La experiencia de la pandemia impulsa el interés de los inversores por la ISR

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Ante el reto de la búsqueda de rentabilidades, la pandemia ha aumentado el interés de los inversores por la sostenibilidad, según arroja el estudio Estudio Global de Inversores 2021 de Schroders. El 57% de los inversores encuestados, en un informe en el que han participado 23.000 personas de 33 lugares de todo el mundo, reconoce estar ahora más preocupado por estas cuestiones sociales que antes.

En esta misma línea, el 55% reconoció que su interés por las cuestiones medioambientales también había aumentado. Aunque la atención a la obtención de mayores rentabilidades ha disminuido en comparación con hace un año, el 53% de los inversores siguen creyendo que los datos/pruebas que demuestran que la inversión sostenible ofrece mejores rentabilidades los animaría a aumentar sus asignaciones a estos activos. Y otro 40% afirmó que la presentación periódica de informes que destaquen el impacto de sus inversiones les motivaría a aumentar sus inversiones sostenibles. Según un tercio (el 36%) sería deseable contar con algún tipo de autocertificación por parte del gestor de inversiones que avale la sostenibilidad de sus inversiones.

Desde Schroders explican que la mayor parte de los inversores mundiales admiten sentirse cómodos con la idea de incorporar la sostenibilidad a sus carteras: el 57% se muestra favorable a adoptar una cartera totalmente sostenible, siempre que puedan mantener el mismo nivel de riesgo y diversificación. De hecho, los inversores más jóvenes (el 60%) están especialmente abiertos a este cambio.

Además, el 52% de los inversores de todo el mundo afirmó que el factor más atractivo de la inversión sostenible era su impacto medioambiental, por delante del 39% que citó la alineación con sus principios sociales, mientras que el 38% considera que ofrece un mayor margen de rentabilidad.

“Estos resultados ponen de manifiesto las crecientes expectativas que se depositan en los gestores de activos a la hora de abordar el cambio climático. Por ello, nos estamos centrando en garantizar que las inversiones que gestionamos estén en consonancia con la transición hacia un planeta más sostenible y en que nuestros clientes se beneficien de las oportunidades que dicha transición traerá consigo. Como inversores y gestores de los activos de nuestros clientes, tratamos de influir activamente en los comportamientos corporativos para que las empresas en las que invertimos sean sostenibles y resistentes. No obstante, está claro que aún queda por hacer para demostrar a los inversores que un enfoque sostenible no tiene por qué comprometer la rentabilidad. De hecho, consideramos que la creación de valor sostenible está intrínsecamente ligada a la superación de los retos sociales y medioambientales. Tenemos que asegurarnos de dar a nuestros clientes la información que necesitan para evaluar la rentabilidad en las áreas que les importan. En Schroders nos tomamos estas conclusiones muy en serio. Tenemos la responsabilidad de mostrar nuestro liderazgo en cuestiones clave de sostenibilidad y cómo estamos satisfaciendo las necesidades cambiantes de nuestros clientes en este ámbito”, explica Andy Howard, director global de Inversiones Sostenibles de Schroders.

Motivos de desinversión

El estudio también preguntó qué controversias llevarían a la gente a deshacer sus inversiones. Según el estudio, los escándalos financieros son la razón más probable. Estas cuestiones causan mayores obstáculos a la inversión que los hackeos de ciberseguridad o las catástrofes climáticas. En concreto, un 65% de los inversores declaró que retiraría sus inversiones si se vieran afectadas por escándalos financieros o contables. Esta cifra supera al 61% de los inversores que citaron los ciberataques y al 60% que destacaron una catástrofe climática como razones que motivarían su desinversión. 

“Curiosamente, en comparación con sus homólogos europeos, los inversores de Asia y América fueron los más sensibles a los escándalos financieros, mientras que los inversores de América se mostraron más propensos a desinvertir como consecuencia de los problemas relacionados con el cambio climático, en comparación con los inversores del resto del mundo”, indica el informe en sus conclusiones. 

Lucha contra el cambio climático

Los inversores también esperan que se tomen cada vez más medidas a nivel mundial para hacer frente al cambio climático. En este sentido, el estudio reveló que crece la presión sobre casi todos los actores globales clave -desde los gobiernos, las empresas e incluso los gestores de activos- para mitigar el impacto.

El 74% de los encuestados está de acuerdo en que esta responsabilidad debe recaer en los gobiernos y reguladores nacionales, mientras que el 68% atribuye a las empresas la obligación de hacer frente al cambio climático. Sin embargo, “el giro más destacable en el sentimiento en los últimos cuatro años ha sido el creciente papel que se espera de los gestores de activos”, apunta la gestora.

Por último, el estudio destaca que alrededor del 53% de los inversores cree que los gestores de inversiones y los accionistas mayoritarios son responsables de mitigar el cambio climático, lo que supone un aumento sustancial respecto al 46% de 2017.

Allianz GI alcanza los 500 millones de euros en su primer fondo global de deuda privada

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Pixabay CC0 Public Domain. ciudad

Allianz Global Investors ha realizado el primer cierre de su estrategia Allianz Global Diversified Private Debt Fund (AGDPDF) al alcanzar una recaudación de 500 millones de euros, en solo dos meses desde su lanzamiento. Según destaca la gestora, el fondo permite a los inversores institucionales invertir en el primer programa global de deuda privada en mercados no cotizados de Allianz. El tamaño objetivo del fondo asciende a 1.500 millones de euros. 

Durante más de una década, Allianz ha estado invirtiendo en deuda privada no cotizada en nombre de las compañías de seguros de forma diversificada en varios sectores y regiones con 20.000 millones de euros en activos bajo gestión. A través del AGDPDF, los inversores profesionales podrán unirse a las compañías de seguros. “Los inversores profesionales se benefician de nuestro acceso exclusivo al mercado y de nuestra dilatada trayectoria de inversión junto a Allianz. El AGDPDF tiene como objetivo seleccionar las mejores oportunidades de inversión posibles a escala mundial, y gestionamos activamente todas las inversiones a lo largo de todo su ciclo de vida, con un enfoque de largo plazo”, explica Sebastian Schroff, director global de Deuda Privada no cotizada de Allianz Investment Management y gestor de Allianz GI.

