Tressis y la Asociación de Futbolistas se unen para acercar la planificación financiera a los deportistas

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Foto cedidaSonsoles Santamaría, directora general del Área de Negocio de Tressis. Tressis y AFE se unen para acercar la planificación financiera a los deportistas

En palabras de Sonsoles Santamaría, directora general del Área de Negocio de Tressis, el objetivo de cualquier planificación financiera ha de ser “lograr que los clientes alcancen sus objetivos finales desde un punto de vista financiero”. Con este fin en mente, Tressis cierra un acuerdo de colaboración con la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) para incentivar la planificación financiera en este sector.

El acuerdo, presentado en la última edición de los encuentros AFE, ofrecerá a los futbolistas afiliados a la asociación la oportunidad de ser asesorados por el equipo de Tressis. Además de Sonsoles Santamaría, el acto ha contado con la participación de Javier Arizmendi, exfutbolista profesional y asesor financiero de Tressis; David Aganzo, presidente de AFE; e Ignacio Chinarro, director económico-financiero de AFECon el objetivo de integrar una cultura financiera entre los profesionales de este deporte, la gestora busca asegurar una cierta estabilidad económica para los jugadores, tanto a lo largo de su carrera deportiva como tras su retirada. 

Debido a las características específicas del sector, los jugadores se enfrentan a ciclos de ingresos mucho más cortos de lo normal, así como la necesidad de lidiar con diferentes regímenes fiscales. Desde Tressis recomiendan  tener en cuenta estas condiciones desde un punto de vista financiero para así optimizar el ahorro. 

No obstante, como deportistas, tal y como subrayó Santamaría, este colectivo también cuenta con una serie de ventajas a la hora de enfrentarse a la planificación financiera: una disciplina de trabajo extrapolable a cualquier campo, una fuerte capacidad de resiliencia y la capacidad de trabajar en equipo y saber delegar. En este aspecto, Tressis remarca la importancia de contar con un equipo de profesionales que apoyen al deportista en el asesoramiento de sus finanzas.

“Es muy importante saber hacer las preguntas necesarias a nuestra entidad financiera para comprobar si están haciendo bien las cosas”, recuerda Santamaría. Por ello, a la hora de planificar nuestra economía, identifica el asesoramiento financiero con el ámbito sanitario. Si bien un individuo puede tener conocimientos básicos de medicina, seguirá necesitando acudir al médico cuando esté enfermo. De ahí la importancia de contar con un profesional del asesoramiento financiero de confianza.

El interés compuesto: el mejor aliado

A la hora de capitalizar el ahorro, el interés compuesto se convierte en el mejor aliado de los jugadores. Acumular ahorro de forma ordenada hace que éste se termine multiplicando. Por ello, “debemos ser constantes en el ahorro”, recuerda Santamaría. 

Ahora bien, “hay tantas planificaciones posibles como futbolistas”, subraya Javier Arizmendi, exfutbolista profesional y asesor financiero de Tressis. No sólo será necesario poner a trabajar el ahorro, sino también ser capaz de adaptar cada plan a las casuísticas individuales del jugador. Factores como el riesgo, los objetivos a conseguir o los vehículos empleados para capitalizar el dinero se habrán de adaptar a cada perfil. 

En este sentido, el acuerdo entre Tressis y AFE ofrece a los jugadores la posibilidad analizar y conocer su situación financiera. La gestora presta así un servicio de consultoría de asesoramiento financiero que el deportista podrá después llevar a cabo donde y como quiera. “El acuerdo busca que, en el aspecto económico, tengamos más certezas que incertidumbres y podamos tener cierta tranquilidad”, afirma Arizmendi. 

Además, también como parte del encuentro AFE, se ha celebrado una mesa redonda con la colaboración de Markel Bergara, exfutbolista; Miguel Ángel Ruiz, exfutbolista y director deportivo; María Flores, futbolista del Córdoba C.F; y Mila Emazabal, directora en la Mutualidad de Deportistas Profesionales. 

Los ponentes coincidieron en la importancia de integrar la educación financiera en la formación de los jóvenes futbolistas que les permita mirar hacia el futuro, más allá de su carrera como deportistas. “Tenemos que ir al origen, a la educación más allá de lo técnico, lo táctico y lo profesional. Si los chicos en la escuela viesen algo más, sería mucho más fácil aplicar la planificación financiera”, subraya Miguel Ángel Ruiz.

Además, Ruiz también hizo referencia al ambiente que rodea al futbolista y que “entorpece su toma de decisiones”. Una educación completa e integrada en su formación ayudaría a los jóvenes deportistas a librarse de esto y a contemplar el futuro, teniendo en cuenta las posibles vicisitudes de la vida que podrían entorpecer su carrera. Esto, como resultado, facilita la implantación del asesoramiento financiero. 

Por otro lado, como herramienta adicional, los futbolistas también cuentan con la Mutualidad de Deportistas Profesionales: una entidad sin ánimo de lucro que ofrece a los deportistas profesionales el Plan de Ahorro de la MDP. Este permite realizar aportaciones con total libertad y deducibles de la base imponible del IRPF y se puede cobrar un año después de dejar de ser deportista profesional. “Es un trampolín para volver a empezar”, asegura Mila Emazabal. 

Más formación, mejor asesoramiento, una red de apoyo más amplia y elegir a un buen asesor financiero. Estas fueron las conclusiones de los cuatro ponentes para integrar la planificación financiera en el fútbol. “La planificación a largo plazo no es pensar decisiones futuras, es pensar en el futuro de las decisiones presentes”, concluye Sonsoles Santamaría.

¿Por qué la crisis del coronavirus hace pensar más en 1918 que en 2008?

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CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: CDC. Foto: CDC

Según indica Aditya Khowala, gestor de carteras de Fidelity International, a la hora de buscar una referencia histórica, los inversores deberían olvidarse de las caídas de los mercados de 2008, pues la crisis del COVID-19 se asemeja más a la pandemia de gripe de 1918. Observar las similitudes entre entonces y el presente aporta pistas sobre cómo podría desarrollarse la pandemia actual y afectar a diferentes sectores de la economía mundial.

La Gran Crisis Financiera fue una recesión de balances 

Por muy grave que resulte esta crisis, no es la Gran Crisis Financiera. La Gran Crisis Financiera fue una recesión de balances provocada por el hundimiento del mercado de la vivienda y la falta de confianza en los bancos. La vivienda es la principal fuente de riqueza de los consumidores, con un valor de alrededor de 11 billones de dólares, por lo que una fuerte caída de los precios o una restricción de los préstamos pueden desencadenar una desaceleración estructural.

Únicamente se han producido dos hundimientos de la vivienda en EE.UU. en los últimos tiempos: en 1929 y en 2008-2009. Los dos provocaron desaceleraciones importantes y prolongadas y tuvo que pasar mucho tiempo para que el sistema se restableciera y la economía recuperara su potencial. Esta vez, los sectores de viajes, turismo y distribución son los más vulnerables, pero el plazo total de recuperación podría ser más corto si las tendencias anteriores se repiten.

