Intermoney Patrimonios fortalece su equipo con Gonzalo Dívar Conde y Guillermo García Martínez-Arrarás

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Foto cedidaDe izquierda a derecha, Gonzalo Dívar Conde y Guillermo García Martínez-Arrarás.. intermoney

El Grupo CIMD, principal grupo independiente en intermediación, consultoría, titulización, energía y gestión en mercados financieros y de energía en el sur de Europa, amplió hace dos años su oferta de servicios con la creación de Intermoney Patrimonios para dar cabida a la inversión patrimonial. En constante evolución y crecimiento, el área de gestión completa su equipo comercial con la incorporación de Gonzalo Dívar Conde y Guillermo García Martínez-Arrarás como gestores de patrimonios para el proyecto.

Gonzalo Dívar Conde es graduado en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid, y está cursando actualmente el Executive MBA en el IESE Business School.

Con anterioridad a esta incorporación trabajó en el Colegio Retamar como responsable de los asuntos económicos y en la creación de su fondo de gestión educativo (endowment).

Guillermo García Martínez-Arrarás es graduado en Derecho y Administración de Empresas por la Universidad Carlos III de Madrid, y ha cursado parte de sus estudios en la Università degli studi di Bologna (Italia) y en la Victoria University of Wellington (Nueva Zelanda). Completó sus estudios cursando el Máster en Cooperación Internacional de la Universidad Complutense de Madrid y el Programa Future Leaders de The Power MBA.

Anteriormente trabajó en Management Solutions en la rama de Banca Minorista.  

Mercados emergentes e inversión sostenible: un sólido camino hacia la madurez

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Pixabay CC0 Public Domain. Mercados emergentes e inversión sostenible: ¿un mismo camino?

La consolidación de la inversión sostenible no es igual en todas las regiones. Entre los países desarrollados, Europa es el líder de este cambio de interpretación de la inversión, que tiene un impacto directo sobre las empresas y las economías. Ahora bien, ¿qué pasa con los mercados emergentes? 

Según algunos analistas, las compañías de estas regiones suelen obtener puntuaciones bajas en materias ESG en las métricas tradicionales, lo que plantea un gran reto para los gestores e inversores. Sin embargo, en opinión de Diogo Gomes, senior CRM de UBS AM Iberia, este hecho puede tener otra lectura. “Según nuestra experiencia, estas puntuaciones más bajas a menudo no se deben tanto a las diferencias reales de rentabilidad como al hecho de que los niveles de divulgación de las métricas tradicionales de sostenibilidad son más bajos. Por ejemplo, en la divulgación de las emisiones de dióxido de carbono -la métrica de ESG más frecuentemente reportada entre los constituyentes del MSCI ACWI- el 68% de las empresas de los mercados desarrollados reportan cifras de emisiones de Scope 1 y Scope 2, en comparación con menos del 45% de las empresas de mercados emergentes”, explica Gomes. 

En este sentido destaca que un estudio de MSCI titulado How Markets Price ESG: Have Changes in ESG Scores Affected Stock Prices? demostró que, entre 2013 y 2017, las empresas con calificaciones mejoradas han superado al índice de manera global en 0,97% anualmente. Y este resultado en mercados emergentes fue mayor, con un 2,88% anual. “Esto también se ve confirmado por nuestra experiencia, en la que las empresas de buena calidad – ESG es un componente de la calidad- tienden a superar a las de mala calidad a medio y largo plazo”, añade. 

Gráfico UBS ESG

Para Gomes la clave está en identificar a los líderes en sostenibilidad, ya que obtienen mejores resultados, especialmente en los mercados emergentes. Así lo explica el senior CRM de UBS AM Iberia: “Dados los bajos niveles de divulgación de las métricas tradicionales de sostenibilidad en los mercados emergentes, hay una mayor necesidad de análisis sobre las empresas de los mercados emergentes desde una perspectiva ESG, incluyendo interacciones regulares con la dirección y otros accionistas. Esto ayuda a complementar los datos y las puntuaciones/calificaciones ESG de proveedores externos y, permite emitir un juicio informado sobre los fundamentales y las prácticas de sostenibilidad de una empresa. Además, esto puede dar lugar a oportunidades para implicarse con las empresas y animarlas a mejorar sus prácticas. Esto no sólo puede conducir a mejores puntuaciones y calificaciones ESG para la empresa, sino que también puede tener un impacto positivo en sus resultados financieros a largo plazo”.

El foco sobre la inversión sostenible en los mercados emergentes no sólo está puesto en lo hagan sus empresas, también los gobiernos de estas regiones. Por poner un ejemplo, en enero de 2021, Chile ya había emitido 70% de 6.000 millones de dólares previstos para 2021 en bonos verdes y sociales, después de que en 2020, Egipto se convirtiese en el primer gobierno de Oriente Medio en emitir un bono verde, cinco veces sobre suscrito.  Además, el 46% de dólares de bonos ESG en circulación de emergentes en moneda local muestran vencimientos superiores a diez años y 41% en el caso de denominaciones en divisas fuertes. En opinión de  Mary-Therese Barton, directora de deuda de mercados emergentes de Pictet AM, estas emisiones reflejan la búsqueda de rentabilidad adicional de los inversores y el apetito por bonos destinados a proyectos ESG, pero considera que “hay que supervisar que los ingresos de estos bonos se utilizan según lo previsto y tener en cuenta que faltan datos ESG coherentes y transparentes en muchos países”.

“La emisión anual de bonos verdes, sociales y de sostenibilidad de gobiernos de mercados emergentes se multiplicó casi por cuatro en cinco años hasta finales de 2020, llegando a 16.200 millones de dólares. Este aumento de emisión de bonos verdes y sostenibles pone de relieve la disposición de los inversores a largo plazo en emergentes y los gobiernos de estos países están teniendo que publicar marcos de sostenibilidad, lo que ayuda a mitigar riesgos políticos. Más aún, estas emisiones pueden tener un impacto equivalente a los bonos Brady tras la crisis de deuda latinoamericana de la década de 1980.  Ya en 2018 Standard & Poor’s citó el riesgo de un huracán cuando recortó perspectivas para la deuda soberana de Turquía”, explica Barton. 

En su opinión, las consideraciones ESG se reflejan ineficientemente en los precios de los activos en mercados emergentes, pues el mercado está en una etapa temprana de comprensión y aplicación de estos factores. “Faltan datos coherentes y transparentes en muchos países, variando enormemente. Los más ricos son más capaces de tomar decisiones políticas positivas de alto coste, como cerrar minas de carbón en favor de la energía solar.  De manera que invertir solo en base a calificaciones ESG penaliza a los países más pobres, aunque estén aplicando políticas para mejorar”, advierte. 

