En la recta final del año, las previsiones macro siguen rodeadas de incertidumbre. Pero, al mismo tiempo, las economías han sido mucho más resilientes de lo que se esperaba. Jill Hirzel, investment specialist de Insight Investment, la boutique de renta fija que forma parte de BNY Investments, explica que el escenario central con el que están trabajando prevé que EE.UU. “quizá se dirija hacia una desaceleración cíclica” una vez que empiece a ser visible el impacto de los aranceles. “No hemos visto una gran evidencia todavía, salvo en el mercado laboral. Están empezando a aparecer algunas grietas, pero en conjunto nos mantenemos en la tesis del soft landing”, resume.
Esta tesis tiene en cuenta que la inflación en EE.UU. se ha mantenido más resistente de lo esperado, y que podría repuntar como efecto de la aplicación de los aranceles: “En ausencia de los aranceles, la Fed ya estaría recortando tipos”, asevera. La previsión de Insight es que la Fed recorte los tipos en 100 puntos básicos, hasta el nivel del 3 %-3,25 %.
Hirzel insiste en que los niveles arancelarios actuales “no se veían desde hace cien años” y, particularmente, que las empresas no han acusado por completo su impacto, ya sea traspasando el incremento de los precios al consumidor final o sacrificando márgenes para absorberlos. Dicho esto, Hirzel también matiza que, desde el ángulo crediticio, las empresas “están entrando en este entorno en una posición de fuerza”, al presentar muchas de ellas balances robustos y bajas necesidades de liquidez.
La visión de la firma es más positiva con Europa, en parte por la relajación monetaria que ha impulsado el BCE a lo largo de este año – su escenario central es que la inflación ya está estabilizada y el BCE ha completado su ciclo de bajadas de tipos – y en parte por el viraje de Alemania hacia un mayor gasto fiscal: “Ha pasado a un segundo plano por todo lo que está sucediendo en la actualidad, pero empezarán a asignar dinero a diferentes proyectos en el cuarto trimestre, así que esperamos que los datos empiecen a recoger el impacto”, indica Hirzel.
Tres razones para invertir en crédito europeo
Aunque la product specialist admite que “los diferenciales de crédito están ajustados”, defiende que el crédito sigue ofreciendo un gran atractivo para los inversores por una serie de razones, empezando por que “los fundamentales corporativos son muy fuertes”.
La segunda tiene que ver con los factores técnicos: “Todavía hay mucha demanda, porque se ha quedado un montón de dinero en fondos monetarios y efectivo. Como los tipos de interés están bajando, los inversores quieren poner su dinero en activos de mayor duración, y el crédito es el beneficiario”. Hirzel se fija especialmente en los flujos, que muestran una rotación de activos estadounidenses a europeos y atribuye en parte a los inversores asiáticos, como efecto de “una tendencia hacia la desdolarización en busca de diversificación”.
La tercera razón – y esto aplica especialmente al high yield – es que la tasa de impago está en niveles muy bajos, además de que “muchos de los nombres con más problemas se están yendo al mercado de crédito privado”.
En opinión de la experta, hoy los inversores no están abordando la inversión en deuda corporativa desde el punto de vista del spread, sino que “tienen en cuenta la rentabilidad total, que todavía es atractiva”.
El momento dulce del high yield
Hirzel estuvo el pasado mes de septiembre en la oficina madrileña de BNY Investments para presentar dos estrategias de renta fija que están proponiendo desde la firma a sus clientes para posicionar sus carteras en los próximos meses. La primera de ellas es un fondo de high yield global de corta duración, el BNY Mellon Global Short Dated High Yield Bond Fund. Se trata de una estrategia de corte defensivo y con sesgo de calidad (cerca del 50% de la cartera está en emisiones BB), con un track record de nueve años.
La especialista de producto destaca el buen momento actual para esta clase de activo: el universo se ha reducido, la calidad media es superior y las tasas de impago están en mínimos históricos. “La calidad del universo high yield ha mejorado mucho con el paso del tiempo, por lo que pensamos que los spreads actuales no son comparables con los de hace diez años, el porcentaje de bonos CCC es mucho más bajo», argumenta Hirzel. La experta también menciona la dificultad de comparar el momento actual con el de hace cinco años, cuando el mercado sufrió una fuerte distorsión por la irrupción de la pandemia.
En este caldo de cultivo, el equipo de analistas de crédito de Insight está analizando con lupa dónde pueden estar las oportunidades: “A la hora de abordar una compañía high yield, nos basamos en nuestra habilidad para predecir sus flujos de caja a dos o tres años vista, porque podemos hacerlo con mucha más precisión que a cinco o seis años, y también es más predecible el entorno operativo”. De esta manera, el análisis bottom up genera el 80% o más de toda la rentabilidad agregada por el fondo, que mostró muy buen comportamiento en fases bajistas del mercado como la vista en 2022.
Respecto al posicionamiento actual, la experta explica que “no solo ha mejorado todo el universo de high yield, es que la sección del mercado en la que nos enfocamos se ha vuelto incluso más defensiva”. Así, como resultado del proceso de análisis, hoy el fondo tiene un posicionamiento más orientado a Europa que a EE.UU., que supone tan solo un 20% de la cartera frente a la ponderación del 60 % en el índice global. Por sectores, sobreponderan aquellos con flujos de caja más predecibles, como industriales, pero también tienen algunas compañías de petróleo y gas.
Finalmente, en lo que se refiere a la duración, Hirzel explica que en el entorno actual el inversor no se ve convenientemente compensado por asumir mayor riesgo de duración, de ahí el enfoque de corta duración. Así, la duración efectiva se sitúa en torno a los 3,5 años para este fondo. Actualmente, la estrategia está generando una rentabilidad cubierta a euros superior al 5%, y cercana al 7% en dólares (datos a 30 de septiembre de 2025).
Crédito europeo con un enfoque sostenible
La segunda estrategia que está proponiendo BNY Investments a sus clientes es el Responsible Horizons Euro Corporate Bond Fund, uno de los fondos estandarte de la firma. Se trata de un fondo de crédito europeo gestionado con criterios ESG que cuenta con un historial demostrado de generar de forma consistente un alfa de 75 puntos básicos sobre el índice durante periodos consecutivos de tres años, tomando como referencia el índice de deuda euro corporativa de Bloomberg.
La filosofía de este fondo es diferente, porque combina análisis top down y bottom up. En la parte top down tienen en cuenta las valoraciones para construir asignaciones tácticas y de valor relativo, y también se controlan aspectos como cuánto riesgo de crédito se está tomando respecto al benchmark. “Actualmente estamos ligeramente sobreponderados, pero no mucho porque todavía hay riesgos en el horizonte”, puntualiza Hirzel. La estrategia puede invertir en deuda IG, pero con flexibilidad para añadir un poco de high yield, y también puede emplear derivados para coberturas.
El análisis bottom up se aplica para construir la asignación por sectores. Así, actualmente los gestores ven valor en deuda de bancos a lo largo de toda su estructura de capital. También ven oportunidades en activos inmobiliarios, pero centrándose en subsectores como logística. Finalmente, cuentan con posiciones en utilities y una pequeña sobreponderación en fabricantes de automóviles, por considerar que los diferenciales estaban demasiado amplios. “En general, en este entorno, lo importante es la solidez del balance, la liquidez, tener en cuenta el riesgo de eventos y el riesgo de gobernanza, que también es siempre un factor importante”, concluye la experta.



