. H.I.G. Capital anuncia la compra de dos carteras portuguesas de activos inmobiliarios y préstamos
La multinacional de inversión H.I.G. Capital ha anunciado que una de sus filiales ha llegado a un acuerdo con los accionistas de Finangeste, una gestora portuguesa, para adquirir dos carteras de activos inmobiliarios. Estas carteras están formadas por 77 activos inmobiliarios y 114 préstamos garantizados con un valor nominal de más de 110 millones de euros.
La operación supone la vigesimoprimera inversión inmobiliaria de H.I.G. en Europa desde principios de 2013. H.I.G. sigue ampliando así su destacada cartera de activos inmobiliarios en Europa, especialmente en su mercado objetivo de oportunidades de pequeña/mediana capitalización con un considerable componente de valor añadido.
Ahmed Hamdani, Managing Director de H.I.G. en Londres, comentó: «Esta inversión pone de manifiesto nuestra capacidad para llevar a cabo transacciones complejas en el mercado luso. Seguimos adquiriendo activos inmobiliarios infravalorados así como aquellos en los que vemos oportunidad de crear valor optimizando las rentas y la calidad del activo en cuestión».
Sanjoy Chattopadhyay, Principal de H.I.G., añadió: «Nos complace culminar esta operación, que nos brinda una sólida plataforma para realizar inversiones adicionales en los mercados inmobiliario y de créditos falllidos (NPL) de Portugal».
EFPA España participará el próximo miércoles 16 de septiembre en una conferencia que se celebrará en Bruselas para analizar qué impacto tendrá la aplicación de la nueva normativa europea para la regulación de la profesión de asesor financiero (MiFID II). En enero de 2017, esta nueva directiva será aplicable con el objetivo de hacer que los mercados financieros sean más eficientes y transparentes.
Durante este proceso de puesta en marcha de la nueva regulación, las autoridades nacionales se enfrentan a un importante reto que requiere la colaboración de entidades y organizaciones de prestigio para ver cómo afrontar esos desafíos regulatorios y cómo debe aplicarse y adaptarse MiFID II a la realidad de cada país.
En los últimos meses, EFPA España ha realizado un estudio de mercado después de consultar a todos los actores afectados para que ofrezcan su opinión sobre cómo se debe implantar esta normativa, que será una oportunidad única de reforzar el nivel de conocimientos que debe cumplir un asesor para ayudar a un cliente que solicita asesoramiento. En este sentido, EFPA lleva 15 años apostando por la autorregulación y por la mejora de los conocimientos de los asesores financieros españoles.
En la conferencia del próximo 16 de septiembre en Bruselas participará Josep Soler, presidente de EFPA Europa, como moderador junto con los siguientes expertos: Markus Ferber, diputado del Parlamento Europeo y ponente sobre el Reglamento MiFID II; Wim Mijs, director ejecutivo de la Federación Bancaria Europea (Federación Bancaria Europea); David Wright, secretario general de IOSCO (Organización Internacional de Comisiones de Valores).
CC-BY-SA-2.0, Flickr. ¿Qué aprendimos de la quiebra de Lehman Brothers?
En el séptimo aniversario de la quiebra de Lehman Brothers, merece la pena pensar en qué ha cambiado y qué no desde entonces, dice Steen Jakobsen, economista jefe de Saxo Bank. La caída de Lehman fue claramente una oportunidad para lidiar con el exceso, las estructuras laxas y la falta de enfoque en la productividad, sin embargo, “se ha convertido en un catalizador para que los políticos no hayan tomado otra actitud que no sea la de “alargar y disimular”. Alargando, mediante la compra de más tiempo, y fingiendo, al afirmar ser creíble en sus no- soluciones”.
“Los políticos reaccionaron al crecimiento y al déficit de sentimiento con un mayor gasto fiscal y cuando ese dinero se acabó, obligaron a sus bancos centrales a imprimir dinero, mucho dinero. La respuesta no fue un cambio del orden económico mundial, sino más de lo mismo, haciendo caso omiso de la extrema necesidad de hacer reformas, rendir cuentas así como invertir en las personas y en la productividad”, explica Jakobsen.
La consultora McKinsey & Co publicó un informe sobre la deuda y el apalancamiento a principios de este año, llamado: Deuda y (no mucho) desapalancamiento. En este informe se muestra cómo desde la caída de Lehman, la deuda global ha aumentado en la impresionante cifra de 57 trillones de dólares, o el 17% del PIB.
El economista jefe de Saxo Bank está convencido de que no nos «recuperamos», nos limitamos a «empeñar» el crecimiento futuro mediante préstamos de futuro, resultado de lo cual estamos viendo el mayor y lento machaque al PIB mundial, que cada año disminuye relativamente tanto que incluso un economista Nobel parece pensar que nos encontramos en un «estancamiento permanente«.
En este contexto Jakobsen se refiere a la banca, los políticos y a los bancos centrales como la “Trinidad Profana”, donde cada institución depende de la otra para mantener el poder. “Pero nadie puede darse el lujo de hacer frente a la realidad y detener el carrusel de la mala inversión y exceso de atención depositada en la política monetaria, a pesar de que ni la historia ni la práctica tiene ninguna evidencia de que la “trifecta” pueda hacer frente al crecimiento, al empleo o la productividad. En todo caso, la prueba demuestra lo contrario”, explica el economista.