Por último, al igual que Gomes considera que, en términos ESG, las gestoras pueden tener un papel relevante acompañando a las empresas en las que invierten, Barton considera que los compradores bonos pueden ejercer esta misma presión sobre los gobiernos: “Es posible influir en los responsables políticos de los países emisores de bonos soberanos para defender iniciativas sostenibles y ayudar a lograr cambios a largo plazo. Para avanzar en este sentido, el Banco Mundial elaboró en 2020 una guía sobre cómo los emisores soberanos pueden mejorar el compromiso ESG con los inversores.  Por ejemplo, la forma en que los gobiernos reaccionan a cuestiones como el desarrollo de su capital humano influirá en sus economías y calificaciones crediticias”. 

Asia y su cambio de rumbo

Para Kevin Net, gestor de fondos de renta variable internacional en Edmond de Rothschild Asset Management, aunque el cambio climático y las políticas medioambientales se asocian a menudo con el mundo desarrollado, es evidente que los países emergentes también están abordando la cuestión, y las empresas de los mercados emergentes deberían considerarse ya un elemento central del tema.

Net destaca el papel que está jugando China, responsable actualmente de casi un terciario de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), y recuerda que el país ha anunciado su objetivo de alcanzar la neutralidad del carbono en 2060, unos 40 años antes de lo que esperaban la mayoría de los expertos. “Aunque este objetivo puede parecer lejano en el futuro, tendrá importantes repercusiones en el presente, en particular en la política china de energías renovables y vehículos eléctricos. China ya es el mayor instalador de energías renovables del mundo, además de ser responsable del 50% de las ventas totales de vehículos eléctricos en 2020 y, creemos que el objetivo de neutralidad en carbono acelerará aún más su abandono de los combustibles fósiles, al tiempo que animará a otros países a seguirlo”, apunta el gestor de Edmond de Rothschild AM.

Según su valoración, este objetivo marcado por China beneficiará a ciertas industrias, como por ejemplo las energías renovables y toda la actividad relacionada con la fabricación de vehículos eléctricos. “Otro argumento que se puede esgrimir es que las energías renovables y la tecnología de los vehículos eléctricos podrían ser el siguiente capítulo de la guerra comercial entre Estados Unidos y China, especialmente con Joe Biden adoptando una postura más favorable al medio ambiente que la de su predecesor. China ha tomado un liderazgo temprano. Casi dos tercios de los paneles solares se fabrican en China. El país ya ha empezado a construir una cadena de suministro nacional completa de vehículos eléctricos, lo que podría permitirle exportar en un futuro”, añade al respecto. 

Sin embargo, China no es el único país de Asia-Pacífico que ha tomado este camino. Por ejemplo, Corea del Sur se ha convertido en uno de los principales fabricantes de baterías para vehículos eléctricos, con LG Chem, Samsung SDI y SK Innovation controlando el 38,8% de la cuota de mercado en 2020, mientras que las empresas chinas eran las segundas con una cuota de mercado del 30,5%. Otro ejemplo es India, que se ha fijado un objetivo agresivo en materia de energías renovables: tener instalados 175GW de energía renovable para 2022 (100GW de solar, 60GW de eólica, 10GW de biomasa y 5GW de pequeñas centrales hidroeléctricas) y que, en 2030, el 60% de su electricidad se produzca a partir de energías limpias.

Jupiter lanza un fondo global de renta variable con su socio estadounidense NZS Capital

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Pixabay CC0 Public Domain. Jupiter lanza un fondo global de renta variable con su socio estadounidense NZS Capital

Jupiter lanza el fondo Jupiter NZS Global Equity Growth Unconstrained Sicav, con  una cartera global de empresas que tienen la capacidad de adaptarse y prosperar en un mundo dominado por los cambios. La estrategia está gestionada por Brad Slingerlend y Brinton Johns, fundadores de NZS Capital, el socio estratégico de Jupiter en EE.UU., e invierte en empresas que potencian al máximo el valor de Non-Zero-Sum o NZS (suma distinta a cero)*, basado en la filosofía  win-win, que busca el beneficio de todas las partes interesadas, incluidos los clientes, los empleados, la sociedad y el medio ambiente. 

Desde Jupiter destacan el “sólido historial de generación de rentabilidad para los inversores, gracias a la especialización adquirida durante sus 70 años de experiencia combinada en inversiones”. Basada en la ciencia de los Sistemas Adaptativos Complejos, la filosofía de inversión de NZS, busca empresas innovadoras y con capacidad de adaptación que lograrán seguir el ritmo creciente del cambio a medida que la economía global pasa de lo analógico a lo digital. En la teoría de juegos, un resultado “suma distinta a cero” (NZS) positivo significa que cada participante está mejor, es decir, que la ganancia de una parte no es la pérdida de la otra. Se trata de una filosofía en la que “todos ganan”, contrapuesta a la de ganancia asimétrica.

La gestora considera que, aunque el sector tecnológico está impulsando la innovación en la actualidad, la ola del cambio llegará en los próximos años a todos los sectores de la economía, entre ellos el industrial, el de consumo, el financiero, el energético y el sanitario, y su peso en la estrategia evolucionará con el tiempo para reflejar esta dinámica cambiante. Por ello, el equipo de NZS cree que la era de la información permite un grado de transparencia sin precedentes y que las empresas que siguen utilizando los métodos tradicionales como las barreras de entrada, grandes ventajas competitivas y acaparamiento de información para sacar valor de los clientes están perdiendo terreno frente a las empresas adaptables que maximizan los resultados del win-win.

La esencia de la filosofía de “inversión en la complejidad” de NZS consiste en crear una cartera que equilibre dos grupos de empresas que el equipo denomina de “resiliencia” y de “opcionalidad”. En este contexto, las empresas del grupo “Resiliencia” son las que han mostrado mayor capacidad de adaptarse y evolucionar ante los cambios del entorno, sobreviviendo así a los sucesos extremos e, incluso, beneficiándose de ellos; mientras que las empresas del grupo “Opcionalidad” son adaptables, aunque se encuentran en fases iniciales del ciclo de vida de la compañía y, por lo tanto, existe un abanico más amplio de posibles resultados.

El fondo tendrá entre 50 y 70 acciones. Por lo general, la parte de “resiliencia” estará formada por entre 10 y 20 empresas, cada una con un tamaño de posición mínimo del 2,5%, y el componente de “opcionalidad” tendrá entre 30 y 50 nombres, cada uno de los cuales representará un máximo del 1,5% del total de la cartera. Las participaciones del fondo normalmente tendrán capitalizaciones bursátiles por encima de los 5.000 millones de dólares.

