Pixabay CC0 Public Domain. El “pesimismo extremo” pesa en los gestores y rotan las carteras hacia el cash y los activos defensivos
La encuesta de abril de BofAML muestra pesimismo entre los inversores. Según sus resultados, los gestores tienen ahora mismo una visión muy negativa de las inversiones, tanto es así que se observa una fuerte tendencia por buscar liquidez. El cash se ha situado en los mismo niveles que se marcaron tras el 11-S, lo que muestra un pico de pesimismo en el ánimo de los inversores.
Además de ir hacia posiciones de liquidez, la encuesta de este mes también señala que el 93% de los gestores espera una recesión en 2020 y que los inversores piensan que el PIB global sufrirá un gran retroceso. Tan solo un 7% aún no ve que vayamos de cabeza a una recesión. Fruto de esta visión tan negativa es que tampoco hay consenso sobre cómo saldremos de esto: el 52% cree que la recuperación económica tras el COVID-19 tendrá forma U, mientras que un 22% apunta que será de tipo W y un 19% piensa que seguirá el patrón de la V. Igualmente, los gestores consideran que el mayor riesgo que deja la actual es crisis es una nueva oleada de esta pandemia y, en segundo lugar, que se desencadene un evento sistémico en el mercado de crédito y se disparen los impagos.
El sentimiento de los gestores también se nota en la asignación de activos que están haciendo, donde se ve una rotación hacia activos defensivos para proteger el capital invertido de sus clientes. Como es lógico, la renta variable pierde atractivo y la exposición de las carteras cae a los mínimos que se marcaron en marzo de 2009, cuando S&P tocó suelo en lo peor de la gran crisis financiera.
Según los datos de la encuesta, las carteras de los inversores buscan estar largos en cash y prefieren activos vinculados con la salud, bienes básicos, utilities, tecnología, valores estadounidenses y bonos. Y se posicionan cortos en activos relacionados con la energía, la renta variable, materiales, sectores industriales y bancos. Por áreas geográficas, los gestores optan por estar cortos en Europa y Reino Unido.
Pixabay CC0 Public Domain. Diversificación, fundamentales y gestión activa: cómo hallar oportunidades en renta variable europea, según ODDO BHF AM y Amiral Gestión
La Comisión Europea sigue trabajando, ahora más que nunca, en afianzar y desarrollar su estrategia sobre finanzas sostenibles. Por ello, acaba de lanzar una consulta sobre su renovación con la intención de generar una hoja de ruta con nuevas medidas para aumentar la inversión privada en proyectos y actividad sostenibles.
De esta forma, la Comisión Europa logrará el caudal de financiación necesario para apoyar las medidas propuestas en el Pacto Verde Europeo, que adoptó en diciembre de 2019, y gestionar e integrar los riesgos climáticos y ambientales en el sistema financiero. Según destacan desde finReg360, la pandemia provocada por el COVID-19 ha demostrado la necesidad “crítica” de fortalecer los objetivos de sostenibilidad. “En este sentido, un sistema financiero más sostenible debería contribuir a mitigar los riesgos medioambientales, así como a apoyar la prevención de este tipo de pandemias”, señala la firma.
La consulta estará abierta hasta el 15 de julio de 2020 y, como ocurre con otras consultas, solo se analizarán las respuestas recibidas a tiempo a través del cuestionario en línea. La UE quiere prioriza el desarrollo de una normativa que facilite el cambio hacia unas finanzas cada vez más sostenibles, por ello en esta consulta pretende, con la opinión de ciudadanos e instituciones, reforzar y seguir desarrollando la normativa aprobada y en tramitación relacionada con las finanzas sostenibles.
La nueva estrategia se basará en las diez acciones propuestas en el Plan de Acción de la Comisión Europea de 2018 sobre finanzas sostenibles y, en especial, en los siguientes tres pilares fundamentales:
Fortalecer las bases de la inversión sostenible mediante la creación de un marco propicio, con instrumentos y estructuras adecuados. Muchas empresas financieras y no financieras se centran excesivamente en los resultados financieros a corto plazo en lugar de en los problemas y oportunidades relacionados con el desarrollo y la sostenibilidad a largo plazo.
