La sostenibilidad, a prueba: los factores ESG protegen durante las fases de volatilidad en los mercados

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Frans Vledder
Pixabay CC0 Public DomainFrans Vledder. Frans Vledder

Los primeros nueve meses de 2020 se han caracterizado por la crisis de la COVID-19, que ha provocado fuertes sacudidas en los mercados, grandes cambios en las políticas monetarias y presupuestarias y unas perspectivas económicas particularmente sombrías. Este periodo ha albergado el primer hundimiento generalizado —y posterior recuperación— de los mercados en la era de la inversión sostenible y, por tanto, brindado un terreno propicio para analizar la relación entre sostenibilidad y rentabilidad.

En un reciente estudio, Fidelity International ha evaluado las rentabilidades de la inversión atendiendo a sus propias calificaciones ESG, comparándolas con el índice MSCI All Country World. Los resultados muestran que las empresas en la parte alta de nuestra escala de calificaciones ESG (A y B) superaron a las que poseen calificaciones más bajas (D y E) todos los meses entre enero y septiembre de este año, exceptuando abril. La diferencia acumulada en las rentabilidades relativas de los dos grupos se amplió hasta el 17% durante ese periodo.

Analizando en mayor profundidad los resultados, hemos visto que los grupos con calificaciones más altas cayeron menos cuando los mercados se hundieron, pero también subieron menos que los valores con calificaciones ESG más bajas cuando se produjo la recuperación en abril. Este mejor comportamiento relativo durante una caída acusada y peor comportamiento relativo durante un fuerte rebote de los mercados sugiere que los valores con calificaciones ESG más altas también tienen un factor de beta baja y alta calidad, además de ser menos propensos a sufrir la volatilidad del conjunto del mercado.

También observamos una relación lineal entre los grupos formados por las calificaciones ESG, de tal modo que cada grupo batió al de calificación inferior desde la A hasta la E en el periodo de nueve meses analizado. Este hecho confirma la hipótesis de la que partíamos, a saber, que las empresas con buenas características de sostenibilidad cuentan con directivos más prudentes y demostrarán una mayor resistencia ante una crisis.

Comparamos la evolución de 2.659 empresas cubiertas por nuestros analistas de renta variable, además de 1.450 en renta fija, usando el sistema propio de calificaciones ESG de Fidelity International. Descubrimos que la sólida correlación positiva entre el comportamiento relativo de una empresa en los mercados y su calificación ESG se sostenía claramente en el periodo más largo de nueve meses.

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Las empresas en la parte alta de nuestra escala de calificaciones ESG (A y B) superaron a las que poseen calificaciones más bajas (D y E) todos los meses entre enero y septiembre, exceptuando abril. En el periodo de nueve meses, los valores con calificación A batieron al MSCI AC World, mientras que la relación lineal entre los grupos formados por las calificaciones ESG del estudio anterior -en la que cada grupo batió al de calificación inferior desde la A hasta la E- también se sostuvo en el periodo de nueve meses.

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En general, pudimos constatar la relación entre las calificaciones ESG elevadas y las rentabilidades durante un hundimiento y posterior recuperación de los mercados, lo que apoya la idea de que el énfasis de una empresa en la sostenibilidad es un indicio fundamental de la calidad de sus órganos de administración y dirección.

  • Renta variable

La súbita caída de los mercados entre febrero y marzo fue impactante por su gravedad y se sintió en todo el mundo. Por ejemplo, en EE. UU. solo hicieron falta 16 sesiones para que el S&P 500 cayera un 20% desde los máximos de febrero, dando lugar al mercado bajista más rápido de la historia estadounidense.

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La recuperación ha sido igual de impresionante y ha dejado el índice MSCI All Country World en el mismo nivel al que empezó el año. Durante este periodo, las cotizaciones de las empresas con una calificación de sostenibilidad de Fidelity elevada (A) se anotaron una rentabilidad equiponderada positiva del 0,4%, superando así al índice de referencia internacional, mientras que las empresas con calificaciones entre B y E se depreciaron. Aunque cada grupo superó al grupo inmediatamente inferior en la escala de calificaciones, es importante señalar que la mayoría de los grupos se comportaron peor que el índice MSCI debido a las abultadas ganancias del sector tecnológico durante 2020. Los valores tecnológicos se encuentran dispersos entre nuestras diferentes calificaciones ESG, desde la A hasta la E, de ahí que las cinco categorías no hayan podido moverse a la par que el índice de referencia.

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Abril rompe la racha ganadora de los valores sostenibles

Realizamos un análisis mensual de las rentabilidades durante los nueve primeros meses de 2020 comparándolas con el índice MSCI AC World. Observamos que los valores con mejores calificaciones ESG (A y B) presentaban mayores ganancias que los valores con peores calificaciones todos los meses, exceptuando abril.

Los grupos con calificaciones más altas cayeron menos cuando los mercados se hundieron y subieron menos que los valores con calificaciones ESG más bajas cuando se produjo la recuperación en abril.

Los grupos con calificaciones más altas cayeron menos cuando los mercados se hundieron y subieron menos que los valores con calificaciones ESG más bajas cuando se produjo la recuperación en abril. Eso sugiere que los valores con calificaciones ESG más altas también tienen un factor de beta baja y alta calidad, además de ser menos propensos a sufrir la volatilidad del conjunto del mercado.

Ajustes por calidad

Además de la dispersión de rentabilidades coincidente con las categorías de calificaciones ESG, observamos una correlación similar con la rentabilidad sobre recursos propios (RoE). Eso indica que aquellos valores con una calificación ESG más alta también tienden a ser valores de mayor calidad, lo que da pie a extraer conclusiones sobre la dimensión ESG a partir de la calidad del negocio de una empresa.

Con esta idea en mente, calculamos un promedio a cinco años de la RoE de nuestras empresas, clasificamos el universo en orden descendente, lo dividimos en cinco segmentos promedio y después analizamos el comportamiento de los valores para identificar mejor la dimensión ESG como factor a la hora de evaluar las rentabilidades de mercado.

En el cómputo global, la dispersión observada anteriormente se sostiene en este nuevo análisis. Los valores con calificaciones ESG de A y B siguieron batiendo a los valores integrados en las categorías inferiores (D y E) en los cinco niveles de RoE promedio, lo que indica que la calificación de sostenibilidad se sostiene como factor de rentabilidad con independencia de esta definición de calidad.

Además, descubrimos que la evolución de las empresas con las calificaciones más bajas (D y E) en un segmento de RoE elevado fue en muchos casos peor que la de los valores con calificaciones A y B de empresas con una RoE relativamente más baja. Eso sugiere que, en general, el mercado ha recompensado los rasgos de sostenibilidad de una empresa frente a la simple rentabilidad sobre el capital en 2020.

La tendencia de las calificaciones: peor comportamiento relativo de las empresas cuyas perspectivas en materia de sostenibilidad se deterioran

A la hora de asignar a las empresas una calificación ESG, nuestros analistas también indican si creen que el desempeño de una empresa en los factores ESG está mejorando, deteriorándose o se mantiene estable. Nada menos que el 31% de las empresas está mejorando sus perspectivas, mientras que solo el 4% parece estar empeorándolas, lo que demuestra la seriedad con la que los consejos de administración de las empresas están tomándose la dimensión ESG.

Fijándonos en las rentabilidades, las empresas cuyas perspectivas se deterioran se comportan peor que sus homólogas con perspectivas estables o al alza en la mayoría de niveles de calificación.

Tomadas en conjunto, sus acciones perdieron una media del 11% durante los nueve primeros meses de 2020, frente a la caída del 6,8% que se anotaron las empresas con una perspectiva estable y el descenso el 6,3% que registraron los títulos que mejoran. De nuevo, esto viene a refrendar la hipótesis de que las empresas con equipos directivos que se implican en cuestiones ESG registran un mejor comportamiento en los mercados. El mismo efecto del sector tecnológico se evidencia de nuevo aquí.