La crisis del COVID-19 es similar al brote de 1918-1919

En la opinión de Aditya Khowala, en lugar de remontarse doce años, los inversores deberían estudiar los acontecimientos ocurridos hace 102 años. Ello es debido a que la crisis del COVID-19 viene dada por un suceso y, en algunos aspectos, es comparable a la pandemia de gripe de 1918-1919. Entonces, la recesión duró tan solo siete meses, a pesar de que la segunda oleada de infecciones en el otoño de 1918 fue más mortífera que la primera. 

Durante la pandemia de 1918-1919, el 5% de la población murió y un tercio se infectó en un mundo que padecía todavía los efectos de una Guerra Mundial. Se atraviesa ya en el segundo mes de este suceso de ámbito mundial y los sistemas de salud están mucho más preparados que en 1918, pero no se sabe cómo va a evolucionar el virus ni lo pronto que se contendrá. 

No obstante, resulta útil considerar la magnitud de las crisis anteriores basadas en sucesos frente a las estructurales y cíclicas, sobre todo habida cuenta de que los datos de nuevos casos en China han mejorado notablemente todas las semanas desde comienzos de marzo y el país se acerca a la normalización en varias áreas. Como se ve en el gráfico a continuación, los mercados bajistas provocados por eventos como este cisne negro que se están viviendo son los que menos meses duran de media (las dos columnas de la derecha):

Fidelity International

Los viajes, el turismo y la distribución serán los sectores más afectados

Como se vio primero en China, después en Asia y posteriormente en todo el mundo, el impacto inmediato de las medidas de contención del virus se ha sentido en el sector de los viajes y el turismo. Dado que este sector supone el 10,4% de la economía mundial y da trabajo al 10% de la población activa del planeta, los efectos secundarios serán importantes.

El sector necesitará de media alrededor de 19,4 meses para recuperarse de las epidemias, según el World Travel and Tourism Council, más incluso que los 11,5 meses necesarios para recobrarse de ataques terroristas. Las aerolíneas, las empresas de cruceros, los hoteles, los restaurantes y los sectores asociados en sus cadenas de suministro sufrirán durante las próximas semanas y meses y necesitarán al menos hasta el próximo verano para normalizarse. 

La distribución tradicional perderá más terreno frente a Internet con la abrupta caída de la afluencia de clientes durante los dos próximos trimestres. El sector sufre dificultades desde hace algún tiempo y debido a la caída de la confianza de los consumidores y al aumento de las tensiones crediticias, es probable que muchas empresas quiebren. 

Aunque no existía Internet en 1918, se vieron afectados diversos negocios. Los datos económicos de la época son escasos, pero según un estudio realizado en 2007 sobre la pandemia de 1918 por la Fed de San Luis, los artículos de los periódicos de Little Rock (Arkansas) señalan que la actividad descendió entre un 40% y un 70% durante el brote, mientras que la venta minorista de productos de alimentación cayó un tercio. El único negocio de Little Rock que registró un incremento de la actividad ese año fue la farmacia.

No es una reedición de 2008

De vuelta al momento actual, las entidades financieras, especialmente los bancos, han sufrido un varapalo y cotizan netamente por debajo de su valor en libros tangible, con rentabilidades por dividendo muy superiores a los bonos del Tesoro estadounidense. Los inversores están repitiendo el guión de la Gran Crisis Financiera vendiendo estos valores, suponiendo que los bancos sufrirán como lo hicieron entonces.

Sin embargo, Aditya Khowala cree que el sistema bancario estadounidense es más sólido que en 2008 y existen unos controles de riesgos mucho mejores, además de unos colchones de capital considerablemente más amplios. La mayor parte del riesgo crediticio reside actualmente en las entidades financieras no bancarias, como las sociedades de private equity y venture capital, los fondos de inversión libre y las aseguradoras. Estas entidades sufrirán las mayores pérdidas y el gestor espera que los bancos capeen el temporal de forma similar a como lo hicieron cuando explotó la burbuja tecnológica en 2001-2002.

Entretanto, el sector industrial ya ha comenzado a recuperarse de su desaceleración y ha pasado por todo esto antes. Con China empezando a salir del túnel y los inventarios en mínimos, se espera que el sector industrial se recupere más rápido que el consumo durante los próximos seis meses. Más del 75% de la renta variable ofrece rentabilidades por dividendo superiores a los bonos del Tesoro estadounidense (máximo histórico), de ahí que los binomios riesgo-rentabilidad parezcan más favorables a medio plazo mientras ponderamos el impacto económico del virus frente a la magnitud de la respuesta monetaria y presupuestaria. 

«Aunque el recuerdo de 2008 sigue estando muy vivo en la mente de todos los actores del mercado, esta crisis se desarrollará de forma diferente y en su epicentro se situará no tanto la banca como el turismo», defienden desde Fidelity.

El reto de los asesores financieros en la crisis del coronavirus: ¿cómo dar respuesta a los clientes?

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Pixabay CC0 Public Domain. asesores

La crisis del coronavirus, y el confinamiento de los españoles ante el estado de alarma, está obligando a los asesores financieros a impulsar nuevas formas de comunicación con sus clientes, dejando de lado el cara a cara y optando por la tecnología para una comunicación más digital, vía conferencias telefónicas, llamadas o Skypes. Pero eso no significa que el servicio pare: todo lo contrario, en un momento más complicado y necesario que nunca, en el que las empresas de asesoramiento financiero (EAFs) tienen que sensibilizarse ante las principales preocupaciones de sus clientes, y ofrecerles respuestas.

“Estamos llamando a nuestros clientes para transmitirles apoyo, porque tranquilidad es difícil. El tema sanitario está por encima de todo como prioridad”, dice Cristóbal Amorós, de Amorós Arbaiza Inversiones EAF.

“En estos momentos de incertidumbre extrema, nuestros clientes nos están demostrando más que nunca su confianza. Esta confianza, unido a que su preocupación número uno es la salud de toda la familia, hace que no nos estén demandando reuniones presenciales. Estamos poniendo todo nuestro esfuerzo para estar más cerca de ellos que nunca hablando por teléfono, comunicándoles nuestra visión, explicando la estrategia y realizando recomendaciones para preparar y posicionar su cartera considerando que caídas como las actuales suelen ser buenas oportunidades para construir carteras a futuro”, explica Carlos Farrás Fernández, socio director y CIO de DPM Finanzas EAF.

Pero no todos los clientes están alarmados, y algunos entienden muy bien la situación, y la importancia de aguantar e invertir a largo plazo: “Una de nuestras tareas como asesores es educar financieramente a nuestros clientes, a los que no lo están ya, y mostrarles las ventajas de la diversificación y de la visión de plazo en las inversiones; de ahí que, en general, están considerando la actual fase de mercado como algo pasajero y con consecuencias que el paso del tiempo irá modulando, y la bondad de los productos en los que están invertidos se impondrá”, explica Guillermo Santos, desde la EAF iCapital.

“Nuestros clientes están tranquilos puesto que todos ellos estaban en el rango bajo de exposición a riesgo dentro de su perfil de inversión, lo que nos va a permitir aumentar esa exposición a precios de pánico”, dice también Iker Barrón, socio director de la EAF Portocolom.