El objetivo de la estrategia es construir una cartera bien diversificada a través de la inversión en deuda corporativa de medianas empresas de Europa y América del Norte, para ofrecer rendimientos significativos y ajustados al riesgo. De esta manera, la gestora indica que el AGDPDF buscará compromisos de fondos primarios y coinversiones a escala mundial e invertirá en gestores de fondos con un historial probado. Asimismo, Allianz aportará al menos el 50% del capital invertido en cada operación del AGDPDF, asegurando así una fuerte alineación de intereses.

Renta variable estadounidense: ¿en qué sectores enfocarse para una estrategia income?

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Según John Bailer, gestor de renta variable estadounidense de reparto en Newton, el actual entorno de inflación y mayores tipos de interés podría llevar a algunas empresas que han gozado de popularidad entre los inversores en la década pasada a recortar sus estimaciones de beneficio. En su opinión, esto podría arrojar luz sobre otros sectores menos sujetos a los caprichos de la economía.

El gestor afirma que la concentración manifiesta en el crecimiento por parte de la bolsa estadounidense en los últimos diez años ha conducido a un exceso de oferta de servicios digitales en el mercado, creando excesos de capacidad en muchas áreas del sector tecnológico. Una de ellas es el marketing digital, donde anticipa que la evolución esperada de las compañías no será tan buena como en la última década. Esto, añade, podría deberse al menor gasto corporativo en publicidad en el marco de un entorno macroeconómico complicado.

Bailer destaca que grupos tecnológicos como Alphabet (la matriz de Google) y Meta (propietaria de Facebook) se enfrentan al menor gasto de sus clientes. En julio, Alphabet anunció que el crecimiento trimestral de sus ingresos había caído hasta su nivel más bajo de los últimos dos años. De modo similar, los resultados de Meta correspondientes al segundo trimestre (publicados en julio) mostraron un descenso de ingresos mayor de lo esperado, y la compañía anunció planes de reducir el crecimiento de la plantilla el año que viene.

En ciertas áreas, el capital inversión está exigiendo a las empresas que generen efectivo y recorten costes, y una forma de lograrlo es gastar menos en publicidad digital. Así, estos proveedores de publicidad digital van a estar más expuestos a los caprichos de la economía y sus proyecciones de crecimiento correrán peligro”, explica. 

Petróleo e infraestructura

En cambio, Bailer cree que algunas áreas de la “vieja economía” recibirán un impulso de financiación, pues muchos inversores les dieron la espalda en la década pasada. El gasto de capital en activos físicos (como el equipamiento de extracción de crudo, por ejemplo) ha estado cayendo, y el gestor afirma que la dinámica de oferta y demanda es buena para el petróleo en este contexto. “Creemos que los precios del petróleo deberían permanecer más altos durante más tiempo, y que incluso en una recesión, la demanda se mantendrá estable”, añade.

Entretanto, advierte de que la edad media de los activos fijos privados en Estados Unidos ha aumentado, afirma Bailer. En su opinión, la ley de infraestructura de 1 billón de dólares debería abordar parte de la insuficiencia de gasto en la infraestructura cada vez más deteriorada del país, y podría crear oportunidades interesantes. “Se está dando marcha atrás a la globalización, y queremos invertir en empresas beneficiarias de este renacimiento de la demanda de infraestructura”, matiza.

Un segmento de infraestructura que según el gestor podría ofrecer oportunidades es la red eléctrica, como beneficiaria potencial de la actual transición hacia las renovables. Una posible oportunidad son las empresas que venden a proveedores de suministro público, pues estos últimos no son sensibles a la economía, explica el gestor: “Una utility regulada gastará con independencia de la coyuntura económica global, debido a la necesidad de hacer realidad un futuro renovable. Con más y más coches conectándose a la red, junto al desarrollo de la energía eólica y solar, las compañías industriales que venden a los grupos de suministro público se beneficiarán del mayor gasto y no serán cíclicas”.

Defensa

La defensa es otra área en la que Bailer detecta oportunidades, pues la invasión rusa de Ucrania ha llevado a varios países a elevar su gasto en armamento. Poco después de que Rusia lanzara su ofensiva en febrero, Alemania se comprometió a elevar su gasto militar por encima del 2% del PIB, y Polonia elevó el suyo del 2% al 3% del PIB. “Los clientes gastarán en defensa haga lo que haga la economía”, añade.

El gestor afirma que, antes del conflicto en Ucrania, los múltiplos de valoración de las acciones de defensa no eran muy altos, y no se ha producido una revalorización significativa desde entonces.

Por último, también destaca que la escasez de semiconductores en el marco de los problemas en las cadenas de suministro globales ha afectado a las empresas de defensa, pero una ralentización del crecimiento global podría liberar capacidad, al disminuir la demanda de chips procedente de otros sectores. “Al frenarse el crecimiento, habrá muchos semiconductores disponibles para las compañías de defensa, y al mismo tiempo, es poco probable que sus ingresos disminuyan”, afirma.

Por lo demás, Bailer busca empresas con poder de fijación de precios como colchón frente a mayores niveles de inflación, y destaca que ciertas aseguradoras (sobre todo las que operan en el segmento de pólizas de compensación al trabajador) podrían beneficiarse de subidas salariales.

Afrontando la inflación

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Pixabay CC0 Public DomainInflación. Inflación

Saber si la inflación es transitoria o estructural es el quid de la cuestión al que se enfrentan actualmente los mercados financieros y los bancos centrales. En Estados Unidos y la zona euro, la inflación ha estado notablemente por debajo de la tendencia durante al menos la última década. En Japón y en varios otros países, esta situación se mantiene desde hace más de 20 años. De hecho, Japón incluso se enfrentó a la deflación.