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  • Renta fija

En la renta fija, las conclusiones son similares a las que se obtienen en la renta variable. De media, los títulos de empresas con calificaciones ESG más altas se comportaron mejor que sus homólogas con peor calificación desde el 2 de enero hasta el 30 de septiembre (en tasa no ajustada). Los bonos de las 154 empresas con calificación A rentaron alrededor de un -0,5% de media, frente al -1,5% de las 557 empresas con calificación B y el -4,6% de las 225 empresas con calificación D. Existe cierta concentración entre las empresas con calificaciones D y E, lo que puede explicarse por el reducido tamaño de la muestra de estas últimas (únicamente 24).

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Ajustes por calidad crediticia

No todos los bonos nacen iguales. Observamos que las empresas con una calificación ESG elevada también tenían un diferencial medio de partida (diferencial ajustado a la opción) más bajo, lo que indica que son títulos de alta calidad y cabría esperar que superaran a sus homólogos de peor calificación en mercados volátiles.

Cuando controlamos el nivel de partida de la beta de crédito de cada emisor, la evolución en los diferentes niveles de calificación ESG de Fidelity es persistente y los bonos de empresas con calificaciones más altas siguieron comportándose mejor que sus homólogos de calificaciones más bajas.

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Para este cálculo, separamos los títulos por su diferencial de crédito de partida en quintiles y calculamos la rentabilidad media para cada combinación de quintil y calificación ESG, promediando de nuevo por los segmentos de diferencial para conseguir una única cifra para cada calificación A-E. Suprimimos del análisis todos los títulos con calificación E y todos los títulos en el quintil de calidad crediticia más baja, debido al bajo número de los dos.

Desglose mes a mes

En nuestro último análisis, desglosamos las cifras de conjunto por meses para obtener más detalles sobre el comportamiento de los títulos durante los diferentes periodos de un 2020 volátil. Los datos ajustados por calidad muestran que los bonos de empresas con calificaciones más elevadas batieron a sus homólogas de inferior calificación durante el hundimiento de marzo y la recuperación de abril.

Mayo fue el único mes en el que los títulos C y D lo hicieron mejor que sus homólogos más sostenibles, pero incluso entonces, la diferencia fue escasa.

Conclusión

La volatilidad que han sufrido los mercados en 2020 recuerda a la de 2008, a pesar de las diferencias en las circunstancias. Una reacción natural en un periodo de incertidumbre sería reducir los horizontes de inversión y postergar inquietudes a más largo plazo como la sostenibilidad medioambiental, el bienestar de las partes interesadas y el buen gobierno.

Sin embargo, nuestros estudios sugieren que, de hecho, el mercado discrimina entre las empresas en función de su atención a las cuestiones de sostenibilidad, tanto en los desplomes como en las recuperaciones, y eso demuestra por qué la sostenibilidad es un importante pilar de la gestión activa de carteras.

Fidelity International

 

Estudio realizado por Jenn-Hui Tan, responsable mundial de supervisión e inversión sostenible en Fidelity International.

 

 

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Los fondos españoles recuperan casi 10.000 millones gracias a los mercados y reducen las pérdidas anuales

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Pixabay CC0 Public DomainFoto: Bluesnap. g

El volumen de activos de los fondos de inversión nacionales aumentó en casi 9.700 millones de euros en noviembre por lo que, con datos provisionales de Inverco, el patrimonio total se situó a finales de mes en 271.952 millones de euros, un 3,7% más que en el mes anterior.

La aparición de los resultados asociados a la efectividad de la vacuna por parte de las grandes compañías farmacéuticas ha permitido una rebaja sustancial de las tensiones asociadas a la evolución negativa de la pandemia en los mercados financieros desde principios del mes de noviembre. En este contexto, los mercados financieros han aportado la totalidad del incremento de patrimonio en los fondos, permitiendo recuperar casi la totalidad de lo cedido en el primer trimestre del año. Sólo en noviembre los fondos presentan un crecimiento del 3,7% frente al mes anterior, y dejan el balance acumulado del año en tan solo una caída del 1,7% en términos patrimoniales.

Desde el mes de marzo (mínimo anual), los fondos incrementan su volumen de activos en casi 24.500 millones de euros, destaca Inverco.

En cuanto a flujos, los fondos mantuvieron en noviembre el comportamiento plano de meses anteriores, registrando reembolsos netos por valor de 160 millones de euros y situando la cifra en lo que llevamos de cuarto trimestre en 210 millones de reembolsos netos. En el acumulado del año, esta cifra se sitúa en el entorno de los 970 millones de euros.

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En noviembre, las categorías de renta fija, renta variable internacional y gestión pasiva registraron flujos netos positivos. Así, los primeros presentan suscripciones netas en torno a los 200 millones de euros, centradas en la renta fija a largo plazo, que experimenta más de 300 millones de euros de flujos netos positivos, y la deuda internacional (más de 100 millones de entradas netas positivos) frente a los más de 200 millones de euros de reembolsos netos producidos en los fondos de renta fija a corto plazo.

En sentido opuesto, tanto los fondos garantizados como los globales registraron salidas patrimoniales.

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Rentabilidades positivas

Los fondos han experimentado en el mes una rentabilidad media del 4,19%, lo que supone el mejor registro de la serie histórica, con rentabilidades muy positivas en todas las categorías, sobre todo en aquellas con mayor exposición a acciones.

Ello permite revertir el sentido del rendimiento medio acumulado anual y colocar la media de rentabilidad en el año en positivo, en un año con una extrema volatilidad. Destacan la categoría de renta variable internacional, cuyos fondos ya ofrecen un rendimiento medio en el año superior al 2,8%.

En aquellas categorías con exposición exclusiva a renta fija, la nueva reducción en las TIRes de la deuda pública a largo plazo, situándola muy cerca de su mínimo histórico, permite presentar rendimientos positivos a los fondos de renta fija de mayor duración.

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Las pensiones privadas latinoamericanas impulsan la demanda de fondos internacionales

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Pixabay CC0 Public Domain. Credicorp Capital Asset Management firma acuerdo de distribución con Selinca AV

Continuando con la tendencia de diversificación de instrumentos locales de gobierno, los fondos de pensiones latinoamericanos aumentaron su exposición internacional en un 19%, según el informe de Cerulli Latin American Distribution Dynamics 2020: Emerging Opportunities in Uncertain Times.

El informe cuantifica los activos totales bajo de los cuatro sistemas de administración del de fondos de pensiones (AFP/Afore) en 574.000 millones de dólares a cierre de 2019. Incluyendo el sistema de pensiones complementario de pensiones brasileño, que también tuvo un año positivo, el total de activos bajo gestión regional se sitúa en 1,05 billones de dólares (trillones en inglés).

Los flujos hacia las administradoras de pensiones de AFP / Afore en Chile, México, Colombia y Perú reflejan una tendencia ascendente gradual que responde a una creciente formalidad en los mercados laborales y a unos salarios más altos. Las entradas también se encuentran entre las más ciertas de América Latina. “Las contribuciones a los sistemas AFP / Afore de México, Colombia, Chile y Perú son obligatorias y se deducen directamente de las nóminas de los trabajadores”, según Thomas Ciampi, director de Latin Asset Management, socio de investigación de Cerulli en América Latina. «Para los gestores internacionales, representan una oportunidad de expansión estratégica».

Si bien los fondos de inversión internacionales fueron los claros ganadores en 2019, añadiendo 11.700 millones de dólares en asignaciones totales para finalizar el año en 87.000 millones de dólares, los fondos cotizados en bolsa (ETF) están acumulando activos de manera constante. Al final de año, los activos incrementaron en más de 8.000 millones con respecto al año anterior. El estudio proyecta que la demanda de instrumentos internacionales se mantenga fuerte con incrementos del 12%-13%, comparado con un 8% para vehículos locales. Para 2024, este tipo de activo podría llegar a representar 21% del total de la industria.