Y los clientes, dicen, muestran confianza en sus asesores: “Veo a los clientes preocupados pero confiados al mismo tiempo. Nosotros como asesores debemos acompañar al cliente y estar ahí para explicarle y apoyarle pero también se agradece mucho, y me ha pasado, que los clientes, antes de decir nada, te digan tranquila, confío en ti», señala Araceli de Frutos, fundadora de su EAF. “Realmente escuchan mis argumentos y explicaciones y de momento están tranquilos”, añade.

Mayor preocupación por la salud que por el mercado

“Los clientes tienen una mayor preocupación respecto a la situación relacionada con la salud. Hemos visto que, en esta ocasión, las caídas de los mercados les preocupan relativamente menos. También es cierto que la composición de activos de sus carteras está muy ajustada a su perfil de riesgo y sobre todo a sus creencias y conocimientos financieros, lo cual facilita el entendimiento de la volatilidad, a pesar de que las pérdidas no son agradables para nadie”, explica Ana Fernández, fundadora de AFS Finance Advisors EAF. Por su parte, y con el fin de calmar la ansiedad que produce esta situación, trata de contarles los diferentes escenarios posibles, “para que puedan estar preparados para que la valoración de su cartera pueda sufrir caídas adicionales, pero también para que sean conscientes de que en algún momento las medidas excepcionales a nivel mundial tendrán un impacto positivo para la economía, y por tanto, para la recuperación de la valoración de muchos activos”, añade. 

“Lo que más preocupa a los clientes es primeramente la salud individual y de la familia. En cuanto a la preservación del patrimonio, les preocupa, pero algo menos, en la medida en que ya han vivido y soportado con nosotros algunos shocks, tales como el Brexit o finales de 2018”, explica Munesh Melwani, socio fundador-director general de Cross Capital EAF. «Hemos incrementado notablemente nuestro nivel de comunicación, en términos de periodicidad y opinión acerca de los efectos de la crisis del COVID-19 sobre la economía y los mercados, y por ende sobre las carteras e IICs que asesoramos», añade.

“En general los clientes se están comportando de una forma estoica, son conscientes de la situación y en la mayoría de los casos estamos aprovechando para incrementar el riesgo en la cartera. Entienden la situación como coyuntural y no estructural, y ven que tienen la oportunidad de invertir en buenos negocios con unas valoraciones atractivas. Seguramente algo habrá contribuido el haberles educado los últimos años para convertirse en inversores profesionales y no en especuladores de corto plazo”, dicen en la misma línea en DPM Finanzas EAF. Pero Farrás explica cuál es el cliente más preocupado: “Los inversores de edad avanzada son los que sufren cierta ansiedad, porque consideran que su horizonte temporal ya no es tan largo, y por ser conscientes de que si no obtienen rentabilidades cada año se irán comiendo su patrimonio más rápidamente”.

Las preocupaciones de los asesores

Y es que los motivos para preocuparse existen. Para Barrón, preocupan las consecuencias humanas, laborales y sociales y para Santos, lo más preocupante de la crisis, más allá del drama humano de muertes y enfermos, es “lo que puede afectar a algunos sectores de la economía y la pérdida de puestos de trabajo, con consecuencias muy negativas para muchas familias y, por ende, para el consumo de los países y para su crecimiento futuro. Esto se tardará en absorber”, reconoce. “Nos preocupa además del tema salud, el daño a la economía real y el paro que se va a disparar en casi todos los sectores. Nadie va a quedar indemne de esta brutal crisis”, dice en la misma línea Amorós Arbaiza.

“Lo que más me preocupa es que no tenemos plan B, es decir, no podemos permitir que la crisis sanitaria actual se convierta en una crisis estructural porque el sistema económico no lo resistiría. Recordemos lo que supuso la quiebra de Lehman Brothers (crisis 2008) o de Enron (crisis 2001) en EE.UU: imagínense ahora una quiebra sistemática de todas las compañías a nivel global por el parón del coronavirus. Empezaríamos con las aerolíneas, hoteles, fabricantes de coches, empresas industriales y por último los bancos donde tenemos depositados nuestros saldos. Y aquellos que tienen inmuebles no tendrían a quién venderlos o alquilarlos porque el resto de la ciudadanía estaría arruinada”, dice Farrás. “Lo bueno de no tener plan B es que los estados y bancos centrales harán “what ever it takes” para ayudarnos a volver a la normalidad cuando la pandemia se controle”, añade.

“Lo que más me preocupa de esta crisis es cómo se va a salir de ella. Es una crisis global, estamos ante una «guerra biológica» en la que creo que se deberían tomar acciones más coordinadas de política económica, sobre todo fiscal por los distintos gobiernos. Si no, aumentarán las desigualdades y la capacidad de recuperación será muy dispar entre países”, añade De Frutos, que vive esta crisis, sobre todo, mirando la salud y la vida de la sociedad: “Cuando hay vida las consecuencias de la crisis tienen arreglo”, dice, en positivo.

A Fernández le preocupa que el «miedo al miedo» pueda ser mayor que todas las medidas de apoyo económico y fiscal: “En estos momentos, la teoría de masas arrastradas por el miedo puede llevar a los mercados a mínimos difíciles de predecir. Sin embargo, creo que hay que mirar más allá de la situación de corto plazo y tratar de visualizar qué negocios serán los beneficiados de esta situación y qué nuevos hábitos nacerán y qué nuevas formas de trabajar se implementarán”.

Lo que más preocupa en Cross Capital es el plazo que nos llevará como sociedad volver a la normalidad de nuestras vidas a nivel personal y profesional: «Supondrá cambios en el comportamiento social, en el terreno laboral, así como en los hábitos de consumo y conciencia colectiva sobre la importancia relativa de las cosas. El COVID-19 ha puesto de manifiesto nuestra fragilidad como especie, a la que hay que unir la crisis climática, que también exige una reacción comprometida de la población a escala mundial”, afirma Melwani.

Teletrabajo pero sirviendo al cliente

Las EAFs se han acogido al teletrabajo en una situación de estado de alarma, en la que se premite a las entidades bancarias abrir con restricciones. “Estamos trabajando desde casa  con absoluta normalidad e intensidad del servicio de asesoramiento que prestamos y hacemos conferencias, telefónicas o vía Skype, con los clientes. Éstos tienen además la aplicación de iCapital para smartphones para recibir informes, propuestas de inversión y dar el visto bueno a las propuestas de inversión”, explica Santos.

“La semana del 2 de marzo implementamos el teletrabajo para los 11 empleados de Portocolom. Gracias a la tecnología mantenemos nuestra comunicación continua mediante teleconferencias, tenemos grupos de trabajo virtuales, y realmente nuestro trabajo no se ha visto afectado en absoluto”, explica Barrón. “Por la oficina pasa alguno de nosotros, individualmente, para recoger correspondencia. La comunicación con los clientes es virtual y continua, pues ellos entienden lo extraordinario de la situación y por el contrario, no comprenderían que no asumiésemos nuestra responsabilidad no quedándonos en casa”, añade.

Estamos trabajando desde casa, salvo una persona que va  por el despacho. Los clientes no demandan apenas nada, están en shock…. Llaman pocos”, explica Amorós Arbaiza.

