a su vez conectado a un bastidor, cuatro asientos, un poco de electrónica, un volante y un tubo de escape. Hoy en día, sin embargo, el humilde automóvil se ha convertido en algo mucho más sofisticado.

Los fabricantes de coches se han dado cuenta y perciben cada vez más sus productos no solo como un medio de transporte sino como auténticas plataformas de datos capaces de ofrecer conectividad instantánea a sus pasajeros y, más importante aún, de recopilar gran cantidad de datos personales que pueden ser guardados, catalogados, analizados y, finalmente, monetizados.

Esta transformación se hace patente en los numerosos acuerdos de colaboración que se están dando entre fabricantes de coches, gigantes tecnológicos, empresas de software, organismos de investigación, proveedores de telecomunicaciones y compañías de seguros.

Esta conexión entre el sector automovilístico y el big data es solo un ejemplo de lo que está por venir. Las empresas tecnológicas no quieren construir coches en el sentido tradicional de la palabra: quieren transformar cómo se construyen y cómo se utilizan. No obstante, aún está por ver si esa relación con los fabricantes será una relación simbiótica o no.

Este cambio no solo concierne al sector automovilístico. La misma situación –sectores de industria tradicional que están mutando gracias a la innovación tecnológica– se repite una y otra vez en diversos nichos sectoriales que, en su día, fueron muy estables. Por ejemplo, ¿Amazon es un comercio minorista o un proveedor de servicios en la nube? ¿Google es una empresa tecnológica o de servicios públicos? ¿Facebook una agencia de noticias, una red social o un proveedor de criptodivisas?

No son preguntas retóricas. La revisión de la clasificación industrial GICS (Global Industry Classification Standard) llevada a cabo por S&P Global y MSCI en septiembre de 2018 tuvo importantes consecuencias en la cotización de las empresas que hasta entonces se habían considerado tecnológicas. El cambio de nomenclatura, que las reclasificó en un nuevo sector llamado Servicios de comunicación se llevó por delante el 23% del valor de mercado de Apple, por ejemplo.

Según explica Amin Rajan, autor de un informe encargado por BNY Mellon Investment Management que analiza la relación entre el auge de la inteligencia artificial y el comportamiento de los inversores3, la revisión de GICS llegó tarde pero era necesaria. Pone como ejemplo a Walmart, que ya vende en línea casi tanto como Apple. Netflix ha invertido 13.000 millones de dólares en producir contenidos propios en 2019.

Y, sin embargo, las valoraciones de mercado siguen dependiendo de la clasificación sectorial hasta un punto que dejaría con la boca abierta a Benjamin Dodds, padre de la inversión value. Si tanto Netflix como Walt Disney utilizan tecnología para contar historias, ¿por qué la primera cotiza a 88 veces sus beneficios y la segunda a tan solo 15 veces? Esta situación supone un reto para los inversores: ¿cómo deberían reaccionar ante esta cambiante taxonomía sectorial? 

En este sentido, Rajan ya descató los resultados del informe Future 2024, en el que se les preguntó a los inversores cómo están protegiendo sus activos de los cambios futuros:  En vez de buscar nuevas metodologías para comprender los difusos límites sectoriales, la gente con la que hablé está siendo bastante pragmática. Han analizado los riesgos idiosincrásicos de todos los activos que gestionan activamente para asegurarse de que, ante todo, sean seleccionados por su valor intrínseco –las ventajas competitivas o moats, en palabras de Warren Buffet– y presenten un gran poder de fijación de precios, una sólida posición de mercado, buenas marcas y elevados flujos de caja libre. 

Volver a lo básico se ha convertido en el nuevo mantra: “Conozca lo que compra y compre lo que conoce”.

Tribuna de George Saffaye, estratega de inversión global en Mellon, parte de BNY Mellon Investment Management.

Lecciones de la crisis en el mercado estadounidense de repos

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Lecciones de la crisis en el mercado estadounidense de repos
Pixabay CC0 Public Domain. Lecciones de la crisis en el mercado estadounidense de repos

El brusco aumento de los tipos de interés en el mercado estadounidense de repos no debería haber sorprendido a la Fed. Aunque los factores a corto plazo tuvieron algo que ver, es necesario abordar los errores a largo plazo.

¿Qué ocurrió?

