La administradora de Principal en Chile refuerza su plataforma internacional

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A medida que los inversionistas chilenos se han ido alejando del marcado sesgo local que dictaba el ritmo de sus carteras hasta octubre de 2019, el acceso a productos internacionales se ha convertido en una variable clave en la industria nacional. Este es el contexto en que Principal ha ido reforzando su plataforma internacional, ampliando la disponibilidad de fondos extranjeros.

La gestora local del grupo financiero internacional, Principal AGF, notando la marcada preferencia por activos locales, y buscando apalancar su expertise en inversiones internacionales, lanzó hace tres años una plataforma con series de fondos de Principal Global Investors. Desde entonces, reporta su gerente general, Mariano Ugarte, ha crecido significativamente.

Estamos fortaleciendo esa plataforma para transformarla en una plataforma multi-manager, pero siempre con la vista de complementar los portafolios de los clientes con activos internacionales”, describe el gerente general de la gestora chilena, Mariano Ugarte.

Después de incorporar la plataforma de Allfunds en noviembre del año pasado, julio de 2022 trajo novedades. En ese mes, la administradora empezó a operar con el banco custodio Pershing e incorporó nuevos fondos de Allfunds.

Específicamente, el ejecutivo describe que, en la evaluación del proceso de funds selection que realizan periódicamente, encontraron una brecha en productos de renta fija de bajo riesgo. Ese tipo de fondos fueron los que se incorporaron en la reciente ampliación de la plataforma.

En ese sentido, Ugarte señala que podría haber otras ampliaciones a futuro, y que están sondeando la manera de complementar los portafolios de sus clientes con activos alternativos. “Todavía no hemos definido bien la forma de hacerlo, pero esa es una de las cosas que me gustaría explorar, cómo agregar esa plataforma, o cómo combinar dos plataformas, para tener un portafolio global de cara al cliente”, explica.

Ejes estratégicos

Este fortalecimiento de la oferta internacional para clientes en Chile es uno de los pilares estratégicos de la administradora de fondos en el país andino. “Tenemos una fortaleza muy grande en el área internacional, porque somos una compañía global”, resalta Ugarte.

Y los resultados dan cuenta de un alto interés por parte de los inversionistas. Después de tres años de impulso, actualmente tienen alrededor del 20% de la cartera ubicado en la plataforma internacional. “Ha sido un cambio significativo”, describe.

El otro pilar de la estrategia de Principal AGF está en Chile, donde se están enfocando en desarrollar fondos alternativos, especialmente de activos inmobiliarios. “Hay ciertos activos, como la renta residencial, que tienen un atractivo enorme”, señala el ejecutivo.

Si bien las necesidades de liquidez frenaron parte de la demanda de fondos alternativos en el mercado chileno en los últimos años, Ugarte comenta que la demanda sigue existiendo, por el retorno apropiado.

En un contexto en que la renta fija y la renta variable se han visto fuertemente golpeadas, agrega, se ha observado un mayor movimiento hacia los activos alternativos.

Incertidumbre chilena

El hecho de que Principal AGF trabaje con Allfunds y con Pershing ofrece dos opciones para los clientes: que la gestora en Chile custodie sus inversiones –dado que la alianza con Allfunds implica una administración de cartera– o que estén custodiadas directamente a nombre de los clientes en EE.UU., en Pershing.

Considerando la persistente incertidumbre política en el país andino, que se ha mantenido relativamente alta desde que estallaron las protestas sociales en octubre de 2019, Ugarte señala que muchos “le tienen miedo a cualquier exposición a Chile” y prefieren que su capital esté en EE.UU.

“Personalmente, creo que el riesgo país no necesariamente justifica ese nivel de preocupación”, señala el máximo ejecutivo de Principal AGF, pero recalca que las soluciones de inversión internacional dependen del nivel de comodidad de los clientes.

¿Y qué viene por delante? “Tendemos a ser más negativos respecto a la situación política y económica que tiene el país de lo que la gente afuera ve”, comenta, lo que ha provocado una fuga de capitales desde Chile.

