Julius Baer vende sus operaciones de las Bahamas a la firma de wealth management Ansbacher

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CC-BY-SA-2.0, FlickrCentro de Nassau. ,,

Julius Baer anunció en un comunicado que alcanzó un acuerdo de venta de sus operaciones en las Bahamas con la firma de wealth management Ansbacher Limited el pasado 30 de abril. Según la nota, el grupo había anunciado en febrero pasado su intención de cerrar su booking centre de Nassau en el marco de un programa de eficiencia y productividad.

«Ansbacher va a adquirir el Julius Baer Bank (Bahamas) Ltd., con unos 1.000 millones de CHF bajo administración, al Julius Baer Group LTD. por una suma que no se ha dado a conocer. Se espera que la transacción se cierre en la segunda mitad de 2020, sometida a las condiciones del intercambio que incluyen la aprobación regulatoria», señala la nota.

En este contexto, la retirada de Julius Baer de las Bahamas puede producirse un poco antes de lo que estaba planificado, pero desde la firma se anuncia que se garantizará el normal desarrollo de las operaciones para preservar tanto el interés de los clientes como el del staff.

Ansbacher es una firma basada en Nassau y especializada en wealth management, banca privada y servicios fiduciarios; La compañía es propiedad del grupo basado en las Bahamas A.F. Holdings Ltd., con 11.000 millones de dólares de activos bajo administración y 230 millones en capital total. Se trata del mayor y más diversificado grupo financiero de las Bahamas.

El banco suizo Julius Baer contaba a finales de 2019 con 426.000 millones de CHF en activos bajo administración. La entidad está presente en 25 países y tiene su sede principal en Zúrich.

 

 

En busca de la resiliencia

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Pixabay CC0 Public DomainFoto: Mahkeo. Foto: Mahkeo

Nos enfrentamos a una época sin precedentes. Los gobiernos han sumido las economías en una grave recesión deliberada y comprensiblemente o, en palabras del primer ministro australiano, en “hibernación”, con su combinación de medidas de distanciamiento social y confinamiento. El efecto para el producto interior bruto (PIB) resulta difícil de cuantificar, pero será ingente, incluso en comparación con los niveles de la crisis financiera: se habla de caídas del PIB superiores al 10% en el segundo trimestre y aumentos inauditos del desempleo.

Afortunadamente, numerosos gobiernos ya han comenzado a anunciar medidas de gran envergadura, tanto para proteger a las compañías como para brindar liquidez a los ciudadanos que la necesiten. El gobierno del Reino Unido pagará el 80% de los salarios de quienes no puedan ir a trabajar y Estados Unidos ha aprobado un paquete valorado en 2 billones de dólares. Lamentablemente, si bien los países europeos están actuando a título individual —destaca, Alemania—, está tardando en llegar una respuesta vigorosa de la Unión Europea.

Las reacciones de los gobiernos y los bancos centrales parecen haber calmado el pánico financiero y deberían contribuir a esquivar una crisis financiera. Los mercados han respondido favorablemente desde sus mínimos del 23 de marzo. Sin embargo, ni siquiera las medidas más extremas que tomen los gobiernos evitarán el desplome este año de los beneficios de las compañías ni el aumento del endeudamiento de personas físicas, compañías y gobiernos. Esa deuda tendrá que devolverse, condonarse o refinanciarse, con su consiguiente aumento en este último caso, y ninguna de estas opciones resulta especialmente favorable para el mercado bursátil. Centrándonos en las compañías, muchas ya presentaban un apalancamiento elevado al comienzo de esta crisis, hinchado tras una década de financiación barata. Es muy posible que se vean afectadas por dos frentes en sus cocientes de deuda neta con respecto al EBITDA según aumente el numerador y descienda el denominador. Ni siquiera las medidas más ambiciosas de los gobiernos evitarán una oleada de dificultades financieras.

Es posible que el sufrimiento no haya acabado para el mercado

Aunque la corrección del 35% del índice MSCI World desde su máximo del 19 de febrero hasta su punto más bajo del 23 de marzo fue estridente, si nos fijamos en el conjunto del primer trimestre, el mercado “solo” ha descendido un 21%. Si suponemos que los beneficios del mercado en 2021 terminarán siendo iguales que los de 2019 —es decir, dos años de crecimiento perdidos—, resultaría sencillo explicar un descenso aproximado del 20% desde comienzos de año, incluso sin reparar en los efectos a largo plazo de la disrupción y el aumento de la deuda. No somos estrategas “top-down”, pero unos beneficios que en 2021 se sitúen en el nivel de 2019 no parece un resultado particularmente conservador. El mercado parece haber pasado de una visión de rápido descenso en forma de V a una evolución algo más prolongada, pero aún no queda claro que haya descontado todo el potencial negativo de la crisis. También es importante tener en cuenta que el mercado presentaba valoraciones elevadas a comienzos de año: el índice MSCI World multiplicaba por 17 las que por entonces eran las previsiones de beneficios para los siguientes 12 meses. Dudábamos al inicio del año de que fueran a alcanzarse esos beneficios y ahora resulta evidente que no se lograrán.