Lehman podría haber sido una «crisis real», un cambio real, un propio cambio de paradigma. Pero en vez de ello, Jakobsen cree que solo hemos comprado tiempo, la única cosa que no debemos comprar y afirma que los últimos siete años se han convertido en tiempo perdido ya que la economía y la sociedad han entrado en un punto muerto.
“Las elecciones a lo largo de Europa nos muestran cómo el tejido social está bajo ataque, y la falta de empleo, la innovación y el crecimiento son el resultado final de este experimento de inutilidad”, dice.
Además, el experto de Saxo Bank vaticina que en los próximos siete años, el coste de capital se elevará, la eliminación de la inversión no productiva probablemente dañará a los mercados de valores, que se convirtieron en activos refugio en los años de vacas gordas o en el escenario de “extender y disimular”. “Pero eso es una buena noticia. El componente salarial del PIB es el más bajo de la historia, la productividad también se encuentra en los niveles más bajos que se recuerdan… ¿cuál es la solución?”, se pregunta
“Voy a retomar, humildemente, mi teoría sobre el Triángulo de las Bermudas de la Economía, donde está claro que al detener el experimento monetario de ayudar al 20 % de la economía – bancos y negocios propiedad del gobierno – el 80% restante obtendrá más crédito, más barato y a su vez crearán más puestos de trabajo a través de aumentos en la inversión, en las personas y en la tecnología. Sí, la buena noticia es que es así de simple; la mala noticia es que la Trinidad Profana quiere mantener el poder y el centro de atención hasta que sea demasiado tarde”, apunta.
Para Jakobsen el futuro está en la realidad. “La realidad del desafío de reformar para ser productivos de nuevo, aceptar el fracaso es parte del éxito.Tras siete años de la quiebra de Lehman Brothers, deberíamos recordarlo en la historia como el ejemplo perfecto de cómo no se deben hacer las cosas. También será el momento menos productivo; un momento en el que la actualización del propio perfil en Facebook ha llegado a ser más importante que la familia, la escuela y cumplir con tus amigos. Un universo paralelo donde la realidad está en el otro lado de tu vida online”, afirma
La realidad está cerca como se puede ver por el aumento de la volatilidad, que es un signo de un sistema al que se le está acabando el tiempo. El juego de las sillas ha comenzado; el gran riesgo es que cuando la música se detenga, no solo habrá desaparecido una silla, sino que lo habrán hecho cuatro o cinco.
“No obstante, este movimiento hacia el otro lado, la realidad, traerá décadas de prosperidad, ya que de nuevo volveremos a centrarnos, empezaremos a tratar el verdadero problema: demasiada deuda y muy poca inversión en las personas. No hay que temer al ciclo de siete años que termina – los años de vacas gordas estaban llenos de azúcar – ahora viene la proteína”, concluye.
Guy Stern, director ejecutivo y responsable de Multiactivos y Inversiones Macro de Standard Life Investments.. “GARS puede multiplicar su volumen, podemos crecer tanto como sea el tamaño de los mercados”
La estrategia de retorno absoluto GARS, de Standard Life Investment, es uno de los signos distintivos de la gestora escocesa. Mirando las estadísticas, mes tras mes logra situarse entre los fondos que más crecen y que más flujos captan en términos netos en Europa. Por eso, las dudas sobre su capacidad y su tamaño están sobre la mesa, pero Guy Stern, director ejecutivo y responsable de Multiactivos y Inversiones Macro de la gestora, despejó todas en el marco del evento anual que Standard Life Investments organiza con periodistas en su sede central de Edimburgo.
“No hay una respuesta sobre el tamaño posible para esta estrategia. Los portfolios pueden multiplicar su tamaño, pueden crecer todavía teniendo en cuenta el actual volumen. El mundo está cambiando, los inversores requieren nuevas soluciones, y nuestra capacidad y habilidad de gestionar no tiene límites, podemos crecer tanto como sea el tamaño de los mercados”, aseguró el experto. Eso sí, siempre explicando que no pierden de vista y monitorizan constamente la capacidad y liquidez de los productos y, sobre todo, que se sigan cumpliendo sus objetivos, que en el caso de GARS es lograr una rentabilidad que supere en un 5% a la de la liquidez, en un vehículo de liquidez diaria.
Tercera fase de desarrollo
El grupo Standard Life ha puesto el foco estratégico en el desarrollo de su gestora, Standard Life Investments, que ya cuenta con cerca de 350.000 millones de euros en activos bajo gestión, y que afronta su tercera fase de desarrollo. Según explicó Åsa Norrie, responsable de Desarrollo de Negocio en Europa, es la tercera fase del viaje de SLI: “Antes de 2010 se trataba de un negocio que trataba de sobrevivir; entre 2010 y 2015 la entidad ha estado inmersa en una fase de transformación y desarrollo para adaptarse a un escenario cambiante; y a partir de ahora, es una fase de crecimiento y desarrollo global. No podemos ser ya una organización centrada en Reino Unido, necesitamos cambiar y considerar aspectos de forma más global, entender las necesidades de los inversores de todo el mundo”, aseguró. La entidad acaba de completar la adquisición de Ignis AM, que considera “un éxito”.