Sin embargo, Ugarte sospecha que “en algún momento, hay capitales que van a volver”. Si bien las cosas no volverían a ser como antes, considerando que el fuerte sesgo local del inversionista chileno era una anomalía, “Chile va a seguir teniendo muy buenas oportunidades de inversión”.

Aumentaron los activos bajo administración en los fondos de deuda en México durante el mes de junio

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Los 110 fondos calificados por Fitch Ratings en México administraban activos por 860.730 millones de pesos mexicanos (alrededor de 42.400 millones de dólares) al cierre de junio de 2022, lo que corresponde a un aumento de 9,04% durante la primera mitad de 2022.

En el mismo período, la inversión de los fondos en instrumentos con la máxima calificación crediticia aumentó 1,54% en promedio, reduciendo la exposición al riesgo de crédito ligeramente, lo que se refleja en la baja de 1,97% en la utilización del factor promedio de calidad crediticia (WARF; weighted average rating factor), el cual fue de 33,4% en promedio al cierre de junio de 2022.

La sensibilidad al riesgo de mercado de los fondos también ha disminuido durante la primera mitad de 2022; esto se observa en el factor de riesgo de mercado (MRF; market risk factor), cuyo contribuidor principal es la duración, la cual tuvo un nivel promedio de 1,74, con una disminución de 2,31% en ese período.

Fitch considera que los ajustes realizados por los administradores de los fondos se alinean con el ciclo alcista de tasas por parte del Banco de México, el cual se espera continúe durante la segunda mitad de 2022.

Todos estos datos aparecen en el reporte Comparativo de Fondos de Deuda en México: Junio 2022”. Esta herramienta es un tablero interactivo que presenta de manera gráfica y centralizada parámetros clave para la medición y análisis de los riesgos de crédito, mercado y liquidez de los fondos de deuda calificados de forma pública por Fitch en México.

Asimismo, permite comparar dichos factores frente a los de otros fondos o grupos de fondos y observar el comportamiento histórico de los últimos 12 meses. Además, incluye la calificación de calidad de administración de inversiones (IMQR; Investment Management Quality Rating) de las operadoras de los fondos

Las métricas mostradas derivan del proceso de seguimiento a la calificación de los fondos que la clasificadora de riesgo realiza mensualmente con información provista por las operadoras que los administran. Fitch revisa, ajusta y estandariza los datos de acuerdo a su Metodología de Calificación de Fondos de Deuda.
 

 

Cereales y fertilizantes: la reactivación parcial del comercio en Rusia y Ucrania tendrá consecuencias para Latinoamérica

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Con la llegada de las calendas de agosto zarpaba el buque Razoni desde Odesa (Ucrania) con destino al puerto de Trípoli en Líbano, cargado con 26.000 toneladas de maíz. La singladura comercial del buque da comienzo a la reactivación parcial del comercio de grano por parte de Ucrania, en concreto, se espera que 16 navíos lleven a cabo actividades similares en las próximas semanas. El acuerdo también recoge el comercio de fertilizantes por parte de Rusia, país que suministra este insumo fundamental para la agricultura a países latinoamericanos  como Uruguay o Brasil.

El desbloqueo y la crisis alimentaria

Según el portal ucraniano Ukriform, el ministro de Infraestructura de Ucrania, Alexander Kubrakov, aseveró que «El desbloqueo de puertos proporcionará al menos $1.000 millones de dólares en ingresos de divisas a la economía (ucraniana) y una oportunidad para que el sector agrícola planifique para el próximo año», además, el ministro señalaba que «Hoy, Ucrania, junto con sus socios, da otro paso para prevenir el hambre en el mundo». Además, Ucrania pretende dar salida a los 20 millones de toneladas de cereales que debido a la guerra quedaron atrapadas en sus puertos.

