Pixabay CC0 Public Domain. El arte se abre paso en las carteras de los inversores como protección ante la inflación
El índice de confianza del mercado del arte ArtTactic ha alcanzado su máximo desde 2014. En opinión de ArtGain, gestora de fondos de inversión en arte para inversores profesionales, este dato indica un cambio positivo en el sentimiento del mercado en los últimos ochos meses. “Es el valor más alto desde enero de 2014, y progresa un 89% respecto al período previo a la pandemia en septiembre de 2019”, indican.
Según publica la gestora en su último análisis, la concentración de la riqueza en las élites y el crecimiento de las nuevas economías emergentes han favorecido también la concentración de su inversión en arte. “De un total de 67.000 millones de dólares del mercado del arte, un 63% de su valor se concentra en obras superiores al 1.000 millones de dólares, y el número de ricos y ultrarricos seguirá subiendo: 22% en los próximos 5 años según previsión de Cap Gemini”, explican.
Esta tipo de inversión no se ha visto menoscabada por la crisis que ha generado la pandemia mundial, todo lo contrario, los inversores y los altos patrimonios siguen viendo en esta clase de inversión un forma de diversificar y descorrelacionar su cartera, además de acudir a un “activo refugio” diferente.
De hecho, la gestora defiende que la inflación alcista generará un rendimiento positivo del arte. En este sentido, explica: “Ahora es el momento de invertir en activos reales que tienden a subir más en épocas alcistas. La inversión en arte ha demostrado que en períodos de inflación alta o de tendencia alcista como entre el período 1973 y 2012 pudo rendir más que otros activos financieros como se aprecia en el gráfico de Saatchi Art, gracias al valor refugio y descorrelacionado del mercado financiero que sigue una dinámica distinta y mayormente ligada a la evolución del comportamiento de bienes de lujo y de grandes patrimonios”.
A la hora de incluir esta clase de activos en la cartera, la gestora apunta: “considerando un portfolio en el que un 70% sea renta variable (Dow Jones) y un 30% de renta fija (bonos US 10y), podemos determinar que invertir un 10% en el fondo ArtsGain AVF determinaría la posición óptima rendimiento-varianza como muestra el gráfico adjunto. La comparación de los valores bursátiles mencionados con la volatilidad a la baja (índice de Sortino) muestra que los activos del arte que componen el fondo de ArtsGain pueden contribuir positivamente al balance riesgo/ganancia de sus inversores”.
Pixabay CC0 Public DomainGran Muralla China, República Popular China.. Gran Muralla China, República Popular China.
En el segundo trimestre de 2021 la economía china avanzó un 7,9% interanual, cifra ligeramente por debajo de las expectativas del consenso, y desde Bloomberg establecen un pronóstico de crecimiento del PIB para el tercer trimestre de un 8,5%. No obstante, el nuevo marco regulatorio y la incidencia de la variante delta ha llevado a algunas gestoras a reducir su perspectiva sobre el gigante asiático.
Sophie Altermatt, economista de Julius Baer, señala que “con las revisiones recortamos nuestro pronóstico de crecimiento para todo el año 2021 a 8,3%, previamente estimado en 8,8%”. En este sentido, Luca Paolini, estratega de Pictet AM incide en que “un mayor grado de cautela parece sensato”.
Marco regulatorio: educación, tecnología y VIE
Los vientos regulatorios llegaron nuevamente a China desde el Partido Comunista Chino, en este caso, dirigidos al sector educativo. Estos vientos preocuparon a los inversores por desconocer el alcance final que tendrían. Diversos analistas concluyen que esta ola regulatoria se entiende por la nueva política de “prosperidad común”, nombre empleado por Tom Wilson, responsable de renta variable de mercados emergentes de Schroders.
“En las últimas décadas, China ha experimentado un enorme crecimiento económico, pero también ha aumentado la desigualdad. La regulación es, en parte, un reflejo del interés en que los beneficios económicos se distribuyan más fácilmente”, explica Wilson. La regulación en el sector educativo referido a las clases extraescolares se entiende desde dos puntos de vista. En primer lugar, los que dispongan de más recursos económicos podrán acudir a clases extraescolares lo que facilitará su ingreso en las mejores universidades del país; aumentando la brecha social. Y en segundo lugar, influirá en la tasa de natalidad. La población china está envejeciendo y los nuevos padres están centrando todos sus recursos en un solo hijo.
Así pues, según afirma Brian Bandsma, gestor de Vontobel Quality Growth, “China está cambiando sus prioridades, pasando del crecimiento económico general a un crecimiento inclusivo”. Un crecimiento sostenible que impulsa la igualdad social que durante décadas ha obstaculizado el crecimiento de su clase media. Estos tres grandes obstáculos, según indican desde la gestora Fidelity International, son la educación, la sanidad y la vivienda; ”cuyos costes se han descontrolado en los últimos años y han supuesto una pesada carga para los nuevos padres”, afirma la gestora.
Desde Vontobel recuerdan que “invertir en China debe considerarse siempre como algo de mayor riesgo”. Las políticas del partido comunista tendrán prioridad sobre todo lo demás por lo que “los inversores en China estarán mejor preparados si reconocen este poder general y evitan invertir en empresas que ganan dinero en áreas que entran en conflicto con los objetivos del gobierno. Dado que las prioridades están cambiando hacia el aumento del nivel de vida de las familias de ingresos medios y bajos, los inversores deberían estar bien preparados para comprar empresas que se beneficien de este cambio en las prioridades”.
La regulación china también ha puesto la lupa en el sector tecnológico. Frente a la preocupación de los inversores se debe recordar que esto no es inusual en el contexto internacional. Por un lado, desde Schroders resaltan que “la innovación tecnológica ha ido por delante de la regulación”. Esta característica se ha visto reflejada en las economías desarrolladas que han aplicado recientemente medidas contra las grandes tecnológicas, como la coloquialmente conocida tasa Google.
Asimismo, la gestora también incide en que el gigante asiático está tomando precauciones ante las tensiones que mantiene con EE.UU. Que podrían provocar problemas de acceso por parte de China a la tecnología de vanguardia. De esta forma, China tiene el firme propósito de avanzar hacia la autosuficiencia tecnológica y para ello debe aplicar un marco regulatorio previamente.
La preocupación regulatoria también se ha trasladado al área de las entidades de participación variable (VIE), estructuras empleadas en China desde hace dos décadas para limitar la inversión extranjera. Tom Wilson, responsable de renta variable de mercados emergentes de Schroders, afirma que “en los últimos días hemos visto una medida para no permitir las estructuras VIE en el espacio de la educación privada. Estos movimientos han llevado a una reevaluación del riesgo en cuanto a si las estructuras están amenazadas. Cualquier acción que empleara una estructura VIE vio un marcado aumento de la prima de riesgo”. No obstante, desde Fidelity International animan a la tranquilidad afirmando que no han visto “nada que indique que se ha producido un cambio profundo en el statu quo de las estructuras VIE”.
¿Qué sectores se beneficiarán por la política de “prosperidad común”?
Durante las pasadas jornadas, las acciones de muchas compañías chinas han registrado fuertes descensos a causa del marco normativo en materia de educación y tecnología. Desde Pictet AM explican que a pesar de que las medidas pueden añadir una «prima de riesgo» permanente en las acciones y bonos chinos, no deben cambiar fundamentalmente el modelo de crecimiento de China o la inversión en los activos financieros del país. “Nos mantenemos neutrales en renta variable en China. Asimismo, hay justificación para obtener beneficios en bonos chinos, que han tenido buen comportamiento en lo que va del año”, añaden.
El gigante asiático está tratando de conseguir un crecimiento a largo plazo más equilibrado en el que además, se reduzcan las desigualdades. Esto quiere decir que las áreas que presentan una mayor sintonía con los objetivos a largo plazo del gobierno serán las más beneficiadas. Estas son “las energías verdes, los semiconductores, las nuevas infraestructuras, las cadenas de suministro del vehículo eléctrico y la fabricación avanzada”, señalan desde Fidelity International tanto Victoria Mio, directora de renta variable asiática, como Paras Anand, CIO Asia Pacífico.
FE fundinfo, firma global especializada en tecnología y datos de fondos, ha adquirido FundConnect, una empresa con sede en Dinamarca que también se enfoca en la tecnología y los datos de fondos.
El acuerdo reúne la experiencia en tecnología y datos de fondos de FE fundinfo en el Reino Unido, Europa y Asia con el conjunto de servicios complementarios de FundConnect y su posición única en la industria de fondos nórdica.
Fundada en Copenhague en 2000, FundConnect recopila y distribuye datos de fondos en toda Europa y se especializa en la recopilación avanzada de datos, distribución de datos, soluciones web y producción de documentos de fondos (con fines regulatorios y de marketing).
FundConnect, junto con la Asociación Danesa de Inversiones, es propietaria conjunta de FundCollect, que sirve a toda la industria danesa de fondos de inversión; tanto grupos de fondos daneses como fondos internacionales que operan en Dinamarca.
Con más de 20 años de experiencia sirviendo como columna vertebral técnica y de recopilación de datos para bancos, aseguradoras, gestores de activos, plataformas y organismos de la industria, FundConnect también respalda una serie de iniciativas de la industria, como la Clasificación Europea de Fondos (EFC) de la Asociación Europa de Fondos (Efama).
FE fundinfo ya tiene muchos clientes compartidos que son respaldados a nivel nacional por FundConnect y, con las operaciones internacionales de FundConnect a su vez respaldadas por FE fundinfo en Luxemburgo, al alinear sus principales soluciones de tecnología, red y datos de fondos, las empresas tienen como objetivo ofrecer un conjunto más amplio de servicios a sus clientes y socios que operan cada vez más en el extranjero.
La misión de FE fundinfo es conectar la industria de inversiones y hacer que sea lo más simple posible para que sus clientes estén mejor informados sobre las decisiones de inversión. Conectar a los gestores y distribuidores de fondos a nivel mundial para aumentar la eficiencia es una parte clave en esa misión y un espíritu compartido por el equipo de FundConnect.
Nueva adquisición
El anuncio se realiza después de un período de rápido crecimiento para FE fundinfo con la adquisición de CSSP, especialistas en ESG con sede en Lichtenstein, a fines de 2020 y contrataciones significativas en los equipos comerciales de FE fundinfo en Europa continental durante la primera mitad de 2021.
Los asesores en el acuerdo para FundConnect fueron EY (finanzas corporativas), Horten (legal) y KPMG (asistencia financiera) y para FE fundinfo, Accura (legal), Baker McKenzie (debida diligencia legal) y Deloitte (debida diligencia financiera y fiscal).
