Janus Henderson acaba de anunciar el nombramiento de Mike Haslam como Director de Sales Enablement. Mike, que se acaba de incorporar a la compañía procedente de Barclays Wealth, dependerá de Simon Hillenbrand, responsable de Retail en el Reino Unido. Basado en Londres, formará parte del equipo de Distribución Intermediaria para EMEA y Latinoamérica, dirigido por Ignacio De La Maza.
En este puesto de nueva creación, desde la gestora han especificado que Haslam trabajará con el equipo de ventas de EMEA y Latinoamérica “para garantizar que el equipo de ventas pueda hablar eficazmente con los clientes distribuidores sobre las ofertas de la empresa, impartir ideas prácticas y compartir conocimientos que, a su vez, ayudarán a los clientes de la empresa a obtener mejores resultados para sus clientes”.
Haslam cuenta con más de 25 años de experiencia en el sector, de los cuales los trece últimos los ha trabajado en Barclays Wealth desempeñando diversos roles, como responsable de la promoción de ofertas de fondos de inversión de terceros, ETF y fondos propios de renta fija, renta variable y materias primas a banqueros de todo el Reino Unido y EMEA, entre otras funciones. Janus Henderson Investors ha destacado su experiencia como banquero privado: “Su familiaridad con el funcionamiento de este canal de distribución será de gran valor para el equipo de intermediarios de Janus Henderson en EMEA y Latinoamérica”. Antes de trabajar en Barclays, Haslam ocupó puestos de especialista de producto en Gartmore, Threadneedle Investments y M&G.
«El nombramiento de Mike refleja la estrategia de la firma de invertir en el negocio en beneficio de sus clientes y de los clientes de éstos para mejorar lo que Janus Henderson puede ofrecerles. La experiencia y las habilidades únicas de Mike le permitirán construir y compartir historias sobre fondos, comprender y evaluar el panorama competitivo de los fondos y garantizar que los encargados de la tarea de hablar con los clientes sobre fondos estén bien equipados para hacerlo. Estamos encantados de que haya elegido formar parte del equipo», ha comentado con respecto a este nombramiento Simon Hillenbrand, director de Retail del Reino Unido en Janus Henderson Investors.
Foto cedidaFoto: Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos. Foto: Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos
El Comité Federal de Mercado Abierto de la Reserva Federal (FOMC, por sus siglas en inglés) anunció una nueva subida de 25 puntos básicos en sus tasas de interés, lo que dejó el precio del dinero en el rango 5,25%-5,5%. Es decir, los tipos en la mayor economía del mundo alcanzaron máximos de los últimos 22 años. Una medida que ya estaba más que descontada por el mercado, pero que provocó comentarios de gestores y estrategas.
Para Tiffany Wilding, directora y economista de PIMCO, “la conferencia de prensa nos pareció más moderada de lo que esperábamos, ya que pensábamos que el presidente Jerome Powell seguiría apuntando a la subida adicional esperada”. Ahora, la experta ve probable un mantenimiento de tipos en septiembre y, a partir de entonces, “las subidas adicionales (o recortes) dependerán del mercado laboral, así como de la inflación”. Su escenario de referencia la economía estadounidense entra en una leve recesión, a medida que los efectos retardados de la política monetaria y del endurecimiento del crédito pesan más sobre la actividad y la demanda de mano de obra, por lo que “julio marca el final del ciclo de endurecimiento, y los recortes se producen en 2024”.
Charles Diebel, responsable de Renta Fija de MIFL, pone el foco en la insistencia reflejada en el comunicado de Jerome Powell acerca de que el endurecimiento de las condiciones aún está «pendiente», un mensaje que sugiere que “a partir de ahora, dependerán en gran medida de los datos”. Diebel reconoce que la reacción de los mercados a la medida fue muy moderada, un signo de que “es poco probable” un nuevo movimiento para septiembre. Eso sí, “es posible que se produzca en el cuarto trimestre”.
Christian Scherrmann, U.S. Economist para DWS, sin embargo, sí espera una nueva subida de los tipos para septiembre por parte de la autoridad monetaria estadounidense. La razón es que, a juicio del experto, lo más probable es que los factores que han propiciado esta subida de tipos de julio persistan después del verano: un impulso económico aún robusto -aunque moderado- y señales muy preliminares de cierta relajación en el mercado laboral. “Parece que los banqueros centrales quieren mantener todas las opciones sobre la mesa, lo que también puede interpretarse como un signo de incertidumbre, sobre todo con respecto a su propia capacidad de previsión”, sentencia Scherrmann.
Eso sí, el experto cree que quizá no haya que esperar hasta el 20 de septiembre, fecha de la próxima reunión de la Fed, para recibir más pistas sobre el futuro de la política monetaria de la Fed. “Hasta entonces se publicarán muchos datos y los banqueros centrales se reunirán en Jackson Hole a finales de agosto”, recuerda el experto.
