El mercado alcista alcanza su punto álgido
| Por Beatriz Zúñiga | 0 Comentarios

La renta variable estadounidense ha entrado ya en el cuarto año consecutivo de un poderoso mercado alcista, con una subida de más del 80% desde los mínimos de octubre de 2022. Y aunque las valoraciones puedan parecer ambiciosas, los fundamentos subyacentes siguen siendo sólidos. El crecimiento de los beneficios ha demostrado ser resistente, la inflación continúa moderándose y el entorno macroeconómico sigue siendo en general favorable.
El S&P 500 ha registrado más de 200 nuevos máximos históricos desde 2022, respaldado por un desempeño corporativo constante y la confianza de los inversores en un escenario de aterrizaje suave. Aunque la volatilidad relacionada con los aranceles ha puesto a prueba el sentimiento del mercado, las caídas han sido limitadas y las recuperaciones, rápidas. Esto es una muestra de la solidez duradera del mercado.
Desde un punto de vista fundamental, se aprecian pocas evidencias de deterioro. Se espera que el PIB de Estados Unidos crezca de forma sostenida hasta 2026, mientras que el índice de precios al consumidor sigue una tendencia a la baja a pesar de repuntes puntuales. Aproximadamente el 70% de las empresas estadounidenses superaron las expectativas de beneficios en el segundo trimestre, lo que pone de relieve la resiliencia y rentabilidad corporativa. Los informes empresariales correspondientes a la actual temporada del tercer trimestre han sido igualmente alentadores. En conjunto, las previsiones de consenso apuntan a un crecimiento del beneficio por acción del 11,9% en 2025 y del 13,2% en 2026, cifras que siguen respaldando las valoraciones actuales.
Gran parte del impulso reciente se ha concentrado en las empresas de mega capitalización, cuya dominancia refleja fuerzas estructurales más que cíclicas. Estas compañías se benefician de su escala tecnológica y su liderazgo en innovación, especialmente en los ecosistemas de inteligencia artificial y computación en la nube. A pesar de las comparaciones frecuentes con la burbuja puntocom, las empresas líderes actuales presentan balances sólidos, flujos de caja sostenibles y un poder de fijación de precios sistémico. Esta concentración es una característica de los mercados modernos, y no un defecto. Durante la última década, las empresas de mega capitalización han capturado el 107% del rendimiento alcista del S&P 500 y han experimentado caídas similares o menores.
El contexto histórico refuerza aún más este optimismo. La recuperación posterior a 2022 guarda una sorprendente similitud con el ciclo que comenzó en 1994, cuando el endurecimiento de la Reserva Federal provocó volatilidad antes de dar paso a uno de los repuntes plurianuales más fuertes de la historia moderna. Para octubre de 2025, tres años después del punto más bajo de 2022, el S&P 500 había ganado un 82%, reflejando el rally de finales de los años noventa. Si la inteligencia artificial representa hoy el equivalente a la revolución de internet, entonces el debut de ChatGPT en 2022 fue su “momento Netscape”. En ese sentido, 2025 podría parecerse más a 1997 que a 1999, lo que implicaría un mayor potencial alcista. Históricamente, los verdaderos mercados bajistas tienden a seguir a shocks exógenos, no simplemente a valoraciones extendidas.
Aun así, los inversores no deberían ignorar las oportunidades más allá de la parte alta del mercado. Existe un potencial creciente entre los segmentos de pequeña y mediana capitalización, especialmente dentro del sector industrial estadounidense, que está bien posicionado para beneficiarse de las iniciativas de relocalización y de los incentivos fiscales específicos. El índice Russell 2000, con su mayor ponderación en empresas industriales, podría beneficiarse de manera desproporcionada a medida que se expanda la producción nacional. Dada la amplia dispersión de rendimientos entre las compañías más pequeñas, tiene sentido continuar defendiendo un enfoque activo y selectivo para descubrir alfa en este ámbito.
Por todo ello, ser excesivamente cauteloso puede ser el mayor riesgo al que se enfrentan hoy los inversores. Los mercados que parecen sobreextendidos pueden mantenerse así durante años, y el ciclo actual sigue mostrando un sólido respaldo, tanto fundamental como técnico. Con unos beneficios empresariales sólidos, vientos de cola en materia de política económica y un crecimiento impulsado por la innovación, el mercado alcista de renta variable estadounidense sigue en su punto álgido. Para aprovechar plenamente su potencial, los inversores deberían mirar más allá de las exposiciones tradicionales y adoptar un enfoque diversificado y orientado al futuro.
Tribuna escrita por Marcus Weyerer, CFA, director de Estrategia de Inversión en ETFs para EMEA.