“Estamos encantados de unirnos a la familia de FE fundinfo y participar activamente en la visión empresarial de crear un campeón paneuropeo de datos y tecnología de fondos. Esta transacción nos permite ofrecer un universo de datos de fondos más amplio y profundo a nuestros clientes y continuar impulsando la agenda para la estandarización y eficiencia en la recopilación y distribución de datos de fondos. Nuestra experiencia en soluciones de tecnología y automatización de datos complementa las ofertas proporcionadas por FE fundinfo y nos permite apoyar a nuestra base de clientes global para optimizar sus negocios y cumplir con las normas en un panorama regulatorio cada vez más complejo”, dice Carsten Mahler, director ejecutivo de FundConnect.
“El panorama de la distribución de fondos se está volviendo cada vez más global y la necesidad de una mayor eficiencia para el intercambio de datos transfronterizo es algo que FE fundinfo pretende facilitar a través de sus principales servicios de distribución de datos de fondos. Compartimos una filosofía similar con FundConnect con el objetivo de mejorar la estandarización en todo el panorama global de datos de fondos y ayudar a nuestros clientes a acceder y distribuir sus datos y documentos de fondos de una manera simplificada. Nos ha impresionado el papel clave que FundConnect ha desempeñado en la mejora de los estándares de datos de fondos. Su enfoque para crear soluciones tecnológicas innovadoras ayuda a dar vida a esos datos en beneficio de los administradores de fondos, distribuidores de fondos e inversores. Estamos encantados de darles la bienvenida a la familia de FE fundinfo”, comenta Hamish Purdey, director ejecutivo de FE fundinfo.
Pixabay CC0 Public DomainVictor Garcia. Victor Garcia
El extraordinario crecimiento de la emisión de deuda con un enfoque ambiental, social y de gobernanza (ASG) en los últimos años ha colocado a la inversión responsable a la vanguardia de la gestión de activos de renta fija, con el aumento de la emisión de bonos “verdes” (deuda vinculada a proyectos respetuosos con el medio ambiente) como una de las principales fuerzas impulsoras de esto, en particular. El desarrollo del mercado ha brindado grandes oportunidades a los gestores, con acceso a una serie de proyectos muy codiciados y con vocación ecológica, así como a nuevas oportunidades para encontrar fuentes de rendimiento.
No obstante, la creciente popularidad de este segmento oculta varios retos únicos a los que se enfrentan los gestores a la hora de abordar el mercado de bonos verdes. Pese a parecer incorporar una prima perfectamente establecida en comparación con los bonos convencionales, por ejemplo, el mercado en su conjunto carece de normas concretas y exigibles sobre criterios tales como etiquetado e informes. Además, el amplio espectro de lo que se entiende por “verde” expone al mercado al riesgo de ecoblanqueo, al haber empresas que pueden emitir bonos certificados como verdes con definiciones muy laxas. Los problemas de gobernanza, resultantes de la vinculación de los bonos con proyectos en lugar de empresas, son también una cuestión peliaguda.
Con el crecimiento del mercado, es posible que veamos más casos controvertidos que hagan reflexionar a los gestores. Para ayudar a salvar estos escollos, los inversores deberían adoptar un enfoque a largo plazo en su selección de títulos en el convencimiento de que, con el tiempo, cabe esperar que las empresas que manifiestan un compromiso sistemático con las prácticas ecológicas se verán recompensadas.
Los bonos verdes son emisiones en las que el capital captado se usa para financiar o refinanciar proyectos específicamente relacionados con el clima o el medio ambiente. Los bonos sociales son emisiones en las que el capital captado se usa para financiar o refinanciar proyectos destinados específicamente a crear resultados sociales positivos en las comunidades. Los bonos de sostenibilidad son emisiones en las que el capital captado se usa para financiar o refinanciar una combinación de proyectos o actividades ecológicas y sociales. Los bonos ligados a la sostenibilidad están estructuralmente vinculados a la consecución de objetivos climáticos o de desarrollo sostenible más amplios por parte del emisor.
Los bonos verdes están impulsando el auge de la deuda ASG
A pesar del auge de las emisiones relacionadas con cuestiones sociales el año pasado a raíz de la necesidad de proyectos que generaran empleo, los bonos verdes han dominado ampliamente el espacio ASG en los últimos tiempos. En dólares estadounidenses, los bonos verdes representaron entre el 70% y el 85% del total de emisiones relacionadas con cuestiones ASG cada año entre 2016 y 2019. Y aunque lo social ocupó el primer puesto el año pasado, impulsado principalmente por los títulos emitidos en el marco del programa de la Unión Europea SURE (siglas en inglés de «apoyo temporal para atenuar los riesgos de desempleo en una emergencia»), una iniciativa para ayudar a los Estados miembros a paliar el impacto negativo de la pandemia de coronavirus, las cifras en el espacio verde siguen subiendo en términos absolutos. Tan solo en el primer trimestre de este año, se ha emitido deuda por valor de 117.000 millones de dólares. Considerando que en todo 2017 se emitieron 120.900 millones de dólares en bonos verdes, es evidente la senda de crecimiento continuado de esta clase de activos.
«La naturaleza cada vez más diversa del mercado de bonos verdes también podría respaldar su crecimiento continuado.»
La naturaleza cada vez más diversa del mercado de bonos verdes también podría respaldar su crecimiento continuado. Si bien las emisiones de los sectores financiero, utilities y público dominan en gran medida el espacio, el creciente número de emisiones de otros sectores podría ser un indicio de la maduración de la clase de activos. En el primer trimestre de 2021 se produjeron emisiones de bonos verdes en 10 sectores corporativos diferentes, una cifra récord en los últimos cinco años, además de un aumento de su valor en dólares. Algunos ejemplos recientes de emisores corporativos de gran reputación nuevos en el mercado son Daimler, Volkswagen y Volvo, que emitieron bonos verdes inaugurales con dos meses de diferencia a finales de 2020.
«…a menudo se infravalora la complejidad de los títulos que están sacando al mercado los emisores de bonos verdes y, en nuestra opinión, esto podría dar lugar a sorpresas desagradables para los inversores en el futuro.»
El aumento de la emisión de bonos verdes se produce en un momento en que la demanda de títulos ASG parece insaciable. Con todo, esta tormenta perfecta de oferta y demanda en auge podría acarrear un coste si los inversores no tienen cuidado. En particular, a menudo se infravalora la complejidad de los títulos que están sacando al mercado los emisores de bonos, lo que en el futuro podría deparar sorpresas desagradables a los inversores.
La deuda ASG requiere un análisis más profundo
Uno de los riesgos que corren algunos inversores es no aplicar un nivel adecuado de diligencia a los bonos, lo cual podría obedecer a dos factores. De un lado, a medida que aumenta la demanda de los inversores, otro tanto sucede con sus asignaciones de títulos de crédito con calificación verde. Con el tiempo, esto podría crear una dinámica en la que la asignación en cuestión resulte demasiado grande para que un solo inversor examine adecuadamente los créditos seleccionados. Esto podría llevar a los inversores a comprar bonos verdes ecolavados, es decir, valores con etiqueta ASG que realmente se emiten con fines más financieros que ecológicos.
Al margen de la dinámica, el análisis del bono en sí mismo también es clave sobre todo entender que el bono está ligado a un proyecto verde, no a la empresa que lo emite. Si bien a primera vista esto podría parecer irrelevante, lo cierto es que podría dar lugar a algún tipo de incongruencia cognitiva entre la propuesta respetuosa con el clima de una firma y sus prácticas empresariales en general. Por ejemplo, financiar un proyecto destinado a reducir las emisiones de carbono puede ser una propuesta atractiva, pero ¿qué valor tiene realmente si la empresa que lo promueve ha visto aumentar sus emisiones totales año tras año?
En un orden más práctico, no tener en cuenta esta separación entre bono, proyecto y empresa puede tener consecuencias nefastas para los inversores. Un ejemplo reciente son los bonos verdes emitidos por el Fideicomiso del Aeropuerto de la Ciudad de México para financiar la construcción de un nuevo aeropuerto para la capital del país en 2016 y 2017. El fideicomiso captó 6.000 millones de dólares y la deuda incluso obtuvo evaluaciones verdes de Moody’s y S&P. Ahora bien, en 2018, el recién elegido gobierno mexicano detuvo la construcción del aeropuerto. Más tarde, Moody’s despojó de su calificación verde a estos bonos, pero siguieron manteniendo la etiqueta verde a pesar de que ya no financiaban ningún proyecto ecológico.
Otro ejemplo es la compañía de energía renovable Innogy, propiedad de RWE, que emitió un bono verde en 2017. Los 850 millones de euros procedentes de la emisión se destinaron a refinanciar cinco parques eólicos europeos. Al año siguiente, sin embargo, un acuerdo alcanzado por RWE y su rival E.ON hizo que Innogy y la mayor parte de sus pasivos pasaran a manos de esta última; en cambio, los parques eólicos siguieron bajo la órbita de RWE. Los ingresos de Innogy se reasignaron finalmente a proyectos de redes de energía renovable pero, independientemente de ello, la situación pone de manifiesto la relativa facilidad con la que los proyectos de bonos verdes pueden desvincularse de su origen financiero.
Es preciso que mejore la normativa
Lo anterior se ve agravado por la falta de claridad y aplicación de las normas a nivel internacional. A pesar de que sí existen niveles de diligencia y supervisión, como las directrices de la Asociación Internacional de Mercados de Capitales (ICMA), una iniciativa ampliada de bonos climáticos alineada con el Acuerdo de París que se basa en los principios de la ICMA, así como en normas y en la taxonomía sobre bonos verdes establecidas por la Unión Europea, estas medidas siguen siendo meramente voluntarias. Además aunque las agencias de calificación sostenible ofrecen cierto grado de control, algunas cobran comisiones a las empresas por proporcionar una calificación ASG, generando un conflicto de intereses inherente.
Todo esto se ve complicado por quién otorga la calificación de verde a un bono: todos los bonos ASG, no solo los verdes, son autocalificados, lo que significa que para que un bono sea catalogado como verde, su emisor simplemente tiene que etiquetarlo como tal en el momento de la emisión. Aun cuando la existencia de ciertas normas y calificaciones alivian algunos de los riesgos inherentes a los bonos declarados verdes por sus propios emisores, creemos que todavía hay mucho por hacer para que el mercado pueda tener plena confianza en un conjunto de normas y reglamentos exigibles que regule los títulos calificados como verdes.
El mismo riesgo, pero con un coste probablemente mayor
Junto a estos factores, los inversores han de considerar igualmente si están dispuestos a pagar el coste adicional que a menudo conlleva la compra de bonos verdes en vez de sus homólogos convencionales. La denominada prima “greenium” (o descuento si hablamos en rentabilidades) existe a pesar de que, estructuralmente, no hay ninguna diferencia entre los bonos verdes y los no verdes de un emisor; en apariencia, ambos entrañan el mismo riesgo. Esto es visible en varios mercados, pero es particularmente notorio en Estados Unidos, donde los bonos verdes con vencimientos superiores a 10 años han tenido un precio, en promedio, unos 10 puntos básicos más ajustado que el de sus equivalentes convencionales. Dados los problemas que hemos señalado en relación con la etiqueta verde, esto puede ser motivo de consternación entre los inversores.
