Divisas de mercados emergentes: ¿a la espera de otro buen año?

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2023 estuvo marcado por la resistencia del dólar y el rendimiento superior del franco suizo, la moneda refugio por excelencia, mientras que el euro prosiguió su tímida recuperación. En 2024, los expertos creen que un aterrizaje suave unido a un régimen de inflación estructuralmente más elevado serán los factores que redibujen los contornos del mercado de divisas.

Según Muriel Aboud Schirmann, Head of Active Advisory en Indosuez Wealth Management, el dólar podría ceder terreno, pero no se vendrá abajo. “La historia nos ha enseñado que las primeras fases de un entorno reflacionista, si van acompañadas de una recuperación económica fuerte y robusta, conducen a una apreciación del dólar. Así ocurrió en 2022. En 2023, la economía estadounidense siguió sorprendiendo con su resistencia, lo que llevó a los inversores a rebajar sus expectativas sobre el final del ciclo de endurecimiento de la Reserva Federal (Fed) y favoreció al dólar”, explica. 

En este sentido, Aboud espera que a medida que la economía mundial se acerque a un aterrizaje suave, el apetito por el dólar como moneda refugio de alto rendimiento podría menguar en favor de las monedas de mayor beta y mayor riesgo en el segundo semestre. “En consecuencia, no nos sorprendería ver una ligera depreciación a lo largo del año”, comenta.

En el caso del euro, desde Indosuez Wealth añaden que su mejor comportamiento relativo de la economía estadounidense hasta 2023 y el mantra de “más elevados durante más tiempo” han lastrado el euro. “Sin embargo, creemos que la economía europea se recuperará de la crisis energética y recuperará un equilibrio mejor con el resto del mundo —nuestra hipótesis de crecimiento es similar al consenso del mercado—, lo que debería favorecer lentamente la recuperación de la moneda. Tampoco estamos de acuerdo con la hipótesis del mercado de recortes de 100 pb en 2024, lo que debería ser un factor positivo para el euro hasta 2024. Aun así, no negamos que persisten ciertos riesgos, en particular, si la dinámica macroeconómica no logra alcanzar el consenso, el apetito de los inversores por la moneda única seguiría siendo escaso”, afirma Maxime Garcia, Investment Strategist de Indosuez Wealth.

Por ultimo, en opinión de Ebury, fintech global especializada en pagos internacionales e intercambio de divisas, 2023 fue otro año complicado en el mercado de divisas, a pesar de haber tenido unos niveles de volatilidad inferiores a los de 2022. Sin embargo, reconocen que “la previsión sobre los mercados de divisas en 2024 apunta a unas perspectivas ligeramente alcistas para los mercados emergentes”.

Un repaso a 2023

Según explican, durante estos 12 meses el foco ha estado principalmente en las respuestas adoptadas por las autoridades en materia de política monetaria ante las elevadas tasas de inflación. “Casi todos los bancos centrales del G10, con la única excepción del Banco de Japón, subieron los tipos de interés a un ritmo vertiginoso a principios de año. Si bien el impacto del endurecimiento monetario aún no se ha sentido ni se ha reflejado por completo en las condiciones macroeconómicas, estos agresivos ciclos de subidas sin duda han dado sus frutos. En su mayor parte, las presiones inflacionistas han disminuido, incluso en los índices subyacentes (menos volátiles), y las tasas de crecimiento de los precios al consumo han caído bruscamente desde sus máximos, aunque se mantienen por encima de los objetivos de los bancos centrales”, señalan.

Con unas tasas de inflación en clara trayectoria descendente y unos indicadores de actividad económica que apuntan a una posible ralentización, consideran que la mayoría de los ciclos de subidas de tipos de interés de los bancos centrales parecen haber llegado a su fin, y el mercado especula sobre el ritmo y el calendario de los recortes de tipos. ¿Qué ha supuesto este escenario para el mercado de divisas?

“Parece que el índice del dólar estadounidense terminará el año prácticamente sin cambios, tras caer en octubre desde su nivel más alto en diez meses. Sorprendentemente, el franco suizo (+5,8% frente al dólar) ha sido la divisa con mejor rendimiento del G10 este año, seguida de la libra esterlina (+4,9%), que se ha beneficiado de la postura agresiva del Banco de Inglaterra y de unos resultados económicos mejores de lo esperado en el Reino Unido. A pesar de la persistente preocupación por el estado de la economía del bloque común, el euro (+1,2%) también se ha apreciado frente al dólar en lo que va de año, ya que el Banco Central Europeo ha subido los tipos a un ritmo mucho más agresivo que sus principales homólogos en los últimos doce meses. En el otro extremo se sitúan la corona noruega (-9,7%) y el yen japonés (-10,3%). Este último se ha comportado especialmente mal debido a la postura ultra moderada adoptada por el Banco de Japón”, señala Ebury en su último informe. 

