Diez recomendaciones de inversión para el segundo semestre de 2020

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Pixabay CC0 Public Domain. Diez recomendaciones de inversión para el segundo semestre de 2020

Hace seis meses, los inversores buscaban signos de recesión, pero una pandemia mundial no estaba en su lista de posibles catalizadores. Ahora, mientras se logra contener las infecciones en muchos países, se está incrementando la capacidad y el equipamiento para manejar los nuevos brotes.

Las respuestas políticas sin precedentes para apoyar a las economías están allanando el camino para la reactivación. Esperamos una recuperación en forma de “raíz cuadrada”, con una renovación pronunciada de la actividad, seguida de una disminución, ya que algunos sectores como el ocio, la hostelería y el turismo requieren más tiempo para ponerse de nuevo en marcha. Hay un largo camino por recorrer, pero se espera que la mayoría de los países desarrollados, con la posible excepción de EE.UU, estén en la senda de la recuperación el tercer trimestre del año. Una vez pasado el impulso inicial, probablemente dichas economías vuelvan a un entorno de crecimiento lento y baja inflación, con una elevada deuda y tipos de interés bajos o negativos.

Para los inversores, el COVID-19 ha acelerado las tendencias económicas y sociales ya existentes. Asimismo, hay algunas tendencias estructurales que están cambiando profundamente el mundo y, como resultado, presentan oportunidades de inversión. En primer lugar, el Covid-19 subrayó nuestra ineludible dependencia de la tecnología y las preferencias de los consumidores, las cuales cambian rápidamente. El aumento del comercio online, el teletrabajo y las herramientas de educación han acelerado la digitalización. Por otra parte, los profundos cambios demográficos implican mayores exigencias en materia de atención sanitaria, y muchos países estaban poco preparados para la pandemia, lo que es muy probable que implique inversiones significativas en este sector. Además, el mundo se enfrenta a la urgente necesidad de descarbonizarse rápidamente. La presión de los consumidores, la regulación y las innovaciones están dando forma al panorama de las inversiones en la transición hacia una economía más sostenible.

Es indudable que la segunda mitad del año estará dominada por las elecciones presidenciales de EE.UU., así como por la evolución de la pandemia del coronavirus. Por ello, la asignación de activos capaces de gestionar una mayor volatilidad será crucial. En este contexto, enumeramos diez recomendaciones de inversión para el segundo semestre de 2020:

  1. Mantener la exposición a los activos de riesgo: la fuerte recuperación posterior a la caída inducida por la pandemia subraya la importancia de seguir invirtiendo en renta variable. Ahora, los inversores deben asegurarse de que mantienen suficientes activos de riesgo en sus carteras. En estas circunstancias, no hay sustituto que permita preparar respuestas tácticas a las inevitables sorpresas que exigirán cambios en los perfiles de riesgo de las carteras.
  2. Añadir asignaciones defensivas: cada cartera necesita un tipo de inversiones diseñadas para ofrecer un escudo contra lo inesperado. Hay varias posibilidades de hacer asignaciones tácticas a los activos defensivos. En Lombard Odier hemos aumentado nuestra exposición a los bonos del Tesoro de EE.UU. en carteras no estadounidenses, aprovechando el menor coste de cobertura a raíz de la crisis del COVID-19. Además, tiene sentido tener cierta exposición al oro y al yen japonés y, siempre que los mercados experimenten un período de baja volatilidad, aprovechar las opciones de venta de los índices.
  3. La apuesta por el investment grade: en este entorno de bajo crecimiento y rendimiento, el crédito investment grade ofrece la oportunidad de generar un rendimiento interesante en la cartera. En términos relativos, sigue siendo atractivo en comparación con la deuda soberana, con un sólido respaldo en forma de compras de activos del banco central. 
  4. Identificar activos high-yield atractivos: en los mercados con rendimientos máximos hay poco potencial alcista, por lo que tiene sentido añadir bonos de alto rendimiento como parte de una estrategia carry. Seguimos evitando el transporte, la venta al por menor, el ocio y el sector energético estadounidense. También somos cautelosos con la deuda mundial emergente fuera de Asia, ya que países como Brasil y México siguen viéndose afectados por los bajos precios del petróleo y la pandemia. En particular, estas mismas economías sufrirán por el descenso del comercio mundial. Nuestra preferencia es el crédito con calificación BB, y algunos nombres con calificación B en sectores de rápida recuperación.
  5. Centrarse en el crecimiento sostenible de la renta variable, la asistencia sanitaria y la tecnología: las expectativas para los mercados de valores en la segunda mitad del año apuntan a rendimientos muy bajos, dado el repunte del segundo trimestre. Las acciones corporativas con perspectivas de crecimiento sostenible y balances resistentes, como la tecnología y la asistencia sanitaria, tienen mucho potencial, así como las empresas de servicios públicos que trabajan en soluciones sostenibles, ofreciendo oportunidades atractivas a medida que el gasto estatal se filtra hacia los proyectos de infraestructura. Después del COVID-19, es probable que el derroche de gasto del gobierno aumente las inversiones en infraestructura y tratamientos médicos. Las acciones de valores relacionados con la tecnología de la información en general tienen excelentes perspectivas de crecimiento post-pandémico, incluso en áreas como la arquitectura y la ciberseguridad.
  6. Favorecer la renta variable asiática de mercados emergentes: las perspectivas para la renta variable de los mercados emergentes en general son cautelosas, ya que el crecimiento del comercio mundial se verá atenuado por la disminución de los precios de los productos básicos, el menor estímulo fiscal de los bancos centrales y la mayor incertidumbre respecto al impacto del COVID-19. Dicho esto, China y Asia ofrecen muchas oportunidades de inversión atractivas. La región pudo volver más rápidamente a la actividad económica y la actividad industrial está de nuevo en marcha gracias a un considerable estímulo fiscal y al gasto en infraestructura de telecomunicaciones, energía, transporte y tecnología de la información. Además, el crecimiento de China parece tener más forma de V que muchas economías, pues la demanda interna impulsa cada vez más el PIB.
  7. La estabilidad de los activos reales en los mercados turbulentos: los activos reales como el private equity, los bienes inmuebles y las infraestructuras ofrecen diversificación. Este año en el sector inmobiliario destacan las propiedades residenciales y logísticas de alta calidad. La demanda de los inversores, impulsada por la búsqueda de rendimiento, no se ha debilitado, lo que sigue apoyando los precios. Las valoraciones no son baratas, pero aun así están lejos de ser una burbuja. Así, las acciones inmobiliarias europeas todavía ofrecen cierto potencial, ya que los mercados fijan el precio de una disminución del valor neto de los activos. En este entorno de crecimiento lento y bajas tasas de interés, la infraestructura debería contar también con el apoyo de las inversiones respaldadas por el gobierno. Los inversores no pueden permitirse pasar por alto el private equity, ya que puede ofrecer exposición a la economía real, una mayor diversificación de cartera y la posibilidad de obtener mayores rendimientos.
  8. La debilidad del dólar: la pandemia y la subsiguiente crisis económica desafiaron la visión bajista del dólar. Con la recuperación de la actividad y las primas de riesgo que han impulsado el precio del dólar, seguimos esperando un dólar más débil y vemos que otras monedas del G10 están en alza. Estas monedas están infravaloradas, expuestas al ciclo comercial de China y/o respaldadas por una balanza de pagos favorable. Esperamos que el euro, el yen japonés y el dólar australiano tengan un rendimiento superior y se aprecien frente al dólar a finales de año.
  9. La montaña rusa para la libra esterlina: el impacto de la pandemia en la economía del Reino Unido, junto con la mala gestión política, recomienda ser muy cautelosos con la libra esterlina. La falta de progreso del Brexit significa que el riesgo de un “no acuerdo” a finales de año ha aumentado, aunque esperamos que un acuerdo “esquemático” tardío con la Unión Europea apoye a la moneda. Mientras tanto, las posturas políticas y los titulares escépticos se traducen en que las cosas empeorarán para la libra esterlina antes de mejorar.
  10. Seleccionar las divisas emergentes frente al dólar americano: los mercados emergentes han sufrido el colapso de los precios de la energía este año y las monedas parecen estar en línea con las valoraciones actuales. Dado que el virus sigue afectando a muchos mercados emergentes y muchos se enfrentan a un empeoramiento de la situación fiscal, los inversores en divisas de mercados emergentes deben ser muy selectivos. Nos gustan las divisas con niveles de deuda más bajos, saldos externos decentes y exposición a la mejora del crecimiento de la zona euro (como la corona checa y el siclo israelí), o a China (rupia indonesia, won coreano, dólar taiwanés y peso chileno). Por otra parte, seguimos siendo cautelosos en lo que respecta a la lira turca, el rand sudafricano, el real brasileño y el peso colombiano, donde las balanzas fiscal y externa son más difíciles.