Las incertidumbres sobre los próximos pasos de la Fed, con todo, son elevadas. Por ejemplo, David Kohl, economista jefe de Julius Baer, espera que el organismo mantenga los tipos de interés en los niveles restrictivos actuales “hasta la primera mitad de 2024” y que empiece a relajar la política monetaria “con prudentes recortes de tipos en marzo del año que viene como muy pronto”, ya que la desaceleración económica debería profundizarse. “Esperamos que la inflación estadounidense siga cayendo y que el debilitamiento de la demanda acelere este descenso en los próximos meses
El enfriamiento de la economía y del mercado laboral, así como el endurecimiento de las condiciones crediticias, abogan por mantener sin cambios el rango objetivo de los fondos federales en los próximos meses. Al mismo tiempo, el menor riesgo de recesión sugiere que el tipo objetivo de los fondos federales se mantendrá en su actual nivel restrictivo durante más tiempo”, explica Kohl.
Otro ejemplo claro de la escasa claridad que hay entre los estrategas es la opinión de Lewis Grant, gestor de renta variable global de Federated Hermes, que apunta a que mientras la inflación siga moderándose, “estamos de acuerdo con el consenso general de otra subida de tipos de 25 puntos básicos este año y una pausa hasta el segundo trimestre de 2024”.
Sin embargo, matiza que “hay muchas posibilidades de que se produzcan contratiempos y estaremos muy atentos a las cifras de inflación en particular, ya que cualquier sorpresa podría provocar un shock”. Su compañera de firma Susan Hill, gestora senior de carteras y jefa del Grupo de Liquidez Gubernamental, es clara: “La subida del objetivo de los fondos federales en 25 puntos básicos, hasta un máximo de 22 años del 5,25-5,50%, fue unánime. Simplemente no saben dónde se encuentra la economía y están siendo prudentes”.
Péter Varga lleva al frente del fondo Erste Bond EM Corporate desde su lanzamiento, en 2007. Durante este tiempo, el fondo ha registrado un buen comportamiento que le ha llevado a recibir varios premios. Recientemente el fondo sumó otro hito a su historial al pasar a formar parte del sector sostenible: a partir de ahora, el proceso de inversión del fondo tendrá en cuenta criterios medioambientales, sociales y de gobierno corporativo (ESG), en línea con los requisitos que establece el artículo 8 del Reglamento europeo sobre divulgación de información relativa a la sostenibilidad en el sector de los servicios financieros (SFDR, por sus siglas en inglés).
En esta entrevista, Péter Varga explica qué supone este nuevo hito para él, como gestor del fondo, y cómo afecta a su proceso de inversión.
El hecho de que el fondo se haya convertido en un fondo sostenible que cumple con los requisitos del artículo 8 del SFDR le añade otra dimensión. ¿Qué cambios ha experimentado la cartera como resultado?
Aunque las ponderaciones y las ratios clave prácticamente no han variado, sí que ha habido algunos cambios significativos a nivel de emisores individuales. Algunas conocidas empresas del sector de la minería, como Vale (Brasil), Southern Copper (México) o Anglo American ya no forman parte de nuestro universo de inversión.
Para dar este paso deliberado hacia la sostenibilidad, analizamos todo el universo de inversión y nos alegró comprobar que solo el 25% de los emisores no cumplen con nuestros criterios de inversión, ya sea por cuestiones de sostenibilidad o porque no disponemos de datos esenciales para realizar un análisis de alta calidad. Esto también demuestra que existe un elevado grado de solapamiento entre los mercados emergentes y la sostenibilidad, sin mencionar la capacidad de crecimiento casi exponencial que presentan la energía solar y eólica en estos mercados».
¿Este cambio también implica nuevos desafíos, por ejemplo, relacionados con la restricción de empresas y países invertibles?
Sí, se trata de una situación nueva. Antes de invertir, todos los títulos se analizan aplicando criterios de sostenibilidad. En este sentido, las nuevas emisiones resultan particularmente desafiantes, porque, con frecuencia, la disponibilidad de datos deja mucho que desear. Por eso, puede llevarnos mucho tiempo llegar a una conclusión, por lo que a veces preferimos no invertir. Aun así, esta situación también pone de relieve que hay mucho margen de mejora, sobre todo en el área de la sostenibilidad.
¿Qué grado de preparación muestran las empresas de mercados emergentes en materia de sostenibilidad y ESG?
Hace cinco años, cuando empezaban a hacerse las primeras preguntas sobre sostenibilidad en reuniones y conferencias, muchas empresas de mercados emergentes reaccionaban con estupor. Ahora, algunas incluso presentan proactivamente sus principios y procesos ESG. Nuestro trabajo consiste en ser críticos y encontrar empresas con un potencial creíble.
Nuestros colegas del equipo de inversión responsable resultan de gran ayuda en este sentido, ya que nos permiten evaluar a emisores que nos interesan, pero que no han sido calificados por las grandes agencias de rating, y someterlos a nuestro propio proceso de calificación. Precisamente estos emisores suelen ofrecer un mayor potencial porque, aunque no tienen los recursos para elaborar detallados informes de sostenibilidad, eso no implica que no sean sostenibles per se o que no cuenten con un modelo de negocio prometedor y sostenible. Por eso, cuando lo vemos conveniente, organizamos una videoconferencia con estas empresas para conocerlas mejor y examinar sus procesos. En este contexto, podemos aportar más valor añadido gracias a este nivel adicional de análisis de sostenibilidad.