Pese al alivio que supone este nuevo acontecimiento, muchos expertos creen que la crisis alimentaria es ya irreversible, en cierta forma, por el aumento de personas en estado de desnutrición que ha tenido lugar en 2022 debido a la inflación y la guerra, entre otros factores.

Según estimó recientemente la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, el año pasado unos 828 millones de personas (una décima parte de la población mundial) se encontraban en un estado de desnutrición, detrás de estas cifras se encuentran gran cantidad de personas latinoamericanas, en concreto el 11,7% de venezolanos, uno de cada cinco bolivianos, 16,% de nicaragüenses y 15,8% de guatemaltecos engrosan estas cifras del hambre.

El acuerdo: una victoria diplomática

Hace unas semanas, Rusia y Ucrania acordaron desbloquear la exportación algunos productos como cereales o fertilizantes mediante acuerdos separados. La ceremonia que posibilitó este entendimiento tuvo lugar en Estambul y contó con el presidente turco Erdogan como anfitrió. Así, Turquía supervisará las exportaciones ucranianas vía Mar Negro además de dirigir el centro de control establecido para velar por las operaciones.

Es necesario mencionar el temor de los turcos a las consecuencias de la crisis alimentaria que se está viviendo en regiones de Oriente medio, en concreto, el ministro turco de Defensa, Hulusi Akar advirtió que dicha crisis amenazaba con desencadenar «una seria ola de migración de África a Europa y a Turquía». También en algunos países latinoamericanos en los que la situación es crítica como Haití, Guatemala o Belice.

Los fertilizantes rusos: una pieza clave

Las diversas sanciones que occidente ha impuesto a Rusia no han supuesto una variación esencial en las redes comerciales que países como Uruguay o Brasil mantienen con el gigante euroasiático, es más, en algunos casos estas relaciones se han estrechado.

En concreto, el flujo comercial de fertilizantes rusos a Montevideo se ha visto incrementado en lo que va de año, llegando a representar 29 millones de dólares, según declaraciones del embajador ruso en Montevideo, Andréi Budáev para la agencia rusa Sputnik, un flujo que también incluye 15 millones de petróleo y derivados con destino al país charrúa. En definitiva, el monto comercial total exportado desde Moscú se sitúa entre los 60 y 80 millones de dólares. Es previsible que dicho monto no haga sino crecer con la remisión parcial de las prohibiciones comerciales al primer país que hemos visto recientemente.

Un país que se encuentra en una situación muy similar es Brasil, para el que los fertilizantes rusos, principalmente en forma de cloruro de potasio, son una parte esencial de su sector primario. De hecho, Brasil compró a Moscú más de 700.000 toneladas de fertilizantes, según Agrinvest Commodities, durante los primeros meses de guerra, cuando el riesgo de paralización comercial seguía siendo un miedo patente en la economía brasileña. De hecho, el país lusófono sabe que cualquier retraso o falta de fertilizantes pondría en peligro la temporada de cereales de verano, que comenzará en el último trimestre de 2022, por eso ha seguido comprando aún cuando el precio se disparaba a causa de las sanciones.

Desde un plano más general, la economía brasileña ha disparado sus importaciones desde Rusia, reflejando una suma total por valor 3.237 millones de dólares entre marzo y junio, más del doble del valor registrado en los mismos meses del año pasado. Dicho monto total de importación comprende productos muy parecidos a los importados por su vecino Uruguay. Por otra parte, las exportaciones brasileñas al gigante euroasiático, con un valor de 520 millones de dólares, sólo han menguado un 10% pese a las sanciones. Se espera que a raíz del último acuerdo para aliviar el cerco comercial ucraniano-ruso, el acercamiento entre estos dos países continúe la tendencia ya vista en los últimos meses.

 

Redactado por Carlos Burgos Retamal.

