Las empresas japonesas están descubriendo ahora al accionista

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Las empresas japonesas están descubriendo ahora al accionista
Foto See-ming Lee. Las empresas japonesas están descubriendo ahora al accionista

Desde el comienzo del año, las bolsas chinas han registrado una corrección a la baja con repercusiones mundiales, cuyas ondas de choque se han dejado sentir también en Japón. Pero precisamente en este país, caracterizado por una recesión prolongada y un peligroso envejecimiento de su población, existen grandes oportunidades de inversión. Steve Glod, gestor del fondo BL-Equities Japan, explica brevemente en esta entrevista su visión sobre las reformas llevadas a cabo en Japón y sus resultados.

¿Cuál es el entorno actual del mercado en Japón?

En las últimas décadas, Japón ha pasado por periodos difíciles, ya que el país ha entrado en recesión en múltiples ocasiones. Entre una recesión y otra siempre ha habido buenos esfuerzos, pero nunca se ha llegado realmente a registrar una recuperación duradera. Sin embargo, el entorno de mercado actual ha mejorado significativamente y sus bases parecen más sólidas que en el pasado. Esto se debe especialmente al programa de reformas económicas estructurales («Abenomics») puesto en marcha por el primer ministro, Shinzo Abe, tras su victoria en las elecciones de finales de 2012, con el fin de lograr una recuperación económica sostenible.

Abe entendía que las reformas estructurales eran absolutamente necesarias para que las empresas pudieran seguir creciendo. Actualmente, el mercado laboral japonés se caracteriza por una tasa de desempleo sumamente baja, mientras que la mentalidad de los trabajadores también está cambiando: hasta ahora estos eran fieles de por vida a su empresa, mientras que actualmente los contratos temporales van cobrando peso. Esta mejora del entorno estructural y el tipo de cambio actualmente bajo del yen benefician especialmente a las empresas de calidad –como son las exportadoras–, por lo que en 2016 se esperan unos beneficios récord.

Habla usted de empresas de calidad. ¿Podría contarnos algo más cerca de estas empresas?

Según el mercado, son empresas de calidad aquellas que se caracterizan por una alta rentabilidad sobre recursos propios, unos márgenes elevados y, por tanto, un abundante flujo de caja libre. Nosotros vamos un paso más allá y definimos las empresas de calidad como aquellas que poseen una ventaja competitiva clara. Además, estas empresas pertenecen a sectores que ofrecen perspectivas de crecimiento a largo plazo y sus temáticas de inversión auguran un éxito sostenible. Y ese es precisamente el enfoque de inversión que seguimos en BLI – Banque de Luxembourg Investments. Por lo que respecta a mi fondo, diferencio entre empresas exportadoras, que obtienen sus beneficios principalmente en el extranjero, y empresas que operan en el mercado nacional. Ambos tipos de empresas están representados en la cartera de BL-Equities Japan con un porcentaje de aproximadamente el 50% cada una. Mi trabajo como gestor de fondos consiste en comprar a buen precio empresas de calidad que ocupan nichos de mercado específicos con potencial de crecimiento.

En nuestra cartera figuran también algunas empresas que se ven favorecidas por el envejecimiento cada vez mayor de la población, como por ejemplo la compañía farmacéutica Santen Pharmaceutical, uno de los líderes mundiales en medicamentos para ciertas enfermedades oculares. Debido a la enorme fortaleza del yen en el pasado, las empresas exportadoras clásicas se vieron incluso obligadas a desarrollar y defender una ventaja tecnológica, para poder competir con las empresas asiáticas de menor coste. Así, en nuestra cartera figuran por ejemplo proveedores de ordenadores tablets y smartphones, especialmente Samsung y Apple, cuyos productos tienen un gran potencial de crecimiento.

Otro ejemplo característico de empresa de calidad es Shimano, una conocida multinacional con importantes ventajas competitivas que fabrica componentes y accesorios para bicicletas, y que cuenta con una gran lealtad de los clientes. Esto significa que, por lo que respecta a los componentes, los fabricantes de bicicletas en realidad no pueden evitar recurrir a la marca Shimano. Este éxito no es casual, ya que durante años la empresa ha invertido considerablemente en el desarrollo; cada año se registran aproximadamente 100 nuevas patentes, de nuevos componentes y, en algunos casos, de mejoras de componentes existentes.

Como resultado, Shimano posee en la actualidad una cuota de mercado del 70%, por lo que a los competidores les resulta prácticamente imposible ofrecer alternativas rentables con un nivel técnico igual de elevado. A su vez, esto genera unos elevados rendimientos y buenas perspectivas de crecimiento. A ello hay que añadir que la clase media de los países emergentes va en aumento y demanda más bicicletas. Por su parte, las ciudades europeas se están reforzando sus sistemas de bicicletas públicas para reducir la congestión del tráfico. Lo que muchos no saben es que desde hace varios años Shimano ofrece además productos para el remo y que es también un proveedor líder de accesorios de pesca.

¿Qué peculiaridad destacaría del mercado japonés?

Japón es un mercado temático con algunas tendencias a corto plazo, justo lo contrario a nuestro enfoque de inversión, que se centra en el largo plazo y no en las tendencias del mercado. Así, 2013 fue el año de los valores exportadores, de las empresas cíclicas y de las acciones financieras e inmobiliarias. En los dos últimos años, la inversión se centró más en el tema de la mejora del gobierno corporativo, es decir, la gestión de las empresas. Y algo que está relacionado con esto, el objetivo de repartir mayores dividendos a los accionistas. En Japón, hasta ahora las empresas han sido bastante conservadoras, pues apenas han hecho hincapié en los beneficios. Hay empresas que se mantuvieron con vida casi artificialmente, a fin de evitar su quiebra y, con ello, la supresión de puestos de trabajo.

Mientras tanto, se comprende aunque muy lentamente, que es más razonable emplear la mano de obra ya de por sí escasa de forma más razonable –Japón destaca por su pleno empleo– y fortalecer la situación económica del país. Esta transformación se traduce en medidas en aras de una mayor transparencia y comunicación al exterior, lo que se refleja por ejemplo en la creación de departamentos de relaciones con los inversores. En otras palabras: las empresas japonesas están descubriendo ahora al accionista. Este cambio de tendencia nos complace, pues son sobre todo las empresas de calidad las que implementan estas mejoras. Si nos fijamos en los valores japoneses que mejor se han comportado, las empresas de calidad destacan especialmente por delante de las empresas de crecimiento. Las empresas con un elevado nivel de endeudamiento y las empresas de valor, han mostrado un pésimo comportamiento.

