La extrema izquierda y la extrema derecha lo hará mejor

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La extrema izquierda y la extrema derecha lo hará mejor
Foto: Lynn Friedman. La extrema izquierda y la extrema derecha lo hará mejor

¿Cómo explicamos el ascenso de Donald Trump, el riesgo de Brexit, el hecho de que Marie Le Pen cuenta con buenas posibilidades de convertirse en el próximo presidente de Francia, y la situación general de un mundo político en el que todos los gobernantes en ejercicio parecen a punto de ser derribados de sus escaños?

¡Sencillo, Dr. Watson! ¡Es el contrato social, que no sólo se está rompiendo, sino que también está siendo arrojando por la borda! Entretanto, las élites políticas se quedan calvas intentando analizar porqué alguien como Trump, un candidato con cuatro bancarrotas a sus espaldas, inmoral, desabrido y todo un profesional del auto-bombo puede alzarse con la nominación del partido Republicano.

La cuestión es que esto no tiene nada que ver con las políticas de Trump (o la ausencia de las mismas), sino que tiene todo que ver con el hecho de que es un anti-sistema. No hemos de temer que los Estados Unidos se estén orientando hacia las políticas de Trump, pero la élite política necesita reconocer que los votantes están alejándose del “contrato social” y de sus elitistas criterios políticos.

El contrato social es la teoría política que subyace a todas las sociedades contemporáneas, un convenio o acuerdo entre el gobernante y sus gobernados que define los derechos y deberes de cada uno. Esta idea se remonta a los sofistas griegos, pero las teorías del contrato social tuvieron su mayor predicamento en los siglos XVII y XVIII, gracias a nombres como Jean-Jacques Rousseau, Thomas Hobbes, John Locke y, en tiempos más modernos, John Rawls.

La cuestión es en qué situación se halla el contrato social mismo: la sociedad tal y como la conocemos está harta de ser dócil y aceptar una “situación de emergencia” interminable. ¡Uno sólo puede afrontar un número limitado de emergencias en el tiempo de una vida!

Ahora los votantes del mundo quieren cualquier cosa menos a la clase dirigente tradicional. Este es el motivo por el que Hillary Clinton no puede ganar las elecciones de EEUU: ella es la personificación de la clase dirigente, del orden elitista. Trump, por otra parte, está tan lejos de ser un político que representa el caos en un mundo de orden, y esto es lo que los votantes de EEUU quieren.

Económicamente, esto tiene todo el sentido del mundo, y lleva gestándose largo tiempo. El ratio compensación salarial / PIB en los EEUU es el más bajo registrado jamás… repito, ¡el más bajo desde que hay registros!

Línea azul: Proporción (en porcentaje) sobre los ingresos brutos del hogar: compensación salarial, pagada: salario y devengos salariales: Desembolsos: A personas

Entretanto, los beneficios empresariales están en el punto más alto de la historia.

Línea azul: Negocios empresariales: beneficios antes de impuestos, sin ajustar valoración de inventarios (inventory valuation adjustment, “IVA”) ni consumos de capital (CCAdj); en miles de millones de USD

No resulta nada sorprendente que los “empleados” y las clases medias quieran cambios. Pero este cambio también es inevitable por otros motivos…

Los beneficios empresariales dependen de que los “empleados” del mundo dispongan de suficientes ingresos después de impuestos como para comprar los bienes de los “fabricantes de beneficios”. En otras palabras, durante todo este ciclo nos vemos ante una insuficiente retribución en las clases medias, en “Main Street” (el hombre de la calle, la economía real, en contrapunto con “Wall Street”, grandes rentistas y altos ejecutivos, la economía financiera), mientras que apoyamos en exceso a las clases bancarias y generadoras de beneficios.

La actuación del Banco Central Europeo (BCE) que vimos la semana pasada fue un intento fallido más de “ayudar”:no fue más que otra “limosna” a los bancos, y hará poco para estimular la demanda final de los consumidores y las empresas.

Parece como si el BCE y los responsables políticos no alcanzaran a entender la economía básica: la inflación deriva de la velocidad del dinero, y la velocidad del dinero en su forma más simple viene impulsada por la demanda de crédito, ¡no por la oferta de crédito!

Incentivas a los inversores y consumidores para que gasten o inviertan, y la demanda de crédito crece. Apoyar a los bancos no hará nada por la inflación o el crecimiento, pero hará cada vez más probable que se rompa el contrato social.

No funciona, y en este momento es contraproducente tanto para los bancos como para alcanzar la meta de la normalización.

Finalmente, me encanta disponer de esta oportunidad y de este espacio para volver a presentar mi teoría del «Triángulo de las Bermudas de la Economía», ¡que por cierto aún no me ha hecho ganar un premio Nobel!

En este momento, la actuación en política monetaria está diseñada para atender, o ayudar, al 20% de la economía que ya tiene acceso al crédito: bancos y empresas cotizadas. Esto se hace a expensas del 80% de empresas pequeñas y medianas, que obtienen menos del 5% del crédito y un 0% del capital político.

Entretanto, el 20% -Wall Street- consigue el 95% del crédito y el 100% del capital político.

Así que ¿cuál es el problema? Pues que el 20% que obtiene el 95% y el 100% de tales ventajas crea menos del 10% de los nuevos empleos y la productividad. El otro 80%, en cambio, el que consigue el 5% y el 0%, crea el 90% de todos los nuevos empleos y el 100% de los nuevos incrementos en productividad.

No es ninguna sorpresa que vivamos en un modelo económico sin movimiento social, uno en el que la expansión de los beneficios de las empresas se genera no a través de la productividad, sino por programas de recompra y una falta de inversiones en bienes de capital (irónicamente, contener el capex “mejora la línea base” de las empresas en los primeros tres a cinco años).