“Esta crisis nos ha sorprendido la rapidez con la que se han producido todos los acontecimientos y las medidas tan excepcionales que estamos viendo a nivel global para contener la pandemia. La digitalización de todos nuestros procesos y herramientas los últimos años nos permite trabajar desde casa (sin problemas) con todas las capacidades. Los clientes pueden acceder a sus informes y posiciones online, firmar las propuestas de inversión a través de nuestra app y ejecutar las operaciones por medios telemáticos de manera fácil y sencilla”, explica Farrás.

 “Con el fin de evitar riesgos para nuestra salud y la de los demás, hemos decidido trabajar desde casa. Hemos habilitado todos los medios necesarios para trabajar a distancia. Los clientes están debidamente atendidos por videoconferencias, llamadas telefónicas y con envío diario de correos informativos, y de momento nuestros clientes no nos demandan servicio presencial”, cuentan también en AFS.

Vivimos la crisis con preocupación, dado que se trata de una pandemia sin precedentes por la velocidad de contagio y ausencia de tratamiento eficaz a día de hoy, que está poniendo de manifiesto que los sistemas sanitarios no están dimensionados en términos de recursos para una infección de esta magnitud. Trabajamos desde casa plenamente habilitados en cloud, contando con todas las herramientas de vanguardia en teletrabajo, permitiendo videocall entre los distintos miembros del equipo y con clientes, así como acceso a nuestros terminales financieros”, añade Melwani.

 

Banco Sabadell vende a BNP Paribas su negocio de depositaría por 115 millones

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Pixabay CC0 Public DomainFoto: JuergenJM. industria

Banco Sabadell ha vendido su negocio de depositaría institucional a BNP Paribas Securities Services por un importe de 115 millones de euros. La operación generará una plusvalía neta de 75 millones de euros al banco español.

La operación forma parte de la estrategia que inició el banco hace un año para desprenderse de los negocios no esenciales del grupo para reforzar su solvencia sin la necesidad de ampliar capital. La entidad ya ha vendido su gestora de inmuebles Solvia al fondo Intrum, su promotora SDIN a Oaktree, y recientemente su gestora de fondos a Amundi.

El acuerdo prevé cobros adicionales posteriores al cierre sujetos al cumplimiento de determinados objetivos ligados al volumen de activos bajo depósito e ingresos por comisiones de los mismos.

El cierre de la operación está previsto en el segundo trimestre de 2021 una vez se obtengan las autorizaciones pertinentes, según ha informado este lunes la entidad a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

El negocio de depositaría institucional de Banco Sabadell incluía aproximadamente 22.000 millones de euros bajo depósito a finales del pasado ejercicio.

 

 

 

 

Lyxor lanza una gama de ETFs diseñada para contrarrestar el cambio climático

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Pixabay CC0 Public Domain. Bonos corporativos de mercados emergentes: una fuente de diversificación interesante

Lyxor ha anunciado el lanzamiento de una gama completa de ETFs diseñada para contrarrestar el cambio climático. Según la gestora, es el primer proveedor de vehículos indexados que pone a disposición del inversor todo un «ecosistema» de inversión de este tipo. La firma estrena esta nueva gama con estrategias de inversión ya registradas: Lyxor MSCI USA Climate Change UCITS ETF y Lyxor MSCI EM Climate Change UCITS ETF.

La gestora explica que estos ETFs, los primeros de este tipo en Europa, están diseñados para “ser coherentes con los objetivos de reducción de emisiones de carbono del Acuerdo de París de 2015”. Los inversores podrán acceder a las exposiciones de renta variable europea, estadounidense, de mercados emergentes y mundial de una manera sencilla, transparente y rentable. Dos de los ETFs, los anteriormente citados que invierten en mercados emergentes y Estados Unidos, empezaron a cotizar el 26 de marzo en Euronext (en euros), y también cotizarán en la Bolsa de Valores de Londres (London Stock Exchange) (en dólares) el 7 de abril. Según ha informado la gestora, “otros dos ETFs les seguirán en breve”.

Estos vehículos replican los índices de cambio climático del MSCI que tienen en cuenta los principales objetivos de los reglamentos de la Unión Europea sobre los índices de referencia de inversión como parte del Plan de Acción sobre la financiación del crecimiento sostenible de la UE de 2018. En este sentido, una parte esencial de este plan fue la creación de nuevos índices de referencia sobre la transición climática diseñados para ayudar a los inversores a reorientar su capital hacia carteras con una trayectoria de descarbonización coherente con los objetivos del Acuerdo de París. 

“Para construir estos puntos de referencia climáticos, el Grupo de Expertos Técnicos (TEG, por sus siglas en inglés) de la UE recomendó utilizar el escenario más ambicioso del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés), el de 1,5ºC («1,5ºC sin rebasamiento o con rebasamiento limitado»). Al hacerlo, propuso un marco normativo de requisitos mínimos para estos índices que implican una reducción de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero del 7% anual para lograr la neutralidad del carbono neto para 2050”, recuerdan desde la gestora. 

La mayoría de los principales índices de inversión implican actualmente aumentos de temperatura de unos 4° a 6° C de aquí a 2100, lo que podría significar el fin de la humanidad tal como la conocemos. Redistribuir los billones de dólares de estos índices que no cumplen con los objetivos medioambientales, es fundamental para el desafío que tenemos ante nosotros. A partir de abril de 2020, los creadores de los índices tendrán que revelar si sus índices de referencia más significativos están alineados o no con los objetivos de calentamiento del Acuerdo de París y más tarde podrán sugerir un plan alternativo. 

Los índices del MSCI sobre el cambio climático se diseñaron para cumplir con los principales objetivos de los puntos de referencia de la UE sobre la transición climática, incluida una reducción inmediata del 30% de la intensidad de carbono y una trayectoria de reducción absoluta de las emisiones del 7% anual, al tiempo que se reasigna el capital a los sectores y empresas que descarbonizan con más éxito. Se espera que su metodología cambie a la de los índices provisionales de transición climática de la UE sobre el cambio climático del MSCI para que se cumplan así todos los requisitos mínimos previstos en el Informe Final del TEG del 30 de septiembre de 2019. 

Estos ETFs aumentan la gama actual de fondos de Lyxor y marcan un hito en la misión de Lyxor de acelerar la transición a una economía más ecológica. “Lyxor es ya el único proveedor de ETF en Europa que ofrece inversiones que contribuyen directamente a cuatro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU. Este es el primero de una serie de lanzamientos, por parte de Lyxor, de ETFs relacionados con el clima a lo largo de este año. Para los inversores, el resultado final será el acceso al primer ecosistema de transición climática del ETF de Europa”, destacan desde Lyxor ETF. 

A raíz de este lanzamiento, Arnaud Llinas, responsable de Lyxor ETF e indexación, ha declarado: «Al revisar sus reglamentos sobre índices de referencia de inversión, la UE ha asignado a los gestores de inversión regulados de naturaleza pasiva un papel clave en la lucha contra el cambio climático. Los proveedores de ETFs tienen la oportunidad, y de hecho la responsabilidad, de ayudar a desplazar los billones de dólares ofreciendo productos sencillos y transparentes que cumplan los requisitos de la nueva regulación. Mediante la incorporación de esta gama única estamos proporcionando a los inversores aún más herramientas para lograr sus objetivos climáticos».