¿Se refleja también en la rentabilidad de BL-Equities Japan?

En 2014 y 2015, el fondo registró un buen nivel de rentabilidad. Sin embargo, 2013 fue más complicado para nosotros, ya que ese año los títulos financieros e inmobiliarios, valores que excluimos desde el principio en nuestro enfoque de inversión debido a su escasa transparencia, se vieron beneficiados. No obstante, volvemos a insistir en que nuestra metodología de inversión se orienta al largo plazo y, en ocasiones, los inversores también tienen que asumir algún año negativo con respecto al índice de referencia, como sucedió en 2013. Sin embargo, en un ciclo de mercado a largo plazo, estoy convencido de que el enfoque basado en incluir en cartera empresas de calidad a buen precio dará sus frutos, tanto por lo que respecta a la rentabilidad absoluta como a la relativa.
 

Los fondos captaron 451.000 millones menos en 2015 que en el ejercicio anterior

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Los fondos captaron 451.000 millones menos en 2015 que en el ejercicio anterior
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: 2008 Summer Olympic US Army. Los fondos captaron 451.000 millones menos en 2015 que en el ejercicio anterior

Morningstar publicó su cuarto informe anual sobre flujos globales que examina los flujos sobre fondos de inversión y ETFs a nivel mundial. Con 949.000 millones de dólares los flujos en 2015 fueron notablemente más bajos que los 1,4 billones de dólares que captaron los fondos a nivel global en 2014. La industria de fondos estadounidense consiguió flujos netos por valor de 263.000 millones de dólares, por debajo de la cifra de 580.000 millones de dólares del 2014.

“2015 trajo una creciente incertidumbre para los mercados en todo el mundo, debido a los cambios en las políticas monetarias de los Estados Unidos y de Europa, la desaceleración del crecimiento económico a nivel global, y la caída de los precios de las materias primas, especialmente el petróleo. En consecuencia, las entradas netas de dinero fueron menores en 2015 que 2014, y el patrimonio total disminuyó debido a las rentabilidades negativas de los mercados mundiales”, comentó Alina Lamy, analista de mercados senior de Morningstar.

“Aunque los fondos domiciliados en los Estados Unidos atrajeron los mayores flujos en 2014, en 2015 vimos unos menores flujos, pero más uniformemente distribuidos en todas las regiones. Los fondos de renta variable lideraron sobre el resto de las categorías a nivel mundial en términos de entradas anuales, aunque los flujos netos de 305.000 millones de dólares en 2015 fueron menores que los 476.000 millones de dólares recogidos en 2014 en este tipo de fondos”.

Puntos clave del Informe anual de flujos globales de Morningstar:

  • En notable contraste con las de las tendencias observadas en 2014, los fondos mixtos recolectaron 171.000 millones de dólares, superando las entradas de 132.000 millones de dólares para los fondos de renta fija, convirtiéndose en la segunda categoría global con los mayores flujos a nivel mundial.
  • Los fondos alternativos disfrutaron de un segundo año de crecimiento orgánico de dos dígitos, la tasa más alta entre las categorías globales, impulsado por unos inversores que buscan opciones para diversificar y conseguir rentabilidades consistentes en un entorno de incertidumbre tanto para la renta variable como para la renta fija.
  • Vanguard mantuvo su posición de líder indiscutible en la industria de los fondos, sostenido e impulsado por la creciente popularidad de las estrategias de fondos índice. La mayoría de los 251.000 millones de dólares que consiguió la entidad fueron a para a sus fondos de gestión pasiva. Sus fondos de gestión activa disfrutaron también de entradas, con unos 15.000 millones de dólares. Entre los proveedores de fondos de gestión activa, Fidelity y JP Morgan fueron los que obtuvieron los mayores flujos en 2015, con 57.000 millones y 23.000 millones de dólares, respectivamente.
  • Para todas las principales regiones, el porcentaje de activos en fondos pasivos de renta variable fue superior al porcentaje de activos en fondos pasivos de renta fija, y de todas las regiones Estados Unidos fue la que tuvo el mayor porcentaje de activos pasivos. En ninguna otra región la diferencia entre gestión activa y gestión pasiva fue tan pronunciada como en los Estados Unidos, donde los fondos activos sufrieron salidas en 2015 mientras que los fondos pasivos atrajeron flujos por valor de unos 400.000 millones de dólares.
  • El patrimonio total en ETFs se sitúo cerca de los 3 billones de dólares a finales de año. Mientras que los ETFs de renta variable constituyen la gran mayoría de los activos, los de renta fija y alternativas disfrutaron de un sólido crecimiento. Estados Unidos acapara el mayor volumen de ETFs a nivel mundial.

El informe de flujos globales de Morningstar se basa en activos comunicados por más de 3.800 gestoras de 82 países. El informe analiza más de 92.000 carteras de fondos que engloban a más de 22.000 clases e incluye una visión global y cuatro secciones específicas para cada región: Estados Unidos, Europa, Australia y Latinoamérica. Morningstar estima los flujos netos a partir de los datos de patrimonio de rentabilidades.

La extrema izquierda y la extrema derecha lo hará mejor

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La extrema izquierda y la extrema derecha lo hará mejor
Foto: Lynn Friedman. La extrema izquierda y la extrema derecha lo hará mejor

¿Cómo explicamos el ascenso de Donald Trump, el riesgo de Brexit, el hecho de que Marie Le Pen cuenta con buenas posibilidades de convertirse en el próximo presidente de Francia, y la situación general de un mundo político en el que todos los gobernantes en ejercicio parecen a punto de ser derribados de sus escaños?

¡Sencillo, Dr. Watson! ¡Es el contrato social, que no sólo se está rompiendo, sino que también está siendo arrojando por la borda! Entretanto, las élites políticas se quedan calvas intentando analizar porqué alguien como Trump, un candidato con cuatro bancarrotas a sus espaldas, inmoral, desabrido y todo un profesional del auto-bombo puede alzarse con la nominación del partido Republicano.

La cuestión es que esto no tiene nada que ver con las políticas de Trump (o la ausencia de las mismas), sino que tiene todo que ver con el hecho de que es un anti-sistema. No hemos de temer que los Estados Unidos se estén orientando hacia las políticas de Trump, pero la élite política necesita reconocer que los votantes están alejándose del “contrato social” y de sus elitistas criterios políticos.

El contrato social es la teoría política que subyace a todas las sociedades contemporáneas, un convenio o acuerdo entre el gobernante y sus gobernados que define los derechos y deberes de cada uno. Esta idea se remonta a los sofistas griegos, pero las teorías del contrato social tuvieron su mayor predicamento en los siglos XVII y XVIII, gracias a nombres como Jean-Jacques Rousseau, Thomas Hobbes, John Locke y, en tiempos más modernos, John Rawls.