Tanto el contrato social (léase: “Main Street”) como el modelo de negocio están rotos, y además al mismo tiempo. Mi teoría –y déjenme recordarles que soy un economista liberal- es como sigue:

2016 tiene todo que ver con re-equilibrar la economía alejándola de Wall Street y acercándola a Main Street. Para que aumenten el crecimiento y la productividad, necesitamos ver a Wall Street rindiendo relativamente peor y necesitamos ver mejorar a Main Street recibiendo mejores pagas.

Además, las empresas necesitan urgentemente comenzar a invertir en productividad y bienes de capital, algo que en gran medida llevan pasando por alto hace ya casi una década.

Este es el motivo por el que el contrato social está roto y por lo que se continuará penalizando a las élites políticas, que en gran medida siguen confiando en que al final “se impondrá la lógica”. Sí, la lógica prevalece… pero no de la manera en que piensan los encuestadores, voceros políticos y otros. En realidad, prevalece desde abajo hacia arriba.

Es necesario que los gobiernos que pueden endeudarse al 0% de interés proyecten inversiones en infraestructuras a gran escala: ¿cómo podrían ser negativas en el tiempo unas infraestructuras?

Las empresas necesitan dejar de maximizar el flujo de caja y maximizar los beneficios en el tiempo, no meramente trimestre a trimestre, sino invirtiendo en la gente: actualización profesional, mejores productos, internet más rápida y más “big data”.

El desmoronamiento del contrato social fue y es predecible desde una perspectiva histórica. La buena noticia es que el final de la era de “demorar y poner buena cara” no va a ser una nueva guerra, sino un muy necesario cambio de paradigma que se aleje de un contrato social basado en el miedo y en las medidas de emergencia.

No hay quien viva estando atemorizado 24/7, y al tocar a su fin el contrato social, llegará una agenda nueva y más enfocada. Será ruidoso, y el espectro político se pondrá “peor” antes de mejorar, pero es una expansión del espectro político que es sumamente necesaria para apartarse del escenario político de “todos en el centro”, en el que tener un par de manos firmes es más importante que la ambición, las aspiraciones elevadas y los sueños.

He visto cambios dramáticos en casi todos los países que he visitado en los últimos seis meses, y déjenme que les informe de esto:

Main Street está mejorando, y quiere y necesita metas que sean más ambiciosas. La microestructura en casi cualquier economía está trabajando duro y trabajará duro. Lo que necesitamos es que los banqueros centrales dejen de actuar como “estrellas del rock” y que los políticos dejen de vender “medidas de emergencia”.

El mundo va bien: necesita un poco de ayuda en forma de infraestructuras e inversiones capex, pero en términos generales el mundo está más equilibrado y preparado para el cambio que en cualquier momento previo de esta crisis.

Podemos haber alcanzado el nadir en términos de ambiciones políticas, inversiones, capex, empleo, inflación y crecimiento, pero a partir de ese punto sólo puede ir hacia arriba.

El cambio es bueno, y un nuevo contrato social debe ser visto como lo que es: el final de la economía planificada que (irónicamente) hemos adoptado desde que cayó el Muro de Berlín. Pero ¿qué significa esto para los mercados y la política?

Es más probable que suceda un Brexit que al contrario. El votante promedio en el Reino Unido no va a votar basándose en hechos, sino en su capacidad de dedicarle una peineta (o en el caso del Reino Unido, una doble peineta) a la élite. Lo que ocurre en EEUU no tiene que ver con Trump, sino con el hecho de que nadie desea a la élite política establecida: el movimiento actual consiste en “cualquier cosa menos los elitistas”. Dudo de que Clinton tenga cualquier oportunidad de ganar la Casa Blanca, por ser tan “del viejo mundo” con respecto al contrato social.

En todos los países, la extrema izquierda y la extrema derecha lo hará mejor: no por sus programas, sino porque están alejadas del centro. Un espectro político amplio, completo es, por cierto, una mejora: ¡quizás podamos finalmente intentar diferenciar en función de la sustancia, y no por meros postureos!

Al mercado no le gustará esto y, como ya he dicho, el precio de esta transición es que Wall Street necesitará hacerlo relativamente peor, en parte por una transferencia de ingresos hacia Main Street y en parte debido a la necesidad de un incremento en las inversiones capex, pero esto es una buena cosa.

La alternativa es más de las mismas insensateces de emergencia con las que hemos convivido durante los últimos ocho años.

El rey ha muerto, larga vida al rey.

Columna de opinión de Steen Jakobsen, economista jefe de Saxo Bank

 

 

La debilidad en el sector manufacturero estadounidense es un riesgo para el crecimiento de México

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La debilidad en el sector manufacturero estadounidense es un riesgo para el crecimiento de México
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Theleadsa. La debilidad en el sector manufacturero estadounidense es un riesgo para el crecimiento de México

De acuerdo con la más reciente encuesta global a administradores de fondos de BofA Merrill Lynch, los inversionistas ven una recesión en Estados Unidos como el mayor “riesgo de cola” global.

Sin embargo, es sólo el 18% de los inversionistas quienes piensan esto y el equipo del banco considera que «una recesión en Estados Unidos es poco probable, aunque nos preocupa la debilidad en el sector manufacturero estadounidense, ya que podría debilitar el crecimiento en el sector manufacturero mexicano. Como resultado, vemos el balance de riesgos sesgado a la baja para nuestro pronóstico, ya por debajo del consenso, de 2,25% de crecimiento para el PIB…el escenario base de crecimiento para Estados Unidos este año es de 2% interanual, aunque con la producción industrial sin aumentar su nivel respecto al año anterior».

