Pixabay CC0 Public Domain. Los activos netos en UCITS y AIFs cayeron un 11,6% durante el primer trimestre del año
Durante el primer trimestre de 2020, los activos netos en fondos UCITS y AIFs cayeron un 11,6%, hasta los 15,68 billones de euros, según los datos que ha publicado la asociación europea de la gestión de activos (Efama). Solo un tipo de fondo fue capaz de atraer importantes flujos, los fondos alternativos.
Desde Efama explica que la acentuada caída que han vivido los mercados financieros a raíz de la crisis sanitaria del COVID-19 explica el 94% de la pérdida de los activos bajo gestión. En cambio, tan solo un 6% de la caída de los activos bajo gestión corresponde a salidas netas de dinero de los fondos. Un dato que consideran muy significativo, ya que muestra que los inversores no han “huído” de los productos de inversión tras las caídas del mercado.
En este sentido, los activos netos que más cayeron fueron los de los fondos UCITS, un 14,5%, frente a los fondos alternativos, donde la reducción fue de 7,5%. Hablando en términos de flujos, los UCITS y AIFs registraron en conjunto salidas netas por valor de 125.000 millones de euros, un nivel no visto desde la crisis financiera mundial.
En el caso de los UCITS, las salidas de dinero afectó tanto a los fondos de renta fija como de renta variable. Las mayores salidas netas se registraron en Luxemburgo (85.600 millones de euros), seguido de Irlanda (41.200 millones de euros) y Francia (26.000 millones de euros). Mientras que, de nuevo, los fondos monetarios fueron los que menos sufrieron, registrando unas salidas netas de 100 millones de euros. Según matizan desde Efama, el buen comportamiento de los monetarios se debe a “las grandes entradas netas de enero”.
Lo más destacado del primer trimestre ha sido el comportamiento de los fondos alternativos, que experimentaron entradas netas de 51.000 millones de euros. En opinión de Efama, estos datos indican que “algunos inversores institucionales, los principales compradores de fondos alternativos, no dudan en aumentar su asignación a este tipo de fondos cuando el mercado está tensionado”.
Pixabay CC0 Public Domain. ESG: proveedor de alpha en entornos de crisis
Los inversores están teniendo cada vez más en cuenta factores ESG como parte de su proceso de análisis para identificar los riesgos materiales y las oportunidades de crecimiento. La crisis del COVID-19 es la prueba de fuego definitiva para las empresas cuya gestión ha integrado estos factores extrafinancieros.
Cualquier organización que adopte un enfoque holístico para la creación de valor es más flexible y más apta para amortiguar los shocks de mercado a corto plazo. Por lo tanto, cualquier cisne negro puede ser afrontado mucho mejor si se anticipa y se adopta una posición flexible. En este sentido, las empresas que integran factores ESG son más ágiles a la hora de hacer cambios.
Durante la reciente corrección del mercado, las empresas con fuertes criterios ESG superaron a sus comparables, tanto en los mercados bajistas como en los alcistas. Hay que admitir que el horizonte temporal es corto, y deberíamos estar cansados de las generalizaciones. Sin embargo, al final del año, será interesante reflexionar sobre el rendimiento generado en 2020.
Cabe imaginar que factores principalmente técnicos, como los sesgos sectoriales, han influido en los notables resultados obtenidos desde principios de año. Sin embargo, incluso cuando se neutralizan los sesgos sectoriales, las empresas de ESG de alta calidad superan a la mayoría de los sectores. A nivel regional, el margen de rendimiento superior obtenido por las empresas ESG es más pronunciado fuera de Europa, especialmente en Estados Unidos, donde la inclusión de factores extrafinancieros es más reciente y, por lo tanto, menos generalizada. Las diferencias en las regulaciones sociales y ambientales entre Europa y Estados Unidos también pueden dar lugar a diferencias más notables entre las empresas con estándares ESG superiores a la media.
Durante los mercados bajistas, en nuestra opinión, fue sobre todo la fuerza de los factores sociales y de gobernanza lo que condujo a esta relativa solidez: la fuerte gestión del capital humano permitió una protección eficaz de los empleados y un proceso de reorganización y, en consecuencia, redujo al mínimo las disrupciones. Los inversores consideraron que estas empresas podrían reanudar la actividad más rápidamente que sus competidoras. Al mismo tiempo, una sólida gobernanza condujo a una comunicación transparente con los inversores y a la asunción de responsabilidades frente a sus accionistas. Los inversores se tranquilizaron y obtuvieron mayor visibilidad.
Muchos observadores se sorprendieron cuando las empresas ESG con altas calificaciones superaron a otras no ESG dentro de los mismos sectores durante los mercados alcistas, especialmente teniendo en cuenta que las acciones cíclicas lo hicieron mejor que las defensivas.