“A medida que la economía global pasa de la era industrial analógica a la era digital de la información, son necesarias una serie de características muy diferentes para tener éxito. Creemos que los dos factores más importantes a medida que el mundo hace este cambio de lo analógico a lo digital son la adaptabilidad ante un futuro incierto y la capacidad de una empresa de crear más valor del que se lleva, que es lo que llamamos suma distinta a cero (Non-Zero Sum o NZS). Invertir en un mundo caracterizado por la transformación y el flujo libre de información requiere un nuevo enfoque, y hemos estado perfeccionando cuidadosamente nuestro marco de inversión en la complejidad durante la última década para tener éxito en este terreno inexplorado para las inversiones. Estamos encantados de compartir esta estrategia con los clientes de Jupiter a través de este nuevo fondo”, explica Brad Slingerlend, gestor del fondo y fundador de NZS Capital.

Por su parte, Andrew Formica, consejero delegado de Jupiter, ha señalado: “Brad y Brinton son gestores de fondos con gran talento y cuentan con un proceso construido cuidadosamente con potencial de ofrecer rendimientos a largo plazo. Su planteamiento coincide inequívocamente con la cultura inversora de Jupiter y con nuestro enfoque en la gestión de alta convicción, activa y orientada a resultados. Venimos observando un verdadero interés entre los clientes y un fuerte crecimiento inicial de la estrategia desde que confirmamos la asociación con NZS, y el lanzamiento de este fondo ofrecerá a nuestros inversores una oportunidad más de acceder a esta estrategia tan novedosa como emocionante, lo cual es una prioridad estratégica para Jupiter”. 

A estas declaraciones, Félix de Gregorio, responsable de Jupiter para Iberia, ha añadido: “Este nuevo fondo se caracteriza por proporcionar un beneficio integral a todas las partes interesadas, desde los clientes y los empleados hasta la sociedad y el medio ambiente. Ser capaces de lograr un impacto real que beneficie a todas las partes es, precisamente, a lo que aspiramos en Jupiter. Además, otra de las grandes características del fondo es que va más allá del concepto ESG tradicional, alineándose, de esta manera, con nuestro compromiso permanente con la inversión sostenible. Ya hemos observado un interés real de los clientes y un fuerte crecimiento inicial de la estrategia desde que confirmamos la asociación con NZS, y el lanzamiento de este fondo hará que los activos totales de la compañía superen los 1.000 millones de dólares, al tiempo que ofrecerá una nueva oportunidad a nuestros clientes de acceder a esta emocionante nueva estrategia, una prioridad estratégica clave para Jupiter”.

Open-Ended European Living, la nueva estrategia de DWS para invertir en real estate europeo

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Pixabay CC0 Public Domain. Ended European Living, la nueva estrategia de DWS para invertir en real estate europeo

DWS ha anunciado el lanzamiento de Open-Ended European Living, su última estrategia open-ended de real estate dirigida a inversores institucionales y centrada en activos de real estate core residencial y living de los mercados más consolidados de Europa. 

Según explica la gestora, la asignación inicial está dirigida a los mercados de vivienda de las áreas metropolitanas más grandes, principalmente en Alemania, países nórdicos, Países Bajos, Irlanda y Francia, y con un enfoque secundario en mercados emergentes como el Reino Unido, España e Italia, con la integración de los criterios ESG en todo el proceso de inversión, de acuerdo con el compromiso de DWS con el objetivo climático del Acuerdo de París. 

Clemens Schaefer, Head of Real Estate para la región APAC y EMEA para DWS, destaca que DWS es un inversor líder en el mercado residencial con un profundo conocimiento gracias a sus más de 15 años de experiencia en el sector. “Contamos con una cartera residencial sólida en Europa, con más de 6.000 millones de euros, para los inversores core que buscan diversificación, el mercado residencial ha demostrado ser un sector defensivo en momentos de tensión de los mercados”.

Por su parte, Jessica Hardman, Head of European Portfolio Management para DWS, señala que, “a medida que las inversiones residenciales sigan ganando importancia, nuestro enfoque estratégico se centrará en activos residenciales asequibles en ubicaciones urbanas en las principales áreas metropolitanas de Europa y con sólidos fundamentales de inversión a largo plazo. Como inversor líder en el sector de la vivienda, en DWS disponemos de una cartera con sólidas oportunidades de inversión”.

En la actualidad, la cartera de DWS abarca todo el espectro, incluyendo residencias de estudiantes, segmento build to rent, salud y hoteles ubicados en micro localizaciones estratégicamente en toda Europa, gestionadas por una red local de profesionales de la inversión y la gestión de activos.

Energía limpia: dirigir el zumbido de la política climática

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Pixabay CC0 Public Domain. Energía limpia: dirigir el zumbido de la política climática

Recientemente, no hubo escasez de noticias sobre política climática. Sin embargo, a pesar de las promesas vertiginosas de estímulo a las energías limpias, los inversores deberían recordar que el capital no es el factor limitante del crecimiento en estos días. Todavía sentimos cierto optimismo excesivo sobre las perspectivas fundamentales y el descuido de los riesgos competitivos. Dados los recientes reveses en el desempeño y dado el entusiasmo predominante de los inversores, las perspectivas para el tema parecen más equilibradas pero también más inciertas. Elevamos nuestra vista a neutral.

El presidente de los Estados Unidos, Biden, dominó el escenario de la última cumbre climática con su plan de estímulo de infraestructura anunciado anteriormente, mientras Japón anunció objetivos más agresivos, que ahora están alineados con las ambiciones de otros países del mundo occidental.

Una pequeña sorpresa fue el hecho de que el gobierno de EE.UU. evitó anunciar un impuesto al carbono, una herramienta probada y eficiente de la política climática. En medio de todo este ruido político, incluidas las promesas de financiación vertiginosas, los inversores deberían recordar que el capital no es el factor limitante en el negocio de la energía limpia en estos días. Por tanto, el estímulo verde tiene sus límites. Los inversores están demasiado dispuestos a financiar cualquier tipo de proyecto verde, como lo han demostrado los acontecimientos de los últimos meses en los mercados de capitales, especialmente el desempeño del tema de las energías limpias.

En cambio, los factores limitantes están en otra parte, incluidos los largos procesos de autorización, la cantidad de tiempo y la presión de margen que necesita para sacar del mercado a las centrales eléctricas de combustibles fósiles, un proceso con muchas fricciones económicas y sociales, a menudo amortiguadas y ralentizadas por políticas. El desafío clave para el negocio de las energías limpias sigue siendo la presión sobre los márgenes, ya que los flujos sustanciales de capital, en parte de los bolsillos profundos del negocio del petróleo, aumentan los precios de los proyectos de desarrollo. Además, la duración de los acuerdos de compra de energía firmados se acorta, aumentando la exposición a la volatilidad del precio de la energía y erosionando la estabilidad inherente del negocio. Las valoraciones han bajado pero siguen siendo elevadas.