La cuestión es en qué situación se halla el contrato social mismo: la sociedad tal y como la conocemos está harta de ser dócil y aceptar una “situación de emergencia” interminable. ¡Uno sólo puede afrontar un número limitado de emergencias en el tiempo de una vida!

Ahora los votantes del mundo quieren cualquier cosa menos a la clase dirigente tradicional. Este es el motivo por el que Hillary Clinton no puede ganar las elecciones de EEUU: ella es la personificación de la clase dirigente, del orden elitista. Trump, por otra parte, está tan lejos de ser un político que representa el caos en un mundo de orden, y esto es lo que los votantes de EEUU quieren.

Económicamente, esto tiene todo el sentido del mundo, y lleva gestándose largo tiempo. El ratio compensación salarial / PIB en los EEUU es el más bajo registrado jamás… repito, ¡el más bajo desde que hay registros!

Línea azul: Proporción (en porcentaje) sobre los ingresos brutos del hogar: compensación salarial, pagada: salario y devengos salariales: Desembolsos: A personas

Entretanto, los beneficios empresariales están en el punto más alto de la historia.

Línea azul: Negocios empresariales: beneficios antes de impuestos, sin ajustar valoración de inventarios (inventory valuation adjustment, “IVA”) ni consumos de capital (CCAdj); en miles de millones de USD

No resulta nada sorprendente que los “empleados” y las clases medias quieran cambios. Pero este cambio también es inevitable por otros motivos…

Los beneficios empresariales dependen de que los “empleados” del mundo dispongan de suficientes ingresos después de impuestos como para comprar los bienes de los “fabricantes de beneficios”. En otras palabras, durante todo este ciclo nos vemos ante una insuficiente retribución en las clases medias, en “Main Street” (el hombre de la calle, la economía real, en contrapunto con “Wall Street”, grandes rentistas y altos ejecutivos, la economía financiera), mientras que apoyamos en exceso a las clases bancarias y generadoras de beneficios.

La actuación del Banco Central Europeo (BCE) que vimos la semana pasada fue un intento fallido más de “ayudar”:no fue más que otra “limosna” a los bancos, y hará poco para estimular la demanda final de los consumidores y las empresas.

Parece como si el BCE y los responsables políticos no alcanzaran a entender la economía básica: la inflación deriva de la velocidad del dinero, y la velocidad del dinero en su forma más simple viene impulsada por la demanda de crédito, ¡no por la oferta de crédito!

Incentivas a los inversores y consumidores para que gasten o inviertan, y la demanda de crédito crece. Apoyar a los bancos no hará nada por la inflación o el crecimiento, pero hará cada vez más probable que se rompa el contrato social.

No funciona, y en este momento es contraproducente tanto para los bancos como para alcanzar la meta de la normalización.

Finalmente, me encanta disponer de esta oportunidad y de este espacio para volver a presentar mi teoría del «Triángulo de las Bermudas de la Economía», ¡que por cierto aún no me ha hecho ganar un premio Nobel!

En este momento, la actuación en política monetaria está diseñada para atender, o ayudar, al 20% de la economía que ya tiene acceso al crédito: bancos y empresas cotizadas. Esto se hace a expensas del 80% de empresas pequeñas y medianas, que obtienen menos del 5% del crédito y un 0% del capital político.

Entretanto, el 20% -Wall Street- consigue el 95% del crédito y el 100% del capital político.

Así que ¿cuál es el problema? Pues que el 20% que obtiene el 95% y el 100% de tales ventajas crea menos del 10% de los nuevos empleos y la productividad. El otro 80%, en cambio, el que consigue el 5% y el 0%, crea el 90% de todos los nuevos empleos y el 100% de los nuevos incrementos en productividad.

No es ninguna sorpresa que vivamos en un modelo económico sin movimiento social, uno en el que la expansión de los beneficios de las empresas se genera no a través de la productividad, sino por programas de recompra y una falta de inversiones en bienes de capital (irónicamente, contener el capex “mejora la línea base” de las empresas en los primeros tres a cinco años).

Tanto el contrato social (léase: “Main Street”) como el modelo de negocio están rotos, y además al mismo tiempo. Mi teoría –y déjenme recordarles que soy un economista liberal- es como sigue:

2016 tiene todo que ver con re-equilibrar la economía alejándola de Wall Street y acercándola a Main Street. Para que aumenten el crecimiento y la productividad, necesitamos ver a Wall Street rindiendo relativamente peor y necesitamos ver mejorar a Main Street recibiendo mejores pagas.

Además, las empresas necesitan urgentemente comenzar a invertir en productividad y bienes de capital, algo que en gran medida llevan pasando por alto hace ya casi una década.

Este es el motivo por el que el contrato social está roto y por lo que se continuará penalizando a las élites políticas, que en gran medida siguen confiando en que al final “se impondrá la lógica”. Sí, la lógica prevalece… pero no de la manera en que piensan los encuestadores, voceros políticos y otros. En realidad, prevalece desde abajo hacia arriba.

Es necesario que los gobiernos que pueden endeudarse al 0% de interés proyecten inversiones en infraestructuras a gran escala: ¿cómo podrían ser negativas en el tiempo unas infraestructuras?

Las empresas necesitan dejar de maximizar el flujo de caja y maximizar los beneficios en el tiempo, no meramente trimestre a trimestre, sino invirtiendo en la gente: actualización profesional, mejores productos, internet más rápida y más “big data”.

El desmoronamiento del contrato social fue y es predecible desde una perspectiva histórica. La buena noticia es que el final de la era de “demorar y poner buena cara” no va a ser una nueva guerra, sino un muy necesario cambio de paradigma que se aleje de un contrato social basado en el miedo y en las medidas de emergencia.

No hay quien viva estando atemorizado 24/7, y al tocar a su fin el contrato social, llegará una agenda nueva y más enfocada. Será ruidoso, y el espectro político se pondrá “peor” antes de mejorar, pero es una expansión del espectro político que es sumamente necesaria para apartarse del escenario político de “todos en el centro”, en el que tener un par de manos firmes es más importante que la ambición, las aspiraciones elevadas y los sueños.

He visto cambios dramáticos en casi todos los países que he visitado en los últimos seis meses, y déjenme que les informe de esto:

Main Street está mejorando, y quiere y necesita metas que sean más ambiciosas. La microestructura en casi cualquier economía está trabajando duro y trabajará duro. Lo que necesitamos es que los banqueros centrales dejen de actuar como “estrellas del rock” y que los políticos dejen de vender “medidas de emergencia”.