Entorno regulatorio favorece la demanda

Un entorno regulatorio más relajado está ejerciendo de viento de cola para los flujos de activos. Al principio de 2020, las Afores mexicanas empezaron a añadir fondos internacionales, vehículos que han sido considerados inelegibles durante mucho tiempo, a sus carteras de inversiones. Alrededor de 100 fondos internacionales se han añadido a la lista de vehículos aprobados desde entonces. “La regulación es a menudo lo que está frenando la inversión adicional en fondos internacionales y ETFs ”, comenta Ciampi. «En Brasil, por ejemplo, la regulación de las inversiones de los fondos de pensiones en instrumentos internacionales se ha suavizado considerablemente, lo que permite a las administradoras de pensiones asociarse con firmas de fondos globales de distintas formas».

Las perspectivas a largo plazo son alentadoras para los flujos de activos internacionales.  Sin embargo, a corto plazo, el estudio sugiere que las AFP podrían comenzar a ajustar sus carteras de inversión para combinar una asignación estratégica de activos a largo plazo con una mayor necesidad de liquidez suficiente para hacer frente a retiros masivos de los participantes.

 “La pandemia de COVID-19 afectó significativamente a las AFPs y Afores, no solo por los despidos del empleo formal, sino también por las muy débiles redes de seguridad social de los países latinos. Los gobiernos han cedido a la presión popular para permitir que los trabajadores despedidos canjeen parte de sus ahorros de pensiones para ayudarlos a llegar a fin de mes en ausencia de la asistencia universal por desempleo”, según Ciampi. El informe recomienda que las firmas de fondos globales se mantengan alertas a posibles cambios en las carteras de las AFP a la luz de la necesidad de las administradoras de pensiones de mantenerse líquidas”.

 

Los accionistas de Bankia aprueban la fusión con CaixaBank

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Foto cedidaJosé Ignacio Goirigolzarri, presidente de Bankia, durante la Junta General Extraordinaria de Accionistas de Bankia . Los accionistas de Bankia aprueban la fusión con CaixaBank

La Junta General Extraordinaria de Accionistas de Bankia aprueba el proyecto de fusión por absorción de Bankia por CaixaBank, que dará lugar a una franquicia de servicios financieros de con más de 20 millones de clientes.

La ecuación de canje fijada es de 0,6845 acciones ordinarias nuevas de CaixaBank por cada acción de Bankia y el precio incluye una prima del 20% sobre la ecuación de canje a cierre del 3 de septiembre, antes de la comunicación al mercado de la existencia de negociaciones sobre la operación. Además, supone una prima del 28% sobre la media de ecuaciones de canje de los últimos tres meses. La nueva entidad mantendrá la marca CaixaBank y está previsto cerrar la operación durante el primer trimestre de 2021, una vez recibidas todas las autorizaciones regulatorias pertinentes.

“La incidencia del COVID-19 y la previsible persistencia en el largo plazo de tipos de interés en el terreno negativo hacen que nuestro camino para los próximos años sea un camino que debemos recorrer acompañados. Acompañados por el mejor compañero de viaje que podíamos tener para iniciar esta nueva etapa, que es CaixaBank”, explica el presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri.

La entidad combinada superará los 660.000 millones en activos totales, un volumen que le convertirá en el banco de mayor tamaño del mercado doméstico y una capitalización bursátil superior a los 16.000 millones de euros.

Goirigolzarri, que será presidente ejecutivo del nuevo grupo, ha afirmado que “tenemos a día de hoy grandes incertidumbres sobre cómo será el futuro, pero, de lo que estamos seguros es de que ese futuro será mejor en esta nueva entidad que se conforma tras la fusión de Bankia y CaixaBank, que el futuro de cada una de las entidades de forma individual, por separado”.

El nuevo grupo busca reforzar su liderazgo en banca retail en España, con más de 20 millones de clientes y la primera posición en la cuota de mercado en varios productos: depósitos (24%), créditos (25%) y ahorro largo plazo (29%), que incluye los seguros de ahorro, los fondos de inversión y los planes de pensiones.

“Esta operación constituye un proyecto de creación de valor para clientes y accionistas, mejorando los niveles de eficiencia y de rentabilidad, a partir de una excelente base de clientes, muy diversificada en actividades y geográficamente con acceso a una plataforma de distribución única y la mejor oferta de productos y servicios”, subrayan desde la entidad.

Además, esta transacción generará nuevos ingresos por la renegociación de los acuerdos suscritos por Bankia en el ámbito de seguros y por la capacidad de ofrecer un porfolio de productos y servicios más amplio y de alta calidad a una base mayor de clientes. En un horizonte de cinco años, las previsiones del banco apuntan a unos ingresos por sinergias de ingresos de 290 millones de euros anuales.

Por otro lado, la entidad espera conseguir ahorros recurrentes de costes de 770 millones de euros anuales (de forma plena a partir de 2023), que mejorarán la ratio de eficiencia hasta situarla “en niveles muy competitivos” (ratio de eficiencia proforma a 2019 del 47,9% incorporando el 100% de las sinergias).

Además, con la generación de sinergias el banco también espera mejorar la rentabilidad esperada, con un RoTE estimado a partir del consenso del mercado que se situará en niveles superiores al 8% en 2022. Asimismo, “la sólida posición de capital de Bankia y CaixaBank permitirá absorber los costes de reestructuración y los ajustes de valoración, resultando en una ratio CET1 de la entidad combinada del 11,6%, manteniendo un amplio margen (310 puntos básicos) sobre el nivel exigido regulatoriamente”, según explican desde el banco.

Accionariado de la nueva entidad

Los accionistas de CaixaBank representarán, inicialmente, el 74,2% del capital de la nueva entidad, y los de Bankia, el 25,8%. CriteriaCaixa, entidad controlada al 100% por la Fundación Bancaria la Caixa, se mantendrá como accionista de referencia de CaixaBank, con alrededor del 30% del accionariado, mientras que el FROB alcanzará el 16,1%.

La estructura accionarial de la entidad combinada se completa con un 54% de free float (acciones cotizadas en el mercado de valores), un 37% que corresponde a inversores institucionales y un 17%, al mercado minorista.

“Iniciamos un nuevo proyecto que es tremendamente ilusionante, y que nos llena de orgullo, pero también de responsabilidad. Para afrontar esta gran responsabilidad contamos con la experiencia e ilusión de dos grandes equipos”, añade Goirigolzarri.

Oportunidades post-coronavirus y cómo posicionarnos para 2021 en renta fija

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Pixabay CC0 Public Domain. Oportunidades post-coronavirus y cómo posicionarnos para 2021 en renta fija

Durante el confinamiento, un gran número de compañías y sectores sufrían una presión considerable en sus cotizaciones, presión que se vio especialmente acentuada en sectores como el de las aerolíneas, compañías de cruceros, duty free, fabricantes de maletas, hoteles e industrias relacionadas con el consumo. Este año, hemos puesto el foco en esos ángeles caídos (fallen angels) y, de forma gradual, hemos ido tomando posiciones en compañías altamente golpeadas.

Muchos de estos sectores se recuperaron significativamente tras los últimos anuncios relativos a la disponibilidad de la vacuna. Sin embargo, siguen cotizando con grandes descuentos respecto a la época pre-COVID-19, y aquellas compañías sólidas y de buena calidad podrían experimentar una recuperación más continuada. Asimismo, tienen más flexibilidad para gestionar los desafíos económicos a través de, por ejemplo, la emisión de acciones o la venta de activos para levantar capital.

No obstante, reconocemos que los problemas de crédito se mantendrán durante los próximos seis meses, ya que la recuperación podría llegar demasiado tarde para algunas empresas con dificultades para encontrar financiación o reestructurarse. Esto nos lleva a continuar centrándonos en negocios sólidos, aunque podemos empezar a mirar hacia un entorno más normalizado a mediados del próximo año.