Por el lado de las divisas de los mercados emergentes, reconoce que las que mejor rendimiento han tenido han sido las latinoamericanas, en particular el peso colombiano (+21,4%), el peso mexicano (+12,2%) y el real brasileño (+8,8%). Según explican, “los elevados precios de las materias primas y los altos tipos de interés reales de la región, entre otros factores, han seguido beneficiando a estas divisas”. 

Respecto a las divisas de Europa Central y Oriental, éstas les siguen de cerca, a pesar de la agresiva relajación de las política monetaria llevada a cabo en parte de la región. “Por el contrario, la frágil situación de la economía china y los continuos problemas del sector inmobiliario del país han lastrado a las divisas emergentes de Asia, la mayoría de las cuales cotizan a la baja frente al dólar”, añaden desde Ebury. 

Perspectivas para 2024

En general, consideran que los niveles de volatilidad implícita de las divisas fueron más bajos en 2023 que en 2022, aunque el año pasado fue una excepción y no la regla. “El Índice de volatilidad de divisas en USD del Deutsche Bank, un índice ponderado de las expectativas de los inversores sobre la volatilidad futura de varios de los principales pares de divisas, se ha mantenido este año por encima de los niveles de los últimos tiempos, salvo al comienzo de la pandemia”, comentan. Pero, ¿podemos esperar una volatilidad igual de elevada en 2024? 

El principal mensaje que lanzan desde Ebury es que mantienen una opinión entre neutral y ligeramente alcista sobre la mayoría de las divisas de los mercados emergentes para 2024. Sin embargo, advierten de que siguen existiendo riesgos para las perspectivas de las divisas de los mercados emergentes, en particular la ralentización de la economía china y la guerra en Oriente Medio. 

“Hasta ahora, el conflicto entre Israel y Palestina ha tenido un impacto relativamente leve en los mercados financieros, salvo por unos discretos flujos de valores refugio y una breve subida de los precios del petróleo a principios de octubre. Es probable que si los conflictos permanecen localizados esto siga siendo así, aunque una escalada bélica puede suponer un riesgo no desdeñable para los mercados emergentes en caso de que una caída del suministro mundial de petróleo desate nuevas inquietudes sobre las perspectivas de crecimiento mundial”, argumentan. 

Aparte de estos riesgos, creen que hay cuatro razones para el optimismo que sugieren que podría producirse un repunte continuado de la mayoría de las divisas de los mercados emergentes en los próximos doce meses: los tipos de interés reales están aumentando en las economías en desarrollo; los principales bancos centrales han puesto fin a sus ciclos de subidas; los precios de las materias primas siguen siendo elevados; y la disminución de las tasas de inflación y la relajación de la política monetaria respaldarán el crecimiento de los mercados emergentes.

Implicaciones para la inversión

A pesar de la relativa calma de la volatilidad de las divisas en comparación con 2022, Eric Huttman, CEO de MillTechFX, considera que la gestión del riesgo de divisas siguió siendo una de las principales prioridades para los gestores de fondos a lo largo de 2023. Según una encuesta realizada por la firma, el 82% de los gestores de fondos norteamericanos y el 77% de los británicos se vieron afectados por la volatilidad del dólar y la libra esterlina, respectivamente, lo que, en su opinión, pone claramente de relieve que los gestores de fondos aún no están fuera de peligro en lo que respecta a la amenaza de los movimientos de divisas.

“Aunque siempre habrá algunos que no se cubran en absoluto, muchos están decidiendo cubrir una mayor cantidad de exposición para proteger sus rendimientos. Del mismo modo, en lugar de utilizar contratos a plazo sobre divisas a largo plazo de hasta uno o dos años, muchos gestores de fondos han optado por bloquear tipos de hasta seis meses o menos para añadir un nivel adicional de flexibilidad y agilidad en caso de que el mercado se mueva en su contra”, afirma Huttman.

Por último advierte de que, a pesar de la renovada atención prestada a la gestión del riesgo cambiario, muchos gestores de fondos siguen dependiendo de sistemas manuales heredados que pueden resultar engorrosos e ineficaces. “Como resultado, podemos esperar que más empresas comiencen a adoptar nuevas tecnologías para automatizar sus operaciones de divisas, ayudándoles a ahorrar tiempo y recursos muy necesarios y a gestionar el riesgo de manera más eficaz. La cuestión de si la volatilidad volverá a aumentar significativamente en 2024 no viene al caso. El factor más importante en juego es el deseo subyacente que tienen los fondos de mantener al mínimo el impacto que las divisas tienen en su cuenta de resultados en el contexto de la incertidumbre macroeconómica actual. Este clima de incertidumbre, combinado con la naturaleza opaca del mercado de divisas, significa que esperaríamos que las empresas sigan centrándose en la gestión del riesgo de divisas”, concluye Huttman. 

Tikehau 2029, las “6Ws”: ¿qué, quién, cuándo, dónde, por qué y cómo?

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Tras la corrección histórica vivida desde finales de 2021, los mercados globales han sufrido un cambio de paradigma, virando de un periodo de liquidez abundante y tipos de interés muy bajos e incluso negativos a un nuevo entorno con tasas que se prevén altas durante un tiempo a pesar de que los bancos centrales parecen haber alcanzado su punto de inflexión tras la histórica subida de tipos durante 18 meses.