Tribuna de Stéphane Monier, Chief Investment Officer de Lombard Odier.

Con los adelantos de la reforma: ¿faltaría algo al SAR para generar pensiones dignas?

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Foto: Presidencia. Foto:

¿Cuánto recibirán los que llevan mucho tiempo aportando el 6,5%? ¿El monto de pensión será igual para los que pasen largos períodos de desempleo? ¿Habrá mayores rendimientos? ¿Ganarán menos las Afores? Ésas y otras preguntas y diversos comentarios, se han hecho con motivo del avance de la reforma del Sistema de Ahorro para el Retiro, SAR.

El reconocimiento

Será la primera corrección de fondo al sistema desde que fue creado. Y sobre el pilar clave, la tasa de aportación, del que depende el monto de la pensión. Es la primera, también, que se hace en conjunto, desde abajo, con la iniciativa privada y legisladores. En Chile, hay que decirlo, el intento de subir y encuadrar la cuota del 10% al 15% ha sido desgastante y, después de años de esfuerzos y forcejeos, la pugna continúa. Así que, bien por todos.

Lo bueno

El 15% obligatorio se acerca al promedio de los países de la OCDE y sería adecuado para recibir pensiones dignas. La proyección concuerda con los resultados de cálculos de organismos internacionales. A priori y más allá de las cifras gubernamentales, estimo que la tasa de reemplazo (la cantidad de dinero a recibir en la jubilación respecto del último salario) estaría alrededor de 80% a 85% (Véase ¿Qué puede hacer el nuevo gobierno de México para que la pensión alcance?”).

Las comisiones

Según los presentadores, la propuesta considera que el estándar internacional de cargos a los trabajadores es 0,70%. Me parece que el objetivo habría de ser más bajo. Ya expuse que los símiles de los fondos generacionales, los target date funds, TDF, en Estados Unidos y Reino Unido, cobran mucho menos (véase “La baja de comisiones del SAR es irrelevante: no significa ahorro, ni motiva a un cambio de afore).

No será “apretar más a las Afores”, como tituló un diario el pasado día 23 (asume que ya estaban apretadas). El aumento a la contribución hará más alta la base de cobro y compensará la baja de ingresos por aplicar un porcentaje menor. Por ejemplo, si el aumento de 8,50% se hiciera a partes iguales en cada uno de los ocho años y las Afores generaran 4% de rendimiento en doce meses, los activos del SAR crecerían 11%; si sobre ello aplicaran comisiones de 0,80% (se infiere que la baja a 0,70% tampoco sería de golpe), su disminución de ingreso absoluto sería de alrededor de 3%. Solo el primer año; y como tendrán el estímulo de generar mayor retorno para elevar su cobro (hay que ver el esquema), al cabo de los ocho o antes estarían percibiendo ingresos superiores a los actuales. La cuestión sería ésa, generar rentabilidad.

El régimen de inversión

Se anticipa que el dinero adicional irá a instrumentos que suban el rendimiento. Dijeron que a “infraestructura” pero habría que precisar. Ojalá no sean solo Fibras, CKDs o fórmulas rebuscadas, equivalentes o parecidas. Se esperaría se incrementasen, también a estándares internacionales, los porcentajes permitidos en renta variable y valores extranjeros

En los 10 años pasados el SAR no se benefició a plenitud del alza excepcional de las bolsas de EEUU y Europa. Sendas oportunidades se dejaron pasar por el régimen acotado y “tímido”. Aunque también es cierto que las gestoras no lo explotan. Por eso, para potenciar el rendimiento se requieren pisos o mínimos (como en Chile) a las clases de activos riesgosos. Y favorecer la inversión directa, no mecanismos laboriosos y poco provechosos como los “mandatos”. Y no impedir posibilidades de cobertura mediante productos derivados. No hay razón para objeciones. 

Lo eludido

Los trabajadores mexicanos aportan 1,125%, la décima parte de la contribución promedio (10,57%) de los de Sudamérica. Y no hace faltar ir tan lejos para comparar: los burócratas mexicanos aportan 6,125% y hasta 8,125% con el aliciente voluntario. Y vaya que hay empleados del Estado con sueldos bajos. Eso prueba que sí, los de la iniciativa privada pueden y deben aportar más. No todos, pero sí los que pasan de cierto límite. Su cuota obligatoria podría aumentar en 1,1875%, para subirla a 3%, y pensar en incrementos graduales para que llegue a 5%. Y aún así quedaría lejos de los dichosos parámetros internacionales. El congreso no lo someterá a debate. Habría que dejarlo para otra ocasión, ojalá no muy lejana. Lo que sí es factible es incentivar en serio las aportaciones voluntarias.

Lo incierto

A falta de conocer la iniciativa, con sus detalles, hay dudas o pendientes, según se vea, que ojalá se respondan o subsanen:

  • El ahorro obligatorio de 15% se aplicará en adelante. Como no puede ser retroactivo, el beneficio pleno será para los nuevos afiliados ¿Y cómo será la tasa de reemplazo de los que lleven mucho recorrido laboral aportando al 6,5%?
  • A quienes se inscribieron al IMSS en julio de 1997 aplicará la nueva cuota cuando ha pasado entre 50% y 55% de su vida laboral. O sea, su aportación ponderada resultaría de poco más de 10%, menos comisiones. Con eso llegarían a un porcentaje de reemplazo inferior a 50%, que es más o menos lo que reciben los jubilados chilenos que, inconformes, exigieron la revolución del modelo
  • Se requeriría una combinación de no más de siete años con cuota de 6,5% y al menos 35 con ahorro de 15% (nacidos en 1992 con comienzo laboral en 2012) para aspirar a recibir el equivalente a 60% del último sueldo. A menos que la pensión garantizada cubra el faltante, lo que hace sentido para quienes al retirarse ganen cinco salarios mínimos, alrededor de 18.500 pesos, mas no para quienes perciban más de eso y hasta el tope de ley 
  • Y aun quienes ahorren el 15%, tengan largos períodos de desempleo y se jubilen con remuneración medio-alta ¿Significa que tendrán complemento garantizado para recibir el mismo monto de pensión de quienes lleguen con salarios similares y hayan cotizado los 40-45 años? 

Si como dijo el presidente del Senado, esta no es la solución definitiva sino el comienzo de la reforma, esperamos más cambios trascendentales. Queda mucho por mejorar.

Columna de Arturo Rueda

La violencia será parte de la nueva normalidad

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Todas las crisis, para bien o para mal, son disruptivas. La mayoría de ellas se presentan cuando los desbalances económicos, financieros, o de cualquier otra índole, son tan evidentes que se vuelve imperante corregirlos. Esta crisis no es la excepción. Si bien el detonante de esta crisis fue sanitario, una de sus múltiples consecuencias es que vino a exacerbar muchas desigualdades que existían en lo económico, financiero, político, social y sanitario.

Las consecuencias de una crisis siempre son dolorosas, y en el corto plazo, esas desigualdades y desbalances que la detonaron tenderán a incrementarse. La Gráfica 1 nos ayuda a comprobarlo. Vemos cómo se ha comportado el GINI mundial después de las 3 crisis más importantes de los últimos 30 años. Como paréntesis, hay que recordar que el GINI es una medida de desigualdad social, y entre mayor sea, mayor desigualdad existirá en una sociedad en particular.

 

1

Se observa que después de cada crisis, la desigualdad (el GINI) tiende a subir, para después bajar. Es decir, en el corto plazo, la desigualdad social se dispara.

Ahora bien, los cálculos del GINI traen cierto rezago, por lo que va a ser difícil ver el efecto de la desigualdad usando esta medición en el corto plazo. Sin embargo, existen muchos otros indicadores que podrían ayudar a señalar un deterioro en las condiciones económicas y sociales en el mundo. Uno de esos indicadores son los datos de desempleo. En la Gráfica 2 vemos cómo se ha comportado el desempleo global los últimos 10 años.

2

Durante muchos años, el desempleo global se mantuvo alrededor de 200 millones de personas, para después bajar a niveles de 170 millones. Sin embargo, estimaciones de la ONU confirman lo que todo mundo estaba temiendo: el desempleo global se duplicará en 2020. De 173,6 millones de personas desempleadas en 2019, para cierre de 2020 subirá a 369 millones.

Si a esto le sumamos que la mayoría del desempleo se dará en puestos de baja especialización, y consecuentemente mal remunerados, este efecto será catastrófico para la igualdad social. El número de desempleados será mayor que en cualquier otra crisis de las últimas décadas, y esto, sin duda, acrecentará la desigualdad.