También tenemos una pequeña posición en asset-backed bonds emitidos por aerolíneas y respaldados por sus activos subyacentes -en este caso, los aviones-, cuyo valor ha caído con la pandemia. Esta situación ha generado buenas oportunidades. El motor clave a la hora de invertir en estos bonos es centrarse en la calidad de los activos subyacentes -en nuestro caso, aviones nuevos de fuselaje estrecho- que ahora tienen más demanda.

Encarando el 2021: foco en el carry

El año que viene será el año del carry, donde pondremos el foco los próximos meses. El carry es el beneficio de los bonos que poseemos. Dado que la mayor parte de la apreciación de capital ya ha tenido lugar este año, deberían ser los ingresos los que impulsen los retornos. Esto significa que buscaremos bonos con cupones atractivos en compañías sólidas donde el call de esos bonos, especialmente en high yield, se produzca en 2024/2025. En estos bonos, el rendimiento en 2021 y 2022 será el propio cupón. Esto nos dará la oportunidad de obtener cupones altos, frente a la liquidez, a medida que se produce el roll-down de los bonos.

Creemos que 2021 será un año de fortaleza para algunas áreas de la renta fija. Será más un año de carry, dado que gran parte de la recuperación de los precios de los bonos ya ha tenido lugar. Con los tipos de interés a cero, a los bonos soberanos y la mayoría del investment grade les costará igualar el importante rendimiento de los últimos años a medida que los tipos de interés bajan cada vez más. Si se produjera una depresión o una recaída económica significativa, entonces los bonos de mejor calidad crediticia tendrán un mejor comportamiento, especialmente si vemos un movimiento hacia tasas de interés negativas en los EE.UU.

Si los resultados de la vacuna son igualmente buenos, se debería consolidar el mercado a estos nuevos niveles. En ese caso, añadiríamos más riesgo de crédito ante cualquier retroceso.

Tribuna de Andrew Lake, director de renta fija de Mirabaud Asset Management

 

Andrew Lake es el gestor del fondo Mirabaud Global Strategic Bond I cap. USD. Se trata de un fondo de renta fija global que, gracias a su estrategia basada en un modelo de gestión activa y flexible, permite detectar las mejores oportunidades a lo largo del ciclo. El fondo invierte en bonos soberanos, bonos corporativos, investment grade, high yield, deuda de mercados emergentes y convertibles. Esa variedad de tipologías de activo también es una protección frente a los movimientos en los mercados. El fondo se caracteriza frente a otros de su categoría por su atractivo binomio rentabilidad/riesgo. A 30 de octubre, la cartera registraba un YTM del 2,9% y una duración de 4,41 años.

A 25 de noviembre de este año, la estrategia contaba con cerca de 600 millones de dólares bajo gestión y acumulaba una rentabilidad del 4.38%*. Ha sido merecedora de cuatro estrellas Morningstar y clasificación Citywire +.

* Clase I Cap USD. Rentabilidad 2019 +7.1%, 2018 -2.3%, 2017 +5.42%. Rentabilidades pasadas no garantizan rentabilidades futuras. Para más información sobre rentabilidades históricas y riesgos asociados a este Subfondo, consulte la Sección la web www.mirabaud.com/es 

España: los nuevos cambios fiscales que nos esperan

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Edmond de Rothschild analiza las últimas reformas fiscales anunciadas en España, introducidas en los Proyectos de Ley de medidas de prevención y lucha contra el fraude fiscal y de Presupuestos para el año 2021, así como en la Ley del Impuesto sobre Transacciones Financieras.

Desde un punto de vista legal y fiscal, los cambios más relevantes introducidos serán el incremento del tipo impositivo de las bases imponibles general y del ahorro para rentas superiores a 300.000 y 200.000 euros, los cambios que afectan al impuesto sobre el patrimonio español y la creación de un impuesto sobre las Transacciones Financieras (Tasa Tobin). Asimismo, estas reformas incluyen las modificaciones en la aplicación de la exención por doble imposición, el cambio del cálculo de la base imponible de los inmuebles en determinados impuestos indirectos y los cambios fiscales en las sicavs españolas.

Impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRPF)

En primer lugar, se incrementa en 2 puntos (2%) el tipo impositivo de la base imponible general cuando se superen unos ingresos de 300.000 euros (el tipo máximo actual dependiendo de la comunidad autónoma está entre el 43% y el 48%) y en tres puntos (del 23% al 26%) para la base imponible del ahorro que supere los 200.000 euros.

Para los planes de pensiones, se limita la reducción aplicable las aportaciones a planes de pensiones particulares de 8.000 a 2.000 euros.

Impuesto sobre el patrimonio (IP)

En lo referente al impuesto sobre el patrimonio, se incrementa la tarifa en 1 punto para bases liquidables superiores a 10 millones de euros (en la actualidad el tipo máximo, dependiendo de la comunidad autónoma está entre el 2,5% y el 3,75%).

Asimismo, se elimina la posibilidad de dejar exentos en el Impuesto sobre Patrimonio los seguros de vida en los que el tomador no tenga la facultad de ejercer el derecho de rescate total en la fecha de devengo del impuesto (designación de beneficiario irrevocable). A partir de ahora, el tomador del seguro computará en su base imponible el valor de la provisión matemática en la citada fecha.

Exención por doble imposición de dividendos y plusvalías

Por otro lado, la exención por doble imposición de dividendos y plusvalías para participaciones superiores al 5% pasará del 100% al 95%, excepto para aquellas empresas que se hayan constituido partir de 1 de enero de 2021, que tengan una cifra de negocios inferior a 40 millones de euros, no sean patrimoniales y no pertenezcan a un grupo de sociedades, en cuyo caso podrán seguir aplicando la exención al 100% durante un periodo de tres años.

Además, en relación con los requisitos para la aplicación de la exención, se elimina la posibilidad de que el coste de la participación superior a 20 millones de euros como alternativa al porcentaje mínimo de participación del 5%. Esta última modificación se traslada a la Ley del IRNR para la exención sobre dividendos distribuidos a entidades de UE (Directiva Matriz-Filial).

Instrumentos de inversión

En lo referente a los instrumentos de inversión, se pretende cargar un 0,20%, con carácter general en las operaciones de compraventa de empresas españolas cotizadas que tengan una capitalización bursátil superior a los 1.000 millones de euros, la denominada Tasa Tobin.

Por otro lado, con efectos desde el 1 de enero de 2022, y para participaciones o acciones adquiridas a partir de dicha fecha, los ETFs cotizados en el extranjero no podrán aplicar el régimen de traspasos. Se iguala, por tanto, su tratamiento a los ETFs españoles.

Para los bienes inmuebles, se utilizará el valor de referencia previsto en la normativa reguladora del catastro inmobiliario como el valor real a la hora de determinar el Impuesto sobre, Sucesiones y Donaciones y Transmisiones Patrimoniales. Existen dudas en la redacción de la norma, pero parece que también será aplicable al Impuesto sobre el Patrimonio, lo que, según la firma, tendrá un impacto importante en la valoración de los inmuebles a efectos del Impuesto sobre Patrimonio dado que en la actualidad para inmuebles con fechas de adquisición antiguas se solía usar el valor de adquisición.

Asimismo, se establecen nuevas obligaciones informativas referidas a la tenencia y operativa con monedas virtuales. Por ejemplo, deberán aparecer reflejadas en el Modelo 720 aquellas que estén custodiadas en cuentas en el extranjero.

Sicavs españolas

Según la legislación española se pueden constituir sicavs españolas con un capital social mínimo de 2,4 millones. Actualmente existen en España muchas sicavs familiares entre 3,5 y 10 millones. Las sicavs están gravadas al 1%. La base imponible es la renta neta anual.