El mercado todavía parece demasiado optimista sobre las perspectivas fundamentales y descuida los riesgos competitivos. Dicho esto, el entusiasmo de los inversores sigue siendo fuerte. Dado el reciente revés en el desempeño, creemos que la perspectiva parece más equilibrada pero también más incierta.

 

Tribuna de Norbert Rücker, director de economía e investigación de Next Generation en Julius Baer.

Las políticas de Biden facilitan una buena perspectiva para Latinoamérica

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La nueva administración en EE.UU. comandada por Joe Biden cumplió 100 días y Funds Society analizó junto a Robert Almeida, Global Investment Strategist de MFS, y John Emerson, exembajador de EE.UU y vicepresidente de Capital Group, lo que ha pasado hasta el momento y qué esperan los mercados para lo que resta de su mandato. 

En el Virtual Investment Summit coordinado por Ahmed Riesgo, Chief Investment Strategist de Insigneo, los expertos dialogaron sobre los planes que Biden quiere implementar y cómo tendrá que negociar en el Congreso, pero también evaluaron el transcurrir de estos, poco más, de tres meses. 

“Si tuviera que ponerle una nota, le pondría una A”, dijo John Emerson quien valoró el accionar de Biden para combatir la pandemia provocada por el COVID-19 y destacó el plan de vacunación del presidente demócrata. Además, Emerson, destacó el objetivo para reactivar la economía, que según el exembajador “creará una economía mucho mejor para la clase media”.

Almeida, por su parte, comentó que “el mercado es inteligente, pero es a corto plazo, por lo que está reconociendo las presiones inflacionarias derivadas de la reapertura de cantidades masivas de estímulo de la economía de las vacunas, el aumento debido a los cuellos de botella, ya sean debido a los (chios) semiconductores o el exceso de demanda de automóviles para ir de vacaciones, y todo lo que está impulsando, lo que está viendo en los precios de las commodities y por supuesto, todo es beneficioso para los mercados emergentes”. 

En este sentido, los mercados emergentes de América Latina pueden verse beneficiados, pero esto será en el corto plazo, según el experto de MFS

“En este momento, el catalizador positivo para ellos es un alto crecimiento, los altos precios de los commodities que se yuxtaponen con tasas nominales bajas y tasas reales bajas. Todo eso es un telón de fondo perfecto para los mercados emergentes”, agregó.

Sin embargo, al pensarlo nuevamente, acotó que “lo que es realmente importante es que miremos más allá de eso, veamos más allá de los paquetes de estímulo, miremos más allá de cuando estemos en un mundo más normal o llamémoslo después de la inmunidad colectiva y cuál será la velocidad del dinero, cuál será la economía el telón de fondo y esas fuerzas seculares que creo que todavía vuelven para mí el optimismo para los mercados emergentes se trata menos del contexto económico, se trata más de la constitución cambiante del universo”, reflexionó. 

Con ese contexto, para Almeida, “los mercados emergentes se parecen mucho a EE.UU. hace 100 o 150 años”. Sin embargo, han visto una transición significativa en la última década más hacia más propiedad intelectual, por lo que un cambio de negocios intensivos en capital a propiedad intelectual alta, intensa en capital bajo, en otras palabras, moviendo el índice.

Los índices están menos orientados al ciclo de lo que estaban antes, por lo que hay menos beneficiarios de los altos precios de los commodities y similares, y más hacia los componentes del flujo de efectivo o los nombres de crecimiento secular ahora. Eso está en pañales. Para mí, esa es la historia alcista a largo plazo para los mercados emergentes, tanto en los asset class como en el growth, y por qué creo que la selección de acciones y de bonos serán tan críticas en ese universo, concluyó Almeida. 

Desde lo más estrictamente político, la administración de Biden también será positiva para América Latina en el aspecto migratorio, aseguró Emerson

La vicepresidenta de EE.UU., Kamala Harris, fue encomendada expresamente por Biden a trabajar el problema en el límite con México. “Esto no quiere decir que va a detener lo que pasa en la frontera, esto significa que ella tendrá que ir a la frontera sur y trabajar con las comunidades y hablar con los países que están generando presión desde el norte en términos de inmigración, mejorar la situación de los países, sus economías”, comentó Emerson. 

“Nadie quiere exponer a su familia ante un gran riesgo o dejar todo e irse a un país que ni siquiera conoce y no hablan su idioma”, sentenció. Para Emerson, la potencia norteamericana tendría que pensar en un plan de fondo, “como el Plan Marshall” para tratar de ayudar a los países, particularmente a América Central. 

Por último, el exembajador de EE.UU. en Alemania dijo estar convencido que la política migratoria se aflojará en algunas áreas como la tecnológica donde hay una tendencia a traer gente de otros países. En ese caso también se verán beneficiados ciudadanos latinoamericanos

Para acceder a la grabación del evento, ingrese al siguiente enlace

 

Tres motivos por los que la demanda contenida no es la panacea del crecimiento

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Tony Hand. Tony Hand

Los inversores que esperan que la demanda contenida impulse una recuperación económica duradera tras el coronavirus en Europa podrían acabar decepcionados. Aunque durante el confinamiento ha habido una acumulación de demanda, es probable que su fuerza se vea reducida por la retirada del estímulo de los gobiernos, la creciente disparidad de la riqueza y los cambios en los patrones de consumo. En consecuencia, la recuperación europea tras el coronavirus será probablemente compleja y podría resultar en una gran dispersión de las rentabilidades entre distintos activos.

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Es fácil entender por qué muchos inversores esperan una recuperación cíclica. Aunque las consecuencias del coronavirus provocaron un aumento del desempleo en toda Europa, los planes de estímulo fiscal mantuvieron las empresas a flote, aseguraron los puestos de trabajo y cubrieron la falta de financiación mediante préstamos, subvenciones y ERTE.

…la recesión provocada por la pandemia provocó el mayor aumento del ahorro de los hogares desde la II Guerra Mundial.

– Niklas Jeschke, analista de Soluciones Multiactivo

 

De hecho, la recesión provocada por la pandemia dio lugar al mayor aumento del ahorro de los hogares desde la II Guerra Mundial. Esto se debió principalmente al desplome del gasto de los hogares, ya que los confinamientos impidieron a la gente consumir según la cesta de la compra y el volumen de gasto habitual. Dado que el consumo de los hogares supone unas dos terceras partes del producto interior bruto de las economías avanzadas, un uso, incluso parcial, de ese ahorro una vez que se levanten las restricciones del confinamiento debería, en teoría, provocar un repunte inmediato y permanente del crecimiento.