En general, los emisores están más preparados ahora que hace unos años. Algunos incluso están aprovechando el énfasis mundial en la sostenibilidad para generar ventajas competitivas, por ejemplo, usando fuentes de energía renovables para reducir su impacto medioambiental.
¿Cómo ha cambiado su trabajo diario como gestor del fondo y el proceso de inversión?
Suelo decir que los gestores de fondos trabajamos en una matriz multidimensional. Los factores que acaban generando rentabilidad en el fondo son múltiples y, muchas veces, están interrelacionados. Ahora, la sostenibilidad añade otra dimensión más, lo que hace aún más interesante mi trabajo como gestor del fondo. Sin embargo, hay muchos factores que no me resultan completamente nuevos, como el gobierno corporativo. Las cuestiones medioambientales también llevan tiempo siendo relevantes, sobre todo en los sectores de mayor impacto.
En algunos casos, contar con unos procesos internos inadecuados ha provocado desastres medioambientales que han llegado a amenazar la propia supervivencia de la empresa. Un ejemplo sería la ruptura de una presa de la minera brasileña Vale en 2019.
Ahora analizaré aún más en detalle este tipo de cuestiones, además de intentar detectar tendencias relacionadas con la sostenibilidad que afecten a determinadas empresas y examinar si estas tendencias podrían ser relevantes para la rentabilidad y, en su caso, de qué forma y cuándo.
¿Cuál es su postura general con respecto a la sostenibilidad? ¿Hay demanda de inversiones sostenibles en renta fija emergente?
Si miramos a nuestro alrededor, podemos ver que tanto nuestro medioambiente como el clima están sufriendo cambios graves y evidentes. Como puede verse en el siguiente gráfico, la demanda de fondos sostenibles de mercados emergentes ha ido claramente en aumento desde 2020, incluso en momentos en los que el sentimiento del mercado general fue más débil. También hemos observado esta tendencia entre nuestros clientes.
Entradas de flujos en fondos ESG de mercados emergentes desde enero de 2020 (total: 16.000 mill. $)
Para mí, ser sostenible también significa evitar deliberadamente empresas que, aunque sean invertibles, presenten riesgos muy relevantes en términos de sostenibilidad. Un ejemplo es la productora de carne -estadounidense JBS. Esta empresa representa menos de un 0,5% del total del universo invertible. Sin embargo, estoy intentando cubrir esta exposición con otras empresas hasta que JBS modifique sus procesos más en profundidad y aborde mejor sus riesgos en materia de sostenibilidad (explotación infantil, ganado procedente de áreas del entorno del Amazonas).
Un último apunte: Erste AM fue pionera en el ámbito de los fondos de renta fija emergente sostenible con el lanzamiento, en 2013, del Erste Responsible Bond EM Corporate. En mi caso, mi objetivo sigue siendo que nuestros fondos de renta fija corporativa emergente continúen estando entre los mejores a nivel internacional, como ha venido haciendo el Erste Bond EM Corporate durante los últimos 16 años.
En los últimos años hemos asistido a un crecimiento vertiginoso de estructuras de fondos evergreen o abiertos en mercados privados. De acuerdo con un análisis publicado por Bfinance, en 2022 se lanzaron más fondos abiertos que en el acumulado de los cinco años anteriores.
Fondos evergreen: una herramienta de inversión flexible
Los fondos evergreen (abiertos) están ganando adeptos entre los inversores, al tratarse de instrumentos que ofrecen un grado de flexibilidad mayor que las estructuras cerradas. Dado que los fondos abiertos no paran de captar capital, los partícipes pueden optar por ir aumentando sus posiciones a lo largo del tiempo. De igual modo, pueden ajustar posiciones, si es necesario, como parte de una asignación de activos más dinámica, en mercados privados.
Las estructuras abiertas permiten a los partícipes mantener activos con buen rendimiento durante mucho más tiempo del que suelen permitir los fondos cerrados, que tienen una vida finita. Por otro lado, como los fondos evergreen no tienen una fecha de caducidad, el riesgo de que se vean obligados a vender en el futuro todas sus posiciones a un precio de descuento es mínimo. Sin embargo, los fondos abiertos también pueden estar expuestos a tener que vender determinados activos de la cartera para obtener liquidez durante su vida útil.
¿Qué ha suscitado el debate frente a los fondos cerrados?
Históricamente, la materialización de ganancias, la disponibilidad de liquidez y los costes de transacción han suscitado un debate entre las estructuras abiertas y cerradas. Sin embargo, todas estas cuestiones, en mi opinión, pueden mitigarse e incluso verse compensadas por ventajas sustanciales.