El mundo va bien: necesita un poco de ayuda en forma de infraestructuras e inversiones capex, pero en términos generales el mundo está más equilibrado y preparado para el cambio que en cualquier momento previo de esta crisis.

Podemos haber alcanzado el nadir en términos de ambiciones políticas, inversiones, capex, empleo, inflación y crecimiento, pero a partir de ese punto sólo puede ir hacia arriba.

El cambio es bueno, y un nuevo contrato social debe ser visto como lo que es: el final de la economía planificada que (irónicamente) hemos adoptado desde que cayó el Muro de Berlín. Pero ¿qué significa esto para los mercados y la política?

Es más probable que suceda un Brexit que al contrario. El votante promedio en el Reino Unido no va a votar basándose en hechos, sino en su capacidad de dedicarle una peineta (o en el caso del Reino Unido, una doble peineta) a la élite. Lo que ocurre en EEUU no tiene que ver con Trump, sino con el hecho de que nadie desea a la élite política establecida: el movimiento actual consiste en “cualquier cosa menos los elitistas”. Dudo de que Clinton tenga cualquier oportunidad de ganar la Casa Blanca, por ser tan “del viejo mundo” con respecto al contrato social.

En todos los países, la extrema izquierda y la extrema derecha lo hará mejor: no por sus programas, sino porque están alejadas del centro. Un espectro político amplio, completo es, por cierto, una mejora: ¡quizás podamos finalmente intentar diferenciar en función de la sustancia, y no por meros postureos!

Al mercado no le gustará esto y, como ya he dicho, el precio de esta transición es que Wall Street necesitará hacerlo relativamente peor, en parte por una transferencia de ingresos hacia Main Street y en parte debido a la necesidad de un incremento en las inversiones capex, pero esto es una buena cosa.

La alternativa es más de las mismas insensateces de emergencia con las que hemos convivido durante los últimos ocho años.

El rey ha muerto, larga vida al rey.

Columna de opinión de Steen Jakobsen, economista jefe de Saxo Bank

 

 

La aprobación del senado argentino al acuerdo de los holdouts: «un paso positivo»

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La aprobación del senado argentino al acuerdo de los holdouts: "un paso positivo"
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Alex Proimos. La aprobación del senado argentino al acuerdo de los holdouts: "un paso positivo"

El senado argentino dio la aprobación definitiva al acuerdo logrado en febrero para pagar a los principales acreedores de los hedge funds, fondos de inversión que rechazaron reestructurar su deuda con Argentina. Claudia Calich, gestora del fondo M&G Emerging Markets Bond y especialista en mercados emergentes, comenta el hito que ha logrado el presidente argentino, Mauricio Macri, al llegar a un acuerdo con los “holdouts” y facilitar el camino hacia el pago de la deuda.

“La aprobación es un paso positivo en la normalización de las relaciones financieras con los mercados internacionales y prepara el terreno para la emisión al mercado de 12.000 a 15.000 millones de dólares de deuda soberana argentina. Aunque esta cifra es una cantidad enorme para ser asimilada en el corto plazo, una vez que los bonos sean absorbidos por los inversores, será una inversión interesante en el medio plazo y también permitirá a provincias y empresas seleccionadas emitir en el futuro”, comenta Calich.  

La nueva ley aprobada, la ley de “Normalización de la deuda pública y recuperación del crédito”, deroga a las leyes “Cerrojo” y de “Pago soberano”, habilitando a Argentina para cerrar definitivamente el acuerdo con los fondos acreedores de la deuda. Aunque en el compromiso inicial, Argentina acordó en la corte del juez de Nueva York, Thomas Griesa, el pago de 4.653 millones de dólares, el gobierno argentino estima que el resto de bonistas con títulos en default aceptaran sumarse a la propuesta de pago ofrecida, con lo que el monto podría incrementarse hasta los 11.684 millones de dólares. Para hacer frente al pago, el gobierno planea emitir nuevos bonos por un monto de 12.500 millones de dólares.

Los beneficios de este acuerdo no se limitan a la renovada capacidad del país para endeudarse en los mercados internacionales, sino que tendrá repercusiones en las reservas de divisa extranjera, la inversión extranjera directa y el crecimiento económico del país. “También contribuirá a ayudar a incrementar las reservas en divisa extranjera de Argentina, las cuales han disminuido hasta alcanzar niveles precarios debido a que el país ha estado excluido de los mercados financieros por unos años.

Para que las perspectivas macroeconómicas mejoren, es importante que la inversión extranjera directa se recupere como resultado de la normalización de sus relaciones financieras. Esto llevaría a un crecimiento mayor, un tema crítico para la popularidad y gobernabilidad de Macri. El crecimiento económico también mejoraría las cuentas fiscales, preparando el camino para una subida en la calificación de la deuda hacia niveles de B”, apunta Calich.

Implicaciones para el resto de mercados emergentes   

Mientras esta aprobación es positiva para Argentina, las implicaciones económicas para el conjunto de los mercados emergentes y otros emisores en incumplimiento es limitado. Claudia Calich señala los principales motivos: “Primero, Argentina es una economía pequeña en comparación con Brasil, China o Rusia, por lo que, en términos de impacto económico, el efecto sobre las relaciones comerciales y financieras es pequeño. En segundo lugar, la relación entre Argentina y sus acreedores de los “holdouts” es muy particular al caso argentino, aunque la ley actual de la corte de Nueva York podría hacer que las futuras reestructuraciones de bonos más antiguos, que no disponen de cláusulas colectivas activas (collection active clauses, o CAC, por sus siglas en inglés), sean más difíciles”.    

Sin embargo, Argentina es uno de los pocos países en mercados emergentes que está mostrando un impulso positivo de reformas por el momento, incluyendo unas mejores relaciones con occidente y un movimiento hacia políticas económicas más ortodoxas, por lo que ha tenido un impacto en las políticas regionales de Latinoamérica, inclinando la balanza hacia la ortodoxia y dejando las políticas no-ortodoxas concentradas en menos países, siendo el caso más notable Venezuela.

“Women on Board of Directors”, un curso por y para mujeres

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“Women on Board of Directors”, un curso por y para mujeres
Foto: PunkToad . “Women on Board of Directors”, un curso por y para mujeres

El próximo mes de abril acogerá la primera edición en Miami del curso “Women on Boards of Directors”, promovido por IESE Business School en colaboración con The Florida International Bankers Association (FIBA).

El programa lo lideran la Dra. Nuria Chinchilla, profesora del IESE de Dirección de Personas en las organizaciones y la Sra. Teresa P. Foxx,  presidenta del Consejo de Directores de FIBA, a las que hemos tenido la ocasión de entrevistar.