En el punto más bajo del mercado, se abrió una ventana de oportunidad para las acciones ESG y los inversores aprovecharon la caída de los precios para redirigir los flujos hacia inversiones ESG, lo que explica en parte la fuerza del rebote posterior. Podría ser utópico creer que el mundo después de esta crisis será radicalmente más verde que el anterior. Sin embargo, es plausible si una proporción significativa de los estímulos gubernamentales se dirige hacia la infraestructura sostenible y la movilidad eléctrica. La crisis climática no ha quedado en suspenso por la actual pandemia. Por el contrario, ahora se considera una amenaza aún mayor para la humanidad.
Profundizando en los detalles
Creemos que el rendimiento superior de las acciones ESG puede estar relacionado con factores fundamentales. En nuestra opinión, no sólo la falta de visibilidad fue lo que hizo que los inversores huyeran hacia activos seguros ESG de alta calidad para refugiarse y capear la tormenta. Además, creemos que las empresas ESG ofrecen mejores oportunidades de inversión durante los mercados bajistas y alcistas.
Con respecto a la relación de la empresa con sus proveedores, clientes y accionistas, parece que las empresas con alta puntuación ESG, que cumplen con altos requisitos de transparencia, se comunican mejor y con mayor frecuencia. Por ejemplo, la compañía Microsoft comenzó a finales de enero a comunicar las posibles repercusiones financieras de la pandemia y, desde entonces, ha mantenido su comunicación actualizada. Este alto grado de transparencia no sólo es tranquilizador en cuanto a la capacidad de la directiva de seguir de cerca la evolución y de gestionar el proceso, sino que también permite que el consenso ajuste sus previsiones y logre una valoración más precisa. Da a los inversores la impresión de que hay «alguien a los mandos».
Otro ejemplo de buena gestión que ha causado cierta controversia en la sociedad es la empresa de ropa deportiva adidas. Esta compañía aceptó el apoyo financiero del Gobierno alemán para poder seguir pagando a sus acreedores, como los talleres de fabricación, que a su vez podrían ofrecer mejores soluciones a sus empleados, que a menudo operan en países con menor cobertura de seguridad social. La ayuda del Gobierno también permite a adidas seguir pagando el alquiler de sus tiendas a pesar del cierre de las mismas en todo el mundo. Al mantenerse unida y ser solidaria, adidas contribuye a garantizar que sus proveedores sean operativos una vez que la economía se reactive.
Capital humano
El capital humano también ha jugado un papel importante durante la crisis actual. La seguridad del personal ha sido un factor que ha preocupado a todos. La monitorización de la implementación de las medidas de protección de los trabajadores ha sido esencial en las últimas semanas. No es de extrañar que las empresas con mayor calificación en cuanto a protección del capital humano hayan resistido mejor la tormenta: el despliegue de medidas de distanciamiento social y de higiene para las plantillas permite un reinicio de la actividad más rápido. Por ejemplo, el fabricante de automóviles PSA pudo reactivar la producción a mediados de abril después de reorganizar las líneas de producción y proporcionar equipos de seguridad a los trabajadores.
Las medidas proactivas para proteger a las plantillas estimulan la moral de los trabajadores y los motivan. Este puede ser un factor clave para el éxito de cualquier compañía. Las empresas con una huella de carbono menor en comparación con su sector también han mostrado un rendimiento superior, ya que la emergencia climática sigue estando omnipresente. El siguiente gráfico excluye el sector de la generación de energía fósil, que ha estado sometido a una enorme presión debido a la fuerte caída de los precios del petróleo. Si se incluye, la discrepancia entre los emisores con bajos niveles de carbono y la tendencia mayoritaria sería aún mayor.
Huella de carbono baja
Creemos que hay dos explicaciones fundamentales para un mejor rendimiento de las empresas con una huella de carbono baja. En primer lugar, para lograr reducir su huella de carbono, una empresa debe reestructurarse en profundidad. Literalmente, todos los procesos internos y externos deben ser remodelados y digitalizados, dejando a la empresa con líneas de mando más cortas y, por tanto, más flexibilidad. Por lo general, una empresa de bajas emisiones de carbono es simplemente más moderna y puede afrontar mejor una tormenta. Para las empresas que están preparadas para luchar contra el desafío a largo plazo de la emergencia climática, la actual pandemia puede considerarse como un ensayo del desastre final.
En segundo lugar, muchos inversores esperan que «el mundo después del COVID-19» sea más verde, con fondos de estímulo que impulsen programas de infraestructura que potencialmente crearían un gran número de puestos de trabajo. Dado que el distanciamiento social podría seguir siendo la norma en un futuro más próximo, el aumento de los incentivos para la movilidad eléctrica individual en todas sus formas podría favorecer el mantenimiento de los empleos y la lucha contra el cambio climático.