La crisis puede ser otro factor impulsor para los factores ESG

Es cierto que hay quien apunta que los factores ESG son una moda de los mercados alcistas, algo que está bien tener, pero que desaparecerán a medida que los inversores traten de apagar otros fuegos. No creemos que este sea el caso. Existen evidencias preliminares que apuntan que los fondos ESG han continuado recibiendo flujos a pesar de las salidas de capitales que ha registrado la renta variable en general. Además, los fondos ESG se han anotado recientemente rentabilidades relativas muy positivas. Creemos que los factores ESG no se diluirán, pues consideramos que son importantes. De hecho, pensamos que es más probable que la crisis actual lleve a los factores sociales (por ejemplo, el trato de las compañías a sus empleados, la salud y la seguridad, la remuneración y la seguridad en el puesto de trabajo) a escalar posiciones en la lista de prioridades y comience a definir un patrón económico y social más sostenible. Al fin y al cabo, los gobiernos están destinando ingentes cantidades de recursos a mantener las compañías a flote, por lo que es probable que exijan ciertas contrapartidas en los próximos años, en especial, habida cuenta de su reciente gusto intervencionista.

Las ventajas de la calidad

Afortunadamente, consideramos que nuestras carteras globales presentan una calidad muy superior al mercado, como ilustra su menor participación de las pérdidas de nuevo este trimestre, como ya hicieron en 2008, 2011, 2015 y 2018. En el trimestre, las carteras cayeron entre un 12,9% y un 14,1% en dólares, frente al 21% que cedió el índice MSCI World. Este rendimiento relativo positivo responde a la decente evolución también relativa trazada en los últimos años. Incluso tras el descenso de este trimestre, nuestra estrategia global principal generó un rendimiento compuesto en el entorno del 8% anual en dólares con respecto a los tres últimos años y al 9% frente a los cinco últimos años hasta el 31 de marzo de 2020. Por su parte, el índice solo ha logrado entre un 2% y un 3% en ambos periodos. Dada la solidez del dólar, las rentabilidades absolutas han sido más robustas en otras monedas.

Análisis de los efectos para la cartera

Nuestro constante hincapié en compañías con activos intangibles sólidos, en especial, marcas y redes, es indicativo de su capacidad para fijar precios y, al combinarse con ingresos recurrentes, el resultado son beneficios más resilientes en épocas complicadas. Sin embargo, esto no significa, lamentablemente, que las empresas de nuestras carteras sean inmunes a lo que está pasando. Como consecuencia, analizamos en tres claves los efectos de la crisis para los sectores y compañías concretas.

  • En primer lugar, las repercusiones directas de la COVID-19 y las medidas adoptadas para controlar su propagación, por ejemplo, la suspensión de los viajes y la hostelería o el aplazamiento de las operaciones no urgentes en los hospitales, así como el aumento de la demanda en ámbitos como la venta al por menor de alimentos, productos desinfectantes y software. También nos enfrentamos a los efectos de los cierres integrales —o hibernaciones— en algunos lugares.
  • En segundo lugar, tenemos las consecuencias indirectas del desplome económico resultante en todo el mundo.
  • En tercer lugar y podría afirmarse que con una menor prioridad de inmediato, cómo cambiará el mundo una vez se supere definitivamente la crisis y cómo afectará tanto a los sectores como a cada compañía. Si bien es demasiado pronto para albergar posturas definidas al respecto, debemos percibir que los nuevos emisores en que nos planteemos invertir no se verán comprometidos en la nueva era.

Siempre nos hemos concentrado en el segundo conjunto de efectos, asegurándonos de que nuestras posiciones presenten una resiliencia relativamente mayor en épocas complicadas. Así pues, buena parte de la nueva labor del equipo se ha centrado en los efectos directos concretos de la COVID-19, los primeros según los mencionábamos antes, suponiendo unos tres meses de confinamiento y un periodo más prolongado de distanciamiento social, combinándolos acto seguido con los efectos de una recesión profunda que llegue a 2021. Afirmaríamos que se trata de un supuesto bastante conservador. Cabe destacar que también hemos puesto a prueba la resiliencia de nuestros emisores ante situaciones de tensión mucho peores, por si se prolongan los confinamientos. Es crucial señalar que los balances de nuestras compañías se muestran resilientes incluso en los supuestos más complicados, algo que no creemos que vaya a ser el caso para el conjunto del mercado.

Por otra parte, es importante destacar que el dólar se ha revalorizado frente a todas las demás monedas, en especial, de la esfera emergente. Dicha evolución supondrá un obstáculo para aquellas compañías cuyos ingresos se encuentren expuestos a ámbitos depreciados, aunque también podría ofrecer una oportunidad a las compañías cuyas cotizaciones se hallen denominadas en monedas en proceso de devaluación.

Combinar la COVID-19 y la recesión incide en nuestra hipótesis conservadora y, ajustando las divisas a su valor de mercado, los valores razonables de la mayoría de nuestras posiciones caen entre un 0% y un 15% en USD. Se trata de caídas inferiores a los descensos de sus cotizaciones, lo cual significa que las carteras globales albergan un potencial alcista ligeramente mayor que a comienzos de año, incluso en caso de una recesión global profunda.

Análisis de sectores clave

El 80%-85% de nuestras carteras globales se centran en los sectores de consumo estable, tecnologías de la información o atención sanitaria. A continuación, abordamos más detalladamente cada uno de ellos.

Consumo estable

Los emisores de consumo estable han vuelto a demostrar su valía ante una recesión. No hay duda sobre la naturaleza defensiva del sector, por lo que el patrón de rentabilidad en este ámbito ha respondido a las circunstancias concretas y los efectos directos de la COVID-19, el primero de los conjuntos de repercusiones a los que nos referíamos más arriba. El comercio minorista de alimentos, un ámbito que evitamos dados los bajos márgenes y la falta de retorno sobre el capital operativo, ha salido bien parado del desenfreno en las compras. Esta positiva evolución también ha llegado a los fabricantes de alimentos, que no tenemos, así como a las compañías dedicadas a productos de higiene para el hogar y el cuidado personal, en las que sí invertimos.