Entonces, ¿qué podemos esperar a raíz de esto? La primera razón, y la más natural, sería sin duda conflictos sociales, geopolíticos y violencia. En la Gráfica 3 podemos observar que la tendencia a que esto suceda tiene una correlación importante con eventos como la crisis que estamos viviendo. Es decir, después de cada crisis importante, hay un aumento en los conflictos sociales, medidos como la suma de conflictos internos y entre países.

3

Lo anterior podría tener un impacto significativo en las economías globales. Se ha demostrado (y ahorita me concentraré en revisar las cifras para México), que la violencia en las calles y los conflictos sociales, son costosísimos para el desarrollo económico y que, al menos en el corto plazo, siempre tienden a empeorar la situación económica y social de un país o de una región.

Pero concentrémonos en México. ¿Qué tanto impacto ha tenido la violencia en la economía mexicana? Si esperamos con certeza que la violencia y la desigualdad social repunten, ¿Qué tanto impacto podría tener en los próximos años?

El Instituto para la Economía y la Paz (IEP, por sus siglas en inglés) ha hecho un análisis muy interesante sobre el impacto que ha tenido la violencia en México. El impacto de la violencia se puede dividir en: 1) Directo, es decir, los gastos que tienen que desembolsar las víctimas, los perpetradores y el gobierno debido a la violencia; 2) Indirecto, es decir, los beneficios futuros que dejará de recibir el país a raíz de la violencia, por ejemplo, la falta de inversión; 3) un efecto multiplicador, que representa los beneficios económicos que se hubieran generado si todos estos costos, gastos e inversiones perdidas se hubieran invertido en proyectos productivos. Los números son impresionantes (Gráfica 4).

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En esencia, el impacto de la violencia en 2019 fue de $4,57 billones, es decir, 21% del PIB de 2019. Para poner en contexto esta cifra, esto equivale a 8 veces el gasto de salud de ese año, o bien, 6 veces el gasto en educación, y es equivalente a aproximadamente al 75% del Presupuesto de Ingresos de la Federación. ¡Es una suma enorme!

Sin embargo, hay que tener cuidado con la forma en la que se lee esta cifra. Esto no implica que el PIB de 2019 hubiera sido 21% mayor en caso de no haber existido violencia. Lo que significa esta cifra es que los gastos directos para combatir el crimen, más todos los costos de oportunidad perdidos debido a la violencia (indirectos y efecto multiplicador) representan alrededor de 21% del PIB.

Asimismo, viendo la Gráfica 4 podemos apreciar que los costos indirectos son los más importantes. Es decir, hay un costo “oculto” asociado al crimen y la violencia, y que puede apreciarse como falta de inversión en el país, falta de confianza, o una reducción en la productividad general de las empresas.

Sin embargo, no todo el país sufre la misma cantidad de violencia. Se puede desgajar esta información por Estados (Gráfica 5). Podemos apreciar que, en los Estados más pacíficos, como Yucatán, la violencia solo le cuesta $11.714 a cada habitante en términos de su ingreso anual. Sin embargo, en los Estados más violentos, como Colima, el costo es mucho mayor ($83.926 en el caso de Colima). Es decir, hay un abismo entre los Estados.

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Con esto se puede concluir que no todo el país está tan sumergido en la violencia. Todavía existen reductos de paz que podrían ser un foco de esperanza si vemos a futuro. Sin embargo, como comentaba al inicio de este artículo, es altamente probable que los disturbios y la violencia se disparen en el corto plazo a raíz de la crisis que estamos viviendo.

En ese sentido, podemos plantear un par de escenarios: 1) el escenario base, que es que la violencia general del país repunte a los mismos niveles que los 5 Estados más violentos; 2) el escenario de pacificación, que implica que la violencia en el país se reduzca a niveles similares a los que tienen los 5 Estados más pacíficos. Con esto en la cabeza, se puede construir la Gráfica 6.

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Es decir, el costo que existe entre el escenario base y el escenario de pacificación para los siguientes 4 años es de alrededor de $12,6 billones. Ese dinero se perderá combatiendo el crimen, o bien, se perderá en oportunidades de inversión rechazadas por locales e inversionistas.

Conclusión:

Es altamente probable que la violencia repunte, no solo en México, sino en todo el mundo. Sin embargo, ese repunte será temporal. Es sumamente importante que, una vez que empiece a disminuir, México logre revertir la tendencia alcista que hemos visto en la última década, de lo contrario, el estancamiento económico y social también serán parte de la “nueva normalidad”.

Columna de Franklin Templeton México escrita por Luis Gonzalí, CFA

Convertibles equilibrados de elevado crecimiento y convicción, con Franklin Templeton

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Pixabay CC0 Public Domain. Convertibles equilibrados de elevado crecimiento y convicción, con Franklin Templeton

Los bonos convertibles están generando un gran interés en el mercado, tanto entre los emisores como entre los inversores, una tendencia que puede continuar en los próximos meses. A pesar de la reciente volatilidad, o tal vez gracias a ella, continúa habiendo un nivel de emisiones de bonos convertibles bastante alto.

Parece que las compañías se sientes bastante cómodas emitiendo valores convertibles como una alternativa de financiación, aprovechando las condiciones del mercado global, ya que potencialmente pueden reducir su coste de capital respecto al coste que supondría la emisión de sólo una clase de bono o acción.

Los bonos convertibles se consideran un tipo de activo híbrido, por contar con características tanto de renta fija como de renta variable, por lo que resultan adecuados para períodos inciertos como el actual. Los fondos de ámbito global cuya cartera está compuesta mayoritariamente por este tipo de activo, se encuadran en la categoría VDOS de Renta Fija Internacional Global Convertibles, la tercera más rentable en el año dentro del grupo de fondos de renta fija, con una revalorización media de 1,32%.

El más rentable de este grupo de fondos es Franklin Global Convertible Securities, con una revalorización desde el pasado 1 de enero de 13,05% en su clase I de acumulación en euros.

El fondo busca maximizar el retorno total, consistente con una gestión prudente, optimizando la apreciación del capital y las rentas periódicas en diferentes condiciones de mercado. Invierte fundamentalmente en valores convertibles de emisores corporativos de todo el mundo, incluyendo los de baja o nula calificación crediticia. Puede también invertir en otros tipos de activo, como acciones ordinarias o preferentes y valores no convertibles.

Se gestiona activamente de acuerdo con una estrategia balanced o equilibrada, aplicada a los valores convertibles que componen su cartera.

El gestor principal del fondo es Alan E. Muschott CFA y gestor de Franklin Equity Group, localizado en la oficina de San Mateo en California, Estados Unidos. Gestiona también el fondo Franklin Convertible Securities Fund y cogestiona los fondos Franklin Managed Income Fund, Franklin Equity Income Fund y Franklin Templeton Variable Insurance Products (FTVIP) Growth and Income Fund. Alan E. Muschott se incorporó a Franklin Templeton en agosto de 1998. 

Con anterioridad a sus responsabilidades en el análisis de renta variable, se incluían el análisis del sector de almacenamiento de datos, la televisión por cable y la industria global de telecomunicaciones. Fue también analista de crédito corporativo, incluyendo el análisis de la industria global de telecomunicaciones. Se licenció en finanzas por la Bradley University, obteniendo su doctorado en Derecho por la Universidad de Illinois, y un M.B.A. por la Universidad of California, Los Angeles. Alan E. Muschott cuenta con la certificación Chartered Financial Analyst (CFA) y es miembro de la Association for Investment Management and Research, y la Security Analysts of San Francisco (SASF). 

Como parte del proceso inversor, los gestores cuentan con el apoyo de un equipo de más de 70 profesionales de renta variable y más de 100 expertos de renta fija, así como con los 12 equipos de gestión de activos de todo el mundo, que realizan el análisis de compañías bottom-up diseñado para identificar ideas atractivas en renta variable, sin importar donde se localicen. El equipo gestor superpone este análisis detallado por compañía con su propio trabajo de filtrado de emisores convertibles, para identificar los que ellos creen que son las mejores oportunidades en el universo global de valores convertibles.

La gestión se focaliza en emplear esta estrategia, evaluando los emisores individuales y los términos y condiciones de cada emisión convertibles caso a caso, utilizando el análisis de crédito y de renta variable procedente del equipo de analistas de la gestora, con el objetivo de generar retornos competitivos ajustados por riesgo en el largo plazo.