La aplicación temprana de medidas ESG parece haber dado lugar a una ventaja competitiva que era evidente, a juzgar por el rendimiento superior de las empresas con un alto perfil ESG en los últimos meses. Sin embargo, esta tendencia sólo puede confirmarse si se analiza durante un período de tiempo más largo. En general, la implementación temprana de criterios ESG permitió que las empresas fueran más ágiles y capaces de hacer frente de manera más eficiente a cualquier tipo de incertidumbre, como la actual pandemia.
Retrospectivamente, podemos concluir que el aumento de ESG está dando paso a una clara ventaja en el actual entorno cambiante. Las declaraciones de los políticos apuntando a que, en la actual fase de inicio lento de la larga recuperación, los aspectos de sostenibilidad deben tenerse en cuenta al conceder ayudas y aplicar los programas de estímulo económico, actúan ahora como un refuerzo y pueden aumentar aún más la diferencia de rendimiento entre las acciones ESG y las empresas «convencionales».
Tribuna de Nina Lagron, responsable de renta variable de gran capitalización de La Française AM
Este comentario está dirigido a inversores profesionales en el marco de MiFID II. Se proporciona únicamente con fines informativos y educativos y no tiene la intención de servir como un pronóstico, producto de investigación o asesoramiento de inversión y no debe interpretarse como tal. No puede constituir un asesoramiento de inversión ni una oferta, invitación o recomendación para invertir en determinadas inversiones o para adoptar una estrategia de inversión. Las rentabilidades pasadas no son indicativas de rentabilidades futuras. Las opiniones expresadas por el Grupo La Française se basan en las condiciones actuales del mercado y están sujetas a cambios sin previo aviso. Estas opiniones pueden diferir de las de otros profesionales de la inversión. Publicado por La Française AM Finance Services, con sede en 128 boulevard Raspail, 75006 París, Francia, empresa regulada por la Autorité de Contrôle Prudentiel como proveedor de servicios de inversión, nº 18673 X, filial de La Française. La Française AM ha sido aprobada por la AMF bajo el nº. GP97076 el 1 de julio de 1997. Para más información, consulte los sitios web de las autoridades: Autorité de Contrôle Prudentiel et de Résolution (ACPR) www.acpr. banque-france.fr, Autorité des Marchés Financiers (AMF) www.amf-france.org
El día viernes 24 de abril, la compañía chilena de hotelería y administración de casinos de juego Enjoy, anunció mediante un hecho esencial que entraba en un proceso de reestructuración de sus pasivos. Si bien no es la primera empresa chilena que entra en este tipo de proceso desde el inicio del estallido social, si es la primera con presencia en el mercado internacional de bonos.
Esta decisión viene poco después de la explosión de la crisis sanitaria producto del COVID-19, junto a una caída histórica en el precio del petróleo. El resultado de estos dos eventos globales ha sido una corrección de los mercados, tanto en deuda como renta variable, de una magnitud y velocidad pocas veces vista. Si bien existen tantas visiones como personas respecto al comportamiento y actual valorización de los mercados, también resulta valioso ver el flujo de información de manera inversa.
No es el objeto de este texto entregar opiniones respecto al comportamiento de nuestros mercados, sino extraer información implícita en los precios y ver como ésta se compara con otros eventos similares.
Un indicador importante en la renta fija, especialmente corporativa, en tiempos de crisis es la tasa de default de las compañías. Si bien las razones del aumento de este indicador pueden ser variadas (deterioro de fundamentos macroeconómicos, condiciones de liquidez y acceso a mercados o excesivo apalancamiento por parte de las empresas, entre otros), lo interesante es analizar qué expectativas tiene el mercado frente a este indicador en el contexto actual.
Para este ejercicio utilizaremos el índice de JPMorgan CEMBI Broad Latin America, uno de los tradicionalmente usados por inversionistas a nivel global. El spread de este índice, en su versión High Yield (es importante recordar que la convención generalmente es que las tasas de default se miden sobre el universo high yield de cualquiera sea la región, industria o subgrupo que se quiera analizar), al cierre del 24 de abril de 2020 era de 889 puntos base.
Este spread tiene implícito una tasa de default esperada para nuestra región de casi un 9%. Esta tasa incorpora además supuestos de premio por riesgo y tasas de recupero, las cuales no van a ser detalladas en este texto, porque su incorporación supone una segunda oleada de análisis también extensa.
Poniendo en contexto este número, desde el 2011 en adelante ha habido solo dos años en que nuestra región ha tenido tasas de default por sobre el 9%. El 2013 posterior a la crisis europea, llegando a un 10.6%, y el año 2016 cuando coincidieron la crisis política en Brasil y una corrección importante de los precios de los commodities, alcanzando la tasa de default un 9.2%.