En el otro extremo del espectro del consumo estable, hallamos el sector de las bebidas, naturalmente sometido a presión ante el cierre de bares y restaurantes en numerosos países. El negocio en locales representa el 40% de las ventas de las compañías de bebidas con alcohol y refrescos que poseemos. Por otra parte, el ámbito de la belleza es relativamente discrecional y, en su segmento de lujo, depende en parte del sector de los viajes, también afectado; sin embargo, la sólida plataforma de comercio electrónico con la que cuenta cierta compañía francesa de cuidado personal en que invertimos supone un buen contrapeso. Lo que sí resulta extraño es que el mercado haya tratado hasta la fecha el ámbito del tabaco de forma similar al de las bebidas, si bien consideramos que se encuentra mucho menos expuesto a las medidas de distanciamiento social en vista de los patrones de consumo.

Tecnologías de la información

Los servicios de software e informática dominan las posiciones de la cartera correspondientes a tecnologías de la información. Nuestra tesis en este sentido es que los parámetros económicos, concretamente, del ámbito de software deberían ser relativamente defensivos en una recesión. En la crisis financiera global, sus beneficios aguantaron tan bien como los de consumo estable y atención sanitaria.

Hay razones para creer que el ámbito de software debería mostrar incluso mayor solidez en este momento, dada el alza de ingresos recurrentes gracias a las suscripciones a “software como servicio” en la nube, con mayor fidelidad que las ventas de licencias. Como ejemplo, cabe destacar que la compañía de software multinacional europea en que invertimos encaró la crisis financiera global procediendo tan solo el 50% de sus beneficios brutos de negocio recurrente, llegando la mayor parte del resto de licencias de software, que cayeron un 25%. Este dato es actualmente hasta del 80%. El ámbito de software efectivamente salvó los muebles en el primer trimestre, cediendo tan solo un 5%, impulsado por el sólido comienzo del año antes del azote de la crisis. La tecnológica estadounidense multinacional en que invertimos no ha registrado variaciones desde comienzos de año, impulsada por el aumento de la demanda de sus productos en la nube.

El segmento de servicios informáticos (que cedió un 17% en el primer trimestre) es ligeramente más cíclico que el de software, pero menos que el resto de tecnologías de la información. Como es evidente, los proyectos de consultoría de la multinacional irlandesa de servicios profesionales en que invertimos son más discrecionales y de menor duración que los ingresos de software de la tecnológica estadounidense citada. Dicho esto, la compañía de servicios profesionales facilitó información reconfortante: prevé que sus ingresos evolucionen de forma prácticamente plana en términos interanuales durante los dos próximos trimestres y que sus márgenes no se vean afectados por la crisis. Todavía está por ver si esta perspectiva resultará demasiado optimista dado el reciente confinamiento de India, donde se encuentra una tercera parte de su personal, si bien las medidas para digitalizar y desarrollar herramientas de teletrabajo y colaboración para empleados y clientes resultarán positivas para la compañía.

Por otra parte, también en el ámbito de servicios informáticos, los negocios principales de las dos compañías de servicios financieros que mantenemos parecen perfectamente sólidos, si bien ambas se enfrentan a problemáticas específicas relacionadas con la COVID-19. La suspensión de los viajes internacionales está afectando al lucrativo negocio transfronterizo de la compañía de pagos, que supone el 30% de sus ingresos, si bien el viraje hacia las operaciones en línea puede resultar positivo; por su parte, el negocio de adquisición de comerciantes de la compañía de servicios financieros que mantenemos se enfrenta a riesgos de disrupción a corto plazo por las dificultades existentes en el comercio minorista no de alimentos. Cierto proveedor estadounidenses de servicios de gestión de nóminas se encuentra más expuesto a los riesgos cíclicos del segundo conjunto que mencionábamos antes, pues se ha visto afectado por los temores a que el empleo se desplome en Estados Unidos, al depender sus ingresos de las personas que trabajan en pequeñas y medianas empresas; así las cosas, la naturaleza y la magnitud del paquete de rescate económico en dicho país serán claves.

Atención sanitaria

Las carteras globales se concentran en los ámbitos de equipos médicos y ciencias de la vida del sector, que se enfrentan a menos riesgos políticos y a menos vencimientos de patentes. Como sucede con el ámbito del consumo estable, no se cuestiona el carácter defensivo del sector, que ha demostrado durante la crisis actual al caer solo un 11% frente al 21% del índice MSCI World.

El factor que complica la cuestión es el efecto directo de la COVID-19 en el sector hospitalario. Las operaciones no urgentes se están cancelando en numerosos países, en previsión de la presión por las infecciones por coronavirus. Esta evolución no resulta positiva para los partícipes del ámbito de los dispositivos médicos, pues ahora se sustituye un número menor de rodillas y otras partes del cuerpo. Afortunadamente, nuestras posiciones están escoradas hacia los consumibles, por ejemplo, agujas o bolsas estériles. Cierta compañía estadounidense dedicada a los dispositivos médicos y la atención sanitaria en que invertimos se muestra ligeramente más vulnerable, pues el 40% de sus ingresos proceden de los bienes de equipo u otras áreas aplazables, pero al menos el 20% de sus ingresos proceden del ámbito del diagnóstico, que es de esperar que sea vea impulsado por un gran número de ventas de su prueba rápida de COVID-19.

Conclusión

Nuestras carteras globales versan sobre resiliencia. Contamos con un equipo resiliente que trabaja con gran eficacia desde casa y con un proceso de inversión asimismo resiliente con el que comprobamos que las compañías incluidas en nuestras carteras serán capaces de seguir revalorizándose y evitar destrucciones permanentes de capital; también contamos con carteras resilientes, puede que lo más importante, que de nuevo han logrado registrar menos pérdidas en épocas complicadas.