Aunque la proporción de los inversionistas que ven a la recesión en Estados Unidos como el mayor riesgo de cola está por debajo del 26% de la encuesta de febrero, todavía es una porción significativa, ya que casi 1 de cada 5 inversionistas globales lo considera el mayor riesgo. Según el banco, «una recesión en Estados Unidos, si es que ésta ocurre, sería un riesgo importante para el PIB de México ya que casi todas las recesiones en Estados Unidos han estado acompañadas por recesiones (o crisis) en México, con la más reciente excepción siendo la recesión en Estados Unidos a principios de la década de los 90… Desde nuestra perspectiva, la debilidad en el sector industrial es lo que ha provocado la mayor parte de las preocupaciones en torno a una potencial recesión en Estados Unidos. Vemos una recesión como poco probable dado que el sector servicios representa el 80% de la economía estadounidense y dicho sector continúa teniendo un sólido crecimiento».

La debilidad en el sector manufacturero de Estados Unidos es resultado de la debilidad en las exportaciones, que a su vez parecen ser consecuencia de un crecimiento global débil y un dólar fuerte causado  en parte por las políticas monetarias divergentes entre Estados Unidos y otros grandes bancos centrales, lo cual es probable que continúe o inclusive aumente en los próximos meses. Mientras tanto y según Banxico, el 10% de las exportaciones manufactureras totales de México hacia Estados Unidos son bienes intermedios utilizados para la producción en Estados Unidos. Por lo que una debilidad en la manufactura en Estados Unidos es «un claro riesgo para la producción industrial de México. La depreciación del peso mexicano todavía no ha tenido un impacto significativo sobre las exportaciones, aunque el efecto podría ser mayor en los próximos meses, en parte porque México es ahora más atractivo para inversiones en manufactura dada la reducción de salarios en dólares y la reciente deflación en los sectores eléctrico y de telecomunicaciones».

La aprobación del senado argentino al acuerdo de los holdouts: «un paso positivo»

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La aprobación del senado argentino al acuerdo de los holdouts: "un paso positivo"
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Alex Proimos. La aprobación del senado argentino al acuerdo de los holdouts: "un paso positivo"

El senado argentino dio la aprobación definitiva al acuerdo logrado en febrero para pagar a los principales acreedores de los hedge funds, fondos de inversión que rechazaron reestructurar su deuda con Argentina. Claudia Calich, gestora del fondo M&G Emerging Markets Bond y especialista en mercados emergentes, comenta el hito que ha logrado el presidente argentino, Mauricio Macri, al llegar a un acuerdo con los “holdouts” y facilitar el camino hacia el pago de la deuda.

“La aprobación es un paso positivo en la normalización de las relaciones financieras con los mercados internacionales y prepara el terreno para la emisión al mercado de 12.000 a 15.000 millones de dólares de deuda soberana argentina. Aunque esta cifra es una cantidad enorme para ser asimilada en el corto plazo, una vez que los bonos sean absorbidos por los inversores, será una inversión interesante en el medio plazo y también permitirá a provincias y empresas seleccionadas emitir en el futuro”, comenta Calich.  

La nueva ley aprobada, la ley de “Normalización de la deuda pública y recuperación del crédito”, deroga a las leyes “Cerrojo” y de “Pago soberano”, habilitando a Argentina para cerrar definitivamente el acuerdo con los fondos acreedores de la deuda. Aunque en el compromiso inicial, Argentina acordó en la corte del juez de Nueva York, Thomas Griesa, el pago de 4.653 millones de dólares, el gobierno argentino estima que el resto de bonistas con títulos en default aceptaran sumarse a la propuesta de pago ofrecida, con lo que el monto podría incrementarse hasta los 11.684 millones de dólares. Para hacer frente al pago, el gobierno planea emitir nuevos bonos por un monto de 12.500 millones de dólares.

Los beneficios de este acuerdo no se limitan a la renovada capacidad del país para endeudarse en los mercados internacionales, sino que tendrá repercusiones en las reservas de divisa extranjera, la inversión extranjera directa y el crecimiento económico del país. “También contribuirá a ayudar a incrementar las reservas en divisa extranjera de Argentina, las cuales han disminuido hasta alcanzar niveles precarios debido a que el país ha estado excluido de los mercados financieros por unos años.

Para que las perspectivas macroeconómicas mejoren, es importante que la inversión extranjera directa se recupere como resultado de la normalización de sus relaciones financieras. Esto llevaría a un crecimiento mayor, un tema crítico para la popularidad y gobernabilidad de Macri. El crecimiento económico también mejoraría las cuentas fiscales, preparando el camino para una subida en la calificación de la deuda hacia niveles de B”, apunta Calich.

Implicaciones para el resto de mercados emergentes   

Mientras esta aprobación es positiva para Argentina, las implicaciones económicas para el conjunto de los mercados emergentes y otros emisores en incumplimiento es limitado. Claudia Calich señala los principales motivos: “Primero, Argentina es una economía pequeña en comparación con Brasil, China o Rusia, por lo que, en términos de impacto económico, el efecto sobre las relaciones comerciales y financieras es pequeño. En segundo lugar, la relación entre Argentina y sus acreedores de los “holdouts” es muy particular al caso argentino, aunque la ley actual de la corte de Nueva York podría hacer que las futuras reestructuraciones de bonos más antiguos, que no disponen de cláusulas colectivas activas (collection active clauses, o CAC, por sus siglas en inglés), sean más difíciles”.    

Sin embargo, Argentina es uno de los pocos países en mercados emergentes que está mostrando un impulso positivo de reformas por el momento, incluyendo unas mejores relaciones con occidente y un movimiento hacia políticas económicas más ortodoxas, por lo que ha tenido un impacto en las políticas regionales de Latinoamérica, inclinando la balanza hacia la ortodoxia y dejando las políticas no-ortodoxas concentradas en menos países, siendo el caso más notable Venezuela.