Los pasados 16 y 17 de septiembre, los tipos de interés del mercado de repos con garantías genéricas se dispararon hasta el 10%, cuando deberían comerciarse más cerca del 1,8%, la tasa a la que la Fed paga a los bancos su exceso de reservas. Debido a este fallo en el mercado de repos, la tasa de interés efectiva de fondos federales (EFFR) se salió del rango de la Fed (entonces 2%-2,25%, ahora 1,75%-2%). El banco central se apresuró a intervenir, inyectando cerca de 200.000 millones de dólares al sistema. ¿Por qué ocurrió esto? ¿Fue solo un error técnico? Lo dudamos.

Para empezar, ya se habían producido eventos similares en los últimos años, pero la diferencia es que, en aquellas ocasiones, la subida era insignificante en relación al total de transacciones de repos. Esta vez, la tasa de financiación garantizada diaria (Secured Overnight Financing Rate, SOFR), que mide el coste medio de las transacciones de repos, también aumentó significativamente, lo que llevó a la Fed a intervenir.

Mercado de repos

 

El episodio trajo malos recuerdos de la última crisis financiera global. Los participantes del mercado se preguntaron por qué los bancos con grandes reservas rechazaron prestarse dinero entre sí a una tasa del 10%, cuando solo iban a recibir un 1,8% de la Fed. Sin embargo, no creemos que este incidente muestre falta de confianza entre los bancos, ya que las repos a un día tienen como garantía la deuda soberana estadounidense, por lo que es el préstamo más seguro que se puede hacer.

¿Por qué subieron los tipos ahora?

Varias causas a corto plazo parecen haber sido los disparadores más inmediatos. El pago del Impuesto de Sociedades y las subastas del Tesoro drenaron entre 100.000 y 150.000 millones de dólares del mercado. A posteriori, es más fácil asegurar que la Fed debería haber estado mejor preparada. Antes de la gran crisis financiera de 2008, era común su intervención en este mercado.

En nuestra opinión, algunas transformaciones a largo plazo pueden haber contribuido a estos problemas. Una de las más obvias tiene que ver con los efectos secundarios de más de una década de políticas monetarias poco convencionales que llevaron a que el balance de la Fed creciera primero y se redujera después. Con su programa de normalización, el banco central contrajo su balance, lo que resultó en un descenso de las reservas de los bancos. Esa reducción podría explicar parcialmente por qué con el alza de los tipos del mercado de repos en septiembre las inyecciones de liquidez de la Fed no encontraron inmediatamente el camino hasta las instituciones que necesitaban financiación a corto plazo.

Aunque en términos absolutos el exceso de reservas sigue siendo alto desde una perspectiva histórica, han estado cayendo desde 2014 y permanecen concentradas en unos pocos bancos: cuatro tienen la mayoría del excedente de reservas bancarias.

Además, desde 2008, la Fed paga intereses por el excedente de reservas, limitando el incentivo para que los bancos centrales presten dinero. También han tenido que ver otros cambios más recientes como las bajadas de impuestos y el aumento del gasto de la actual administración estadounidense, lo que ha llevado a un aumento de las necesidades de financiación del Tesoro.

Pero el principal factor podría haber sido el “tapering” de la Fed, iniciado en 2014, con el que empezó a reducir las compras de bonos, por lo que, entre octubre de 2017 y julio de 2019, su balance se ha ido contrayendo. Credit Suisse apunta que esta medida ha absorbido 400.000 millones de dólares del sistema hasta ahora, a lo que hay que sumar otras formas de tapering, incluida la que resultó de la inversión de la curva de rendimiento. La curva invertida desincentiva a los operadores de carry que tratan de ganar margen pidiendo préstamos a corto plazo para comprar deuda soberana (es decir, prestando largo plazo).

Todas estas transformaciones han llevado a una extraña pérdida de control por parte de la Fed. Como consecuencia de las dislocaciones en el mercado de repos, la tasa de interés de fondos federales ha abandonado el pasillo de la Fed.

Mercado de repos 2

 

En conclusión

Pese a que el incidente de septiembre se solucionó rápidamente, está claro que hay que actuar. El episodio sirve para demostrar que tanto la Fed como los mercados todavía están aprendiendo cómo afrontar los desafíos desconocidos, como consecuencia de una década de políticas monetarias no convencionales.

Muchos participantes del mercado consideran que la mejor forma de resolverlo es que la Fed incremente rápidamente su balance (y, por ende, la liquidez del mercado) a través de más compras del Tesoro. Las estimaciones varían desde los 500.000 millones de dólares hasta los 2 billones. Expertos de la Fed hablaban de 250.000 millones. Puede que esto sirviese.