Lo que más sorprende a simple vista es que el curso va dirigido exclusivamente a mujeres de perfil profesional senior, mujeres con cargos de alta dirección que, o bien aspiran a una posición suite ejecutiva o una posición en un consejo de administración, o altas directivas que se comunican con miembros de una junta. Pero, ¿por qué exclusivamente a mujeres?.

Según reconoce la Dra. Nuria Chinchilla “existe una necesidad de formar a las mujeres para que puedan llegar a ser líderes y a ocupar cargos directivos en las empresas. La mujer tiene dos techos, uno de cristal y otro de cemento; el de cristal está formado por las normas no escritas o que están en la cultura de la empresa, que impide el acceso de la mujer a la cúspide, y el de cemento es el techo que nos imponemos nosotras mismas con el miedo al fracaso, el rechazo a la promoción profesional por el temor a la no conciliación familiar, el perfeccionismo poco razonable o el miedo a negociar en un mundo mayoritariamente masculino. Deberíamos intentar romper ambos techos”. La Dra. Chinchilla afirma que las dificultades a las que se enfrenta una mujer para formar parte de un consejo son distintas a las de los hombres, y por lo tanto necesitan herramientas para hacer frente a las mismas.

El curso trabajará desde la feminidad de la mujer, es decir, “los consejos son mixtos y está estudiado que en ellos se impone el modo de hacer masculino. Tenemos que desarrollar al máximo la feminidad porque sino nos perdemos en un mundo de hombres, acabamos mimetizando al varón y creando un estilo de liderazgo masculino. Deberíamos conocer las diferencias y sinergias en el liderazgo empresarial entre hombres y mujeres, e igual que nosotras hemos aprendido de ellos y nos hemos adaptado y enriquecido de su estilo, sería constructivo que ellos hicieran lo mismo y se beneficiaran de nuestra idiosincrasia”.

Por su parte, Teresa Foxx, presidenta de The Florida International Bankers Association (FIBA) afirma que “la presencia de mujeres en los Consejos, así como en el sector bancario internacional, se ha visto incrementada en estos últimos años, pero el incremento se ha producido de manera lenta. Así pues, existen aún muchísimas posibilidades para alcanzar este objetivo. La diversidad es de suma importancia para la generación de una pluralidad de ideas, valoraciones y conclusiones. FIBA apoya la diversidad de género y se centra en romper las barreras que impiden el ascenso de la mujer en la industria bancaria.”

Pero la pregunta clave es ¿desde la feminidad, qué aporta la mujer al consejo diferente al hombre?. La profesora Chinchilla lo tiene claro, “el ojo femenino aporta intuición, anticipar las consecuencias de las acciones, capacidad de entender a más de la mitad de los clientes, construir puentes y no romperlos, trabajar en equipo, el cuidado de los detalles…”.

Este programa se inició en España en el año 2007 y actualmente se está impartiendo la séptima edición, así pues, está claro que existe una demanda que responde a una problemática aún no resuelta.

El curso seguirá la metodología del caso de la escuela de negocios IESE y cada participante deberá realizar un test de competencias. Se centrará en ayudar a las mujeres consejeras a entender los diferentes paradigmas empresariales que existen, profundizar en la diferencia entre el gobierno corporativo y la dirección, en cómo el consejo puede ayudar a que la cultura empresarial sea la adecuada, aportando valores hechos a la medida del hombre y de la mujer y a detectar las competencias que se requieren para formar parte de un consejo de administración, que son las mismas para hombres y para mujeres, pero que no se viven de igual manera. Respecto a las normas de buen gobierno y los aspectos legales, el curso se adaptará a la normativa americana.

Teresa Foxx considera que “este programa que está patrocinado por FIBA y IESE, es de suma importancia para preparar el acceso de mujeres directivas al gobierno corporativo de los consejos de administración. Estamos entusiasmados y muy satisfechos de poder jugar un papel importante en el incremento de mujeres en los consejos de bancos, compañías y otras organizaciones filantrópicas. Nuestra meta es que este programa sea una de las piezas importantes para lograr que el camino de la mujer hacia el asiento en la sala de juntas sea lo más exitoso posible”.

En un mundo en constante evolución donde la diversidad va a ser el rasgo predominante, hay que facilitar el acceso de la mujer a puestos ejecutivos y a comités de dirección, y consolidar los nuevos modos de organización que la diversidad exige.

 

 

 

 

 

Los advisors “digitalizados” hacen crecer más rapidamente sus activos

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Los advisors “digitalizados” hacen crecer más rapidamente sus activos
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Esther Vargas . Los advisors “digitalizados” hacen crecer más rapidamente sus activos

Según el informe “The Emerging Digital Advisor”, publicado por Pershing, el número de firmas de advisory con capacidades digitales crece de forma continua, a medida que las empresas adoptan soluciones tecnológicas para diferenciar sus prácticas, atraer nuevos clientes y mejorar su eficiencia operativa. No solo eso, sino que el estudio también muestra que más del 90% de los advisors “digitalizados” aumentó sus activos bajo gestión, y más de un tercio de ellos lo hizo por encima del 10%, en el último año.

También los ingresos de estas firmas crecieron por encima de lo que lo hicieron las cifras del resto, en el mismo periodo de tiempo. Más del 70% de los advisors con habilidades digitales entrevistados gozaron de incrementos del 5% o más, y hasta el 38% declaró haber aumentado sus ingresos en más del 10%. Por su parte, poco más de la mitad de los advisors “tradicionales” reportó un incremento superior al 5%.

El trabajo también pone de manifiesto que casi dos tercios de las firmas tienen, por lo menos, un cierto interés en utilizar tecnología digital, incluyendo tablets, video conferencias, página web, chats o software que permita compartir contenidos, así como dispositivos móviles. El 20% de los advisors de las empresas encuestadas está «muy interesado» en aprovechar las novedades tecnológicas en los próximos años. Sin embargo, sólo el 5% de ellas han lanzado un servicio de asesoría digital, mientras la mayor parte espera presentar soluciones digitales en función de las  necesidades y demandas de asesor.

«A medida que surjan novedades tecnológicas, la concienciación y adopción crecerá en los próximos años», dice Ram Nagappan, director de tecnologías de la información de Pershing. «La incorporación de tecnología permite a un asesor  mejorar su relación con el cliente, a la vez que ayuda a su compañía a ser más eficiente y estar más centrada en el cliente”.