Banca europea: ¿víctima o parte de la solución en la crisis del COVID-19?

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Pixabay CC0 Public Domain. Banca europea: ¿víctima o parte de la solución en la crisis del COVID-19?

Todos los analistas y expertos coinciden en destacar que la salud del sistema financiero europeo, ahora mismo y frente a la crisis del coronavirus, es radicalmente diferente a cómo era en 2008. Sin embargo, ¿será una víctima de este nuevo shock o parte de la solución? 

En opinión de Justin Bisseker, analista de banca europea de Schroders, definitivamente, los bancos europeos entran en esta crisis en mejor estado de salud que al comienzo de la crisis financiera mundial de 2008-2009. “Los bancos tienen fuertes niveles de capitalización, fuertes reservas de liquidez, están viendo ahora una relajación en lugar de un endurecimiento de los requisitos reglamentarios, y son el conducto de apoyo gubernamental para las empresas y los individuos afectados. En nuestra opinión, el riesgo de que los precios de las acciones se desplomen mucho más, con una recapitalización forzosa impuesta a los accionistas, parece bajo

Es cierto que las caídas que las bolsas han experimentado estados dos últimas semanas han golpeado fuertemente a las entidades financieras cotizadas. En opinión de Bisseker, una caída prolongada puede obligar a los bancos más débiles a cancelar los dividendos y, en última instancia, a ampliar capital. “La relajación anunciada de las reservas de capital por parte de los bancos centrales de toda Europa es importante para ganar tiempo, pero es de esperar que en algún momento haya que reconstruir los niveles de capital. Para algunos bancos esto implicaría un deterioro de su capacidad de pagar dividendos y/o un aumento del número de acciones”, destaca. 

Débiles o no, algunas gestoras consideran, incluso aconsejan, una buena medida no pagar dividendos. Por ejemplo, desde Fidelity señalaban esta semana: “Animamos a los bancos a no distribuir dividendos hasta el año que viene debido a la extraordinaria gravedad del momento que vivimos”. Según interpreta, Romain Boscher, CIO global de renta variable en Fidelity International, al proporcionar la financiación que requieren los clientes, los bancos, trabajando junto a los gobiernos, tendrán un papel crucial que desempeñar para garantizar que las economías puedan recuperarse.

Parte de la solución

En este sentido, Fidelity International agradece y apoya los llamamientos de algunos reguladores europeos que solicitan que los bancos del viejo continente difieran temporalmente los pagos de dividendos hasta que disminuya la incertidumbre. “Si las perspectivas económicas se deterioran aún más, los aplazamientos pragmáticos crearán un amortiguador de capital adicional para que los bancos absorban los posibles choques financieros y reduzcan el riesgo de aumentos de capital altamente diluyentes. Sabemos que los dividendos juegan un papel inestimable en la economía, especialmente para los ahorradores a largo plazo, y esto no debe subestimarse. Es importante enfatizar que no estamos abogando por la cancelación de dividendos. Como gestores de activos, creemos que un aplazamiento de dividendos es lo mejor para los inversores y nuestros clientes, porque prioriza la estabilidad financiera en tiempos de incertidumbre y garantiza que los bancos están bien capitalizados y puedan ayudar a las personas y las pequeñas empresas como deberían. Por eso recomendaríamos que los bancos europeos actúen sobre esto ahora”, explica Boscher.

Esta es una medida que grandes bancos como Santander ya han anunciado, pero también algunos como Caixabank. La entidad española ha anunciado que va a modificar su política de dividendos y los objetivos de capital, para adaptarse al nuevo entorno y apoyar la recuperación de la economía. “En CaixaBank adoptamos todas las medidas necesarias para seguir estando al lado de nuestros clientes, accionistas, empleados y de la sociedad en general, ante la pandemia del coronavirus. Como banca socialmente responsable, nuestro compromiso nos lleva a buscar las mejores soluciones posibles para poder reactivar juntos la economía”, han subrayado a este respecto Jordi Gual y Gonzalo Gortázar, presidente y consejero delegado de la entidad, respectivamente.  

En esta línea, el último informe del equipo del sector financiero de Scope Ratings apunta que los bancos serán parte de la solución a la crisis económica del COVID-19. Marco Troiano, subdirector de instituciones financieras en Scope Ratings, afirma que este sector “será una pieza clave del rompecabezas mientras las autoridades buscan minimizar las pérdidas económicas a largo plazo”. 

Desde Scope Ratings argumenta cinco claves que, en su opinión, explican qué ocurrirá con los bancos en la crisis actual:

  • Los bancos podrían lanzar profit warnings a causa de la crisis del coronavirus
  • La reacción política a la crisis ha sido fuerte en lo que se refiere al sistema financiero, y puede que se fortalezca con el tiempo a medida que la magnitud del daño económico se haga evidente
  • El rápido deterioro del entorno operativo se traducirá en menores ingresos por la caída de volúmenes en todas las líneas de negocio 
  • No esperamos que la crisis aumente las probabilidades de que se tomen medidas regulatorias adicionales sobre la deuda bancaria senior
  • Es probable que los reguladores vean las fusiones de entidades como una forma de facilitar la salida del mercado de los actores más débiles

El impacto de la banca

En cuanto a estas perspectivas, en opinión de Bisseker, dependerán de: la duración del período de crisis del Covid-19, y del grado de respuesta de los gobiernos. “El primer punto es, por supuesto, por el momento desconocido. Sin embargo, hemos visto innumerables respuestas de los gobiernos anunciadas en toda Europa: aplazamientos del pago de impuestos, moratorias de la deuda, garantías de crédito, etc., para mitigar los efectos de la crisis. También hemos visto a los bancos centrales recortar los tipos de interés, reduciendo así el coste de los préstamos a corto plazo”, apunta. 

Para Bisseker lo que está claro que, aunque la banca sea clave en la futura recuperación económica, sufrirá el impacto de la crisis, pero no todos de la misma manera. “Algunos están mejor posicionados que otros para capear esta crisis y, por eso, la selección de acciones será fundamental a la hora de invertir en el sector. Los riesgos son claramente elevados, pero vemos una baja probabilidad de que se fuerce un rescate al sector”, matiza.

Desde Moody’s afinan algo más en su análisis y apuntan directamente a los sistemas financieros de Bélgica, Dinamarca, Holanda, Francia, Italia y España como los más vulnerables,  y por eso ha cambiado sus perspectivas sobre ellos de “estables” a “negativas”. 

“Moody’s espera que el entorno operativo de estos sistemas bancarios se deteriore significativamente como resultado de la crisis del coronavirus. La agitación económica y del mercado causada por la pandemia que deprimirá la actividad comercial y aumentará el activo de los bancos riesgo, lo que requerirá provisiones adicionales para pérdidas de préstamos. Como resultado, la rentabilidad disminuirá”, argumenta en su informe de marzo. 