Durante este año, el spread máximo del índice High Yield que utilizamos en este ejercicio ha sido 1.067 puntos base. El 2013 ese spread llegó a 911 puntos base y en 2016 a 1.015 puntos base. Si bien en el proceso de inversión siempre es deseable comparar y hacer análisis relativo, también es igual de importante notar que el contexto de cada una de estas crisis ha sido distinto.
A modo de ejemplo, la corrección del año 2016 se dio principalmente por Brasil por el caos político que vivía en ese momento, distinto a lo que hemos visto este año, donde ha sido un efecto más transversal en la región (y a nivel mundial también por supuesto).
Una diferencia importante en esta crisis del COVID-19 es el estado de solvencia de las compañías en nuestra región. Utilizando datos agregados, vemos que el nivel de endeudamiento (medido como deuda neta/Ebitda) ha venido bajando consistentemente los últimos 4 años. De la misma manera hemos visto mejoras en los índices de liquidez (caja/deuda de corto plazo) y de refinanciamiento (deuda de corto plazo/deuda total). Es decir, las compañías están hoy bastante mejor preparadas que en años anteriores para enfrentar una crisis.
¿Significa esto, entonces, que deberíamos esperar tasas de default menores que en las crisis antes mencionadas? No necesariamente. Bien sabemos que las compañías suelen incumplir sus pagos por problemas de liquidez mas que de solvencia. Si bien los índices de liquidez han venido mejorando, no hay compañía que aguante años con una economía detenida, y es probable que la tasa de default esté determinada por la duración de la crisis sanitaria.
Hoy las compañías están preparadas para sobrevivir entre 3 y 6 meses con niveles de actividad mínimos, mediante recorte de gastos, disminución de inversiones, menores pagos de dividendos, entre otros. Una tasa implícita de 9% pareciera ser alta dada la liquidez actual de las compañías, pero si la crisis se extiende, no se puede descartar que estos números superen los vistos en 2013 y 2016.
Artículo publicado por la CFA Society Chile en abril de 2020 (con datos a esa fecha)
Nicolás García-Huidobro es CFA – Senior Analyst and Co-Portfolio Manager, Compass Group
Funds Society acaba de lanzar el número 18 de su revista en España. Nuestros lectores vienen recibiendo esta edición a lo largo de los últimos días, y en breve recibirán también la versión digital. Para abrir boca, les hacemos un adelanto en un vídeo, de la mano de algunos de los colaboradores que han escrito tribunas de opinión, y también expertos de la industria de gestión de activos y asesoramiento que nos han dado su visión en algunos de los artículos. En el vídeo, explican algunas de las claves del contenido en el que han participado.
Entre los colaboradores, Irene Manzanera, asociada de Simmons&Simmons, nos hace un resumen de su tribuna “El regulador en tiempos de coronavirus”, al igual que María José Escribano, abogada en Dentons, que firma el tema “Incentivos, costes y gastos: ¿utopía o realidad?” sobre la revisión de MiFID II.
Laura Yoldi, directora en Acheron Partners, nos da unas pinceladas del contenido de su tribuna, que habla sobre los cambios del perfil de los banqueros privados en este entorno.
Mario González, co-responsable de Desarrollo de Negocio de Capital Group en Iberia, Álvaro Antón, country head para Iberia de Aberdeen Standard Investments y Alicia García Santos, responsable de M&G Investments para España, Portugal y Andorra, nos dan pistas sobre su visión sobre cómo impactará el COVID-19 en la industria. Participan en el artículo “Historia de otra mutación: de cómo un virus podría dejar huella en la industria de asset y wealth management”.
Sol Hurtado de Mendoza, directora general de BNP Paribas AM en Iberia, y David Levy, director de DiverInvest, nos cuentan cómo cambiará la vida tras el virus. Participan en el artículo de la revista “La vida, después”.
Pixabay CC0 Public Domain. Política fiscal, desglobalización e innovación: las tendencias que determinarán el mundo post-coronavirus
La pandemia de COVID-19 ha supuesto un punto de inflexión para la economía, la política y los mercados mundiales en cuestión de semanas. Para NN Investment Partners (NN IP), cuatro incógnitas económicas definirán la próxima década: la política fiscal, la desglobalización, el crecimiento y la inflación. Mientras, las nuevas fuentes de crecimiento económico dependerán de la innovación y la sostenibilidad.
El pasado 17 de junio, el director de inversiones de la gestora, Valentijn van Nieuwenhuijzen, y Peter Diamandis, autor de “The Future Is Faster Than You Think”, discutieron los cambios trascendentales que están viéndose impulsados por la crisis del Covid-19 durante el primer evento digital de la serie “UpsideDown”.
«La pandemia ha expuesto brutalmente los sistemas sanitarios que no estaban preparados y la fragilidad de las cadenas de suministro justo a tiempo (just in time) globalizadas», señala Van Nieuwenhuijzen. Si los gobiernos implementan políticas de apoyo activo para amortiguar el golpe de esta crisis económica masiva, el mundo avanzará con niveles de deuda aún más altos. En su opinión, esto podría acelerar la desaparición de la globalización y servir de catalizador para un nuevo régimen de deuda fiscal, crecimiento e inflación.