El informe fue encargado por Pershing, compañía de BNY Mellon, y realizado por Aite Group, que en octubre de  2015 llevó a cabo una encuesta digital a 403 asesores financieros estadounidenses de diferentes tamaños y empresas, y analiza la manera en que los asesores están utilizando la tecnología con los clientes, cómo las herramientas digitales pueden impactar positivamente en las relaciones asesor-cliente y los puntos de vista de los asesores sobre el impacto que la digitalización tendrán en la industria.

 

¿Miedo a los ‘defaults’ en el mercado high yield? No se preocupe, hay un lado bueno

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¿Miedo a los ‘defaults’ en el mercado high yield? No se preocupe, hay un lado bueno
CC-BY-SA-2.0, FlickrPhoto: Roberta Schonborg. Scared of Defaults? Don’t Worry, There’s a Bright Side

Es difícil hablar de deuda high yield hoy día sin tener en cuenta los ‘defaults’. Así que esta es nuestra posición en el asunto: los impagos aumentarán en los próximos años. Pero no se preocupe, probablemente las rentabilidades también lo hagan.

El nivel de los ‘defaults’ ha estado por debajo de la media durante años, por lo que un aumento no debería ser una gran sorpresa. La deuda high yield ha tenido siempre más riesgo que otros tipos de bonos. Y no es raro que algunos emisores incurran en impagos ya que el ciclo de crédito se enfrenta a vientos en contra y los costes de endeudamiento han subido.

Sin embargo, una tasa de morosidad media más alta no significa que las rentabilidades tengan que sufrir si se ha sido selectivo con las exposiciones. Durante las últimas dos décadas, al aumento de la tasa media de ‘defaults’, le han seguido grandes aumentos en los rendimientos.

Los inversores han penalizado el high yield

La razón de esto está ligada en parte a la psicología de los inversores. Normalmente, los defaults no se extienden uniformemente en el mercado high yield, sino que afectan a regiones y sectores diferentes. No obstante, los inversores tienden a responder a un aumento o un aumento inesperado de los impagos castigando a todo el universo high yield.

El resultado es que un montón de créditos sólidos cotizan con valoraciones muy atractivas. Por ejemplo, una gran parte de los defaults de 2001 y 2002 fueron empresas de telecomunicaciones que se habían endeudado fuertemente y que se metieron en problemas cuando estalló la burbuja del punto-com. Eso provocó una oleada de ventas en todo el mercado high yield de Estados Unidos. Pero los inversores que compraron bonos en otros sectores diferentes del de telecomunicaciones después de 2002 obtuvieron buenos resultados. En 2003, las rentabilidades del mercado high yield de Estados Unidos repuntaron un 29%.

Creemos que ahora esta sucediendo algo similar con las compañías de energía, metales y minería de lo que paso con las telecos. Con el precio del petróleo cerca de mínimos de varias décadas, se espera que este tipo de empresas supongan gran parte de los ‘defaults’ en los próximos años.

Muchos inversores han reaccionado a la reciente volatilidad como lo hicieron en el año 2002: quedándose al margen de todo el mercado high yield. Como resultado, algunos bonos del sector no energético ofrecen ahora las rentabilidades más altas que han tenido en años.

Es importante tener en cuenta esto, porque las rentabilidades iniciales –situadas por encima del 8% de media ahora- es uno de los mejores indicadores de lo que los inversores pueden llegar a ganar en los próximos cinco años. En 2009, los defaults en el mercado high-yield alcanzaron un récord máximo, pero también lo hicieron las rentabilidades. En cierto momento de aquel año, la rentabilidad media del índice Barclays US Corporate High Yield superó el 20%.

Todo esto ayuda a explicar por qué es tan raro que el mercado high yield registre dos años consecutivos de pérdidas, y por qué tiende a recuperarse tan rápidamente cuando tropieza.

Hay que ser muy selectivo

Aún así, los inversores no darse el lujo de tener una actitud despreocupada sobre el mercado y sus riesgos. Es crítico ser selectivo, incluso entre la deuda de mayor calidad. Eso es especialmente cierto en el mercado high yield de Estados Unidos, que se encuentra en fases más avanzadas del ciclo de crédito, y el high yield de Asia, que ya está en contracción. En este contexto, tiene sentido adoptar un enfoque multisectorial mundial, ya que las diferentes regiones y sectores se encuentran en diferentes etapas del ciclo.

Sin embargo, pensamos que sería un error dejar de lado el mercado high yield. Hoy en día el riesgo más grande no es un aumento de la morosidad, es quedarse fuera del mercado antes de tiempo y perder la oportunidad de comprar antes de que se recupere.

Gershon M. Distenfeld es director de high yield de AB.

 

 

“Los inversores deberían ser “smart” a la hora de alejarse de productos sucedáneos etiquetados como smart beta”

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“Los inversores deberían ser “smart” a la hora de alejarse de productos sucedáneos etiquetados como smart beta”
Foto: Victoria Bannett. “Los inversores deberían ser “smart” a la hora de alejarse de productos sucedáneos etiquetados como smart beta”

Los clientes institucionales de Willis Towers Watson asignaron 10.000 millones de dólares, a través de 175 selecciones, a estrategias de diversificación en 2015. Entre éstas, las alternativas líquidas atrajeron el mayor interés, con más de 8.100 millones de dólares, de los cuales aproximadamente la mitad corresponden a estrategias smart beta y 1.900 millones de dólares a secure income.

Según David Cienfuegos, director de inversiones de Willis Towers Watson España, «dado el momento en el que nos encontramos en el ciclo de inversión, nuestros clientes han seguido diversificando sus carteras para protegerse contra los riesgos bajistas aprovechando al mismo tiempo el aumento de la volatilidad del mercado. Los clientes siguen utilizando soluciones smart beta, según se refleja por el elevado número de selecciones, ya que éstas utilizan enfoques sistemáticos para explotar aquellos riesgos alternativos que proporcionan una verdadera diversificación más allá de la renta variable y el crédito. Además, las estrategias de secure income han demostrado ser muy populares el año pasado ya que incluso los clientes con perfil más conservador prefieren aprovechar la iliquidez como protección contra los riesgos sistémicos presentes en la renta fija tradicional”.

Los datos también muestran que durante el año pasado los clientes de Willis Towers Watson -que incluyen fondos de pensiones, compañías de seguros, fondos soberanos y fundaciones- llevaron a cabo 215 selecciones de crédito por un total de casi 18.000 millones de dólares, de los cuales una parte significativa corresponde a inversiones de mayor calidad crediticia (5.900 millones de dólares en los mandatos de bonos globales y 3.300 millones de dólares en mandatos de Estados Unidos).