Confiamos en que la mayoría de los problemas actuales de la cadena de suministro son de carácter transitorio como consecuencia de la pandemia de Covid. Sin embargo, el mayor reto que apunta a un cierto nivel de inflación estructural es el cambio de mentalidad de los trabajadores, que probablemente se traduzca en salarios más altos y que difícilmente será de naturaleza transitoria. Llevamos décadas viendo un giro desde el poder obrero hacia el poder del capital, y muchos trabajadores se resisten a volver a trabajos con salarios bajos sin una progresión profesional relativamente sólida y con futuro. Covid aceleró este giro.

En Estados Unidos, el estímulo de los demócratas en el poder es notablemente más fuerte que bajo el partido republicano, con un importante plan de infraestructuras, así como un posible impulso social adicional. En la UE, hace años que se inyectan estímulos en las economías, y en China hay un movimiento hacia lo que se denomina prosperidad común.

Este estímulo propiciará la inflación, pero advertimos que es probable que la Reserva Federal lo considere como una inflación «buena» y una vuelta a lo que quiere ver en cuanto al cambio de la dinámica social en la economía. Por lo tanto, creemos que la mayoría de las presiones inflacionistas subyacentes son de carácter transitorio, pero es probable que lo «transitorio» sea un proceso que dure varios años mientras nos recuperamos de los problemas de la cadena de suministro.

¿Qué es lo que nos espera?

Actualmente, el balance general del consumidor estadounidense sigue siendo sólido, con la deuda de los hogares todavía en un nivel más bajo que antes de la pandemia, aunque en el segundo trimestre de 2021 se produjo un aumento de la deuda de las tarjetas de crédito. Incluso los balances generales de las empresas, aunque elevados, muestran una fuerte capacidad de servicio de esa deuda. En nuestra opinión, no es probable que un pequeño aumento de los tipos de interés subyacentes detenga mucho el crecimiento.

El tapering y la idea de una subida de los tipos de interés en Estados Unidos (para 2022 ya se han previsto casi dos subidas de los tipos de interés por la Reserva Federal en función de la inflación impulsada por la oferta, más que por la inflación transitoria) están demostrando tener un impacto profundamente negativo en el rendimiento de los activos de los mercados emergentes. Esto es especialmente cierto en el caso de los créditos soberanos/corporativos de alto rendimiento de los mercados emergentes, en los que el mercado se ha visto «Offer Wanted» y muchos participantes temen una crisis de liquidez.

A escala mundial, hemos combatido las dos últimas ralentizaciones del crecimiento con un nivel de deuda y apalancamiento bastante elevado. Si vamos a continuar viendo un fuerte crecimiento, es poco probable que se produzca con tipos notablemente más altos, ya que los tipos más elevados suelen actuar como un freno al crecimiento. Sin embargo, dada la probabilidad de que los salarios sean ahora más altos, es probable que veamos una inflación elevada en comparación con los niveles anteriores a la pandemia. De hecho, la inflación estuvo bastante por debajo de la tendencia durante más de una década antes de la pandemia y, por tanto, para los bancos centrales y la Reserva Federal en particular, seguramente no supondrá ningún problema que se sitúe ligeramente por encima de la tendencia durante algunos años.

Gráfico 1

A pesar de la presión ejercida en todo el mundo y en Estados Unidos por el aumento de la inflación y las dudas respecto a su carácter transitorio, los tipos se mantienen relativamente contenidos. Desde la primavera de este año se ha producido un aplanamiento de la curva de rendimientos en EE. UU., con una modesta caída de los tipos a largo plazo, mientras que los tipos a corto plazo han subido.

 

A menudo se ha dicho que la renta fija es el lastre de una cartera de renta variable, y así ha sido en un entorno de bajos tipos y baja inflación. Normalmente, cuando la renta fija hace zig, los mercados de renta variable hacen zag. Pero en un entorno de subida de tipos, y en un entorno de aumento de la inflación, puede que no sea así. Cuando los tipos de interés suben, la renta fija es menos defensiva, y quizás, los múltiplos de la renta variable se compriman, y la propia renta variable caiga. La forma en que estamos pensando en esto en nuestras carteras multiactivas es, ante todo, reevaluar el riesgo y la rentabilidad que puede tener la renta fija. Actualmente, esto significa mantener una postura de duración infraponderada. A medida que los tipos de interés suben y potencialmente ralentizan la economía, un aumento de la duración puede aumentar junto con ella.

 

Hoy en día, nos parece que lo mejor para los inversores es jugar más a la defensiva desde el punto de vista de los tipos, centrándose en los consumidores con balances sólidos a través de valores respaldados por activos, tales como los préstamos de automóviles titulados y las hipotecas que representan ese mercado. Aunque actualmente mantenemos una postura de duración infraponderada, creemos que a medida que los tipos suban y la economía se normalice, querremos entrar en lo que creemos que son niveles relativamente neutrales de duración, de modo que posicionemos las carteras para tener un equilibrio natural y actuar como una compensación de otros activos globales de riesgo.

 

En cuanto a la renta variable, no queremos infraponderar demasiado el riesgo. La recuperación de la economía y la vuelta de los trabajadores a las oficinas y otros lugares de trabajo tienen aspectos muy positivos, pero también hay cierto riesgo en la transición hacia el nuevo paradigma económico.

Los índices bursátiles de la mayor parte del mundo se sitúan notablemente por encima de lo que eran antes de la pandemia, por lo que los mercados financieros actuales no solo representan una vuelta a la normalidad. Representan quizás un nuevo paradigma: uno de tipos bastante reducidos, estímulos gubernamentales continuos y múltiplos más altos en todo el mundo.

Somos relativamente neutrales en nuestras asignaciones a la renta variable y en nuestro presupuesto de riesgo global, al tiempo que mantenemos una postura defensiva en la renta fija. No tratamos de cronometrar el ciclo económico, pero queremos asegurarnos de que estamos bien equipados para aprovechar cualquier debilidad y aprovechar las oportunidades cuando se presenten.