Aumentar las oportunidades de influir positivamente en la sostenibilidad para los ciudadanos, las instituciones financieras y las empresas. Este segundo pilar tiene por objeto maximizar el impacto de los marcos e instrumentos para financiar lo verde
Integrar los riesgos climáticos y ambientales. Estos riesgos deben gestionarse plenamente e integrarse en las instituciones financieras y en el sistema financiero en su conjunto, al mismo tiempo que se consideran debidamente los riesgos sociales cuando proceda. La reducción de la exposición a los riesgos climáticos y ambientales contribuirá aún más a la financiación ecológica.
“El objetivo de la consulta pública es recoger los puntos de vista y opiniones de las partes interesadas para desarrollar la nueva estrategia. Por tanto, la Comisión Europea invita a todos los ciudadanos, autoridades públicas —incluidos los Estados miembros— y organizaciones privadas a contribuir a ello. La consulta contiene un total de 102 preguntas sobre una gran variedad de temas relacionados con las finanzas sostenibles, como la promoción de inversiones sostenibles entre clientes minoristas y la posibilidad de establecer una categoría marrón dentro la taxonomía”, explican desde finReg360.
Proyecto ESCALAR
Casi a la vez, la Comisión Europea ha presentado un nuevo proyecto que ha desarrolla junto con el Fondo Europeo de Inversiones para fomentar la inversión y apoyar el capital riesgo y la financiación del crecimiento. Se trata de ESCALAR, un nuevo instrumento para fomentar las inversiones que pretende impulsar la financiación de las empresas de rápido crecimiento y, además, contribuir al crecimiento económico y tecnológico de Europa tras la crisis sanitaria del COVID-19.
Con la puesta en marcha de ESCALAR, la CE pretende cumplir una de las acciones anunciadas en la nueva estrategia europea para las pymes con el fin de mejorar su acceso a la financiación, además de apoyar a las empresas innovadoras durante y después de la crisis del COVID-19, para ayudar a que “Europa esté al frente de los desarrollos tecnológicos mundiales”, según han asegurado. Asimismo, a través de esta iniciativa se busca desbloquear inversiones privadas, y fortalecer la disponibilidad de capital riesgo y la financiación del capital riesgo en Europa.
En su programa piloto, que se iniciará en 2020, ESCALAR proporcionará hasta 300 millones de euros para aumentar la capacidad de los fondos de capital riesgo (venture capital y private equity), lo que dará lugar a inversiones por importe de hasta 1.200 millones de euros; es decir, cuatro veces los fondos del plan. “Está previsto que sobre la base de este programa piloto, ESCALAR se convierta en un instrumento financiero europeo de referencia dentro del marco plurianual 2021-2027”, subrayan desde la CE.
Pixabay CC0 Public Domain. Paralelismos con la crisis financiera: ¿será diferente esta vez? (Parte II)
Las caídas que han sufrido los mercados de renta variable en las últimas semanas por el impacto del coronavirus han llevado a comparar la situación actual con la crisis financiera mundial del 2008. Tras estudiar las similitudes, la deuda de los hogares y las condiciones de los préstamos bancarios, esta segunda parte del análisis se centra en el mercado laboral y la respuesta de autoridades políticas y monetarias.
Patrimonio: ¿fuerza o debilidad?
Así como clasificamos el exceso de deuda como un factor negativo para el consumo, tendemos a tratar la riqueza como un motor positivo. Sin embargo, como aprendimos durante la crisis financiera, cuando hay una sobrevaloración de los activos (y por lo tanto una sobreestimación de la riqueza), este catalizador positivo puede convertirse rápidamente en una vulnerabilidad.
De hecho, la posición de riqueza de los hogares era en general mejor antes de la crisis del coronavirus que antes de la gran crisis financiera. Esto es evidente tanto en términos de la tasa de crecimiento de la riqueza como de la relación entre riqueza y producción económica.
La reciente caída en los precios de los activos cambiará fundamentalmente ese panorama en los próximos meses, en particular en países como Estados Unidos y el Reino Unido, donde la exposición al mercado de renta variable es especialmente elevada.
Tiempos más difíciles para el mercado laboral
A pesar de las tasas de desempleo históricamente bajas de las economías desarrolladas, el crecimiento del empleo y los salarios ya era más moderado en el primer trimestre de 2020 que en 2007. Aunque todavía es pronto, los datos recientes apuntan a un aumento del desempleo en las economías en las que es más fácil prescindir de los trabajados (por lo general, los países de habla inglesa).