Política fiscal: ¿gasto o austeridad?
Según NN IP, hay dos aspectos claros de la futura política fiscal: los gobiernos estarán más abrumados por la deuda, y los bancos centrales se verán cada vez más obligados a monetizarla. La gran incógnita es si los gobiernos optarán por el gasto o la austeridad. Si se inclinan por esta última, es probable que recorten en programas sociales y aumenten los impuestos sobre los ingresos y el patrimonio. “Con ello se lograría la sostenibilidad de la deuda, pero a costa de un crecimiento potencial menor y malestar social”, afirma en una nota de prensa.
Otra posibilidad es que el aumento de estímulos fiscales por parte de los gobiernos permita subvencionar a consumidores y empresas; financiar proyectos sanitarios, climáticos y de infraestructuras; y redistribuir la riqueza entre los más pobres. En este escenario, la sociedad lograría más equilibrio en cuestiones ambientales, sociales y de gobernanza (ASG), y el crecimiento potencial alcanzaría niveles más altos. “Por otro lado, la deuda podría volverse insostenible, la inflación podría ser persistentemente alta y el crecimiento económico podría estancarse”, advierte la gestora.
La globalización bajo presión
A su juicio, si el foco político se traslada hacia los problemas creados por la globalización -como la desigualdad, los conflictos comerciales y el cambio climático, existiría la posibilidad de que las políticas comerciales de las últimas cuatro décadas se inviertan. En el plano nacional, podría allanar el camino para un programa populista o uno progresista. En ese sentido, asegura que, en el pasado, los gobiernos populistas han ignorado las limitaciones presupuestarias y no han cumplido sus promesas económicas, como la creación de empleo y mejores remuneraciones. “Los gobiernos progresistas tienen un mejor historial de creación de igualdad e impulso del crecimiento a través de la inversión”, apunta.
“En un mundo desglobalizado, el desafío sería contener la deuda, mantener alta la rentabilidad de las empresas y proporcionar el empleo elevado que la globalización ha logrado mediante la creación de puestos de baja remuneración”, dice NN IP. En su opinión, la escalada del conflicto EE.UU.-China, la ruptura de la cooperación internacional y la disminución del comercio mundial son riesgos que amenazan el crecimiento en la mayoría de las regiones y al uso del dólar como moneda de cambio global.
Fuentes alternativas de crecimiento
Con el parón del comercio, el estancamiento de la productividad y los niveles de inversión persistentemente bajos, las fuentes del crecimiento económico de la próxima década son una gran incógnita. Además, las perspectivas dependerán de si las innovaciones tecnológicas y los nuevos modelos empresariales impulsan el crecimiento o si el mundo se enfrenta a un estancamiento secular.
Para la gestora, la buena noticia es que hay una gran demanda de nuevas soluciones en muchas áreas, como la salud y el cambio climático; y la oferta de innovaciones “parece prometedora” en campos como la biotecnología, la eficiencia de las celdas solares o la robótica”, destaca la gestora. Si estos avances se materializan, podrían impulsar el potencial de crecimiento futuro.
Van Nieuwenhuijzen asegura que la crisis del COVID-19 también ha demostrado que los modelos de negocio a prueba de futuro son más estables y están mejor preparados para afrontar el cambio. «Esto es alentador y no solo ha sido evidente en el rendimiento de las estrategias de renta variable antes y durante la crisis, sino también en productos de renta fija como los bonos verdes», revela.
El regreso de la inflación
La enorme conmoción económica derivada de la pandemia es una fuerza deflacionaria adicional, pero, según NN IP, la inflación podría aumentar como resultado de la disolución parcial del libre comercio, la disminución de la competencia en los mercados de bienes y de trabajo y las perturbaciones en el sistema de tipos de cambio.
Además, considera que los gobiernos pueden sentirse tentados a inflar la carga de su deuda en lugar de orientarse hacia la austeridad. Sin embargo, todo aumento pronunciado de la inflación tendría repercusiones en la sostenibilidad de la deuda, que está estrechamente vinculada a unos tipos de interés estables y bajos.
Van Nieuwenhuijzen destaca que los responsables de la toma de decisiones tendrán éxito si preparan y ajustan sus políticas a medida que se desarrollen estas cuatro incógnitas. Y “como los inversores, es mejor que aprendan a esperar siempre lo inesperado».