El analista de banca europea de Schroders, Bisseker, sostiene que cuanto más larga y profunda sea la crisis y la caída de sus cotizaciones, mayor será el riesgo de que se vean afectados los beneficios y el capital de los bancos. Sin embargo, recuerda: “Una vez que veamos una recuperación, los ingresos por comisiones se recuperarán rápidamente. Los ingresos netos por intereses son más parecidos a las rentas y por lo tanto serán más resistentes a corto plazo. Sin embargo, a largo plazo, los tipos de interés más bajos continuarán erosionando los márgenes”.

Coronavirus: la situación es grave, pero no desesperada

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Pixabay CC0 Public Domain. Coronavirus: La situación es grave, pero no desesperada

Italia parece haber superado sus niveles máximos de personas infectadas y de fallecimientos. Y en otros países como Alemania, el Instituto Robert Koch habla de diez millones de personas que pueden contraer el coronavirus en los próximos meses salvo que las actuales restricciones sociales se cumplan de manera estricta. Por lo tanto, la situación es realmente grave, pero de ningún modo desesperada.

¿Cuál es la situación?

El caso de Asia muestra cómo se puede actuar. En China, el número actual de nuevas infecciones diarias está en torno a 20, aunque la mayoría de las personas que han dado positivo en las pruebas procedían del extranjero. Corea del Sur tiene asimismo actualmente la enfermedad bajo control, y lo mismo es aplicable a Singapur. Este hecho demuestra que las medidas adoptadas allí, que sin duda son muy estrictas, están funcionando. Sin embargo, en Europa y Estados Unidos el número de personas infectadas está creciendo exponencialmente. Una de las razones del rápido ascenso de las curvas es la reciente disponibilidad de un número suficiente de kits de prueba. Además, el periodo de incubación puede ser de una semana o más, de modo que las estadísticas continuarán provocando temor la próxima semana.

Después de ese momento es probable que la curva experimente un aplanamiento. Se puede esperar que las medidas adoptadas recientemente para evitar el contacto directo entre la población sean efectivas. Hasta que se conozcan y se preste atención a todos los pacientes, se deberán mantener y seguir los esfuerzos globales. Si esto es así, podremos erradicar el coronavirus. Existen indicios sólidos de que el virus regresará el próximo invierno, pero el mundo estará entonces mucho mejor preparado, y es muy probable que se le pueda hacer frente entonces con vacunas y medicamentos.

¿Cuánto tiempo falta para que podamos disponer de una vacuna?

Muchas empresas del sector de la atención sanitaria y la biotecnología están trabajando actualmente a toda velocidad en el desarrollo de una vacuna. No obstante, es probable que se requieran de 12 a 15 meses antes de que la vacuna esté lista. Otras previsiones más optimistas, pero no imposibles, contemplan que las primeras dosis estén disponibles en diciembre de este año. Sin embargo, el desarrollo de la vacuna solo es una cara de la misma moneda. La producción estimada de 100 millones de dosis de la vacuna para la población supone asimismo un enorme esfuerzo para el sector. Es positivo que no solo unas pocas empresas, sino que numerosas compañías estén trabajando en vacunas al mismo tiempo, con inclusión de los grandes líderes del mercado, que pueden desarrollar con rapidez las capacidades necesarias. Otro aspecto positivo es que el nuevo coronavirus apenas está sujeto a mutaciones en la actual situación, al contrario que la gripe estacional. Por lo tanto, es muy probable que la vacuna todavía sea efectiva en 2021.

El desarrollo y el uso de medicamentos también pueden contribuir a la lucha contra el coronavirus. Existen dos estrategias: en China, se está evaluando un medicamento desarrollado originalmente contra el ébola. Dicho medicamento inhibe la replicación del virus en el cuerpo humano. Otra idea parte de una base diferente. Para muchos pacientes no es la propia infección la causante de los mayores daños, sino un tipo de sobrerreacción del sistema inmune, en especial entre las personas de mayor edad. La esperanza reside en la detención de esta espiral, que no serviría para prevenir la enfermedad, pero sí para reducir significativamente su mortalidad.

Estos medicamentos se utilizan, por ejemplo, para tratar la artritis o el virus VIH, y las investigaciones iniciales sugieren que podrían resultar de ayuda frente al COVID-19. Unos progresos rápidos en este sentido resultan realistas porque los medicamentos ya se encuentran aprobados. Lo único que todavía resultaría necesario realizar son ensayos clínicos con la participación de varios cientos de pacientes en los hospitales. Si los medicamentos curan con rapidez y no se producen efectos secundarios, se podría contar con buenos datos clínicos en una fecha tan temprana como septiembre u octubre.

¿Cómo está reaccionando el sector de la biotecnología?

El sector de la atención sanitaria y la biotecnología tampoco es inmune al sentimiento y a las fluctuaciones generales del mercado. El cierre golpea a toda la economía global en una medida que nadie esperaba, con inclusión del sector de la atención sanitaria. Las cirugías que no resultan estrictamente necesarias se aplazan, pero el propio sector se encuentra relativamente estable. Los tratamientos para los pacientes de cáncer no se interrumpirán de manera repentina, y las enfermedades raras continuarán recibiendo la máxima atención. En comparación con los índices globales como el índice MSCI World, el sector de la atención sanitaria está resistiendo mucho mejor.

Sin embargo, una cosa está clara: las cifras empresariales de los dos próximos trimestres no serán buenas. Nadie sabe cuánto tiempo durarán las medidas temporales de las políticas globales, ni cuáles serán los efectos concretos que la actual crisis tendrá sobre los mercados. A pesar de ello, es bastante probable que la economía haya vuelto a la normalidad antes del verano de 2021. Por lo tanto, los inversores pueden ciertamente marcar la diferencia en esta situación: cualquier inversor que piense a largo plazo y que pueda superar los próximos meses verá que algunas empresas de calidad están disponibles actualmente a un precio mucho más atractivo que hace solo unas pocas semanas.

Tribuna de Rudi Van den Eynde, jefe global de Renta Variable Temática de Candriam

La utilidad de los factores ESG en los mercados de deuda emergente

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Pixabay CC0 Public Domain. La utilidad de los factores ESG en mercados de deuda emergente

Como activo, la deuda de los mercados emergentes (EM) ofrece a los inversores un potencial de crecimiento convincente y diversificación geográfica, de divisas, sectorial, de calidad crediticia y de vencimiento. Desde una perspectiva macroeconómica, y mientras el crecimiento de los mercados desarrollados sea bajo, las economías emergentes contribuyen con una proporción cada vez mayor al crecimiento del PIB mundial. Actualmente, representan el 40% del PIB mundial.

Junto con una evaluación minuciosa de las métricas financieras en la evaluación de los bonos de mercados emergentes, invertir en estos activos implicará riesgos políticos y jurisdiccionales adicionales. Es esencial entender todos los factores potenciales que podría afectar al perfil de emisor de crédito, especialmente dado que los países emergentes suelen tener menos flexibilidad financiera para soportar shocks externos. Un análisis robusto de los factores medioambientales, sociales y de buena gobernanza (ESG) es primordial cuando de invierte en deuda emergente.

En particular, prestamos atención a la trayectoria de estos factores, ya que influyen las perspectivas de los emisores soberanos y corporativos. El escrutinio ESG es un complemento muy importante a la investigación financiera tradicional, que ayuda a asegurar un mejor análisis de crédito y a tomar decisiones de crédito mejor informadas.