Materialización de ganancias
Mientras los fondos cerrados deben liquidar sus inversiones al final de su vida útil, sus homólogos abiertos pueden mantener sus activos de manera perpetua, por lo que a los inversores les resulta más difícil predecir cuándo materializarán las ganancias de sus inversiones. No obstante, los fondos cerrados pueden ofrecer a los partícipes un mayor equilibrio entre el capital reinvertido y la remuneración al inversor (es decir, un reparto entre dividendos ordinarios y extraordinarios).
Liquidez equilibrada
Históricamente, la naturaleza de los activos subyacentes determinaba qué estructura de fondos debía elegirse, siendo las estructuras abiertas las elegidas para activos líquidos, mientras que las cerradas solían preferirse para carteras ilíquidas. Sin embargo, se pueden incorporar mecanismos a estructuras abiertas para proporcionar un perfil de liquidez que compense la falta de liquidez de la cartera subyacente, por ejemplo, establecer un bloqueo inicial durante la fase inicial de construcción de la cartera, fijar periodos adecuados de preaviso de reembolsos, mecanismos de control (restricciones a reembolsos del fondo), compensación de salidas y entradas de capital en el fondo, así como el aplazamiento de los reembolsos.
Eficiencia en costes de transacción
Este aspecto está asociado con los costes de transacción que soportan los partícipes a largo plazo cuando entra nuevo capital al fondo. Un estudio llevado a cabo por Willis Tower Watson (WTW) reveló que «los costes de adquisición imputados a los inversores a largo plazo en fondos inmobiliarios no cotizados abiertos que emplean el método de amortización podrían ser más del doble que el soportado con vehículos que usan el método “offer-spread”.
La diferencia entre estos dos métodos es que el método del “offer-spread” asigna los costes de invertir nuevo capital únicamente al inversor cuyo capital se invierte, mientras que el método de amortización reparte los gastos de invertir nuevo capital proporcionalmente entre todos los partícipes. Dejando a un lado los aspectos técnicos, las diferencias de costes pueden mitigarse con mecanismos de igualación o recuperación. Por otro lado, la técnica de amortización reparte los costes de invertir nuevo capital proporcionalmente entre todos los partícipes.
Como la mayoría de las aparentes desventajas pueden mitigarse, los inversores deberían centrarse en las ventajas más evidentes
Puesto que la mayoría de las aparentes desventajas señaladas anteriormente pueden mitigarse con condiciones específicas del fondo, la estructura de fondo abierto ofrece a los inversores ventajas claras, entre ellas, mejores condiciones de liquidez, una mayor visibilidad de la cartera subyacente y una mejor armonización de costes.
Alta liquidez
Los inversores que invierten en fondos cerrados por lo general no pueden retirar su dinero hasta el vencimiento del plazo del fondo con ciertas excepciones, como por ejemplo traspasos u operaciones secundarias (previamente autorizadas). Sin embargo, con una estructura evergreen el gestor del fondo puede captar capital a perpetuidad y permitir a los partícipes inyectar o reembolsar capital, sujeto a los plazos de preaviso y a mecanismos de gestión de liquidez habituales (es decir, un periodo de bloqueo inicial, preaviso de reembolsos/reintegros y un mecanismo de cierre que impida las ventas forzosas). A pesar de algunas limitaciones, estas mejores condiciones de liquidez facilitan que inversores puedan alcanzar las asignaciones de cartera deseadas mediante aumentos o reducciones de sus compromisos contraídos en el fondo.
Clara visibilidad
Los fondos cerrados tradicionales pueden tener un plazo de 10 años (con posibilidad de extensiones) y durante los primeros 12-18 meses el gestor captará nuevo capital para el fondo. Si se estructuran con una cartera de activos ciega (blind-pool) (sin una cartera inicial garantizada), los compromisos de los inversores empezarán a rentabilizar solo cuando surge una nueva oportunidad de inversión, lo cual podría tardar varios años. Por el contrario, los inversores que adquieren participaciones en fondos evergreen ya en funcionamiento tienen inmediata exposición a una cartera de activos diversificada, supuestamente con un despliegue de capital más rápido, evitando así el riesgo asociado a una cartera ciega.
Alineación decostes…
Los fondos cerrados normalmente cobran comisiones de gestión sobre el capital comprometido al principio y luego sobre el capital invertido; por contra, los fondos abiertos suelen cargar comisiones de gestión sobre el Valor Neto de los Activos, es decir, solo cuando el partícipe desembolsa el dinero.
…al tiempo que eluden la curva J
Además, al invertir en una cartera que genera rendimientos, los inversores pueden eludir la llamada curva J, bastante frecuente en las estructuras cerradas. Este fenómeno se produce porque los fondos cerrados a menudo generan rentabilidades negativas en las fases iniciales de sus periodos de inversión, en parte debido a las comisiones de gestión que aplican sobre compromisos no desembolsados y en parte porque todavía no tienen activos operacionales que generen rentabilidad. La ventaja de las estructuras abiertas permite reducir la volatilidad en los perfiles de rentabilidad de los inversores.