 

 

Columna de William Lock, responsable del equipo International Equity, y Bruno Paulson, Managing Director, en Morgan Stanley Investment Management.

 

 

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Argentina: sólo el agro y la tecnología se salvan del impacto económico del coronavirus

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El último informe del Centro de Estudios de la Nueva Economía (CENE) de la Universidad de Belgrano sostiene que la actividad agropecuaria y los servicios tecnológicos son los menos afectados por el impacto económico de la pandemia de COVID-19 en la Argentina, mientras que la industria, el comercio y el resto de los servicios sienten todo el efecto de la crisis. 

“El sector agropecuario permanece inmune a la parálisis económica que la cuarentena impuso a la mayor parte de la actividad. Las variaciones en su producción, de hecho, tienen más que ver con las condiciones climáticas, que no fueron óptimas. Se espera una cosecha de soja cercana a 50 millones de toneladas, un 10% por debajo de la campaña anterior. Otros 50 millones de toneladas se proyectan para el maíz, con una merma del 12%. En tanto, la cosecha de trigo cerró con un nivel récord, cercano a 20 millones de toneladas. Se espera, además, que el impacto sobre las actividades de comercialización y exportación sea mínimo”, señala Víctor Beker, director del CENE.

“Por el contrario, el peso de la crisis se hace sentir sobre las actividades industriales y comerciales. La construcción se encuentra paralizada. Ello implica más de 200.000 puestos de trabajo directos afectados. La industria manufacturera cayó un 6,4% en marzo pasado, en comparación con igual mes de 2019, y se esperan peores guarismos para abril. Las mayores caídas correspondieron a la producción de minerales no metálicos, la siderurgia y la producción automotriz, mientras la producción de alimentos tuvo un mejor desempeño relativo”, continúa el economista.

“En materia de servicios, tenemos una abrupta división entre las actividades que no requieren de una presencia en el lugar de trabajo y las que sí lo necesitan. Las primeras, salvo las farmacias y los supermercados, tuvieron un desplome total en su actividad. Por el contrario, florecieron aquellos servicios que pueden prestarse de manera remota a través de Internet. La reconversión de la oficina presencial en home office permitió la supervivencia de muchas empresas e incrementó la demanda de los servicios necesarios para ello”, indica el experto.

“La CEPAL hizo una primera estimación que pronostica una merma del PBI de Argentina del 6,5 por ciento para este año. Lo más preocupante es la enorme factura social que deja la pandemia y de la cual difícilmente el Estado pueda hacerse cargo en su totalidad. Hay un total de 8 millones de trabajadores con precariedad de ingresos y riesgo de discontinuidad laboral. A ello deberán sumarse los puestos de trabajo formales que desaparecerán a lo largo de estos meses de inactividad empresaria. Un audaz y vigoroso programa de reactivación productiva parece ser la única opción para enfrentar las negativas consecuencias sociales y económicas que dejará el coronavirus en nuestro país”, completa el director del Centro de Estudios de la Nueva Economía de la Universidad de Belgrano.

 

Expertos analizaron condiciones tributarias en Argentina y Uruguay para inversiones en el exterior

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CC-BY-SA-2.0, FlickrMontevideo. ,,

Con la presencia de cientos de ejecutivos, empresarios e inversores, se llevó a cabo la conferencia virtual titulada “Tributación en Argentina y Uruguay. Inversiones en el exterior”, organizada por CFA Society Uruguay junto a CFA Society Argentina, KPMG, WTC Montevideo Free Zone y World Trade Center Punta del Este.

La actividad  tuvo como objetivo abordar el tratamiento impositivo de inversiones fuera de fronteras para residentes uruguayos y argentinos, así como las condiciones impositivas para adoptar la residencia fiscal a nivel local y en el país vecino. 

“Contribuir con eventos de calidad y actualidad para nuestros miembros, el sector financiero y el sector empresarial en general, es parte fundamental de nuestra misión. Los temas tributarios han pasado a tomar un rol central a la hora de tomar decisiones de inversión, cobrando gran relevancia en el mundo y en la región”, expresó al dar la bienvenida al evento Bárbara Mainzer,  presidenta de CFA Society Uruguay, que forma parte de CFA Institute, la principal asociación de profesionales de inversión del mundo.

Los oradores a cargo de la actividad, el director, Tax & Legal de KPMG Uruguay, Dr. Jorge Bentancur; el Socio Tax & Legal de KPMG Uruguay, Cr. Gustavo Melgendler;  el gerente Senior, Tax & Legal de KPMG Argentina, Cr. Pablo Coccorullo; y el Socio Tax & Legal de KPMG Argentina, Cr. Rodolfo Canese Méndez, fueron los encargados de analizar cómo la presión tributaria y la complejidad de los sistemas impositivos se han incrementado, pasando a tener un rol prioritario en la planificación financiera.

Los expertos uruguayos iniciaron la jornada desarrollando el tratamiento tributario a nivel local de rendimientos y activos del exterior, explicando cuál es el sistema de imposición de rentas extranjeras según el tipo de renta o activo, tanto para residentes como no residentes, brindando ejemplos de rendimientos del capital mobiliario en el exterior, así como de las inversiones realizadas a través de entidades en jurisdicciones de Bajo o Nula Tributación (BONT) y no BONT. 

Melgendler indicó que se produjo un “cambio en la legislación nacional a partir del año 2011, que determinó que el rendimiento de capital mobiliario en el exterior se empezara a gravar al 12%, con el beneficio para quienes tomen la residencia uruguaya”, que comenzarían a pagarlo a partir del sexto año. En cambio,  “el rendimiento de capital inmobiliario y los incrementos patrimoniales en el exterior no están gravados, al igual que el Impuesto al Patrimonio”, agregó.