Sin embargo, la duración de la actual crisis y sus efectos más duraderos determinarán en qué medida dicho aumento del desempleo se revertirá y con qué rapidez. Incluso aunque sea posible retirar de forma rápida las medidas de contención, la reactivación del mercado laboral puede llevar algún tiempo. Además, es posible que muchos de los que recuperen el empleo no lo hagan con el salario que ganaban antes de la crisis.
En muchos países europeos (incluida Alemania), los esquemas de trabajo temporal facilitan a las empresas la absorción de las disrupciones de corta duración de la actividad sin necesidad de despedir a los trabajadores. Sin embargo, estos esquemas son más difíciles de mantener durante períodos de tiempo más largos. El desempleo también puede aumentar dado que las tasas de vacantes y de contratación también están descendiendo. Por lo tanto, parece poco probable que se vaya a producir un rápido regreso a los bajos niveles de desempleo de los últimos años.
Los bancos centrales, con menos arsenal
Otra diferencia llamativa entre los dos episodios es la política monetaria de los bancos centrales. Antes de la gran crisis financiera mundial, los tipos de interés reales (es decir, después de tener en cuenta la inflación) estaban en niveles restrictivos. Cuando ha surgido la actual crisis, la postura de los bancos centrales era bastante más neutral.
Pero, incluso con el paquete de medidas monetarias no convencionales que se está poniendo en marcha y que cada vez es más amplio, la capacidad de los bancos centrales para amortiguar la crisis del COVID-19 se verá muy limitada. Con los tipos de interés mundiales ya en niveles muy bajos (negativos en algunos países), la munición restante es escasa.
Salvavidas procedentes de los gobiernos
Todo esto sirve para subrayar la importancia de los programas fiscales que los gobiernos y las autoridades están poniendo en práctica con el fin de atenuar el impacto de las medidas de contención. Estos van desde inyecciones de efectivo, ampliación de las prestaciones por desempleo y subsidios salariales hasta moratorias en las deudas para los ciudadanos. El objetivo es mantener a flote a las empresas y los hogares mientras duren las disrupciones en el mercado de trabajo, para que puedan reanudar fácilmente la actividad una vez que se levante el confinamiento.
Es probable que los países que más intensifiquen estas políticas y que las mantengan en vigor el tiempo necesario salgan de la crisis actual más fuertes en términos relativos, especialmente en los casos en que el sector doméstico ya era fuerte antes de la crisis.
Tribuna de Sree Kochugovindan, economista senior de Aberdeen Standard Investments
Foto cedida. HSBC retrasa los recortes de personal ante el coronavirus
HSBC pausa sus planes de reestructuración de personal. Según un memorándum del banco al que ha tenido acceso Reuters, la entidad ha trasladado a sus trabajadores que retrasa “la gran mayoría” de los despidos que tenía previstos, así como las nuevas incorporaciones.
“Debido al extraordinario impacto de la pandemia de COVID-19, hemos decidido detener, por el momento, la gran mayoría de los despidos asociados a nuestro programa y que todavía no han sido notificados”, señala Noel Quinn, CEO de HSBC.
En el mismo documento interno, el CEO explica que también harán “una pausa” las contrataciones de personal externo, “excepto para un pequeño número de puestos de primera línea y críticos para la empresa y los que ya tienen ofertas por escrito», matiza.
Estos recortes de personal están dentro del plan de reestructuración del negocio, por la que agrupará sus unidades de banca minorista, gestión de patrimonios y banca privada en una sola entidad, que presentó en febrero de este año. Según estiman los medios internacionales, este recorte de personal sería de unos 35.000 puestos de trabajo en todo el mundo, frente a las 235.000 personas que ahora mismo emplea la entidad.
Pixabay CC0 Public Domain. Eurizon dona 100.000 euros para la emergencia del Coronavirus a los hospitales Fatebenefratelli Sacco de Milán y Papa Giovanni XXIII de Bérgamo
Eurizon, la sociedad de gestión de activos del Grupo Intesa Sanpaolo, ha querido volcarse con Italia y demostrar que es un inversor activo y responsable. Por ello, la firma ha anunciado que donará 100.000 euros para la emergencia sanitaria del coronavirus a los hospitales Fatebenefratelli Sacco de Milán y Papa Giovanni XXIII de Bérgamo.
Según ha explicado la firma, ante el enorme esfuerzo que se está realizando a nivel nacional y mundial para hacer frente a la emergencia del coronavirus, ha decidido realizar ahora sus donaciones anuales, seleccionando a los hospitales Fatebenefratelli Sacco de Milán y Papa Giovanni XXIII de Bérgamo como beneficiarios de una contribución total de 100.000 euros, que ayudarán a apoyar a dos de los muchos hospitales con mayor número de pacientes con Covid-19.