La cartera incluye entre sus mayores posiciones emisiones de Pinduoduo Inc 0,0% 1-oct-2024 (1,27%), RH 0,0% 15-jun-2023 (0,41%), Okta Inc. 0,125% 01-sep-2025 (1,33%), Broadcomm Inc 8% Cum Conv Pfd Registered Shs 2019-30.09.22 Series A (1,18%) y Snap Inc 0,75% 01-Aug-2026 (1,25%). Por sector, los mayores porcentajes están representados por tecnologías de la información (34,47%), salud (16,29%), consumo discrecional (12,80%), servicios de comunicación (11,09) y servicios públicos (8,40%).

La historia de rentabilidades del fondo lo sitúa entre los mejores de su categoría por este concepto, en el primer quintil, durante 2016, 2018, 2019 y 2020. A tres años, su dato de volatilidad es del 12,89%, registrando un 19,03% a un año. En este último periodo, su sharpe es de 0,98 y su tracking error, respecto al índice de su categoría, del 9,54%. La suscripción de la clase I de acumulación en euros de Franklin Global Convertible Securities requiere una aportación mínima inicial de 5 millones de dólares (aproximadamente 4.444.0000 euros) aplicando a sus partícipes una comisión fija del 0,60%. El fondo tiene también disponible una clase A en euros que puede suscribirse por una aportación inicial de 5.000 dólares (aproximadamente 4.440 euros) y que aplica una comisión fija del 0,75% y de depósito del 0,14%.

A pesar de los dos meses de rally, el equipo gestor anticipa una volatilidad y una incertidumbre significativa en los próximos meses. El cierre de las mayores economías del mundo fue un experimento audaz y sin precedentes, cuyos resultados siguen sin conocerse aún en toda su extensión.

En este entorno volátil, creen que los beneficios de los valores convertibles, y en particular de los convertibles equilibrados (balanced) – que normalmente captan el 75% de la subida de las acciones, pero solo un 50% de sus bajadas – puede tener un comportamiento destacado.

Creen que, en todos los entornos, pero especialmente en este periodo de elevada volatilidad, los convertibles pueden ser una forma de invertir en acciones manteniendo el riesgo a un nivel gestionable. Muchos de los emisores incluidos en la cartera del fondo son compañías tecnológicas de elevado crecimiento, así como empresas de consumo discrecional y de servicios de comunicaciones centradas en la tecnología.

Como inversores a largo plazo, su visión general sobre los valores convertibles no cambia de un trimestre a otro o durante periodos de mayor volatilidad en el mercado. La vida media de un valor convertible es de unos cinco años y frecuentemente buscan mantener el valor hasta su vencimiento, con independencia de los cambios que se produzcan en el mercado durante ese periodo.

Históricamente, los convertibles se han comportado bien durante periodos de volatilidad de mercado por encima de la media, cuando los inversores cautelosos con una visión por lo general positiva del mercado de renta variable, buscan exposición a Bolsa pero con riesgo controlado, para mitigar el riesgo potencial de bajadas. El equipo gestor cree que la habilidad para adaptarse a diferentes condiciones de mercado hace de los convertibles un vehículo atractivo para aumentar el nivel de diversificación de una cartera. 

Continúan aplicando su proceso de análisis disciplinado bottom-up para identificar oportunidades de inversión prometedoras. Muchas de estas oportunidades son compañías que demuestran un alto nivel de innovación, bien en su enfoque de mercado o en su tecnología, y que muestran un potencial de crecimiento convincente. El universo de convertibles se inclina hacia sectores de mayor crecimiento, como tecnología, salud y consumo discrecional. Afortunadamente, es en estos sectores en los que perciben impulsores de crecimiento más convincentes en los próximos años.

La rentabilidad del fondo a lo largo de su historia, respecto al riesgo incurrido medido por volatilidad, especialmente en los últimos tres años, lo hace merecedor de la calificación cinco estrellas de VDOS.

Tribuna de Paula Mercado, directora de Análisis en VDOS

El análisis con criterios ESG permite hallar resistencia en medio del COVID-19

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El análisis con criterios ESG permite hallar resistencia en medio del COVID-19
Pixabay CC0 Public Domain. El análisis con criterios ESG permite hallar resistencia en medio del COVID-19

Las empresas están haciendo frente a diversos desafíos durante la crisis del coronavirus. Los inversores que integran los criterios ambientales, sociales y de gobernanza (ESG) en sus análisis pueden conocer la forma en la que las empresas se están adaptando, y cómo podría verse afectado el potencial de rendimiento futuro.

Una agenda de inversión responsable debería centrarse en las respuestas de las empresas al coronavirus por dos razones. Primero, es importante asegurarse de que sean ciudadanos corporativos responsables. En segundo lugar, los inversores necesitan comprender mejor las oportunidades y amenazas que la pandemia supone para los modelos de negocio.

Los compromisos de ESG, a prueba

¿A qué tipo de problemas de ESG se han enfrentado las empresas durante la pandemia? Muchas han tenido que tomar decisiones difíciles a la hora de proteger a los trabajadores mientras mantienen las operaciones en marcha. Las respuestas van desde el despido hasta indemnizaciones o compensaciones. Las empresas que apostaron por el teletrabajo se enfrentaron a nuevos retos para mantener la privacidad de los datos y la seguridad.

La conducta ejecutiva plantea más preguntas. ¿Estaba la dirección dispuesta a ajustar la compensación de forma adecuada en un momento en el que un shock de la demanda ejercía una fuerte presión sobre los beneficios? Más allá de los desafíos inmediatos, ¿las empresas seguirán dedicando gastos de capital a proyectos que mitiguen el impacto del cambio climático durante una recesión y un período de mayor incertidumbre sobre las condiciones comerciales?

La concienciación sobre la ESG importa en una pandemia

La mayoría de las empresas que ya habían adoptado prácticas de ESG han hecho frente a la crisis. Tal vez eso se deba a que la conciencia sobre los criterios ESG a menudo indica que una empresa está orientada hacia el futuro y tiene una mentalidad estratégica a la hora de considerar una serie de escenarios para sus negocios. Esto puede crear ventajas, ya que adaptan rápidamente sus operaciones al teletrabajo, al tiempo que proporcionan a los empleados el apoyo que necesitan y continúan entregando productos y servicios a los clientes.

Por ejemplo, incluso después de cerrar sus tiendas minoristas, la compañía estadounidense de utensilios de cocina y muebles Williams-Sonoma continuó aportando pagos y beneficios a sus asociados, e incluso trasladó a algunos empleados de la tienda para que proporcionaran asesoramiento de diseño virtual. La dirección trató respetuosamente al personal del centro de distribución, con equipos de protección adicionales de salud y pagos incrementales. Como resultado, Williams-Sonoma ha sido capaz de satisfacer el aumento de la demanda en su negocio de comercio electrónico, mantener a los empleados comprometidos y atraer a los clientes leales de vuelta a sus tiendas a medida que la reapertura progresa.

Integración de la ESG

Este tipo de comportamiento corporativo a menudo tiene un impacto directo en el resultado final y en el rendimiento de las acciones, en nuestra opinión. Tal vez por eso las acciones con fuertes puntuaciones de ESG superaron a su índice de referencia durante el primer trimestre de 2020, en plena crisis del coronavirus.

Pero encontrar empresas que sean líderes en ESG es un trabajo duro. Las clasificaciones de terceros miran hacia atrás, y a menudo pasan por alto los cambios de futuro en el comportamiento de una empresa que pueden indicar que se están produciendo mejoras en ese sentido. Los inversores pueden analizar mejor estos criterios a través de un modelo de análisis integrado. Los analistas que cubren una compañía, y que tienen experiencia específica en la industria, son los más indicados para revisar la respuesta de una empresa ante una pandemia y analizar cómo afectará a los flujos de caja, el balance general y los beneficios. Creemos que este tipo de integración de la ESG en el análisis fundamental es la mejor manera de aplicar una agenda de inversión responsable a las carteras.

Para hacer esto de forma efectiva, se requieren varios ingredientes. Primero, se necesita una visión a largo plazo de la estrategia y el entorno de la industria, especialmente hoy en día, cuando la visibilidad a corto plazo se halla tan nublada. Segundo, un enfoque global es vital en un mundo en el que la pandemia ha hecho estallar el comercio mundial y las cadenas de suministro. En tercer lugar, es necesario el compromiso con la dirección para tener una idea real de lo difícil que es tomar decisiones estratégicas para equilibrar las necesidades de las partes interesadas, desde los empleados hasta los clientes y los accionistas.

Las ventajas del big data

Los nuevos enfoques hacia los datos también pueden ayudar a comprender las vías de recuperación de las empresas. Por ejemplo, en el entorno actual, se pueden utilizar técnicas de big data para analizar las complejas cadenas de suministro de las empresas, e incluso las de los proveedores.