Los inversores a largo plazo pueden conservar activos con plusvalías latentes
Gracias a la vida útil indefinida de un fondo evergreen, los inversores a largo plazo pueden conservar activos con plusvalías latentes, lo cual resulta crucial cuando se invierte en activos que generan rentas a largo plazo, como los bienes inmuebles y las infraestructuras.
Se puede argumentar que las estrategias orientadas a distribuir dividendos son un complemento natural de las estructuras abiertas, ya que permiten a los inversores ajustarse mejor al calendario de inversiones (adquisiciones y ventas) en función de las circunstancias del mercado o de sus propias necesidades de inversión. Más importante aún es que con estructuras abiertas se evitarán ventas forzosas de activos al vencimiento final del fondo, lo cual, en condiciones de mercado adversas, podría afectar negativamente a las rentabilidades finales.
Al ser un instrumento versátil para los inversores, debería seguir ganando adeptos
En definitiva, una estructura de fondo abierto ofrece a los inversores un instrumento de inversión versátil y complementario, al ofrecer ventajas claras, por ejemplo, alcanzar y mantener una asignación concreta gracias a las mejores condiciones de liquidez, reduciendo el riesgo de exposición a carteras ciegas e incrementando la alienación de costes con la reducción de la curva J, entre otras cosas.
Los fondos abiertos, en concreto para estrategias de inversión orientadas a distribuir dividendos como infraestructuras e inmuebles, permiten retener los activos más valiosos al tiempo que aprovechan las oportunidades del mercado. Así pues, cabría esperar que la estructura de fondos evergreen continúe ganando adeptos entre los inversores y termine por establecer un nuevo paradigma para la inversión en mercados privados.
Tribuna de Casilda Perez- Medina, Sales Director Real Assets de Aquila Capital
El plazo de aceptación de la oferta de adquisición de Liontrust Asset Management sobre GAM Holding está a punto de expirar: el viernes 28 de julio es el último día, tras la reciente ampliación en tres días. Pero la tensión entre el consejo de administración y el grupo inversor formado pro NewGAMe y Bruellan -que controlan el 9,6% del capital de GAM- está lejos de cerrarse.
El director de NewGAMe, AlbertSaporta, ha hecho pública una carta a los accionistas de GAM en la que responde, párrafo a párrafo, la misiva emitida por el consejo de administración de GAM a principios de esta semana en la que se detallaban cambios en la oferta de Liontrust y animaba a los inversores a aceptar la OPA.
«Al ampliar tres días la oferta pública de adquisición, Liontrust sugiere que está cerca del ‘mágico’ 66,7% de aceptación, cuando en realidad podría estar bastante lejos. Esto parece ser otra estratagema para generar más ofertas», señala Saporta en la carta. El directivo apunta que «sabemos que es casi imposible que Liontrust se acerque a ese porcentaje. De hecho, sólo puede estar bastante lejos de él», asegura, para después recordar que salvo durante tres días, GAM ha cotizado con una prima sustancial respecto a las condiciones ofrecidas por Liontrust desde que se anunció la operación. «Este simple hecho sugiere que la aceptación de la oferta debe ser muy baja», sentencia. Saporta sugiere que al cierre del plazo Liontrust bien lo ampliará de nuevo o «finalmente» Liontrust se marchará.
Tras contestar punto por punto la última carta del consejo de GAM, Saporta reconoce que la parte «más exasperante» de la misma fue «la renuncia a la condición de salida del negocio de servicios de gestión de fondos de terceros (FMS, según sus siglas en inglés) en Luxemburgo y Suiza a Carne Group. «En esencia, Liontrust impuso a GAM la venta forzosa de FMS para ajustarse al calendario de su propio acuerdo con GAM», comentó el directivo, que ya argumentó que ese negocio «se vendió por un precio cercano a cero de una manera que plantea serias cuestiones de gobernanza».
Saporta admitió saber «a ciencia cierta que varios competidores importantes de Carne ni siquiera fueron invitados al proceso de licitación de FMS» y tras asegurar que han realizado «muchas preguntas al consejo de GAM en relación con este proceso de venta que siguen sin respuesta», ahora afirma que «sería útil que el consejo de GAM respondiera para evitar una auditoría especial que solicitaremos en la junta de accionistas del 25 de agosto».
Tras acusar al consejo de querer presentar a NewGAMe como «un puñado de aficionados» a los ojos de los accionistas, contestó de forma socarrona a la llamada de GAM a aceptar la oferta de Liontrust. «Suena a desesperación», concluyó Saporta.
Fidelity International ha notificado que hacia el 26 de julio de 2023 cambiará la clasificación SFDR de su gama de ETF Quality Income, que pasarán de artículo 6 a artículo 8. Esta reclasificación es el fruto de la incorporación por parte de la firma de exclusiones adicionales sobre actividades empresariales controvertidas a su metodología de creación de los índices, así como la inclusión de criterios de sostenibilidad mejorados.
La gama Quality Income es la propuesta de Fidelity para inversores que buscan exposición pasiva a empresas de mayor calidad que abonan dividendos, reduciendo al mismo tiempo los riesgos de mercado no deseados. Se articula replicando los índices regionales Quality Income (revisados anualmente) que elabora Fidelity basándose en sus análisis, de modo que se ofrece exposición global, a EE.UU., Europa y mercados emergentes en sendos ETF.
