Pixabay CC0 Public Domain. HMC Itajubá apoya a CD&R en uno de las recaudaciones de fondos de private equity más grandes de la región
Clayton, Dubilier & Rice («CD&R»), una firma global de inversión en private equity asesorada por HMC Itajubá, firma de asesoría e inversión financiera en Latinoamérica, levantó 1.200 millones de dólares de inversionistas latinoamericanos para el último fondo insignia de la firma.
Los inversionistas de la región representaron el 7% del nuevo fondo (CD&R XI) y el capital comprometido representa una de las mayores recaudaciones de fondos de un buyout manager en América Latina hasta la fecha.
El capital latinoamericano para el fondo CD&R se captó en los principales mercados y fue liderado por la región Andina con el 74,1% del capital, seguida por Brasil con el 16,6% y México con el 9,3% respectivamente. Por tipo de inversionistas, los inversionistas institucionales, como fondos de Pensiones y Compañías de Seguros, representaron el 70% y los Inversores Privados, incluidos los vehículos Feeder, el 30% restante. El cierre involucra a más de 175 inversionistas de la región, lo que demuestra el creciente potencial de la región para las inversiones de fondos de capital privado.
“Estamos muy orgullosos de este cierre porque muestra el potencial de crecimiento de Latinoamérica en el ecosistema de alternativos. El equipo de HMC Itajubá está trabajando arduamente para que sucedan grandes cosas en este tipo de inversión en la región”, dijo Ricardo Morales, cofundador de HMC Itajubá.
“Estamos encantados de ver cómo los inversores privados trasladan una parte importante de sus carteras a inversiones alternativas y representaron una parte importante de los compromisos en esta captación de fondos de CD&R”, comentó Agnaldo Andrade, cofundador de HMC Itajuba.
“Estamos agradecidos con nuestros inversionistas en Latinoamérica por su fuerte apoyo y estamos encantados de trabajar con el equipo de HMC Itajubá en este importante proyecto”, dijo Thomas Franco, socio de CD&R. «El éxito de la recaudación de fondos es un hito fundamental y valida la creciente y amplia apreciación entre los propietarios de activos por las inversiones relacionadas con el capital privado en la región».
A principios de este año, CD&R fue reconocida por Private Equity International Awards como la Firma del Año en la categoría Large-Cap North America para 2020. “La firma ha anunciado al menos 10 nuevas inversiones desde marzo, haciendo de 2020 su año más activo hasta la fecha”, dijo el informe de Private Equity International Awards sobre el anuncio.
BTG Pactual contrató a Blas Miñarro con el fin de potenciar el equipo de Wealth Management en Miami.
“Estamos muy contentos de haber agregado a Blas Minarro a nuestro equipo de Wealth Management de EE.UU. Estamos comprometidos con nuestro papel como el banco de inversión independiente más grande de América Latina y, como tal, estamos posicionados para capturar una parte significativa del mercado Offshore de Wealth Management”, comentó Fabio Feitler, Head of US Wealth Management de BTG Pactual en un comunicado al que accedió Funds Society.
El advisor español se suma a BTG Pactual luego de trabajar en JP Morgan Private Bank como Managing Director UHNW & Senior Private Banker para el Cono Sur desde febrero de 2017.
Además, Miñarro fue director comercial para el Cono Sur de Santander Private Banking International, agrega su perfil de Linkedin.
“Blas es la primera nueva contratación de una nueva unidad de corretaje dentro de nuestro negocio de Wealth Management y contamos con su largo historial y experiencia cubriendo la región en Santander y JPMorgan para ayudar a construir un equipo relevante y exitoso que cubra Latam Ex-Brasil”, destacó Feitler.
Miñarro tiene un certificado de Management and Leadership del Massachusetts Institute of Technology, estudios avanzados de Doctorado en Economía, Economía aplicada de la Universidad de Granada, un diplomado en Marketing Bancario en la Universidad de Alcalá, además de un master en Dirección de Empresas y Marketing entre otras distinciones.
Pixabay CC0 Public DomainSteve Johnson. Steve Johnson
Tras meses de confinamiento en muchas partes del mundo, los trabajadores obligados a permanecer en sus casas no son los únicos que están contando los días para que se suavicen las restricciones por el COVID-19. Empresas, países y regiones enteras se perfilan para rebotar con fuerza a lo largo de 2021 conforme se levanten las medidas asociadas a la pandemia, según los 144 analistas de Fidelity International encuestados acerca de las próximas tendencias.
La encuesta se realizó en diciembre, antes de que se hiciera evidente la amenaza que planteaban las nuevas variantes del virus. Debido a esto, en Fidelity International volvieron a formular algunas de las preguntas clave a comienzos de 2021.
Los analistas de Fidelity International citan un retroceso a corto plazo en la confianza de los directivos, ya que los calendarios se están retrasando en algunas regiones, pero también unas perspectivas empresariales aún más optimistas de cara al resto del año.
Esta encuesta ofrece a los inversores una cierta perspectiva sobre la escala de esta recuperación. Por primera vez, la mayoría de los analistas de Fidelity International declara que las cuestiones de sostenibilidad se han convertido en una prioridad para las empresas que cubren en todo el mundo, ya que los sectores están sufriendo transformaciones en la carrera para conseguir la neutralidad en emisiones de carbono. La mayor preocupación por el bienestar de los empleados observada durante la pandemia remitirá en parte, aunque ya se ha incorporado de forma permanente a la lista de prioridades.