Los comentarios y sentimientos de los empleados pueden ser recopilados de la web para averiguar lo bien que el personal y la dirección se están adaptando al trabajo a distancia. Las métricas de movilidad personal, las compras con tarjeta, la contaminación de las fábricas y las reservas de los restaurantes pueden utilizarse para proporcionar una ventaja en el análisis sobre el rendimiento de la empresa durante la crisis.

El COVID-19 ha creado nuevos desafíos en materia de ESG para las empresas y los inversores. Creemos que las compañías que demuestren un compromiso serio con los criterios ESG durante la crisis tendrán una mejor oportunidad a la hora de dirigirse a una recuperación exitosa. Del mismo modo, los inversores que incorporen la ESG como un componente clave de su investigación estarán bien equipados para identificar acciones y bonos de buenos actores corporativos que es probable que sean fuentes de potencial de rendimiento a largo plazo.

Tribuna de Michelle Dunstan, directora global de inversión responsable en AllianceBernstein

Más allá del confinamiento: oportunidades y retos para el inversor en infraestructura

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Pixabay CC0 Public DomainJay Heike. Jay Heike

Como eje central de la economía mundial en tiempos de recesión y de prosperidad, la infraestructura es un elemento crucial en el entramado de la sociedad moderna.

Pero el sector, que con frecuencia ha mostrado solidez durante bajones, no ha sido inmune a la preocupación en torno a la pandemia de coronavirus. Algunas acciones de infraestructura, especialmente las relacionadas con el transporte y la energía, se vieron atrapadas en la fuerte oleada de ventas sufrida por los mercados de renta variable en marzo de 2020.

Aunque las cotizaciones se recuperaron en distinta medida a nivel mundial desde los mínimos de marzo a lo largo del segundo trimestre, las políticas implementadas para combatir la propagación del COVID-19 han continuado trastocando a las empresas, afectando también a los inversores (al menos a corto plazo). El panorama económico permanece nublado, y es precisamente aquí donde creo que las compañías de infraestructura pueden mostrar su valor.

De cara al largo plazo, pienso que las oportunidades potenciales que presenta la inversión en infraestructura no solo permanecen intactas, sino que han aumentado. A medida que se acelera la transición hacia una economía digital y de bajas emisiones de carbono, se perfila de forma cada vez más clara la necesidad de invertir en una infraestructura nueva y mejorada.

La presión sobre los dividendos

El daño económico infligido por las medidas adoptadas en todo el mundo para combatir el virus ha puesto en peligro la capacidad de reparto de dividendos para muchos tipos de compañías, incluidas ciertas áreas del sector de la infraestructura.

Las empresas cuya actividad se ha visto gravemente trastocada por el confinamiento, como los aeropuertos, tienen sencillamente menos ingresos que distribuir a sus accionistas. En tales casos, la suspensión temporal de estas distribuciones suele ser en el interés a largo plazo de los inversores.

En otros casos, las compañías han optado por aplazar o recortar sus pagos de dividendo para mantener efectivo en sus balances durante un periodo de extrema incertidumbre. Aunque tomar tal medida podría ser lo más prudente, plantea retos inmediatos para quienes invierten para obtener rentas.

La resiliencia de las utilities

En un entorno en que los dividendos se hallan bajo presión en los mercados globales, el valioso papel que pueden jugar las compañías de suministro público en una cartera es evidente. En mi opinión, este sector posee una solidez única entre las áreas generadoras de renta en un momento en que la economía mundial está sufriendo.

Por su naturaleza, el sector de utilities —que engloba a los proveedores de electricidad, agua y gestión de residuos— ha permanecido relativamente inafectado por el bajón económico de este año. Además, estos negocios y sus activos de infraestructura física suelen ser muy difíciles de reproducir y revisten una importancia vital para la economía, con lo que sus flujos de ingresos futuros pueden pronosticarse con mayor confianza que los de la mayoría de los sectores.

De hecho, en un entorno de incertidumbre económica como el actual, es el único sector de la renta variable estadounidense cuyas previsiones de ingresos futuros han sido revisadas al alza por los analistas en plena pandemia.

En el mundo de la inversión nunca hay garantías, pero ello revela cómo las utilities han sido un bastión de fortaleza durante este difícil periodo. Estas acciones no solo han mostrado más solidez que el conjunto del mercado en la primera mitad de 2020, sino que también han visto muy pocos recortes de dividendo.

Oportunidades en una recuperación “verde”

En adelante, las utilities figuran entre los sectores de infraestructura que más van a beneficiarse del aumento previsto del gasto público. Los gobiernos han anunciado enormes paquetes de estímulo fiscal por importe de billones de dólares dirigidos a estimular el crecimiento económico, y la inversión en infraestructura es una de sus prioridades.

En Europa, el tema de la sostenibilidad juega un papel central en el plan de recuperación. La “UE de nueva generación” tiene una política clara de fomento de las energías renovables y del transporte limpio, prestando asimismo atención a la renovación y la eficiencia de edificios e infraestructuras para respaldar una economía más circular.

Los compromisos con una mayor inversión en infraestructura “más verde” deberían suponer un fuerte viento de cola para compañías que poseen y desarrollan activos físicos como parques eólicos, plantas solares y redes eléctricas, todos ellos necesarios para la transición hacia un futuro de bajas emisiones de carbono. Este también es el caso de las empresas con infraestructura digital, un área que requerirá más inversión para mejorar la conectividad en la era digital.

Pese a lo difícil que puede ser mantener una perspectiva largoplacista ante un entorno de mercado tan incierto, yo creo que las compañías de infraestructura expuestas a estos giros estructurales en la economía y cuyos flujos de ingresos están respaldados por la propiedad de activos de infraestructura físicos están bien situadas para prosperar durante décadas.

 

Columna de opinión de Alex Araujo, gestor de fondos en M&G Investments

 

Información importante:

Le remitimos al glosario para una explicación de los términos de inversión empleados en este artículo.

Las rentabilidades obtenidas en el pasado no son indicación alguna de rentabilidades futuras.

El valor y los ingresos de los activos del fondo podrían tanto aumentar como disminuir, lo cual provocará que el valor de su inversión se reduzca o se incremente. No puede garantizarse que el fondo alcance su objetivo, y es posible que no recupere la cantidad invertida inicialmente.

Los puntos de vista expresados en este documento no deben considerarse como una recomendación, asesoramiento o previsión. No podemos ofrecerle asesoramiento financiero. Si no está seguro de que su inversión sea apropiada, consúltelo con su asesor financiero.

Esta información no constituye una oferta ni un ofrecimiento para la adquisición de acciones de inversión en cualquiera de los fondos de M&G. Promoción financiera publicada por M&G International Investments S.A. Domicilio social: 16, boulevard Royal, L-2449, Luxembourg.

Cinco razones para elegir indexación para la inversión en bonos verdes

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Pixabay CC0 Public DomainImagen de Prashant Sharma. BMO Global Asset Management

A pesar de que en 2019 se registró un año récord de entradas en los ETFs ESG, y un año récord de nuevas emisiones de bonos verdes, 2020 ha sido el año definitivo en que la tendencia hacia la inversión sostenible aceleró.

Los bonos verdes en particular podrían ayudar a impulsar la transición hacia un futuro con bajas emisiones de carbono, dado que sus ingresos se destinan exclusivamente a la financiación de proyectos y activos ecológicos. En Lyxor, creemos que la mejor manera de invertir en bonos verdes es elegir un fondo pasivo. He aquí el motivo. 

1. Estableciendo estándares

Un desafío común para los inversores de ESG (Environmental, Social and Governance) es la falta de estandarización. Aunque existen marcos, llegar a un consenso sobre lo que hace que una empresa sea «buena» o «mala» es más fácil de decir que de hacer. Esto se reduce a menudo a los valores, prioridades y preferencias personales. Pero en el mundo de los bonos verdes, las definiciones de lo que hace que un bono sea verdaderamente «verde» son mucho más fáciles de conseguir. El mercado de los bonos verdes es posiblemente el área más estandarizada de inversión en ESG, especialmente en comparación con los fondos ESG basados en ratings, o los fondos temáticos con criterios heterogéneos. Los bonos verdes se emiten con referencia a un marco de emisión, generalmente los Green Bond Principles (GBPs) de la International Capital Market Association (ICMA). Algunos pueden utilizar otros marcos, pero éstos son emitidos generalmente por supranacionales o soberanos siguiendo de todos modos directrices cercanas a las de las GBP. La mayoría de estos bonos autodenominados verdes reciben luego una segunda opinión por parte de organismos y auditores calificados. 