Tal y como explica David Cienfuegos, «incluso en el crédito de mayor calidad observamos una tendencia hacia soluciones con mejor protección frente al riesgo bajista. El año pasado el crédito estructurado de alta calidad superó al del crédito tradicional de grado de inversión, impulsado en gran medida por factores regulatorios. Buscamos la forma de aprovechar esta oportunidad y ayudamos a estructurar una opción de implementación exclusiva para nuestros clientes que atrajo más de 5.000 millones de dólares de capital de clientes en 2015″.

Los clientes de la compañía invirtieron 6.600 millones de dólares en mandatos de crédito alternativo en 2015, de los cuales 1.400 millones de dólares fueron en crédito a través de hedge funds y 1.300 millones de dólares en crédito ilíquido. El número de selecciones de crédito alternativo (98) representa más del doble en comparación con el año anterior.

David Cienfuegos comenta además que “el crédito alternativo ha sido infra-explotado por los inversores en el pasado, tanto en términos de asignación de activos como de ejecución eficiente. Sin embargo, esto está cambiando y el año pasado realizamos un número récord de búsquedas de crédito alternativo ya que muchos clientes trataron de reducir la dependencia de la prima de riesgo de la renta variable, mejorar la diversificación e incorporar fuentes adicionales de rentabilidad a sus carteras».

En renta variable, los mandatos globales representaron alrededor de 8.200 millones de dólares, siendo los más populares entre los clientes de Willis Towers Watson en 2015, seguidos de la renta variable australiana (3.100 millones de dólares). Asimismo, una cantidad récord de nuevo capital fue asignado a renta variable smart beta (2.600 millones de dólares). A lo largo del año la renta variable de mercados emergentes atrajo 2.200 millones de dólares, mientras que 3.000 millones de dólares se invirtieron en renta variable estadounidense. Tras el despliegue significativo de private equity a lo largo de 2013, los clientes prefirieron estrategias ilíquidas de nicho frente a un enfoque tradicional de compra, y como resultado de ello el private equity atrajo menos activos que en años anteriores (500 millones de dólares). En total, las selecciones de mandatos de renta variable en 2015 alcanzaron los 21.500 millones de dólares en activos a través de cerca de 250 selecciones.

David Cienfuegos explica que «mientras se extendía el ajuste de riesgo a la baja en cartera de nuestros clientes, hemos experimentado un descenso en las búsquedas tradicionales de renta variable, junto con un menor número de reemplazos de mandatos de idéntico tipo. En su lugar, las asignaciones son cada vez más estratégicas con cambios más sustanciales, dando como resultado una media de asignación mayor que en años anteriores a través de un menor número de selecciones. Las asignaciones regionales específicas han sido impulsadas en gran medida por consideraciones fiscales y regulatorias. El smart beta continúa siendo muy popular como forma de mejorar la exposición a la renta variable de nuestros clientes, con más del doble del capital asignado a esta estrategia el año pasado en comparación con el año anterior».

Durante 2015, los inversores institucionales de Willis Towers Watson en todo el mundo llevaron a cabo más de 7.000 millones de dólares de selecciones a través de diversos tipos de estrategias de Smart beta, con una exposición total cercana a los 46.000 millones de dólares en una amplia gama de clases de activos.

David Cienfuegos asegura que «es positivo que los inversores piensen de manera inteligente en beta a lo largo de todos los factores de rentabilidad en sus carteras. Sin embargo, estamos realmente preocupados por la proliferación de productos etiquetados como smart beta, particularmente en el área de renta variable. No todos los smart beta se crean igual: deben estar descritos de forma fácil y comprensible, pero muchos productos no lo están, a menudo se implementan de forma pobre, con una consideración ingenua de los riesgos a los que está expuesto. Los inversores deberían ser “smart” a la hora de alejarse de estos sucedáneos».

La actividad global de selección de gestores de Willis Towers Watson superó las 730 selecciones en 2015, lo que refleja alrededor de 60.000 millones de dólares de activos movidos para más de 270 clientes.

Las empresas chinas ya amenazan la hegemonía estadounidense en tecnología

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Las empresas chinas ya amenazan la hegemonía estadounidense en tecnología
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto; Robert S. Donovan. Las empresas chinas ya amenazan la hegemonía estadounidense en tecnología

Las tecnologías de la información son un foco de inversión en auge. El NASDAQ y los índices de biotecnología marcaron nuevos máximos históricos en 2015, mientras que la capitalización bursátil de las empresas de tecnología y biotecnología de EE.UU. superó recientemente a la de todas las empresas cotizadas de los mercados emergentes o a la de todas las empresas cotizadas de la eurozona.

La participación de la tecnología en los beneficios de las empresas del índice MSCI AC World se disparó hasta un nuevo máximo el año pasado. Pero ¿justifican las valoraciones actuales cierta cautela?, se preguntan los expertos de Fidelity. En algunos casos puede ser así, pero existen muchas oportunidades apasionantes, explica la gestora.

EE.UU. sigue siendo el principal centro de innovación, pero Fidelity recuerda que la brecha con Asia continental se ha reducido considerablemente. En especial, dice, los inversores deben ser sensibles al ascenso de China como centro de desarrollo técnico y a las oportunidades que conlleva. En parte, estas pueden medirse por las solicitudes de patentes (Gráfico 2), que encabezan empresas chinas líderes en tecnología y telecomunicaciones, como Tencent, ZTE y Huawei. El gasto en I+D como porcentaje del PIB aumentó desde el 0,5% en 1995 hasta el 2,0% en 20132, si bien este nivel sigue siendo inferior al de otros países asiáticos y europeos; las cifras equivalentes de Corea del Sur y Alemania, por ejemplo, son 4% y 2,9%.

Nanotecnología, energía y materiales limpios, biotecnología y tecnologías de la información y las comunicaciones han sido las principales áreas de interés de los planes quinquenales de China, tanto de los anteriores como del actual. El objetivo de la iniciativa «Made in China 2025» de Pekín es mejorar la calidad de la producción china y situar al país como líder en innovación. Entre los temas a destacar figuran los siguientes:

  • Desarrollo de la robótica y la automatización, agrupadas entorno a Dongguan
  • Procesamiento del agua, como tratamiento de aguas residuales y tecnología de membrana inversa
  • Tecnología médica, como stents coronarios y productos ortopédicos y de traumatología
  • Innovación molecular en empresas farmacéuticas y de biotecnología
  • Desarrollo de inteligencia artificial (IA) dede empresas situadas cerca de Pekín

“China se enfrenta a algunas dificultades en su intento de evitar la trampa de los ingresos medios que ha aprisionado a otras economías en desarrollo. Serán esenciales la desregulación y la reforma de las empresas públicas, así como el éxito en la lucha contra la corrupción. Pero el país ya ha emergido como líder en una serie de tecnologías sofisticadas y cabe esperar que surjan muchas más oportunidades de inversión en innovación en los próximos años”, explica Hilary Natoff, gestora de fondos de Fidelity.