La recuperación es heterogénea entre regiones y sectores
En términos generales, los directivos son optimistas sobre las perspectivas para sus empresas. Y tienen buenos motivos para ello. Los tipos de interés están bajos, los rendimientos reales son negativos y la política fiscal es favorable, lo que apunta a un entorno propicio para un rebote del crecimiento mundial en 2021 y más allá.
No obstante, el ritmo de recuperación será heterogéneo entre países y sectores en función de la vacunación y el impacto de las nuevas variantes del COVID-19, creando tanto oportunidades como riesgos. La ventaja de China durante 2020, al ser el país que primero sufrió el COVID-19 pero también el primero en reponerse, debería continuar. Europa y EE.UU. se recuperarán según vayan administrando las vacunas y reabriendo sus economías, y hay potencial para un fuerte repunte en el segundo semestre.
En términos sectoriales el panorama es positivo, pero más dispar. Los directivos de las compañías energéticas, unas de las perdedoras de la pandemia, muestran una confianza mucho mayor que en 2020, uno de los peores de la historia para su sector. Los que dirigen empresas de consumo discrecional (también perdedoras) son igualmente optimistas, aunque menos que los que se sientan el frente de las ganadoras, como las tecnológicas. Los sectores que más acusaron el confinamiento deberían ser los mayores beneficiados de una reapertura, si bien algunos como las aerolíneas podrían necesitar más tiempo para recuperarse.
Otros hallazgos sustentan la tendencia de mejoría general. Los analistas de Fidelity International apuntan que las fusiones y adquisiciones están recuperándose. Los dividendos deberían regresar tras un año en el que sectores como la banca y la energía se vieron obligados a recortarlos.
La rentabilidad sobre el capital está en disposición de aumentar en todas las regiones y sectores (salvo en telecomunicaciones y servicios públicos) debido al mayor crecimiento de la demanda final y a la reactivación de las inversiones que se vieron paralizadas por la pandemia, según los encuestados.
No obstante, la actividad estará limitada por el deseo de reducir el apalancamiento en sectores que se endeudaron en gran medida durante 2020 para sobrevivir. La deuda total probablemente se reduzca de forma moderada o se mantenga igual en 2021, según un 80% de los analistas.
Al mismo tiempo, las tasas de impago entre las empresas cotizadas caerán previsiblemente desde sus elevados niveles de 2020, suponiendo que las condiciones crediticias continúen siendo favorables.
Un analista de consumo discrecional lo explica de este modo: “Los equipos directivos están más dispuestos a invertir más allá del nivel de subsistencia en 2021, pero resulta complicado porque han gastado mucha tesorería en 2020”.
Por suerte, se prevé que los costes de financiación bajen (salvo en China), ya que muchos bancos centrales pretenden mantener los tipos en niveles reducidos. La captación de capital no debería ser un problema, incluso en sectores como servicios públicos y telecomunicaciones, que necesitan financiar grandes proyectos de infraestructuras. Los mercados de renta variable y deuda corporativa captaron más de 400.000 millones de dólares solo en enero de 2021, casi el doble de la media en ese mes (1).
No estamos ante un ciclo típico
Un mayor número de los analistas de Fidelity International apunta que los sectores que cubren están en la fase inicial de recuperación del ciclo económico. No obstante, se espera que algunos países como Japón (más sensible a las aceleraciones cíclicas) hayan evolucionado a una expansión de mitad de ciclo para finales de año.
China parece estar más avanzada en su ciclo económico que otras regiones -un 36% de los analistas allí indican que sus empresas ya están inmersas en una expansión de mediados de ciclo, frente al 24% a escala mundial–, y algunos analistas prevén ya que el crecimiento se ralentice hacia finales de 2021 conforme la economía china se normalice por completo. Esto podría ir acompañado de un nuevo endurecimiento de las condiciones crediticias que podría ralentizar el crecimiento del país. Sin embargo, en Fidelity International esperan que el acusado rebote en otras economías compense este efecto en el cómputo global.
Un analista de consumo en China con oficina en Hong Kong explica que la fuerte recuperación del pasado verano se debió a la existencia de una gran demanda embalsada que se tradujo en crecimientos del 30% al 40% en algunas empresas, pero que el consumo todavía no se ha recuperado por completo. Sectores como turismo y viajes se han quedado en buena medida al margen. Este analista comentó lo siguiente: “No estoy diciendo que las cosas no se estén recuperando en estos sectores; probablemente tan solo necesiten algún tiempo para hacerlo. El consumo debería ser el principal motor de crecimiento este año, ya que la demanda de exportaciones debería moderarse”.
Un cambio tan rápido como este sugiere que no estamos ante un ciclo típico, ni en China ni quizá en ningún otro sitio. Más bien parece un retroceso seguido de una recuperación, en lugar de un reinicio completo.
La política fiscal debería tener un efecto neto positivo En algunos países, el daño ocasionado a la economía tardará más tiempo en repararse. Los Gobiernos han reconocido la necesidad de lanzar estímulos de corte tanto presupuestario como monetario para ayudar a que las empresas se recuperen. En conjunto, la mayoría de los analistas considera que la política fiscal tendrá un impacto más positivo este año que el anterior, sobre todo en AsiaPacífico, según los analistas que cubren la región (2).