SLI, que se ha desarrollado en Europa recientemente en nuevas jurisdicciones como Francia, Italia, Suiza o España, está creciendo en todos los países, con una filosofía de ofrecer soluciones adaptadas a un nuevo entorno. “Invertir en renta fija es un reto por los bajos retornos que ofrece, y también la regulación, como Solvencia II, plantea cuestiones y dificulta ciertos comportamientos tradicionales a los inversores, que han de considerar nuevas opciones”. Por ejemplo, real estate, muy popular en países como Holanda (“casi tanto como los bonos”), renta variable sin restricciones (muy demandada en mercados como Dinamarca o Suiza…), estrategias de retorno absoluto o multiactivos… en definitiva, soluciones alejadas de los índices que den soluciones en un mundo incierto.
Las soluciones multiactivo y de retorno absoluto son las más emblemáticas de la compañía, y son gestionadas por un equipo que cuenta con una gran estabilidad, según explicaba Stern. “Para lograr ofrecer soluciones reales e innovadoras contamos con tres elementos esenciales en la construcción de carteras: buenas ideas de inversión (visiones macro y de inversión), controles de riesgo y un objetivo claro: lograr un retorno absoluto, alejado de los índices, que permita a los inversores cumplir sus responsabilidades, protegerse contra la inflación y obtener un cierto nivel de rentas”. El objetivo de la estrategia es obtener un retorno un 5% superior al de la liquidez, con menos volatilidad que otras estrategias con el mismo objetivo. Es decir, ofrecer más retorno con menos riesgo.
En el ADN de SLI
De hecho, analizando la estructura de productos de la gestora a lo largo de su historia, se observa que está en su naturaleza la gestión de productos multiactivo, con los que empezó dando servicio a las compañías aseguradoras desde 1998. Pero el negocio creció. “GARS y la gestión multiactivo está en el ADN de SLI”, explicaba Stern. Y las estrategias han ido creciendo y evolucionando: recientemente, lanzaron una cartera con idéntica filosofía pero solo de renta fija (GCARS), para cubrir las necesidades de los clientes que quieren retorno absoluto pero solo pueden invertir en deuda. Y, hace año y medio, GFS (global focus strategies), con estrategias de enfoque global. En el rango de retorno absoluto, la entidad cuenta con 13 fondos.
Dar respuesta a los retos del presente
El objetivo es dar respuesta a los inversores europeos ante los retos del actual entorno. Stern habla de varios retos: el primero, un escenario de bajo crecimiento económico, que requerirá gran diversificación fuera de Europa. “Vamos a tener fuentes de retorno que no solo dependan de economía europea”, dice. Por ejemplo, la rentabilidad de la deuda pública en el continente oscila entre los 40 a los 200 puntos básicos frente a los 600 en México, lo que supone una diferencia de rentabilidad anual del 4%. La deuda australiana a dos años years tiene un yield del 3% frente a la negativa de Alemania… “En otros lugares del mundo hay diferentes riesgos pero no necesariamente mayores que los que hay en Italia o Alemania… y también es cierto que el 40% de los ingresos de las compañías europeas vienen de fuera del continente…. Hay crecimiento más allá de Europa y aunque hay problemas, como el de China, habrá oportunidades para capturar otros escenarios de mayor crecimiento”.
Aunque la estrategia no trata de predecir retornos por geografías o por tipos de activos, sí vislumbra tendencias de largo plazo de las que puede aprovecharse, como la depreciación del euro, o el comportamiento de las large caps frente a las small caps, cuya evolución se diferencia cada vez más. Se trata de invertir en historias que no dependan del crecimiento global o de que un activo vaya bien o no, con el objetivo de diversificar las carteras y “lograr esa diversificación independientemente del escenario económico”.
Otro reto que vislumbra Stern es el escenario de bajo income: “El mundo necesita income, sobre todo cuando las poblaciones envejecen”. Y hay historias que permiten obtener ese income: “Puedes generar casi un 9% con rupias indias frente al euro. Habrá pockets de crecimiento y de income que habrá que descubrir y capturar cuando y donde estén disponibles”, añade.
Los cambios regulatorios son otro reto, con una Europa que camina hacia la integración fiscal y una industria europea que ha de prepararse ante ese escenario. “Tener producto no regulados podría ser una solución pero al final los inversores verán que es posible crear productos innovadores que pueden lidiar con este entorno. Muchos de los nuestros son compatibles con la FSA, las normas de UCITS… y se venden en Canadá, Australia, Europa… hemos de ser capaces de construir carteras con pasaporte internacional”, apostilla.
El gestor añade que, aunque la entidad no tiene todas las respuestas ante esos retos, “vamos a intentar crear soluciones que los inversores necesitan y tener las herramientas necesarias para diseñar proporsiciones de inversión que cumplan esas necesidades”, para poder seguir adelante con esa nueva fase de desarrollo, la tercera de su gran viaje.