No se trata sólo de identificar y evitar los riesgos. El enfoque también es fundamental a la hora de fortalecer los casos de inversión y descubrir ganadores. La relevancia de los factores ESG para el análisis de crédito emergente está apoyada por la investigación. Los análisis de la OECD muestran una correlación entre el descenso de la desigualdad de ingresos y el crecimiento económico. Al observar las valoraciones de los bonos, los aspectos sociales de creciente desigualdad, los flujos migratorios o la escasez de recursos tienen potencial para intensificar las tensiones y aumentar los riesgos políticos y, como consecuencia, generar presión emergente sobre los bonos.

El Líbano ilustra muy bien estas dinámicas. El país ha estado bajo una fuerte presión económica, política y social en los últimos años. El crecimiento económico se ha desplomado y la deuda pública se ha disparado a niveles extremadamente altos. Los precios de los bonos gubernamentales actuales reflejan un riesgo muy alto de incumplimiento para final de 2021.

Por otro lado, las compañías que están siendo proactivas de cara al desarrollo ESG están siendo recompensadas por los inversores. De hecho, los análisis favorables de ESG puede ayudar a identificar potenciales outperformers de formas que la investigación de crédito tradicional puede fallar en reconocer.

Esto se evidencia en Uzbekistan, un país que ya ha sido aislado del mundo exterior pero donde se ha lanzado un programa de reforma de base amplia. Desde una perspectiva económica, el país ha liberalizado su régimen de tipos de cambio, ha adoptado un mecanismo de metas de inflación y ha lanzado un programa de reformas fiscales, entre otros. Además, también ha reducido el gran peso e influencia del estado en la economía. Las mejoras sociales y de gobierno también han sido significativas.

Desde mejorar su infraestructura regulatoria, aumentar la responsabilidad de las instituciones con los ciudadanos hasta hacer la educación más accesible. También ha trabajado para reducir la censura, corrupción y los abusos de los derechos humanos, así como para abrir sus fronteras. Las reformas están en proceso y aún quedan muchos desafíos por delante, pero los signos de progreso ya son evidentes. Los costes económicos han sido inevitables en el camino, pero el país ya ha comenzado un viaje más favorable y mejor recibido por los inversores en su primera emisión de Eurobonos en 2019.

Identificar los riesgos no relacionado con el balance que puedan afectar al valor de una inversión es una parte fundamental del proceso de investigación para los bonos tanto corporativos como soberanos. Esto es especialmente importante en el caso de los mercados emergentes donde el desarrollo positivo o negativo de los factores ESG puede tener un impacto significativo en el precio de los bonos. Los factores ESG no sólo traen una dimensión adicional a la señalización de los riesgos de inversión, sino que también ayuda a descubrir oportunidades de inversión que aún no se reflejan en el precio de los bonos.

Tribuna de Claudia Calich, directora de deuda de mercados emergentes de M&G Investments.

Emergentes, oro y acciones chinas: Invesco organiza 3 webinars para hablar de oportunidades de inversión

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Pixabay CC0 Public Domain. Oportunidades de inversión en los próximos webinars de Invesco

Invesco organiza tres webinars sobre diferentes temas de actualidad financiera donde ofrecerá a los inversores interesados toda la información relacionada con los mercados y diversas clases de activos.

La primera conferencia tendrá lugar el 31 de marzo a las 9:00 de la mañana. A cargo del equipo gestor del fondo Invesco Belt & Road Debt Fund, los expertos analizarán el mercado de renta fija asiática y de los mercados emergentes en general, así como el posicionamiento del primer fondo temático de renta fija centrado en la Nueva Ruta de la Seda.

Con una duración de 30 minutos, los interesados pueden registrarse a través del siguiente enlace.

El miércoles 1 de abril, de la mano de Paul Jackson y Chris Mellor, del equipo de ETFs, los inversores podrán asistir a un análisis de la situación macro global y de uno de los activos que mejor ha funcionado durante la crisis del coronavirus: el oro.

La conferencia comenzará a las 11:00 de la mañana y tendrá una duración de 30 minutos. El registro se realiza a través del siguiente enlace.

Por último, Invesco organiza, el 2 de abril a las 9:00 horas, un webinar donde analizará el mercado de acciones de Clase-A de China, cuyo comportamiento ha sido mejor que el resto de principales indicadores globales en marzo y en lo que va de año.

Con una duración de 30 minutos, el registro se realiza a través del siguiente enlace.

Impuestos en tiempos de coronavirus

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El sistema tributario de un país debería tener como única finalidad recaudar los fondos necesarios para que el Estado pueda funcionar y llevar adelante sus funciones básicas.

Esto es algo que explicamos en reiteradas ocasiones y que, era algo mundialmente aceptado hasta el advenimiento del comunismo primero y del nefasto concepto de “justicia social” más adelante.

Dado que todo impuesto restringe el derecho de propiedad de los individuos que conforman ese Estado, la recaudación impositiva debe necesariamente llevarse a cabo buscando causar el menor daño posible.

Así las cosas, en tiempo de crisis los impuestos deberían bajar y no subir.

Cuando los individuos se ven agredidos o amenazados por una situación de excepción, lo ideal no es que el Estado vulnere aún más sus derechos de propiedad, sino precisamente que el Estado haga lo posible para que esos individuos cuenten con mayores recursos para hacer frente a la crisis a la cual se están enfrentando. No son los Estados los que están en crisis, sino las personas y sus respectivos negocios.

Tan es así, que esto es de hecho lo que están haciendo los países más desarrollados del planeta. Y lo hacen aún a riesgo de perder recaudación y por ende aumentar sus déficits fiscales.

Italia fue el primer país que ante la crisis generada por el COVID-19 propuso una reducción significativa de impuestos.

Las medidas adoptadas al día de la fecha incluyen recortes en los impuestos que pagan autónomos y empresas (por el momento, 500 euros por un periodo de tres meses), reducción del impuesto a las sociedades para empresas activas en sectores afectados y eliminación de impuestos que gravan las tarifas correspondientes a los servicios públicos. En total, las medidas de auxilio suponen una inyección de 3.600 millones de euros.

En el caso de Estados Unidos, se postergó por tres meses el pago del impuesto a las ganancias (se abona el 15 de abril de cada año) y se están implementando reducciones a las cargas sociales, de manera que sus sueldos les lleguen de manera neta, sin ningún descuento.

Lo interesante es que, en los países con tasas de impuestos confiscatorias (i.e Argentina, Bolivia, etc.), una reducción de impuestos no solamente permitiría a los individuos afrontar la situación actual con mayores recursos, sino que la recaudación impositiva subiría y el déficit fiscal por ende se reduciría. Ello, debido a la reducción de la evasión fiscal y al aumento de la actividad productiva que tales medidas generarían.

Quien más claramente explicó esta relación entre impuestos y recaudación fue el economista y profesor universitario norteamericano Arthur Betz Laffer; y la verdad es que siempre es una buena ocasión para repasar sus enseñanzas.