Se espera que los estímulos mundiales remitan en 2021, sobre todo en países donde la pandemia ya está relativamente controlada. Pero podrían necesitarse nuevas ayudas en sectores como servicios financieros y hostelería en los mercados desarrollados. Un analista que cubre bancos afirmó: “La vacuna ha traído algo de esperanza, pero los bancos sin duda esperan que empiecen a aparecer préstamos dudosos conforme los Gobiernos empiecen a retirar sus planes de ayudas”. La capacidad de endeudamiento de los Estados para mantener estos planes en marcha podría verse limitada por sus niveles récord de deuda, pese a los bajos tipos de interés.
El gasto público beneficiará probablemente en mayor medida a sectores como los de servicios públicos e industria, sobre todo en Norteamérica, mientras que el alza de los impuestos a las sociedades podría impactar en áreas como la atención sanitaria. Un analista que cubre industria observó: “La ampliación de los créditos fiscales a las energías renovables en EE.UU., en el marco de un reciente proyecto de ley de estímulos, constituye una novedad muy positiva en materia de política fiscal”.
El énfasis en la dimensión ESG vuelve a aumentar
Este sesgo del gasto público hacia la sostenibilidad está relacionado con el creciente énfasis de las empresas en la dimensión ESG, que abarca a todos los sectores y regiones y se fundamenta en una tendencia de varios años. Por primera vez, más de la mitad (54%) de los analistas indica que la mayoría de las compañías que cubren trata ahora cuestiones de sostenibilidad de forma habitual. En 2020 este porcentaje era del 46% y en 2017 se situaba en un exiguo 13%. Además, una cuarta parte de todas las empresas que cubren los analistas de Fidelity International probablemente conseguirá la neutralidad en emisiones de carbono al final de la década.
La normativa dará un respiro a la tecnología, pero no a la energía
Las nuevas normas para las compañías aumentarán en 2021 a un ritmo menor que en 2020, menos en China, según los analistas de Fidelity International. Un analista de materiales que cubre China señaló: “La mayor inversión en inmovilizado se utilizará probablemente para cumplir una normativa medioambiental más estricta en materia de emisiones”.
Los analistas de tecnología, que están entre los más optimistas respecto a 2021 incluso tras un sólido 2020, prevén un menor número de nuevas normas en 2021. Y eso pese a la tormenta desatada en relación con las redes sociales a cuenta de las elecciones estadounidenses y al mayor interés existente por regular las plataformas de Internet. En cambio, el sector energético parece afrontar el mayor riesgo regulatorio en 2021, sobre todo en lo referente a la reducción de las emisiones de carbono. Un analista que cubre energía afirmó: “Vemos cómo se aproxima un tren de mercancías legislativo”.
Por el contrario, tras las diversas oleadas normativas de los últimos años, los analistas que cubren servicios financieros prevén que el ritmo de promulgación de nuevas normas se ralentice durante este año.
Conclusión
Aunque la vuelta a los desplazamientos diarios para acudir al trabajo todavía se antoja lejana para muchos, la senda hacia la recuperación comienza a ser perceptible. Las vacunas son la forma de superar la pandemia, pero su despliegue lleva tiempo y deberán hacer frente a las nuevas variantes. Los avances diferirán entre los países, con China todavía a la cabeza. Cuando las economías se reabran finalmente, los analistas de Fidelity International pronostican un estallido de actividad, sobre todo en algunos de los sectores más castigados. Los inversores tendrán que estar especialmente atentos a las peculiaridades de los distintos sectores y regiones en 2021.
Anotaciones:
(1) Fuente: FT.com: Las empresas obtienen 400.000 millones de dólares en tres semanas en un inicio fulgurante de 2021 | Financial Times (ft.com)
(2) Nota: La encuesta se llevó a cabo antes de que se anunciara el paquete de estímulos de 1,9 billones de dólares en EE.UU.
Información importante:
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Colchester y CFA Society de Uruguay ofrecerán una charla titulada “Deuda de Mercados Emergentes -Perspectivas y Oportunidades para el 2021” el martes 23 de marzo a la 1pm (hora de Uruguay).
Los mercados de renta fija han tenido un tumultuoso comienzo en 2021 a medida que los inversores recalibran las expectativas de recuperación económica, política fiscal y monetaria. La deuda de mercados emergentes ha sido golpeada por la suba de yields globales pero los inversores deberían considerar las características fundamentales de esta clase de activo, con una visión de mediano plazo y una asignación de activos centrada en las valuaciones. Dichas valuaciones lucían atractivas a comienzos de 2021 y los recientes movimientos han exacerbado dicho atractivo relativo.
En este contexto, los analistas de Colchester hablarán sobre los fundamentos y valuaciones de la deuda de mercados emergentes, considerando asimismo los méritos relativos de la deuda en divisa local frente a la denominada en moneda fuerte.
Hace cerca de un año atrás (mayo de 2020) observaba el informe Global Asset Allocation de JP Morgan, y pensaba que había mucho efectivo. Hoy miro el informe actualizado, y hay todavía más efectivo, lo cual me vuelve a llamar poderosamente la atención, porque sigo pensando que ese efectivo tarde o temprano determinará muchas tendencias en el mundo en los próximos años.
Una radiografía para que entremos en el punto específico: los activos alrededor del mundo valían el año pasado 228 trillones de dólares en total, de los cuales 62 trn de dólares eran bonos; 65 trn eran acciones y 85 trn de dólares estaban en efectivo (el resto, se dividía entre inmobiliario, fondos de capital privado, infraestructura, entre otros). Hoy, en el informe actualizado los activos en su totalidad han subido, valiendo 251 trillones de dólares , un incremento de más del 10%, que está bastante bien para un año en que el mundo estuvo sumido en el encierro, la pandemia, el desempleo, entre otros.
