Las bolsas aún son el mejor activo en el que invertir, según la conclusión de Bankinter, que ha presentado su estrategia de inversión y perspectivas para el tercer trimestre del año. Y mejor la americana que la europea.
¿La razón? Estamos en un entorno en el que Estados Unidos acelera y Europa desacelera. “Las economías americana y europea se desacoplan un poco”, indican. Por eso han revisado a la baja su estimación de PIB para este año para la UEM desde el 2,5% hasta el 2,1%.
“Contrariamente, la reforma fiscal americana y otros factores podrían elevar el PIB del segundo trimestre americano al rango del 4%/+5%. Por eso revisamos al alza nuestra estimación para el PIB de 2018 de EE.UU. desde el 2,6% hasta el 2,9% y continuamos prefiriendo la bolsa americana a la europea, la cual, además, estará lastrada por las complicaciones políticas (ahora también en Alemania)”, explican desde el banco.
En España, hablan de síntomas de pérdida de vigor, pero sin ser algo definitivo. “Identificamos algunas cifras titubeantes en el PIB del primer trimestre de 2018, como la desaceleración de la inversión y del sector exterior, pero es pronto para extraer conclusiones rotundas. Podría tratarse de un receso pasajero, tal vez consecuencia de los acontecimientos políticos internos. El PIB del segundo trimestre de 2018 que se publicará en julio aclarará si debemos preocuparnos o no”, indican.
En general, ven un proceso de normalización compatible con un ciclo expansivo largo. “Por ahora esta pérdida de vigor europea debe considerarse como algo normal puesto que los indicadores principales vienen de ritmos expansivos típicos de clímax… y un clímax es una etapa de duración corta que tiende a normalizarse. Esta desaceleración podría ser normal o insinuar algo más”, indican. Las cifras del tercer trimestre determinarán dónde estamos, dicen.
“Pero no sólo no hay bases sólidas para dudar de la solidez del ciclo expansivo global, sino que insistimos en que estamos en una fase intermedia lejana del punto de agotamiento. Eso sí, la situación será dura hasta tal vez después del verano debido a las serias incertidumbres abiertas”, advierten.
Los riesgos
Sobre los principales riesgos, mencionan el alcance real del proteccionismo, la política alemana y el petróleo. “Este verano será determinante para disipar, como pensamos que sucederá, estos tres riesgos principales. Creemos que poco a poco se pondrá en evidencia que el proteccionismo se circunscribe principalmente a EE.UU. y China, pero también que se endurecerá, dificultando el avance de las bolsas. Merkel encontrará una solución de compromiso para estabilizar su gobierno y el resto de fuerzas políticas antepondrán la perspectiva de estado a las cuestiones partidistas. Y el petróleo se estabilizará en los próximos meses, reduciendo la presión sobre la inflación global y tranquilizando a los bancos centrales”, comentan.
P al cubo
Por eso interpretan los retrocesos de las bolsas como oportunidades, para “posicionarnos, perseverar y ser pacientes. Es lo que hemos denominado coloquialmente la Estrategia P3” , explican.
“Preferimos consumo cíclico (especialmente lujo), tecnología, selectivamente industriales y bancos (americanos pero también europeos)”, dicen.
Estiman que el recorrido efectivo (realista) al alza que ofrecen “razonablemente” las bolsas para el segundo semestre (es decir, desde los niveles actuales) es del orden del 6%/8%. “Con ello en el conjunto de 2018 el S&P 500 habría avanzado aproximadamente 8%/10%, el EuroStoxx-50 un 2%/4% y el Ibex-35 un 2%/3%. A partir de ahora debemos esperar de las bolsas rentabilidades simplemente suficientes o “decentes”, compatibles con unas rentabilidades de bonos que ganan atractivo en EE.UU. “, indican, lo mismo que sucederá en Europa en unos dos años, aunque a una escala inferior. “Esa normalización será buena”, apostillan.
Un dólar apreciado
En esta confusión el yen se resistirá a depreciarse y el dólar continuará apreciado, dicen. “Revisamos nuestra estimación para el dólar desde 1,17/1,27 hasta 1,14/1,22 para diciembre de 2018, aunque dejamos inalteradas nuestras estimaciones para 2019/20 (1,20/1,30) porque para entonces el BCE ya habrá empezado a subir ligeramente tipos y el ciclo europeo habrá recuperado algo de impulso. En el caso del yen no cambiamos nada porque consideramos que nuestras estimaciones anteriores (130/140 en 2018 y 135/145 en 2019/20) ya aceptaban una cierta resistencia a la depreciación y creemos probable que, a medida que avance el año, atravesará la frontera psicológica de 130”, añaden.