Las sucursales bancarias no desaparecen: se reinventan

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Las sucursales bancarias no desaparecen: se reinventan
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Hamisg Irvine. Las sucursales bancarias no desaparecen: se reinventan

La transformación digital comprende gran parte de los esfuerzos a ser realizados por los bancos en los próximos años, sobre todo por la combinación de la evolución del comportamiento del cliente y la magnitud de los beneficios que puede generar este proceso.  La revolución digital ha puesto en mesa de debate el rol de la sucursal y su futuro, generando gran confusión sobre el tema.

La respuesta a si desaparecerán las sucursales en el largo plazo es probablemente no. Aunque el modelo de sucursal como la conocemos hoy irá cambiando, los clientes no están dispuestos a resignar la posibilidad de tener alguien cara a cara. Quieren tener todas las opciones disponibles (aunque no las utilicen) para operar cuando quieran y de la forma en que más les convenga.

Esto significa que la red física seguirá existiendo, aunque cambiará radicalmente en cantidad, tamaño, rol y formato. El desafío de la banca actual es cómo definir y transicionar hacia un modelo en el que convivan los dos mundos, el físico y el digital. Cuando pensamos en la red física del futuro, surgen algunas preguntas vinculadas a cómo debería ser, cuántas sucursales debería tener un banco, dónde deberían estar localizadas, qué formato tendrán, cuantos clientes deberían atender para justificar su existencia, cómo funcionarán y como convivirán con este nuevo modelo de negocios.

A continuación, se describen algunas posibles respuestas a estas preguntas:

El banco como función

Las sucursales se convertirán hacia un rol comercial y dejarán de tener un rol transaccional. Está comprobado que los clientes prefieren resolver sus transacciones por medios digitales y esto irá en aumento hasta desaparecer por completo de la red física.  Es por esta razón, que las sucursales tenderán a transformarse y enfocarse en actividades puramente comerciales y de relacionamiento.

El banco como distribuidor

Respecto a la localización, históricamente los bancos basaron su éxito en el tamaño y distribución de la red física. Con el surgimiento de los canales digitales y la información como principal activo, este modelo está llegando a su fin. En este modelo de ampliar la presencia, hoy las sucursales de alto tránsito subsidian a las ubicadas en zonas de baja densidad, generando una estructura altamente ineficiente. Por otra parte, si analizamos los amos y señores del negocio retail (minorista) –a diferencia de los bancos- no poseen tiendas en todos los barrios, sino que se concentran en lugares de alta densidad de público (ej. centros comerciales).

Si los clientes van a las grandes tiendas en los centros comerciales, ¿por qué los bancos no podrían aplicar el mismo modelo? Nuevos formatos de sucursales y modelos de negocio permitirán a los bancos situarse únicamente en lugares rentables o de alta densidad de clientes, eliminando aquellos puntos de baja densidad de público, complementando los canales digitales de forma de garantizar la presencia en ciertos lugares estratégicos de forma eficiente.

Se espera así, el surgimiento de puntos de atención 100% automatizados, que faciliten el acceso a la tecnología e incluso opciones de atención a través de video. Los ATMs (cajeros automáticos) seguirán existiendo, pero probablemente estarán orientados a funcionar como terminales inteligentes y para inyectar dinero físico y convertirlo en dinero electrónico.

El banco como asesor

Actualmente existen ciertas operaciones (como la apertura de una cuenta) que aún no pueden digitalizarse en su totalidad ya que legalmente se requiere de la presencia obligatoria del cliente de modo de que un funcionario valide físicamente cierta documentación.  ¿Por qué en lugar del cliente visitar una sucursal, un ejecutivo del banco no visita al cliente? Un auto, un Ipad y un Iphone (o Android en su defecto), parecen ser opciones más eficientes, económicas y personalizadas, especialmente en zonas donde no se justifique la apertura de una sucursal. Una opción interesante, es que el cliente tenga la posibilidad de acceder a cualquier punto de contacto, validar la disponibilidad online y agendar la visita de un especialista a su domicilio.

¿Qué formatos tendrán estas sucursales?Los clientes de la nueva generación buscan sentido de pertenencia a través de los valores que transmite una marca. Nuevos modelos de sucursales basados en casos exitosos como las tiendas Apple pueden ayudar a desarrollar un sentido de pertenencia mayor y por ende lealtad. Ya existen casos en donde se utiliza la sucursal para fines distintos del bancario como forma de relacionamiento (ej. actividades culturales, recitales, cursos, etc.).

La reconversión de la red física ya es una realidad. Si bien cada país tiene su grado de adopción, en la actualidad, más del 50% de las transacciones globales se hacen por canales digitales. Los bancos están reduciendo sustancialmente el número de sucursales y planifican continuar reduciéndola drásticamente durante la próxima década. En la actualidad se estima que hay un promedio global de 2.000 clientes por sucursal. En un futuro no muy lejano se proyecta una tasa de 250.000 clientes por sucursal

Opinión de Estanislao Vieyra, vicepresidente de ventas para America Latina, en Technisys.

Brasil elimina la garantía a los depósitos para fondos de inversión

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Brasil elimina la garantía a los depósitos para fondos de inversión
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Rodrigo Soldon . Brasil elimina la garantía a los depósitos para fondos de inversión

El Banco Central de Brasil a través de su órgano de política monetaria, el Consejo Monetario Nacional, eliminó una garantía estatal a los ahorros depositados en fondos de inversión con un cierto grado de riesgo, en un esfuerzo por diferenciar a los pequeños ahorradores de los inversores cualificados.

Como en muchos otros países, Brasil posee un sistema de garantía de depósitos con la finalidad de proteger a los depositantes. Hasta el día 25 de febrero, el Fondo de Garantías de Crédito cubría hasta los 250.000 reales (63.219 dólares) en depósitos en fondos de pensiones e inversión y se activaba en el supuesto en el que un fondo cayese en bancarrota o tuviera que hacer frente a problemas de liquidez.