Ahora, lo que más me sorprendió al revisar los datos, es que si bien los activos tradicionales se incrementaron (acciones alcanzando los 71 trillones de dólares y bonos los 67 trillones), fue el efectivo el que tuvo el aumento más grande tanto en términos absolutos como en términos porcentuales, pasando de 85 trillones a 97 trillones de dólares, representando un incremento de más del 14%. No solo eso, sino que fue el único tipo de activo que ganó participación como porcentaje del total, en detrimento de los denominados activos alternativos como el inmobiliario y el Private Equity.
El efectivo se ha incrementado, claro está, por las fuertes inyecciones que han hecho muchos bancos centrales a la economía global durante el último año. Y mucho efectivo está aún en cuentas bancarias, porque si hay una realidad también vista en los meses anteriores, y que se mantiene visible aún hoy, es que el ahorro agregado de la población sí se ha incrementado.
Sin embargo, en la medida en que el miedo y la incertidumbre sobre el futuro vayan pasando, ese ahorro irá disminuyendo y volveremos, quizá a ver eventos como las tasas de ahorro negativo que veíamos en EE.UU. hasta hace un tiempo atrás. Esta vez no debe ser diferente a los episodios anteriores cuando ocurrió lo mismo una y otra vez; y es que ante el miedo, el ser humano tiende a irse por lo seguro, y una vez pasa el mismo, todo vuelve a un curso más o menos predecible ―dicho esto, una vez a la gente se le olvide el tema de pandemia, desempleo, etc; volverán a gastar a manos llenas, sobre endeudándose personalmente, a pesar de que la deuda sigue siendo muy alta.
Claramente, esto va a tener consecuencias en el futuro, algunas bastantes grandes. Sigo pensando firmemente que el efectivo, tarde o temprano, va a salir a buscar un destino mucho más rentable del que tiene hoy. Y eso abre muchas oportunidades, de una parte, seguirá alimentando la valorización de activos financieros, inmuebles, criptomonedas, por citar algunos. De otra parte, empezará a alimentar una ola muy fuerte de M&A, y no nos extrañe que esos 2 trillones de dólares anuales que hubo en procesos de fusiones y adquisiciones en los años 2014 a 2016 sean altamente superados en los próximos años. Mi expectativa se basa en el hecho de que en este momento el crecimiento orgánico de muchas empresas está siendo muy difícil (especialmente en los mercados desarrollados), por lo cual la mejor manera de crecer será saliendo de compras, tanto en el mundo emergente como en el no emergente.
Es cierto que el CAPEX corporativo se está incrementando, pero aún a una tasa muy baja (cerca de 2%), y que este ritmo no es suficiente. El gran ‘boom’ vendrá dado por estos temas de M&A y aquí muchos actores serán altamente beneficiados, especialmente los fondos de capital privado que serán grandes protagonistas en los años venideros. Y esto no es poco: las tasas de interés van a seguir bajas por un período de tiempo sustancial, lo cual llevará a que también una serie de operaciones apalancadas (como los LBO) incrementarán mucho más los alcances de los procesos descritos.
Así, vamos a escuchar en los próximos años de estos temas con mucha fuerza, vamos a ver a actores hoy pequeños ganando mucho protagonismo, y será también un año en que los asesores financieros van a tener que educar adicionalmente a sus clientes sobre activos alternativos, curvas J, iliquidez, etc…el mundo ya no es igual, no va a ser el mismo de antes en temas de inversión y debemos ajustarnos a ese nuevo mundo.
Manuel Felipe García Ospina es vicepresidente Wealth Management de Skandia
Pixabay CC0 Public Domain. Los riesgos del mercado inmobiliario español y su impacto para las cédulas y titulizaciones hipotecarias
Los riesgos sobre el mercado inmobiliario están aumentando en España debido a los efectos económicos y sanitarios derivados del coronavirus, lo que perjudica a las cédulas hipotecarias, titulizaciones hipotecarias y a los NPLs, según un reciente informe de Moody’s.
El informe explica que debido a la crisis sanitaria, el mercado inmobiliario está sufriendo ciertos desequilibrios, como un aumento de los problemas de accesibilidad a la vivienda por parte los jóvenes y de personas con rentas más bajas, ya que están siendo los colectivos más afectados por la pandemia en cuanto a destrucción de empleo.
Al mismo tiempo, la pandemia está modificando la preferencia por parte de los compradores hacia viviendas fuera de los núcleos urbanos, unifamiliares o de nueva construcción. Se espera que esta tendencia continúe, lo que segmentará la demanda hacia esta tipología de inmuebles en detrimento de otro tipo de viviendas.
Según el informe, las políticas sociales a favor de deudores y arrendatarios o aquellas que protegen la ocupación ilegal representan una amenaza para el mercado de la vivienda, ya que desincentivan la inversión privada y perjudican la calidad crediticia de los préstamos que respaldan las cédulas y titulizaciones hipotecarias, especialmente NPLs.
A pesar del aumento de estos riesgos y de la caída de precios, las cédulas y titulizaciones hipotecarias cuentan con una serie de mitigantes que limitarán sus efectos.La situación financiera de las familias es más favorable hoy en día que la que tenían al inicio del estallido de la anterior burbuja inmobiliaria en 2008, y además, a raíz de la última crisis en el sector inmobiliario, las entidades de crédito han endurecido los criterios de concesión hipotecaria desde entonces, endureciéndolos nuevamente el año pasado con motivo de la crisis del coronavirus.