Sin embargo, esta vez probablemente será diferente. A continuación, ofrecemos tres motivos.

Riesgo de retirada prematura de las políticas

El rally de la renta variable del año pasado se debió en parte a los generosos planes de ayudas de los gobiernos por el coronavirus, pero también en cierto modo a la expectativa de que, en cuanto puedan, los consumidores volverán a los patrones de gasto anteriores a la pandemia o, incluso mejor, compensarán el consumo que dejaron de hacer debido a los confinamientos. Es una hipótesis razonable para muchos servicios. Las consultas de médicos y dentistas privados, por ejemplo, probablemente registrarán un fuerte aumento de la demanda, al poder realizar finalmente los tratamientos que se aplazaron. Sin embargo, en otros ámbitos, la demanda contenida tendrá un impacto mucho menor. Por ejemplo, quien no haya podido cortarse el pelo durante el confinamiento difícilmente va a hacerse dos cortes de pelo seguidos para compensarlo.

Estos dos ejemplos muestran que la demanda contenida se manifiesta de forma diferente en distintos ámbitos. Los mayores sectores económicos, la alimentación y el alojamiento (incluidos los viajes), probablemente estarán más o menos en medio, dependiendo del comportamiento de los consumidores. El «consumo social» inherente a estos sectores implica que un gran aumento de la demanda reflejaría también la falta de interacción social durante el confinamiento. En Australia, las reservas de restaurantes se multiplicaron por dos con respecto a los niveles anteriores a la pandemia, una vez se puso fin a los confinamientos durante el verano en el hemisferio sur. Esto hace pensar que los consumidores compensaron el consumo que dejaron de hacer durante el confinamiento con más consumo del normal al levantarse el mismo. Sin embargo, esto puede interpretarse de otra manera: si los consumidores esperan otro confinamiento por una nueva ola del virus, podrían aumentar su consumo para aprovechar la libertad de comer fuera o irse de vacaciones mientras pueden.

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En cualquier caso, el resultado sería una fuerte recuperación inicial. Sin embargo, si resulta que la gente simplemente adelantó al verano su consumo del invierno, es poco probable que se mantenga el rápido ritmo de recuperación de los servicios. El riesgo en este caso es que las autoridades vean una fuerte recuperación inicial en el verano, den por supuesto que se mantendrá y reduzcan el respaldo de las políticas monetarias y fiscales, incluyendo la retirada de los ERTE y esquemas similares. Durante la retirada del respaldo, sería inevitable un cierto grado de destrucción creativa, lo que supondría la quiebra de algunas empresas y el despido permanente de trabajadores en ERTE. Sin embargo, una retirada prematura de las políticas de respaldo haría que este ajuste fuese más doloroso desde el punto de vista económico y la recuperación mucho más larga.

Los inversores en renta fija podrían beneficiarse de este posible cambio en las políticas. Cuando se levanten los confinamientos, en un primer momento esperamos ventas masivas de bonos, ante la fuerte recuperación impulsada por el consumo. Sin embargo, a medio plazo, vemos riesgos de errores políticos, al interpretarse incorrectamente la continuidad de la fuerte recuperación de la demanda de consumo. Esto podría ser un lastre para el crecimiento, lo que conllevaría una disminución de los rendimientos de los bonos. Los inversores pueden tratar de proteger sus carteras contra los posibles errores políticos incrementando gradualmente sus asignaciones defensivas a renta fija, pues los rendimientos deberían subir inicialmente cuando se eliminen poco a poco las restricciones relacionadas con el coronavirus.

Enormes desigualdades de riqueza

Como hemos comentado antes, el ahorro de los hogares se disparó durante la crisis en términos generales. Sin embargo, esta acumulación de riqueza no se ha dado por igual en todos los hogares. Los datos de las encuestas del Banco Central Europeo y el Banco de Inglaterra indican que los hogares con ingresos altos aumentaron sus ahorros mucho más que aquellos con ingresos más bajos. Durante toda la crisis, los hogares con menos ingresos tuvieron más probabilidades de perder su empleo o verse afectados por un ERTE, menos probabilidades de teletrabajar y menos probabilidades de poseer activos financieros importantes que se beneficiaran del repunte del mercado posterior a la liquidación.

TRP

El relativo aumento del ahorro entre los hogares de ingresos altos durante la pandemia incrementó las desigualdades de riqueza que ya existían. Dado que los hogares con miembros en edad de trabajar se sienten más cómodos gastando de sus ingresos recurrentes que de su riqueza acumulada, es menos probable que los hogares con altos ingresos gasten sus ahorros. Así, la gran dispersión de la riqueza amenaza con lastrar la recuperación.

Por último, los bienes inmobiliarios y los activos financieros se encarecieron en la práctica durante 2020, pues es ahí donde probablemente se destinaron la mayor parte de los ahorros. Comparado con la época anterior al coronavirus, los hogares que actualmente ahorran para la jubilación tendrán que asumir unos menores rendimientos de sus inversiones y ahorrar más para sus pensiones si desean mantener el mismo nivel de vida, de seguir igual todas las variables. Esto es así especialmente para los hogares con menores ingresos, que están en una fase más temprana de su ciclo vital y tienen la mayor predisposición marginal para consumir. Los hogares con mayores ingresos, que están en una fase más avanzada de su ciclo vital y tienen una baja predisposición al consumo, probablemente seguirán beneficiándose de la subida de los precios de los activos.

En general, esta evolución implica que el crecimiento del consumo agregado podría ser más débil de lo previsto a medio plazo. Por tanto, esperamos que la tendencia de la tasa de crecimiento del consumo a largo plazo se sitúe por debajo de los niveles anteriores a la pandemia. Esto se traduciría en un tipo de interés natural más bajo, R*, y en unos menores rendimientos de los bonos. Junto con nuestros comentarios anteriores sobre la posibilidad de errores políticos, la probabilidad de que estas perspectivas se hagan realidad supone otro obstáculo para los rendimientos de la renta fija a medio y largo plazo.

 

…creemos que los inversores deberían mantener los componentes defensivos de la renta fija en sus carteras.

– Tomasz Wieladek, economista internacional

Por tanto, creemos que los inversores deberían mantener en sus carteras los componentes defensivos de la renta fija. Aunque la sobreponderación de los activos de riesgo puede resultar ventajosa conforme el consumo se recupere, los inversores también deberían incluir algunos activos conservadores que puedan reducir el riesgo en caso de que pasemos a un entorno de menor crecimiento del consumo.