Las sicavs en España necesitan, a efectos regulatorios, al menos 100 accionistas. La mayoría de las sicavs españolas no son vehículos colectivos reales ya que el 99% del capital social es propiedad de unos pocos accionistas (un accionista de unos pocos miembros de la misma familia).

Por este motivo, las autoridades fiscales españolas intentaron atacar a las sicavs en el pasado, considerando que se trataba de un fraude ya que la mayoría de los accionistas solo tenían una acción con el único propósito de obtener las ventajas fiscales del vehículo. Sin embargo, desde el punto de vista regulatorio, la CNMV no consideró esta situación como irregular, los intentos de las autoridades tributarias fueron infructuosos.

Se introducirá una nueva modificación fiscal

La nueva legislación faculta, además, a la inspección tributaria el derecho a determinar, solo para fines fiscales, si las sicavs tienen estatus de institución colectiva o si, por el contrario, efectivamente existen accionistas simulados (accionistas con el único fin de obtener un régimen tributario para el vehículo).

En consecuencia, la inspección fiscal estará facultada para decidir si una sicav familiar no es una verdadera sicav colectiva y, en consecuencia, deberá tributar al tipo impositivo del 25% en lugar del 1%.

“De aprobarse esta medida, generará una importante inseguridad jurídica y podría ser el golpe final para este vehículo inversor”, advierten desde Edmond de Rothschild. Para solucionar este riesgo, existen varias alternativas, pero la firma recomienda estudiarlas con cuidado y precaución: la fusión de sicavs españolas, fusiones transfronterizas etc.

Transparencia fiscal internacional

Además, se contempla la transparencia del establecimiento permanente, cuando estén situados en un territorio en el que concurran las mismas condiciones de baja tributación previstas para las entidades, sin que, en ese caso, pueda aplicarse la exención prevista en el artículo 22 de la Ley del Impuesto de Sociedades (exención por dividendos).

Aquí se incluyen las rentas derivadas de actividades de seguros, crediticias, operaciones de arrendamiento financiero y otras actividades financieras salvo que se trate de rentas de actividades económicas, y las provenientes de operaciones con personas o entidades vinculadas, en las que la entidad no residente o establecimiento añade un valor económico escaso o nulo.

Asimismo, se mantiene la imputación de la totalidad de las rentas de entidades en aquellos casos en los que no se dispone de medios materiales y personales para su obtención (con determinadas excepciones y requisitos).

Exit Tax

Estas reformas incluyen, además, la regulación como un nuevo supuesto de imposición de salida del traslado de la actividad del establecimiento permanente al extranjero. Se permite el fraccionamiento del pago a lo largo de cinco años, en quintas partes anuales iguales, cuando el traslado se realice a otro estado miembro de la UE o del Espacio Económico Europeo que haya celebrado un acuerdo de asistencia mutua en materia de cobro de créditos tributarios con España.

En el caso de cambio de residencia o transferencia a España de elementos patrimoniales o actividades que, de acuerdo con ATAD, haya sido objeto de una imposición de salida en un estado miembro de la Unión Europea, el valor determinado por el estado miembro de salida tendrá la consideración de valor fiscal en España, salvo que no refleje el valor de mercado.

La restricción al movimiento de capitales desde un punto de vista legal

Ante los temores y rumores de que en España se pudiera decretar algún tipo de medida de esta naturaleza de manera unilateral por parte del gobierno español, Cuatrecasas enumeró las razones legales por las que eso no sería posible, tanto desde un punto de vista interno español (sería anticonstitucional) como comunitario (al tratarse de uno de los derechos fundamentales de la UE). Por ello, desde la firma subrayan que siempre sería necesario un acuerdo de la UE para poder tomarse una medida de esta naturaleza.

La custodia, no obstante, de cuentas de valores en otros países diferentes a España es, según la opinión de Cuatrecasas, recomendable por un simple principio de diversificación del riesgo. No obstante, recuerdan que no existe en España ningún beneficio fiscal por el hecho de tener cuentas depositadas en el extranjero, pero tampoco perjuicios fiscales por tenerlo.

La Administración Tributaria ha confirmado en numerosas resoluciones la posibilidad de hacer “traspasos con diferimiento fiscal entre UCITS” en cuentas depositadas en el extranjero. Respecto a la posibilidad de traspasar patrimonio a otros países extranjeros (cambio de domicilio de las sicavs, fusiones transfronterizas, etc…) es algo que, según Edmond de Rothschild debe analizarse caso por caso para determinar la opción más interesante desde un punto de vista fiscal.

Cambios de residencia fiscal

“Se trata de un asunto de máxima actualidad en España y es imprescindible asesorarse previamente tanto en España (país de origen) como en el país de destino”, aseguran desde la firma.

No obstante, la Inspección Tributaria española está siendo “muy beligerante” con los cambios de residencia, haciendo investigaciones muy concienzudas para garantizar que los cambios de residencia son reales y que el centro de interés económico del sujeto pasivo no permanece en España, según explican desde la entidad.

En este sentido, Edmond de Rothschild advierte que se deberá llevar a cabo un análisis especial en el supuesto de que el Exit Tax se devengue en España, dado que es posible que el país de destino no permita actualizar el valor fiscal de los activos gravados con dicho impuesto en el país de origen (por ejemplo, es el caso de Portugal).

En el supuesto de que el país de destino haya establecido un régimen tributario beneficioso para los impatriados, será imprescindible asesorarse antes del cambio de residencia también en el país de destino para planificar la opción más beneficiosa y asegurarse de que se cumplen todos los requisitos exigidos para la aplicación de dicho régimen.

Accenture e Inversis llegan a un acuerdo estratégico para el desarrollo internacional de soluciones de outsourcing en servicios de inversión

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Firma Alberto del Cid y Diego Loéz Abellán 5
Foto cedidaDe izquierda a derecha, Alberto del Cid, consejero delegado de Inversis y Diego López Abellán, managing director de Servicios Financieros de Accenture en España.. Accenture e Inversis llegan a un acuerdo estratégico para el desarrollo internacional de soluciones de outsourcing en servicios de inversión

Inversis y Accenture han llegado a un acuerdo para impulsar una línea de negocio con foco internacional que permitirá a las entidades de crédito, principalmente bancos universales y especializados en banca privada, externalizar todos los procesos operativos y tecnológicos relativos a la distribución de productos de inversión. 

Según han explicado ambas firmas, como fruto de este acuerdo, y en su fase inicial, Accenture colaborará en la transformación y desarrollo de la plataforma tecnológica de Inversis. Además, este acuerdo estratégico, sujeto a la autorización de los organismos supervisores correspondientes, acelerará los planes de crecimiento de Inversis para ampliar sus servicios fuera del mercado español. 

La solución de outsourcing que Inversis y Accenture desarrollarán permitirá a las entidades financieras afrontar un entorno caracterizado por la presión regulatoria y la compresión de márgenes, sustituyendo sus estructuras de costes fijos por modelos de costes variables. Según destacan, “la experiencia de Accenture como proveedor de servicios de externalización de grandes entidades financieras, combinada con los servicios de inversión y la plataforma de fondos de Inversis, permitirá la creación de una solución inexistente hasta ahora en el mercado”. 

Esta oferta de servicios facilitará a los clientes el cumplimiento del nuevo entorno regulatorio en aspectos como los relativos a la normativa MiFID II, mejorar los procesos de toma y ejecución de órdenes, liquidación de operaciones y custodia y administración de activos financieros, con una cobertura completa en términos del tipo de productos incluidos en la oferta, incluyendo el acceso a más de 50.000 fondos de inversión de más de 450 gestoras. 