Por su parte, los expositores argentinos realizaron un resumen comparativo del tratamiento tributario en ambos países, analizando la importancia de contar con la residencia fiscal en Uruguay, cómo se obtiene, cómo se procede en caso de tener doble residencia fiscal y los diversos aspectos de las recientes reformas aplicadas por la administración argentina en la materia.

“Con una creciente presión tributaria y niveles de información en aumento, el panorama impositivo en Argentina se presenta cada vez más complejo, obligándonos a entenderlo en detalle y a estar al día con las novedades fiscales. Por ello, se observa un escenario de grandes riesgos de cumplimiento y posibles sobrepago de impuestos, pero a la vez, de grandes oportunidades para planificar y hacer más eficientes las inversiones”,  explicó Coccorullo.

Entre los factores positivos, resaltaron la eliminación del Impuesto a las Ganancias a los Títulos Públicos, Fondos Comunes de Inversión y las Obligaciones Negociables de Argentina negociados en el país; la eliminación parcial del Impuesto a las Ganancias sobre el rendimiento a los Títulos Públicos y las Obligaciones Negociables de Argentina negociados en el exterior y del impuesto cedular que restringía el cómputo de quebrantos de diferentes especies. Además, se eliminó el Impuesto a las Ganancias a Inversiones en pesos, pero se mantuvo por 2019 la opción de imputar al costo el interés obtenido por los Títulos Argentinos.

Entre los aspectos negativos, en tanto, se destacaron el incremento significativo del Impuesto sobre los Bienes Personales, el incremento de la alícuota  del Impuesto a las Ganancias a Plazos Fijos en moneda extranjera y el cambio del concepto de residencia para Bienes Personales. Por otra parte, se mantuvo el Impuesto cedular para Dividendos, Enajenación de valores en el exterior y Venta de Inmuebles, mientras que se incorporó el Impuesto PAIS del 30% a erogaciones en moneda extranjera y nuevos conceptos al Impuesto sobre los Bienes Personales: Bienes en expectativa, Elusión y/o evasión.

Acerca del proyecto del Impuesto Patriótico, que también forma parte de la reforma, Canese señaló que “según versiones periodísticas y un borrador que hemos visto, lo van a aportar aquellos que tienen un patrimonio superior a tres millones de dólares”.

Al finalizar la conferencia, se abrió un espacio de preguntas en el que los asistentes plantearon sus dudas, que fueron abordadas entre los cuatro oradores.

 

 

Cultura y creencias como pilares para invertir en 2020, con Raúl Mateos de Willis Towers Watson

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La idea de que las gestoras de activos se enfrentarán en los próximos cinco-diez años a un crecimiento más débil de sus ingresos, así como a la contracción de los márgenes, es evidente, defiende Raúl Mateos, responsable de Advisory, Investments en Willis Towers Watson, en un artículo de la revista número 17 de Funds Society España.

Ante un escenario de cambios reales, se debería encontrar el equilibrio en una adecuada valoración del futuro tanto inmediato como lejano. El mejor modo de aproximarse a este futuro es con previsión, evitando enfrentarse a los cambios de forma pasiva.

Así, para poder alcanzar el éxito debe construir su futuro desde una perspectiva “de adaptación al cambio”, así como de estabilidad.

En su artículo, ofrece seis claves de éxito para las gestoras: una fuerte cultura (los inversores institucionales anhelan una cultura de profesionalidad, donde la lealtad al cliente se convierta en uno de los valores principales), compromiso tecnológico (compromiso con el tiempo e inversión necesarios para contar con mejor tecnología), líderes expertos en tecnología (importancia de contar con personas versátiles y bien cualificadas), modelos de negocio bien posicionados; reconocimiento de sus factores diferenciales; y liderar con el cambio. En resumen, cultura y creencias como pilares clave.

Puede acceder al artículo completo en este pdf.

Caída en el mercado del petróleo: ¿ha tocado techo la demanda?

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Foto cedidaMark Lewis, director global de análisis de sostenibilidad de BNP Paribas Asset Management. Caída en el mercado del petróleo: ¿ha tocado techo la demanda?

El fracaso de la OPEP+, la lucha de poder entre Arabia Saudita y Rusia, los números rojos y la mayor caída de la demanda que se ha visto en la historia: en tan solo un mes y medio, a los mercados petroleros se les han acumulado una serie de turbulencias únicas, agravadas por la crisis sanitaria actual. Mark Lewis, director global de análisis de sostenibilidad de BNP Paribas Asset Management, considera que el hecho de que los precios del petróleo se hayan vuelto negativos por primera hará que los inversores comiencen a perder la confianza hacia este mercado. Por ello, se pregunta si ya ha tocado techo la demanda.

“La pandemia ha exacerbado aquellas presiones estructurales a largo plazo que ya sufrían los mercados petroleros a nivel mundial, como el endurecimiento de las normativas climáticas, la mejora de la competitividad de las renovables y la mayor preocupación hacia la calidad del aire”, asegura en un webcast celebrado recientemente por la gestora. En su opinión, algunas de esas presiones temporales se volverán permanentes a raíz de los cambios de comportamiento que provocará el coronavirus, como el aumento del teletrabajo o la reducción de los viajes en avión.

Además de la descentralización o la digitalización, para Lewis, una de las tendencias más claras en el sistema energético global es la “descarbonización”, que ha ido creciendo desde la firma del acuerdo de París en 2015. Impulsada por factores como el movimiento de jóvenes activistas por el clima liderado por Greta Thunberg, ya se está empezando a hacer visible con las medidas de algunos gobiernos dirigidas a alcanzar el “cero neto” de emisiones en 2050, por ejemplo.