Invitados al evento que Dominick & Dominick celebró, en el cocktail previo a la presentación de Art Hogan - foto cedida. Exitoso evento de Dominick & Dominick con Art Hogan desvelando las mayores preocupaciones económicas del momento
Dominick & Dominick, una división de Wunderlich, celebró el día 9 de este mes un evento en los salones del hotel Mandarin Oriental de Brickell Key, Miami, al que asistieron alrededor de 50 profesionales del sector de la inversión y el wealth management de Florida.
Rocío Harb, directora de la oficina de Miami dio la bienvenida a todos los invitados al encuentro, que contó con el patrocinio de PIMCO, e introdujo a Gary Wunderlich, CEO of Wunderlich Securities, la firma con sede en Tenesee que adquirió Dominick & Dominick en enero de 2015.
Tras sus palabras, los invitados tuvieron la oportunidad de escuchar a Art Hogan, managing director, director de Análisis y estratega jefe de Wunderlich Securities. Hogan, que se unió a la firma en 2014, es un “habitual” en cadenas de información económica como Bloomberg TV, CNBC y MSNBC. También escribe como experto de forma regular en diarios como Wall Street Journal y Financial Times. En esta ocasión centró su exposición en identificar cuáles son las mayores preocupaciones económicas del momento. Según su dilatada experiencia, las cinco principales serían:
¿Qué hará el gobierno Chino para estimular la economía? (que encabeza la lista, subiendo desde el cuarto puesto)
¿Habrá continuidad o no en la política de la FED? (cuestión que antes estaba en el sexta posición)
¿Están caras las acciones?
¿Qué efecto tendrán los riesgos geopolíticos?
¿Cómo evolucionarán los beneficios empresariales?
Repasadas las preocupaciones, Hogan III compartió las buenas noticias de la situación actual, en particular el crecimiento del PIB, los resultados empresariales del segundo trimestre y las estimaciones para el tercero, el volumen de fusiones y adquisiciones en el primer semestre de 2015, el crecimiento del empleo y la gran recuperación en la venta de viviendas.
Otros puntos positivos a destacar en el panorama económico actual son, según el experto, el bajo precio de la gasolina y electricidad, el hecho de que los bancos están concediendo préstamos y la evolución de Europa, que ha mejorado mucho desde hace un año.
El comentarista económico y estratega de la firma mantuvo una conversación abierta con los asistentes al evento, que mostraron gran interés formulando numerosas preguntas.
Con la adquisición de Dominick & Dominick, que se completó en enero de este año, Wundelich ha sumado 43 asesores financieros y más de 2.000 millones de dólares en activos administrados a Wunderlich, firma cuya sede está en Memphis, Tennesse, con lo que ahora suma activos por 10.000 millones de dólares y amplía su presencia a 33 oficinas en 18 estados.
Hernán Piñera
. Today track, tomorrow track: FinTech analiza presente y futuro de la banca
Nuevos sistemas de transferencia de remesas de bajo coste y eficientes; concesión de préstamos en dos horas, la determinación de la capacidad crediticia de una persona en base a su presencia en redes sociales. Son ejemplos de los servicios que ofrecen algunas de las empresas más innovadoras que están surgiendo en el panorama financiero: Abra, Carabao y Lenddo. O la innovadora Cobiscorp, que está realizando un hackathon asociándose con una empresa de Bitcoin para desafiar a los participantes en FinTech Americas a crear aplicaciones y soluciones que conectan el bajo costo de Bitcoin con la rapidez y eficiencia de un software que ofrece «carriles de transferencia de alta velocidad» para los usuarios que deseen enviar dinero a Latinoamérica.
Junto a sus CEOs, reconocidos expertos como Hubert “JP” Jolly, Global Head for Citi Digital Channels and Citi Innovation Labs; Jose Estabil, Director of Innovation & Entrepreneurship, MIT; Gautier Vincent, Principal – Financial Services, Deloitte Consulting; German Pugliese-Bassi, Co-Founder & CMO, Technisys; Nicholas Cary, Co-Founder, Blockchain; Tom White, Founder/CEO, iQuantifi; Michael Dooijes, Head of Strategy & Innovation at Rabobank Group, CEO at MyOrder; Daniel Cohen, Senior Vice President Emerging Payments, Mastercard Latin America and Caribbean; Michael Ligouri, Wealthforge; Arnoldo Reyes, PayPal; Juan Lopez Salaberry, Partner, 500 Startups y Sam Hocking, Founder, iMATCHATIVE, se reunirán los próximos días 22 y 23 de octubre en Miami con más de 420 banqueros, para compartir con los asistentes a FinTech Americas las claves de su éxito, las dificultades que han debido superar, su visión del presente de la industria y del futuro de la banca.
La Conferencia FinTech Americas se celebra los días 22 y 23 de octubre de 2015 en el Wolfson Campus del Miami Dade College, en el centro de la ciudad de Miami. En ella se reúnen más de 400 banqueros y ejecutivos de la industria, provenientes de América Latina y los EEUU, para obtener un panorama de las últimas tendencias y desafíos a los que se enfrenta la industria, así como para obtener un plan de acción sobre como preparase para esta nueva era de “disrupcion tecnológica”.
Para más información o inscripciones, puede utilizar este link.