. Millones de personas pueden caer en la pobreza extrema y el hambre en 2020 en América Latina y el Caribe debido al impacto de la pandemia
Producto de la crisis provocada por la pandemia del COVID-19, la población en condiciones de pobreza extrema en América Latina y el Caribe podría llegar a 83,4 millones de personas en 2020, lo que implicaría un alza significativa en los niveles de hambre, debido a la dificultad que enfrentarán dichas personas para acceder a los alimentos, señalaron la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Ambos organismos presentaron un informe conjunto titulado «Cómo evitar que la crisis del COVID-19 se transforme en una crisis alimentaria: Acciones urgentes contra el hambre en América Latina y el Caribe», en el que proponen acciones urgentes para enfrentar el alza del hambre producto de la pandemia en los países de la región.
Según el informe, tras siete años de lento crecimiento, América Latina y el Caribe podría ver la mayor caída del PIB regional en un siglo (-5,3%), lo que traerá en 2020 un aumento de la pobreza extrema de 16 millones de personas con respecto al año anterior, sumando 83,4 millones en total. El impacto sobre el hambre será también muy significativo, tomando en cuenta que en 2016-2018 ya había 53,7 millones de personas en inseguridad alimentaria severa en América Latina.
Los efectos de la crisis ya son visibles en los sistemas alimentarios: la vulnerabilidad de los trabajadores ha crecido y los precios internos de los alimentos están subiendo más que el precio de otros productos de la canasta básica, según el Índice de precios al consumidor IPC. Por el aumento del desempleo y la caída en los ingresos, millones de personas no están pudiendo adquirir suficientes alimentos, y muchas otras están teniendo que optar por alimentos más baratos y de menor calidad nutricional.
Bono contra el hambre para la población vulnerable y crédito para los productores
“La gran tarea que tenemos por delante es impedir que la crisis sanitaria se transforme en una crisis alimentaria. Para ello proponemos complementar el Ingreso Básico de Emergencia (IBE) con la entrega de un Bono Contra el Hambre (BCH)”, indicó Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la CEPAL.
“En América Latina podemos tener un retroceso histórico en la lucha contra el hambre. Podemos perder lo que hemos logrado en quince años en tan sólo un par de meses. Millones de personas pueden caer en el hambre. Esa es la gravedad del problema actual”, explicó el representante regional de la FAO, Julio Berdegué.
Según el informe, el Bono Contra el Hambre podría materializarse en la forma de transferencias monetarias, canastas o cupones de alimentos a toda la población en situación de pobreza extrema por un período de seis meses, equivalente al 70% de la línea de pobreza extrema regional (47 dólares de 2010). Su costo equivaldría al 0,06% del PIB regional, si se entrega únicamente a la población en pobreza extrema mayor de 65 años, o al 0,45% del PIB si se da cobertura a toda la población en pobreza extrema. La CEPAL y la FAO recomiendan la segunda opción, lo que tendría un costo estimado de 23.500 millones de dólares.
Para los productores del sistema alimentario se plantea un incremento de al menos un 20% de la cartera promedio de créditos de los últimos tres años, que sumaría alrededor de 5.500 millones de dólares, para créditos en condiciones favorables que sean financiados por una línea especial de la banca multilateral y de las bancas de desarrollo. Adicionalmente, para las unidades agrícolas familiares más rezagadas, un kit básico de inversión (250 dólares) con un costo de 1.700 millones de dólares en la escala regional. Se hace un llamado a la cooperación internacional para apoyar a los países en mayor situación de vulnerabilidad.
Un decálogo de medidas para evitar la crisis alimentaria
Las agencias proponen el bono como parte de un decálogo de medidas para que todos los hogares accedan a una alimentación suficiente y nutritiva, las empresas y actores del sistema alimentario puedan realizar sus tareas, y los países cuenten con suficientes alimentos para garantizar el abasto a precios razonables.
Las otras medidas del decálogo son:
Reforzar los programas de alimentación escolar para garantizar la alimentación de niños, niñas y adolescentes.
Apoyar las iniciativas de asistencia alimentaria de las organizaciones de la sociedad civil.
Apoyo financiero (crédito y subsidios productivos) para las empresas agropecuarias, orientado principalmente a la agricultura familiar.
Ajustar los protocolos de sanidad y salud en la producción y el transporte de alimentos y en los mercados mayoristas y minoristas.
Expandir y garantizar el funcionamiento de los programas de apoyo a la producción de autoconsumo.
Asegurar el financiamiento, la asistencia técnica y el acceso a insumos y mano de obra a los agricultores y pescadores artesanales.
Establecer mecanismos ágiles de consulta y coordinación público-privada entre todos los actores del sistema alimentario.
Impedir que los mercados mayoristas y minoristas y las agroindustrias se cierren o disminuyan sus operaciones.
Continuar con las políticas que han mantenido abierto el comercio mundial de alimentos, en particular evitando medidas proteccionistas que aumenten el precio de los alimentos.
Foto cedidaMariano Sandáns, CEO de FDI Gerenciadora de Patrimonios. ,,
A la recesión con la que venían, se les sumó el “mazazo económico” de la no-actividad por la cuarentena, cambios abruptos en las normas laborales y las idas/vueltas con los préstamos a tasas subsidiadas y con los programas de ATPs, los cuales no lograron ayudar a todas las empresas.