Energías renovables competitivas

Aun así, la más importante de todas estas tendencias es, a su juicio, la deflación en las energías renovables: “Sus costes han estado cayendo tan rápido en los últimos 5 años que ya nos encontramos en un mundo completamente nuevo en el que pueden competir con las energías fósiles sin la necesidad de subsidios”. Esto, destaca, no ocurrió en la crisis que sufrió el mercado del petróleo en 2009 o 2015, ya que en ambos casos las renovables todavía dependían relativamente de él. “Pero, ahora, son competitivas”, insiste.

Demanda petróleo - BNPPor otro lado, revela que de aquí a 2040 el crecimiento de la demanda de energía provendrá, en gran medida, de los mercados emergentes, con India y China a la cabeza; mientras que se espera un descenso generalizado en los países de la OCDE. “En Asia y el sudeste asiático en particular, existe una clara necesidad de mejorar los estándares de vida a través del incremento en el consumo energético, pero sobre todo de reducir la contaminación para evitar ese apocalipsis del aire que está provocando la muerte de miles de personas”, dice Lewis.

A esto se une el hecho de que existe una gran dependencia energética en esos países: las importaciones suponen el 60% del consumo de petróleo en China, y un 80% en India. “China ya es una súper potencia e India está en camino, por lo que deben encontrar otras formas de satisfacer la demanda sin depender de una materia prima tan estratégica”, apunta.

¿El pico de la demanda?

Al analizar las circunstancias que rodean al colapso de la demanda, Lewis incide en las características del petróleo de esquisto estadounidense, la mayor fuente de crecimiento de la oferta de crudo en la última década. En ese sentido, destaca que afronta una “crisis existencial”, ya que, ni siquiera cuando los precios del barril han sido elevados, ha logrado registrar flujos de caja positivos. Esto se debe a que se trata de una industria de capital intensivo: las caídas que sufren los pozos de esquisto son muy superiores a las de los convencionales y hay que seguir perforando para mantener el flujo de petróleo.

Flujos de caja petróleo - BNPEl problema es que, en el momento actual, se está produciendo demasiado petróleo para un mercado con un exceso de oferta ya de por sí. “Inicialmente, los inversores estaban felices de financiarlo por su crecimiento exponencial, pero puede que ya no sean capaces”, advierte.

Con todo, Lewis hace hincapié en que en las últimas semanas se ha alcanzado la mayor caída de consumo de petróleo de la historia y se espera que en abril se alcance un mínimo histórico en la demanda. En concreto, la Administración de Información Energética de Estados Unidos (EIA) prevé un descenso de 18 millones de barriles diarios, cifra que la IEA aumenta hasta los 29 millones. Ambos organismos consideran que esta caída se recuperará a finales de año alcanzará los niveles de demanda de 2019.

Sin embargo, en su opinión, esa recuperación en forma de V que pronostican es “muy improbable”. “La pandemia dejará cicatrices en la ciudadanía y en los inversores en particular, que no van a volver a mirar a esta industria de la misma manera”, declara. En esa línea, está convencido de que la crisis ha acelerado el camino hacia el pico de la demanda, lo que terminará afectando a las valoraciones de las empresas del sector e, inevitablemente, provocando quiebras.

“El cierre de la economía ha revelado la fragilidad de la industria. Ahora, el sector financiero tiene que volverse más resiliente y prepararse para las amenazas del cambio climático”, sentencia.

¿Estamos seguros?

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Piqsels. ,,

Nuestra aldea global tan diversa y contradictoria, de pronto enfrenta desde hace unos meses un enemigo común. Pese a las evidentes diferencias culturales, sociológicas, demográficas, económicas, financieras, laborales, profesionales, emocionales, cada uno de los ya más de 3000 millones de personas en todo el mundo, debemos permanecer quietos y sin salir de casa, todos a la vez y con la misma intensidad de incertidumbre frente al virus COVID-19.

Como pocas veces en la historia, somos conscientes del tremendo umbral de tolerancia que debemos disponer frente a una incertidumbre extraordinaria y es entonces, como perfectamente comprendemos aquella afirmación descriptiva de un entorno global VUCA, esto es, volátil, incierto, complejo y ambiguo.

El sorprendente cambio de ritmo que significa pasar de la inercia del apuro y lo urgente, a la permanencia y quietud en nuestras casas, nos genera espacios reflexivos nuevos, es recorrer espacios interiores, hasta ahora quizás muy poco transitados.

Afuera en la calle está el riesgo al contagio del virus. Emocionalmente parecemos y aparecemos más vulnerables, más ansiosos y ansiosas, más temerosos y temerosas, buscando por todos los medios a nuestro alcance rescatar conceptos como: protección, prevención, previsión.

¿Acaso hoy cada uno de nosotros puede permanecer indiferente a estas tres acciones enunciadas tan concretas, que abarcan a cada grupo familiar y afectivo?

Cuidar nuestra salud es prioritario e insoslayable. No hay manera de escapar a las estadísticas diarias, que son difundidas y repetidas de personas infectadas, personas recuperadas, personas fallecidas. Son cifras que nos conmueven.

En el año 1995, la psicóloga del MIT Sherry Turkle (1948 Nueva York-Estados Unidos) publica su libro “La vida en la Pantalla”. Me permito compartir una cita textual, ya casi al final del libro: “Cada era construye sus propias metáforas para el bienestar psicológico. Hasta hace poco, la estabilidad se valoraba socialmente y se reforzaba culturalmente. Pero estos mundos sociales estables se han desmoronado. En nuestra época, la salud se describe más en términos de fluidez que de estabilidad. Lo que importa en la actualidad es la capacidad para la adaptación y el cambio, para trabajos nuevos, nuevas direcciones de nuestras carreras, nuevos roles de género, nuevas tecnologías”.