Goldman Sachs Asset Management ha lanzado al mercado dos nuevos fondos cuyo objetivo es permitir a los inversores de renta fija mejorar el perfil sostenible de sus carteras mediante una asignación a bonos verdes, sociales y de sostenibilidad.
El Goldman Sachs Global Impact Corporate Bond Fund y el Goldman Sachs USD Green Bond Fund estarán gestionados por un equipo especializado en bonos verdes, sociales y de impacto de Goldman Sachs Asset Management, que se incorporó tras la adquisición de NN Investment Partners en 2022. Están integrados en el equipo de renta fija global de Goldman Sachs Asset Management, que gestiona activos de más de 1 billón de dólares. Recientemente, la firma superó los 9.000 millones de dólares en activos de bonos verdes bajo gestión.
Los fondos se apoyan en la metodología de evaluación de bonos verdes y de impacto, que es propiedad de Goldman Sachs Asset Management y que selecciona bonos capaces de financiar proyectos de impacto medioambiental, social o de sostenibilidad.
El Goldman Sachs Global Impact Corporate Bond Fund invertirá en bonos verdes, sociales y sostenibles de todo el espectro crediticio corporativo que tengan objetivos e impacto sociales o medioambientales claramente definidos. Los bonos incluidos en la cartera estarán alineados con una amplia gama de Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas. Invertirá globalmente en bonos con grado de inversión y de alto rendimiento.
Por su parte, el Goldman Sachs USD Green Bond Fund invertirá globalmente tanto en bonos corporativos como gubernamentales y en crédito con grado de inversión. Se apoyará en la actual gama de bonos verdes de Goldman Sachs Asset Management y ofrecerá una alternativa global a los clientes que buscan una exposición denominada en dólares estadounidenses.
Bram Bos, director global de Bonos Verdes, Sociales y de Impacto de Goldman Sachs Asset Management, estima que “tanto la emisión corporativa como el apetito de los inversores por los bonos sociales y de sostenibilidad convirtiéndolos en un segmento cada vez más importante para la renta fija, junto con el floreciente mercado de bonos verdes» y añade que «el mercado mundial de bonos es una fuente clave de inversión para impulsar la transición climática y abordar temas como el crecimiento inclusivo”.
Hilary López, responsable de Third Party Wealth en EMEA de Goldman Sachs Asset Management, cree que «una gama cada vez más amplia de inversores desea dirigir su capital hacia empresas que resuelven claros retos sociales y medioambientales. Estos dos fondos permiten a los inversores aprovechar crecientes oportunidades y diversificar sus carteras de renta fija, al tiempo que contribuyen a financiar proyectos medioambientales, sociales y de sostenibilidad de gran impacto.”
Los fondos están registrados para la venta en Austria, Bélgica, Dinamarca, Alemania, España, Finlandia, Francia, Italia, PaísesBajos, Noruega, Suecia, Suiza y Reino Unido.
BlackRock y Jio Financial Services (JFS) han anunciado un acuerdo para formar Jio BlackRock, una empresa conjunta participada al 50% por cada firma que combina las respectivas fortalezas y marcas de confianza de BlackRock y JFS para ofrecer acceso tecnológico a soluciones de inversión asequibles e innovadoras en la India.
Jio BlackRock contará con la experiencia y el talento de BlackRock en gestión de patrimonio, gestión de riesgos, excelencia de productos, acceso a la tecnología, operaciones, escala y capital intelectual en torno a los mercados, mientras que JFS contribuye al proyecto con su conocimiento del mercado local, capacidades de infraestructura digital y capacidades de ejecución. Juntos, la asociación introducirá un nuevo actor en el mercado de la India con una combinación única de alcance, escala y recursos. JFS y BlackRock tienen como objetivo una inversión inicial de 150 millones de dólares cada una en la empresa conjunta.
Rachel Lord, presidenta y directora de APAC en BlackRock, ha declarado que India representa «una oportunidad de enorme importancia. La convergencia del aumento de la riqueza, la demografía favorable y la transformación digital en todos los sectores está reconfigurando el mercado de maneras increíbles. Estamos muy contentos de asociarnos con JFS para revolucionar el sector de la gestión de activos de la India y transformar los futuros financieros. Jio BlackRock pondrá la fuerza combinada y la escala de nuestras dos empresas en manos de millones de inversores en el país».
En relación con esta transacción, Hitesh Sethia, presidente y consejero delegado de JFS, ha afirmado que «esta es una asociación emocionante entre JFS y BlackRock, una de las mayores y más respetadas empresas de gestión de activos a nivel mundial. Aprovechará la profunda experiencia de BlackRock en inversión y gestión de riesgos junto con la capacidad tecnológica y la profunda experiencia de mercado de JFS para impulsar la entrega digital de productos. Jio BlackRock será una empresa verdaderamente transformadora, centrada en el cliente y en lo digital, con la visión de democratizar el acceso a las soluciones de inversión financiera y ofrecer bienestar financiero a la puerta de cada indio».