Sin embargo, aquellos participantes del mercado que esperan más innovaciones en la política monetaria deberían tener cuidado con lo que desean: cualquier medida agresiva podría tener efectos secundarios imprevistos y potencialmente negativos.

Tribuna de Johannes Mueller, director de análisis macroeconómico en DWS

 

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Factoring en Brasil: una atractiva oportunidad de inversión

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agustin Diaz Rio de Janeiro Unsplash_0
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Agustín Díaz. Foto: Agustín Díaz

Brasil, el mayor país de América Latina, está lleno de contrastes. No sólo es conocido por sus hermosas playas, su selva amazónica, la samba y su pasión por el fútbol, sino también por pobreza y desigualdad social la cual es visible al mundo a través de sus famosas favelas.

Durante mucho tiempo, la economía brasileña se ha beneficiado de una gran demanda por sus abundantes recursos naturales como lo son la soja, el petróleo y el hierro, tanto de China como a nivel mundial. El auge presenciado en las materias primas condujo a un fuerte crecimiento económico en el país. De hecho, desde el año 2000 al 2012, Brasil fue una de las economías más dinámicas en el mundo presentando un crecimiento promedio anual del 5% en su PIB. No obstante, durante el 2013 la economía comenzó a desacelerarse y para finales del 2014 el país entra en la que sería la recesión más larga y profunda de su historia, impulsada principalmente por una desaceleración económica en China la cual causó una fuerte caída en los precios de las materias primas. Esta recesión duró hasta el 2016 y durante este periodo la economía brasileña se contrajo en más de un 7%.

El proceso de recuperación ha sido desesperadamente lento, las incertidumbres políticas, los escándalos de corrupción y los shocks externos (crisis en Argentina, guerra comercial global) han sido catalizadores para la lenta recuperación. A pesar de esto, el actual presidente, Jair Bolsonaro, ha impulsado una ambiciosa agenda de reformas que debería mejorar el crecimiento estructural. Más importante aún, todavía hay mucha sobrecapacidad en la economía, lo que ha ayudado a mantener los niveles de inflación bajo control. Adicionalmente, la tasa del banco central ha bajado de 14,25% en 2016 a 5,5%, y es probable que veamos recortes adicionales en el futuro. Las tasas estructuralmente bajas y las reformas económicas deberían mejorar la competitividad del país y estimular el crecimiento económico.

Actualmente los inversionistas pueden acceder a Brasil a través de su mercado de valores, el Bovespa. Sin embargo, invertir en acciones brasileñas ha demostrado ser un viaje bastante volátil con grandes altibajos. además, podemos encontrar una alta exposición a grandes empresas con influencias políticas, como Petrobras, Itaú, Unibanco, Bradesco, AmBev y Vale.  

No obstante, hay una forma mucho más conservadora de invertir, a través de fondos respaldados por cuentas por cobrar llamados Fundo de Investimento em Direitos Creditórios (FIDCs). Los FIDCs son fondos mutuos de inversión cuya actividad principal es la compra de facturas. Estas ofrecen rendimientos relativamente altos y enormes beneficios de diversificación. Brasil es un ejemplo fantástico de la deficiencia del sector bancario tradicional con una concentración de casi el 80% entre los cuatro principales bancos.

Estos bancos tienden a centrarse en hipotecas y préstamos a largo plazo para grandes empresas dejando desatendidas a las pequeñas y medianas empresas las cuales a menudo tienen dificultades para acceder a las fuentes tradicionales de financiamiento. Los diferenciales de crédito de los bancos son mucho más grandes que en cualquier otro país importante y si bien las tasas de interés han bajado, los bancos en algunos casos siguen prestando a tasas superiores al 30%.

El factoring como fuente alternativa de financiamiento, puede proporcionar el capital de trabajo necesario que las empresas necesitan. Este es un tipo de financiamiento que proviene principalmente de la venta de las cuentas por cobrar de una empresa a un banco o a una firma que se dedica al factoring. Es importante mencionar que debido a la falta de préstamos proporcionados por la banca tradicional las autoridades brasileñas han implementado una regulación bastante favorable para los inversionistas de la industria del factoring.

Los FIDCs están totalmente regulados y supervisados por la comisión de valores (CVM).  El concepto se introdujo por primera vez en 2001, pero desde entonces, la transparencia y la redención de cuentas han mejorado significativamente. Hoy en día, los FIDCs deben cumplir con una serie de normas con la finalidad de garantizar una sólida gobernabilidad permitiendo controles independientes realizados a través de administradores de fondos regulados, auditores independientes, gestoras registradas, custodios, etc., los cuales proporcionan un alto nivel de transparencia y responsabilidad. 