La Climate Bonds Initiative (CBI), una organización sin ánimo de lucro centrada en los inversores y dedicada a la movilización de los mercados de renta fija para las soluciones del cambio climático, también puede certificar los bonos verdes. Si bien la ICMA está integrada en gran medida por emisores, bancos, agentes de valores y brokers con una perspectiva centrada principalmente en los emisores, la CBI ofrece más a los inversores al evaluar a los emisores en función de su utilización de los ingresos, las normas de presentación de informes y la adhesión a una taxonomía estricta. De hecho, el Director General de la CBI es uno de los miembros del Technical Expert Group (TEG) de la Comisión Europea sobre finanzas sostenibles. Por lo tanto, la taxonomía de la CBI se toma muy en serio.

2. Construir el consenso

La función de la CBI en la definición de una taxonomía y normas sólidas para los bonos verdes se basa en la información recibida de grupos de trabajo integrados por inversores, científicos, supranacionales, ONG y bancos. Como resultado de estos diálogos continuos, la CBI ayuda a mantener al mercado informado y asegura que evolucione por un camino saludable hacia un mundo más verde. De hecho, en diciembre de 2019, la CBI lanzó su tercera versión de la Climate Bonds Standard internacional, que tiene por objeto garantizar la compatibilidad con la nueva Green Bons Standard de la UE (GBS) y la última versión de los Green Bonds Principles (GBP), reforzando las definiciones ecológicas y los requisitos de divulgación. Las conclusiones de la CBI contienen información valiosa para los emisores de bonos verdes. Por ejemplo, en una encuesta reciente realizada por el CBI y copatrocinada por Lyxor, los inversores europeos expresaron un gran interés en los emisores corporativos de los sectores de la energía, los servicios públicos y la industria. 

Nos guste o no, los principales emisores y contaminadores de esos sectores tienen un papel fundamental que desempeñar en el logro de la meta de la European Climate Foundation de que las emisiones netas de gases de efecto invernadero sean nulas para 2050. Será fundamental colaborar urgentemente con estas empresas para considerar más emisiones de bonos verdes. Rechazarlos no es la respuesta, pero invertir en sus bonos podría serlo. Así que cualquiera que sea la naturaleza del emisor, los inversores pueden invertir en sus bonos verdes con la conciencia tranquila, sabiendo que sus ingresos sólo se utilizarán para financiar la lucha contra el cambio climático.

La estandarización respaldada por el consenso de la CBI y su estricta taxonomía ayudan a allanar el camino para la inversión pasiva y a abordar el riesgo de » greenwashing «, en el que las inversiones se hacen para parecer más respetuosas con el clima de lo que son. En Lyxor, sólo los bonos verdes aprobados por la CBI son elegibles para su inclusión en los índices subyacentes de nuestra gama de ETF de bonos verdes.

3. Aumentar la transparencia

Todos los inversores quieren transparencia sobre a dónde va su dinero, más aún cuando se trata de inversiones sensibles en ESG como los bonos verdes. Como con todos los ETFs, los activos de los fondos se difunden diariamente y están fácilmente disponibles – se pueden encontrar fácilmente online en las páginas de productos de Lyxor. Además, los titulares de nuestros ETFs de bonos verdes pueden ver el uso de las ganancias (use-of-proceeds) en acción. El siguiente gráfico muestra el desglose por categorías de los UoP (Utilización de los beneficios) del índice Solactive Green Bond EUR USD IG subyacente a nuestro ETF lanzado en 2017.

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Pero no nos detenemos ahí. Saber qué tipo de categorías financia su dinero es útil, pero no lo suficiente para cuantificar realmente el impacto de su inversión. Por eso proporcionamos informes mensuales en nuestro sitio web con información detallada sobre fondos sobre clima y las métricas de ESG. También proporcionamos cifras más tangibles, como la nueva capacidad de generación de energía renovable instalada (en MWh) y las emisiones evitadas (en toneladas de CO2). En términos relacionados, estimamos que el impacto de nuestro primer ETF de bonos verdes en un período de un año equivale al uso promedio de energía de más de 5.000 hogares, o el equivalente en emisiones evitadas de cerca de 12.000 vehículos de pasajeros en un año. 

Infografia Lyxor

4. Bajar los costes

Como hemos mencionado antes, las mejoras en la recogida, filtrado y estandarización de los datos de ESG significan que los proveedores de índices pueden codificar los objetivos de ESG en benchmarks o índices de referencia con un gran grado de precisión, rigor y transparencia. Los gestores activos de los fondos de bonos verdes deben cobrar honorarios más altos para cubrir sus gastos de investigación y los salarios de los analistas. Por el contrario, es estilo de inversión basada en reglas, típica de los ETF, ayuda a mantener bajos los costes para los inversores. 

En el caso de nuestra gama de ETFs de bonos verdes, nuestro índice elegido (construido con Solactive) selecciona valores basados en un universo inicial de bonos verdes aprobados independientemente por la CBI. En otras palabras, nuestros inversores siguen beneficiándose de la investigación y la experiencia de la CBI, una autoridad líder en el mercado de bonos verdes con más de 60 empleados, sin incurrir en las comisiones más altas que tendrían de un gestor activo.  

5. Diversificación de las exposiciones

Otro beneficio de adoptar un enfoque pasivo en la inversión en bonos verdes es la diversificación. En el caso de nuestra gama de ETFDs, esto es cierto en muchos niveles. En primer lugar, nuestras exposiciones son globales, abarcando a emisores de economías desarrolladas como Francia, Alemania y los Estados Unidos, pero también mercados emergentes como China, India y Brasil. En segundo lugar, los índices subyacentes de nuestra gama seleccionan bonos verdes de una variedad de tipos de emisores, incluyendo soberanos (por ejemplo, Bélgica), sub-soberanos (por ejemplo, la ciudad de París), supranacionales (por ejemplo, el Banco Europeo de Inversiones), bancos de desarrollo (por ejemplo, el Banco Asiático de Desarrollo) y empresas de todos los sectores (por ejemplo, Apple, Bank of America, Iberdrola).

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Por último, al igual que con exposiciones globales similares, nuestros fondos se diversifican también por vencimientos, lo que significa que los niveles de duración son comparables a los índices de referencia tradicionales. Cabe señalar que los gestores activos de bonos verdes pueden afirmar que ofrecen mejores rendimientos ajustados al riesgo a través de análisis fundamentales y marcos de ESG propios. Sin embargo, nuestra investigación muestra que algunos fondos de bonos verdes activos no son reacios a un «closet tracking», en el que un fondo se comporta en última instancia igual que su índice de referencia. ¿Por qué pagar por un «imitador de índices» cuando puedes tener el verdadero por una fracción en términos de coste?

Si la emergencia climática es un tema tan cercano a su corazón como lo es para el nuestro, considere nuestra innovadora gama de ETFs de bonos verdes para lograr un impacto tangible y dirigido. Nuestro fondo se lanzó en 2017 y fue el primero de su tipo en el mundo. Desde entonces, se le ha concedido la prestigiosa etiqueta Greenfin, una certificación nacional para las inversiones privadas en una economía verde introducida por el gobierno francés después de la COP21. La etiqueta consolida su credibilidad como fondo comprometido con la financiación de la economía verde, ya que demuestra un alto nivel de exigencia en cuanto a la calidad «verde» de sus activos subyacentes.

Tribuna de François Millet, director de Estrategia, ESG e Innovación de Lyxor ETF.

La eliminación forzada de las ADR chinas: una ventaja para Hong Kong

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Pixabay CC0 Public Domain. La eliminación forzada de las ADR chinas: una ventaja para Hong Kong

Como parte de su movimiento antichino, el Senado de Estados Unidos aprobó el pasado 20 de mayo la Ley de Responsabilidad de las Empresas Extranjeras (Holding Foreign Companies Accountable Act), que tiene por objeto impedir que las empresas chinas coticen en el mercado estadounidense en forma de ADR (American Depositary Receipt o Recibo del Depositario Americano) si no cumplen con las auditorías de la Junta de Supervisión de Contabilidad de Compañías Públicas (PCAOB) durante tres años consecutivos. 

La condición más crítica que deben cumplir es que la PCAOB tenga acceso a los papeles auditados por los auditores locales en China. Esto va en contra de la ley china, que prohíbe que los documentos de auditoría sean enviados al extranjero, sean cuales sean las circunstancias. Por lo tanto, un punto muerto y una zona gris que no se ha tratado durante años, hasta que los senadores John Kennedy (republicano) y Chris Van Hollen (demócrata) presentaron su proyecto de ley. Éste todavía tiene que ser aprobado por la Cámara de Representantes y respaldado por el presidente Trump antes de que se convierta en ley.