La empresa conjunta iniciará sus operaciones tras recibir las aprobaciones reglamentarias y legales. La empresa tendrá su propio equipo directivo.
Veíamos este mes un gráfico en el que se comprobaba que el descuento, a nivel global, con el que cotizan las empresas de pequeña y mediana capitalización frente a las grandes, está en máximos de los últimos 20 años, coincidiendo con la fuerte subida de las empresas tecnológicas de gran capitalización, bancos, ocio y turismo o sector retail, entre otros. Solo hay que echar un vistazo a la evolución de los índices bursátiles que agrupan a las compañías de menor capitalización para darse cuenta de lo atrás que se han quedado desde hace trimestres.
Somos consciente de que las temáticas de inversión son cambiantes y que, en muchas ocasiones, muestran movimientos muy pendulares e imprevisibles, pero también hemos comprobado que, en la práctica totalidad de las ocasiones, moverse en dirección contraria al mercado tiene recompensa. Bajo nuestro punto de vista, nos encontramos ahora mismo en uno de esos momentos, y creemos que la inversión en empresas de menor capitalización es una gran oportunidad.
Sí es cierto que en un entorno como el actual, en el que las economías están presentando crecimientos anémicos en el mejor de los casos y con unos tipos de interés que han experimentado el mayor ritmo de subidas en las economías desarrolladas de los últimos 50 años, no es el más proclive para la inversión en empresas de este perfil. Pero también es cierto que, en nuestra opinión, gran parte de lo anterior ya está puesto en precio.
Con todo, centrándonos en las empresas españolas de menor capitalización, hay que comentar que existen en la actualidad una serie de hándicaps a los que tienen que hacer frente tanto los inversores como las compañías:
Falta de demanda. Desde hace años, el patrimonio de los fondos de inversión que operan en el mercado español ha disminuido sensiblemente o, directamente, se han liquidado muchos vehículos.
Necesidad de ser más paciente en las inversiones ya que, según nuestra percepción, tarda más en aflorar en cotización el valor las compañías. En los últimos años y por razones en las que no vamos a entrar, muchos equipos de análisis y algunos de gestión han desaparecido del mercado, con lo que la cobertura de las empresas cotizadas de menor tamaño ha caído en picado. En la actualidad, existen muchas empresas “huérfanas” de análisis y, por lo tanto, carecen de visibilidad.
Lo anterior ha impacto en los volúmenes de negociación de las empresas cotizadas (ya de por sí escaso) y aquí entramos en un círculo de difícil salida, en tanto y en cuanto hay gestoras que se autoimponen no invertir en compañías que negocien menos de un millón de euros al día.
Necesidad de cuidar más al accionista. Más allá de los requerimientos legales, bajo nuestro punto de vista una empresa que sale al mercado debe estar pendiente de los accionistas/socios de la empresa, deben ofrecer un mínimo de accesibilidad a los equipos de gestión de la compañía y, sobre todo, transparencia.
El nuevo entorno ESG en el que nos movemos tampoco ha ayudado mucho a empresas de menor capitalización que, incluso cumpliendo con los criterios mínimos exigibles en esta materia, se encuentran fuera del radar de muchas de las empresas que han surgido en los últimos años y que se dedican a analizar y dar el visto bueno para que una compañía sea considerada “invertible” bajo los parámetros ESG.
Bajo nuestro punto de vista, las empresas deben tomar un papel más proactivo a la hora de buscar/mantener a los inversores. Como hemos comentado, la falta de la cobertura y demanda de la que sí disponían años atrás les obliga a ello.
También, se podría contemplar la posibilidad de aplicar beneficios fiscales, como ya se hace en países como Italia o Francia, para aquellos inversores que inviertan, durante un periodo determinado de tiempo, en empresas españolas.
Con todo, como ya dijo Camilo José Cela, “el que resiste, gana” y, sinceramente, creemos que nos encontramos ahora mismo en ese escenario, aunque haya que resistir algo más de lo normal. Hay un buen número de compañías que cotizan a precios de derribo, con altos potenciales de revalorización (en algunos casos el mayor en muchos años), en el que el capital riesgo, que cuenta con unos niveles elevados de fondos para invertir, está empezando a enseñar “la patita” e incluso algunas empresas están aprovechando para realizar OPAs parciales sobre sus propias acciones.
Columna de Alfonso de Gregorio, director de inversiones en Finaccess Value
Aunque predecir lo que ocurrirá en las próximas semanas es complejo, hay un hecho innegable: los convertibles vuelven a situarse en la alta convexidad.
Para ilustrar esta buena noticia, hemos estimado la rentabilidad a 1 año del Refinitiv Global Focus Convertibles Bond Index (con cobertura en USD) en dos escenarios, combinando los tres principales impulsores de la rentabilidad de esta clase de activos: movimientos de la rentabilidad de la renta variable, cambios en los diferenciales de crédito y variaciones de la volatilidad implícita.