A pesar de los años, el texto compartido luce, imperecedero. Retomo aquella mirada de nuestra salud que la describe más en términos de fluidez que de estabilidad. Hoy precisamente, a la luz del COVID-19 luce muy sencillo de comprender el concepto de salud, en términos de fluidez.

¿Podemos permanecer hoy indiferentes a nuestra crisis global? ¿Cuántas veces antes, a pesar de tener posibilidades y capacidad de comprensión, soslayamos incorporar a nuestro resguardo personal, familiar y patrimonial los conceptos de previsión, prevención y protección, nos pareció: indiferente? ¿quizás apelar a una suerte de golpe bajo? pesimista? tremendista? ¿exagerado? ¿postergable?

Los instrumentos que por su naturaleza expresan hoy una capacidad y calidad inigualable hacia el resguardo y la protección, fueron, son y serán: el seguro de vida con o sin ahorro y el seguro de retiro.

Un buen seguro de vida con ahorro, tiene algunas características especiales:

-Se enfoca en las necesidades particulares de cada uno de nosotros, nunca es lo mismo exactamente para todos.

-Debe considerar el valor actual de los ingresos futuros, reajustados a las nuevas necesidades de la familia hasta que los hijos sean autosuficientes.

-Coberturas concretas para caso de fallecimiento natural, accidental, enfermedad terminal, enfermedad grave, hospitalización, renta familiar.

-Ahorro a través de cuanta de capitalización.

-Complemento a nuestro futuro haber previsional.

-Resguardo patrimonial y hereditario.

En medio de tanta incertidumbre presente en nuestro alrededor, dedicar unos minutos para analizar cómo podemos proteger a nuestra familia, seres queridos y a nosotros mismos es un espacio para generar certezas que bien puede depender absolutamente de nosotros. Además, es sumamente oportuno porque nos permite disponer de una suerte de arquitectura para construir protección presente y acumulación de stock de capital futuro.

Respecto al flujo presente de ingresos, el costo de oportunidad de lo mismos refiere a dotarlos tanto de rol de moneda de pago corriente, incluso cancelatorio de deudas, como también de resguardo de stock presente y construcción de stock futuro.

Es bien evidente que hoy en la aldea global somos más de 3000 mil millones de seres humanos que nos preguntamos todo el tiempo si es que, ¿estamos seguros? Y es entonces que yo te pregunto a ti: y tú, ¿estás asegurada? ¿estás asegurado?

El filósofo nacido en Alemania en 1928 Nicholas Rescher, escribió en los 90, uno de sus mejores libros titulado “La Suerte”. Casi llegando al final del texto dejó acuñada una cita, que para mí es de cabecera: “El hombre es una criatura condenada a vivir en una zona crepuscular de riesgo y oportunidad”.

Como pocas veces antes en la era moderna, respecto al riesgo todos lo podemos advertir claramente y para evitarlo debemos permanecer en nuestras casas. Respecto a oportunidad, cada uno puede disponer y decidir, estar asegurados. Como mecanismo de previsión, prevención y protección…. La manta con la que nuestra madre nos cubría en las noches de invierno.

 

Ernesto Scardigno es experto en pensiones, Life Insurance-Retiremente Coach, asesor de seguros de personas, magíster en Políticas Públicas,  miembro ICF, miembro de la Cámara Internacional de Conferencistas

 

 

La carrera hacia cero comisiones probablemente servirá como catalizador para una mayor adopción de ETFs

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Es probable que la tendencia hacia las comisiones cero en ETFs aumente la adopción del vehículo por parte del asesor y estimule otros cambios en las prácticas del asesor, nota The Cerulli Edge, en su edición de asesores estadounidenses.

Impulsado por varios de los mayores custodios de RIAs, Cerulli señala que «la tarifa cero se ha convertido rápidamente en la norma, lo que impacta tanto a los inversores directos como a los asesores financieros que utilizan cada vez más el vehículo como un componente básico para las carteras de sus clientes».

Aunque los flujos de ETF han superado los flujos de fondos mutuos durante el año pasado, la investigación de Cerulli indica que más de una cuarta parte (27%) de los asesores no asignaron a ETF en 2019, citando la preocupación del cliente por el costo como una objeción principal.

La tendencia hacia la comisión cero a fines de 2019 elimina esta barrera: las tarifas de transacción y las comisiones asociadas con los productos ya no son un fenómeno que los asesores deben explicar, o algo que deben trabajar en los presupuestos para clientes. «Hay un margen sustancial para el crecimiento en el espacio de ETF entre los asesores financieros, y la carrera hacia cero probablemente servirá como catalizador para una mayor adopción», afirma Matthew Belnap, analista en Cerulli.

La disminución de los gastos comerciales permitirá a los asesores perseguir objetivos de cartera una vez asociados con altos costos de transacción. “Los costos de transacción en el pasado pueden haber impedido que los asesores aprovechen la recolección de pérdidas fiscales o las oportunidades de reequilibrio estratégico. Las transacciones de tarifa cero permiten a los asesores ser más flexibles y estratégicos en la búsqueda de los objetivos del cliente «, según Belnap.

Cerulli espera que los asesores asignen más a los ETF para la exposición a clases de activos de nicho «porque la flexibilidad y la liquidez que brindan, combinadas con las tarifas de transacción, las hace aún más atractivas.
Para el 51% de los asesores que indican que la planificación fiscal es una oferta de servicios clave, los ETF ofrecen oportunidades para minimizar las obligaciones fiscales de sus clientes. A medida que su enfoque se convierta en un mercado de alta gama, para clientes de alto patrimonio neto, deberán ayudar a los clientes a planificar y minimizar su carga impositiva».