La informática en la nube está abriendo todo un nuevo panorama de almacenamiento de datos y opciones de descarga para empresas y consumidores. El Internet de las cosas, pese a ser una perspectiva a más largo plazo, podría tener un enorme impacto sobre la economía y el comportamiento de los consumidores.

La tecnología de realidad virtual empieza a dejar sentir su presencia en varios mercados de consumo (aunque lentamente), mientras que las empresas de la economía colaborativa están afectando cada vez más al funcionamiento de algunos sectores tradicionales.

«Creo que las perspectivas a largo plazo de las empresas de salud siguen siendo atractivas, si bien espero cierta volatilidad en el próximo año. Los fundamentales siguen siendo positivos en varios subsectores, con grupos seleccionados que se benefician de los grandes motores que respaldarán un crecimiento robusto a medio y largo plazo», explica Natoff.

Por último, afirma la gestora de Fidelity, la salud es un sector que, como indica la escalada de las valoraciones de los títulos de biotecnología, alberga muchas promesas de nuevos tratamientos innovadores y a menudo radicales en los próximos años. Este rápido ritmo de disrupción pone en entredicho la eficacia de la inversión pasiva, ya que los índices bursátiles suelen ser un reflejo de los ganadores del pasado. Por otra parte, un enfoque activo basado en el análisis prospectivo puede poner de manifiesto los sectores y valores que probablemente ganen o pierdan a causa de la disrupción, y ofrece a los inversores activos muchas oportunidades para la generación de alfa.

Argentina muestra a Brasil cómo recuperar la confianza

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Argentina muestra a Brasil cómo recuperar la confianza
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Rodrigo Soldon. Argentina muestra a Brasil cómo recuperar la confianza

Después de una semana de reuniones con reguladores, políticos y empresarios del sector privado tanto en Brasil como en Argentina, Craig Botham, economista jefe de la división de mercados emergentes de Schroders, realiza una aguda comparación entre los dos países, de los que podría decirse que se encuentran en diferentes etapas de un mismo camino.

La situación política de Brasil es altamente febril, hasta el punto que en los tres días en los que el equipo permaneció de visita en el país, el ex presidente Lula da Silva pasó de ser una figura relegada, a una figura una restablecida, para volver a ser una figura caída en la ruina política, todo ello en medio de una maniobra política que podría servir de inspiración para la siguiente temporada de la serie de televisión “House of Cards”.

Es por ello que desde Schroders se abstienen de ofrecer cualquier tipo de predicción política para Brasil. Sin embargo, un punto de consenso entre todas las personas con las que el equipo de mercados emergentes se entrevistó fue que la crisis económica del país está inextricablemente ligada al clima de convulsión política. La resolución de la crisis política es universalmente considerada como una condición previa para un retorno al crecimiento, aunque las opiniones varían en cuanto al probable calendario. Para este año, está previsto el Producto Interior Bruto se retraiga de una forma similar, sino mayor, a la contracción sufrida en 2015.

Otro punto aparente de consenso fue la necesidad de una reforma fiscal. Con un déficit fiscal cercano al 10% del Producto Interior Bruto, se espera que la deuda del gobierno de Brasil suba rápidamente durante este periodo presidencial y que las reducciones del déficit sean complicadas, debido que gran parte del gasto del gobierno es obligatorio por ley y por lo tanto no está sujeto a recortes. Para restaurar la confianza del mercado, y si Brasil pretende recuperar su grado de inversión, estás leyes tendrán que cambiar. Uno de los principales gastos es la seguridad social, un elemento de gasto ruinoso que representa una gran parte del déficit. Es alentador que las reformas en este elemento social del gasto público tengan un apoyo político mayoritario, pero parece claro que ninguna reforma sería acometida durante la presidencia de Dilma Rousseff.          

De hecho, existe una ambición relativamente limitada en la realización de reformas en todas las áreas económicas, incluso asumiendo que el proceso de destitución acabe de forma exitosa, siendo este el punto que más preocupa a la gestora de origen británico. La impresión general del equipo de mercados emergentes de Schroders es que una vez que la reforma fiscal sea ejecutada, la voluntad política para continuar con los cambios se limitaría, incluso con el mercado laboral y de producto en extrema necesidad de reforma y con una infraestructura clamando por nuevas inversiones.

Otra preocupación, es que el vicepresidente Michel Temer, en el caso de que fuera elegido presidente tras una posible destitución de Dilma, no sería capaz de cumplir en este frente, y lo que es peor, que, para las elecciones de 2018, la ira popular y el deseo de cambio que está empujando el proceso de destitución ya se habrán enfriado, y mayores y más dolorosas reformas serían rechazadas por electorado. Las consecuencias para el crecimiento potencial brasileño en un ambiente de bajos precios en las materias primas no deben ser subestimados.  

Mientras tanto, en Argentina, hay más motivos para el optimismo, con un programa político mucho más encaminado hacia las reformas. El nuevo gobierno tiene un programa amplio y ambicioso programa de reformas, y un mandato popular para respaldarlo. Los primeros avances llegaron con el acuerdo para normalizar la deuda y pagar a los “holdouts”; y lo que es más importante, la legislación contó con el respaldo de todo el espectro político. Los objetivos fiscales y de inflación son los siguientes; y permitirán discernir entre lo atrevido y lo creíble en temas de reformas. Los funcionarios son francos, pero tienen confianza en los retos que enfrentan.       

El año que viene será un año importante para el gobierno, ya que debe ejecutar reformas para el progreso y construir un apoyo popular más allá de las elecciones legislativas de 2017, que les podrían dar la mayoría que necesitan en las cámaras altas y bajas del Congreso. Este podría ser el principal riesgo que, según el equipo de mercados emergentes de Schroders, enfrenta el país; sin una mayoría, aumenta la incertidumbre de si la agenda de reformas podrá ser implementada al completo. Con la legislación a favor del pago de la deuda a los fondos buitres hubo consenso para conseguir que saliera adelante, pero no se puede afirmar lo mismo de las reformas económicas internas. Argentina puede servir de ejemplo para Brasil, en lo que se necesita para realmente restaurar la confianza internacional e interna, aunque después de doce años de políticas desastrosas. Desde Schroders esperan que Brasil no necesite el mismo periodo de tiempo para llegar a ese punto.