Laffer & Reagan

El mayor mérito de Laffer fue expresar en un sencillo dibujo que todos pueden entender la teoría que defiende las ventajas macroeconómicas de las rebajas de impuestos.

En pocas palabras, las conclusiones a las que arribó Laffer fueron las siguientes: no por aumentar los impuestos, necesariamente un Estado va a recaudar más; A cierto nivel de presión fiscal, una baja de impuestos va a generar una mayor recaudación; y existe un punto óptimo donde se maximiza la recaudación sin ahogar a los contribuyentes.

Según la teoría del economista norteamericano, si los impuestos bajaran desde niveles muy elevados, la inversión, el empleo y el consumo aumentarían, y el Estado recaudaría más pese a que también aumentaría el dinero disponible de los ciudadanos. En este contexto, casi podría decirse que – asumiendo que un mínimo de impuestos hay que pagar para que el Estado funcione – el punto óptimo al que se refería Laffer alinearía de algún modo los intereses de recaudadores y contribuyentes.

Respecto a las contribuciones de Laffer, ya en 1978 participó en la redacción de la famosa “Propuesta 13”, la cual – aprobada por casi dos tercios de los votantes del Estado de California – redujo los impuestos sobre viviendas, negocios y granjas en aproximadamente 57%.

Con anterioridad a la Propuesta 13, el impuesto a la propiedad en California era casi del 3% del valor de mercado de estas; y no había límites al poder del Estado para aumentar la tasación de las propiedades o la tasa. En algunos casos, estas revalorizaciones variaban en un 50% o inclusive en un 100% de un año al otro, con el consiguiente aumento de los impuestos a pagar.

La Propuesta 13 llevó los valores de los inmuebles a los que tenían en 1976 y limitó la posibilidad de incrementar esos valores al 2% por año. Esto, entre otras cosas, permitió que los pagadores de impuestos pudieran estimar los tributos a pagar año a año al adquirir una vivienda.

Adicionalmente, la Propuesta 13 determinó que, a partir de entonces, cualquier aumento de impuestos estatales en California debía ser aprobado por dos tercios de los votos de cada una de las cámaras.

A Ronald Reagan, que para entonces ya se había pasado del Partido Demócrata al Partido Republicano, había sido dos veces gobernador de California y había perdido la nominación a la presidencia de los Estados Unidos por el Partido Republicano en 1976, la Propuesta 13 le pareció muy interesante y en la campaña electoral de 1980, que a la postre lo llevaría finalmente a la Casa Blanca, hizo de la rebaja de impuestos una de sus principales banderas.

¿Que sostenía exactamente Ronald Reagan por esa época?

Que los impuestos vigentes en Estados Unidos eran tan altos que disuadían de trabajar a muchos ciudadanos y que una menor presión fiscal daría a los individuos incentivos suficientes para trabajar, lo que provocaría una mejora de la actividad económica y eventualmente un aumento en la recaudación.

Antes de Reagan, ya el presidente Ford se había fijado en Laffer quien, en una reunión con su jefe de gabinete, Dick Cheney, le explicó las bondades de su teoría graficando su famosa curva en una servilleta del restaurante “Two Continents” que pasaría a la inmortalidad en las vitrinas de un think tank con sede en Washington.

Volviendo a Reagan, luego de un primer mandato marcado por la Guerra Fría con la Unión Soviética, la cual provocó un gran aumento en el gasto militar y por ende profundizó el déficit fiscal estadounidense, en su segundo mandato, Reagan formuló – junto con sus asesores – una reforma fiscal más equilibrada que tuvo un gran éxito. Y por efecto de la competencia fiscal de la que tanto hablamos, otros países, liderados por el Reino Unido de Margaret Thatcher, realizaron también importantes rebajas fiscales. En el caso del Reino Unido, por ejemplo, el impuesto a las ganancias que pagaban las corporaciones se redujo en 1988 al 25%, luego de tres bajas consecutivas.

Laffer fue precisamente uno de los miembros más destacados del Consejo de Asesores de Política Económica de la Casa Blanca en tiempos de Reagan.

La famosa curva

Como señalamos más arriba, Laffer tuvo el mérito de demostrar, de manera científica, algo que toda persona con sentido común sabe: llega un momento en que aumentar los impuestos genera irremediablemente una caída en la recaudación y que cuando un Estado tienen una presión fiscal muy grande, bajar esa presión fiscal va a implicar necesariamente un aumento de la recaudación.

¿Como lo demostró? A través de su célebre curva.

Gráficamente la “Curva de Laffer” es una “U” invertida, en un diagrama que coloca la presión fiscal en el eje de abscisas y la recaudación en el de ordenadas.

La curva parte del hecho de que cuando presión fiscal es igual a 0%, la recaudación pública es obviamente cero y que, cuando la presión fiscal es igual a 100%, la recaudación pública también va a ser cero.

Luego, utilizando como fundamento matemático el “Teorema de Rolle”, Laffer expresa que entre esos dos puntos habrá un tramo ascendente con niveles bajos de impuestos y otro descendente con niveles más altos donde habrá un máximo de recaudación, y tanto a la izquierda como a la derecha de este máximo la recaudación será menor que en el óptimo.

Encontrar ese punto óptimo donde se maximiza la recaudación es muy complejo, depende de muchos factores y varía de país en país, pero es también sumamente importante ya que representa el nivel de presión fiscal máximo que una sociedad puede tolerar sin que se comprometa la recaudación.

Más acá en el tiempo, otros países que se basaron en las teorías de Laffer a la hora de instrumentar rebajas impositivas fueron Canadá, Suecia e Irlanda.

De entre ellos, el caso de Irlanda es sin dudas el más resonante ya que – a través de bajas de impuestos – pasó de ser tener un déficit del 32%, transformarse en el primer país de la zona euro en entrar en recesión y pedir un bailout de la Unión Europea de 85.000 millones de euros en 2010, a postear estos números en 2015:

2,6% de aumento del número de empleos

4,5% de aumento en el consumo personal de bienes y servicios

8,2% de aumento en las ventas en comercios minoristas; y

26,3% de incremento del PBI.

Prognosis conclusiva

Todo impuesto implica privar a un individuo de parte de su propiedad privada contra su voluntad.

Los impuestos, por ende, deben ser lo más bajos que sea posible para que el Estado funcione y nunca deben llevar a que el propio individuo vea sus necesidades básicas insatisfechas por culpa del pago de impuestos.

En situaciones extremas, y como las necesidades de los individuos aumentan, los impuestos deben bajar.

En el caso de países con impuestos bajos o medios, es posible que esa baja genere un aumento en el déficit fiscal.

En el caso de infiernos tributarios, como son la mayor parte de los países de América Latina, las mismas rebajas impositivas van a generar un aumento de la recaudación, aunque el foco ahora no debería ser ese sino llevar alivio a los castigados pagadores de impuestos.

 

Martín Litwak es fundador y CEO de la firma @UntitledLegal, una boutique de servicios legales especializada en fondos de inversión, finanzas corporativas, planificación patrimonial internacional, intercambio de información y amnistías fiscales y, a la vez, el primer “Legal Family Office” de América. Por otro parte, Martín es autor del libro “Cómo protegen sus activos los más ricos (y por qué deberíamos imitarlos)”.