En este nuevo contexto, el mercado de crédito se ha vuelto más atractivo con rendimientos que se han situado en niveles récord. De este modo, y con el objetivo de cristalizar esta situación, desde Tikehau Capital somos positivos sobre determinadas estrategias a vencimiento. Es el caso de Tikehau 2029, un nuevo fondo a vencimiento enfocado en emisores investment grade que lanzamos y registramos en España hace unas semanas. Introducimos la estrategia a través de la técnica periodística de las “6Ws”: ¿qué, quién, cuándo, dónde, por qué y cómo?

¿Por qué Tikehau 2029?

Como mencionábamos, la comunidad inversora ha recuperado el interés sobre los mercados de crédito gracias a la mejora de los rendimientos a vencimiento. Durante la última década los fondos a vencimiento han tenido que invertir principalmente en bonos high yield para obtener retornos significativos. No obstante, el panorama actual permite a estas estrategias recuperar su formato original: inversión principalmente en crédito de alta calidad (investment grade) y una filosofía buy-and-hold.

¿Qué es Tikehau 2029?

En línea con el anterior punto, Tikehau Capital lanzó Tikehau 2029 el pasado 23 de noviembre de 2023, un fondo a vencimiento 2029 que pretende invertir el 100% de sus activos en emisores inicialmente pertenecientes a la categoría investment grade[1] con un enfoque buy-and-hold[2] (comprar y mantener a vencimiento). Tikehau 2029 podrá invertir no obstante hasta el 25% de sus activos en emisiones high yield[3] y hasta el 30% en subordinadas financieras.

¿Cómo se gestionará Tikehau 2029?

Una estrategia buy-and-hold implica que el equipo gestor centre el grueso de la cartera en emisiones investment grade “bullet” con el fin de eliminar el riesgo de refinanciación y dotar a la cartera de mayor visibilidad del rendimiento a vencimiento, a la par que beneficiarse de un perfil de compañía que consideramos sólido de cara a un escenario macroeconómico en potencial deterioro.

Al mismo tiempo, la estrategia contará con la particularidad de mantener un formato abierto a entradas y salidas sin comisiones de entrada ni de salida, otorgando a los inversores capacidad de liquidez durante toda la vida del fondo. El fondo sí contará con un mecanismo de swing price para tratar de amortiguar el impacto de potenciales desinversiones sobre el rendimiento de los partícipes invertidos hasta vencimiento.

¿Dónde invertirá Tikehau 2029?

En primer lugar, desde Tikehau Capital observamos una oportunidad de mercado en crédito europeo vs. norteamericano. Por primera vez en años, las valoraciones son más atractivas[4] (mayores diferenciales tanto en high yield como en investment grade), a pesar de que la composición de los índices es de mayor calidad en el Viejo Continente (i.e. menores apalancamientos o mayores ratios de cobertura de la deuda).

Por su parte, como hemos comentado, la estrategia estará centrada en emisores investment grade. El racional de esta posición de la cartera consiste en tratar de capturar la fuerte corrección del segmento durante los últimos trimestres; beneficiarse de un perfil de compañía que consideramos sólido de cara a un escenario macroeconómico deteriorado y eliminar el riesgo de refinanciación, dotando a la cartera de mayor visibilidad respecto al rendimiento a vencimiento.

Finalmente, complementan la cartera emisiones del segmento financiero tanto senior (19% a 15/12/2023) como subordinadas (26% a 15/12/2023)[5]. Bajo nuestro punto de vista, los fundamentales del sector siguen siendo sólidos, como han mostrado los últimos resultados trimestrales[6] y los tranquilizadores test de estrés[7] llevados a cabo por la EBA en julio. Asimismo, en nuestra opinión las valoraciones del segmento resultan atractivas: de forma relativa los bonos financieros ofrecen mayor prima que los corporativos en los segmentos senior y subordinados y sus valoraciones en términos absolutos son históricamente elevadas, especialmente en el caso de los subordinados AT1.


¿Cuándo? – Lanzamiento y vencimiento de Tikehau 2029

Tikehau Capital lanzó Tikehau 2029 el pasado 23 de noviembre de 2023 y el fondo ya se encuentra registrado en las principales plazas europeas, incluida España. Por su parte, el vencimiento objetivo del fondo será en diciembre de 2029 y los bonos en cartera tendrán un vencimiento residual de no más de 6 meses. De este modo, teniendo en cuenta el comentado potencial punto de inflexión de los bancos centrales, ponemos a disposición de nuestros inversores una estrategia con duraciones más elevadas (duración de tipos de la cartera: 4,85 años a 15/12/2023)[8], que permita a sus inversores extender su exposición al devenir de los tipos de interés gradualmente.