En una primera fase, el mercado objetivo está focalizado en las entidades financieras europeas (bancos, aseguradoras y fintechs) con la posibilidad de expandir esta propuesta de valor a otros mercados geográficos, como Latinoamérica, región en la que Inversis ya presta servicios a clientes. Además, en la primera fase, Accenture trabajará con Inversis en la modernización de su actual plataforma tecnológica, con el objetivo de trasladarla a la nube (cloud) para adoptar soluciones de próxima generación. De esta forma, Accenture se convertirá en el socio tecnológico preferente de Inversis, gestionando los servicios vinculados a la nueva plataforma en lo relativo al desarrollo y mantenimiento de aplicaciones y la gestión de las infraestructuras tecnológicas.

“En 2019 Inversis anunció su apuesta por impulsar la creación de valor de la compañía por una doble vía: el desarrollo de los servicios y productos actuales y/o la creación de nuevas fuentes de ingresos y una mayor cobertura geográfica. Tras este acuerdo, Inversis mejorará sus resultados y valor como compañía gracias a una evolución de su plataforma tecnológica, la incorporación de nuevos clientes a nivel internacional, el posicionamiento de su marca en otras geografías y el desarrollo de nuevos modelos de negocio”, ha señalado Alberto del Cid, consejero delegado de Inversis

Por su parte, Diego López Abellán, managing director de Servicios Financieros de Accenture en España, Portugal e Israel, ha destacado que “desde Accenture esperamos ayudar a Inversis a reimaginar la experiencia de los servicios de distribución de activos para sus clientes del sector financiero. Al pasar a la nube y adoptar soluciones tecnológicas de última generación, la plataforma de Inversis será más ágil y estará diseñada para reducir los costes de la operación, acceder en tiempo real a la información, es escalable a requerimientos regulatorios locales y permite desarrollar nuevos modelos de negocio, además de facilitar de una manera ágil la incorporación de nuevos clientes y funcionalidades”.

Allfunds se convierte en el proveedor de la plataforma de fondos de CMB Group, el principal banco privado de China

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Pixabay CC0 Public Domain. Inversis apuesta por una cartera diversificada, con la atención puesta en emergentes y en EE.UU.

Allfunds, la wealthtech y proveedor de distribución de fondos, ha sido seleccionado como la plataforma de fondos de inversión B2B socia del banco privado China Merchants Bank Group (CMB Group). Por lo tanto, Allfunds será el proveedor de acceso a fondos de terceros para todos sus centros de PWM&PB en el extranjero, especialmente en los mercados de Hong Kong y Singapur.

Según ha explicado, a través de este acuerdo, CMB Group podrá utilizar las capacidades de distribución de fondos de Allfunds para reforzar su negocio de gestión de patrimonio privado y banca privada, que está experimentando un rápido crecimiento en todo el mundo. Esta medida también está en línea con la estrategia del banco de continuar desarrollando sus negocios en el extranjero a través de un crecimiento y una inversión sostenibles.

Al seleccionar Allfunds, las filiales de CMB en el extranjero podrán acceder a la mayor red de distribución de fondos del mundo con una amplia gama de fondos de inversión. Además, podrán utilizar los servicios de gestión de activos que la wealthtech proporciona en Asia y en todo el mundo. Entre estos servicios destaca los datos y el análisis, las herramientas de cartera y de presentación de informes, y los servicios de investigación y regulación. CMB tiene como objetivo utilizar Allfunds para aumentar la eficiencia e impulsar el crecimiento de su negocio de fondos.

Gracias a la cooperación con CMB, el principal banco privado de China y entre los 10  bancos más conocidos del mundo según The Banker, Allfunds podrá seguir ampliando y reforzando su posición en Asia-Pacífico, así como de mejorar sus soluciones integrales e innovadoras para la gestión de fondos de terceros. Según indica, el mercado asiático es una pieza fundamental de la estrategia de crecimiento de Allfunds y es una región sumamente importante para las ambiciones futuras de la wealthtech. 

El CEO y fundador de Allfunds, Juan Alcaraz ha destacado la importancia de este acuerdo:  «Estamos encantados de asociarnos con CMB, un banco privado de gran prestigio y líder en China. Estamos entusiasmados con las enormes oportunidades que se presentan en los mercados de gestión de patrimonios de Asia y China, fundamentales en nuestra estrategia de crecimiento, mientras continuamos ampliando la red de distribución de fondos mundiales. Queremos contribuir a la expansión de CMB en la región».

Por su parte, David Pérez de Albéniz, Regional Manager en Asia de Allfunds, ha señalado que «CMB está consolidado en la región como un banco digital e innovador. Como líderes en el sector wealthtech, nuestro equipo en Asia está comprometido con la experiencia del cliente, la innovación y las soluciones digitales. Estamos encantados de poder ayudar a CMB a avanzar en su misión y apoyar su ambición de crecimiento con nuestras soluciones de valor añadido y de vanguardia en el sector wealthtech».

Actualmente, Allfunds tiene una oficina en Singapur y un equipo de 17 empleados que aportan un profundo conocimiento de las particularidades de los mercados asiáticos, así como una considerable experiencia en la región. A principios de este año, Allfunds abrió una nueva oficina en Hong Kong como hub para su negocio en el norte de Asia, ampliando su ecosistema con nuevos distribuidores y gestores de fondos procedentes de la región.

Los bancos y los factores ESG: desde el gobierno corporativo al medioambiente

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City of London Mariano Mantel
Pixabay CC0 Public DomainMariano Mantel. Mariano Mantel

Tras más de una década después de la crisis financiera mundial y la consiguiente revisión de la regulación bancaria, los perfiles de gobierno corporativo de las entidades de crédito —el mayor problema en clave ESG de los bancos antes de la citada crisis— han mejorado significativamente y, hoy por hoy, son uno de los factores positivos para los inversores en deuda bancaria europea. Según nos adentramos en una nueva década y en una nueva etapa de la regulación, avanzamos de los aspectos relacionados con el gobierno corporativo a los medioambientales, posicionándose el riesgo climático como nueva área de especial interés.

Aunque el riesgo climático es sustancial para el sector bancario europeo, la regulación seguirá haciendo a veces de catalizador positivo para los perfiles ESG de las entidades de crédito, profundizando en su historial de transformación del sector tras la crisis financiera mundial. Las iniciativas impulsadas por el sector bancario también están ganando impulso y, dada la función dominante de las entidades de crédito en la financiación de la economía europea, es probable que los bancos desempeñen una función cada vez más activa en la transición medioambiental.

La cuestión del gobierno corporativo para los bancos

El gobierno corporativo ha dominado los perfiles ESG y de crédito de los bancos desde la crisis financiera mundial. Dicha cuestión entre los bancos europeos y de todo el mundo ha llevado a una destrucción de valor excesiva en el sector, bien por las elevadas pérdidas durante la crisis financiera mundial, bien por los altos costes derivados de las malas conductas en la última década.

Antes de la crisis financiera mundial, la deficiente supervisión del riesgo, la excesiva asunción de riesgos y el hincapié en los beneficios a corto plazo, combinados con una regulación laxa, llevaron a una elevadísima vulnerabilidad del sector bancario europeo a perturbaciones externas. Al avanzar la crisis financiera mundial, las entidades de crédito no fueron capaces de absorber las abultadas pérdidas derivadas de préstamos y valores, lo cual se tradujo en quiebras y rescates de bancos de importancia sistémica. En lugar de amortiguar la crisis, los bancos exacerbaron su efecto, extremo que derivó en una de las mayores contracciones de la historia.

Tras la crisis financiera mundial, las conductas del pasado llevaron a unos significativos costes por malas conductas que han pesado durante años sobre la rentabilidad del sector. Las entidades de crédito europeas han registrado costes por malas conductas muy superiores a 100.000 millones de euros desde 2008 (1), reflejo de diversidad de problemas heredados de etapas pasadas (por ejemplo, las hipotecas subprime de Estados Unidos y la manipulación del mercado).

