El índice S&P 500 ha vivido un 2025 lleno de sobresaltos, marcado por avances fulgurantes, episodios de volatilidad y un entorno macroeconómico cambiante que ha puesto a prueba la estrategia de cualquier inversor/a. Un año intenso que deja tres acontecimientos decisivos en el rumbo del índice.
Entre correcciones y récords: cómo se movió el S&P 500 en 2025
2025 ha sido para el índice S&P 500 una verdadera montaña rusa, con momentos de fuerte euforia y episodios de caídas abruptas. Durante los primeros meses, el índice avanzó con determinación gracias al buen desempeño corporativo, especialmente del sector tecnológico. Sin embargo, la trayectoria no ha sido lineal: diversos riesgos macroeconómicos, geopolíticos y comerciales introdujeron una elevada volatilidad.
A lo largo de estos 11 meses, los inversores han tenido que navegar entre amenazas arancelarias, tensiones internacionales y expectativas cambiantes sobre los recortes de tipos por parte de la Reserva Federal. Aun así, en la segunda mitad del año, el índice S&P 500 volvió a apoyarse en el impulso de las grandes tecnológicas hasta alcanzar máximos históricos. Para inversores que buscan aprovechar estas oportunidades, pueden encontrar más detalles del E-mini S&P 500 en iBroker.
En este contexto, hay tres eventos que han destacado por su impacto directo sobre el comportamiento del índice y que conviene revisar para entender qué ha pasado… y qué podría venir después.
1. Guerra comercial arancelaría y colapso bursátil de abril
Uno de los episodios más disruptivos del año fue la escalada arancelaria liderada por Estados Unidos. Estos incrementos generaron temor entre los inversores por su posible impacto inflacionario —al encarecer los costes de producción— y por el riesgo de recesión derivado de un comercio global debilitado.
La tensión alcanzó su punto crítico el 2 de abril, cuando el miedo dominó al mercado y provocó una retirada masiva de capital. Los días 3 y 4 de abril el S&P 500 sufrió algunas de sus peores sesiones desde 2020. El cóctel de aranceles agresivos, riesgo de contracción económica y aumento de los spreads de crédito disparó la volatilidad y elevó el “índice del miedo”.
El mercado no reaccionó positivamente hasta el 9 de abril, tras la suspensión temporal de algunos aranceles. No obstante, a finales de mayo el índice aún cotizaba por debajo de los máximos registrados en febrero.
En el futuro E-mini S&P 500 de CME Group, puede observarse con claridad una caída cercana al 15%, fácilmente destacable mediante un rectángulo en el gráfico histórico de esos días.

2. Tensiones geopolíticas en Oriente Medio
Otro factor determinante ha sido el aumento de la incertidumbre por las tensiones entre Israel e Irán. A mediados de junio, analistas de entidades como RBC advirtieron que un conflicto prolongado podría desencadenar un retroceso superior al 20% en el S&P 500, impulsado por un repunte del petróleo y una presión añadida sobre la inflación.
El incremento del riesgo geopolítico elevó la aversión al riesgo entre inversores, ante el temor de que precios energéticos más altos limitaran la flexibilidad de la Reserva Federal para aplicar recortes de tipos. Aunque hasta el momento no se ha producido una corrección profunda, el mercado continúa extremadamente sensible a cualquier posible escalada.
3. La Inteligencia Artificial impulsa los máximos históricos
Pese a la inestabilidad, el S&P 500 logró recuperar terreno y marcar nuevos máximos gracias al impulso del sector tecnológico. En octubre de 2025, el índice alcanzó niveles récord cercanos a los 6.950 puntos, y actualmente se mantiene muy próximo a esos valores, sin señales técnicas claras de giro.
El rally ha estado encabezado por gigantes tecnológicos como Nvidia, cuya cotización se ha revalorizado más de un 100% desde los mínimos de abril.
La inteligencia artificial se consolida así no solo como motor de futuro, sino también como una palanca sólida para generar ingresos en el presente, justificando valoraciones elevadas. Además, la moderación de los datos de inflación ha permitido que los inversores anticipen futuros recortes de tasas, lo que ha reforzado el apetito por activos de riesgo.
Lo que inicialmente parecía un conjunto de riesgos terminó transformándose en una oportunidad: el mercado subió incluso cuando el sentimiento general era precavido.
Conclusión
El 2025 ha sido un año marcado por la incertidumbre para el S&P 500. La guerra comercial y el fuerte desplome de abril evidenciaron lo rápido que la euforia puede evaporarse. Al mismo tiempo, el auge de la inteligencia artificial permitió al índice no solo recuperarse, sino alcanzar nuevos máximos. Para los inversores particulares, el mensaje es doble:
- Mantener prudencia, dado que los riesgos persisten.
- Aprovechar las tendencias estructurales, especialmente las relacionadas con la tecnología y la IA.
En mercados tan dinámicos, la diversificación y el enfoque a medio-largo plazo siguen siendo aliados fundamentales.
Los Futuros y las Opciones son instrumentos complejos y presentan un riesgo elevado de perder dinero rápidamente debido al apalancamiento. Los Futuros y las Opciones no cuentan con la protección de saldo negativo y las pérdidas podrían exceder el saldo depositado en su cuenta.
Cada inversor debe valorar los riesgos de los instrumentos financieros, así como sus conocimientos del funcionamiento de los mercados antes de realizar operaciones con productos complejos.
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