¿Quién? – Expertise de Tikehau Capital en fondos a vencimiento

El lanzamiento de Tikehau 2029 supone la sexta estrategia a vencimiento de Tikehau Capital desde 2011, expertise a través de la cual gestionamos más de 1.000 millones de euros. Al mismo tiempo, Tikehau Capital invierte en bonos investment grade con un enfoque buy-and-hold desde 2009 a través de sus fondos de corto plazo, habiendo desarrollado también una sólida experiencia en el sector financiero a través de un fondo de subordinadas financieras lanzado en 2011. Por último, Tikehau Capital cuenta con un equipo de 19 analistas de crédito, clave en la selección de emisores para todas las estrategias.

Columna de Christian Rouquerol, Director de Ventas para Iberia y LatAm, Tikehau Capital 

La gran capacidad de internacionalización de las small y mid caps

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Las consecuencias de la pandemia de COVID han traído novedades de todo tipo, entre ellas, una gran capacidad de internalización de las pequeñas y medianas compañías cotizadas. Iván Díez y Francisco Rodríguez d’Achille, socios y directores de Lonvia Capital, observan alguna iniciativa de relocalización (o desglobalización), con algunos sectores más afectados que otros. Sin embargo, se trata de un  fenómeno «más bien de carácter político que rara vez se ha materializado a nivel operativo de las  compañías». Varias regiones del mundo han anunciado planes de incentivos para iniciar este movimiento de desglobalización, siendo los más visibles, por ejemplo, la Ley de Chips de la Unión  Europea en nuestro continente o la Ley de Chips y Ciencia en EE.UU. 

«En este sentido, el sector más expuesto es el tecnológico y, en particular, el de semiconductores. La razón radica, en primer lugar, en la omnipresencia y relevancia de la electrónica, así como en  los problemas de desabastecimiento que afectaron al sector durante el COVID y que pusieron  de manifiesto la importancia de mantener operativa la cadena de valor de los semiconductores. De manera adicional, la constatación de que la necesidad de componentes seguirá creciendo y la propia complejidad técnica del sector, que requiere la creación de un ecosistema productivo;  serían otras de las causas que justificarían la exposición del sector», explican los expertos.

Resaltan compañías como Soitec, que se está convirtiendo en actor clave en la  producción de carburo de silicio. Estos jugadores, que se posicionan como «vendedores de pico y pala» en la cadena de valor, tienen habilidades y tecnologías únicas, compiten con un número muy pequeño de jugadores en el mundo y, por lo tanto, no sufren la desglobalización. En cuanto a los vehículos eléctricos, destacan algunas compañías suecas que están activas en la producción de estaciones de carga. Asimismo, destacan la inversión en eficiencia energética con compañías de perfiles similares como Carel Industries; y por el lado de la infraestructura, el mejor ejemplo sería Ashtead

«Finalmente, también podemos mencionar que, en el sector de la salud, las innovaciones en  tecnologías médicas no sufren el fenómeno de la desglobalización ya que el sector es  generalmente inmune a los favores basados en el origen geográfico de las innovaciones», puntualizan.  

En la industria, la reubicación también se traduce en una necesidad de automatización. Los gobiernos así lo consideran y, por lo tanto, los planes de recuperación se centran en la modernización y digitalización de la industria local. Una vez más, resaltan HMS Network Hexagon, a la vanguardia de estas necesidades.

Regreso a la normalidad

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Con el nuevo año, los inversores están pasando página a un periodo tumultuoso y abriendo un nuevo capítulo que esperemos sea más tranquilo. Dejamos atrás cuatro años marcados por la pandemia y las contramedidas en materia de política fiscal y monetaria, con una volatilidad macroeconómica tan acusada que los gráficos históricos de la mayoría de los indicadores parecen sismogramas.

La producción, el consumo, el empleo y los ingresos se desplomaron en 2020, rebotando con fuerza en 2021. La inflación y los tipos de interés siguieron después, impulsados por el impacto de la guerra de Ucrania en el precio de la energía. Con la inflación fuera de control, la Fed, inicialmente prudente, tuvo que dar un volantazo y embarcarse en el ciclo de subidas más agresivo de las últimas décadas.

La mayoría de las variables, incluida la inflación, han ido regresando gradualmente a sus rangos habituales y, en su última reunión, la Fed finalmente insinuó posibles recortes de tipos este año. Esto podría significar el inicio de un nuevo ciclo económico. En la fase inicial de expansión, los tipos de interés bajan y las ganancias corporativas crecen, lo que generalmente es positivo para los bonos y las acciones. En esta etapa, los inversores suelen centrarse en los beneficios más que en la sostenibilidad del ciclo, lo que ayuda a mantener la volatilidad bajo control.

Sin embargo, los mercados anticipan el futuro y, para cuando sea ya claro que un nuevo ciclo arranca, gran parte de la recuperación podría estar ya descontada. Esto se puso de manifiesto con los principales índices alcanzando máximos históricos a finales de 2023, a pesar del estancamiento en los beneficios y de que el tipo del bono del Tesoro a 10 años alcanzó niveles no vistos desde 2007. Históricamente, las valoraciones y los tipos de interés tienden a regresar a la media, lo que sugiere que los bonos podrían tener un mejor desempeño que las acciones en 2024.