Las Afores consiguieron utilidades netas de 516 millones de dólares en 2015

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Las Afores consiguieron utilidades netas de 516 millones de dólares en 2015
CC-BY-SA-2.0, FlickrPhoto: Amaradestiempo en Pixabay. Mexican Pension Funds Made a 516 Million Dollar Profit in 2015

Las 11 Administradoras de Fondos para el Retiro también conocidas como Afores tuvieron ingresos por comisión por 26.817 millones de pesos en 2015, que equivalen a 1.554,61 millones de dólares (fx a 17,25 que es el cierre de 2015). Esto de acuerdo con cifras oficiales publicadas en la página de internet de la CONSAR.  Esta cantidad representa el 1,06% de los recursos que administran al cierre del año y refleja un crecimiento del 5,2% en 2015 que significa un porcentaje ligeramente superior al observado el año anterior del 4,7%.

Por su parte, la utilidad neta de las 11 Afores se ubicó en 8.898 millones de pesos que expresado en dólares son 516 millones de dólares con un crecimiento negativo del -2% (en pesos) respecto al año anterior. Interesante destacar que en 2014 el crecimiento en este rubro fue del 13%, lo cual pone de manifiesto lo complicado que fue el año recién terminado; ya que mientras en 2014 los activos denominados en pesos crecieron 15,7%, para 2015 fue tan solo del 7,1%. Los activos en administración de las Afores terminaron el año en 148.300 millones de dólares. Las comparaciones se hacen en pesos ya que estas empresas producen pesos. Sí se hicieran en dólares las comparaciones, la depreciación de la moneda del 17% en 2015 distorsiona las cifras.

El negocio de las Afores requiere de economías de escala que significa administrar una cantidad importante de recursos. Necesitan una importante inversión en sistemas para manejar un elevado número de clientes (53,6 millones de trabajadores) y para ello deben ser eficientes en su operación; así como tener la capacidad para traer nuevos clientes y retener a los trabajadores afiliados.  Independientemente del tamaño, a todas les interesa tener más clientes, sin embargo el incentivo es mayor para las chicas y medianas.

De los ingresos por comisiones –a nivel agregado–, 40% fueron costos de operación; 26% costos de afiliación y traspaso; 17% gastos generales de administración; 7% costos directos de operación de personal operativo y servicio a trabajadores; 4% costos regulatorios; así como 3% costos directos de operación por inversión y administración de riesgos.

Uno de los puntos que ha hecho mucho énfasis la CONSAR en fechas recientes, se refiere al gasto que realizan las Afores para la afiliación y traspaso el cual pasó del 31% vs ingresos por comisiones en 2014 a 26% en 2015 en forma agregada. PensiónISSSTE es la Afore con menor costo de afiliación y traspaso al ubicarse en 13% respecto a sus ingresos por comisiones; sin embargo es importante mencionar que es la Afore con el menor número de promotores. Con menor porcentaje vs ingresos por comisiones le siguen las Afores de XXI Banorte, Banamex y Coppel con 21%; mientras que las Afores con mayor costo son Profuturo (34%), Invercap (42%) y MetLife (48%); donde en algunos casos sale a relucir el alto número de fuerza de ventas que lleva a que este porcentaje se eleve considerablemente.

Para las 11 Afores que hay en el mercado el reto es crecer a un ritmo superior al que lo hace la baja en comisiones que se realiza anualmente. Esto sólo 6 Afores lo lograron.  Mientras que en 2014 la comisión por administración de activos se redujo 7,8% para 2015 bajó en 6,4% y en 2016 fue de -4,3%.  El nivel promedio de comisión se ubica en 1,06%.

Columna de Arturo Hanono
 

¿Miedo a los ‘defaults’ en el mercado high yield? No se preocupe, hay un lado bueno

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¿Miedo a los ‘defaults’ en el mercado high yield? No se preocupe, hay un lado bueno
CC-BY-SA-2.0, FlickrPhoto: Roberta Schonborg. Scared of Defaults? Don’t Worry, There’s a Bright Side

Es difícil hablar de deuda high yield hoy día sin tener en cuenta los ‘defaults’. Así que esta es nuestra posición en el asunto: los impagos aumentarán en los próximos años. Pero no se preocupe, probablemente las rentabilidades también lo hagan.

El nivel de los ‘defaults’ ha estado por debajo de la media durante años, por lo que un aumento no debería ser una gran sorpresa. La deuda high yield ha tenido siempre más riesgo que otros tipos de bonos. Y no es raro que algunos emisores incurran en impagos ya que el ciclo de crédito se enfrenta a vientos en contra y los costes de endeudamiento han subido.

Sin embargo, una tasa de morosidad media más alta no significa que las rentabilidades tengan que sufrir si se ha sido selectivo con las exposiciones. Durante las últimas dos décadas, al aumento de la tasa media de ‘defaults’, le han seguido grandes aumentos en los rendimientos.

Los inversores han penalizado el high yield

La razón de esto está ligada en parte a la psicología de los inversores. Normalmente, los defaults no se extienden uniformemente en el mercado high yield, sino que afectan a regiones y sectores diferentes. No obstante, los inversores tienden a responder a un aumento o un aumento inesperado de los impagos castigando a todo el universo high yield.

El resultado es que un montón de créditos sólidos cotizan con valoraciones muy atractivas. Por ejemplo, una gran parte de los defaults de 2001 y 2002 fueron empresas de telecomunicaciones que se habían endeudado fuertemente y que se metieron en problemas cuando estalló la burbuja del punto-com. Eso provocó una oleada de ventas en todo el mercado high yield de Estados Unidos. Pero los inversores que compraron bonos en otros sectores diferentes del de telecomunicaciones después de 2002 obtuvieron buenos resultados. En 2003, las rentabilidades del mercado high yield de Estados Unidos repuntaron un 29%.