Brasil, hoy en día es probablemente el país con los estándares más altos en términos de regulación de la industria del factoring. Se podría decir que es un verdadero paraíso de factoring y definitivamente un aspecto positivo que se añadirá a la lista de contrastes.

El sólido marco regulatorio que protege el interés de los inversionistas pavimento el camino para grandes entradas de capital que ayudaron a satisfacer la fuerte demanda de las empresas. Actualmente, hay alrededor de 800 FIDCs con un tamaño total de activos de alrededor de 120.000 millones de reales brasileños (alrededor de 30.000 millones de dólares).  

Los inversionistas tienen muchas ventajas si invierten en FIDCs en comparación con bonos corporativos o acciones, por ejemplo. En primer lugar, las carteras de créditos suelen contener créditos de un grupo diverso de deudores, lo que significa que hay mucha menos concentración en comparación con las carteras tradicionales de bonos corporativos o acciones.

En segundo lugar, los inversores se enfrentan principalmente al riesgo crediticio del comprador (deudor), que tiende a ser una empresa bastante grande y consolidada, típicamente multinacionales, las cuales tienen un riesgo crediticio mucho menor. Además, el riesgo crediticio de los deudores puede estar asegurado contra impagos a costos relativamente bajos.

En tercer lugar, los FIDCs también pueden obtener garantías de los proveedores, como pueden ser garantías inmobiliarias y personales de los ejecutivos principales (En el raro caso de que el comprador no pague la factura al factor). Esto da un fuerte incentivo para que los proveedores recompren los créditos. Por lo tanto, las tasas de impago esperadas están por debajo del 2% y las tasas de pérdida esperadas (después de la renegociación y recuperación) son inferiores al 1% en la industria brasileña de factoring.

Curiosamente, durante la profunda recesión de 2015-2016, la cual ha sido una excelente prueba de estrés para el sector, las tasas de pérdida se mantuvieron por debajo de 1% demostrando la gran resiliencia de la industria factoring brasileña.

Por último, pero no menos importante, el rendimiento esperado para los inversionistas internacionales es bastante atractivo. Incluso si deducimos los costos de cobertura (que han bajado mucho gracias a tasas más baja) y cualquier otro costo relacionado con la emisión, gestión y administración, los rendimientos netos para los inversionistas en dólares deben estar en el rango del 8-10%.

 

Columna de opinión de Pascal Rohner, CIO de Katch Investment Group

El banquero privado, un perfil tradicional en un sector que empieza a modernizarse

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CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Peloman. cartera

A pesar de que la figura del banquero privado en nuestro país ha evolucionado paulatinamente, la banca privada sigue siendo un entorno bastante tradicional, clásico y conservador. Estamos ante un sector que, en los últimos años, no ha crecido de manera exponencial con la entrada de potenciales nuevos clientes. Por este motivo, la captación de banqueros de la competencia ha pasado a ser una estrategia comercial de peso. La cartera de clientes que se mueven por fidelidad allá donde vaya la persona en cuya confianza han depositado su capital es un valor seguro para provocar el crecimiento sostenido de las entidades financieras.

De hecho, en el último año ha habido muchos movimientos de profesionales de una entidad a otra debido a la falta de entrada de grandes capitales. Igualmente, ha habido un intenso trabajo por parte de todos los ejecutivos en lo que se refiere al proceso de digitalización y modernización, si bien el éxito o no de estas áreas depende mucho de la evolución de los mercados, las guerras comerciales, los aranceles, el Brexit… una serie de incertidumbres que, sin ninguna duda, afectan al sector.

Por otro lado, hay que destacar que, poco a poco, el sector asegurador se ha ido introduciendo en la gestión de patrimonios de una manera más profesionalizada. Esta y otras razones hacen que el negocio de banca privada desde hace unos años ya no sea algo propio y exclusivo de los grandes bancos nacionales e internacionales, sino que han entrado en acción otros actores que van buscando su hueco en el mercado.

Sin embargo, a pesar de todo ello, del esfuerzo por la modernización y la digitalización, el sector de la banca privada y, en concreto, el perfil del banquero privado, sigue manteniendo tintes tradicionales y el banquero privado continúa viviendo en un entorno bastante clásico. Además, hay que destacar que este perfil está muy determinado por el tipo de cliente, es decir, la tipología de perfiles de banqueros depende del patrimonio de sus clientes. En este sentido, hay que señalar que en lo que se refiere a la gestión de grandes patrimonios, se sigue manteniendo el perfil de banquero senior con mucha experiencia y con una imagen relativamente tradicional.