La duda capital es dónde se fijarán los tipos de interés una vez que la inflación se normalice por completo. La respuesta puede diferir entre el extremo corto y el largo de la curva de tipos. Dada la resiliencia de la economía a los tipos altos, la Fed podría inclinarse por evitar excesivos recortes de tipos, y así mantener algo de «dry powder» para apoyar a la economía cuando sea necesario. Según las proyecciones del FOMC, se espera que el tipo de interés se estabilice alrededor del 3%.

Los tipos de interés a largo plazo son una historia diferente. Tras su largo descenso en las últimas décadas, rebotaron drásticamente el año pasado hasta niveles previos a la Gran Crisis Financiera, causando importantes pérdidas a los tenedores de bonos. Los factores detrás de este cambio siguen siendo inciertos, y el mercado sigue calibrando bruscamente. Si la era de los experimentos de política monetaria finalmente llega a su fin, los bonos podrían recuperar el protagonismo en las carteras.

Del mismo modo, los mercados de valores parecen estar experimentando su propio cambio de régimen. Las primas de riesgo, que se mantuvieron cómodamente por encima de su media durante la era de tipos ultrabajos, se han comprimido drásticamente durante el último año. Sin embargo, el argumento a favor de las acciones se basa, en última instancia, en el crecimiento de los beneficios, no en las valoraciones. Los indicadores de precio-beneficio, precio-valor en libros y prima de riesgo son medidas estáticas que nos indican si las acciones son baratas o caras basándose únicamente en los beneficios por acción del momento.

Una lectura más útil es considerar las valoraciones como un «listón» que las futuras ganancias corporativas deben superar para justificar los precios actuales de las acciones. Cuando las valoraciones son bajas, es más fácil saltar el obstáculo. Este es el atractivo de comprar acciones baratas, nos ofrecen un mayor margen de error. Sin embargo, quien en el pasado se centró únicamente en bajas valoraciones se perdió periodos de rendimientos bursátiles estelares, por no mencionar que nunca invirtió en empresas como Amazon o Tesla, cuyas valoraciones desafiaron las métricas tradicionales

El gráfico a continuación muestra cómo primas de riesgo bajas pueden conducir tanto a excelentes como a pésimas rentabilidades más tarde. Por el contrario, las primas de riesgo altas han sido históricamente una garantía de rendimientos positivos. En cierta manera podríamos estar regresando a una nueva normalidad, saliendo de la zona de confort asociada a tasas ultrabajas, pero lejos de la exuberancia de la era de las puntocom. Esta comparación es particularmente pertinente, porque el potencial transformador de la IA podría ser similar al de Internet.

Independientemente del pivote de la Fed, los tipos de interés van a mantenerse elevados por un tiempo, impactando los costos de endeudamiento gubernamental, corporativo y privado. Este proceso de normalización económica también significa que no podemos confiar infinitamente en la resiliencia del consumidor o en el apoyo fiscal para apuntalar la economía. Estos pueden tornarse en vientos en contra para el crecimiento de las ganancias y la sostenibilidad del ciclo.

Al despedirnos de la era de la pandemia, los inversores no deben olvidar el riesgo siempre presente de «cisnes negros». Las tensiones geopolíticas y las elecciones presidenciales estadounidenses son dos ejemplos prominentes. «Retorno a la Normalidad» fue el lema utilizado por el presidente Warren G. Harding para ganar las elecciones de 1920, cuando el país salía de otra pandemia, la gripe española. A pesar de los paralelismos, la reutilización de este lema por parte de cualquiera de los candidatos actuales podría resultar, como mínimo, altamente controvertida.

Los CEOs de EE.UU. se enfrentan a nuevos retos y oportunidades en criterios ESG

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El centro de gravedad en ESG está cambiando, lo que presenta un nuevo conjunto de retos y oportunidades para los CEOs de las empresas estadounidenses, según un nuevo informe de The Conference Board.

Mientras que los grandes inversores institucionales fueron las partes interesadas que más se hicieron oír a la hora de impulsar las agendas ESG de las compañías, en la actualidad, los reguladores y los socios comerciales ejercen una influencia cada vez mayor.

Al mismo tiempo, las empresas se enfrentan a la oposición sobre sus programas ESG y el 61% de las empresas estadounidenses encuestadas por The Conference Board afirman que la «resistencia ESG» se mantendrá igual o aumentará en los próximos tres años.

«A medida que los directores ejecutivos traten de integrar más profundamente la sostenibilidad en su estrategia empresarial, se enfrentarán al reto de que sus iniciativas de sostenibilidad no se rijan por requisitos normativos genéricos, sino que estén determinadas por factores externos como la demanda de los clientes, el estado de la sostenibilidad en su sector y la interacción de la tecnología y la sostenibilidad», comentó Merel Spierings, investigadora principal de The Conference Board y coautora del informe.