Creemos que ahora esta sucediendo algo similar con las compañías de energía, metales y minería de lo que paso con las telecos. Con el precio del petróleo cerca de mínimos de varias décadas, se espera que este tipo de empresas supongan gran parte de los ‘defaults’ en los próximos años.

Muchos inversores han reaccionado a la reciente volatilidad como lo hicieron en el año 2002: quedándose al margen de todo el mercado high yield. Como resultado, algunos bonos del sector no energético ofrecen ahora las rentabilidades más altas que han tenido en años.

Es importante tener en cuenta esto, porque las rentabilidades iniciales –situadas por encima del 8% de media ahora- es uno de los mejores indicadores de lo que los inversores pueden llegar a ganar en los próximos cinco años. En 2009, los defaults en el mercado high-yield alcanzaron un récord máximo, pero también lo hicieron las rentabilidades. En cierto momento de aquel año, la rentabilidad media del índice Barclays US Corporate High Yield superó el 20%.

Todo esto ayuda a explicar por qué es tan raro que el mercado high yield registre dos años consecutivos de pérdidas, y por qué tiende a recuperarse tan rápidamente cuando tropieza.

Hay que ser muy selectivo

Aún así, los inversores no darse el lujo de tener una actitud despreocupada sobre el mercado y sus riesgos. Es crítico ser selectivo, incluso entre la deuda de mayor calidad. Eso es especialmente cierto en el mercado high yield de Estados Unidos, que se encuentra en fases más avanzadas del ciclo de crédito, y el high yield de Asia, que ya está en contracción. En este contexto, tiene sentido adoptar un enfoque multisectorial mundial, ya que las diferentes regiones y sectores se encuentran en diferentes etapas del ciclo.

Sin embargo, pensamos que sería un error dejar de lado el mercado high yield. Hoy en día el riesgo más grande no es un aumento de la morosidad, es quedarse fuera del mercado antes de tiempo y perder la oportunidad de comprar antes de que se recupere.

Gershon M. Distenfeld es director de high yield de AB.

 

 

“Los inversores deberían ser “smart” a la hora de alejarse de productos sucedáneos etiquetados como smart beta”

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“Los inversores deberían ser “smart” a la hora de alejarse de productos sucedáneos etiquetados como smart beta”
Foto: Victoria Bannett. “Los inversores deberían ser “smart” a la hora de alejarse de productos sucedáneos etiquetados como smart beta”

Los clientes institucionales de Willis Towers Watson asignaron 10.000 millones de dólares, a través de 175 selecciones, a estrategias de diversificación en 2015. Entre éstas, las alternativas líquidas atrajeron el mayor interés, con más de 8.100 millones de dólares, de los cuales aproximadamente la mitad corresponden a estrategias smart beta y 1.900 millones de dólares a secure income.

Según David Cienfuegos, director de inversiones de Willis Towers Watson España, «dado el momento en el que nos encontramos en el ciclo de inversión, nuestros clientes han seguido diversificando sus carteras para protegerse contra los riesgos bajistas aprovechando al mismo tiempo el aumento de la volatilidad del mercado. Los clientes siguen utilizando soluciones smart beta, según se refleja por el elevado número de selecciones, ya que éstas utilizan enfoques sistemáticos para explotar aquellos riesgos alternativos que proporcionan una verdadera diversificación más allá de la renta variable y el crédito. Además, las estrategias de secure income han demostrado ser muy populares el año pasado ya que incluso los clientes con perfil más conservador prefieren aprovechar la iliquidez como protección contra los riesgos sistémicos presentes en la renta fija tradicional”.

Los datos también muestran que durante el año pasado los clientes de Willis Towers Watson -que incluyen fondos de pensiones, compañías de seguros, fondos soberanos y fundaciones- llevaron a cabo 215 selecciones de crédito por un total de casi 18.000 millones de dólares, de los cuales una parte significativa corresponde a inversiones de mayor calidad crediticia (5.900 millones de dólares en los mandatos de bonos globales y 3.300 millones de dólares en mandatos de Estados Unidos).

Tal y como explica David Cienfuegos, «incluso en el crédito de mayor calidad observamos una tendencia hacia soluciones con mejor protección frente al riesgo bajista. El año pasado el crédito estructurado de alta calidad superó al del crédito tradicional de grado de inversión, impulsado en gran medida por factores regulatorios. Buscamos la forma de aprovechar esta oportunidad y ayudamos a estructurar una opción de implementación exclusiva para nuestros clientes que atrajo más de 5.000 millones de dólares de capital de clientes en 2015″.

Los clientes de la compañía invirtieron 6.600 millones de dólares en mandatos de crédito alternativo en 2015, de los cuales 1.400 millones de dólares fueron en crédito a través de hedge funds y 1.300 millones de dólares en crédito ilíquido. El número de selecciones de crédito alternativo (98) representa más del doble en comparación con el año anterior.

David Cienfuegos comenta además que “el crédito alternativo ha sido infra-explotado por los inversores en el pasado, tanto en términos de asignación de activos como de ejecución eficiente. Sin embargo, esto está cambiando y el año pasado realizamos un número récord de búsquedas de crédito alternativo ya que muchos clientes trataron de reducir la dependencia de la prima de riesgo de la renta variable, mejorar la diversificación e incorporar fuentes adicionales de rentabilidad a sus carteras».