 

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Todo se está volviendo verde

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Pixabay CC0 Public DomainUwe Conrad. Uwe Conrad

Es probable que el mundo aún no esté camino de conseguir evitar que la temperatura global aumente en más de 1, 5oC sobre los niveles preindustriales. A pesar de todas las promesas hechas en la COP26, es probable que nos enfrentemos a fenómenos meteorológicos extremos más frecuentes y las consecuencias que conllevan para empresas y comunidades. Por lo que se espera que la presión para que los responsables políticos hagan más continúe. Para los inversores, según explica Chris Iggo, director de inversiones de Core Investments en AXA Investment Management, la buena noticia es que se está movilizando financiación para ayudar a la transición y las empresas están desarrollando tecnologías más sostenibles. Definitivamente, se está avanzando hacia una economía más verde y eso implica enormes oportunidades de inversión.

¿Bla, bla, bla… o hurra, hurra?

El éxito o no de la COP26 se puede juzgar por la respuesta a una sola pregunta: ¿contribuirá a que la humanidad logre reducir las emisiones netas de carbono a cero y a que la temperatura atmosférica deje de subir más de 1,5oC de aquí a 2050? Está claro que esta pregunta no se puede responder hoy, por lo que se tiene que confiar en el juicio y el análisis científico para decidir si creer que a) las promesas hechas por los líderes mundiales en Glasgow son suficientes y se pondrán en práctica y b) si lo que se ha prometido y lo que se pondrá en práctica dará lugar a ese objetivo en 2050.

Un aumento inferior en grados

Las previsiones más optimistas sugieren que las temperaturas globales alcanzarán un máximo de 1,9oC en este siglo. Un informe de Climate Resource cita una investigación de la Universidad de Melbourne basada en los compromisos asumidos por los países inmediatamente antes de la COP26. Suponiendo que se cumplan los compromisos (incluidas las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional actualizadas de India y China), hay un 50% de posibilidades de que el mundo se sitúe por debajo de los 2oC. Esto se compara con la estimación de 2,7oC realizada por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente basándose en los compromisos realizados hasta hace unas semanas. Por tanto, es posible que haya buenas noticias.

La atención está puesta en los “cuatro grandes”

Los optimistas también se alegrarán de los acuerdos alcanzados sobre la deforestación, los planes para reducir las emisiones de metano y los compromisos para eliminar el carbón. Hacia el final de la COP26 se anunció que Estados Unidos y China trabajarán juntos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. En la opinión de AXA IM es necesario que este anuncio se cumpla. Las dos potencias son los mayores emisores, seguidos de India y Rusia. De hecho, el optimismo puede desaparecer al comprobar que ninguno de los “cuatro grandes” se ha comprometido a alcanzar el objetivo de cero emisiones en 2050 ni ha firmado el acuerdo para eliminar el carbón. Sólo cabe esperar que los objetivos intermedios y la cooperación se traduzcan en un descenso significativo de las emisiones a corto plazo y durante todo el periodo hasta la segunda mitad del siglo. Sin embargo, los objetivos intermedios aún no son convincentes y todavía no se han acordado compromisos más formales para reducir las emisiones en esta década.

No se pueden ignorar las limitaciones políticas

En general, se podría afirmar que ha habido un progreso modesto, pero a juicio de AXA IM, no es suficiente como para confiar en el cumplimiento de los objetivos de París. Es fácil ver por qué los activistas son escépticos sobre las promesas oficiales y existe la sensación de que los líderes de los países más grandes carecen de ambición y se ven obstaculizados por consideraciones políticas internas, poderosos intereses creados y preocupaciones de seguridad a nivel geopolítico. ¿Se puede estar realmente seguros de que los actuales dirigentes políticos de Brasil detendrán la deforestación del Amazonas, dada la importancia de la cría de ganado y la producción de soja para la economía brasileña? ¿Se puede estar seguro de que Estados Unidos dará marcha atrás en sus compromisos en caso de que se produzca otro cambio político importante en las elecciones de 2024? Si hubiera que puntualizar un fallo de la cumbre, en AXA IM destacarían la falta de acciones concretas para reducir el uso del carbón entre los mayores consumidores de esa fuente de combustible.

Las cosas buenas

Chris Iggo tuvo la oportunidad de asistir a la Cumbre Mundial del Clima (COP de Inversión) en Glasgow con algunos de sus colegas profesionales. Una cuestión de la que se puede estar seguro es que en el sector privado se están llevando a cabo muchas acciones. Bajo la presión de los inversores y de los clientes, las empresas de diversos sectores están desarrollando nuevas tecnologías y cambiando sus modelos operativos para estar en la senda de la neutralidad. Se habló de la caída de los costes de la energía eólica offshore. Se vieron empresas que presentaban tecnologías para utilizar textiles reciclados y pulpa de madera para fabricar nuevos tejidos para la industria de la confección (en la actualidad, sólo se recicla el 1% de los textiles; la mayoría acaban en los vertederos o en los puestos del mercado de Camden). La tecnología avanza en todas partes y eso significa que la producción con menos emisiones es cada vez más barata.

Oportunidades

El sector privado no puede hacerlo todo y todavía queda mucho por hacer. Durante la celebración de la cumbre, se reclamaron políticas y normativas más claras, que los gobiernos utilicen los impuestos y las subvenciones de forma más eficaz y que se unifiquen los planes y la financiación para crear las infraestructuras necesarias para pasar rápidamente a una economía con bajas emisiones de carbono. La movilización de la financiación verde será importante en todo este proceso y cada vez hay mayores cantidades de capital controladas por los propietarios de activos, los gestores de activos y los bancos que buscan ser invertidos con cero emisiones netas.

En la opinión de Iggo, esto significa enormes oportunidades de inversión en los líderes climáticos que están desarrollando las soluciones tecnológicas para el cambio climático y en aquellas empresas que están liderando la transición hacia un modelo de negocio con menos carbono. Parte de esto significa la exposición a las tecnologías que cambian el régimen: vehículos eléctricos, baterías, energía renovable, hidrógeno, etc. Pero también significa utilizar las técnicas de ESG para identificar las empresas que están haciendo cambios en lo que hacen hoy para reducir su huella de carbono. Por ejemplo, una empresa fabricante de calzado dijo que había cambiado el tamaño de sus cajas de zapatos para optimizar el espacio que ocuparían los envíos en los contenedores. Utilizar menos espacio significa generar menos CO2. Actuaciones como estas serán (o deberían ser) recogidas en una evaluación ESG, permitiendo a las empresas atraer capital de inversores centrados en la sostenibilidad.