Mirando más allá de la etiqueta de bono verde
Así pues, es fundamental que los inversores tengan en cuenta estos factores a la hora de evaluar los puntos de entrada en el mercado de bonos verdes. La clase de activos puede ofrecer oportunidades; ahora bien, la falta de investigación y preparación podría acarrear problemas.
«A nuestro juicio, a la hora de invertir en el espacio de los bonos verdes hay que ir más allá de la etiqueta, aunando el análisis fundamental con una mentalidad colaborativa.»
En nuestra opinión, acercarse al espacio de los bonos verdes es mirar más allá de la etiqueta, combinando el análisis fundamental con una mentalidad colaborativa. Con esto en mente, creemos que las siguientes son algunas de las principales prioridades que hay que tener en cuenta a la hora de invertir en deuda centrada en el medio ambiente.
Mirando al futuro. Analizar el perfil ASG de una empresa en el presente es solo la mitad de la tarea..Para ayudar en la selección de títulos, los inversores deben plantearse cuán probable es que evolucione el perfil ASG de una empresa en el futuro, en lugar de cómo es dicho perfil en abstracto.
Verificar los marcos. Dado el riesgo de ecoblanqueo, es importante evaluar cómo se alinean los propios marcos de bonos verdes de un emisor con las normas internacionales existentes para identificar cuán ecológico es el bono. También podrían recabarse opiniones de segundas partes.
Hacer un seguimiento. Supervisar e informar de manera permanente después de la emisión puede ayudar a que las empresas cumplan con sus compromisos. Analizar el uso dado a los fondos captados (desde la credibilidad y la ambición transmitidas en los actos de presentación de las emisiones de bonos verdes hasta el empleo efectivo a lo largo del tiempo) también ayuda a establecer el historial de una empresa sobre su seriedad en materia ASG.
Conocer los propios límites. Si bien proteger el medio ambiente es un eje de la inversión, conviene recordar que la búsqueda de valor relativo entre un grupo de activos similares es también clave, sobre todo teniendo en cuenta que el ecoblanqueo suele redundar en valoraciones aún más exigentes.
La inversión con conciencia ASG está ya firmemente arraigada en los mercados de renta fija. El auge de los bonos verdes da fe de ello; ahora bien, la abrumadora dinámica de oferta y demanda ha generado un entorno que puede ser explotado por emisores que buscan socavar las nobles pretensiones de una inversión con conciencia climática. Con todo, a nuestro juicio, el mercado recompensará a largo plazo a los emisores que presenten marcos ecológicos creíbles y ambiciosos, y los inversores deberían tener esto en cuenta a la hora de seleccionar títulos.
Tribuna de Matthew Lawton, gestor de carteras sectoriales en la división de renta fija de T. Rowe Price.
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Pixabay CC0 Public Domain. La economía digital ya representa un 19% del PIB en España
En 2019, el tamaño de la economía digital en España alcanzó casi el 19% del PIB, según los datos del informe Economía Digital en España, presentado por la Asociación Española de Economía Digital (Adigital) y Boston Consulting Group (BCG).
El documento, que propone una definición de economía digital y establece una metodología para su cálculo, destaca el papel, “cada vez más determinante que la transformación digital está jugando en la economía española”. En este sentido, desde las entidades prevén una aceleración de ese proceso, consecuencia de la crisis generada por el COVID-19. “De ahí la importancia de acotarla y medirla como indicador de prosperidad en España”, aseguran desde Adigital.
El informe distingue entre impacto directo, indirecto e inducido de la economía digital sobre el conjunto de la economía española, deteniéndose especialmente en el primero, que se aproxima ya al 9% del PIB nacional. Esto sitúa a la economía digital como segundo sector más relevante en la economía española, sólo superado por el inmobiliario (12,3%), y por encima de sectores como el alojamiento y la restauración (6,2%) o el comercio minorista (6%).
Pablo Claver, director general y socio de BCG, subraya que “la novedad del informe radica en combinar un enfoque macroeconómico tradicional para la medición de la economía digital con el análisis detallado de numerosos casos de uso digitales. Esta aproximación nos permite cuantificar, de manera sistemática y consistente, el tamaño de la economía digital en España a lo largo de las cadenas de valor de los diferentes sectores”.
El estudio refleja que hay sectores líderes que han adoptado el componente digital como parte de su cultura. Estos agrupan el 33% de la economía digital, pese a representar solo un 3,6% del PIB. Por otro lado, aún quedan sectores que están menos digitalizados y que están acelerando su transformación. Desde BCG, esperan que contribuyan de forma muy importante en los próximos años. “Gracias a esta aceleración esperamos que la inversión digital del sector privado crezca un 6%-7% anual hasta 2025”, añade Claver.
“La digitalización es un potente motor de crecimiento económico (en términos de PIB, competitividad y creación de empleo) y, por eso mismo, también de progreso y bienestar social, y los últimos meses nos han servido para comprobarlo. Por eso, tenemos que hacer una apuesta firme por la tecnología, la innovación y la ciencia como país, con la intervención de todos los agentes implicados, públicos y privados, y la propia ciudadanía, y visión a largo plazo”, advierte Carina Szpilka, presidenta de Adigital.
En este sentido, el informe incluye, además, una serie de recomendaciones para una agenda digital para España. En total, 12 propuestas agrupadas en cuatro grandes bloques para la digitalización: infraestructura y conectividad, capacidades digitales, seguridad, regulación y fiscalidad y emprendimiento e innovación.
Infraestructura y conectividad:
Asegurar una red sólida de infraestructuras: incluyendo el despliegue 5G y una correcta disponibilidad de este espectro.
Desarrollar un entorno que favorezca y promueva el desarrollo y uso de tecnologías habilitadoras: utilizando herramientas de capacidad de computación como, por ejemplo la nube o la inteligencia artificial, para complementar la conectividad del territorio.
Promover una administración digital e inteligente: evolucionar hacia una administración totalmente digital, impulsar el uso del big data y aprovechar la capacidad de contratación de la administración para digitalizar la economía.
Capacidades digitales:
Implantar un plan de educación digital que vaya desde la educación infantil hasta las titulaciones universitarias, incluyendo la formación profesional.
Apoyar un plan de formación digital y tecnológica de los trabajadores y autónomos y utilizar la inclusión de la digitalización como una palanca en el Fondo de Recuperación.
Impulsar un mercado de trabajo de calidad e innovador que incluya la creación de una mesa para el futuro del trabajo y la mejora de la protección del autónomo.
Promover un plan de digitalización de las pymes basado en la capacitación, la simplificación de barreras regulatorias, administrativas y de comercio transfronterizo y la mejora de la colaboración público-privada.
Seguridad, regulación y fiscalidad:
Garantizar un entorno de confianza, transparencia y seguridad para la economía del dato: con foco en la protección de datos, la transparencia y la ciberseguridad.
Establecer un marco regulatorio inteligente y armonizado: impulsando una regulación transversal, tecnológicamente neutral y válido para el futuro a través de un verdadero Mercado Único Digital en la UE.
Favorecer una gobernanza de la nueva economía: involucrando a actores destacados (por ejemplo plataformas y pymes), Administraciones Públicas, actores económicos y usuarios.
Adoptar una fiscalidad adaptada al siglo XXI: adaptar el marco tributario a la realidad de la economía digital bajo el consenso internacional para impulsar la competitividad empresarial en el mercado global.
Emprendimiento e innovación:
Facilitar un país emprendedor e innovador, capacitado para el crecimiento: promover las condiciones necesarias para que los actores clave (startups, corporaciones e inversores) se conozcan, interactúen y generen oportunidades.
Según el informe, la aplicación de estas recomendaciones permitiría cerrar la brecha digital de España con respecto a los líderes europeos que ha puesto de manifiesto la última publicación del DESI de 2020, donde ocupaba la decimoprimera posición. “España se podría acercar a países como Finlandia, Suecia y Dinamarca (primeras tres posiciones en el DESI 2020, respectivamente), especialmente en los ámbitos de conectividad y de capital humano”, subrayan desde Adigital.
Desde Adigital y BCG, aseguran que es el momento apropiado para tomar decisiones de calado que aprovechen todo el potencial de la economía digital y eviten que España se quede atrás en esta carrera tecnológica tan ligada a la prosperidad de un país y a su relevancia geopolítica. El informe completo está disponible en el siguiente enlace.
Pixabay CC0 Public DomainMatt Horward. Matt Horward
Han pasado quince meses desde que se introdujeron por primera vez los “confinamientos” en Estados Unidos y Reino Unido, así como en gran parte del resto del mundo. Durante este periodo, hemos visto un cambio monumental hacia el comercio online, alejándose del comercio físico, impulsado principalmente por el cierre del comercio físico. En el Boletín Disruptive Strategist del primer trimestre de 2021 señalamos que, en EE.UU., la cuota del comercio electrónico en las ventas minoristas de EE.UU. experimentó efectivamente cuatro años de crecimiento en un período de tres meses. Sin embargo, con una cuota de vacunación de más del 60% en el Reino Unido y del 52% en EE.UU., ¿qué ocurrirá ahora? ¿Cuánto de este cambio se mantendrá?
Una encuesta reciente de Shopify sugiere que las categorías con mayor penetración online antes de Covid-19 se mantendrán en un mundo post-pandémico (entretenimiento, libros, juguetes y tecnología). Sin embargo, de la encuesta se desprenden dos datos interesantes. En primer lugar, las empresas que experimentaron un gran aumento de la penetración online han logrado transformar a estos nuevos clientes en clientes leales y fieles. En segundo lugar, están los negocios que experimentaron grandes cambios en Internet durante la pandemia, pero que ahora ven cómo esos nuevos clientes vuelven al entorno físico. Los productos de alimentación, las bebidas alcohólicas y los productos para animales domésticos son las tres categorías más importantes en las que los consumidores han indicado que difícilmente abandonarán el comercio online. El factor común a todos ellos reside precisamente en que los artículos tienden a ser más voluminosos y suelen ser productos básicos, y por tanto la necesidad de tocarlos, sentirlos, verlos y probarlos antes de comprarlos es menor.
La comodidad que ofrecen empresas como Chewy en EE.UU. y Zooplus en Europa (empresas de comercio electrónico que ofrecen alimentos y productos para animales domésticos) es difícil de replicar en el entorno físico. Del mismo modo, empresas de alimentación como Ocado, Walmart o Costco experimentaron un cambio hacia las ventas online y un crecimiento más rápido en comparación con períodos anteriores. El cambio a la venta online en esta categoría se aceleró debido a Covid-19 y, consecuentemente, se ha visto un aumento de las empresas que pretenden introducirse en este tipo de actividad. La empresa Deliveroo, recientemente cotizada, se propone hacer crecer su emergente producto de entrega exprés de comestibles. Sin embargo, competirá con Uber y con la más establecida Ocado. Este aumento de la competencia supondrá un reto para los nuevos y más pequeños participantes en el sector, que tendrán que invertir en marketing para aumentar su cuota.