Ahora se suman restricciones cambiarias que dificultan la operación de importadores y exportadores, dejando a muchos “fuera de juego” si no cuentan con un asesoramiento especializado en este tema. Nunca fue fácil ser empresario en Argentina, pero ahora se complicó aún más y no se ve un panorama alentador.
¿Qué están haciendo los más dinámicos?
Con la pandemia, se aceleró la competencia entre países para atraer inversiones y empresas; Argentina debe hacer algo si no quiere seguir perdiendo en ambas categorías. Hoy pierde por goleada con países como Brasil, Chile, Uruguay y Paraguay, los cuales tienen un excelente clima de negocios, costos de producción mucho más bajos y en algunos de estos países, ventajas impositivas inigualables.
¿Lo mejor de todo? Los empresarios no necesitan irse a vivir a estos países para aprovechar estas ventajas. Y si le suman una correcta y prolija planificación fiscal, pueden estructurar sus patrimonios –incorporando sus nuevas empresas en el exterior- para optimizarlos fiscalmente frente a la fuerte y creciente presión tributaria actual.
Lamentablemente, los que más rápido y fácil se van son los exportadores de servicios. Les basta con trasladar parte o toda su estructura, tomando como contratistas independientes al antiguo personal que tenían en Argentina. Si los empresarios –accionistas– continúan viviendo en Argentina, como se da en la gran mayoría de los casos, la AFIP se asegurará de que la sociedad del exterior no sea de “papel” y realmente tenga lo que se denomina “sustancia”. ¿El país más usado desde donde exportar servicios? Uruguay.
Los que la tienen un poco más complicada son los exportadores de bienes, dado que deben trasladar o directamente replicar su empresa en otro país, con todo lo que ello significa: llevar procesos industriales, capacitar personal, reconfigurar proveedores, etc. Aunque a todas luces se trata de una labor titánica, el premio podría ser muy alto, especialmente para aquellos que estén focalizados en exportar y no en el mercado interno. ¿El país más utilizado para fabricar y exportar bienes? Paraguay.
Cambio de residencia fiscal
Otro tema del que mucho se habla en estos días, es que habría una oleada de argentinos queriendo radicarse fiscalmente en Uruguay, ahora acelerado porque quieren evitar el posible “impuesto solidario”. Aunque siempre se está a tiempo para mudarse de país y cambiar la residencia fiscal, primero es necesario que “te suelte” el fisco del país que estás dejando que, en el caso de Argentina, implica estar varios meses afuera y después realizar un proceso de “desacople”.
Claramente no van a llegar a tiempo los que quieran evitar este nuevo posible impuesto; para ello hay que utilizar otras herramientas, pero para lograrlo hay que actuar rápidamente.
Aunque hay muchas consultas, una gran mayoría viene con la fantasía que, teniendo la residencia fiscal de otro país, en este caso Uruguay, no pagarían más impuestos en Argentina. Una vez que se “desayunan” de todo lo que implica, terminan siendo muy pocos los que efectivamente se mudan. De estos pocos, más de la mitad terminan incumpliendo los días necesarios para estar fuera de Argentina, ante lo cual la AFIP les termina recalculando los impuestos. Y de los que sí cumplen, la gran mayoría tarde o temprano terminan teniendo problemas de algún tipo: familiares o de pareja, es el más común. Al parecer, no es tan fácil alejarse de los afectos, ni vivir en un país extranjero, por más agradable que sea Uruguay en los papeles. Por eso, nuestra recomendación no es buscar la solución más fácil en la teoría sino la más eficiente en la práctica.
Mariano Sandáns es CEO de FDI Gerenciadora de Patrimonios
Pixabay CC0 Public Domain. Los fondos de pensiones chilenos siguen reduciendo posiciones en renta variable asiática ex Japón
Durante el mes de mayo de 2020, las AFPs chilenas redujeron en 635,7 millones de dólares sus posiciones en fondos extranjeros que invierten en renta variable asiática ex Japón, según el informe mensual de HMC Capital. A pesar de que sigue siendo la subcategoría de activo con mayor volumen de inversión (9.765,4 millones de dólares a 31 de mayo 2020), las salidas durante los primeros cinco meses del año acumulan 840,9 millones de dólares, lo que le convierte en la categoría mas afectada.
Flujos negativos renta variable en el mes compensados parcialmente por entradas en renta fija
En total, durante el mes de mayo, los fondos de pensiones chilenos acumularon salidas por 2.431,0 millones de dólares, de los cuales 1.550,3 se produjeron en instrumentos de gestión pasiva y 1.173,6 en fondos de gestión activa. Aunque los flujos acumulados en el año son positivos (1.577,5 millones de dólares) desde el inicio de la pandemia las AFPs han reducido en 2.740,2 millones de dólares sus inversiones en fondos extranjeros.