De hecho, desde 1996, cada año ha donado una parte de las comisiones de gestión obtenidas por los tres fondos éticos a iniciativas y proyectos humanitarios. “Esta decisión, que confirma los valores compartidos por Eurizon y su plantilla, es otra de las iniciativas que el Grupo Intesa Sanpaolo puso en marcha hace varias semanas en todo el país para apoyar al sector sanitario, en colaboración con el Departamento de Protección Civil”, explica en un comunicado.
Saverio Perissinotto, CEO de Eurizon, ha querido señalar que “el respeto por las personas y el apoyo a la sociedad en la que operamos siempre han sido parte integral de los valores compartidos por Eurizon y sus empleados. Por eso decidimos actuar rápidamente, asignando ahora la contribución prevista para 2020, con el fin de prestar apoyo inmediato para la compra de equipo esencial en dos de las zonas más afectadas por esta pandemia». Nuestro país -dijo Saverio Perissinotto- está demostrando una gran fuerza y unidad ante esta emergencia, pero en un contexto globalizado como el actual, se requiere más que nunca una acción coordinada y rápida».
Foto cedidaBenjamin Souza, Latin America Fixed Income Strategist de BlackRock
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En medio de las turbulencias financieras causadas por la crisis del COVID-19, algunos analistas han anunciado el declive – o al menos el final del boom – de la industria ETF. Y ciertamente, algunos estudios muestran que los selectores de fondos están volviendo a la gestión activa. Sin embargo, Benjamin Souza, Director, Latin America Fixed Income Strategistde BlackRock, detecta un interés creciente por los ETFs de renta fija como consecuencia de la demanda de liquidez.
Souza acaba de terminar una ronda virtual de contactos con selectores de fondos de Latinoamérica y el mercado US offshore y compartió sus conclusiones en una entrevista a Funds Society.
¿Cómo están volviendo los inversores del mercado US offshore y Latinoamérica a los ETFs?
Hemos visto un gran interés en los ETF después de que los inversores vieron cómo se comportaron durante la peor parte de la crisis que hemos vivido recientemente. Durante todo el período, los inversores observaron que la liquidez aumentó, ya que el volumen negociado estableció nuevos récords en la mayoría de los sectores, incluso en la parte más líquida del mercado de renta fija: los bonos del tesoro. Además, durante ese período, los ETFs demostraron que continuaron brindando un acceso eficiente al mercado con ofertas-solicitudes que se ampliaron significativamente menos que en los mercados de bonos subyacentes. Por ejemplo, el ETF iShares 20+ Treasury se amplió un par de puntos básicos en comparación con los tresauries subyacentes que se ampliaron más de 100 puntos básicos.
El interés que hemos visto en los inversores de Latinoamérica y del mercado offshore comenzó con los ETF de deuda. Hemos estado hablando con inversores en la región sobre deuda de corta duración e investment grade durante un par de semanas y recientemente el interés se ha expandido en el espectro crediticio con interés en Fallen Angels y High Yield. La deuda de los mercados emergentes también ha sido un tema de interés.
¿Qué tipo de inversor está actualmente más interesado en reposicionarse en ETFs y por qué?
La parte más interesante de la prueba a la que ha sido sometida recientemente la estructura de los ETFs fue que los nuevos inversores utilizaron los ETF de bonos por primera vez como una forma eficiente y rápida de acceder al mercado.
Estamos viendo nuevos inversores institucionales en Latinoamérica, como fondos de pensiones, que han estado utilizando ETFs de renta variable durante más de una década pero que todavía no los han utilizado para sus carteras de renta fija. Es una historia que se está replicando en todo el mundo. Los inversores de renta fija que utilizan ETFs por primera vez en este momento en los Estados Unidos y Europa. Muchos inversores de renta fija se están dando cuenta de que los ETFs no son solo una parte del ecosistema de renta fija, sino que tienen un atributo valioso, la liquidez en estos tiempos inciertos.
El último estudio de carteras de Natixis muestra que la mayoría de los selectores de fondos anticiparon en sus carteras un evento disruptivo en 2020 y decidieron apostar por la gestión activa. Aún así, las salidas masivas en los ETFs terminaron afectando a todo el universo de la renta fija, algo totalmente nuevo en los mercados. ¿Cómo evalúan lo sucedido desde BlackRock y qué piensan que va a cambiar en el futuro?