Según Cerulli, el uso de ETF en lugar de fondos mutuos, especialmente cuando cubren clases de activos o segmentos de mercado similares, promueve la eficiencia fiscal y puede minimizar las ganancias de capital.

Al mismo tiempo, consideran que los asesores se verán obligados a mantener su propuesta de valor entre una base de clientes cada vez más sensible. El bombardeo de los medios y las campañas publicitarias asociadas en torno a la comisión cero han aumentado la conciencia del cliente sobre el asesoramiento de inversión y las tarifas de vehículos de inversión. En respuesta, Belnap recomienda que los asesores articulen enérgicamente su propuesta de valor y comuniquen claramente los servicios integrados en los acuerdos de tarifas.

Sotheby’s vende una pulsera Tutti- Frutti de Cartier por una cifra récord de subastas online

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. Sotheby’s vende una pulsera Tutti- Frutti de Cartier por cifra récord de subastas online

La casa de subastas Sotheby’s ha batido el récord de mayor precio obtenido nunca por una joya vendida en una subasta online. Una pulsera Tutti-Frutti de Cartier alcanzó los 1,34 millones de dólares el pasado 28 de abril, el precio de salida se situaba en un rango de entre 600.000- 800.000 dólares.

Inicialmente la pieza iba a ser subastada junto con otras piezas de joyería de alto valor pero desde  Sotheby`s tomaron la decisión de hacerlo de forma separada tras observar un aumento en la demanda de alta joyería tras el inicio de la crisis global que supera con creces la oferta.

Este creciente interés es confirmado por Sotheby’s en su página web: “Desde marzo, ha surgido una nueva y vital confianza en el poder y el potencial del mercado del arte. En Sotheby’s, hemos trabajado rápidamente para mover nuestro calendario de subastas en vivo en línea y ofrecer las mejores herramientas para que nuestros compradores y consignatarios participen en las ofertas en línea. A su vez, hemos dado la bienvenida a innumerables nuevos postores a nuestros espacios de subastas virtuales, y estamos interactuando con clientes establecidos de formas nuevas. Además, muchas obras de arte y artículos de lujo ofrecidos en las últimas semanas se han vendido muy por encima de la estimación alta, en algunos casos, logrando precios mucho más altos de lo previsto”.

Entre ellos se encuentra la mencionada pulsera Tutti Frutii de Cartier del año 1930 considerada el santo grial de las joyas y que representa la fusión de oriente y occidente con la mezcla de rubies, esmeraldas y zafiros tallados al estilo mogol.

El catálogo de la prestigiosa casa de subastas explica que la primera pieza que los hermanos Cartier hicieron de este estilo fue un collar para la reina Alexandra a principios del siglo XX quien, como esposa del rey Eduardo VII y la emperatriz Consorte de la India, encargó una pieza para complementar tres vestidos de estilo indio.

El estilo fue refinado 10 años más tarde después de un viaje de Jaques Cartier a la India donde se aprovisionó de piedras de colores y con la incorporación de  avances tecnológicos en la manipulación del platino. Sin embargo, fue en 1925 y después de exponerse en la Exposición Internacional de Artes Decorativas e Industrias Modernas de París donde esta colección se hizo realmente popular.

Otras piezas de arte que Sotheby’s ha vendido en el último mes y que han sorprendido por su alto precio han sido: la obra “ Reunión Antipodal” de George Condo que se ha vendido el pasado 21 de abril por 1.035.000 libras muy por encima de su rango alto de salida de 800.000 libras, el cuadro “ Una vista; El interior de un harem” de Henriette Browne que fue adjudicado el pasado 7 de abril por 795.000 libras más de 10 veces por encima del su precio alto e salida, o El empaquetador de Uvas de Irma Stern  que se ha vendido el pasado 31 de marzo  por 435.000 libras.

¿Por qué y cómo ha cambiado el concepto de preservación de capital?

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El principal efecto de la política monetaria de los bancos centrales es que ha cambiado por completo el concepto de preservación de capital. Este concepto, que históricamente han perseguido los inversores más conservadores, se fundamenta en el hecho de que el principal activo libre de riesgo es la liquidez.

Pues bien, como explica Eric Lonergan, miembro del equipo de multiactivos de M&G, el capital en liquidez acumularía en una década una pérdida de entre el 20% y el 30%. “Esto no es preservar el capital, es una muerte lenta”, ha afirmado Lonergan en el marco de la Morningstar Investment Conference, celebrada antes del estallido de la crisis del coronavirus.

Los gestores de fondos multiactivos reconocen que la preservación de capital pasa, a día de hoy, por plantear estrategias diversificadas y descorrelacionadas con el mercado. “Lo más caro es lo que mejor ha funcionado y esto no tiene sentido”, ha añadido Lonergan.

La explicación, si no el sentido, hay que buscarla en la política monetaria expansiva que ha encarecido todas las clases de activos. En opinión de Suzanne Hutchins, gestora global de Newton (parte de BNY Mellon IM), “la política monetaria y el QE es cada vez menos efectiva y en los próximos dos años esto va a cambiar. Necesitamos ser flexibles y diversificar para poder descorrelacionarnos de los mercados”, sostiene Hutchins.

Asbjorn Trolle Hasen, responsable del equipo de asset allocation de Nordea AM, admite la desprotección que ha sufrido todo aquel inversor que ha pretendido preservar su capital en los últimos años. “No han tenido recompensa”, reconoce.