Los mercados están dominados por el nerviosismo, ante factores como las tensiones en las materias primas o el cambio estructural que afronta China, pero en algunos sectores del mismo, como en la renta variable estadounidense, no hay necesidad de estar inquietos porque la situación dista mucho de ser como la de 2008. “Hay puntos de debilidad en el mercado –por ejemplo, en los sectores de la energía o la industria- pero somos optimistas y pensamos que el escenario mejorará”, defiende Grant M. Bughman, gestor de la estrategia de variable de EE.UU. con estilo growth de UBS Global AM.
En una presentación a inversores celebrada la semana pasada en Madrid, reconoció que las compañías del S&P 500 no han acelerado sus beneficios pero sí hay áreas donde ese crecimiento es destacable. “Las compañías con sesgo de crecimiento o ‘growth’ están viviendo un momento dulce, pues se muestran capaces de crecer en cualquier escenario”, especialmente en sectores como tecnologías de la información o cuidados de salud, sobreponderados actualmente en la cartera del fondo UBS USA Growth.
Son compañías de calidad, capaces de ganar cuota de mercado, con poder de compra y capaces de crecer en cualquier entorno, también en uno difícil como el actual, y de generar ingresos; y las defiende frente a aquellas con sesgo value, donde se aglutinan nombres más cíclicos y también los bancos. “En un escenario de menor crecimiento, funcionan mejor los nombres con sesgo de crecimiento al invertir en acciones estadounidenses”, dice. Y las valoraciones no están caras, por debajo de la media de casi los últimos 14 años.
Estrategia fundamental
El fondo, compuesto por unos 45 valores elegidos con una estrategia de análisis fundamental, a medio camino entre la concentración y la diversificación, se divide en tres grupos: el grupo de compañías clásicas de crecimiento (como Nike o Home Depot, que los gestores pueden comprar cuando las valoraciones son atractivas); el grupo de aquellas que están en una fase de fuerte crecimiento o llamadas “elite growth” (como Facebook, un “ganador secular” que se beneficiará del cambio del modelo publicitario tradicional al online y móvil y que UBS tiene en cartera desde la salida a bolsa); y el grupo de firmas de crecimiento cíclico, más oportunista (como Delta Airlines), que suele suponer en torno a un 10% del fondo y que ahora, en un momento complejo, pesan menos. También tienen ahora algo menor representación las firmas de mayor crecimiento, que han funcionado muy bien en los últimos años, dando paso a una mayor exposición a las firmas de crecimiento clásico.
“Es una cartera que se complementa, pensada para funcionar bien en cualquier entorno” y en la que no caben ahora las energéticas, “no porque tengamos una estimación sobre a dónde irá el precio del crudo, sino porque su retorno-riesgo no es atractivo”, dice Bughman. El gestor, que recuerda que el colapso en los precios de la energía no está llevando al consumidor estadounidense a gastar más (infrapondera el sector de consumo), explica que las caídas de precio son el resultado de la gran oferta existente y terminarán expulsando a algunos del negocio y llevándoles a la bancarrota -sobre todo si con los actuales precios no pueden hacer frente a su deuda-. “Nadie sabe a dónde irá pero no vemos probable una tendencia alcista de largo plazo en el precio de las materias primas”.
La volatilidad crea oportunidades
En el actual escenario, y aun consciente de que habrá muchos retos por delante, Bughman aboga por aprovechar la volatilidad, que “crea oportunidades para emplear nuestras herramientas y rebalancear las carteras añadiendo buenas compañías a precios más atractivos”, dice, sobre todo si tienes una visión de largo plazo. En su opinión, las ventas que estamos viendo en 2016 son indiscriminadas y surgen oportunidades en nombres que caen sin razón, solo por el miedo.
Con respecto a retos como China, que ya no crecerá a doble dígito, recuerda que, aunque EE.UU. no es una isla, su exposición mediante exportaciones es menor al de otros países como Japón o Alemania y habla de dos sectores económicos estadounidenses: en primer lugar, la industria, un sector más ligado a los emergentes que irá peor; y en segundo, los servicios, más ligados a la economía doméstica y en mejor forma, en la medida en que mejora el empleo, aumentan los salarios y cobran fuerza los apoyos para un mayor consumo, aunque el gestor matiza que la recuperación del gasto solo ha llegado a una parte de la población y no es algo extendido en el país. Pero no está preocupado porque el desapalancamiento y ahorro de los hogares deja balances más saneados, que no apoyarán un fuerte crecimiento del consumo a corto plazo pero sí favorecerán un impulso más robusto en el futuro.
Poca Fed en 2016
Con respecto a la Fed, confía en que los tipos estarán bajos por más tiempo de lo que se piensa y no cree que pueda cumplir su anuncio de cuatro subidas de tipos este año. “La Fed hizo el primer movimiento en diciembre y creó volatilidad en las bolsas y el crédito, encareciendo los costes de financiación. Viene repitiendo el mantra de que tomará decisiones dependiendo de los datos y, dado nuestro análisis positivo, creemos que habrá futuras subidas pero no al ritmo que anunció a principios de año”, explica, descartando un movimiento alcista en marzo. Bughman ve posible, si el escenario es más estable, algún alza a partir de junio pero apuesta por la cautela de Yellen en un entorno desinflacionistas. “El mercado aún infravalora el tiempo que los tipos estarán bajos. El camino de las subidas es modesto”, apostilla.