La deuda soberana española atrae la atención de los inversores internacionales. Tras años de dudas en torno a su sostenibilidad, la mejora de los fundamentales macroeconómicos, la resistencia del crecimiento y la disciplina fiscal relativa han consolidado la posición de España dentro del mercado de renta fija europeo.
El país se beneficia de una demanda interna sólida, de una inmigración que alimenta el dinamismo económico y de unas cuentas externas más equilibradas, factores que en conjunto han reforzado la confianza de las agencias de calificación y de los gestores de carteras. En septiembre de 2025, S&P elevó la calificación de España a A+ con perspectiva estable, situándola por encima de Italia y cerca de países como Irlanda o Eslovenia. Al mismo tiempo, Moody’s y Fitch mantienen sus calificaciones estables, lo que confirma la percepción de que el riesgo soberano español sigue siendo bajo.
España es el cuarto mayor emisor soberano de la eurozona, lo que garantiza liquidez y atractivo para inversores institucionales. La fuerte presencia de tenedores internacionales contribuye además a estabilizar el mercado y a reforzar la confianza de los gestores. El contexto de tipos de interés en la eurozona, con un Banco Central Europeo que mantiene una política monetaria restrictiva pero estable, ha reducido la volatilidad, permitiendo que los diferenciales frente al bund alemán se mantengan en mínimos de la última década, recuerdan los expertos.
El panorama es, en consecuencia, optimista. Desde la gestora francesa Crédit Mutuel Asset Management, Clémence Arrighi, gestora de Renta Fija, destaca que el atractivo de la deuda española sigue vivo gracias a sus fundamentos, aunque reconoce que las valoraciones ya no son tan ventajosas como a principios de año.
«Seguimos siendo optimistas con respecto a los bonos del Estado español. La combinación de unos fundamentos macroeconómicos resistentes, la mejora de los indicadores fiscales y unos datos técnicos favorables respaldan nuestra visión positiva. España sigue beneficiándose de una demanda interna robusta y una inmigración sólida, mientras que la trayectoria de su deuda muestra signos de estabilización. Sin embargo, reconocemos que las valoraciones actuales son menos atractivas que a principios de año. En un contexto de inflación estable y política monetaria sin cambios, los diferenciales españoles pueden ofrecer un carry atractivo dentro del mercado de deuda soberana de la zona euro».
El gestor de Renta Fija en Schroders James Ringer subraya la fortaleza de los fundamentales españoles frente a otros países europeos, pero advierte de que el margen de mejora en los diferenciales es ya limitado.
«Los fundamentales económicos de España son sólidos y siguen mejorando. Esto se refleja no solo en los diferenciales absolutos, sino también en los diferenciales relativos con respecto a otros países. Por ejemplo, hace solo 12 meses, toda la curva de bonos del Estado español cotizaba por encima de la francesa, es decir, en todos los vencimientos, los costes de financiación españoles eran superiores a los franceses. Hoy en día, toda la curva francesa está por encima de la española. Esto se debe en parte a la incertidumbre política en Francia, pero creemos que la mayor parte de la diferencia en los diferenciales refleja trayectorias fundamentales divergentes».
«Dicho esto, aunque no vemos margen para una ampliación significativa de los diferenciales en España, ahora consideramos que las valoraciones están en línea con los fundamentales», explica. «Como resultado, vemos menos potencial para una mayor compresión de los diferenciales y oportunidades de inversión más atractivas en otros ámbitos de la renta fija europea. En cuanto a los bonos soberanos, creemos que la mejora de los fundamentales en Portugal y Grecia respaldará su continuo rendimiento superior en relación con países “semi-core” como Francia, Bélgica y Austria.
Asimismo, en la gestora ven oportunidades atractivas más allá del ámbito de los bonos soberanos: «En muchos casos, los bonos garantizados y las agencias gubernamentales siguen ofreciendo rendimientos atractivos en relación con sus respectivos bonos soberanos, sin que los inversores tengan que bajar en el espectro crediticio. Esto nos permite construir carteras de renta fija de alta calidad con rendimientos atractivos, manteniendo al mismo tiempo una calificación crediticia media muy alta», dicen.
Para Mauro Valle, responsable de Renta Fija en Generali AM (Generali Investments), el atractivo de la deuda española se sustenta en el crecimiento económico esperado, el reciente impulso en la calificación crediticia y unos diferenciales históricamente bajos frente a Alemania.
«Las perspectivas económicas de España siguen siendo positivas: según el consenso de Bloomberg, se espera un crecimiento del 2,5% para 2025, y en los años siguientes debería situarse en torno al 1,7%-1,8%, aún muy por encima de la media de la eurozona. Este escenario de crecimiento macroeconómico es favorable, respaldado además por el fortalecimiento de la posición financiera externa de España a pesar del riesgo de una mayor presión sobre el gasto público, es el fundamento de la reciente mejora de calificación por parte de S&P a A+ (con perspectiva estable)», explica.
El diferencial entre los bonos soberanos españoles y alemanes se ha mantenido en el rango de 55-60 puntos básicos, en línea con los mínimos de los últimos diez años, recuerda. «Dado el escenario previsto en el que el BCE mantendría los tipos sin cambios durante los próximos meses, y en un contexto de baja volatilidad tanto en tipos como en diferenciales, los bonos españoles siguen representando una buena oportunidad de inversión para maximizar la rentabilidad de una cartera soberana».