¿Qué precio tiene el carbono?

El sector privado ha hecho un llamamiento generalizado para que los líderes mundiales se pongan de acuerdo sobre un sistema de fijación de precios del carbono. Uno de los temas que se escuchó mucho fue la innovación centrada en el hidrógeno en la que todos los ponentes pidieron un precio para el carbono. Cuando se escribió este tema no se había llegado a un acuerdo. Sin embargo, es crucial que lo haya. La tarificación del carbono -en forma de impuestos sobre las emisiones de carbono o a través de un sistema de comercio de derechos de emisión con límite máximo- internaliza los costes externos de la emisión de CO2. Eso significa que un generador de energía que utilice combustibles fósiles tendría que incorporar el coste del carbono a su base de costes. Los márgenes de beneficio se reducirían o el coste se repercutiría en los clientes, lo que reduciría el atractivo del negocio. El aumento de los costes de los combustibles fósiles a través de la incorporación del precio del carbono cambiaría la comparación de costes relativos a favor de las alternativas más renovables. Esto es cierto no sólo en la energía, sino en toda una serie de sectores. Sin embargo, a lo largo del tiempo sería más impactante en las áreas más difíciles de reducir, como la producción de acero y el transporte de larga distancia. A medida que los procesos basados en los combustibles fósiles aumentan de precio, la tecnología está reduciendo el coste de las alternativas, lo que contribuirá enormemente a la descarbonización de la economía real.

Una transición costosa

Otra cuestión que quedó clara en los debates es que la transición es costosa en términos de la cantidad de inversión necesaria. Además, también podría ser costosa en el sentido de que conduce a precios más altos para algunos bienes y servicios, especialmente si se toman medidas políticas para cambiar los precios relativos antes de que los mercados competitivos hayan evolucionado lo suficiente en el lado de las renovables o de las bajas emisiones de carbono.

Existen estudios que relacionan el hecho de que el capital se aleje de los grandes emisores, lo que aumenta el coste del capital y contribuye a reducir el gasto de capital de sustitución. Eso significa que la capacidad se ve limitada en esos sectores y los problemas actuales con la energía podrían ser un claro ejemplo de ello. La política ni siquiera ha empezado a abordar el coste que supone para los hogares y los países de renta baja: los coches eléctricos, la calefacción doméstica, el transporte básico y las necesidades de vivienda en los países emergentes. Hay un enorme coste social que hay que abordar, a menos que se estén dispuestos a aceptar los costes económicos y humanos mucho mayores de superar los 2oC.

La cuestión de la inflación

Los mercados están preocupados por la inflación, y con razón, tras el aumento del 6,2% interanual de los precios al consumo en Estados Unidos en octubre. En los últimos 40 años, la inflación estadounidense sólo ha superado el 5% en tres ocasiones, incluida la actual. Después de las dos anteriores, retrocedió bruscamente, sin embargo, el experto de AXA IM no está convencido de que las economías hayan regresado a la estructura institucional que sostenía unas tasas de inflación más altas antes de los años ochenta. No obstante, los problemas de oferta, los efectos de base y la fuerte demanda podrían verse agravados por los efectos de los precios relacionados con los cambios estructurales que produciría una bajada de las emisiones de carbono. Ni que decir tiene que los mercados seguirán insistiendo en esta narrativa hasta que los bancos centrales empiecen a subir los tipos de interés, y eso parece ser, en la opinión de Iggo, cada vez más, el objetivo principal en 2022.

Unicaja Banco se suma un año más a la campaña de divulgación de los ODS impulsada por la Red Española del Pacto Mundial de Naciones Unidas

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Foto cedida. ods unicaja

Unicaja Banco se suma un año más a la campaña de divulgación Altavoz ODS (#ApoyamoslosODS), promovida por la Red Española del Pacto Mundial con la finalidad de dar a conocer los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030. Esta campaña coincide, además, con el sexto aniversario de la aprobación de la Agenda 2030 por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas.

La entidad se une a esta iniciativa en el marco de sus políticas de Sostenibilidad y Responsabilidad Social Corporativa (RSC) y en colaboración con la Red Española del Pacto Mundial, a la que pertenece. El propósito de esta campaña es contribuir a que los ODS sean ampliamente conocidos e impulsados por todos: gobiernos, empresas, sociedad civil y ciudadanos de todo el mundo.

En relación con esta campaña, cabe destacar que Unicaja Banco ha participado recientemente en el programa de formación Climate Ambition Accelerator, una iniciativa del Pacto Mundial de la ONU con el objetivo de que las empresas puedan ampliar los conocimientos y las habilidades que necesitan para contribuir a reducir a la mitad las emisiones globales de gases contaminantes para 2030 y alcanzar el cero neto para 2050.

Unicaja Banco se adhirió como firmante del Pacto Mundial de las Naciones Unidas en 2013, y se convirtió en socio de la Red Española del Pacto Mundial en 2017. Desde esta última fecha, además de impulsar los Diez Principios del Pacto Mundial, trabaja para implementar la Agenda 2030 y, por tanto, alinear su gestión corporativa con los ODS, encontrar nuevas oportunidades de negocio, mejorar la relación con sus grupos de interés y promover la innovación.

La importancia de la sostenibilidad y la RSC para Unicaja Banco

Unicaja Banco integra los criterios ambientales, sociales y de gobernanza (ASG) en el núcleo de su estrategia empresarial, en sus instrumentos de gestión, en la comercialización de productos y servicios financieros y en el desarrollo de sus planes de actuación.

En este sentido, la entidad ha establecido una serie de compromisos por medio de un ‘Plan de Acción sobre Finanzas Sostenibles’, aprobado a mediados de 2020 y revisado en abril de 2021, con el fin de incorporar al mismo medidas específicas para adecuar la actuación de la entidad en materia de gestión de riesgos climáticos y ambientales a las expectativas del Banco Central Europeo (BCE).