En mi opinión, hubo salidas en todos los ámbitos y no fue una historia de gestión activa vs pasiva lo que afectó al mercado. El mercado estaba luchando por la liquidez, tratando de digerir lo que significaba el brote de coronavirus y las medidas para contenerlo. Hubo ciertas partes del mercado que mostraron más estrés que otras, como el commercial paper market (deuda corporativa a muy corto plazo) que es escollo necesario en la estructura de crédito.
Los ETFs proporcionaron liquidez, lo que fue muy valioso en ese entorno. Entonces, sí, vimos volúmenes récord, pero no todas las operaciones significaron una salida. La mayor parte de ese valor negociado representaba el riesgo de intercambiar. Las salidas de ETFs de EE. UU., en las semanas entre el 17 de febrero y el 20 de marzo, fueron de 21.800 millones de dólares. Ese número no es muy significativo en comparación con las salidas de Morningstar en todos los fondos mutuos activos y ETF en los EE. UU., que fueron de 96.700 millones de dólares.
Si los inversores activos posicionaron sus carteras para algún evento disruptivo, deberían haberlo hecho bien en el evento más disruptivo de la historia moderna.
Los ETF no tuvieron nada que ver con las circunstancias que llevaron al shock de liquidez. Sin embargo, creemos que, en el futuro, los ETF serán otra herramienta para los inversores activos si valoran la liquidez. Eso es precisamente lo que representan todos estos nuevos inversores en el segmento.
Los bancos centrales, y en particular la Reserva Federal, han mostrado un fuerte apoyo a la hora de sostener los mercados. ¿Cómo están reaccionado las empresas estadounidenses a estos estímulos?
Las empresas, y el mercado están luchando en este nuevo entorno. La producción, los modelos de distribución y el acceso a los consumidores se han visto afectados por todas las medidas de distanciamiento social. Las prioridades para los consumidores también han cambiado drásticamente porque el empleo y los ingresos se han visto afectados por esta crisis.
Sin embargo, lo que nos da esperanza es que la respuesta de los responsables políticos no solo haya sido rápida, sino de tamaño considerable. El impacto de COVID19 es masivo, pero también temporal. Como China está demostrando ahora, la economía está volviendo a la vida en serio. Sin embargo, debe abordarse la pérdida de ventas para las empresas y los ingresos (y empleos) para los consumidores.
Por ello, la política de estímulo monetario, combinada con la efectividad de las medidas fiscales, está intentando salvar este choque masivo. Proporcionará un puente tanto para las empresas como para los consumidores. Si el shock del COVID-19 es temporal, todas las líneas de crédito, las intervenciones directas en varias partes del mercado, incluidos los bonos corporativos, deberían ayudar a aliviar la mayor parte del impacto. Habrá perdedores, pero la economía se recuperará gracias a la respuesta política masiva.
En Latinoamérica, varios países están viendo cómo bajan sus ratings debido a una combinación entre sus problemas económicos de 2019 y la nueva crisis que supone este año el COVID-19. ¿Estamos ante una pérdida general de valor en las economías latinoamericanas? ¿Cómo debe actuar el inversor ante esta situación?
Como mencioné en la pregunta anterior, la respuesta política rápida y masiva ha sido clave para los Estados Unidos. En América Latina, somos testigos de la falta de capacidad para brindar una respuesta que coincida con la del mundo desarrollado. Tal vez con algunas excepciones, los países latinoamericanos tendrán que lidiar con el impacto de COVID-19 con un saldo fiscal significativamente menor. Además, en el aspecto monetario, hemos visto y probablemente continuaremos presenciando la reducción de tasas de los bancos centrales, pero no esperemos que ningún banco central de la región alivie al sector corporativo como lo hace la FED y el BCE, con toda una serie de programas.
La calificación crediticia simplemente responde al deterioro de los fundamentos crediticios, que, como mencionó, algunos radican en los problemas y las demandas sociales de 2019. Además, ya estamos observando incumplimientos de pagos en la región con Ecuador y Argentina, reestructurando sus deudas.
Los inversores deben estar preparados para gestionar todo esto. Todas las economías, desarrolladas y emergentes, sufrirán el impacto de COVID-19 y las consecuencias económicas de las medidas para suprimir el contagio. Sin embargo, parece que al mundo desarrollado le va a ir mejor. Sobre una base relativa, los diferenciales de los mercados emergentes, particularmente aquellos en América Latina, probablemente les irá peor que al Investment Grade y al High Yield, y los inversores están comenzando a actuar en consecuencia.