Foto: Hubert Figuiere. Tres razones para incluir activos ligados a la inflación en las carteras
Treinta y cinco años después del máximo visto en 1980, la inflación está en la parte alta de la lista de preocupaciones de la mayoría de los inversores. Ahora, seis años después del último período significativo la inflación, Eaton Vance cree que los activos que ofrecen protección contra la inflación pueden ofrecer niveles convincentes de valor a largo plazo.
Desde la crisis financiera de 2008, la deflación ha sido uno de los principales temores de los inversores, pero la desaceleración económica mundial y la caída de los precios de la energía han eliminado la inflación como una amenaza seria. “En nuestra opinión, sin embargo, la amenaza de deflación de finales de 2014 y principios de 2015 ha pasado”, explica en el blog de la firma Stewart Taylor, portfolio manager del Diversified Fixed Income.
“Aunque se puede culpar a la debilidad del índice de precios de consumo (IPC), pensamos que la debilidad de los datos se debe ala caída de los precios de la energía. Ahora mismo, el IPC se mantiene muy por debajo de su media histórica, pero aunque los precios de la energía han disminuido, el componente del sector servicios de la inflación – en concreto el componente de vivienda – se ha mantenido fuerte. Cualquier repunte de los precios de la energía se puede traducir rápidamente en un mayor IPC”, estima Taylor.
Con seis datos positivos consecutivos del IPC, el experto de Eaton Vance estima que la tendencia de la inflación debería estar llegando a un punto de inflexión. Sin embargo, los activos relacionados con ella tienen actualmente un precio por debajo de su tendencia a largo plazo. “Existen una serie de indicadores de la inflación que se están acercando a los niveles que se han considerado «baratos» en cualquier momento, con la excepción de la crisis financiera en 2008”, explica, y recuerda que la firma no es la única en pensar de esta manera. El gobernador de la Reserva Federal, Stanley Fischer, dijo recientemente en un discurso que, dada la estabilidad de las expectativas de inflación, hay buenas razones para creer que se moverá al alza”.
En pocas palabras: la política global de los bancos centrales, la recuperación de la economía global y el efecto base de los excepcionalmente bajos precios de la energía y las materias primas apoyan fuertemente una exposición a los activos ligados a la inflación. En términos generales, Eaton Vance ve tres razones para que los inversores consideren incluir esta clases de activos con una duración corta en sus carteras:
Los activos ligados a la inflación tienen un precio actualmente por debajo de la tendencia a largo plazo de la inflación.
La fuerte caída de los precios de la energía en lo que va de año ya se está reflejando en el IPC, por lo que cualquier incremento en los precios hará subir la inflación.
Si la inflación empieza a acelerarse, la Fed podría no tener las herramientas para reaccionar con eficacia.
Sin embargo, los inversores deben entender que las herramientas de protección contra la inflación debe evaluar cuidadosamente la exposición al riesgo de tipo de interés.
Foto: EI Heineken. Los productos de gestión pasiva registraron en agosto su mejor marca de los últimos cinco años
Los productos cotizados mundiales captaron 17.200 millones de dólares el mes pasado, la mejor marca de los últimos cinco años. Los principales catalizadores fueron los ETPs de renta fija y variable de mercados desarrollados distintos al estadounidense, dado que resurgieron las preocupaciones sobre la debilidad del crecimiento mundial y aumentó la volatilidad del mercado.
En cuanto a los productos cotizados europeos, los instrumentos de renta variable europea de gestión pasiva registraron muy buenos resultados por tercer mes consecutivo, acaparando así un volumen de inversión entre junio y agosto de 15.600 millones de dólares. Esto apunta a una recuperación en el dinamismo anterior de la temática de los productos cotizados de renta variable europea, que gozó de popularidad entre los inversores durante el primer trimestre para luego pasar a un segundo plano en abril y mayo.
Lunes negro
El volumen de inversión captado por la industria europea de ETPs alcanzó los 3.800 millones de dólares en la volátil semana del 24 al 28 de agosto, la cifra semanal más alta desde principios de febrero. Gran parte de la actividad se concentró entre el martes y el jueves, con una inversión media de más de 1.000 millones de dólares diarios.
“Con unos flujos de inversión de 6.700 millones de dólares, los ETPs de renta variable europea fueron la categoría más destacada de la zona y captaron el mayor volumen de inversión de todas las regiones y clases de activos a escala mundial en el mes de agosto. Éste fue el segundo dato de inversión más destacado del año y pone de manifiesto la continuidad del enfoque de inversión aprovechando la debilidad en la renta variable europea”, declaró Ursula Marchioni, responsable de análisis de ETPs para BlackRock.
El aumento de la inversión por tercer mes consecutivo deja entrever una recuperación del dinamismo anteriormente registrado en la exposición a fondos cotizados de esta clase de activos. Durante el primer trimestre de 2015, los productos cotizados de renta variable europea domiciliados en la región EMEA captaron unos flujos de inversión acumulados de 19.000 millones de dólares, gracias al apoyo del programa de relajación cuantitativa del BCE y a la mejora de las perspectivas de recuperación macroeconómica.