Todo esto, unido al bajo entorno de tipos de interés, reduce los riesgos sobre las cédulas y titulizaciones hipotecarias. Además, estos instrumentos cuentan con una serie de fortalezas estructurales que mitigan el impacto negativo derivado del incremento de riesgos en el mercado de la vivienda.
Una demanda débil en 2021
Sin embargo, la demanda de vivienda en España será débil en 2021, dada una recuperación económica lenta y accidentada de la recesión del coronavirus, el aumento del desempleo y las continuas interrupciones del turismo. La débil demanda afectará a los precios de la vivienda en 2021.
En el tercer trimestre de 2020, los precios de la vivienda disminuyeron un 1,1% en comparación con el mismo período del año anterior, y el apoyo de políticas como los esquemas de protección del empleo y las moratorias de pago de hipotecas, evitó caídas más severas.
Por otro lado, las ventas de viviendas disminuyeron un 19,3% de enero a noviembre de 2020 en comparación con el mismo período del año anterior. Por datos como estos, se espera que la actividad del mercado de la vivienda se mantenga débil durante 2021, especialmente en la primera mitad del año, dados los retrasos en las vacunas y las restricciones de movimiento de los gobiernos regionales para contener la propagación del coronavirus.
Una de las causas es el aumento del desempleo, que seguirá pesando sobre la demanda de vivienda. Aumentó hasta el 16,3% a finales de 2020 desde el 13,8% del año anterior y se espera que continúe aumentando hasta el 18% a finales de 2021. Alrededor de 600.000 españoles perdieron su empleo en 2020 y alrededor de 700.000 trabajadores fueron sujetos a un esquema de protección laboral temporal (Expediente de Regulación Temporal de Empleo, o ERTE), aumentando en algunos casos el riesgo de despidos adicionales en el futuro si el programa finaliza. Además de perjudicar a la demanda de vivienda, el aumento del desempleo afectará también a la capacidad de los prestatarios para reembolsar los préstamos, un aspecto negativo para el rendimiento de las transacciones.
Además, los estrictos cierres en países europeos seguirán perjudicando al sector turístico español, lo que reducirá la demanda de apartamentos turísticos por parte de los inversores en 2021. España es uno de los países europeos más dependientes de sectores como la hotelería, la restauración y el turismo, que suponen una contribución directa e indirecta al PIB del 14%. Esto aumenta los desequilibrios en el precio de la vivienda, sobre todo en las regiones costeras, que son más dependientes del turismo que otras zonas de España.
Pixabay CC0 Public Domain. El uso de los canales digitales de Banca March aumentó en Banca Privada un 13% en 2020
La pandemia ha provocado que las entidades bancarias aceleren sus procesos de digitalización. Banca March ha comprobado que la operativa a través de su web y su aplicación se intensificó en 2020. La tasa de uso de los canales digitales por parte de los clientes de banca privada de la entidad aumentó un 13% en diciembre. Asimismo, el uso de la banca telefónicatambién creció un 12% en el pasado ejercicio.
En el mismo mes de diciembre, la tasa de uso de los canales digitales de Banca Marchpor parte de los clientes de banca privada y patrimonial se situó en el 66%, lo que refleja el ambicioso proceso de transformación digitalen el que está inmersa la firma para seguir desarrollando un modelo de negocio enfocado en el asesoramiento ágil y omnicanal, apoyado en la tecnología y en productos diferenciados.
Este incremento se produce dentro de un contexto marcado por el COVID-19, en el que los clientes han demandado una mayor atención a distancia, como consecuencia de las medidas de distancia social aplicadas para preservar la salud de los ciudadanos. Banca March dio respuesta a las nuevas necesidades de los clientes reforzando los servicios de banca online y banca telefónica. Gracias a todo ello, la entidad ha observado un aumento notable en el uso de estas herramientas por parte de todos sus segmentos de clientes, entre los que destaca el de banca privada.
Durante el pasado ejercicio, los clientes de Banca March pudieron disfrutar de nuevas funcionalidades, que optimizaron en gran medida la experiencia del cliente en sus interacciones con el banco. Entre ellas, destaca el nuevo Reporting Online, que permite a los clientes con contrato de asesoramiento visualizar la evolución de su inversión y tener acceso a un resumen de sus posiciones en cartera ordenadas por titularidad.
Además, los clientes pueden acceder a gráficos de distribución y composición de su cartera, así como consultar todos los informes que elaboran los expertos de la entidad con los cambios que se producen en sus carteras. También se ha reforzado la seguridad de los pagos online y se ha mejorado el proceso de contratación de productos, agilizando los procedimientos e incluyendo soluciones que permiten su ejecución completa a distancia, como la firma certificada vía email.
La firma ha reforzado también su Contact Center, dotándolo de una amplia operativa que posibilita a sus clientes realizar muchas de las gestiones que habitualmente se llevaban a cabo en las oficinas de la entidad sin necesidad de desplazamiento, lo que supone un salto de valor en banca a distancia, que en el actual contexto redunda en la preservación de la salud de los clientes.