Brasil ha experimentado una fuerte salida de capitales que ya se venía registrando desde 2019: ¿podrá el país recuperarse o la gestión del gobierno Bolsonaro durante la crisis del coronavirus pasará factura a Brasil?
Nuevamente, todos los países de América Latina están experimentando las consecuencias de las medidas de contención. La capacidad de ciertas economías para salir con el menor daño económico posible a largo plazo depende completamente de la respuesta de la política.
Brasil ha tomado algunas medidas que rondan 7,8% del PIB, principalmente reasignando recursos en el presupuesto 2020 y elevando el objetivo de saldo primario para el año. La mayor parte de las medidas son para abordar específicamente la pérdida de ingresos para los trabajadores y para las empresas, algunas desgravaciones fiscales temporales y líneas de crédito. Sin embargo, solo el tiempo dirá si la respuesta es suficiente, ciertamente es menor que la de otros países de la región y particularmente a la respuesta de Estados Unidos.
La ventaja que tiene Brasil es que a través del programa Bolsa Familia tiene la red de seguridad más sofisticada de la región para dirigir los recursos a los más necesitados. También está agregando un millón extra al programa.
El oro ha sido considerado un refugio seguro durante muchos años y cada vez que los mercados enfrentan incertidumbres, sus números se disparan.
Tal es el caso ahora con sus futuros el martes 14 de abril están en camino a registrar una cuarta sesión alcista consecutiva, apoyados por las preocupaciones sobre la debilidad en la economía global, así como en los resultados trimestrales corporativos debido al cese de la actividad comercial con el propósito de detener la propagación de COVID-19.
Según Steve Feldman, cofundador de Bullion International, «la forma en que las personas se sienten y las narraciones que tienen se interponen en el camino».
Como mencionó el mes pasado durante la conferencia de INTL FCStone, Vision 20/20: Global Markets Outlook, las principales narraciones de hoy incluyen la idea de que “esta vez es diferente; Un mercado de valores fuerte implica una economía fuerte; Las bajas tasas de interés justifican un alto P/E; Las recompras de acciones corporativas respaldan el mercado; y no deberías luchar contra la Fed».
Mientras tanto, la deuda y los pasivos de los Estados Unidos están en su punto más alto en un momento en que la deuda de los hogares estadounidenses también es masiva.
Es lo mismo a escala global… «Con la deuda global como un porcentaje del PIB cercano a los máximos históricos, no hay forma de que esta deuda pueda saldarse. Por lo tanto, la inflación es la única salida, además del incumplimiento y habrá inflación», advierte Feldman.
El especialista también menciona que si pudiera implantar una narrativa, sería que «el oro no necesita una crisis». Para respaldar esto, mencionó que la clase de activo ha generado constantemente retornos positivos a largo plazo, puede usarse como una cobertura frente a la inflación y ha superado a todas las monedas en 100 años.
En su opinión, el oro es una mejor cobertura contra la dislocación del mercado que los bonos y no tiene riesgo de incumplimiento, «por lo que es el mejor efectivo».Sin embargo, advierte que para los inversores a corto plazo, «si mañana el coronavirus se enfrenta a una vacuna, el precio del oro bajará porque el impacto de ese riesgo en el mundo».
Pixabay CC0 Public Domain. Cambios sin precedentes perfilan un nuevo paisaje global
Desde los mínimos del 23 de marzo, los mercados de valores se han recuperado en torno al 20%, impulsados por el reequilibrio de los fondos de pensiones y la desaceleración de la tasa de crecimiento de la infección en los países de la UE más afectados. Además, los mercados de crédito se han recuperado hasta tal punto que las empresas están refinanciando la deuda existente a un ritmo rápido en los mercados de bonos corporativos de Estados Unidos.
En relación con esto último, uno de los principales desencadenantes fue el anuncio de la Fed de que destinará 30.000 millones de dólares del Fondo de Estabilización del Tesoro para comprar bonos corporativos con grado de inversión. Todavía no se ha decidido si también debe reducir los costes de financiación de los emisores de high yield, ya que esto podría sentar un precedente peligroso.