Cambio en los patrones de consumo

Los cambios seculares en las preferencias de los consumidores probablemente supondrán una fuente de destrucción creativa adicional en varios sectores económicos. Ya estamos viendo los primeros indicios de cambio de tendencia en el mercado inmobiliario: los alquileres de pisos céntricos en las grandes áreas metropolitanas se han visto más afectados por la crisis que las viviendas de zonas rurales. El teletrabajo posible gracias a la tecnología ha permitido a los inquilinos reconsiderar sus preferencias de vivienda y se espera que los consumidores sigan dando mayor importancia a su entorno vital. Los negocios que dependen del desplazamiento a pie de los clientes tendrán muchas dificultades para competir con los nuevos hábitos de consumo adquiridos.

De igual modo, los canales de distribución online y móvil se han afianzado aún más en los patrones de consumo. Sectores como el comercio minorista y el entretenimiento han registrado un aumento en su adopción desde niveles ya altos. Pero lo más interesante es que la distribución a distancia se ha afianzado en sectores poco representados anteriormente, como la educación y la medicina. Las compañías tecnológicas que se benefician de estas tendencias o las hacen posibles han sido las más favorecidas por esta nueva realidad. Una vez se han manifestado estos cambios de comportamiento de los consumidores, cuesta imaginar que se vuelva a los patrones anteriores al coronavirus.

Los inversores también deben estar muy atentos a la capacidad de los productores para hacer frente a cambios permanentes en las preferencias de los consumidores. Por ejemplo, el aumento de la demanda de productos electrónicos debido al coronavirus provocó una escasez de oferta de semiconductores a principios de 2021, lo que dio lugar a importantes problemas de producción que afectaron a muchos sectores, desde el automóvil hasta el entretenimiento en casa.

Así pues, los inversores deben ser ágiles al identificar dónde se recuperará con fuerza la demanda de los consumidores, dónde hay cadenas de suministro que pueden asumir unos niveles de demanda persistentemente altos y si el consumo volverá a los patrones anteriores a la crisis o seguirá nuevas normas. Creemos que una amplia rotación hacia las acciones de pequeña capitalización, value y de los mercados emergentes pasaría por alto la dispersión que subyace bajo la cuestión de la «demanda contenida».

Los confinamientos han obligado a los consumidores a adoptar nuevas tecnologías y hábitos que han cambiado de forma permanente los patrones de consumo. Por ello, apostamos por una gestión activa en estos segmentos de mercado. En nuestra opinión, la gestión activa está en mejores condiciones de beneficiarse de la revalorización no linear que probablemente se producirá cuando entremos en un entorno más estable tras el coronavirus.

Tribuna de Yoram Lustig, Head of Multi-Asset Solutions en T. Rowe Price

 

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Riesgos ESG para los inversores en crédito: más allá de las siglas

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El concepto de los factores medioambientales, sociales y de gobierno corporativo -la “E”, “S” y “G” de ESG, por sus siglas en inglés- puede, por supuesto expresarse en un breve acrónimo de tres letras, sin embargo, en la opinión de Harry Richards y Adam Darling, gestores de renta fija en Jupiter Asset Management, hacerlo simplifica en exceso un proceso que de hecho es una categorización amplia, aunque sutil, de riesgos a analizar y gestionar, y que varían notablemente de un sector a otro.

Su estrategia no es una inversión de “impacto”, pero siempre han enfatizado la importancia de la gestión de riesgos en su filosofía. Por ello, perciben los factores ESG como un subconjunto de crucial del análisis de riesgo crediticio. En este caso, su experiencia en la gestión de cateras centrada en deuda high yield, junto con su estrategia de grado de inversión ha sido particularmente beneficiosa, porque las posibles dislocaciones en los precios tienen el hábito de darse a conocer inicialmente en los segmentos de menor calificación en el mercado crediticio.

Uno de sus principales objetivos es identificar los riesgos que puedan surgir a partir de los factores ESG y que, a su vez, podrían tener un impacto negativo en la sostenibilidad en el sentido más amplio. Al evaluar los riesgos ESG, es fundamental no solo considerar los temas más ampliamente discutidos, sino también buscar de cerca las indicaciones de los riesgos futuros que puedan surgir de la banda izquierda del campo para enturbiar las perspectivas de un negocio o sector en particular.

Es difícil exagerar el valor de tratar de prevenir tales riesgos; un brusco deterioro en los factores de riesgo evaluados dentro de un marco ESG sólido puede tener consecuencias potencialmente terminales para una empresa. En la práctica, Richards y Darling buscan identificar y gestionar los riesgos de cola, ya sea que éstos estén categorizados dentro de un marco ESG o dentro de algún otro marco de riesgos. Dicho de otro modo, los gestores creen que los inversores deberían ser reconocidos por los riesgos que han tomado, incluyendo riesgos reputacionales y riesgos potenciales derivados de aquellos que incluyen, en última instancia riesgos para su flujo de efectivo.

De la “E” a la “S”

Si bien gran parte del discurso público sobre los factores ESG para los nonos corporativos se centra en la “E” (quizá compresiblemente dados los desafíos bien documentados del sector energético, las emisiones de gases y la contaminación en general dentro del contexto del cambio climático), Richards y Darling defienden que es igualmente importante prestar suficientemente atención a los riesgos capturados en los factores “S” y “G”. En los términos más simples, los gestores creen que la integración ESH va más allá que de ser “ecológico”. En el entorno actual, la “S” de ESG es quizás el factor más interesante. Por supuesto, algunos riesgos sociales ya son importantes. Al igual que algunos de sus competidores, por ejemplo, han hablado desde hace tiempo sobre los bonos del sector del tabaco. Una industria cuyo producto principal ha provocado indiscutiblemente la muerte de millones de sus consumidores durante muchas décadas, por lo que es comprensible que generen muchas alertas y banderas rojas dentro de la inversión ESG. El hecho de que cada vez se dé más peso a las consideraciones ESG y los desafíos que pueden generar para el sector es un riesgo de cola que comienza a ser cada vez más aceptado por el mercado. Esto se resumen en los recientes titulares sobre el reciente interés de la administración Biden por sopesar una política para regular la nicotina incluyendo la prohibición de cigarrillos mentolados.  