Sobre la formación de este tipo de perfiles, en la parte técnica, hablamos de profesionales con un alto nivel de formación, titulaciones superiores con posgrado o formación en productos financieros y de asesoramiento. Asimismo, hay que destacar que este tipo de labor profesional requiere también de otras habilidades, sobre todo, la orientación al cliente y al resultado, capacidad de escucha, habilidades de comunicación y proactividad, ya que es necesario que el banquero sea capaz de generar su propia cartera de clientes.

En cuanto a cómo evolucionará este perfil en unos años, aunque no variará radicalmente, sí tendrá que adaptarse a una posición mucho más 360; perfiles que sean capaces de desarrollar negocio, pero que también puedan prestar mayor asesoramiento desde el punto de vista técnico. Asimismo, estamos avanzando hacia un trabajo cada vez más especializado por tipo de cliente.

Es inevitable que, en este contexto económico, sometido a los avatares de la innovación, la tecnología y las circunstancias políticas y sociales, el perfil del banquero privado deba adaptarse a los cambios; la resiliencia sigue siendo indispensable para la supervivencia.

Tribuna de Jaime Cristobalena, Partner de Page Executive

‘Performance fee’: una alineación de intereses

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Performance fee: una alineación de intereses
Pixabay CC0 Public Domain. Performance fee

A raíz de la reciente implantación de la directiva MiFID II, a la hora de invertir en fondos, los inversores han empezado a poner el foco tanto en el lado de los ingresos (seleccionando aquel fondo/gestor que consideran mejor) como en el lado de los gastos (viendo qué fondos, de aquellos que parecen más atractivos, son menos costosos). Los gestores activos esperamos que no olviden la primera parte.

No vamos a aburrirles con un detalle pormenorizado de los costes que generalmente asume un fondo, pero, a modo de resumen, podemos indicarles que, como en la mayoría de compañías, los fondos asumen dos tipos de costes: fijos (principalmente auditorías y regulatorios) y variables (aquellos que dependen del patrimonio del fondo y que son la mayoría). A estas alturas, la mayor parte de los inversores están familiarizados con conceptos como la comisión de gestión, los gastos por intermediación o, más recientemente, los derivados del servicio del análisis financiero.

En buena parte de los fondos de gestión activa, unida a la comisión de gestión suele aparecer una sobre resultados o performance fee que las gestoras cobran cuando se producen resultados en los fondos. Su filosofía es clara: si usted gana, el equipo gestor también, pero el cómo se calcula esta comisión ofrece una importante información en cuanto al grado de alineación de intereses entre gestores e inversores.

La fórmula de cálculo más usual es un porcentaje sobre el rendimiento obtenido ese año, por encima de la marca de agua. De esta forma está asegurado que el fondo no paga dos veces por el mismo rendimiento. Pongamos un ejemplo:

Performance fee 1

Si la comisión de resultados fuera de un 10% de la ganancia obtenida en el año, el equipo gestor cobraría un 1% (10% de comisión sobre 10% de resultados, asumiendo que el 11% es antes de comisiones), que se carga sobre todo el patrimonio del fondo.

Pero, ¿qué ocurre cuando el fondo en el que hemos invertido tiene un índice de referencia? Utilicemos el mismo ejemplo anterior, pero añadiendo el rendimiento obtenido por el mercado (benchmark):

Performance fee 2

En este caso, si bien el fondo ha obtenido un rendimiento positivo (10%), cargaría la comisión de resultados a pesar de que realmente su gestión no haya sido exitosa (no lo hizo mejor que su índice de referencia, que subió un 15%), que a fin de cuentas es la razón por la que usted invirtió con ese gestor activo.

En Fidentiis Gestión, nuestro enfoque siempre ha sido el cliente. Por ello, tras un exhaustivo análisis, decidimos cambiar la forma de cálculo de la comisión sobre resultados para nuestros fondos de renta variable cuyo objetivo es batir a un índice de referencia. De tal manera que la comisión sobre resultados únicamente se genera en aquellos casos en los que, teniendo el fondo un rendimiento positivo, genere al inversor un exceso de rentabilidad (outperformance) sobre su índice de referencia.