Asimismo, la Fed ha seguido el camino del Banco de Japón al desdibujar las líneas entre la política monetaria y la fiscal, financiando directamente parte del paquete de 2 billones de dólares de la ley CARES, liberando más de 450.000 millones de dólares del Fondo de Estabilización. La norma se dirige principalmente a personas o familias de ingresos medios (30% del paquete) así como a grandes (25%) y pequeñas (19%) empresas. Incluso se habla de un paquete económico adicional de 1 billón de dólares destinado a inversiones en infraestructura.
En Europa, las medidas fiscales adoptadas a nivel nacional han sido de una magnitud impresionante (en porcentaje del PIB), aunque varían entre países. Igual que en EE.UU., superan con creces los esfuerzos realizados durante y después de la gran crisis financiera. El talón de Aquiles del proyecto europeo sigue siendo la falta de solidaridad fiscal. De hecho, la mayoría de los países miembros están a favor de la emisión de «coronabonos», mientras que otros prefieren recurrir al Mecanismo Europeo de Estabilidad.
Como suele ocurrir, esperamos que los ministros de Finanzas de la UE lleguen a un compromiso para aplicar un paquete fiscal en toda la Eurozona. El sentido de urgencia es elevado y todos deberían darse cuenta de que la carga de la crisis de la COVID-19 debe ser compartida por todos. Este es un momento decisivo para el proyecto europeo.
Además de estas medidas, se han ido desplegando cada vez más planes de acción de distanciamiento social y hay indicios alentadores de que la epidemia se está controlando en algunos países. Aun así, consideramos que todavía no estamos fuera de peligro por las siguientes razones:
Esperamos que las estrategias de salida de las cuarentenas sean muy graduales, ya que los epidemiólogos advierten del riesgo de una segunda oleada de la enfermedad en otoño o de su reimportación si se levantan las restricciones de viajes.
Con la temporada de resultados del primer trimestre a la vuelta de la esquina, una mayor claridad sobre el (desagradable) impacto real de esta crisis en los beneficios y pérdidas de las empresas y en los balances podría hacer que el mercado adoptara una postura más cautelosa.
Por el lado positivo, las tasas de hospitalización en Nueva York se han reducido antes de lo esperado, pero, dada la falta de medidas a nivel nacional, puede que esta evolución positiva no sea un reflejo de EE.UU. en su conjunto.
La confianza de los consumidores se verá gravemente afectada por la combinación de una alarma sanitaria con un menor poder adquisitivo, este último causado por la grave recesión del sector servicios.
Todavía hay áreas de evidente tensión, como el high yield o las divisas de los mercados emergentes. Sin un acuerdo global entre la OPEP+ y EE.UU. sobre las restricciones al suministro de petróleo, más de 100.000 millones de dólares en bonos energéticos high yield podrían emprender un viaje salvaje.
En resumen, no esperamos una recuperación en forma de V, sino posiblemente en U, y no suscribimos las opiniones de quienes hacen paralelismos con la crisis del 2008. Esta crisis no es de naturaleza sistémica, los bancos están mejor capitalizados y las autoridades competentes han estado más atentas a sus políticas monetarias y fiscales.
Como es obvio, la crisis del COVID-19 ha sido el catalizador de la introducción de medidas fiscales radicales que se inclinan hacia las políticas de izquierda en el mundo occidental. Estas medidas no convencionales podrían ayudar a afrontar la creciente desigualdad, un fenómeno que se vio en parte reforzado por la inflación de los precios de los activos después de la gran crisis financiera. Ahora, las recompras de acciones y los pagos de dividendos se están posponiendo, ya que la presión social está aumentando para redirigir una mayor cantidad de flujos de caja de las empresas lejos de los accionistas.
Y probablemente no se detendrá ahí. La justicia fiscal y el salario justo para un mayor número de trabajadores son temas que obtendrán un mayor apoyo. Los gobiernos taparán el agujero fiscal dejado por el impacto del coronavirus aumentando los impuestos a las empresas e incrementarán el gasto en atención médica para afrontar mejor futuras emergencias sanitarias. En consecuencia, el papel de las autoridades gubernamentales aumentará y esta dinámica debe tenerse en cuenta a la hora de invertir en empresas a largo plazo. Existe una oportunidad para DPAM como gestora activa, sostenible y basada en la investigación.