En renta variable, los mandatos globales representaron alrededor de 8.200 millones de dólares, siendo los más populares entre los clientes de Willis Towers Watson en 2015, seguidos de la renta variable australiana (3.100 millones de dólares). Asimismo, una cantidad récord de nuevo capital fue asignado a renta variable smart beta (2.600 millones de dólares). A lo largo del año la renta variable de mercados emergentes atrajo 2.200 millones de dólares, mientras que 3.000 millones de dólares se invirtieron en renta variable estadounidense. Tras el despliegue significativo de private equity a lo largo de 2013, los clientes prefirieron estrategias ilíquidas de nicho frente a un enfoque tradicional de compra, y como resultado de ello el private equity atrajo menos activos que en años anteriores (500 millones de dólares). En total, las selecciones de mandatos de renta variable en 2015 alcanzaron los 21.500 millones de dólares en activos a través de cerca de 250 selecciones.

David Cienfuegos explica que «mientras se extendía el ajuste de riesgo a la baja en cartera de nuestros clientes, hemos experimentado un descenso en las búsquedas tradicionales de renta variable, junto con un menor número de reemplazos de mandatos de idéntico tipo. En su lugar, las asignaciones son cada vez más estratégicas con cambios más sustanciales, dando como resultado una media de asignación mayor que en años anteriores a través de un menor número de selecciones. Las asignaciones regionales específicas han sido impulsadas en gran medida por consideraciones fiscales y regulatorias. El smart beta continúa siendo muy popular como forma de mejorar la exposición a la renta variable de nuestros clientes, con más del doble del capital asignado a esta estrategia el año pasado en comparación con el año anterior».

Durante 2015, los inversores institucionales de Willis Towers Watson en todo el mundo llevaron a cabo más de 7.000 millones de dólares de selecciones a través de diversos tipos de estrategias de Smart beta, con una exposición total cercana a los 46.000 millones de dólares en una amplia gama de clases de activos.

David Cienfuegos asegura que «es positivo que los inversores piensen de manera inteligente en beta a lo largo de todos los factores de rentabilidad en sus carteras. Sin embargo, estamos realmente preocupados por la proliferación de productos etiquetados como smart beta, particularmente en el área de renta variable. No todos los smart beta se crean igual: deben estar descritos de forma fácil y comprensible, pero muchos productos no lo están, a menudo se implementan de forma pobre, con una consideración ingenua de los riesgos a los que está expuesto. Los inversores deberían ser “smart” a la hora de alejarse de estos sucedáneos».

La actividad global de selección de gestores de Willis Towers Watson superó las 730 selecciones en 2015, lo que refleja alrededor de 60.000 millones de dólares de activos movidos para más de 270 clientes.

Las empresas chinas ya amenazan la hegemonía estadounidense en tecnología

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Las empresas chinas ya amenazan la hegemonía estadounidense en tecnología
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto; Robert S. Donovan. Las empresas chinas ya amenazan la hegemonía estadounidense en tecnología

Las tecnologías de la información son un foco de inversión en auge. El NASDAQ y los índices de biotecnología marcaron nuevos máximos históricos en 2015, mientras que la capitalización bursátil de las empresas de tecnología y biotecnología de EE.UU. superó recientemente a la de todas las empresas cotizadas de los mercados emergentes o a la de todas las empresas cotizadas de la eurozona.

La participación de la tecnología en los beneficios de las empresas del índice MSCI AC World se disparó hasta un nuevo máximo el año pasado. Pero ¿justifican las valoraciones actuales cierta cautela?, se preguntan los expertos de Fidelity. En algunos casos puede ser así, pero existen muchas oportunidades apasionantes, explica la gestora.

EE.UU. sigue siendo el principal centro de innovación, pero Fidelity recuerda que la brecha con Asia continental se ha reducido considerablemente. En especial, dice, los inversores deben ser sensibles al ascenso de China como centro de desarrollo técnico y a las oportunidades que conlleva. En parte, estas pueden medirse por las solicitudes de patentes (Gráfico 2), que encabezan empresas chinas líderes en tecnología y telecomunicaciones, como Tencent, ZTE y Huawei. El gasto en I+D como porcentaje del PIB aumentó desde el 0,5% en 1995 hasta el 2,0% en 20132, si bien este nivel sigue siendo inferior al de otros países asiáticos y europeos; las cifras equivalentes de Corea del Sur y Alemania, por ejemplo, son 4% y 2,9%.

Nanotecnología, energía y materiales limpios, biotecnología y tecnologías de la información y las comunicaciones han sido las principales áreas de interés de los planes quinquenales de China, tanto de los anteriores como del actual. El objetivo de la iniciativa «Made in China 2025» de Pekín es mejorar la calidad de la producción china y situar al país como líder en innovación. Entre los temas a destacar figuran los siguientes:

  • Desarrollo de la robótica y la automatización, agrupadas entorno a Dongguan
  • Procesamiento del agua, como tratamiento de aguas residuales y tecnología de membrana inversa
  • Tecnología médica, como stents coronarios y productos ortopédicos y de traumatología
  • Innovación molecular en empresas farmacéuticas y de biotecnología
  • Desarrollo de inteligencia artificial (IA) dede empresas situadas cerca de Pekín

“China se enfrenta a algunas dificultades en su intento de evitar la trampa de los ingresos medios que ha aprisionado a otras economías en desarrollo. Serán esenciales la desregulación y la reforma de las empresas públicas, así como el éxito en la lucha contra la corrupción. Pero el país ya ha emergido como líder en una serie de tecnologías sofisticadas y cabe esperar que surjan muchas más oportunidades de inversión en innovación en los próximos años”, explica Hilary Natoff, gestora de fondos de Fidelity.

La informática en la nube está abriendo todo un nuevo panorama de almacenamiento de datos y opciones de descarga para empresas y consumidores. El Internet de las cosas, pese a ser una perspectiva a más largo plazo, podría tener un enorme impacto sobre la economía y el comportamiento de los consumidores.

La tecnología de realidad virtual empieza a dejar sentir su presencia en varios mercados de consumo (aunque lentamente), mientras que las empresas de la economía colaborativa están afectando cada vez más al funcionamiento de algunos sectores tradicionales.