Categorías como el lujo, las actividades al aire libre y el jardín, la moda y el mobiliario y la decoración doméstica fueron las que más se desplazaron a Internet durante la pandemia. Sin embargo, la encuesta sugiere que estas categorías también experimentarán el mayor retroceso en el uso de los servicios en línea cuando termine la pandemia. Con respecto al sector de la moda, se espera que la omnicanalidad se convierta en una práctica habitual, en la que las fronteras entre el mundo online y el offline se difuminen. Un pedido puede empezar en línea y terminar en la tienda o viceversa. La venta física se centrará más en la experiencia, en el servicio al cliente y en la posibilidad de tocar y sentir el producto que en la propia experiencia de navegación.
Los minoristas capaces de utilizar la tecnología para crear una experiencia omnicanal centrada en el consumidor serán los ganadores, en nuestra opinión. Farfetch ha desarrollado su «Tienda del Futuro» con Chanel mediante una serie de proyectos digitales para ofrecer al consumidor una experiencia de alta calidad tanto en línea como offline. Después de más de un año desde el inicio de la pandemia, los minoristas que vieron un impulso significativo a las ventas el año pasado se enfrentarán a comparativas difícilmente superables y a la mayor competencia de la reapertura de la venta física tradicional.
Tribuna de Mark Hawtin, especialista en estrategias disruptivas en GAM Investments.
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Swetha Ramachandran, gestora de inversiones en GAM Investments, entrevistó recientemente a Karinna Nobbs, una visionaria digital y académica especializada en un sector en rápida evolución: la moda. En los últimos años, Karinna cofundó “The dematerialised”, un mercado experimental del ámbito de la moda digital que incluye un sistema operativo de marca blanca enfocado a la creación y comercialización de tokens no fungibles (NFT). En la segunda y última parte de esta conversación, Swetha y Karinna hablan de cómo las marcas tradicionales consideran la moda digital, las barreras de entrada actuales y la influencia de la cultura de videojuegos, así como las iniciativas de blockchain en el mercado.
Para leer la primera parte de la conversación, haga clic aquí.
La fuerza del pueblo… ¿o de la marca?
Swetha: Aunque no lo pensaríamos, parece que a los jóvenes consumidores les importan mucho más las marcas. Están dispuestos a permanecer bastante fieles a las marcas si consideran que son auténticas. ¿Esa es la razón por la que las grandes marcas de lujo dudan en entrar en el segmento de la moda digital? ¿O creen que se trata de algo pasajero?
Karinna: Hay varios factores. Uno es la cuestión de por qué se lanzan estos productos digitales. ¿Se trata de un ejercicio para desarrollar la marca, o son un tipo de marca que necesita demostrar una rentabilidad de la inversión inmediata o ventas instantáneas de la moda digital? Yo diría que muchos productos sí que obtienen una rentabilidad directa de la inversión. Pero no hay muchos ejemplos de ello. RTFKT vendió zapatillas deportivas digitales por un valor de 3,1 millones de dólares en siete minutos, y no daba para atender a las llamadas de las marcas, simplemente porque esto les demostró que puede generar ingresos. Una gran parte también depende de la cultura de la marca y de si es pública o privada. Otro motivo es el control. Hasta hace poco tiempo, las marcas se preguntaban: «¿Deberíamos tener una cuenta de redes sociales? ¿Deberíamos incluso vender por Internet?» Las marcas han tenido que considerar estos retos porque, con algunos de los elementos de la digitalización, el acceso se ha democratizado. Si no se hace bien, puede devaluar la marca. El tercer motivo tiene que ver con la calidad de la tecnología. Unos productos digitales mal lanzados pueden derivar en que los consumidores pierdan enseguida el interés. Al mismo tiempo, no queremos que las marcas se resistan a experimentar, así que se trata de un equilibrio difícil.
Swetha: El ADN del lujo tradicional está tan arraigado en un sentido de la historia, que para estas marcas la «lógica de empresa emergente» resulta algo ajeno. ¿Qué te pareció el anuncio de la iniciativa de la cadena de bloques Aura por parte de LVMH, Prada y Cartier, dado lo raras que suelen ser estas colaboraciones?
Karinna: Siempre que el sector ha aunado sus esfuerzos desde una perspectiva de sostenibilidad, hay cierto tipo de contagio, en un sentido positivo. Creo que esto es lo que hace falta porque, en algún momento, existe una falta de conocimientos para tomar las decisiones sobre si lanzar o no un producto digital. He oído tantas historias de una agencia que está tratando de convencer a un miembro veterano del consejo acerca de un proyecto digital, en que primero dicen que no y luego hablan con sus hijos y vuelven convencidos sobre el proyecto. Y esto es lo que cambia la actitud, no una hoja de cálculo o un gráfico o un dato estadístico.
Swetha: ¿Crees que estamos en un momento ahora mismo en que todo el mundo está muy entusiasmado, y luego eso se apaga, y entonces es cuando empieza el verdadero trabajo?
Karinna: Hay varias cosas que se juntan en este sentido, incluida la digitalización de la moda o la moda digital, los tokens no fungibles y los ‘metaversos’ que surgen. Por sí solas ya son un fenómeno interesante en sí, pero cuando se juntan es cuando cuentan con más probabilidades de tener un impacto a largo plazo.
Swetha: El aspecto adicional de esto es la economía basada en la confianza facilitada por la cadena de bloques, que permite la reventa y que cada vez está creciendo más, tanto en la esfera digital como para la moda física.
Karinna: Y hay más opciones entre las que elegir. Si vemos el auge de la economía de creadores, en que los consumidores son creadores y cada uno de nosotros es un editor y un fotógrafo, dentro de poco tiempo cualquiera de nosotros podrá ser un diseñador de moda, si lo deseamos.
Swetha: ¿Y en qué ámbitos esto no funciona? Hace poco leí acerca de tokens no fungibles de vino virtual, algo que nunca podrías probar en la vida real, pero que se vende bien.
Karinna: Con un NFT, obtienes algo que tiene un valor, y que es portátil. Donde los NFT no funcionan es cuando son un montaje y no están bien pensados. No funciona si no puede responder a la pregunta: «¿qué valor tiene efectivamente ese NFT para el activo con el que está asociado?»
Swetha: Creo que ese es el conflicto para muchas personas, y un conflicto que yo personalmente he tenido que superar: que algo no sea físico no significa que no sea real. No está materializado, pero puede ser real y desmaterializado.
Karinna: Exactamente. Durante el análisis competitivo que hago para The Dematerialised, pruebo con todas las demás empresas de moda digital. Elijo la prenda que quiero, les envío una imagen mía, y luego ellos envían una imagen mía con la prenda. Empiezo a entusiasmarme cuando poso para la fotografía inicial, y luego está la impaciencia de preguntarme cómo me quedará el activo digital. Para mí, implica una fricción adicional, en un sentido positivo, en torno a la curiosidad y la creación de la relación en que pueden entrar las marcas.
“Que algo no sea físico no significa que no sea real”, Karinna Nobbs.
Swetha: Empieza a haber críticas acerca del impacto medioambiental de los criptoactivos. ¿Crees que el aspecto de la sostenibilidad mejorará con el tiempo para los activos digitales en la cadena de bloques?
Karinna: Si para tu marca reducir el impacto es un valor esencial, hay varias cadenas de bloques con las que podrías crear un NFT que tiene un impacto bajo o negativo. Además, el hecho de que cada vez más cadenas migren de la prueba de trabajo a la prueba de participación, en que se reduce de inmediato el impacto en un 95-99%, es una innovación fantástica para la moda digital. A veces se demoniza lo digital, porque es más fácil medirlo y puedes ser más crítico, pero, en realidad, se trata bastante de esta noción como de iceberg que se ve en la moda física. Para mí, la sostenibilidad no será un problema porque la tecnología ya lo está solucionando actualmente.
Swetha: Parece que las barreras de entrada son más bajas para la moda digital que para la moda física, principalmente porque no hace falta construir tiendas. El carácter desmaterializado del producto que se crea también se presta bastante fácilmente a que lo intenten nuevos creadores, que en otro caso no lo harían. Pero dicho esto, ¿qué pasa con las barreras de escala en el mundo digital.
Karinna: Por una parte, es más fácil, porque en cuanto se ha hecho la prenda una vez, podrías venderla un millón o mil millones de veces si se quiere, porque no hay logística, etc. Desde ese punto de vista, la escala es muy adaptable, pero esa adaptabilidad tiene que ver obviamente con la adopción o compra de esa prenda, para empezar, así como sus posibilidades de uso. Uno de los problemas es que, en el mundo de la moda digital, no hay un tipo de archivo universal, por así decirlo. Así como con música teníamos los MP3, eso no existe aún en la moda digital, lo cual es un problema. Por ejemplo, si me compras un token no fungible, no podrías usarlo en Fortnite, porque Fortnite es un jardín amurallado. Así que la interoperatividad es un obstáculo para la capacidad de aumentar la escala en estos momentos.
Swetha: ¿Una marca como Louis Vuitton podría aprovechar su posición para infiltrar esos jardines amurallados?
Karinna: Posiblemente, pero lo que hay que tener en cuenta es que cada uno de esos diferentes jardines amurallados, sea Fortnite, League of Legends, Call of Duty o Roblox, tiene una estética distinta y su propio ecosistema diferenciado. Si pensamos en sistemas operativos, como Windows frente a iOS, se ha tardado mucho en conseguir que los archivos fueran compatibles. No hay unos comités que se hayan reunido de los distintos sectores para preguntarse: «¿podríamos de algún modo crear un tipo de archivo universal para estos tipos de activos?» Esto facilitaría definitivamente las cosas. Por ejemplo, en la moda digital, muchas prendas suelen estar hechas en las plataformas de software CLO3D o Marvelous Designer, pero estas están creadas para crear artículos digitales que luego se fabrican físicamente; los dos programas no se han diseñado para prendas que luego se usen para un avatar digital. Hay como una maraña tecnológica en esta área que desespera a algunos desarrolladores, porque nada es compatible con lo demás.
“Incluso en un plano filosófico, los NFT suponen un reto fundamental para lo que se entiende por propiedad”, Karinna Nobbs
Los videojuegos son lo que hace furor
Swetha: ¿La cultura de los videojuegos está realmente imponiéndose a la moda? ¿O hay algo de exageración en esa opinión que cada vez se oye más? ¿Hay unas implicaciones más amplias que las de jugar a un videojuego? La noción de que todo está pasando a integrarse en juegos se está difundiendo, como hemos visto, por ejemplo, con Peloton y Fitness.