Tribuna de Alexander Roose, responsable de renta variable internacional de DPAM
. FIBA te invita a hacer yoga online con Sofia Villalobos
La asociación de banqueros internacionales de Florida (FIBA por sus siglas en inglés) sabe de lo importante de mantener una mente y cuerpo sano mientras continúan las medidas de distanciamiento social, por lo que, junto con la maestra Sofia Villalobos, organiza cada semana una sesión de media hora de yoga.
De acuerdo con FIBA, la sesión titulada «relax and unwind» ofrece «relajarte al mismo tiempo que tonificar tu cuerpo y conseguir esa tan necesaria sesión de ejercicio».
Pixabay CC0 Public Domain. La ESMA somete a consulta el proyecto de normas técnicas de desarrollo del reglamento de índices de referencia
La ESMA publica una consulta dirigida al desarrollo del proyecto de normas técnicas (RTS) del reglamento de índices (BMR). Las normas técnicas son analizadas a través de cinco aspectos (mecanismos de gobernanza, metodología utilizada por el administrador, notificación de infracciones, administración obligatoria de un índice crítico e índices no significativos), en los que se incluyen los antecedentes y fundamentos jurídicos, las propuestas de norma y una serie de preguntas, explican desde finReg 360.
Las RTS incluidas en la consulta desarrollan el reglamento de índices a raíz de las modificaciones del Reglamento (UE) 2019/2175, que obliga a la ESMA a desarrollar nuevos RTS. Los cinco aspectos sometidos a consulta sobre los cuales se ha elaborado cada borrador de RTS son:
1. Mecanismos de gobernanza
De acuerdo con el artículo 4 del BMR, el administrador del índice deberá disponer de mecanismos de gobernanza sólidos con una estructura de organización clara, unos roles y responsabilidades bien definidos y un nivel alto de transparencia y coherencia.
En este sentido, subraya ESMA, “el proyecto de norma técnica pretende definir requisitos concretos que garanticen la robustez de dichos mecanismos de gobernanza”.
2. Metodología utilizada por el administrador
La ESMA define, en el segundo proyecto de norma técnica, que la metodología utilizada por los administradores de índices de referencia, de acuerdo con el artículo 12, apartado 1 del BMR, debe cumplir con una serie de características.
Estas son: ser sólida y fiable; responder a normas claras que identifiquen cómo y cuándo se podrá dar la discrecionalidad en la determinación; ser rigurosa, continua y susceptible de validación; ser resistente y asegurar que el índice puede ser calculado en la mayoría de las circunstancias, sin comprometer su integridad; y ser trazable y verificable.
3. Notificación de infracciones
“Los administradores de índices deben implementar unos sistemas de control que garanticen la integridad de los datos e identifiquen posibles manipulaciones, tal como indica el artículo 14, apartado 1 de BMR”, subrayan desde ESMA. Así, ante la identificación de estas conductas, los administradores lo comunicarán inmediatamente a la autoridad nacional competente. ESMA define manipulación de acuerdo con el artículo 12, apartado 1(d) del reglamento sobre abuso de mercado (MAR).
Además, el proyecto de RTS regula los sistemas adecuados y los controles eficaces para garantizar la integridad de los datos de entrada, la adecuada evaluación del riesgo, el monitoreo que prevenga una manipulación o intento de manipulación de los datos, el proceso de notificación a las funciones de supervisión, la formación, y la política de integridad de datos.
4. Administración obligatoria de un índice crítico
En el caso de que un administrador de un índice de referencia crítico tenga la intención de dejar de elaborarlo, de acuerdo con el artículo 21 del BMR, deberá comunicarlo a la autoridad competente del índice y esta deberá evaluar, en un plazo de cuatro semanas, cómo debe traspasarse el índice a un nuevo administrador o si debe dejar de elaborarse.
Además, el borrador de RTS fija los criterios que la autoridad competente ha de considerar para elaborar esa evaluación.
5. Índices no significativos
Para el caso de índices no significativos, la ESMA establece que el administrador del índice puede decidir no cumplir con ciertas obligaciones regulatorias siempre que elabore una declaración de cumplimiento en la que se justifique esa decisión.
En esta situación, el proyecto de norma técnica establece una serie de criterios a seguir para las autoridades competentes a la hora de revisar dicha declaración y exigir, si procede, que se cambie. Estos son los posibles conflictos de intereses, el proceso de supervisión, el marco de control de la publicación del índice, el marco de rendición de cuentas, el nivel de control de los datos de entrada, la transparencia de la metodología, y los requisitos de los contribuyentes.
La fecha límite para remitir las respuestas de los interesados es el 9 de mayo.