Pero el escrutinio en un sentido más amplio de los factores sociales, o de la sigla “S”, también está evolucionando. En ese sentido, los gestores creen que la experiencia de COVID-19 ha acelerado los cambios sociales subyacentes que ya estaban cocinándose antes de que la pandemia golpeara. Un buen ejemplo es el marcado descenso de la tolerancia social a la evasión fiscal. Esto ha llevado a los gobiernos a presionar cada vez más a las empresas para que paguen su parte justa de impuestos, con especial atención a los numerosos emisores con grado de inversión que históricamente pueden haber participado en lo que a veces se denomina planificación fiscal agresiva. Este proceso combinado con un rechazo cada vez más global contra la explotación empresarial de los regímenes fiscales, hace que haya una amplia aceptación de que el impuesto empresarial en general debe aumentar para pagar el daño económico producido por la pandemia, especialmente en los segmentos que han atravesado la recesión con relativa facilidad.

En ese sentido, Richard y Darling creen que se está reflejando un cambio de material en las actitudes con respecto al equilibrio adecuado entre los sectores público y privado, y el papel y la financiación del gobierno. La transición del estímulo monetario al fiscal, si bien es bienvenida por muchos economistas, necesariamente significará un papel más importante para el gobierno y más presión regulatoria y política sobre el sector privado.

La presión gubernamental sobre las empresas también refleja signos de un posible reequilibrio en los rendimientos económicos del trabajo, que durante tanto tiempo se inclinaron firmemente a favor del capital. La era de la innovación digital y tecnológica combinada con la optimización global de las cadenas de suministro de fabricación ha provocado la alteración de los mercados laborales y unas tensiones sociales en las economías desarrolladas que los políticos ya no pueden ignorar. Esta tensión ya se ha reflejado a nivel macro en eventos como la elección de Donald Trump y el Brexit.

La lucha ahora está comenzando a nivel corporativo con, por ejemplo, un acalorado debate en torno a los derechos de los trabajadores en la economía del “gig” (por ejemplo, empresas como Deliveroo, Uber, Amazon, que ofrecen contratos de cero horas…). De hecho, son las consideraciones relacionadas con el factor social las que son los principales impulsores de los cambios en la percepción y la aceptación de los comportamientos de las empresas tecnológicas en la sociedad. Pero mientras que el comportamiento de los “contaminadores digitales” ocupa cada vez más los titulares de los periódicos, lo que está menos claro es si los inversores están valorando adecuadamente el riesgo crediticio asociado.

Un escrutinio más detenido de los factores sociales no está en absoluto reservado para las empresas habilitadas por la tecnología. Hace tiempo que Richard y Darling identificaron, por ejemplo, el riesgo de “activos varados” implícito en la propiedad comercial, ya que el cambio de la venta minorista del “brick and mortar” tradicional a la venta online interrumpe la base de clientes.

De la “S” a la “G”

Otro principio de la integración de factores ESG en su filosofía de inversión es el compromiso corporativo y la medida en que podemos influir y mejorar las perspectivas de gestión. Es importante reafirmar que las consideraciones ESG no son el dominio exclusivo, ni siquiera la única preocupación, de los accionistas. Si bien los tenedores de bonos no reciben los derechos de voto que disfrutan los accionistas, esto de ninguna manera implica una falta de responsabilidad para que los tenedores de bonos busquen influir en los comportamientos.

Los gestores creen apasionadamente en su responsabilidad de contribuir a la promoción de las mejores prácticas de ESG. En los últimos años, se han comprometido de forma proactiva con la gestión de muchas empresas de cuyos bonos son propietarios, así como de aquellos en los que no son titulares. Cuando las respuestas a las preguntas sobre los riesgos ESG no han sido satisfactorias según sus criterios, han decidido no invertir. Los temas de participación varían significativamente y han sido tan amplios como impulsar cambios en la asignación de capital, las relaciones con los reguladores, las solicitudes de divulgación, los compromisos de financiamiento de combustibles fósiles y los objetivos de cero emisiones netas.

Para los gestores, el sector de servicios financieros es un área que merece un escrutinio aún mayor en torno a los riesgos de gobernanza. Las recientes tribulaciones de Credit Suisse con Archegos y el colapso del prestamista especializado Greensill Capital por prácticas crediticias imprudentes son dos casos que demuestran lo que puede salir mal cuando la “G” de ESG recibe una atención insuficiente. En este contexto, con los recuerdos de la crisis financiera mundial aún vívidos, y dada la magnitud del deterioro del capital para los tenedores de bonos que puede resultar de una quiebra bancaria, sigue siendo un sector que creen merece un examen en profundidad.

¿Está el banco central de su lado?

Si bien la pandemia de COVID-19 ha cambiado muchos aspectos de nuestra vida diaria, uno de sus legados más importantes puede ser una reevaluación radical de la percepción popular del equilibrio «correcto» entre la rentabilidad empresarial y el bienestar social.

Como era de esperar, esta es una realidad que los gobiernos no han pasado por alto. Sin embargo, la pregunta clave es si los gestores de crédito se han adaptado lo suficientemente rápido, para estar al tanto no solo de los factores ESG más obvios, sino también para permanecer alerta a los riesgos emergentes.

Las señales de que surgirán más riesgos están ahí … para aquellos que estén preparados para mirar. Tomemos, por ejemplo, los cambios anunciados recientemente en el enfoque del Banco de Inglaterra para las compras de bonos corporativos, lo que hace que los factores climáticos sean una consideración fundamental. Richard y Darling creen que la importancia de este desarrollo se dará a conocer no en el entorno prevaleciente de «riesgo», sino cuando la volatilidad del mercado crediticio ascienda una vez más. Si los bancos centrales reiniciaran sus programas de compra de bonos para respaldar un mercado crediticio más débil, no nos sorprendería ver que las compras se enfocaran de manera deliberada lejos de los emisores con calificaciones bajas en los criterios de impacto ambiental. Con el precedente del apoyo selectivo ya establecido, parece probable que se incorporen consideraciones ESG más amplias en los mandatos del banco central.

Esto es potencialmente un cambio de juego. Sin el apoyo del banco central en un entorno de diferenciales crediticios cada vez mayores, los gestores creen que hay margen para que los problemas de los sectores que enfrentan desafíos ESG tengan un rendimiento significativamente inferior. Como ocurre con muchos de los riesgos que forman parte de un marco ESG más amplio, el tiempo dirá cuántos inversores han tenido en cuenta este último desarrollo en el proceso de construcción de su cartera.

 

Puede acceder a más información sobre las perspectivas de Jupiter Asset Management a través de este link

 

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Criteria Chile incorpora a su equipo 10 asesores financieros procedentes de Citi

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CC-BY-SA-2.0, FlickrSantiago de Chile. ,,

Junto al reciente anuncio del inicio de sus operaciones en Chile, la firma Criteria ha comunicado la incorporación de un equipo de 10 asesores financieros que gestionaban la propuesta de valor de Citi International Personal Banking. Ello, hasta la decisión de dicha entidad de finalizar sus servicios desde esta plaza, luego de más de 30 años de presencia y en el marco de una reorganización para dar foco a otros mercados.