Karinna: Sí que veo que los juegos y los ‘metaversos’ son la próxima gran ola cultural. Incluso la educación se está integrando en videojuegos. Se ha dicho que los videojuegos eran lo que hace furor y ya lo estamos viendo. Incluso en nuestras vidas profesionales, si miramos la aceptación de la realidad virtual basada en la web, hay empresas de gran escala que empiezan a incorporar la realidad virtual en sus reuniones a distancia.
Swetha: ¿Crees que la sacudida reciente de los criptoactivos en general ha puesto nerviosos a los diseñadores de moda digital? ¿Hasta qué punto la incapacidad de una marca para desvincular los criptoactivos de la moda digital les está frenando a la hora de avanzar en esta área?
Karinna: No creo que los diseñadores estén nerviosos. Mucha gente lleva bastante tiempo haciendo esto como para saber que los criptoactivos, intrínsecamente, tienen sus altibajos. The Dematerialised, como mercado, está un poco al resguardo de esto. Participa en conversaciones con marcas que aún están lidiando con las implicaciones de un crac de las criptomonedas, lo que luego afecta la adopción. Incluso en un plano filosófico, los NFT suponen un reto fundamental para lo que se entiende por propiedad. Esto supone un desafío para las marcas, especialmente si eres jefe comercial, o jefe de compras en una marca tradicional con un legado. Algunas marcas no quieren estar en determinados mercados. Supongo que es parecido a cuando las marcas inicialmente emprendieron medidas contra eBay para impedir que revendiera sus productos. Estamos viendo algunos casos parecidos a eso en la moda digital.
Swetha: ¿Una manera de resolver esto podría ser que las marcas establecieran su propio mercado?
Karinna: Sí, eso sería lógico; entonces podrían empezar a infundir confianza ellas mismas. Y, aunque el sentido de todo esto es la descentralización, por lo menos tienen un nivel de autonomía en ese proceso.
El primero en saltar
Swetha: ¿Cuál crees que podría ser la primera marca de lujo en crear un token no fungible apropiado que sea bien acogido?
Karinna: Mi marca ideal sería alguien como Alexander McQueen o una marca de alta costura como Iris Van Herpen. Cualquier cosa relacionada con la alta costura sería un punto de inflexión para los consumidores. Mi argumento cuando trato de convencer a las marcas es que tienen una fuente de ingresos perpetua ahí lista en sus archivos, que puede desarrollarse de una manera sólida y rastreable utilizando tokens no fungibles, cuya procedencia la marca controla. Me parece tan evidente, ¡pero supongo que no soy imparcial! Solo hace falta que una lance un producto y habrá un efecto dominó.
Swetha: Has comentado que el hecho de que RTFKT vendiera zapatillas por un valor de 3,1 millones de dólares en siete minutos fue un punto de inflexión, y que después de esto todo el mundo les llamaba. Pero esas llamadas aún no se han traducido en hechos. ¿Qué crees que tiene que pasar para que las marcas se lo tomen realmente en serio?
Karinna: Para el sector de lujo, las cosas suelen tardar entre tres y seis meses, debido a su aversión al riesgo y sus procesos de toma de decisiones. Estoy encontrando que es más fácil hablar con personas clave de las principales marcas a todos los niveles. Y todos tienen una actitud muy abierta. Pero nadie quiere ser el primero.
Swetha: Sí, alguien tiene que ser el primero en saltar. Si tuvieras que pronosticar cómo podría ser este sector dentro de cinco años, ¿qué dirías? ¿Como sería si todo sale bien?
Karinna: Mi predicción es que dentro de cinco años, al menos un 10% de nuestro vestuario será digital.
Swetha: ¿Qué obstáculos podría haber?
Karinna: De momento, si no eres aficionado a los videojuegos, no hay sitios donde puedas llevar moda digital. Y, además, algunas de las experiencias de los usuarios para entrar y salir de los distintos ‘metaversos’ de cadenas de bloques no son fáciles. En mi opinión, las barreras consisten definitivamente en que tengas tu ropa elegante y no tengas dónde ir, digitalmente. Hay algo de irónico en eso. También está la reacción actual ante el impacto medioambiental de los criptoactivos. Necesitamos unos estudios claros que muestren un análisis completo del ciclo de vida de lo digital, no solo los procesos de producción. Y luego también hace falta que las distintas marcas y partes implicadas lo tengan muy claro. Está claro que hay muchas opciones distintas además de la cadena de prueba de trabajo de Ethereum. Si quieres entrar en este espacio, no tienes porqué perjudicar el medio ambiente haciéndolo. ¡Una Gala del Met digital podría ser una manera de que la gente sintiera que pueden ir a alguna parte luciendo sus prendas digitales!
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John Pattullo, codirector de renta fija estratégica de Janus Henderson Investors. John Pattullo, codirector de renta fija estratégica de Janus Henderson Investors
En 2013, empezamos a hablar de la “japonización” de Europa (por similitud con las tasas de crecimiento persistentemente bajas, inflación baja y los tipos de interés bajos de Japón). Mucha gente nos tomó por locos, pero se ha demostrado que teníamos razón. Hace ya algún tiempo que coincidimos con Larry Summers en su radiografía de un estancamiento secular del mundo (antes del COVID-19), por motivos hoy de sobra conocidos: exceso de deuda, demografía, tecnología y escasa productividad.
La crisis del COVID-19 ha acelerado obviamente muchos de los problemas estructurales que afronta el mundo. Los comportamientos han cambiado, muchos de forma permanente, y otros solo temporal. Un ejemplo de un significativo cambio estructural es la tendencia a favor de los factores medioambientales, sociales y de gobierno corporativo (ESG), que antes del COVID-19 empezaban a adquirir masa crítica y ahora han crecido exponencialmente.
Como gestores de bonos, debemos evaluar qué implican todos los cambios que impactan no solo sobre nuestras carteras, sino también sobre nuestras vidas. Creemos que el futuro tenderá más hacia la deflación con rendimientos de bonos más bajos, no más altos. Parte de este cambio es definitivo; no hay vuelta atrás al modo antiguo de hacer las cosas. Las disrupciones probablemente solo harán más evidente quiénes son los ganadores y los perdedores, erosionarán los márgenes y concentrarán el limitado crecimiento en una menor cantidad de empresas estadounidenses más dominantes.
Siempre intentamos fijarnos en hacia dónde va el mercado, no solo dónde se encuentra. La obsesión actual con cierta inflación inevitable y transitoria esperada a causa de los cuellos de botella en los inputs representa, en nuestra opinión, un pequeño obstáculo para el mercado de bonos, de envergadura modesta y ya puesto en precio, si se compara con las crecientes fuerzas seculares disruptivas que hoy más que nunca estamos enfrentando.
En los siguientes apartados, daré mi opinión sobre los cambios que vemos en el mundo. Advertencia: no esperen un mensaje demasiado alegre.
Los nuevos patrones de consumo están impactando en los ingresos
A finales de abril regresé presencialmente a la oficina tras 14 meses trabajando a distancia. De hecho empecé a trabajar desde casa una semana antes que mi equipo, ya que a finales de febrero de 2020 viajé por trabajo a Uruguay. No puede evitar reírme el otro día cuando todos recibimos un correo electrónico de “simulacro” que especificaba cómo actuar en caso de desastre. ¿Acaso la estresante experiencia que acabamos de vivir no nos ha enseñado lo insuficiente que puede resultar un sitio formal de recuperación ante desastres? Pero lo cierto es que el trabajo virtual puede florecer.
Las personas somos animales de costumbres; por ejemplo, tomarnos un café cortado (y a menudo un almuerzo económico) a diario en la cafetería de la planta baja de nuestro edificio. Se da ya por hecho que la mayoría de nosotros trabajará dos o tres días por semana en la oficina; eso implica que los ingresos de la cafetería previsiblemente caerán un 40 % y dejará de ser viable. ¿Quién va a costear el alquiler de ese espacio? Sin duda, el propietario puede revocar el contrato con el inquilino actual y dejar el espacio vacío, pero es más probable que mantenga al inquilino y pacten un nuevo alquiler justo y equilibrado, quizá basado en el volumen de facturación. Todo esto se dilucidará crucialmente en los próximos dos meses a medida que terminen las moratorias del pago de los alquileres (por ejemplo, en el Reino Unido esto sucederá el 30 de junio). Así, los flujos de caja de los propietarios probablemente caerán de forma significativa (muchos fondos de pensiones son, como es sabido, propietarios de inmuebles). En general, habrá profundas repercusiones en términos de flujos de caja para las empresas de servicios que operan en las zonas céntricas de negocios de cualquier ciudad, por no hablar de los ingresos de los fondos de pensiones.
El horizonte no demasiado prometedor para el comercio minorista físico
Una reciente encuesta realizada por The British Retail Consortium reveló que el 14 % de los locales de las zonas comerciales (tiendas físicas) en el Reino Unido se encuentran desocupados, y la proporción de espacios vacíos en los centros comerciales ha alcanzado el 18,4 %, aunque la tasa de tiendas desocupadas en las galerías minoristas es solo del 10,6 %. Estas tendencias no eran demasiado buenas antes del COVID-19, pero han empeorado mucho más con el cambio en los patrones de consumo.
Yo siempre he considerado la mayor parte de las tiendas como una actividad no esencial, pero en las pocas ocasiones en que he ingresado a una, la respuesta que he recibido ha sido que no tenían mi talle y que buscase online. El Reino Unido lidera el mundo en algunas cosas, y una de ellas es la compra por Internet. El gráfico 1 muestra la espectacular aceleración de las compras online debido a el COVID-19. En palabras de Deutsche Bank, “una década de Amazonización en el lapso de unos pocos meses1”. El resto del mundo solo puede tratar de no quedar atrás. Curiosamente, nunca he vuelto a esas tiendas que me recomendaron buscar online.
La lista de cambios de comportamiento que están impactando en los hábitos de consumo es ilimitada, y en cierto modo todos estamos contribuyendo a ese cambio. Yo no soy muy aficionado a llevar barba o bigote, pero me estoy afeitando la mitad de lo que solía hacerlo antes de la COVID-19; así que debo de estar consumiendo muchas menos cuchillas de afeitar. No gasto en trajes a medida elegantes o en camisas formales (ahora los necesito menos), ni siquiera en tintorerías (estas últimas se vieron especialmente castigadas cuando se prohibió generar humo o vapor en el Reino Unido, por razones obvias). Por cierto, tengo a la venta una estufa de exterior, si hay algún interesado. Funcionó de maravilla cuando nuestro equipo celebró el tradicional lunch al aire libre en diciembre.
El futuro de las oficinas y de los medios de transporte para llegar a ellas
¿Necesito comprar el bono anual de tren (Transport for London ya perdió 2000 millones de libras respecto de sus ingresos presupuestados)? Jenna (Barnard) y yo viajábamos una vez por trimestre a Jersey para asistir a la reunión del consejo. Hace años probamos a usar la videoconferencia, pero la calidad del sonido era horrorosa y la conexión se cortaba. Sin embargo, el archipopular Zoom es extraordinario y probablemente nos ahorre muchos viajes a Jersey y otros lugares.