No obstante, en los meses de abril y mayo, el ritmo de inversión se ralentizó (con unas salidas netas de 2.500 millones de dólares) cuando las preocupaciones sobre un posible Grexit volvieron a copar los titulares. Los flujos de inversión totales entre junio y agosto ascendieron a 15.600 millones de dólares, lo que deja entrever el interés renovado por parte de los inversores y la confianza en sus respectivos mercados internos.
Las salidas de los productos cotizados de mercados emergentes se intensificaron el mes pasado hasta alcanzar los 2.100 millones de dólares. Se trata del tercer mes consecutivo en que se registran salidas en esta temática, puesto que la inquietud sobre China lastró la confianza de los inversores en todo el mundo y generó una notable pérdida del 21% en el índice MSCI Emerging Markets durante el mes. Si analizamos los flujos de inversión mensuales desde principios de 2010, agosto de 2015 fue el tercer peor mes para los productos cotizados emergentes domiciliados en la región EMEA, con muy poca diferencia respecto de los dos peores meses: diciembre de 2014, con ventas por valor de 2.300 millones de dólares, y junio de 2013 (2.400 millones de dólares).
Después de haber insistido tanto desde principios de año sobre la creciente fragilidad de los mercados financieros, era cuestión de tiempo que, un día, una chispa prendiera la mezcla altamente inflamable que constituían unos mercados impulsados desde hace cinco años por unos bancos centrales cada vez más desarmados y un crecimiento mundial aún incapaz de acelerarse.
Esta chispa fue la decisión del banco central chino de rebajar algunos puntos porcentuales la paridad del yuan el pasado 11 de agosto, que constituye tan sólo un catalizador. De momento, si bien el crecimiento chino se ha debilitado notablemente —algo que no sorprende—, ningún dato fiable indica que se haya desplomado recientemente, justificando así el inicio trivial de una guerra de divisas.
El quid de la cuestión es más complejo y más explosivo. Reside en la colisión entre la transición general, liderada por Estados Unidos, hacia el final de las medidas de urgencia iniciadas en 2009, y la de China, que pretende avanzar a marchas forzadas hacia una profunda reestructuración de su economía y la apertura de sus mercados de capitales. Las ingentes sumas de liquidez inyectadas al sistema financiero mundial desde hace seis años —que han propiciado un marcado aumento en el precio de los activos financieros (+200% en el índice S&P500 desde su mínimo de 2009), la expansión de las reservas de divisas chinas y una compresión sin precedentes de los tipos de interés— están llegando a sus límites.
El punto y final del programa de relajación cuantitativa de la Fed —en marcha desde octubre de 2014— y la inevitable reanudación de la burbuja crediticia en China ven cómo sus efectos empiezan a propagarse al sistema financiero en un momento en que la economía mundial sigue siendo inestable y la economía china se ralentiza. El endurecimiento de estas condiciones de liquidez a escala mundial, especialmente si se siguen registrando salidas de capitales de China y del universo emergente, intensifica la amenaza de nuevas presiones deflacionistas en las economías desarrolladas, precisamente lo que no necesitan. En previsión de esta problemática, los mercados se han adentrado ahora en una fase intermedia de inestabilidad. Este desafío, que ya se ha materializado, nos lleva a adoptar una estrategia de inversión muy prudente para la que venimos preparándonos desde principios de año.
Fuerte deterioro de la balanza de pago china
La ralentización económica china no es ninguna novedad y los datos publicados en agosto (actividad industrial, exportaciones, inversión) no han hecho sino confirmar esta tendencia. Lo que sorprende más es la rapidez del reajuste, que ha hecho que la contribución del sector servicios al PIB ya supere en un 15% a la de la industria. Esta reestructuración económica es especialmente perjudicial para los socios comerciales de China y les hace ver —con razón— como un «aterrizaje forzoso» un crecimiento que hoy estimamos en torno al 5% anual (sólo el consumo ha crecido alrededor del 10% y el comercio electrónico aumenta a un ritmo del 38% anual).
El principal desafío traspasa sus fronteras. El final de la relajación cuantitativa y las perspectivas de una subida de tipos por parte de la Fed han desencadenado una salida en masa del capital invertido en China desde 2009 (en realidad, el fenómeno ya se había iniciado en 2003). Las presiones bajistas que esto generó sobre el yuan se intensificaron después de que, el 11 de agosto, las autoridades chinas anunciaran el punto y final de la vinculación sistemática al dólar estadounidense y que ahora obliga a las autoridades a utilizar sus reservas de divisas para impedir una caída desordenada de la moneda.
Ciertamente, China dispone de un colchón considerable de reservas de divisas y debería ser capaz de hacer frente a esta situación sin problemas. Sin embargo, el uso por parte de China de sus reservas de divisas para respaldar su moneda supone un cambio fundamental en la tendencia observada en los seis últimos años. Está en línea con la ambición del país de obtener para el yuan el estatus de moneda fuerte y estable, capaz de acceder rápidamente a la clasificación de moneda de reserva. Sin embargo, va totalmente contracorriente de una economía china en marcada ralentización y de una economía mundial aún acostumbrada a las inyecciones de liquidez.