Perspectivas de resultados a 1 año
A partir de estas cifras, podemos concluir que los bonos convertibles siguen siendo una oportunidad de inversión interesante en el entorno actual del mercado, ya que la ventaja que ofrecen en los mercados bajistas (13,57%) es mayor que la que pérdida durante las subidas (7,73%).
Sin embargo, es importante recordar que la convexidad no es garantía de rendimientos positivos ni de protección contra las pérdidas. El rendimiento sigue dependiendo de distintos factores, como las condiciones específicas de los bonos, las condiciones del mercado y la salud financiera del emisor.
Este es el razonamiento que subyace a nuestra creencia de que un enfoque activo –agnóstico de los índices de referencia– puede optimizar el resultado y proporcionar a los inversores una notable ventaja respecto a los enfoques pasivos, al ofrecer la flexibilidad necesaria para hacer frente a las cambiantes condiciones del mercado, así como para buscar alfa.
Tras dos años y medio de rentabilidad relativamente baja en comparación con otros activos de riesgo –como la renta variable y el crédito–, es el momento para que los inversores analicen y tomen en consideración los siete vientos de cola que hemos identificado para los bonos convertibles:
«Nos pagan por esperar» es el nuevo paradigma, ya que el 72% de los bonos convertibles tienen actualmente una rentabilidad positiva. En caso de que aumente del miedo a una recesión, podríamos esperar que este factor contribuyera positivamente, ya que los tipos de interés bajarían, lo que provocaría un aumento del valor de los bonos y posiblemente una revalorización de los precios.
Esta clase de activos es muy adecuada, en nuestra opinión, para ofrecer un riesgo a la baja menor que la renta variable en caso de que vuelva la volatilidad, ya que la delta media del universo se encuentra en la zona óptima del 45%.
El mercado primario vuelve a ser atractivo en 2023. Durante el primer semestre del año, vimos 78 nuevas emisiones por un total de 39.200 millones de dólares, con un cupón medio superior al 3% de empresas financieramente más sólidas y bien establecidas, que tienden a tener un menor riesgo de crédito. En otras palabras, el mercado se renueva actualmente con características que pueden mejorar el perfil general de riesgo-rentabilidad de esta clase de activos. Esta tendencia debería acelerarse, en nuestra opinión, con un énfasis en la gestión del pasivo y debates en torno a la reducción del coste de la deuda.
Las fusiones y adquisiciones siguen siendo un tema destacado, y esperamos que la actividad que afecta a los emisores de bonos convertibles siga siendo sólida porque la innovación fomenta la consolidación del sector. Es importante recordar que los titulares de bonos convertibles suelen beneficiarse de un cierto grado de protección frente a adquisiciones a través de la «cláusula de trinquete» o la «amortización a la par». Un simple rumor puede enriquecer el precio de los convertibles hasta niveles que reflejen una mayor probabilidad de cambio de control.
La recompra de convertibles por parte de los emisores con una prima sobre el precio de mercado actual, pero por debajo del valor nominal y antes de la fecha de vencimiento, es un viento de cola al alza para esta clase de activos. Prevemos que las empresas que realicen recompras de deuda también verán una mejora de sus indicadores financieros, lo que debería impulsar la confianza de los inversores.
Las acciones subyacentes de los bonos convertibles ofrecen cierto potencial de recuperación y ventajas de diversificación, ya que un gran porcentaje de los emisores no suele tener otros instrumentos de gestión de deuda y dichas acciones proporcionan exposición a importantes tendencias seculares que atienden a grandes mercados potenciales.
Las valoraciones se encuentran actualmente en niveles absolutos atractivos y proporcionan, en nuestra opinión, un punto de entrada para capitalizar aprovechando la convexidad, que debería atraer el interés de una nueva oleada de especialistas en asignación de activos.
Estos siete vientos de cola deberían volver a situar la convexidad en el centro. Creemos que los bonos convertibles ofrecen actualmente una alternativa defensiva natural a la renta variable para captar la ventaja en cualquier caída de mercado que pueda producirse.
En Mirabaud Asset Management contamos con una interesante estrategia de convertibles globales, Mirabaud Sustainable Convertibles Global A CAP. USD. Con un enfoque pure play, de gestión activa y de alta convicción, el fondo invierte principalmente en bonos convertibles de empresas que desarrollan la mayor parte de su actividad en Estados Unidos, Europa y Asia, incluidos los mercados emergentes. Con visión a largo plazo y en línea con el ADN de Mirabaud, en el proceso de selección de la cartera ponemos el foco en el análisis medioambiental, social y de gobernanza (ASG). El fondo cuenta con el sello ISR por parte del Ministerio de Finanzas Francés y el sello Belgian Towards Sustainability.
En junio de este año, el fondo acumulaba una rentabilidad desde su lanzamiento del 54,39%, muy por encima del índice de referencia, que alcanzó el 36,13%, y contaba con un delta del 38,99%. El fondo cuenta con 5 estrellas Morningstar.
Columna de Nicolas Crémieux, gerente principal de Mirabaud Sustainable Convertibles Global