«Creo que las perspectivas a largo plazo de las empresas de salud siguen siendo atractivas, si bien espero cierta volatilidad en el próximo año. Los fundamentales siguen siendo positivos en varios subsectores, con grupos seleccionados que se benefician de los grandes motores que respaldarán un crecimiento robusto a medio y largo plazo», explica Natoff.

Por último, afirma la gestora de Fidelity, la salud es un sector que, como indica la escalada de las valoraciones de los títulos de biotecnología, alberga muchas promesas de nuevos tratamientos innovadores y a menudo radicales en los próximos años. Este rápido ritmo de disrupción pone en entredicho la eficacia de la inversión pasiva, ya que los índices bursátiles suelen ser un reflejo de los ganadores del pasado. Por otra parte, un enfoque activo basado en el análisis prospectivo puede poner de manifiesto los sectores y valores que probablemente ganen o pierdan a causa de la disrupción, y ofrece a los inversores activos muchas oportunidades para la generación de alfa.

Argentina muestra a Brasil cómo recuperar la confianza

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Argentina muestra a Brasil cómo recuperar la confianza
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Rodrigo Soldon. Argentina muestra a Brasil cómo recuperar la confianza

Después de una semana de reuniones con reguladores, políticos y empresarios del sector privado tanto en Brasil como en Argentina, Craig Botham, economista jefe de la división de mercados emergentes de Schroders, realiza una aguda comparación entre los dos países, de los que podría decirse que se encuentran en diferentes etapas de un mismo camino.

La situación política de Brasil es altamente febril, hasta el punto que en los tres días en los que el equipo permaneció de visita en el país, el ex presidente Lula da Silva pasó de ser una figura relegada, a una figura una restablecida, para volver a ser una figura caída en la ruina política, todo ello en medio de una maniobra política que podría servir de inspiración para la siguiente temporada de la serie de televisión “House of Cards”.

Es por ello que desde Schroders se abstienen de ofrecer cualquier tipo de predicción política para Brasil. Sin embargo, un punto de consenso entre todas las personas con las que el equipo de mercados emergentes se entrevistó fue que la crisis económica del país está inextricablemente ligada al clima de convulsión política. La resolución de la crisis política es universalmente considerada como una condición previa para un retorno al crecimiento, aunque las opiniones varían en cuanto al probable calendario. Para este año, está previsto el Producto Interior Bruto se retraiga de una forma similar, sino mayor, a la contracción sufrida en 2015.

Otro punto aparente de consenso fue la necesidad de una reforma fiscal. Con un déficit fiscal cercano al 10% del Producto Interior Bruto, se espera que la deuda del gobierno de Brasil suba rápidamente durante este periodo presidencial y que las reducciones del déficit sean complicadas, debido que gran parte del gasto del gobierno es obligatorio por ley y por lo tanto no está sujeto a recortes. Para restaurar la confianza del mercado, y si Brasil pretende recuperar su grado de inversión, estás leyes tendrán que cambiar. Uno de los principales gastos es la seguridad social, un elemento de gasto ruinoso que representa una gran parte del déficit. Es alentador que las reformas en este elemento social del gasto público tengan un apoyo político mayoritario, pero parece claro que ninguna reforma sería acometida durante la presidencia de Dilma Rousseff.          

De hecho, existe una ambición relativamente limitada en la realización de reformas en todas las áreas económicas, incluso asumiendo que el proceso de destitución acabe de forma exitosa, siendo este el punto que más preocupa a la gestora de origen británico. La impresión general del equipo de mercados emergentes de Schroders es que una vez que la reforma fiscal sea ejecutada, la voluntad política para continuar con los cambios se limitaría, incluso con el mercado laboral y de producto en extrema necesidad de reforma y con una infraestructura clamando por nuevas inversiones.

Otra preocupación, es que el vicepresidente Michel Temer, en el caso de que fuera elegido presidente tras una posible destitución de Dilma, no sería capaz de cumplir en este frente, y lo que es peor, que, para las elecciones de 2018, la ira popular y el deseo de cambio que está empujando el proceso de destitución ya se habrán enfriado, y mayores y más dolorosas reformas serían rechazadas por electorado. Las consecuencias para el crecimiento potencial brasileño en un ambiente de bajos precios en las materias primas no deben ser subestimados.  

Mientras tanto, en Argentina, hay más motivos para el optimismo, con un programa político mucho más encaminado hacia las reformas. El nuevo gobierno tiene un programa amplio y ambicioso programa de reformas, y un mandato popular para respaldarlo. Los primeros avances llegaron con el acuerdo para normalizar la deuda y pagar a los “holdouts”; y lo que es más importante, la legislación contó con el respaldo de todo el espectro político. Los objetivos fiscales y de inflación son los siguientes; y permitirán discernir entre lo atrevido y lo creíble en temas de reformas. Los funcionarios son francos, pero tienen confianza en los retos que enfrentan.       

El año que viene será un año importante para el gobierno, ya que debe ejecutar reformas para el progreso y construir un apoyo popular más allá de las elecciones legislativas de 2017, que les podrían dar la mayoría que necesitan en las cámaras altas y bajas del Congreso. Este podría ser el principal riesgo que, según el equipo de mercados emergentes de Schroders, enfrenta el país; sin una mayoría, aumenta la incertidumbre de si la agenda de reformas podrá ser implementada al completo. Con la legislación a favor del pago de la deuda a los fondos buitres hubo consenso para conseguir que saliera adelante, pero no se puede afirmar lo mismo de las reformas económicas internas. Argentina puede servir de ejemplo para Brasil, en lo que se necesita para realmente restaurar la confianza internacional e interna, aunque después de doce años de políticas desastrosas. Desde Schroders esperan que Brasil no necesite el mismo periodo de tiempo para llegar a ese punto.