Algunos estudios estiman en más de 600.000 millones de dólares el importe de capitales que podrían salir de China en el próximo año por el abandono de las famosas operaciones de carry trade, la gran vicisitud de la relajación monetaria estadounidense de los últimos años. En algún momento, esta presión podría llevar a las autoridades chinas a dejar caer más su moneda en vez de recurrir más sus reservas de divisas. Probablemente, tal capitulación ante la presión de los mercados supondría un remedio peor que la enfermedad para los socios económicos de China, dado que implicaría para esta última «exportar» sus propias presiones deflacionistas a sus socios comerciales mediante la depreciación de la moneda.
A este preocupante panorama se une una confianza muy mermada sobre el control de la situación a cargo de las autoridades chinas. No en vano, recientemente han perdido mucha credibilidad al crear, muy torpemente, una burbuja de valoraciones en el mercado de acciones nacionales a principios de año fomentando las compras especulativas por parte de particulares para luego realizar una gestión nefasta de su estallido, que todavía hoy mantiene a cientos de títulos chinos suspendidos de cotización.
La ralentización económica y el ajuste de las condiciones de liquidez no hacen buena pareja
Lo que hace que el panorama en su conjunto sea especialmente inestable es que todo el apoyo monetario facilitado al sistema financiero mundial desde 2009 ha derivado en una revalorización considerable de los activos financieros, si bien sólo ha conseguido un ritmo de crecimiento que sigue siendo anémico en las economías desarrolladas. A pesar de la revisión al alza del segundo trimestre, el crecimiento económico en Estados Unidos se situará ligeramente por encima del 2% este año. Parece que la mejora de la zona del euro sigue su curso, pero el crecimiento en 2015 difícilmente superará el 1,5% este ejercicio.
Por tanto, en un momento en que el respaldo que la liquidez brinda a los mercados se encuentra en entredicho, la ralentización de la locomotora china —que impide la aceleración del crecimiento mundial— hace que estos niveles de valoración sean vulnerables. Además, ha quedado claro que la liquidez abundante facilitada por los bancos centrales no ha permitido incrementar las tasas de inflación en el mundo desarrollado hasta fuera de la zona de peligro. La intensificación de las presiones deflacionistas (ya reforzadas por el desplome de los precios de la energía), que provocaría un debilitamiento generalizado de los países emergentes y de sus monedas, supondría, por tanto, una dificultad añadida para las economías de Estados Unidos y Europa.
El espejismo de la relajación cuantitativa ilimitada
Muchos inversores han basado su confianza en los mercados en la previsión de que un crecimiento económico mundial débil constituiría la mejor garantía de un respaldo monetario ininterrumpido por parte de los bancos centrales del mundo desarrollado. Desde hace cinco años, esta confianza ha permitido interpretar sistemáticamente cualquier mala noticia económica como una buena noticia para los mercados. El incremento de las salidas de capitales del universo emergente, como fenómeno que merma la liquidez mundial, supone por tanto el primer desafío para esta cómoda postura.
Pero, además, los bancos centrales son plenamente conscientes de que esta huida hacia delante —que persigue sin fin una política de creación monetaria y revaloriza los activos financieros mucho más rápido de lo que permite reactivar la economía— pone en peligro su propia credibilidad. Hoy en día, Janet Yellen está en primera línea y ya se encuentra ante la delicadísima situación de decidir —de cara a finales de este año— si continuar un poco más con esta huida hacia adelante para proteger la economía estadounidense de la chispa china o si optar por subir los tipos de referencia para preservar la credibilidad de la Fed, a riesgo de echar más leña al fuego.
¿Qué podemos hacer?
La marcada volatilidad a la que se han enfrentado los inversores en los mercados de renta variable durante el mes de agosto se debe, en gran parte, a las gestiones pasivas y algorítmicas, y a la cobertura de las enormes posiciones con opciones abiertas, que desencadenaron automáticamente en órdenes de compra y venta que reforzaron los movimientos del mercado. Estas fluctuaciones exorbitantes han hecho que el valor añadido de la gestión fundamental sea irrisorio a muy corto plazo. Pero el problema va mucho más allá. El riesgo de un retroceso en las condiciones de liquidez mundial supone una amenaza para los mercados que justifica una reducción considerable de los niveles de exposición en todas las clases de activo (renta variable, renta fija y divisas). No podemos perder de vista que, en efecto, una nueva debilitación del crecimiento y una intensificación de las presiones deflacionistas no serían compatibles con un mundo que continúa sobreendeudado.
Naturalmente, esta perspectiva es lo suficientemente desfavorable como para que los mercados duden si permitir que suceda de golpe. Los bancos centrales podrán aplazar otra vez el momento de la verdad ofreciendo de nuevo el consuelo elusivo de la relajación cuantitativa ilimitada. Y las autoridades chinas podrán demostrar ser capaces de frenar las salidas de capitales, incluso instaurando de nuevo un control cuasiabsoluto de los flujos de inversión. En este caso, quizás debamos declarar superada la situación de alerta y retomar temporalmente unas tasas de exposición más ambiciosas.