Además, con el objetivo de no hacer pagar dos veces a nuestros inversores por lo mismo, guardamos un histórico del outperformance del fondo sobre su benchmark de tal manera que solamente cuando nuestra gestión le recompense con un verdadero exceso de rentabilidad, cobramos por ello. La siguiente tabla ilustra perfectamente nuestro sistema:

Performance fee 3

Como pueden ver, en el año 1 el exceso de rentabilidad sobre el índice de referencia es de un 5%, lo que implicaría el cargo de la comisión sobre dicho porcentaje. En el año 2, no batiríamos al índice por lo que no se cobraría (a pesar de que el inversor obtendría un rendimiento positivo). En el año 3, únicamente se generaría comisión por la mitad del exceso de rentabilidad sobre el índice (el primer 5% ya se cobró en el año 0) y, por último, en el año 4, solo por un 14% del outperformance (el restante 10% se cobró en los años 1 y 3).

Creemos que este sistema es la mejor manera de alinear nuestros intereses a los suyos, siendo únicamente remunerados cuando nuestra gestión así lo merezca.

Tribuna de Ricardo Seixas, CEO de Fidentiis Gestión SGIIC, y Kais Shehebar, responsable senior de gestión de riesgos en la misma entidad

Cómo optimizar tu cartera de inversión en un contexto de desaceleración

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Foto: Linnaea Mallette CC0. Egade

En los últimos días, se han encendido todas las alarmas ante el riesgo de recesión de algunas de las principales economías del mundo (Alemania, Reino Unido, Italia, Brasil y México). La desaceleración afecta a varias regiones del mundo y puede llegar generalizarse, agravando la desconfianza de los inversores y la inestabilidad de los mercados financieros provocada por la guerra comercial entre EE.UU. y China y otros factores de incertidumbre. Los inversores han trasladado parte de sus carteras de inversión a activos considerados refugio, como los bonos soberanos; la desconfianza de los inversores se encuentra en mínimos históricos de los últimos años.

Gestionar tu cartera de inversión cuando se avecina un final de ciclo económico puede ser peliagudo. Si bien hay expertos que recomiendan reequilibrar la distribución de tus activos, comprar bonos del tesoro, enfocarte en materias primas, productos básicos o inversión inmobiliaria, lo realmente importante es aprender a gestionar el riesgo. 

En el actual contexto de incertidumbre y condiciones de mercado adversas, evaluar la optimización del desempeño de las carteras de inversión, así como el riesgo de liquidez es esencial, como explico en el capítulo “Theoretical and practical foundations of liquidity-adjusted value-at-risk (LVaR): optimization algorithms for portfolio selection and management”, el cual está incluido en el libro Expert Systems in Finance. Smart Financial Applications in Big Data Environments (Routledge, Taylor & Francis Group, 2019), publicado recientemente.

La noción de “optimización de portafolio” fue introducida por primera vez en 1952 por Markowitz para referirse a encontrar la óptima cartera de inversión en cuanto a la distribución de riesgos y rendimientos para un periodo determinado. Sin embargo, este enfoque tiene sus limitaciones, ya que los portafolios optimizados no suelen tener un desempeño tan bueno en la práctica como en la teoría.

Así, en los últimos tiempos, se ha popularizado el uso de nuevas técnicas y modelos de algoritmos de Valor en Riesgo (Value at Risk – VaR), sobre todo a partir de la crisis financiera global de 2007 y 2009. Si bien las metodologías para medir el riesgo de mercado están bastante estandarizadas, el riesgo de liquidez no ha captado tanta atención por parte de los académicos. Sin embargo, evaluar este tipo de riesgo es de vital importancia en mercados emergentes como los latinoamericanos, caracterizados por ser más líquidos que los mercados desarrollados.

Medir y predecir el riesgo de liquidez es complejo, ya que depende de muchos factores interconectados. Por ello, he desarrollado un algoritmo de optimización para mejorar el proceso de distribución de activos en carteras de múltiples activos combinando modelos sólidos de LVaR (Liquidity Value-At-Risk) con sistemas expertos y avanzados en técnicas de modelaje. Mediante este algoritmo de modelaje se obtienen mejores resultados que con los métodos de Markowitz, siendo una herramienta de selección y gestión de carteras más sólida y con aplicaciones en el mundo real tanto para fondos de inversión, gestores de riesgo e instituciones financieras como para reguladores y legisladores de economías desarrolladas y emergentes, sobre todo tras la última crisis financiera de 2007-2009.