En concreto, el comportamiento por categoría de activo durante el mes ha sido dispar, ya que mientras los fondos que invierten en renta variable han registrado salidas por 3.418,9 millones de dólares, los fondos de renta fija han registrado entradas netas por 695 millones de dólares.
Con respecto a los fondos de renta variable, además de la categoría de Asia ex Japón también registraron flujos negativos significativos: Japón Large Cap (328,8 millones de dólares), Europe Large Cap (291,5 millones de dólares), US Large Cap (247 millones de dólares). Por el lado contrario, destaca la entrada de 121 millones de dólares en fondos de renta variable alemana.
Dentro de los fondos que invierten en los mercados de renta fija, durante el mes, los fondos que invierten en deuda corporativa emergente han registrado entradas por 228 millones de dólares que contrasta con una salida de 119,6 millones de dólares en deuda emergente en moneda local. Por su parte, los fondos de HY global y US Investment grade corporativo registraron entradas de 192,5 millones de dólares y 176,1 millones de dólares respectivamente.
PIMCO adelanta tres puestos en el ranking
Las gestoras más afectadas por estas salidas han sido, Ninety One (antigua Investec) y Schroders que han registrado salidas durante el mes de 552,3 millones de dólares y 293,3 millones respectivamente. En el lado opuesto, PIMCO que ha registrado una entrada de flujos de 399, 92 millones de dólares, avanzó tres posiciones en un solo mes, convirtiéndose en la gestora de gestión activa preferida por las AFPs chilenas y en la segunda del ranking total por detrás de ishares de BlackRock. Durante el mes de mayo, PIMCO ha registrado entradas positivas en 10 de los 12 fondos entre las que destacan 194,67 millones de dólares en el fondo PIMCO INCOME FUND.
Addepar, una plataforma de Wealth Management con casi 2 billones de dólares (trillion en inglés) en activos, contrató a Ruchir Swarup como director de tecnología.
De acuerdo con la firma, Swarup toma el timón de todas las iniciativas tecnológicas en Addepar, interviniendo como el primer CTO de la plataforma desde que el cofundador y ex CTO Jason Mirra partió en 2014.
Hasta la designación de Swarup, el director ejecutivo de la compañía, Eric Poirier, quien se unió a Addepar en 2013, supervisó el equipo de tecnología.
Después de casi 20 años como director ejecutivo en BlackRock, Swarup está «encantado de abrir un nuevo capítulo», como CTO de Addepar, según escribió en una publicación de LinkedIn.
Mientras trabajó en BlackRock, Swarup fue responsable de la estrategia, el diseño y el desarrollo de las capacidades posteriores a la negociación de la plataforma Aladdin de la firma. También fue miembro del Comité Operativo Global de BlackRock.
«Ruchir es un brillante tecnólogo y líder visionario con talentos atípicos en la creación de productos y plataformas tecnológicas innovadoras, escalables y seguras en servicios financieros», dijo Poirier en un comunicado, añadiendo que «Addepar continúa expandiendo significativamente el poder y el valor de nuestra plataforma y productos, y buscamos un líder para llevar a nuestro equipo de tecnología y apilar en el futuro».
Hasta la fecha, Addepar administra casi 2 billones de dólares (trillion en inglés) en activos en la plataforma y presta servicios a más de 400 family offices, RIAs y bancos.
La crisis sanitaria provocada por el COVID-19 ha presentado una serie de desafíos a nivel global, incluyendo las dificultades para acceder a clases de manera presencial. Santander Universidades respondiendo a ello, tomó la decisión de otorgar más de 30.000 becas de conectividad a estudiantes universitarios chilenos para que puedan continuar con sus clases en forma remota.
Además, se hizo entrega de 400 computadores a alumnos de Duoc UC y las universidades de Valparaíso y Católica de Valparaíso, lo que les permitirá estudiar desde sus casas mientras dure el confinamiento, acceder a los materiales de clases y mantener contacto con el profesorado.
Para materializar esta iniciativa, Santander Universidades se coordinó con las diferentes instituciones de educación superior para que ellas entregaran este beneficio a los estudiantes que más lo necesitaban en sus respectivos planteles.
Ambas actividades se enmarcan en el apoyo de Banco Santander a la lucha contra la crisis generada por el coronavirus, que se refleja en los 30 millones que se destinarán en todo el mundo a la lucha contra esta pandemia. Se promoverán proyectos de investigación en desarrollo de vacunas, fármacos o nuevas técnicas diagnósticas, se apoyarán a alumnos desfavorecidos para que puedan continuar el curso académico, se realizarán estudios de escenarios de salida a esta crisis y se trabajará en el fortalecimiento del sistema universitario en su transición digital.