¿Cómo afectará la desaparición de SVB a los valores tecnológicos?
| Por Cecilia Prieto | 0 Comentarios

Existen cuestiones idiosincrásicas y sistémicas evidentes en la desaparición de Silicon Valley Bank (SVB). Sistémicamente, más de una década de tipos de interés exiguos, seguida de un ciclo de subidas de tipos drásticas, ha sacado a la luz algunas de las prácticas que estaban usando ciertos participantes del mercado financiero para «explotar» los rendimientos, ya sea en fondos de pensiones del Reino Unido a finales del año pasado o, ahora, SVB. No cabe duda de que se revelerán más prácticas, pero es tranquilizador que los reguladores y los gobiernos hayan aprendido lecciones de la crisis financiera mundial (CFM) y estén actuando con rapidez y decisión para tranquilizar a los mercados y a los depositantes.
Los bancos como SVB, Silvergate y Signature, por su idiosincrasia, tenían bases de depósitos muy concentradas y crecientes, generadas por capital privado/capital riesgo y criptografía, respectivamente. Estos bancos han estado expuestos por esos depósitos que ahora se están agotando, y el desajuste con su exposición a valores con garantía hipotecaria (MBS) a largo plazo significa que se vieron fuertemente sacudidos durante el ciclo de subidas de tipos de la Reserva Federal estadounidense. Esto difiere mucho del escenario imperante en la crisis financiera mundial, y algunas de las reformas que se acometieron después están protegiendo a los grandes bancos. Es preocupante que estemos viendo estos problemas en una fase tan temprana del ciclo de subidas de tipos, antes de que llegue la recesión, por lo que cabría esperar la aplicación de condiciones financieras más duras a raíz de este rescate.
¿Qué implicaciones tiene para el sector tecnológico? Aunque SVB era un banco relativamente pequeño, puede haber consecuencias debido a su enorme exposición a la financiación de energía solar, siendo California un mercado clave; esta es un área que estamos vigilando.
En líneas más generales, dentro del sector tecnológico, es probable que los efectos se limiten a las empresas que cotizan en bolsa, aunque podría tener un impacto significativo también en las empresas privadas, ya que muchas de ellas mantenían gran parte de sus fondos en SVB. Esto podría precipitar el giro de enfoque hacia los beneficios y los flujos de caja positivos tras más de una década en que las empresas se han centrado en el «crecimiento a toda costa»‘, dando lugar a un agotamiento de la tesorería y a pérdidas. Creemos que en el próximo ciclo de mercado se producirá un regreso a los fundamentales y una delimitación entre los que tienen y los que no tienen.
Seguimos destacando la discrepancia entre el reajuste de las valoraciones de compañías tecnológicas cotizadas frente a las no cotizadas (privadas), ya que estas últimas han tardado mucho más en realizar los saneamientos contables oportunos. La quiebra de SVB probablemente acelere ese proceso y seguimos pensando que las compañías tecnológicas que cotizan en bolsa son mucho más atractivas en términos de valoración que las que no cotizan. Los inversores también deben saber que muchos fondos de tecnología tienen exposición a empresas no cotizadas que aún no se ha ajustado adecuadamente a los precios del mercado, lo que podría afectar a sus valoraciones.
Tribuna de Richard Clode, gestor de carteras de Janus Henderson Investors.