Este panorama en evolución exige que los directores ejecutivos adopten un enfoque proactivo en la materia, que incluya centrarse en las oportunidades de negocio relacionadas con la ESG; evaluar el rendimiento de las inversiones en sostenibilidad; implicar a la junta directiva como socios de pensamiento; colaborar eficazmente con los socios empresariales; y decidir si se adopta una declaración de intenciones, agregó la investigadora.

El informe fue elaborado junto a Ramboll y Weil, Gotshal & Manges LLP. y recoge las conclusiones de una reunión celebrada en el marco de la Chatham House Rule con presidentes de empresas de EE.UU. y Europa sobre la mejor manera de integrar las cuestiones ESG en la estrategia y las operaciones de una empresa.

EE.UU. promueve nueva ley que podría afectar el estatus de los asesores independientes

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El Departamento de Trabajo de EE.UU. (DOL, por sus siglas en inglés) publicó este martes su norma final que define si un trabajador es un empleado o un contratista independiente bajo la Fair Labor Standards, lo que podría perjudicar al estatus que tienen los asesores independientes.

Si bien fue finalmente fue publicada este martes, es un tema que ocupa y preocupa a la industria del wealth management hace tiempo.

Por esta razón, el Instituto de Servicios Financieros (FSI, por sus siglas en inglés) emitió un comunicado ni bien se supo la noticia.

«Mientras continuamos analizando y revisando la norma, el FSI sigue comprometido con preservar la capacidad de los asesores financieros independientes de elegir operar como contratistas independientes”, comenzó advirtiendo Dale Brown, presidente y CEO del FSI.

El texto agrega que el instituto teme que la regla final del DOL “socave el estatus de contratista independiente” de sus miembros asesores financieros, “a pesar de miles de cartas de comentarios, múltiples audiencias y muchas reuniones en las que los interesados, incluidos nuestros miembros, expresaron su deseo de permanecer independientes”.

En consecuencia el FSI proclama que “los asesores financieros independientes son empresarios que han construido una fuerte presencia en sus comunidades, poseen sus propios negocios, pagan impuestos comerciales y contratan a su propio personal”.

Por esta razón, si los asesores independientes “se ven obligados a ser empleados”, se podría dañar adversamente el acceso de los clientes a su asesor financiero local de confianza.

“El estatus de contratista independiente es vital para nuestros miembros, y el FSI está listo para aprovechar todas nuestras herramientas de defensa para garantizar que permanezca protegido», culmina el texto.

La nueva norma reemplaza a la regla de 2021 que, según el FSI, estaba redactada con una gran claridad y seguridad respecto a su estatus del asesor financiero como contratista independiente.

El Instituto de Servicios Financieros (FSI) es la única organización que aboga exclusivamente en nombre de los asesores financieros independientes y las firmas de servicios financieros independientes. Desde 2004, a través de la defensa, educación y conciencia pública, el FSI ha promovido con éxito un entorno regulatorio más responsable para más de 80 miembros de firmas de servicios financieros independientes y sus más de 130,000 asesores financieros afiliados, que comprenden más del 60% de todos los representantes registrados activos, según la información disponible en su sitio web.

 

 

 

Los cambios a la reforma previsional colombiana que propone la Universidad de los Andes

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Aunque la Universidad de los Andes ve como una necesidad el cambio al sistema de pensiones de Colombia, calificándolo como “excluyente, regresivo e ineficiente” en una nota macroeconómica reciente, el proyecto que se discute actualmente tiene camino por recorrer. Y en este contexto, la casa de estudios propone tres cambios para la reforma que se discute en el país andino.

Estas modificaciones, según delineó la Facultad de Economía de la institución en su nota –firmada por los profesores adjuntos Óscar Becerra y Daniel Mantilla y el profesor titular Marc Hofstetter–, “harían la reforma fiscalmente razonable, reducirían los efectos sobre el ahorro y el mercado de capitales, matizarían aún más los subsidios del Estado en la parte alta de la distribución y mejorarían las cargas de la reforma en términos intergeneracionales”.

La primera propuesta de la Universidad es bajar el umbral de salarios mínimos por los que hay que contribuir al esquema de reparto manejado por Colpensiones. El proyecto actual establece que sea de tres salarios mínimo, pero la casa de estudio propone que sea de sólo 1,5.

“Un umbral más bajo permitiría que el Estado garantice niveles de ingreso básico para los pensionados dejando en manos del ahorro individual—no de los subsidios—los complementos a los ingresos del pilar de reparto para las personas de mayores ingresos”, escribieron los académicos en la nota.

Además, agregaron, reducir este umbral ayudaría a suavizar el costo fiscal entre generaciones. Esto considerando que, en su opinión, la reforma actual provoca que el “costo grande” del ajuste afecte primordialmente a las futuras generaciones.

La segunda medida que propone la universidad de los Andes es aumentar la edad mínima de pensión. “A medida que la esperanza de vida aumenta, también lo hacen los años de disfrute de la pensión. Los sistemas solo serán financieramente sostenibles si balancean los años de contribución con los de disfrute de la pensión”, escribieron Becerra, Mantilla y Hofstetter.