Pero incluso ante esta hipótesis, seguirá estando justificado mantener —ahora más que nunca— una estructuración de cartera adaptada a un contexto de crecimiento frágil. Apostar por una aceleración del ciclo económico hoy en día nos parecería muy poco prudente. A la inversa, en un mundo en el que las empresas capaces de registrar un marcado crecimiento de sus resultados escasearán más que nunca, la selección de estos campeones (a menudo, líderes mundiales en sectores con un gran valor añadido) podría marcar la diferencia frente a los maltrechos índices bursátiles. Igualmente, la selección extremadamente rigurosa de emisores privados podrá ser fuente de rentabilidades absolutas en el universo de la renta fija. En cualquier caso, se perfila una ocasión histórica para que la gestión activa demuestre su eficacia frente a la gestión pasiva.
El riesgo principal reside en la interferencia entre las grandes transiciones que pretenden implantar la Fed y las autoridades chinas. No podemos perder de vista que un nuevo debilitamiento del crecimiento y una intensificación de las presiones deflacionistas no serían compatibles con un mundo que continúa sobreendeudado.
Didier Saint-Georges es miembro del Comité de Inversiones y managing director de Carmignac.
Foto: Stavros Markopoulos, Flickr, Creative Commons. Por qué el tamaño importa: menos del 1% de fondos mundiales, los mega fondos, aglutinan más del 50% de los activos de la industria
La escala importa en la industria de los fondos de inversión. Así lo muestran los datos que ofrece Propinquity en un estudio que parece encontrar un elemento constante en el mar de cambios que vive la industria: los grandes siguen ganando tamaño. En todo el mundo existen 775 fondos de inversión con más de 5.000 millones de dólares en activos, los considerados como megafondos, desde los 650 que había a finales de 2007.
El número ha crecido pero sigue suponiendo el 0,9%, menos de un 1% del universo total de fondos de inversión disponibles en las jurisdicciones de todo el mundo (83.500 fondos en total). Y ese menos del 1% de fondos aglutina más del 50% de los activos totales de la industria: así, si hace ocho años suponían el 40,9% del total (5,6 billones de dólares de los 13,7 totales), ahora ocupan el 51,1% (11,5 billones de los 22,6 totales, con datos a finales de junio de 2015 y excluyendo fondos monetarios y los no clasificados).
La evolución es clara: desde 2007 en adelante, los mega fondos han añadido a la industria 5,9 billones de dólares, mientras el universo ha crecido en 8,9 billones; es decir, los megafondos han aportado el 66,8% del crecimiento de la industria mundial de fondos en los últimos siete años y medio.
Desde finales de 2008, los mega fondos de renta variable han triplicado sus activos, pasando de 2,1 billones a 6,3 billones de dólares, sobre todo ante la revalorización del mercado bursátil estadounidense. Los mega fondos alternativos, dice el estudio, han pasado de 15.000 millones a 143.900 millones, multiplicando casi por 10 su valor, en el mismo periodo.
“Dado su tamaño y poder adquisitivo, los mega fondos tienen enormes implicacoines para todos los participantes de la industria”, señalan desde la entidad. De hecho, los flujos de capital parecen verse más atraídos por estos grandes fondos y además, son menos dependientes de las condiciones del mercado. Según el estudio, las suscripciones a esos grandes fondos han sido consistentes desde 2009 (con la excepción de 2011), suponiendo el 53,8% de su crecimiento total desde 2007: la categoría con más flujos ha sido la de renta fija (captó 1,4 billones, el 40,4% de los flujos desde 2007) mientras la de renta variable captó 942.000 millones, el 27% de los flujos.
Los datos muestran también que los flujos son más independientes de las condiciones de los mercados: los mega fondos captaron 81.900 millones en el año 2008, mientras ese año los fondos de menos de 5.000 millones vieron salidas por 517.800 millones de dólares. Los flujos en los grandes fondos también permanecieron en positivo en 2009.
¿Dónde están estos mega fondos?
Estos mega fondos están sobre todo en Estados Unidos, con 535 de los 774 fondos, el 69,1% del total, con activos sobre el total del 82,3%. Los fondos transfronterizos vendidos en Europa y Asia suponen un 21,7% de los fondos pero solo un 12,7% de los activos. Con todo, el estudio señala que el origen de los grandes fondos se está globalizando: en 2007, el 86,9% de los activos estaban en fondos domiciliados en EE.UU. y ahora esa cifra ha bajado al 82,3%.
Tendencia: de activo a pasivo
Los datos también muestran que dentro del universo de los grandes fondos tiene una mayor cabida la gestión pasiva: en 2007 el 50% de los activos de los mega fondos en la categoría de bolsa estadounidense de gran capitalización estaban gestionados de forma pasiva, y ahora suponen el 68% de los activos. “Los inversores no están dispuestos a pagar mucho por estrategias falsamente activas que no ofrecen los retornos esperados. El juego del acceso frente al alfa se está reescribiendo”, dice el informe.
En total, el número de fondos pasivos ha crecido de 52 a 64 dentro del universo desde finales de 2007 pero sus activos lo han hecho mucho más rápidamente, multiplicándose por 3,4 veces –pasando de 677.800 millones a 2,3 billones, frente a un menor crecimiento de las estrategias activas-. “Las mayores economías de escala se encuentran en las estrategias pasivas, donde las comisiones son menores, y las barreras de entrada enormes”.
Desde 2007 a 2015, los fondos pasivos suponen el 27,8% del crecimiento total del universo de los mega fondos.