Igualmente, cabe destacar que de forma reciente el Instituto de las Naciones Unidas para la Formación Profesional e Investigaciones (Unitar) ha reconocido el compromiso de Unicaja Banco con las finanzas sostenibles y su apoyo a la divulgación de los ODS y de la Agenda 2030. Como muestra de este reconocimiento, hizo entrega de una placa conmemorativa.

Asimismo, desde la puesta en marcha en Málaga por parte de Unitar del Centro Internacional de Formación de Autoridades y Líderes (Cifal) en 2018, Unicaja Banco ha mostrado su apoyo y colaboración con el trabajo que esta entidad desarrolla para fomentar la inclusión financiera y el desarrollo sostenible.

Sorpresas, tecnología e incertidumbre por la nueva variante

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Después del parón en actividad causado por la variante Delta, vuelven a acumularse indicios de una reactivación del crecimiento, sobre todo en EE.UU. Repuntes en el Empire de Nueva York, el Philly Fed o el ISM servicios, así como en gasto personal ajustado a inflación, que en el tercer trimestre se vio incrementado en un 7,9%, justifican el rebote en PIB al que señala el GDPNow de la Fed de Atlanta para el cuarto trimestre, que anticipa el indicador de alta frecuencia confeccionado por Goldman Sachs.

En Japón y en Europa los índices de gerentes de compra (PMI) también fueron constructivos, aunque en el caso del Viejo Continente el resultado de los sondeos volverá a caer en diciembre. Los contagios en Francia y Alemania se han disparado y las nuevas restricciones adoptadas por estos últimos entraron en vigor el día de corte para el cálculo del PMI (19 noviembre). Frente al previsible impacto de las limitaciones a la movilidad, que afectarán al tráfico de viajeros en Europa durante las vacaciones, en EE.UU. la TSA (Administración para la Seguridad en el Transporte) anticipa que durante el fin de semana de Acción de Gracias se recuperará por fin la intensidad de tránsito (2 millones de personas al día) previo a la pandemia.

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Esta mejoría al otro lado del Atlántico está obligando a los economistas a revisar al alza estimaciones que resultaban demasiado conservadoras: la serie de sorpresas económicas de Citi para EE.UU. (así como a nivel global) ha repuntado, arrastrando la rentabilidad del bono tesoro.

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La recuperación en la rentabilidad del TBond, que acerca al instrumento a niveles más acordes con las tendencias de crecimiento e inflación, parece haber metido el miedo en el cuerpo a los inversores en renta variable y, en particular, en hedge funds, que estaban doblando su apuesta por acciones de alto crecimiento en los sectores de tecnología y servicios de comunicación. De acuerdo a los datos de Bloomberg, extraídos de los últimos registros 13F correspondientes al tercer trimestre, los hedge funds han sido especialmente agresivos, añadiendo posiciones en sectores como software, SaaS, PaaS, cloud o redes sociales. De los cinco valores donde se aprecia un mayor incremento en las carteras de estos fondos (Evercommerce Inc., Alight Inc., Enovix Corp., Cloudera y Stoneco LTD), sólo uno genera flujos de caja positivos, otros dos están en pérdidas y los tres restantes muestran números negros que cotizan a un múltiplo medio de 120,93 veces beneficios.

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Como vemos en la gráfica de abajo, estos títulos -al menos, los que generan flujo de caja libre positivo- muestran valoraciones ajustadas a inflación en línea con las que observábamos en marzo del 2000. Si normalizamos la tasa del IPC la foto mejora, aunque no demasiado, ofreciendo una inversión cuya rentabilidad por flujo de caja libre (FCF) se aproxima a cero.

Aunque muchas de estas empresas ofrecen la oportunidad de invertir en modelos de negocio innovadores y podrían llegar a ser líderes en las industrias donde operan –si no son comprados antes por un pez gordo– sus elevadísimas valoraciones son extremadamente sensibles a pequeños movimientos en la tasa de descuento o a ligeros ajustes en el CAGR de sus ventas.

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Si equiponderamos las acciones donde los hedge funds estadounidenses tienen sus posiciones más importantes (como porcentaje del volumen manejado), la concentración en sectores de alto crecimiento es evidente. Tecnología y servicios de comunicación representarían un 62%, frente al 39,27% que pesan en el S&P 500. Este es un fenómeno que también afecta a las carteras de los gestores tradicionales de renta variable. Aplicando el modelo de crowding o atestamiento/concentración de apuestas que confecciona Bernstein Research, observamos cómo de los cinco subsectores más atestados, cuatro se engloban dentro de la industria tecnológica.

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La volatilidad en el mercado de tesoros y el repunte en la rentabilidad del bono de referencia están redundando en una reducción de posiciones en acciones con valoraciones elevadas, que están fuertemente representadas en las carteras de los grandes inversores institucionales. Como observamos en la gráfica de abajo, la cartera agregada de los principales hedge funds en EE.UU. registra un déficit de rentabilidad del 11,6% respecto al cosechado por el S&P 500 en el último mes. Llama la atención la diferencia en rentabilidad por flujo de caja libre que presenta esta cartera equiponderada (1,4%) respecto al índice de referencia estadounidense (3,4% ponderado por capitalización bursátil, 3,9% equiponderado).

La nominación de Powell para continuar como presidente de la Fed ha vuelto a poner el foco en la reciente retórica hawkish que vienen desplegando varios miembros del banco central, entre ellos Bostic, que declaró el martes pasado que el drenaje en la dotación del programa de compras podía acelerarse a 20.000 millones de dólares al mes en diciembre, o Christopher Waller, que no espera que los tres millones de prejubilados desde el estallido de la crisis sanitaria regresen al mercado laboral y, por lo tanto, el «máximo empleo» al que condiciona la Fed el inicio de subidas de tipos, estaría más próximo de lo que parece. En este sentido, fechas importantes a apuntar en el calendario -por las implicaciones que el dato publicado pueda tener sobre los planes de la Fed- son el 3 de diciembre (empleo de noviembre), el 10 de diciembre (IPC de noviembre) y el 15 de diciembre (reunión del FOMC).