Al hacerlo, la asamblea legislativa estadounidense probablemente ha dado rienda suelta a un efecto en cadena que acelerará el crecimiento de los mercados de valores chinos, Hong Kong, Shanghai y Shenzhen, a expensas de los mercados estadounidenses. Seis meses después de que Alibaba (con una capitalización de mercado de 592.000 millones de dólares) obtuviera la aprobación de una cotización secundaria en Hong Kong, la lista de empresas chinas que actualmente cotizan en Nueva York y quieren conseguir una cotización secundaria en Hong Kong crece casi a diario. En las últimas dos semanas, vimos a Netease (58.000 millones de dólares de capitalización) y a JD.com (91.000 millones de dólares) seguir los pasos de Alibaba. Se rumorea que Yum China (20.000 millones de dólares), Trip.com (15.000 millones de dólares), Huazhu (11.000 millones de dólares), TAL (40.000 millones de dólares) y New Oriental Education (22.000 millones de dólares) están preparándose para el pistoletazo de salida. En total son aproximadamente 250 empresas con una capitalización de mercado combinada de 1,5 billones de dólares que probablemente seguirán el mismo camino y finalmente se retirarán de la Bolsa de Valores de Nueva York en los próximos dos o tres años, si no mucho antes.

Si cotizan en Hong Kong (como lo hicieron recientemente Alibaba, Netease y JD.com), estas empresas pueden reunir los requisitos para unirse a Southbound Stock Connect, que permitirá a cualquier inversor minorista de China continental con 500.000 renminbi en su cuenta de valores comprar estas acciones. Hemos visto que últimamente se han modificado las reglas para permitir que las empresas con múltiples clases de acciones y diferentes derechos de voto en Hong Kong, que es el caso de muchas de estas empresas chinas que cotizan en Estados Unidos.

También hemos observado que las dos bolsas de valores chinas de Shangai y Shenzhen de más reciente creación, a saber, la STAR Board y la ChiNext, permiten que las empresas con múltiples derechos de voto, así como las entidades extranjeras y las empresas que utilizan estructuras jurídicas complejas conocidas como Entidades de Interés Variable (Variable interest entity o VIE), coticen en sus plataformas utilizando un proceso de cotización de registro rápido (en contraposición con un proceso de aprobación de cotización mucho más largo que se aplica actualmente en los consejos de las principales bosas). 

A medida que más y más empresas chinas solicitan cotizaciones secundarias en Hong Kong y se convierten en elegibles para el programa Southbound Stock Connect, es probable que veamos que los volúmenes de cotización de estas empresas se desplacen de Nueva York a Hong Kong. Aunque estas empresas no sean técnicamente elegibles para el South Connect todavía, prevemos que las reglas serán modificadas muy pronto para que esto suceda.

Es razonable suponer que los principales índices MSCI y FTSE, que actualmente utilizan los ADR estadounidenses de Alibaba, Netease y JD.com para el cálculo de sus índices, seguirán la tendencia y cambiarán su ponderación de ADR a favor de las cotizaciones secundarias en Hong Kong, siempre que la liquidez de las cotizaciones secundarias de Hong Kong se acerque a la liquidez de los ADR. Cuanto antes puedan los inversores de China continental invertir en estas cotizaciones secundarias en Hong Kong utilizando Stock Connect, antes harán cambios MSCI y el FTSE. Esto es aún más cierto si hay una amenaza pendiente de exclusión forzosa de los ADR por parte de las autoridades de EE.UU. A fin de reducir el error de seguimiento relacionado con el hecho de que Nueva York y Hong Kong están en zonas horarias diferentes, todos los ETFs (productos que replican índices) que actualmente tienen ADR chinos dentro de su exposición actual en China estarán preparados para seguir los índices y hacer el cambio a favor de las cotizaciones secundarias de Hong Kong.

Tanto la bolsa China como la de Hong Kong se han preparado en los últimos meses para acoger a las empresas que se exponen a ser expulsadas del mercado de valores de Estados Unidos. Uno de los cambios pendientes es la renovación del principal índice chino, el Hang Seng, que se había vuelto gradualmente irrelevante ya que sus anticuadas reglas impedían que incorporara cotizaciones secundarias y compañías con diferentes derechos de voto. Las reglas acaban de ser modificadas y, finalmente, empresas como Alibaba, Meituan Dianping o JD.com podrán unirse al exclusivo club de miembros del Índice Hang Seng y su conjunto de derivados y contratos de futuros, lo que ocurrirá tan pronto como se realice la próxima revisión, este mes de agosto.

¿Perderán estos gigantes chinos de Internet y de la alta tecnología accionistas como resultado del proyecto de ley Kennedy-Van Hollen? No creemos que sea así. Los inversores institucionales de EE.UU. son perfectamente capaces de invertir en Hong Kong o en China continental a través de Stock Connect o utilizando sus propias cuotas de QFII (Qualified Foreign Institutional Investor o programa de Inversores Institucionales Extranjeros Calificados). Por otra parte, creemos que estas empresas se beneficiarán enormemente al tener acceso a los inversores minoristas del continente que, hasta ahora, no podían invertir en estas empresas líderes de China.

Al presentar su proyecto de ley al Senado, no es seguro que el Sr. Kennedy y el Sr. Van Hollen tuvieran en mente la bola de nieve que desencadenaría y el impacto negativo que podría tener para los corredores y operadores del mercado estadounidense en términos de pérdida de negocio. Desde la perspectiva de Beijing, no cabe duda de que los dirigentes preferirían que sus empresas más importantes cotizaran en la bolsa de su país, en lugar de quedar a merced de los legisladores estadounidenses, especialmente teniendo en cuenta el actual entorno político que no es más que tóxico. Y desde la perspectiva del mercado de Hong Kong, la Navidad ha llegado antes este año.

Tribuna de Fabrice Jacob, CEO de JK Capital, del grupo La Française.

¿Cuál es la “inflación” que nos espera en los próximos años?

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CC-BY-SA-2.0, FlickrLe Bon Marché (Paris). ,,

Se seguirán inflando los precios más allá de sus niveles “razonables”, sin lugar a dudas, lo que hay que tratar de entender es qué precios lo harán. Dice la ecuación básica monetaria, que los Precios (P) por la Cantidad (Q), debe ser igual a la Masa monetaria (M) por la Velocidad del dinero (V); la cual se ve así:

 P * Q = M * V

Si bien esta es una ecuación que muchos han mandado al baúl del olvido, lo cierto es que ha sido muy útil para explicarlo sucedido en los mercados financieros en los últimos años (y en parte, lo que me lleva a prever lo que podría venir en la próxima década).

Luego de la crisis financiera de 2008, dos de las variables de la ecuación claramente se han incrementado: la masa monetaria (que creció casi en 4 trillones de dólares entre 2009 y 2016) y la velocidad del dinero, no solo porque cada día es más sencillo mover recursos de un lado a otro, sino también porque ha sido en esta última década, donde se han masificado los sistemas de trading de alta frecuencia, los robo-traders, etc, que no han hecho otra cosa que acelerar la manera en que el dinero cambia de manos.

Para que la ecuación mantenga su equilibrio, debe también haberse registrado un crecimiento (importante, por demás) de cualquiera de las dos variables de la parte izquierda, a saber los precios o las cantidades. Pues bien, un análisis objetivo de lo que ha sucedido con estas variables en los últimos años, nos llevará a ver que ninguna de ellas se ha incrementado de manera correspondiente a lo que lo hizo, al menos, la masa monetaria.

La inflación (medida como el cambio en los niveles de precios al consumidor final) ha estado muy controlada alrededor del 2.5% – 3% en el mundo desarrollado (donde se ha dado la fuerte expansión en la masa monetaria); y las cantidades (vistas como incremento del Producto Interno Bruto) tampoco se han incrementado de una forma muy “interesante”.

Si esto es así, la pregunta lógica es a dónde fue a parar todo ese dinero que, aún sigue dando vueltas por el mundo, y que nunca se recogió. Mi respuesta es que en efecto sí hubo un incremento de precios y de cantidades, pero no de las tradicionales en las cuales los economistas siempre nos enfocamos, sino que fueron los precios y las cantidades financieras.

Sobre los precios, no hay mucho que anotar, sencillamente basta con tomar cualquier índice accionario, como el S&P 500, para darnos cuenta de qué precio fue el que se incrementó en los últimos años. Y con las cantidades, pasó algo similar: basta tomar los niveles de endeudamiento sea en el mundo desarrollado o en el mundo emergente, para notar que el endeudamiento del globo, como un todo, tuvo un incremento del 100% para alcanzar los cerca de 250 trillones de dólares que cuesta hoy la deuda global, tanto pública como privada.