Estos algoritmos de optimización y aplicaciones financieras inteligentes tienen el potencial de producir perfiles realistas de riesgo-rendimiento y mejorar con ello la comprensión que se tiene sobre los riesgos implícitos y armar mejores carteras de inversión de múltiples activos. Pero también, puede ser de utilidad para las gestoras de activos al enfatizar una distribución de activos más racional, teniendo en cuenta la última crisis de las subprime o hipotecas de alto riesgo.

Columna de Mazin A. M. Al Janabi, profesor de Finanzas y Economía de Negocios de EGADE Business School

Ocho CKDs vencerán en los próximos 12 meses

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Foto: PxHere CC0. Ocho CKDs vencerán en los próximos 12 meses

Si bien 10 años de existencia son muchos, la verdad es que los CKDs aún no se acercan a la adolescencia.  De los 135 CKDs y CERPIs que hay en circulación al 30 de septiembre, solamente 8 vencerán en los próximos 12 meses y un total de 28 en los próximos 5 años (21%).  Apenas en los próximos 10 años, tendremos los resultados de dos terceras partes de los CKDs que hay en circulación (67%).

CKds

Con estos números resulta difícil calificar el éxito o el fracaso de estos instrumentos y lo que vamos a ver en los próximos años de vencimientos solo nos darán un indicador aislado de los resultados de estas inversiones.

Lo que si es un hecho es que a nivel internacional la presencia del capital privado en los fondos de pensiones cada vez tiene un mayor peso en los portafolios de largo plazo ya que permite la diversificación en activos no correlacionados en el día a día de los mercados financieros.

De los 135 CKDs (110) y CERPIs (25) que hay, solo 18 reflejan Tasas Internas de Retorno (TIRs) entre 10 y 20% con datos al 30 de septiembre.  Las características de las inversiones que realizan estos instrumentos provocan que poco más de la mitad (70 de 135) presenten TIRs negativas y una tercera parte (47 de 135) observen TIRs positivas inferiores al 10%.

Los CKDs y los CERPIs en México han permitido a los inversionistas institucionales (fundamentalmente a las AFOREs), incursionar en el financiamiento de diversos proyectos de infraestructura, energía, bienes raíces, deuda mezanine, así como de capital privado entre otros.

Entre los CKDs y CERPIs hoy se tienen inversiones por 12.888 millones de dólares (a un tipo de cambio peso-dólar de 19,53 que es el promedio del septiembre) y se tienen compromisos o mejor dicho hay dinero por entregarle a los administradores de CKDs y CERPIs, por 10.753 millones de dólares (mdd) a través de 135 emisiones que hay en el mercado hasta la fecha.

Si bien el crecimiento de los CKDs es importante en 10 años, el de los CERPIs en casi dos años ha sido espectacular donde ya representan el 20% de los recursos que se canalizan a este tipo de inversiones, que equivale a 1.354 mdd y compromisos por 3.439 mdd adicionales.

Actualmente las inversiones que se hacen en CKDs y CERPIs en las AFOREs representa el 6,1% de los 194.284 mdd de los recursos que manejan para los 64,4 millones de trabajadores que están en una AFOREs.

La experiencia internacional nos dice que este monto debería de ser mucho mayor. En Europa, por ejemplo, el porcentaje que tienen los fondos de pensiones se acerca al 15%, mientras que en Norteamérica el porcentaje es del 34%. De Latinoamérica destacan con los mayores porcentajes Colombia, México y Perú.

Columna de Arturo Hanono

La transformación del dinero: cómo afectan las criptodivisas a la actividad de los bancos centrales

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La transformación del dinero: cómo afectan las criptodivisas a la actividad de los bancos centrales
Pixabay CC0 Public Domain. Cómo afectan las criptodivisas a la actividad de los bancos centrales

Con el tiempo, se ha producido una transformación constante en la forma en que se realizan las compras. Desde el punto de vista del consumidor, el dinero en efectivo se vio reemplazado por cheques, luego por tarjetas de crédito, más tarde con herramientas de internet como PayPal y, recientemente, por pagos sin contacto y aplicaciones fintech como Monzo o Revolut. ¿Cómo se comportarán las divisas digitales como Libra o JPM Coin en este entorno?

Hay que plantearse dos cuestiones fundamentales: ¿quién respalda el nuevo dinero? y ¿cómo se regulará o supervisará? Uno de los beneficios, pero también uno de los inconvenientes, de las monedas digitales ha sido la falta de regulación, que atrae a algunas personas. Sin embargo, ¿a quién se puede recurrir si te piratean tu monedero digital?