Regulación, el catalizador para cambios positivos en el gobierno corporativo

Puede que la tendencia del gobierno corporativo de los bancos más importante de la última década haya sido la regulación. Tras la crisis financiera mundial, los reguladores se encontraron con la ardua tarea de revisar en profundidad la regulación bancaria para velar por que no se produzca otra crisis. En particular, trabajaron para incrementar la resiliencia del sector bancario a perturbaciones externas y asegurar que las entidades de crédito puedan hacer frente a una situación de tensión, sin necesidad de recurrir a dinero público.

Basilea III es el resultado de años de una regulación reforzada, implementada en la mayoría de las jurisdicciones de todo el mundo, donde se incluye Europa en 2013 a través del Reglamento y la Directiva de requisitos de capital (CRR/CRD). El foco se ha dirigido a hacer frente a las carencias fundamentales de los regímenes regulatorios previos y la incapacidad de los bancos de abordar las perturbaciones económicas. Los elementos clave incluyen el refuerzo de los requisitos de capital y liquidez, el fortalecimiento de las prácticas de gestión de riesgos y la supervisión regulatoria y, por último, la mejora de la provisión de información y la transparencia. Tanto la cuantía del capital captado como la mejora de la gestión y la supervisión de los riesgos han sido esenciales en la transformación del sector. Los bancos han tenido que reducir el riesgo en sus operaciones de préstamo y negociación para evitar tener que hacer frente a requisitos de capital más elevados previstos en la nueva regulación, abriendo así el camino a que reduzcan los activos de mayor riesgo y que las operaciones en los mercados de capitales de mayor riesgo sean de las dimensiones adecuadas. La mejora de los requisitos de información y transparencia ha permitido que los inversores conozcan mejor los posibles factores de riesgo entre bancos.

Como resultado de una regulación más exigente, los perfiles de gobierno corporativo de las entidades de crédito han mejorado significativamente. El gobierno corporativo ha pasado a ser un factor positivo de los perfiles de crédito de los bancos y ha hecho del sector uno de los más resilientes. La crisis actual del COVID-19 es prueba de esta mejora, pues el sector bancario europeo ha logrado absorber una recesión profunda, al tiempo que ha seguido respaldando a los clientes y la economía. Actualmente, en lugar de amplificar, los bancos amortiguan las perturbaciones económicas. Los costes en litigios también han descendido tras los máximos de 2013 y 2014 como resultado de la mejora de las prácticas de gobierno corporativo. Sigue habiendo algunos ámbitos donde es posible seguir mejorando, tal y como ponen de manifiesto las sanciones recientes por cuestiones relacionadas con el blanqueo de capitales. Sin embargo, la tendencia ha sido de sólida mejora y, hoy por hoy, el gobierno corporativo es un aspecto positivo para los inversores que mantienen bonos bancarios.

Del gobierno corporativo al medioambiente: ¿dónde se encuentra el riesgo climático para los bancos?

En el caso de los inversores en deuda corporativa, el foco en la última década se ha centrado en el gobierno corporativo, a fin de hacer frente a la reconstrucción del sistema bancario tras la crisis financiera mundial. Aunque la regulación continúa avanzando y sin duda llevará a un mayor fortalecimiento de los fundamentales bancarios —Basilea IV está en el horizonte—, el gobierno corporativo de los bancos se está acercando a objetivos definitivos.

Por tanto, ahora que el sector bancario se ha «arreglado», el foco regulatorio puede virar a aspectos medioambientales. Si bien las propias operaciones de los bancos entrañan un efecto limitado desde el punto de vista del riesgo climático, el efecto indirecto a través de sus carteras de préstamo plantea repercusiones mayores. El riesgo climático supone una amenaza para los bancos, pues plantea riesgos físicos —impacto de fenómenos climáticos— y riesgos de transición —riesgos vinculados a la transición hacia una economía más verde, por ejemplo, con motivo de los activos en desuso—. Un ejemplo de riesgo físico sería el derivado de las pérdidas por préstamos a un proyecto que quiebra con motivo de daños físicos causados por fenómenos meteorológicos (por ejemplo, huracanes e incendios). Un ejemplo de riesgo de transición sería el derivado de unas pérdidas por préstamos elevadas con motivo de impagos de empresas del sector del carbón en caso de un giro abrupto hacia fuentes de energía más limpias, con el consiguiente desplome de la demanda.

Hay dos áreas de posible vulnerabilidad para las carteras de préstamos de los bancos: la financiación a empresas de sectores «en riesgo» (por ejemplo, energía y transporte) y la financiación a ámbitos expuestos al cambio climático (por ejemplo, financiación hipotecaria en zonas con riesgo de inundación).

Aunque la exposición de las entidades de crédito al riesgo climático en su cartera de financiación varía de un banco a otro, en general se trata de un riesgo sustancial que debe abordarse, pues, de lo contrario, su repercusión para el sector puede ser muy negativa. Además, dado que los bancos siguen siendo la fuente principal de financiación para las empresas no financieras europeas, la función de los bancos en la transición medioambiental es clave.

El cambio se aproxima con un impulso sólido

Como se indica anteriormente, el historial de los reguladores en la reconstrucción del sector bancario europeo ha sido de gran éxito, tal y como refleja la resiliencia apuntalada por un gobierno corporativo sólido y unos fundamentales robustos. Ha llegado el momento de que el foco regulatorio pase del gobierno corporativo al medioambiente, pues el primero ya no plantea problemas (o no tantos), si bien seguirá siendo una parte clave de la agenda regulatoria, y los bancos se encuentran en disposición de hacer frente al reto climático de las próximas décadas.

Está creciendo la presión regulatoria sobre los bancos para que afronten el riesgo medioambiental. La agenda regulatoria sigue a la agenda política en cuanto a cuestiones climáticas y crecimiento sostenible, tal y como pone de manifiesto el hincapié en el medioambiente del fondo de recuperación europeo y el presupuesto de la UE más a largo plazo, en que al menos el 30 % de los recursos se destina a proyectos medioambientales. Por otra parte, Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo (BCE), ha afirmado en repetidas ocasiones que el cambio climático es una prioridad para el banco central, lo cual repercute tanto en la política monetaria como en la supervisión bancaria de las entidades de crédito europeas.

Aunque los esfuerzos regulatorios en torno al riesgo climático son amplios y abarcan una amplia variedad de cuestiones, desde el punto de vista de los titulares de bonos, las medidas clave tienen que ver con la provisión de información, los planes de actuación y la asignación de capital. En primer lugar, se han establecido diferentes flujos de trabajo para incrementar la transparencia en torno a la intensidad de carbono de las carteras de préstamos de los bancos y el riesgo climático asociado, con el fin de abordar tanto el aumento de la información que se proporciona, como la coherencia y la comparabilidad de los datos de los diferentes bancos. Con mayor información sobre los riesgos y unos indicadores coherentes, los inversores obtendrán una mejor percepción del riesgo climático de cada entidad de crédito. En segundo lugar, se ha solicitado a los bancos que presenten planes de actuación sobre cómo tienen previsto abordar el riesgo climático de sus operaciones (incluidas sus carteras de préstamos). Por ejemplo, la Autoridad de Regulación Prudencial del Reino Unido ha exigido a los bancos británicos la presentación de tales planes para finales de 2021. En último lugar, nos encontramos con la inclusión del riesgo climático en las decisiones de asignación de capital, aspecto que quizá sea el más importante. El BCE y la Autoridad de Regulación Prudencial del Reino Unido incluirán el riesgo climático en las pruebas de tensión que se lleven a cabo en el futuro, lo cual marca un punto de inflexión. Dado que las pruebas de tensión influyen directamente en la planificación del capital de los bancos, penalizar a los que presenten un riesgo climático significativo terminará por impulsar un viraje hacia sectores respetuosos con el medioambiente, en detrimento de la financiación a sectores de gran producción de carbono. Otra consecuencia que se prevé es que aumente la presión de los bancos sobre su base de clientes para que actúen y reduzcan su exposición al riesgo climático.