Pixabay CC0 Public Domain. Reflexiones sobre el mercado de renta variable estadounidense: márgenes netos, reversión a la media y dólar
Los márgenes netos del S&P 500 se recuperan y ayudan a los BPA del cuarto trimestre a superar el máximo de 2019
El margen de beneficio neto del S&P 500 sigue siendo cíclico: disminuyó considerablemente en todas las recesiones anteriores y en la última, inducida por la pandemia, no fue una excepción. En esta ocasión, no obstante, el margen neto repuntó en apenas un par de trimestres tras el fin de la recesión, mientras que normalmente se necesitaron tres o más años para que los márgenes se recuperaran hasta los máximos del ciclo anterior. El margen neto del S&P 500 que no se rige por los principios de contabilidad generalmente aceptados (no PCGA) disminuyó desde un máximo del 12,2% en el segundo trimestre de 2018 hasta el 9% en el segundo trimestre de 2020, y luego rebotó hasta el 11,9% en el cuarto trimestre de 2020. Este rápido repunte, con un crecimiento interanual de los ingresos del 1,2%, contribuyó a situar los beneficios por acción (BPA) del S&P 500 del cuarto trimestre de 2020 en nuevos máximos, a pesar de que los beneficios nulos en energía e industria siguen estando un tercio por debajo del nivel del cuarto trimestre de 2019. El principal impulsor de este extraordinario rebote de los márgenes fue el desplazamiento de los ingresos del S&P 500 hacia el sector tecnológico de alto margen, que alcanzó su propio margen récord del 24%.
Por sectores, 7 de 11 alcanzaron nuevos máximos históricos de margen de beneficio neto no PCGA en el tercer o cuarto trimestre de 2020: tecnología, sanidad, servicios de comunicación, productos básicos de consumo, servicios públicos, financieros y materiales. Los cinco primeros sectores son los grupos identificados como jóvenes y sanos de esta pandemia, en gran medida inmunes o beneficiarios netos. Los márgenes y los BPA del cuarto trimestre de los sectores de materiales y financiero también subieron en términos interanuales, ya que los mercados de capitales se comportaron bien y las grandes liberaciones de reservas para pérdidas por préstamos impulsaron los márgenes netos de los bancos.
Los márgenes del S&P 500 son cíclicos, pero no presentan reversión a la media
Aunque no estamos seguros de cuál es el margen neto exacto y sostenible a largo plazo del S&P 500, durante mucho tiempo hemos opinado que la expansión del margen neto del S&P 500 desde mediados de la década de 1990, a través de múltiples ciclos, se debe a razones estructurales. Las dos más significativas son la tecnología y los impuestos. El crecimiento de los negocios tecnológicos y digitales de alto margen del S&P 500, tanto en Estados Unidos como en el extranjero, impulsó los márgenes del índice. El tipo impositivo efectivo del S&P 500 se redujo al duplicarse sus beneficios en el extranjero desde mediados de la década de 1990 dado que los tipos impositivos en el extranjero son más bajos; y posteriormente, en 2018, se redujo el tipo impositivo de las empresas en Estados Unidos. El desapalancamiento y la bajada de los tipos de interés también supusieron un menor impulso a los márgenes de beneficio neto a lo largo de las décadas. Por tanto, aunque las perspectivas de los márgenes netos dependerán en parte de los tipos impositivos estadounidenses y extranjeros, así como del uso de la deuda y los tipos de interés – un mayor endeudamiento tiende a reducir los márgenes netos, pero impulsa los BPA -, es la combinación de los ingresos totales del S&P 500 por sectores la que más probablemente determinará los márgenes netos. En vista de la composición actual del índice y de lo que prevemos en el futuro, creemos que los márgenes netos del S&P 500 probablemente se mantendrán por encima del 10% excepto cuando se produzcan recesiones a largo plazo.
Es importante tener en cuenta que, a pesar de que los márgenes netos del S&P 500 han aumentado desde mediados de los noventa, su rentabilidad sobre el capital está en línea con los niveles registrados a mediados y finales de esa década, en la franja “high teens”. La mayoría de las empresas digitales tienen enormes bases de capital tangible e intangible, lo que significa que sus márgenes, a menudo muy elevados, no siempre aportan un retorno del capital inusualmente alto. En el caso de las empresas orientadas a los activos intangibles, es difícil medir el capital económico de base existente, y en particular el valor de ser el innovador que sobrevive. Entre las empresas orientadas a los activos físicos o las empresas consolidadas y muy competitivas, pensamos que los bajos tipos de interés actuales ejercerán cierta presión sobre los beneficios y el rendimiento del capital a lo largo del tiempo como consecuencia de unos costes de capital más reducidos que los históricos.
¿Hacia dónde se dirige el dólar estadounidense? El PIB frente a los diferenciales de los tipos de interés reales
Los argumentos sobre la debilidad del dólar en los últimos meses, ligados a la preocupación que suscita la inflación tras la recuperación, contrastan ahora con otras perspectivas que identifican un dólar más sólido gracias a una recuperación más acelerada en Estados Unidos que en Europa. Los grandes estímulos fiscales en Estados Unidos conllevan un riesgo moderado de inflación a medio plazo, algo que probablemente merezca la pena a fin de tener más posibilidades de experimentar un crecimiento robusto durante el inicio de ciclo. Dudamos, no obstante, que el crecimiento o la inflación de Estados Unidos vayan a ser lo suficientemente elevados como para que la Reserva Federal suba los tipos en 2022 ni, probablemente, en 2023. Por tanto, parece demasiado precipitado que se considere al dólar como una divisa con mejores tipos de interés reales que el euro o el yen, a pesar del mayor crecimiento del PIB estadounidense. Sin un tipo de interés real superior en el horizonte, no estamos seguros de que el dólar deba apreciarse mucho frente al euro, salvo que se produzca una fuga hacia activos de menor riesgo. Si la inflación estadounidense se dispara por un estímulo demasiado grande o mal dirigido, el euro podría subir; si Europa entra en una década sin crecimiento, el euro podría debilitarse. Nuestras estimaciones de BPA del S&P 500 presuponen que el euro se situará entre 1,15 y 1,20 dólares en 2021, y en torno a 1,15 dólares en 2022.