No es probable que la Fed comunique oficialmente una aceleración del tapering hasta la primera junta de 2022 (el 26 de enero). No obstante, si las cifras que señalamos arriba resultasen más sólidas que las descontadas por los economistas, Powell podría recortar otros 5.000 dólares al mes de su programa de compras.

El mercado anticipa 525.000 nuevos empleos privados en noviembre y una tasa de paro del 4,5% con un incremento de salarios del 5% de la tasa interanual. Aunque la magnitud más relevante de la publicación será la tasa de participación, que debería subir rápido para no dar al traste con el mensaje de «transitoriedad». Se espera un 61,7% frente al 61,6% respecto a octubre, y tendría que sorprender más para atemperar los riesgos de mayor presión salarial, mayor inflación y tipos al alza, que impulsarían el rebalanceo de carteras entre los gestores de hedge funds.

La incertidumbre asociada la nueva variante del coronavirus B1.1.529 (bautizada con el nombre de Ómicron), que parece tener su origen en Sudáfrica y cuyas mutaciones pueden haber surgido de un huésped contagiado y no tratado de sida, puede pesar los próximos días sobre el mercado, aplanando de nuevo la curva, y dándole un respiro a la cotización de acciones tecnológicas caras y con fundamentales discutibles.

Aún se desconoce si es o no más transmisible y/o letal que cepas anteriores de COVID-19; tampoco se cuenta con datos que permitan establecer la efectividad de las vacunas existentes, pero sí parece estar extendiéndose con rapidez y ya se ha convertido en variante dominante en ese país. Con lo que sí contamos es con la experiencia reciente del susto inicial que supuso la aparición de la Delta y con la tranquilidad de lo que sucedió después.

Muchos de los casos identificados en Sudáfrica están fechados antes del verano. Adicionalmente, los gobiernos están hoy más equipados -desde el punto de vista sanitario y de conocimiento- para actuar con diligencia. La UE y el Reino Unido ya han anunciado propuestas para restringir el tráfico aéreo con la región. A corto plazo las temáticas de reapertura también serán objetivo del nerviosismo de los inversores. 

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Finaccess Value gestionará dos nuevos fondos de inversión lanzados por Renta 4 Gestora

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Foto cedidaDe izquierda a derecha, Alfonso de Gregorio, Lola Jaquotot y David Ardura.. Finaccess Value gestionará dos nuevos fondos de inversión lanzados por Renta 4 Gestora

Finaccess Value tiene delegada la gestión de dos nuevos fondos de inversión que acaba de lanzar Renta 4 Gestora (Finaccess Renta Fija Corto Plazo y Finaccess Estrategia Dividendo Mixto). Los dos fondos estarán gestionados por el equipo de inversiones formado por Alfonso de Gregorio, Lola Jaquotot y David Ardura.

Finaccess Value cuenta con el apoyo de Renta 4 Gestora, que goza de una fuerte y demostrada experiencia en la gestión de activos y aporta un gran conocimiento del mercado español.

Finaccess Renta Fija Corto Plazo es un fondo de renta fija corto plazo, pública o privada, de emisores principalmente europeos, con un sesgo muy conservador. El objetivo del fondo es ofrecer una rentabilidad positiva en un entorno de tipos de interés negativos o cero. El fondo tendrá a su disposición instrumentos de mercado monetario, bonos y pagarés de emisores privados. La combinación de éstos dentro de la cartera se realizará siempre teniendo en cuenta la idea de maximizar la relación riesgo/rentabilidad. El fondo está dirigido tanto a inversores con alta liquidez en cuenta corriente como aquellos que quieren consolidar sus recursos en momentos de volatilidad de mercado. El objetivo es obtener una rentabilidad positiva sin sacrificar la rentabilidad del capital invertido, con liquidez diaria, sin riesgo divisa. No tiene mínimos de inversión.

Finaccess Value también gestionará el nuevo fondo Finaccess Estrategia Dividendo Mixto. Se trata de un fondo que invierte en renta variable global y en renta fija con flexibilidad para adaptarse a las circunstancias del entorno de mercado. El fondo aplicará una estrategia de invertir principalmente en empresas de calidad (a través de acciones de alto dividendo y/o bonos con rentabilidades elevadas) que permitan al fondo repartir una renta periódica (semestral) a través de un dividendo. El fondo promueve características medioambientales, sociales o de gobernanza (Art. 8 Reglamento UE 2019/2088). Además de criterios financieros, se aplicarán criterios de inversión socialmente responsable, excluyentes y valorativos. El fondo está dirigido a aquellos inversores que quieran obtener una renta periódica (fundaciones, family offices, inversores particulares que busquen un ingreso recurrente, etc) con un enfoque patrimonialista de preservación de capital.

Javier López Casado, presidente de Finaccess Value AV, explica que “el actual entorno de tipos de interés está marcado por la política de los bancos centrales que ha llevado los tipos de interés a corto plazo a niveles negativos. El ahorrador no encuentra alternativas rentables a su dinero. Pensamos que Finaccess Renta Fija Corto Plazo es una solución pues busca ofrecer una rentabilidad positiva con un enfoque de inversión muy conservador, orientado a la preservación de capital».

David Ardura, codirector de inversiones de Finaccess Value AV, señala que “el fondo Finaccess Estrategia Dividendo Mixto identifica compañías de calidad con modelos económicos que consideramos sostenibles y que generan valor añadido para los inversores a largo plazo. El fondo está dirigido principalmente a inversores que quieran una renta periódica a través del pago de un dividendo y con un horizonte temporal de inversión de medio/largo plazo».

«Si se considera el gasto en recuperación verde como porcentaje del PIB, España es uno de los países que más gasta»

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Pixabay CC0 Public Domain. verde

El mundo está en medio de una nueva revolución industrial y las industrias, los inversores y los gobiernos que invierten activamente en industrias de alto crecimiento compatibles con el clima y las fomentan, tienen mucho que ganar. Lombard Odier, junto con la Smith School, han publicado un informe que ofrece una perspectiva global de 25 años sobre la posición de los países en el comercio mundial de las industrias verdes de alto crecimiento, y la medida en que los países han dirigido adecuadamente su gasto de recuperación de COVID-19 para «volver a ser más verdes».