Los banqueros centrales se han percatado rápidamente de estas cuestiones. El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, ha advertido a Facebook de que debe abordar los asuntos sobre privacidad, blanqueo de dinero, financiación del terrorismo, protección del consumidor y estabilidad financiera. También han expresado preocupaciones similares el Banco de Inglaterra, el Banco de Francia y otros reguladores.

Existen dudas sobre si empresas como Facebook han sido capaces de llevar a cabo una tarea tan complicada, que, al fin y al cabo, debe basarse en la confianza. La reciente multa de 5.000 millones de dólares a Facebook por violación de la privacidad sugiere que al menos hay que hacer preguntas. Muchas grandes firmas de tecnología han demostrado que han jugado «rápido y a la ligera» con los datos.

Compradores, tengan cuidado

Supongamos que estas monedas digitales se vuelven muy populares. Un riesgo obvio para las economías y los mercados financieros sería que las criptodivisas y, por tanto, los depósitos bancarios y otros activos líquidos se introdujeran o se agotaran a gran escala.

El Comité de Política Financiera del Banco de Inglaterra evaluó los criptoactivos y llegó a la conclusión de que en la actualidad no suponen un riesgo para la estabilidad monetaria o financiera del Reino Unido. Sin embargo, advirtió de que en sus formas actuales muchos de ellos plantean riesgos para los inversores individuales y que cualquiera que los compre debería estar preparado para perder todo su dinero.

También puede ser útil distinguir entre formas de dinero público y privado. Las monedas digitales pueden aparecer en un formato basado en cuentas proporcionado por los bancos centrales. Un ejemplo obvio es Suecia, un país en el que los pagos sin efectivo se han generalizado mucho. El Banco Central ha anunciado que el próximo año se pondrá en marcha un proyecto piloto con e-krona. Podría ser una moneda digital vinculada a una cuenta en el banco central que cualquier ciudadano podría abrir.

Estos desarrollos generarían, al final, un efecto importante en la formulación de la política monetaria y, por ende, en los mercados financieros. En lugar de utilizar el sistema bancario para transmitir sus decisiones sobre los tipos de interés, el banco central podría operar de forma universal directamente con los hogares y las empresas. Dependiendo del formato de las cuentas, podría reforzar y acelerar materialmente los vínculos de transmisión para las decisiones políticas.

Un ejemplo sería abrir el camino a los tipos de interés negativos o a que los cambios en los tipos de interés oficiales se produzcan con mayor rapidez. Esto repercutiría más rápidamente, por lo tanto, en las valoraciones de cualquier cartera de activos que posea un hogar o una empresa. 

También hay que tener en cuenta los procesos de retroalimentación. Si las llamadas “monedas estables” como Libra se vinculan a una cesta de varias monedas y activos, cuando alcancen un tamaño significativo, los bancos centrales probablemente tendrían que empezar a pensar cómo afectarán a esta cesta sus decisiones.

Los objetivos oficiales pasarían del crecimiento y/o la inflación a las implicaciones para la estabilidad financiera de cualquier movimiento en estas monedas. No hace falta tener una gran imaginación para ver cómo se pondrían en marcha estos circuitos de retroalimentación si despegasen alternativas digitales al dinero convencional.

Existe un posible inconveniente para los ciudadanos de los países en los que los bancos centrales controlan las monedas digitales oficiales. A los bancos centrales les encantaría ser digitales, de modo que la imposición de tipos de interés negativos podría actuar como un impuesto sobre el ahorro. Desde un punto de vista cívico, el hecho de que cualquier Estado pueda tomar dinero directamente de las cuentas de un hogar es un paso significativo. ¡El papel moneda tiene ciertas ventajas!

Los objetivos del proyecto Libra son ambiciosos. El consorcio considera que «el movimiento global, abierto, instantáneo y de bajo coste de dinero creará inmensas oportunidades económicas y más comercio en todo el mundo». En la práctica, la regulación y la supervisión serán extremadamente importantes.

Cualesquiera que sean las perspectivas, la tecnología subyacente se está desplazando hacia las monedas digitales utilizando un formato de moneda estable. Esto podría tener implicaciones importantes para los mercados financieros debido a los cambios que provocan en la construcción de las carteras y, especialmente, en la transmisión de la política monetaria.

Tribuna de Andrew Milligan OBE, director de estrategia global de Aberdeen Standard Investments