BPA del S&P 500: en 2021, de 170 a 175 dólares; en 2022, de 185 a 191 dólares
Elevamos nuestras estimaciones de BPA del S&P 500 para 2021 y 2022, y aumentamos nuestra estimación de BPA normalizada del S&P 500 para 2021 de 178 dólares a 183 dólares. El aumento de nuestras estimaciones de BPA es de 2 dólares en tecnología/comunicaciones, 2 dólares en el sector financiero y 1 dólar en el sector sanitario. Estimamos el valor razonable del S&P 500 basándonos en el BPA normalizado y asignamos una relación precio-beneficio de 22, asumiendo que los tipos de interés reales a largo plazo acabarán alcanzando el 0%. Esperamos que el S&P 500 alcance los 4.100 a finales de marzo de 2022 y los 4.200 a finales de 2022.
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Pixabay CC0 Public Domain. Existen indicios de inflación y los bancos centrales podrían estar subestimando su impacto
Los bancos centrales pueden estar subestimando el repunte de la inflación y podrían verse obligados a ajustar sus políticas más pronto de lo esperado. Franklin Templeton sugiere que el riesgo de que se produzca un aumento acusado de la inflación proviene de la confluencia de un estímulo fiscal sin precedentes en Estados Unidos, una postura muy acomodaticia por parte de la Reserva Federal y de las perspectivas de que la economía mejorará a medida que las campañas de vacunación habiliten la reapertura de los negocios. Ante la probabilidad de que la Reserva Federal contraiga su política más rápido de lo previsto, la gestora recomienda ser muy selectivos en renta fija y reducir la duración de las inversiones.
En un análisis reciente, Sonal Desai, directora de inversiones del equipo de renta fija de Franklin Templeton, expone que, una vez controlado el virus, la economía estadounidense está “preparada para un rebote” más acelerado que la lenta recuperación que siguió a la crisis financiera de 2008. El apoyo fiscal ha ayudado a los hogares a mantener una postura más ventajosa en esta ocasión, con una tasa de ahorro sin precedentes y “deseosos de volver a sus hábitos de gasto habituales”, escribe Desai.
El hecho de que el gobierno estadounidense vaya a lanzar el mayor estímulo fiscal en tiempos de paz que se recuerda justo cuando el país se prepara para levantar las restricciones a la actividad empresarial y social, sumado a la tasa de efectivo de los hogares, refuerza las perspectivas de que se genere inflación.
Además, apunta Desai, la escasez de oferta y la recuperación en curso están haciendo subir los precios de una gran variedad de materias primas y productos, como el petróleo, el cobre y los semiconductores. Mientras, no se puede descartar que los salarios se incrementen.
Perspectivas “excesivamente optimistas” de los bancos centrales
Los bancos centrales parecen confiar en que las expectativas de inflación se mantendrán contenidas y que, en cualquier caso, podrán controlar a este “malo conocido” mediante subidas de los tipos de interés. Sin embargo, suponer que las expectativas de inflación se mantendrán ancladas en torno al 2% puede ser “excesivamente optimista” a medida que los precios comiencen a subir, señala Desai.
«Nunca hemos desplegado un estímulo fiscal tan masivo en una economía ya recuperada, con la Reserva Federal comprometida a mantener una postura monetaria de apoyo de carácter extraordinario. Quizá funcione bien, pero no hay garantías«, escribe la directora de inversiones del equipo de renta fija de Franklin Templeton.
A la confluencia de los factores de carácter cíclico, también podría sumarse una incertidumbre estructural. Si durante los últimos 20 años, China y otros mercados emergentes contribuyeron a un aumento masivo de la mano de obra mundial que impulsó la oferta y ayudó a contener la presión de los precios, ahora mucha de esa mano de obra pasará a engrosar las listas de jubilados, impulsando la demanda más que la oferta y creando presiones inflacionistas. De producirse este hecho, “cualquier repunte cíclico de la inflación se vería favorecido por un viento de cola a largo plazo», apunta Desai.
Inversión en renta fija: ser selectivos y reducir la duración
A pesar de la reciente subida de los rendimientos del Tesoro de EE.UU. a 10 años y el consiguiente pronunciamiento de la curva, Desai encuentra “difícil ser positivo” respecto a las perspectivas de duración de esta tendencia. Asimismo, se muestra cauta en vista de que los diferenciales de las valoraciones sectoriales son cada vez más ajustados.
En este contexto, Franklin Templeton se decanta por valores, sectores y segmentos de mercado muy selectos dentro del high yield, los préstamos a tipo flotante y el espacio de la deuda de los mercados emergentes. La capacidad de ser selectivos será fundamental en las inversiones, dado que es probable que tanto el high yield como la deuda de mercados emergentes experimenten una mayor presión, especialmente si el aumento de los rendimientos de los bonos estadounidenses se extiende de forma más significativa en el tramo corto de la curva.