Con el COVID-19 hemos visto lo fácil que es trabajar desde casa. Barbados ofrece permisos de trabajo durante un año para cualquiera que trabaje desde la casa. Dado el espantoso clima primaveral de Londres, tal vez deberíamos haberlo probado. Según el informe de Deutsche Bank “Labor supply is going up, up, up”, la digitalización de la fuerza de trabajo podría llevar a su expansión y previsiblemente reducirá los costes. Como se dice en el informe, Australia ha registrado un repunte de la participación en el mercado laboral impulsado por las mujeres, para quienes las ventajas de la jornada flexible pueden ser mayores. Quizá la deslocalización de todos nuestros empleos —y no solo de los centros de llamadas a la India— permita una mayor participación laboral, lo cual reducirá el crecimiento de los salarios.
Pensemos en la demanda de oficinas; HSBC ha afirmado que su demanda de espacio de oficinas este año es un 20 % menor, y será un 40 % más baja a un plazo más largo2. En el distrito central de Londres ya se veían muchos carteles de locales disponibles antes de la COVID-19. Los optimistas parecen pensar que algunos los ocupará WeWork (oficinas de trabajo compartido) y que el resto se destinará a fines residenciales. Yo lo dudo. Lo más probable es que sigan vacíos.
HSBC también espera reducir a la mitad su presupuesto para viajes de trabajo2. Esto es brutal, ya que quienes verdaderamente contribuyen a las ganancias de la mayoría de las líneas aéreas son los viajeros de clase business. Casi todos los A380 de dos pisos de Emirates ya permanecían en tierra antes del COVID-19… ¿y lo que de verdad nos preocupa es que el encarecimiento de las tarifas aéreas afecte al índice de precios al consumo?
Cambio en los hábitos de ocio
Los cines son un ejemplo típico y claro del cambio estructural. Se trata de negocios con elevados costos fijos que dependen mucho de la llegada de películas con gran impacto comercial y del tiempo de diferencia entre su estreno en las salas de cine y su disponibilidad en las plataformas de streaming/DVD. Ese tiempo se ha reducido cada vez más con los años y durante la pandemia llegó incluso a desaparecer.
Así, nuevamente, la dirección de los acontecimientos no se puede calificar como sorprendente, pero su ritmo sí se ha acelerado debido a el COVID-19. Disney+ ha empezado a estrenar directamente en streaming, lo que tiene enormes consecuencias para los cines AMC entre otros (los cines AMC, por supuesto, junto con los cruceros Carnival Cruises, se convirtieron en la imagen emblemática para las ayudas con “financiación transitoria” cuando más azotaba la crisis). Amazon acaba de publicar sus resultados, en los que se destacan los 50 millones más de suscriptores a Prime video y el repunte del 70 % en la demanda de streaming respecto al año pasado.
Los márgenes de los gimnasios y los entrenadores personales se han visto naturalmente erosionados. La mayoría de las clases online son gratuitas o muy baratas. Por cierto, el costo de las mancuernas se ha disparado con el aumento de la gente que ha empezado a hacer ejercicio en casa. Cuatro de las seis personas que integran nuestro equipo se han comprado bicicletas fijas Peloton en el último año, lo que supone decir adiós para siempre a la cuota de suscripción al gimnasio.
Además, dentro del equipo, todos hemos adquirido pantallas extra, auriculares y cámaras web, pero ¿los seguimos necesitando? Las exportaciones de China a EE. UU. han aumentado un 30 % respecto a hace dos años. Dudamos que esto sea sostenible, dado que el considerable gasto en artículos para el hogar, en gran parte de carácter puntual, está regresando ahora a los servicios. Dicho esto, la gente no se cortará el pelo dos veces para compensar el no habérselo cortado durante el confinamiento, así que parte de este gasto se ha perdido para siempre. Los recientes cuellos de botella en las cadenas de suministro no son una gran sorpresa, pero no deberían confundirse con un cambio estructural en la inflación.
Por último, leí en un artículo que más de tres millones de hogares británicos han adquirido mascotas durante la pandemia3 (desconocía el significado de la palabra “humanización”; mis amigos me dicen que sus perros les hablan, pero yo no estoy tan seguro). El mismo artículo afirma que la mitad de los nuevos propietarios de mascotas británicos tienen menos de 34 años. La Oficina Nacional de Estadística ha añadido incluso las golosinas para perros a la canasta de la inflación del Reino Unido: ¡guau! Determinados negocios y vehículos de inversión relacionados con las mascotas se han beneficiado de esta tendencia. Un fondo de inversión de la bolsa especializado en el sector de los cuidados para mascotas, por ejemplo, superó al Nasdaq en el periodo de 12 meses finalizado en mayo4 (recordatorio: los perros no son solo para la época de confinamiento).
Valores familiares y todavía más cambios sociales
Por momentos, tengo la sensación de que el mundo simplemente gira demasiado rápido. El ritmo del cambio provoca escalofríos. La vida media de las empresas del índice S&P 500 se ha acortado drásticamente. Creo que quizá la pausa nos ha venido bien para percatarnos de que no somos hámsteres en una rueda; que la vida familiar y las amistades son esenciales.
En esa línea, Bloomberg publicó un artículo sobre cómo un número notable de estadounidenses adinerados han optado recientemente por jubilarse5, y sabemos que los “millennials” (o la generación Y) tienen un sistema de valores muy diferente al de la generación X (uno de los cuales cumplió 51 el 9 de mayo). Los asesores financieros también indican que están observando un actitud de “disfrutar del momento” entre los clientes de gran patrimonio.
Pero las diferencias están creciendo. El economista francés Thomas Piketty habla de desigualdad intergeneracional, concepto que define como el hecho de que algunas personas afortunadas (solo) adquirirán su riqueza en la “sociedad hereditaria” en la que vivimos, mientras otras solo pueden aspirar a devolver sus préstamos estudiantiles, y ni sueñan con poder comprar su primera casa.
También sabemos que el COVID-19 ha azotado con especial dureza a los sectores más desfavorecidos y a las comunidades negras, asiáticas y otras minorías étnicas. La actual «inflación de las materias primas” hará que la canasta semanal de alimentos salga más cara. El gráfico 2 muestra la evolución alcista del precio de la canasta de alimentos. El presidente Biden está tratando de reducir el grado de desigualdad en la sociedad estadounidense, pero el COVID-19 ha hecho más visibles que nunca las enormes disparidades, ilustradas en la denominada recuperación en forma de K.
Los trabajadores con contratos de cero horas (lo que suele llamarse el “precariado”) son también más vulnerables. Recomiendo la nueva película de Ken Loach “Sorry I missed you” (disponible en Amazon Prime, lo cual no deja de ser irónico), sobre las penurias que vive un trabajador de reparto con contrato de cero horas… Muy triste.
Es la adopción extra de tecnología lo que está acelerando el ritmo del cambio. La inteligencia artificial (IA), las estrategias smart beta, los fondos de inversión en la bolsa (ETF), las impresoras 3D, la robótica, los algoritmos, sin siquiera mencionar el blockchain y el dinero digital, diría que son predominantemente deflacionistas, crearán disrupción en la sociedad y profundizarán aún más la desigualdad.
En algunos sectores la disrupción es bienvenida, como en las finanzas. La sanidad también está realizando grandes progresos en este sentido. Yo estoy suscrito a Babylon, el médico por video online del sistema británico de salud (NHS); no se me ocurren muchas medidas más eficientes que esa. La suscripción es gratuita y las pruebas han demostrado que sus sistemas expertos son más precisos que el médico medio a la hora de diagnosticar muchos síntomas.
Seamos prudentes y no nos dejemos engañar por un bienvenido reflejo reflacionista.
Impacto demográfico
Quizá hubiera sido lógico esperar un mini “baby boom” debido a la COVID-19, pero en realidad lo que ha sucedido es lo contrario, un denominado “baby bust”. Durante la pandemia, la gente se ha vuelto comprensiblemente más precavida sobre el futuro; los afortunados que han conservado su empleo han ahorrado mucho de sus ingresos, en parte por elección y en parte por imposibilidad de gastarlos. Los franceses han sido históricamente uno de los países más procreadores de Europa; sin embargo, los datos de enero de 2021 muestran una caída de los nacimientos de un 13 % en dicho país con respecto al periodo anterior. El año pasado, la tasa de natalidad descendió un 4 %, la mayor caída en un solo año desde hace casi medio siglo, lo que llevó la tasa de fertilidad a 1,6 (nacimientos por mujer), el nivel más bajo desde que hay registros6.
Los paralelismos con Japón eran vistos por muchos como una crítica, pero la gente olvida que el producto interior bruto (PIB) per cápita de Japón —en nuestra opinión, una medida más representativa del éxito que el crecimiento total del PIB— ha sido bastante respetable en las últimas dos décadas. En la actualidad, la población del país se contrae a un ritmo de medio millón de personas cada año, desde una base de 126 millones, y la tasa de fertilidad es de 1,4.
La migración también se ha visto significativamente reducida debido a la COVID-19. Australia había sido un modelo de éxito de la inmigración: cada año atraía alrededor de 300 000 jóvenes con buen nivel de educación y que formaban familias, producían y consumían y, por tanto, contribuían al crecimiento del país. Más recientemente, estos niveles han caído en un 70-80 % según las estimaciones7. Nueva Zelanda y Canadá, entre otros, han tenido grandes descensos de inmigrantes. Esto tendrá efectos apreciables en su potencial de crecimiento a largo plazo.
Además, cabe suponer que los niveles de movilidad podrían verse afectados, dado que algunos países, incluidos Australia y Nueva Zelanda, han cerrado sus fronteras. El Reino Unido ha perdido hasta 1,5 millones de trabajadores en los dos últimos años, principalmente debido al Brexit, pero más recientemente también por la COVID-19. ¿Se recuperarán estos empleos? Algunas fuentes estiman que aproximadamente la mitad de ellos sí lo harán. Esperemos que sea así.
Consideraciones finales: seguir siendo fieles a los ganadores estructurales
El cambio cíclico divide las empresas en categorías de crecimiento y valor, pero el cambio estructural las divide en un bando ganador y otro perdedor. Y los perdedores no “revierten a la media”, sino que quiebran. Lamento si esto suena desolador; es simplemente la realidad de un mundo crecientemente distópico. Uno de nuestros grandes clientes londinenses me llama “John el triste”, y tiene sus razones, supongo.
No nos dejemos llevar por el reflation trade cíclico e inevitable; intentemos pensar un paso más adelante y anticiparnos a las tendencias estructurales más amplias y persistentes que están impregnando todas nuestras vidas. El COVID-19 simplemente ha acelerado las fuerzas estructurales a las que nos enfrentamos, así como el ritmo del cambio estructural digital para nuestras inversiones en bonos.