Los banqueros son: Mirna Larrucea, Angela Meneses, Andrea Nazar, Gonzalo Arbea, Miguel Giadalah, Alberto Klaber, Marcelo Labra, Sebastián López, Juan Enrique Palacios y Eduardo Zamudio.

El equipo cuenta con una trayectoria promedio de más de 20 años en la industria financiera internacional, mayormente desarrollada en Citibank, un portafolio agregado de 1.140 millones de dólares y conocimientos y calificaciones que fueron oportunamente validados por el Regulador de Inversiones de Estados Unidos (FINRA).

“Liderados por Héctor Navarro (Managing Partner de Criteria Wealth Management Chile), han tenido una excelente recepción de su cartera de clientes, quienes valoran la posibilidad de poder mantener un servicio cercano, dinámico, sin conflicto de intereses y que bajo un modelo de Multi Family Office, les brinda acceso directo a reconocidasinstituciones a nivel mundial, tales como Bank of New York, Pershing, XP y UBS, entre otras”, expresó Criteria en un comunicado.

La firma Criteria es un multi family office con 17 años de trayectoria, presencia regional y un equipo de más de 100 personas. Mantiene acuerdos estratégicos con reconocidas instituciones a nivel mundial, tales como Bank of New York, Pershing, XP y UBS, entre otras. 

Bci reestructura sus gerencias para potenciar áreas de inversión y ecosistema de pagos digitales

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Javier Moraga, gerente de Inversión y Finanzas de Bci
Foto cedida Javier Moraga, gerente de Inversión y Finanzas de Bci. Javier Moraga, gerente de Inversión y Finanzas de Bci

Cinco años después de dar inicio a su proceso de transformación, el banco chileno Bci anunció una serie de cambios a su estructura de áreas de negocio, en lo que calificaron a través de un comunicado como una «segunda etapa» de su transformación. En ese sentido, que busca llevar a la firma de un banco tradicional a un «articulador de soluciones financieras», la entidad creó dos nuevas gerencias, que funcionarán como plataformas integradas de servicios: Inversiones y Finanzas (BI&F) y Ecosistema Digital de Pagos.

“Hemos instalado capacidades digitales y una robusta arquitectura tecnológica. Hemos desarrollado ecosistemas, una plataforma internacional y hemos adaptado nuestra cultura. Esto ahora nos permite seguir evolucionando de manera permanente, lo que es fundamental, porque hoy no basta ser un banco tradicional”, dijo Eugenio von Chrismar, gerente general de Bci. “Hoy, las demandas de nuestros clientes son múltiples y necesitamos estar mucho más cerca de sus necesidades cotidianas”, agregó.

Para Von Chrismar el foco de la estrategia de Bci es aprovechar los mercados en disrupción, como los de pagos e inversiones, además de seguir transformando el modelo de servicios para una experiencia fundamentalmente digital.

Ello explica la creación de dos nuevas gerencias o unidades de negocio, la integración de las capacidades digitales en todas las áreas comerciales y la ampliación de las responsabilidades del gerente general, que asume una visión corporativa regional. De esta forma, pasa a tener a su cargo no solo la operación nacional, como hasta ahora, sino también a City National Bank, de Florida, que antes era independiente.

Nuevas gerencias

La nueva gerencia de Inversiones y Finanzas (BI&F) se crea con la misión de ser una plataforma donde el cliente pueda satisfacer todas sus necesidades de inversión, independiente del monto o destino del capital, con una experiencia omnicanal. Para lograrlo, congregará a varias gerencias y filiales: Asset Management, la Corredora de Bolsa, Wealth Management -áreas de estrategia, marketing y distribución-, Sales, Trading y Tesorería, entre otras, a las que ahora se suma Banca Privada.

De esta manera, se adapta a un entorno competitivo para entregar una asesoría integral a todos los segmentos, aprovechando las capacidades locales e internacionales de Bci. Javier Moraga asumió como gerente de Inversión y Finanzas.

En tanto, la nueva gerencia de Ecosistemas Digitales se hará cargo de vincular a los cientos de pequeños, medianos y grandes pagos que las personas hacen todos los días, para ofrecer un mejor servicio desde la cotidianeidad. Esta unidad concentrará a MACH, las Plataformas de Pago ya existentes, como Evo Payments, y contará con un Centro de Excelencia de Analítica y Datos, entre otras áreas.

Juntas operarán con un modelo escalable y eficiente en un medio que se caracteriza por la irrupción de nuevos competidores y clientes más exigentes en servicio y experiencia digital. Esta gerencia estará a cargo de Ignacio Yarur.

Al mismo tiempo, la gerencia de Desarrollo Corporativo, Internacional y Sostenibilidad, liderada por Diego Yarur, seguirá impulsando el área internacional construyendo una posición relevante en Perú y consolidando la plataforma el Banco en Estados Unidos.  Asimismo, instalará la capacidad de implementar iniciativas estratégicas sociales y ambientales desde el negocio. Lo anterior permitirá a Bci seguir creciendo y, a los clientes, operar con simpleza y eficiencia fuera de Chile.

“Nuestra nueva estructura es funcional a la aspiración de ser un articulador de soluciones financieras oportunas y eficientes, tanto a nivel local como internacional, y así potenciar el crecimiento de empresas, pymes, microempresas, emprendedores y personas. Solo así podremos seguir siendo relevantes para nuestros clientes y un factor de desarrollo para la sociedad”, dijo Von Chrismar.

Otros cambios

Además de estos cambios, el banco anunció que la gerencia de Transformación Digital dejará de ser una gerencia en sí misma para distribuir sus capacidades y estar presente en todos los negocios del banco. Esto luego de que, según señaló la entidad, esta unidad cumplió su objetivo de madurar las competencias de los colaboradores, la arquitectura tecnológica y la digitalización en el banco.

Las gerencias de Banca Mayorista–Wholesale & Investing Banking, a cargo de Gerardo Spoerer, y Banca Retail, de Rodrigo Corces, se mantienen y ganan potencial de crecimiento con nuevas estrategias y modelos de atención integrales, apoyados por el análisis de datos y la digitalización.

Por otro lado, las filiales seguirán potenciando capacidades de distribución y asesoría con una estrategia integral para cada uno de los segmentos. En la filial Bci Seguros, Alejandra López asume la gerencia general, en tanto, en Asset Management asume Claudia Torres, y en Bci Corredor de Bolsa S.A., Juan Pablo Monge