Mientras que la esperanza de vida en Colombia era de 69 años en 1993 –año en que se sentaron las bases del sistema de pensiones actual–, ahora la cifra es de 77 años. Y la proyección es que en 30 años más suba a 83 años.

“Cambiar las edades mínimas, además de facilitar la sostenibilidad financiera, permitiría mayores pensiones una vez cruzado el umbral y un mayor número de personas lograría las semanas necesarias”, destacó la nota.

En concreto, la propuesta de los académicos es un aumento menor al proyecto de reforma, de sólo tres años para hombres y mujeres. Sin embargo, ven como “ideal” instaurar en la reforma una edad de pensión amarrada a la esperanza de vida, lo que permitiría “ajustes pequeños y automáticos a medida que vivimos más”.

La tercera modificación clave para la casa de estudios es mantener las semanas de cotización de las mujeres en 1.300.

Si se agrega el bono que establece el proyecto de ley, ligado a semanas por cada hijo de sus respectivas madres, “proponemos mantener las semanas de cotización de las mujeres en 1.300, al mismo nivel de las de los hombres”, indicaron los académicos. Así, agregaron, “el sistema les otorgaría a las mujeres una menor edad de jubilación relativa a la de los hombres y el bono de semanas por cada hijo”.

Con estas tres medidas, estima la Universidad de los Andes, se verían “importantes avances” en la sostenibilidad fiscal del sistema y lo haría “más equitativo” entre generaciones. “Comparado a un escenario sin reforma, la combinación de las medidas propuestas genera un esfuerzo fiscal adicional del 12% del PIB, es decir 45% del PIB menos que la reforma discutida”, estimaron los profesores.

Nordea AM organiza el primer Desayuno Nórdico de 2024 en Madrid

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Foto cedida

Los desayunos nórdicos de Nordea Asset Management vuelven a Madrid para repasar los aspectos macroeconómicos más importantes y presentar distintas ideas de inversión para este año.

El primero del año tendrá lugar el miércoles, 17 de enero, en Tiempo, C/ de Antonio Maura, 10, a las 9 horas. Pueden registrarse aquí.

Para más información, pueden contactar con Nordea AM a través de este correo electrónico: clientservice.iberialatam@nordea.com

 

BME lanza un Libro Blanco con 56 medidas para impulsar la competitividad de los mercados españoles

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BME ha presentado en la Bolsa de Madrid el Libro Blanco sobre el impulso de la competitividad  de los mercados de capitales españoles. David Jiménez-Blanco, vicepresidente de BME; Javier Hernani, consejero delegado de BME; Jorge Yzaguirre, de BME, y María Guinot, socia de Deloitte Legal, han explicado lo más destacado del informe, en un acto que ha clausurado Rodrigo Buenaventura, presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), y que ha contado entre sus invitados con altos representantes de las empresas cotizadas, así como de las firmas e instituciones más relevantes del sector financiero español e internacional.

BME decidió elaborar este Libro Blanco para analizar el estado actual de los mercados financieros españoles como pilar de la economía y las posibles medidas que podrían impulsar su competitividad.

Se trata de un análisis de un proyecto a largo plazo desde la convicción de que los mercados financieros contribuyen a la financiación y solidez del tejido empresarial, al tiempo que permiten financiar la transición hacia una economía sostenible. El Libro Blanco concluye que el mercado de capitales español precisa de un esfuerzo conjunto para mejorar su competitividad. Se ha detectado un déficit de tamaño y también que el régimen regulatorio y fiscal español vigente sitúa a su mercado de capitales en desventaja frente al de otros países en un entorno de competencia global.

El trabajo, elaborado con el apoyo de  Deloitte, ha contado con las opiniones de una treintena de entidades, entre las que se encuentran las principales autoridades financieras y un buen número de participantes y actores del mercados de capitales español: Abante Asesores, AEAT, AEB, AIREF, Alantra, Banco de España, Bank of America, Citigroup, Clifford Chance, CNMV, Cuatrecasas, la Dirección General del Tesoro, Emisores Españoles, FEDEA, FinReg360, Garrigues, Goldman Sachs, IEA-FEF, Inverco, KPMG, Linklaters, Morgan Stanley, Panza Capital, Pérez-Llorca, Pontegadea, Renta 4, Spain Investor Day y Uría Menéndez.

BME propone en su Libro Blanco  medidas y acciones concretas cuya aplicación permitiría posicionar a los mercados de capitales españoles en el nivel de competitividad, presencia y atractivo que le corresponde a escala europea e internacional según el verdadero peso económico de España.

Las 56 medidas propuestas se dividen en cuatro grandes bloques:

Fomentar la incorporación de las empresas a los mercados de valores españoles, con medidas como: simplificar y agilizar el proceso de admisión a cotización, mantener la aplicación de incentivos fiscales de la ley de startups cuando las empresas empiecen a negociar en sistemas multilaterales de negociación como BME Growth, eliminar la obligación de pasar del sistema multilateral de negociación al mercado principal al alcanzar un umbral de capitalización, agilizar los procesos de autorización de productos en los mercados y las cámaras de compensación de derivados e implementar en la normativa del Impuesto sobre Sociedades español las medidas que recoge la propuesta de Directiva DEBRA.