Evitaremos caer en trampas de valor cíclicas e ilusorias; así como en otras ilíquidas, exóticas o esotéricas. “No seas bobo, haz lo fácil” y compra bonos de ganadores estructurales. Preocúpate de protegerte de potenciales pérdidas, que el potencial alcista debería protegerse a sí mismo.
Tribuna de John Pattullo, codirector de renta fija estratégica de Janus Henderson Investors.
Anotaciones:
1 Deutsche Bank Research, FX Blog, “Labor supply is going up, up, up”; 5 de mayo de 2021. 2 Bloomberg, “HSBC to Cut Office Space 20%, Reduce Business Travel by Half”, 27 de abril de 2021. 3 Financial Times, “‘Pet mania’ brings out animal instincts in eager investors”, 27 de abril de 2021. 4 Bloomberg, al 28 de mayo de 2021. 5 Bloomberg, “Affluent Americans rush to retire in new ‘life-is-short’ mindset”, 30 de abril de 2021. 6 The Guardian, “US birth rate sees biggest fall for nearly 50 years”, 5 de mayo de 2021. 7 Financial Times, “Sharp fall in global migration threatens economic recovery”, 9 de febrero de 2021.
Glosario:
Recuperación en forma de “K”: escenario inusual tras una recesión en la economía en la que ciertas industrias y personas salen de la recesión, mientras que otras se estancan. La recuperación en forma de “K” es la forma en la que se vería representado en un gráfico sobre la situación general de la economía un periodo de recuperación.
Precariado: clase de trabajadores definida de muchas maneras, como por ejemplo por la inestabilidad e inseguridad de sus empleos y la falta de beneficios, como pensiones laborales y vacaciones pagadas.
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Fuera de EE. UU. Para uso exclusivo de inversores institucionales, profesionales, cualificados y sofisticados, distribuidores cualificados, inversores y clientes comerciales, según se definen en la jurisdicción aplicable. Prohibida su visualización o distribución al público.
El 9 de septiembre a las 6:30 p.m. (ET), se llevará a cabo una cena de recaudación de fondos en el Rusty Pelican, Miami y todo lo recaudado será donado Global Empowerment Mission, que realiza tres recolecciones para los afectados por el colapso del 24 de junio que dejó 98 muertos y decenas de personas sin hogar.
Hasta ahora se han recaudado 50.00 dólares, ¡pero todavía tenemos mucho más por hacer! Ahora apuntamos a alcanzar los 75.000 dólares. Todavía hay mesas disponibles y todos quienes quieran ser nuevos patrocinadores serán bienvenidos.
Por el momento están participando 15 empresas tanto de Asset como Wealth management del sur de Florida, divididas en patrocinios Diamante, Oro y Plata.
Diamond: Funds Society, MFS, Ninety One Gold: AXA Investment Managers, BNY Mellon Investment Management, Bolton Global
Capital, Brown Advisory, Insigneo, Janus Henderson Investors, Jupiter Asset Management,
Schroders, Thornburg Investment Management Silver: RWC, Natixis Investment Management, Manulife Investment Management
Pixabay CC0 Public DomainJohn Pattullo, codirector de renta fija estratégica de Janus Henderson Investors. John Pattullo, codirector de renta fija estratégica de Janus Henderson Investors
En 2013, empezamos a hablar de la “japonización” de Europa, por similitud con las tasas de crecimiento persistentemente bajas, inflación baja y tipos de interés bajos experimentados por Japón. Mucha gente nos tomó por locos, pero se ha demostrado que teníamos razón. Hace ya algún tiempo que coincidimos con Larry Summers en su radiografía de un estancamiento secular del mundo (antes del COVID-19), por motivos hoy de sobra conocidos: exceso de deuda, demografía, tecnología y escasa productividad.
La crisis sanitaria ha acelerado obviamente muchos de los temas estructurales que afronta el mundo. Los comportamientos han cambiado, muchos de forma permanente, y otros solo temporal. Un ejemplo de un significativo cambio estructural es la tendencia a favor de los factores medioambientales, sociales y de gobierno corporativo (ESG), que antes de la pandemia empezaban a adquirir masa crítica y ahora han crecido exponencialmente.
Como gestores de renta fija, debemos evaluar qué implican todos los cambios que impactan no solo sobre nuestras carteras, sino también sobre nuestras vidas. Creemos que el futuro tenderá probablemente más hacia la deflación en un contexto de rendimientos de los bonos más bajos, no más altos. Parte de este cambio es definitivo; no hay vuelta atrás al modo antiguo de hacer las cosas. Las disrupciones probablemente solo exagerarán los ganadores y los perdedores, erosionarán los márgenes y concentrarán el limitado crecimiento en un menor número de empresas estadounidenses más dominantes.
Siempre intentamos fijarnos en hacia dónde va el mercado, no solo dónde se encuentra. La obsesión actual con cierta —e inevitable– inflación transitoria esperada a causa de los cuellos de botella en los inputs representa, en nuestra opinión, un pequeño obstáculo para el mercado de renta fija, de envergadura modesta y ya puesto en precio, si se compara con las crecientes fuerzas seculares disruptivas que hoy más que nunca estamos experimentando.
En los siguientes apartados, daré mi opinión sobre los cambios que vemos en el mundo. Advertencia: no esperen un mensaje demasiado alegre.
Los nuevos patrones de consumo están impactando en los ingresos
A finales de abril regresé presencialmente a la oficina tras 14 meses trabajando a distancia. De hecho empecé a teletrabajar una semana antes que mi equipo, pues a finales de febrero de 2020 viajé por trabajo a Uruguay. No puede por menos que reírme el otro día cuando todos recibimos un e-mail de “simulacro” detallando como actuar en caso de desastre. ¿Acaso la estresante experiencia que acabamos de vivir no nos ha enseñado lo insuficiente que puede resultar un sitio formal de recuperación ante desastres? Pero lo cierto es que el trabajo virtual puede florecer.
Las personas somos animales de costumbres; por ejemplo, tomarnos un café cortado (y a menudo un almuerzo de 10 libras) a diario en la cafetería de debajo de nuestro edificio. Se da ya por hecho que la mayoría de nosotros trabajará dos o tres días por semana presencialmente en la oficina; eso implica que los ingresos de la cafetería previsiblemente caerán un 40% y dejará de ser viable. ¿Quién va a costear el alquiler de ese espacio? Sin duda, el propietario puede resolver el contrato con el inquilino actual y dejar el espacio vacío, pero es más probable que mantenga al inquilino y pacten una nueva renta justa de equilibrio, quizá una basada en el volumen de facturación. Todo esto se dilucidará crucialmente en los próximos dos meses a medida que terminen las moratorias del pago de los alquileres (actualmente, el 30 de junio en el Reino Unido). Así, los flujos de caja de los propietarios caerán probablemente de forma significativa (muchos fondos de pensiones son, como es sabido, propietarios de inmuebles). En general, habrá profundas repercusiones en términos de flujos de caja para las empresas de servicios que operan en las zonas céntricas de negocios de cualquier ciudad, por no hablar de los ingresos de los fondos de pensiones.
El horizonte no demasiado halagüeño para el comercio minorista físico
Una reciente encuesta realizada por The British Retail Consortium reveló que el 14% de los locales de las zonas comerciales (tiendas físicas) en el Reino Unido se encontraban desocupados, y la proporción de espacios vacíos en los centros comerciales ha crecido hasta el 18,4%, si bien la tasa de tiendas desocupadas en las galerías minoristas es solo del 10,6%. Estas tendencias no eran demasiado buenas antes de la pandemia, pero han empeorado mucho más con el cambio en las pautas de consumo.
Yo siempre he considerado la mayor parte de las tiendas como una actividad no esencial, pero en las pocas ocasiones que me he adentrado en una, normalmente la respuesta que he recibido ha sido que no tenían mi talla y que buscase online. El Reino Unido lidera el mundo en algunas cosas, y una de ellas es en las compras por Internet. El gráfico 1 muestra la espectacular aceleración de las compras online debida al COVID-19. En palabras de Deutsche Bank, “una década de Amazonización en el lapso de unos pocos meses1”. El resto solo puede tratar de recuperar terreno para no quedar atrás. Curiosamente, nunca he vuelto a esas tiendas que me recomendaron buscar online.
La lista de cambios de comportamiento que están impactando en los hábitos de consumo es ilimitada, y en cierto modo todos estamos contribuyendo a ese cambio. Yo no soy muy aficionado a llevar barba o bigote, pero me estoy afeitando la mitad de lo que solía antes del COVID-19; así que debo de estar consumiendo muchas menos cuchillas de afeitar. No gasto en trajes a medida elegantes o en camisas formales (ahora tengo menos necesidad de ello), ni siquiera en tintorerías (estas últimas se vieron especialmente castigadas cuando se prohibió fumar en el Reino Unido, por razones obvias). Por cierto, tengo a la venta una estufa de exterior, si hay algún interesado. Funcionó de maravilla cuando nuestro equipo celebró el tradicional lunch al aire libre en diciembre.
El futuro de las oficinas y de los desplazamientos para llegar a ellas
¿Necesito comprar el bono anual de tren (Transport for London ya acumula 2.000 millones de libras menos respecto a sus ingresos presupuestados)? Jenna (Barnard) y yo viajábamos una vez al trimestre a Jersey para asistir a la reunión del consejo. Hace años probamos a usar la videoconferencia, pero la calidad del sonido era horrorosa y la conexión se cortaba. Sin embargo, el archipopular Zoom es extraordinario y probablemente nos ahorre muchos viajes a Jersey y otros lugares.
Con la pandemia hemos visto lo fácil que es teletrabajar. Barbados ofrece permisos de trabajo durante un año para cualquiera que teletrabaje. Dado la deprimente climatología de la primavera en Londres, tal vez deberíamos haberlo probado. Según el informe de Deutsche Bank “Labor supply is going up, up, up”, la digitalización de la fuerza de trabajo podría llevar a una expansión de la plantilla y previsiblemente reducirá los costes. Como se dice en el informe, Australia ha registrado un repunte de la participación en el mercado laboral impulsada por las mujeres, para quienes las ventajas de la jornada flexible pueden ser mayores. Quizá la deslocalización de todos nuestros empleos —y no solo de los centros de llamadas a la India— permita una mayor participación laboral, lo cual presionará a la baja el crecimiento de los salarios.
Pensemos en la demanda de oficinas; HSBC ha afirmado que su demanda de espacio de oficinas este año es un 20% menor, y será un 40% más baja a un plazo más largo2. En el distrito central de Londres ya se veían muchos carteles de locales disponibles antes del COVID-19. Los optimistas parecen pensar que algunos los ocupará WeWork (oficinas de trabajo compartido) y que el resto se destinará a fines residenciales. Yo lo dudo. Lo más probable es que sigan vacíos.
HSBC también espera reducir a la mitad su presupuesto para viajes de trabajo2. Esto es brutal, pues quien verdaderamente contribuye a los beneficios de la mayoría de las líneas aéreas son los viajeros en clase business. Casi todos los A380 de dos pisos de Emirates permanecían en tierra ya antes del COVID-19 … ¿y lo que de verdad nos preocupa es que el encarecimiento de las tarifas aéreas afecte al índice de precios al consumo?