“Dada la fortaleza subyacente de la economía, creo que la ampliación de los diferenciales ofrecerá oportunidades en los activos de renta fija de cortaduración en las próximas semanas. Por último, espero que el dólar estadounidense sufra constantes presiones mientras se desarrolla este escenario,” concluye Desai.
Pixabay CC0 Public Domain. El aumento temporal de la tasa de inflación es probable; el de la inflación subyacente, incierto
Las previsiones de un gran estímulo fiscal en Estados Unidos han provocado un aumento de las perspectivas de inflación, así como de los rendimientos de la deuda pública en las últimas semanas. NN Investment Partners (NN IP) estima que es posible que las tasas de inflación suban temporalmente, sin embargo, duda que la inflación subyacente de los salarios y los precios vaya a acelerarse de forma persistente.
Una inflación prolongada, apunta la gestora, evidenciaría que las expectativas de inflación que apuntaban durante mucho tiempo a unos niveles por debajo del objetivo habrían estado desconectadas de la realidad. La evolución de la inflación dependerá en gran medida de cómo gestione el gobierno estadounidense la política fiscal y de cómo responda la Reserva Federal a las espirales de retroalimentación entre salarios y precios, indica NN IP.
En un análisis reciente, Willem Verhagen, economista senior en multi-asset de la gestora, sugiere que el futuro aumento de las tasas de inflación se entiende mejor como una expresión de la volatilidad de la inflación y no tanto como un cambio en la tendencia subyacente. “En otras palabras, es la consecuencia inevitable del cierre y la posterior reapertura de ciertos sectores, lo que indujo el año pasado a un descenso de la inflación general y que, probablemente, produzca un repunte en un futuro próximo”, señala.
Expectativas de inflación y Reserva Federal
El plan de estímulo fiscal de la nueva administración Biden podría ascender hasta los 1,9 billones de dólares, cantidad que se sumaría a los 0,9 billones aprobados ya en diciembre. En conjunto, esto supondrá aproximadamente una inversión equivalente al 13% del PIB estadounidense. Además, es probable que el exceso de ahorro de los hogares – alrededor del 7% del PIB – crezca en los próximos meses y comience a liberarse una vez que se levantan las restricciones ligadas a la COVID-19. Según Verhagen, la confluencia de estos factores podría suponer un impulso tan importante para la economía que podría empujarla muy por encima de sus límites de oferta, desatando un repunte de la inflación.
En este contexto, la preocupación del mercado por los riesgos de sobrecalentamiento es comprensible. Sin embargo, apunta Verhagen, “si basamos nuestro análisis únicamente en las grandes cifras, corremos el riesgo de sacar conclusiones erróneas”.
“La liberación del exceso de ahorro y los planes de estímulo fiscal pueden provocar un aumento sustancial y temporal de los niveles de precios, pero es poco probable que constituyan el tipo de cambio de régimen que hace disparar las expectativas de inflación, a menos que Biden decida aplicar planes fiscales de esta envergadura durante el resto de su mandato, independientemente de que la economía los necesite”.
El economista senior en multi-asset de NN IP indica que “las expectativas de inflación son, probablemente, el motor más importante de inflación a medio y largo plazo.”
La Reserva Federalparece compartir este punto de vista y se mantiene bastante relajada respecto a los planes fiscales. El presidente Jerome Powell subrayó que la economía aún está muy lejos de los indicadores clave de inflación y empleo de la Reserva Federal, los cuales se ampliaron sustancialmente en la Revisión Estratégica del año pasado.
En este sentido, Verhagen apunta que la reflación fiscal, mayor de lo previsto, ciertamente ayudará a la economía a alcanzar esas metas antes de lo que se preveía el año pasado, sin embargo, la distancia a recorrer es todavía tan amplia que no tiene implicaciones a corto plazo para la política monetaria. Así, la Reserva Federal pasará por alto el repunte de la inflación a menos que las expectativas de inflación se intensifiquen. Según Verhagen, sigue siendo improbable que el tapering comience este año, por lo que probablemente no se producirá una subida de tipos antes de finales de 2023.
“Una Reserva Federal más severa, motivada por los riesgos de inflación, podría desencadenar una fuerte venta de activos de riesgo”, apunta Verhagen.
No podemos descartar el cambio de régimen de inflación
La nueva administración Biden, diferente a la de los últimos 40 años, dota de un papel mucho más importante a la política fiscal para estabilizar la economía; además, pone mucho énfasis en la reducción de la desigualdad y la lucha contra el cambio climático. Bajo estas premisas, es muy posible que el poder de negociación de los trabajadores aumente y que, cuando la tasa de desempleo vuelva a ser muy baja, aumenten las demandas salariales reales.
“Si las empresas creen que los responsables políticos se han vuelto más tolerantes con una mayor inflación, puedenresponder aumentando los precios de los productos más de lo que lo habrían hecho en otras circunstancias”, señala Verhagen.
La cuestión principal en la gestión de una posible inflación escómo de dispuesta y capaz se mostrará la Reserva Federal a la hora de cortar de raíz está dinámica. Por un lado, una tasa de inflación más alta aliviaría la carga del fuerte aumento de la deuda soberana observado en la última década. Por otro, si las presiones inflacionistas se frenan de manera agresiva, la carga de la deuda podría ser repentinamente mucho menos sostenible debido a un aumento brusco y persistente de los rendimientos del Tesoro.