Potenciar la canalización de la inversión hacia las empresas, con medidas como: desarrollar fórmulas para incentivar la participación de inversores minoristas en mercados de valores españoles, flexibilizar y fomentar la inversión en pymes españolas cotizadas a través de vehículos de inversión colectiva, modificar el régimen de comercialización de las instituciones de inversión colectiva de inversión libre para fomentar su uso como producto de inversión alternativa para el ahorro privado, incentivar la salida a bolsa como vía de desinversión para las participadas de entidades de capital riesgo y venture capital o aplicar la exención a no residentes sobre los dividendos percibidos por fondos UCITS a los FIAs comunitarios, y los valores negociados en SMN.

Atraer la circulación de ahorro e inversión en mercados nacionales evitando su deslocalización, con medidas como: eliminar el Impuesto a las Transacciones Financieras en España, desarrollar una estrategia de comunicación para conseguir un aumento real en los volúmenes de emisión de renta fija de las grandes empresas españolas, ampliar la exención de tributación en el Impuesto sobre la Renta de No Residentes a ganancias de capital obtenidas en valores cotizados en mercados para pymes en crecimiento (BME Growth), mejorar y ampliar el acceso de los inversores minoristas al mercado primario (de emisión) y secundario (de negociación) de Deuda Pública y modificar la regulación relativa a los ETFs.

Favorecer el desarrollo efectivo de nuevos ecosistemas regulados de inversión y financiación, con medidas como: agilizar la creación de estructuras para aprovechar el régimen simplificado de MiCA, establecer un régimen fiscal incentivador para actividades de activos digitales, diseñar un Plan nacional de Educación Financiera orientado a mejorar la diversificación de la estructura de ahorro e inversión de las familias españolas y converger con Europa. Adaptar la regulación y fiscalidad para la creación de un producto de inversión individual en forma de cuenta o fondo “paraguas” que permita traspasos entre activos elegibles y promover la creación de una mesa nacional de seguimiento y mejora continua de la competitividad de los mercados de capitales españoles.

Javier Hernani, consejero delegado de BME, ha explicado que “en la última década, los mercados han canalizado financiación a las empresas en forma de capital por valor de 217.000 millones de euros, lo que da una clara referencia de su trascendencia. Si sumamos la contribución de la renta fija, en la que se incluye la deuda pública, la cifra asciende a 1,5 billones de euros canalizados en los mercados que gestiona BME”. Por eso, ha recalcado que “favorecer la actividad y el tamaño de los mercados de capitales españoles es una cuestión de Estado que requiere poner en marcha diferentes acciones estratégicas. España tiene un enorme potencial y todas las partes implicadas debemos remar en la misma dirección. Necesitamos ser más eficientes y ganar en competitividad como país, y los mercados financieros son una pieza clave para lograrlo”.

La sostenibilidad, la lucha contra las drogas y la salud mental: los temas sociales más preocupantes para los españoles en 2023

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Entre 2019 y 2023, el mundo ha experimentado un cambio drástico. Desde una crisis sanitaria vivida en el 2020 a un bloqueo internacional, pasando por una inflación récord, la devastación medioambiental y cuestiones de derechos humanos, nuestra sociedad se ha visto sometida a una serie de acontecimientos y crisis inesperados.

Las cuestiones más importantes de hoy y de nuestro pasado reciente están remodelando cómo vivimos, lo que necesitamos cambiar y lo que más importa. Semrush, empresa de visibilidad online y marketing digital, creó el índice anual de problemas globales, analizando datos de 35 países, 157.000 palabras clave y 24 problemáticas sociales, para descubrir qué buscan las personas de todo el mundo cuando se trata de cuestiones sociales que afectan al país en el que viven.

En España, el 2023 finalizó con la sostenibilidad como la principal preocupación, seguida por la guerra contra las drogas y la salud mental, en segundo y tercer lugar, respectivamente. El objetivo es impulsar el progreso y proporcionar un plan para que las empresas, los profesionales de marketing y los miembros de las comunidades impulsen el cambio.

Durante la pandemia de COVID-19, los aspectos de salud pública y mental fueron los más buscados. Sin embargo, al igual que en muchos países europeos, estos temas han sido reemplazados por cuestiones relacionadas con la preservación del medio ambiente. En España, casi un tercio del territorio, abarcando más de 70 millones de hectáreas, se considera suelo protegido, incluyendo áreas marinas como playas y lagos. Esta conciencia ambiental ha llevado al país a mostrar una fuerte afinidad por la energía verde, y cuenta con 50 reservas de la biosfera destinadas a la conservación de la biodiversidad.

En el marco actual, Semrush destaca la necesidad de transformar el año 2024 en una oportunidad renovada. Invita a un esfuerzo colectivo para descubrir soluciones que salvaguarden nuestro planeta y edifiquen un mundo más sostenible.