Cambiando los hábitos de ocio
Los cines son un ejemplo típico y palmario de cambio estructural. Se trata de negocios con elevados costes fijos que dependen mucho de la llegada de películas con gran tirón comercial y de la “ventana” de diferencia entre su estreno en las salas de cine y su disponibilidad en las plataformas de streaming/DVD. Esta “ventana” ha ido haciéndose cada vez más pequeña con los años y durante la pandemia llegó incluso a desaparecer.
Así, nuevamente la dirección de los acontecimientos no se puede calificar de sorprendente, pero su ritmo sí se ha acelerado debido al COVID-19. Disney+ ha empezado a estrenar directamente en streaming, lo que tiene enormes implicaciones para los cines AMC entre otros (los cines AMC, por supuesto, junto con los cruceros Carnival Cruises, se convirtieron en la imagen emblemática para las ayudas con “financiación puente” cuando más azotaba la crisis). Amazon acaba de publicar sus resultados, destacando los 50 millones más de suscriptores a Prime video y el repunte del 70% en la demanda de streaming respecto al año pasado.
Los márgenes de los gimnasios y los entrenadores personales se han visto naturalmente erosionados. La mayoría de las clases online son gratuitas o muy baratas. Por cierto, el coste de las mancuernas se ha disparado con el aumento de la gente que ha empezado a hacer ejercicio en casa. Cuatro de las seis personas que integran nuestro equipo se han comprado bicicletas estáticas Peloton durante el último año… lo que supone decir adiós para siempre a la cuota de suscripción al gimnasio.
Además, dentro del equipo, todos hemos adquirido pantallas extra, auriculares y webcams, pero ¿los seguimos necesitando? Las exportaciones de China a EE. UU. han aumentado un 30% respecto a hace dos años. Dudamos que esto sea sostenible, pues el considerable gasto en artículos para el hogar, en gran parte de carácter puntual, está regresando ahora a los servicios. Dicho lo cual, la gente no se cortará el pelo dos veces para compensar el no habérselo cortado durante el confinamiento, así que parte de este gasto se ha perdido para siempre. Los recientes cuellos de botella en las cadenas de suministro no son una gran sorpresa, pero no deberían confundirse con un cambio estructural en la inflación.
Por último, leí en un artículo que más de tres millones de hogares británicos han adquirido mascotas durante la pandemia3 (desconocía el significado de la palabra “humanización”; mis amigos me dicen que sus perros les hablan, pero yo no estoy tan seguro). El mismo artículo afirmaba que la mitad de los nuevos propietarios de mascotas británicos tenían menos de 34 años. La Oficina Nacional de Estadística ha añadido incluso las golosinas para perros a la cesta de la inflación del Reino Unido – ¡guau! Determinados negocios y vehículos de inversión relacionados con las mascotas se han beneficiado de esta tendencia. Un ETF especializado en el sector de los cuidados para mascotas, por ejemplo, batió al Nasdaq en el periodo de 12 meses finalizado en mayo4 (recordatorio: los perros no son solo para la época de confinamiento).
Valores familiares y todavía más cambios sociales
Por momentos, tengo la sensación de que el mundo simplemente va demasiado rápido. El ritmo del cambio provoca escalofríos. La vida media de las empresas del índice S&P 500 se ha acortado drásticamente. Creo que quizá el parón nos haya venido bien para percatarnos de que no somos hámsters en una rueda móvil; que la vida familiar y las amistades son esenciales.
En esa línea, Bloomberg publicó un artículo sobre cómo un número notable de estadounidenses adinerados han optado recientemente por jubilarse5, y sabemos que los “millennials” (o la generación Y) tienen un sistema de valores muy diferente al de la generación X (entre los que se incluye un servidor que cumplió 51 el 9 de mayo). Los asesores financieros también indican que están observando un actitud de “disfrutar del momento” entre los clientes de gran patrimonio.
Pero las diferencias están creciendo. El economista francés Thomas Piketty habla de desigualdad intergeneracional, concepto que define como el hecho de que algunas personas afortunadas (solo) adquirirán su riqueza en la “sociedad hereditaria” en la que vivimos, mientras otros solo pueden aspirar a devolver sus préstamos de estudiantes, y ni sueñan con poder comprar su primera casa.
También sabemos que el COVID-19 ha azotado con especial dureza a los sectores más desfavorecidos y a las comunidades negra, asiática y otras minorías étnicas. La actual “inflación de las materias primas” hará que llenar la cesta de la compra semanal salga más caro. El gráfico 2 muestra la evolución alcista del precio de la cesta de alimentos. El presidente Biden está tratando de reducir el grado de desigualdad en la sociedad estadounidense, pero el COVID-19ha hecho más visibles que nunca las enormes disparidades, ilustradas en la denominada recuperación en forma de K.
La clase de trabajadores con contratos de cero horas (lo que ha dado en llamarse el “precariado”) son también más vulnerables. Recomiendo la nueva película de Ken Loach “Sorry I missed you” (disponible en Amazon Prime, lo cual no deja de ser irónico), sobre las penurias que vive un trabajador de reparto con contrato de cero horas – sobrecogedora…
Es la adopción extra de tecnología lo que está acelerando el ritmo del cambio. La inteligencia artificial (AI), las estrategias smart beta, los fondos cotizados en bolsa (ETF), las impresoras 3D, la robótica, los algoritmos, no digamos el blockchain y el dinero digital, diría que son predominantemente deflacionistas, crearán disrupción en la sociedad y ahondarán aún más en la desigualdad.
En algunos sectores la disrupción es bienvenida, como en las finanzas. La sanidad también está realizando grandes progresos en este sentido. Yo estoy suscrito a Babylon, el médico por vídeo online del sistema británico de salud (NHS); no se me ocurren muchas medidas más eficientes que esa. La suscripción es gratuita y las pruebas han demostrado que sus sistemas expertos son más precisos que el médico medio a la hora de diagnosticar muchos síntomas.
Seamos prudentes y no nos dejemos engañar por un bienvenido reflejo reflacionista.
Impacto demográfico
Quizá hubiera sido lógico esperar un mini “baby boom” durante el COVID-19, pero en realidad lo que ha sucedido es lo contrario, un denominado “baby bust”. Durante la pandemia, la gente se ha vuelto comprensiblemente más precavida sobre el futuro; los afortunados que han conservado su empleo han ahorrado muchos de sus ingresos, en parte por elección y en parte por imposibilidad de gastarlos. Los franceses han sido históricamente uno de los países más procreadores de Europa; sin embargo, los datos para enero de 2021 muestran una caída de los nacimientos de un 13% en dicho país con respecto al periodo anterior. El año pasado, la tasa de natalidad descendió un 4%, la mayor caída en un solo año desde casi medio siglo, situando la tasa de fertilidad en 1,6 (nacimientos por mujer), el nivel más bajo desde que hay registros6.
Los paralelismos con Japón eran vistos por muchos como una crítica, pero la gente olvida que el producto interior bruto (PIB) per cápita de Japón —en nuestra opinión, una medida más representativa del éxito que el crecimiento total del PIB— ha sido bastante respetable en las últimas dos décadas. En la actualidad, la población del país se contrae a un ritmo de medio millón de personas cada año, desde una base de 126 millones, y la tasa de fertilidad es de 1,4.
La migración también se ha visto significativamente reducida debido al COVID-19. Australia había sido un modelo de éxito de la inmigración: cada año atraía alrededor de 300.000 jóvenes con buen nivel de educación y que formaban familias, producían y consumían y, por tanto, contribuían al crecimiento del país. Más recientemente, estos niveles han caído en un 70-80% según las estimaciones7. Nueva Zelanda y Canadá, entre otros, han experimentado grandes descensos de inmigrantes. Esto tendrá efectos apreciables en su potencial de crecimiento a largo plazo.
Además, cabe suponer que los niveles de movilidad podrían verse afectados, pues algunos países, incluidos Australia y Nueva Zelanda, han cerrado sus fronteras. El Reino Unido ha perdido hasta 1,5 millones de trabajadores en los dos últimos años, principalmente debido al Brexit, pero más recientemente también por el COVID-19. ¿Se recuperarán estos empleos? Algunas fuentes estiman que aproximadamente la mitad de ellos sí lo harán. Esperemos que sea así.
Consideraciones finales: seguir siendo fieles a los ganadores estructurales
El cambio cíclico separa las empresas en categorías growth y value, pero el cambio estructural las separa en un bando ganador y otro perdedor. Y los perdedores no “revierten a la media”, sino que quiebran. Lamento si esto suena desolador; es simplemente la realidad de un mundo crecientemente distópico. Uno de nuestros grandes clientes londinenses me llama “John el triste”, y tiene sus razones, supongo.
No nos dejemos llevar por el reflation trade cíclico e inevitable; intentemos pensar un paso más adelante y anticiparnos a las tendencias estructurales de mayor calado y persistentes que están impregnando todas nuestras vidas. El COVID-19 ha acelerado simplemente las fuerzas estructurales a las que nos enfrentamos, así como el ritmo del cambio estructural digital para nuestras inversiones en renta fija.
Evitaremos caer en trampas de valor cíclicas ilusorias; así como en otras ilíquidas, exóticas o esotéricas. “No seas bobo, haz lo fácil”, y compra bonos de ganadores estructurales. Preocúpate de protegerte del potencial de pérdidas, que el potencial alcista debería protegerse a sí mismo.
Tribuna de John Pattullo, codirector de renta fija estratégica de Janus Henderson Investors.
Anotaciones:
1 Deutsche Bank Research, FX Blog, “Labor supply is going up, up, up”; 5 de mayo de 2021. 2 Bloomberg, “HSBC to Cut Office Space 20%, Reduce Business Travel by Half”, 27 de abril de 2021. 3 Financial Times, “‘Pet mania’ brings out animal instincts in eager investors”, 27 de abril de 2021. 4 Bloomberg, a 28 de mayo de 2021. 5 Bloomberg, “Affluent Americans rush to retire in new ‘life-is-short’ mindset”, 30 de abril de 2021. 6 The Guardian, “US birth rate sees biggest fall for nearly 50 years”, 5 de mayo de 2021. 7 Financial Times, “Sharp fall in global migration threatens economic recovery”, 9 de febrero de 2021.
Glosario:
Recuperación en forma de “K”: escenario inusual tras una recesión en la economía en la que ciertas industrias y personas salen de la recesión, mientras que otras se estancan. La recuperación en forma de “K” es cómo puede parecer un periodo recuperación representado en un gráfico sobre la situación general de la economía.
Precariado: clase de trabajadores definida de muchas maneras, como por ejemplo por la inestabilidad e inseguridad de sus empleos y la falta de beneficios como pensiones laborales y vacaciones pagadas.
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