Según las conclusiones, algunos países están muy por delante de otros en cuanto a dotaciones y capacidades ecológicas: Alemania, EE. UU. y China se beneficiarán de la transición ecológica, gracias a sus fuertes capacidades tecnológicas y de fabricación ecológica. Brasil cuenta con importantes dotaciones de energías renovables (por ejemplo, hidroeléctricas) y con ventajas competitivas en turbinas hidráulicas.

Australia cuenta con inmensas dotaciones de energías renovables y minerales críticos, pero va a la cola en productos verdes complejos. Suiza tiene puntos fuertes en algunos productos ecológicos complejos, como piezas de ferrocarril y equipos de biogás. Singapur también tiene puntos fuertes competitivos en algunos productos verdes, como los cromatógrafos y los microtomos (utilizados para controlar la contaminación atmosférica).

¿Pero cómo se sitúa España? “España forma parte de un selecto grupo de países que actualmente ocupan un lugar destacado según el Índice de Complejidad Verde (ICV) y que también destinan una parte importante de su gasto en recuperación a iniciativas ecológicas (otros países son China, Alemania, Dinamarca, Francia, Corea y el Reino Unido)”, explica Michael Urban, Senior Sustainability Analyst de Lombard Odier Asset Management.

Si se considera el gasto en recuperación verde como porcentaje del PIB, España es uno de los países que más gasta. Investigaciones anteriores sugieren que el desarrollo industrial suele depender de la trayectoria: los países y las regiones tienen muchas más probabilidades de desarrollar competitividad en productos y servicios que requieren capacidades similares a las que ya producen. Por lo tanto, identificar los productos que están estrechamente relacionados con las capacidades existentes de un país nos permite vislumbrar cómo podrían ser esas trayectorias futuras. El Potencial de Complejidad Verde (PCV) mide la relación media de cada país con los productos verdes que aún no exporta de forma competitiva y es un fuerte predictor de la futura ICV. España ocupa el tercer lugar del mundo en PCV (después de China e Italia)”.

El estudio utiliza un Índice de Complejidad Verde (ICV) para medir el número y la complejidad de los productos verdes que un país ha exportado de forma competitiva, desarrollando así una medida compuesta de competitividad verde a lo largo del tiempo. «Para definir un universo de productos “verdes” comercializados a nivel mundial, utilizamos una lista de 295 productos, basada en las listas de bienes medioambientales recopiladas por la OMC, la OCDE y la APEC», explica Urban.

Las subcategorías más significativas son la energía renovable, el consumo eficiente de tecnologías energéticas, la captura y el almacenamiento de carbono, y la gestión de aguas residuales y el tratamiento del agua potable. Los países con más probabilidades de beneficiarse de la transición a las energías renovables son los que fabrican y exportan equipos para la generación e integración de energías renovables, principalmente paneles solares, turbinas eólicas, electrolizadores y baterías, añade.

El Parlamento europeo amplía la prórroga para implantar el documento de datos fundamentales para el inversor

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Pixabay CC0 Public Domain. El Parlamento europeo amplía la prórroga para implantar el documento de datos fundamentales para el inversor

El Parlamento europeo ha enmendado las propuestas de reglamento y directiva que modifican el documento de datos fundamentales para el inversor. De esta forma, se vuelve a ampliar la prórroga para su uso y se extiende hasta el 31 de diciembre de 2022. 

Según explican los expertos de finReg360, la institución europea acaba de publicar dos informes sobre las propuesta de modificación, por un lado, del reglamento sobre los productos de inversión minorista empaquetados y basados en seguros (PRIIP, en siglas inglesas); y por otro, la directiva que regula los organismos de inversión colectiva en valores mobiliarios (UCITS, en siglas inglesas). 

“En concreto, los informes se refieren al borrador de reglamento delegado que modifica el Reglamento Delegado (UE) 2017/6534 (conocido como “quick fix” de PRIIP), en cuanto a la prórroga de la exención temporal para las instituciones de inversión colectiva de elaborar un documento de datos fundamentales para el inversor (DFI o KID por sus siglas inglesas), de conformidad con el reglamento sobre los PRIIP. Y, en segundo lugar, al borrador de la propuesta de directiva que modifica la directiva sobre los UCITS en lo que respecta al DFI (conocida como “quick fix” de UCITS). Próximamente deberán publicarse los textos definitivos, incluyendo estas enmiendas, en el Diario Oficial de la Unión Europea”, apuntan. 

Buceando en estos dos informes, los expertos de finReg360 destacan varias cuestiones relevantes en las enmiendas al “quick fix”  tanto del PRIIP como el que afecta a los UCITS. Sobre el primero de ellos explica: “El informe amplía hasta el 31-12-2022 la exención temporal para las instituciones de inversión colectiva de elaborar el DFI de conformidad con el reglamento sobre los PRIIP, a fin de garantizar que se atienda esta necesidad de dar tiempo suficiente (a las entidades) para prepararse. Por tanto, las entidades tendrán que proporcionar a los clientes el DFI conforme al reglamento sobre PRIIP para las instituciones de inversión colectiva a partir del 1 de enero de 2023. Esta ampliación supone una prórroga adicional de 12 meses a la actual, que finaliza el 31 de diciembre de 2021”.

Con respecto a las enmiendas a la “quick fix” de UCITS el informe confirma que ya no será necesario elaborar un DFI de conformidad con la directiva UCITS cuando se elabore de conformidad con el reglamento PRIIP, pues ambos cumplen con los mismos requisitos de información.

“En este sentido, incluye una distinción según la categoría de cliente al que se dirige el producto. En el caso de productos para minoristas, se les entregará el DFI conforme al reglamento de los PRIIP. Busca evitar que reciban ambos documentos para el mismo producto, a partir de enero de 2023. Para los productos no minoristas, a los que no se les aplica el reglamento de los PRIIP, se les entregará un DFI según la directiva de los UCITS, a menos que las gestoras decidan elaborar un DFI conforme al reglamento PRIIP -porque así lo elijan o porque dispongan de este producto también para inversores minoristas-”, concluyen desde finReg360.