En la teoría económica tradicional, este incremento de deuda, debería haber llevado a un aumento de tasas de los bonos, efecto que no se vio de ninguna manera. De hecho, hemos vivido con las tasas de interés más bajas de la historia, contradiciendo toda la lógica económica que nos fue enseñada en la universidad.

¿Sucederá lo mismo en los próximos años? De momento, la respuesta parece ser que sí. De ninguna otra manera se entiende que, en una economía que se va a contraer casi el 8% en 2020 (en un escenario moderado), con una pérdida significativa de empleos, una caída dramática de las utilidades empresariales, por citar algunas variables; las bolsas y los activos financieros en su mayoría hayan borrado en menos de dos meses la caída vista en marzo. 

No sé si sea esta la inflación que todos los analistas financieros y económicos estén esperando, pues muchos aún esperan un incremento de los precios tradicionales, incluyendo a los propios gobiernos, pues es esta la única “solución” viable para bajar los altos niveles de deuda como proporción del PIB. Muchos aún no entienden la dinámica, pero basta mirar el caso de Reino Unido, donde luego del fin de la segunda guerra mundial, se vivieron años de alta inflación sostenida lo cual, a medida que se presentaba, iba bajando la relación deuda/PIB.

Hoy Estados Unidos, con una deuda pública que supera el 110% del valor de su economía, y un endeudamiento privado que alcanza el 250% de ese mismo indicador, enfrenta ese dilema: ya no le cabe un Tesoro mas (especialmente, porque la FED tampoco puede convertirse en el mayor tenedor de tesoros en el mundo de esa forma tan voluminosa), y sus precios no suben (de hecho, al escribir esto, llevamos varios meses de precios negativos…y una población que envejece, además, es una posibilidad mayor de que los precios no suban de manera sustancial).

Por ello, la pregunta que me surge hoy, luego de ver los más de 5 trillones de dólares nuevos que se han lanzado a la economía, el 1 trillón que el gobierno federal quiere dar en ayudas adicionales (así sea, haciendo infraestructura), la perspectiva de que la FED terminará con una hoja de balance de casi 11 trillones de dólares (la mitad del valor de la economía norteamericana), es: ¿cuál es la inflación que nos espera en los próximos años?

 

Manuel Felipe García Ospina es Chief Wealth Management de Skandia Colombia

¿Es adecuado el Indicador de Rendimiento Neto (IRN) para decidir el cambio de Afore?

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Foto: TJD Trader. Foto:

Para cambiar de Afore, con miras al futuro, los trabajadores parten de una premisa simple: “Me paso a la que da más”. Su base es el Indicador de Rendimiento Neto (IRN), que obtiene la Consar. Toman lo sustancial, “dar más”, como algo que sigue y seguirá ocurriendo, no como lo que en realidad es: lo que dieron. Tiempo pasado.

¿Qué nos explica la evolución del desempeño anual?

En diez años, la trayectoria de la rentabilidad anual de la mayoría las Siefores Básicas (SB) 90-94, al cierre de cada junio, ha sido extrema. La gráfica es ilustrativa:

  • Sura se distingue en el amontonamiento de líneas por haber llegado al punto máximo, arriba de 16%, en junio de 2014, y por haber caído al mínimo, -0,44%, dos años después
  • Invercap también fue del liderazgo al fondo. Sus declives fueron gradualmente más severos, hasta caer a -0,33%
  • Inbursa se nota con facilidad porque, como sabemos, suele estar separada del grupo: transita en la parte inferior cuando las demás están arriba, y en la zona media cuando las otras caen.
  • Se percibe que las líneas de Coppel, Azteca y Principal tuvieron menos saltos y hundimientos. Es decir, su desempeño fue menos inconsistente. No por eso mejor.

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Tomemos las cinco SB de mayor IRN a junio de 2020. La gráfica de la evolución de su desempeño anual, en diez años, proyecta sin confusiones las fluctuaciones bruscas de Sura, así como las de PensionISSSTE, y las trayectorias con menos bandazos de Coppel y Azteca. Cierto: Profuturo fue la de mayor variación absoluta acumulada en ese lapso y la puntera en rendimiento neto (el indicador de Consar); la cuestión es que su desempeño fue accidentado, en proporciones similares al de PensionISSSTE (pero contrario al de ésta en 2017); es decir, sus afiliados recibieron sustos aunque no al grado de los de Sura.

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Rendimiento acumulado por bloques: 10, 5 y 3 años

En efecto: al cabo de 10 años, de junio de 2010 a junio de 2020, el precio de la SB 90-94 de Profuturo fue el de mayor alza (tabla de la derecha). Superó por casi 19% a Sura, la segunda, y por 53% a Invercap, la última. Nótese en cuarto lugar a Citibanamex, que ya no figura entre las cinco primeras de IRN, y que Azteca, octava en acumulación directa, se muestra cuarta en IRN.

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Eso significa que en los cinco años recientes Citibanamex perdió aire (se aprecia el desplome de su línea roja en la primera gráfica) y Azteca ganó terreno. La pérdida de fuelle y posiciones de Sura, que cayó hasta el antepenúltimo sitio (tabla que sigue, a la izquierda), no lo refleja el IRN, en el que sigue como tercera. Profuturo, que se mantuvo primera en acumulación, también aflojó el paso y redujo su ventaja (absoluta y en proporción al tiempo) sobre la segunda, Coppel, a 5,55%, y sobre la última (Invercap) a 18,79%. Así, es llamativo que Sura y Citibanamex se ubiquen en la parte baja, a 15,71% y 18,79% del primero. Es la historia: las líderes tarde o temprano fueron rebasadas o relegadas a los sitios bajos. Cuando el IRN refleja eso, los trabajadores ya han sufrido las minusvalías.

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Una mirada al porcentaje acumulado (de punta a punta) por la subida del precio en los tres años recientes revela reubicaciones interesantes (tabla previa, a la derecha):

  • Profuturo seguía líder aunque a menos distancia de sus perseguidores. Ya parecía alcanzable
  • XXI Banorte era tercera
  • Coppel y Azteca perdieron algo de ritmo
  • La reacción de PensionISSSTE no alcanzaba para escalar a las primeras cinco
  • Se ratificaron las caídas de Sura y Citibanamex
  • Cierto: entre la segunda, Inbursa, y la antepenúltima, Sura, la brecha era de 2,66%; poco, para un período de tres años y superable en un entorno como el actual
  • Se confirmaron consistencias a diez, cinco y tres años: la de Principal, que osciló a media tabla casi con la misma distancia proporcional respecto del primero y el colero. La de Invercap, como último lugar (aun con su rebote en los 12 meses recientes).

Desde luego, hay que considerar dos aspectos: 1) dos de estos tres años fueron malos para el SAR –y que de enero a junio de 2020 las cosas fueron a peor–. Más malos para las carteras que suelen tomar riesgos por pretender retornos mayores. Menos desfavorables para las que como Inbursa, suelen asumir riesgos bajos, por eso su segundo lugar.  2) El peso de la acumulación trianual, para todas las SB, se recarga en el último año.

Las limitaciones del IRN

Nada es permanente. El IRN resume lo que hicieron las gestoras, no lo que lograrán. La revisión del desempeño de largo plazo, con un solo indicador, tiene sus limitaciones, deficiencias y carencias. Más cuando el parámetro con que se mide no es el que la teoría de evaluación de la gestión de portafolios recomienda.

A eso se agrega que los mercados no se comportan igual año tras año: una Afore que aplicó estrategias exitosas en ciertas condiciones puede que no consiga el mismo grado de efectividad o que falle ante otras condiciones. Ni eso ni los bandazos, ni las tendencias de variación de desempeño lo refleja el IRN. Además, decidir con base en esta única medida (ya sabemos que el porcentaje de comisiones no es factor) choca con un principio básico de la inversión: comprar lo de precio caro no necesariamente reditúa. A veces, en vez de salirse de una administradora, si se atendiera la tendencia de su desempeño, el historial gráfico a varios plazos, sus grados de riesgo, y factores cualitativos como la renovación de equipos, recursos, cuadros directivos, etc., habría de considerarse afiliarse a ella; o mantenerse en alguna a pesar de que otras suban en la tabla de IRN. Por eso, quienes se pasaron a Citibanamex o Sura, entre 2014 y 2017, con base en el indicador, pudieran haber degustado malos tragos. Ya le pasó hace años a los que se traspasaron a las Afores que entonces eran las líderes.

Columna de Arturo Rueda