Esta evolución ya se refleja en la conducta de financiación de los bancos. Esto no solo se consigue con compromisos de reducir la financiación a los sectores más contaminantes, sino también orientando el nuevo flujo de crédito. Por ejemplo, han aparecido nuevos productos de financiación respetuosos con el medioambiente, con descuentos sobre los márgenes para que los prestatarios financien proyectos con efectos medioambientales positivos. Por ejemplo, diversos bancos europeos ofrecen tasas de descuento a los hipotecados que financian inmuebles de alta eficiencia energética.

También han surgido otras iniciativas en el sector: en 2018, en el marco de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP24), diversos bancos europeos aunaron esfuerzos para crear una metodología que midiera la coordinación con los objetivos del Acuerdo del Clima de París de las carteras bancarias de financiación a empresas. La metodología PACTA de evaluación de la transición hacia un capital coordinado con los objetivos de París adopta un enfoque granular sector a sector con provisión normalizada de información y resultados. Una adopción generalizada de este tipo de iniciativas garantizará una mejor provisión de información sobre riesgos relacionados con el clima, así como una mayor capacidad para comparar los bancos frente a objetivos establecidos.

Para concluir, es probable que, en el marco de los factores ESG de las entidades de crédito, el medioambiente centre la atención de inversores y reguladores en la próxima década. En vista de que los perfiles de crédito de los bancos son en la actualidad robustos, los reguladores pueden centrarse en velar para que el sector pase a desempeñar una función clave en la financiación de la economía verde. La presión regulatoria está virando hacia el riesgo climático en las operaciones de financiación de los bancos, con el foco en la resiliencia al clima del sector bancario. El historial de los reguladores en la reparación del sector bancario europeo tras la crisis financiera mundial apuntala nuestra visión de que el perfil medioambiental de los bancos mejorará drásticamente. Esta evolución se verá impulsada por una mejor provisión de información, reducciones paulatinas de la financiación a sectores de gran producción de carbono y orientación del capital hacia la economía verde; ya ha comenzado y la presión regulatoria lo acelerará.

 

Romain Miginiac es responsable de research en Atlanticomnium S.A, firma de inversión especializada en bonos corporativos que gestiona múltiples estrategias de renta fija corporativa de GAM Investments desde 1985.

 

Anotaciones:

(1) Atlanticomnium, información facilitada por empresas

 

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Los inversores institucionales, los próximos aliados de la transición energética

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Los fondos de pensiones y los grandes inversores institucionales pueden ser los mejores aliados de la inversión en eficiencia energética, especialmente en momentos de mercado como el actual, con escasa rentabilidad en los productos de renta fija, la renta variable inmersa en la volatilidad y la inversión bajo criterios ESG ganando fuerza.

Se estima que las inversiones ESG ya representan casi 30.700 billones de dólares en activos en cinco de los principales mercados del mundo, un tercio de los activos globales bajo gestión, según el informe ‘Global Sustainable Investment Alliance’. En España, el año pasado alcanzaron los 210.644 millones de euros, según Spainsif. Hay un enorme apetito por proyectos de inversión “eco”, estable, sostenible y a largo plazo, y la financiación a escala de la renovación energética de edificios está llamada a convertirse en un potente activo de inversión alternativa dentro de la categoría sustainable energy assets.

El 80% de los edificios en España son energéticamente ineficientes, pero carecemos de herramientas que logren activar la llegada de este capital privado “ecológico” al sector edificado. Es necesario abrir alternativas que proporcionen oportunidades de financiación y garantías al ahorro; nuevas vías que logren canalizar el ahorro institucional privado de largo plazo hacia la financiación de proyectos de renovación energética de edificios de carácter residencial, comunitario, comercial o industrial, así como hacia proyectos innovadores en energía distribuida, almacenada y compartida.

Y es importante hacerlo ahora, porque los 27.000 millones de euros que nos llegarán de la UE con el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, aunque ayudarán a hacer realidad los objetivos del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) del gobierno para avanzar en la descarbonización mediante la rehabilitación energética de edificio, son insuficientes. Incluso con el impulso que supone la Estrategia a largo plazo para la rehabilitación energética en el sector de la edificación en España (ERESEE) elaborada por Fomento hacia el parque inmobiliario de consumo casi nulo antes de 2050.

No olvidemos que las necesidades de inversión en eficiencia energética en España solo para el periodo 2021-2030 superan los 85.000 millones de euros; más de 40.000 de ellos corresponden a proyectos de descarbonización del parque edificado. Es imposible que las cuentas públicas, incluso con el apoyo desde EU Nextgeneration, financien en solitario la inversión que se necesitará en los próximos diez años para cumplir los objetivos de eficiencia energética en edificios que exige la Unión Europea.

Una de las vías que pueden vehicular el flujo de fondos privados hacia la inversión en eficiencia energética en inmuebles, sumándolos a la inversión pública, viene de la mano de incorporar una enmienda presentada en la tramitación de la Ley de Cambio Climático y Transición Energética que permita la traslación a España del sistema de financiación a través de préstamos PACE (Programa para la Activación de Capital Ecológico en Edificios), operativo ya en numerosos países.

Se trata de un modelo de colaboración público-privada que permite encauzar el capital privado hacia la financiación de proyectos de eficiencia, sin desembolso para los propietarios o los gestores de inmuebles ni incremento de su endeudamiento -fuera de balance-, sin coste para la Administración y en condiciones muy atractivas para los inversores a largo plazo en términos de vencimiento, garantías y rentabilidad -del 5% al 7% en Estados Unidos-.

El modelo, que es intermediado desde el municipio en que se lleve a cabo la rehabilitación, es un mecanismo voluntario de financiación de reformas de eficiencia energética en inmuebles que facilita y abarata el acceso a los fondos necesarios. A través de los préstamos PACE, el 100% del coste de las mejoras de la eficiencia de los inmuebles se financia con fondos privados, contra el inmueble -financiación que se traspasa con el inmueble en caso de venta-, con un plazo de amortización de hasta 25 años (posibilitando que los ahorros energéticos sean superiores al coste de la financiación, y por tanto, generando un nuevo flujo de caja neta positiva para los propietarios), un tipo de interés fijo que suele situarse entre el 6% y el 9% y el único límite en su importe del 20% del valor del edificio. Además, no se acelera en caso de impago -los casos rondan el 1% en los países en que se ha implantado-.

Consiste en facilitar a los propietarios financiación con repayment, a efectos netos, mediante los ahorros generados por las obras de rehabilitación energética. Este repayment se canaliza a través de una contribución local especial no tributaria -una suerte de IBI- que, sin constituir un impuesto nuevo ni una subida de los existentes, goza del beneficio de una hipoteca legal tácita sobre el edificio, gira el ayuntamiento competente, y cuyo importe es equivalente a la cuota de amortización y los intereses de la financiación del proyecto de rehabilitación durante el plazo acordado de financiación.

La experiencia de este mecanismo en otros países -en Estados Unidos se ha otorgado ya financiación por un valor cercano a 7.000 millones de dólares a través del modelo y, de éstos, se han titulizado ya aproximadamente 2.000 millones- demuestra que PACE genera beneficios para todos los agentes involucrados: inversores, propietarios, entidades locales y la sociedad en su conjunto.

Los recursos públicos son limitados e insuficientes para la transición ecológica de nuestro parque edificado. Urge dinamizar la inversión privada de alto impacto hacia objetivos de lucha contra el cambio climático, abriendo nuevas vías de acceso a financiación eficiente y de alto valor añadido. Necesitamos normativas eficaces e instituciones especializadas capaces de dar soluciones innovadoras y canalizar eficientemente los ingentes recursos del ahorro privado que actualmente están infrautilizados.

Tribuna de Eduardo Brunet, fundador y CEO de Greenward