“Shrinkflation”

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Se atribuye a la economista Pippa Malmgren el término “shrinkflation”, que se refiere, en pocas palabras, a la situación que se da cuando una empresa reduce el tamaño de un producto, pero manteniendo su precio. El término también se puede referir, si bien esta acepción es menos común, a la situación macroeconómica que se da cuando la economía se contrae y al mismo tiempo asiste a una subida de los precios, lo que se denomina, quizá de un modo más acertado, estanflación.

En un entorno caracterizado por el aumento de los tipos y la inflación, los mercados también se están contrayendo, en claro contraste con el coste de vida. Los datos del índice de precios al consumo de Estados Unidos correspondientes a marzo impulsaron la tasa anual de inflación al 8,5%, su nivel más alto desde diciembre de 1981.La “shrinkflation” es una respuesta a la inflación cada vez más habitual de las compañías: menos hojas por rollo, menos comprimidos por bote, menos lavados por caja. 

La inflación hasta ahora se había visto impulsada por las «cosas» dado que había escasez de bienes y materias primas al rebotar las economías rápidamente de la crisis del COVID-19 gracias a la combinación de un respaldo público y el milagro que trajeron consigo las vacunas, al menos, en los mercados desarrollados. Esta evolución se vio posteriormente agravada por nuevos problemas de suministro de alimentos y energía por la invasión rusa de Ucrania; la situación podría empeorar incluso más si los confinamientos decretados con motivo de la COVID-19 afectan a la producción en China.

La pregunta a partir de ahora es si la inflación puede traspasarse desde las «cosas» hasta el «personal», con unos salarios cada vez mayores en un mercado de trabajo restringido, con trabajos fáciles de encontrar y vacantes difíciles de cubrir. El crecimiento de los salarios en Estados Unidos se ha acelerado hasta el 5%1, su nivel más alto jamás registrado en ese país, aunque todavía se encuentra por debajo de la tasa de inflación de los precios al consumo, lo cual implica una caída real de los salarios. En última instancia, las compañías se enfrentan a cierta paradoja: o bien suben los salarios, lo cual podría llegar a reducir los márgenes de las empresas, o no lo hacen, con la consiguiente amenaza de que desciendan los salarios reales, lo cual podría lastrar el consumo y, por tanto, los ingresos de las compañías.

La “shrinkflation” es una respuesta a la inflación cada vez más habitual de las compañías: menos hojas por rollo, menos comprimidos por bote, menos lavados por caja. Las marcas están reduciendo el tamaño de sus productos sin reducir los precios, con el fin de mantener o potenciar los beneficios en su intento de luchar contra los aumentos de los costes de los materiales, la mano de obra, la energía, los envoltorios y el transporte, o para mantener sus cuotas de mercado dada una competencia cada vez más feroz.

El sector servicios no es inmune: las cadenas hoteleras hacen que sus huéspedes tengan que solicitar la limpieza diaria de sus habitaciones y no tienen ninguna prisa por restablecer el servicio de desayuno tras la pandemia. Los clientes suelen ser más sensibles al precio que al contenido y las «mejoras» de las reformulaciones en un envase reconvertido o rediseñado (en letra más pequeña) no se perciben tan negativamente o apenas se reconocen. Sin embargo, las compañías deben prestar atención a la reacción de los consumidores y no se pueden permitir reducir sus productos reiteradamente o se arriesgarán a perder su confianza. De hecho, en un mundo de redes sociales donde se realiza especial hincapié en la integridad, es más probable que las compañías que practican la “shrinkflation” en 2022 deban dar explicaciones al respecto.

Hasta ahora, las previsiones de beneficios de las compañías están resultando ser en gran medida inmunes a estas preocupaciones. Las estimaciones de beneficios a 12 meses de las compañías del índice MSCI World han subido un 6%2 en lo que va de año dado que las compañías disfrutan el impacto inflacionario sobre los ingresos sin que sus márgenes se vean afectados… todavía.

Efectivamente, los márgenes de EBIT3 permanecen en niveles extremadamente elevados y se acercan al 17% en el caso del índice MSCI World, cuando el máximo previo a la pandemia fue del 15% y situándose el promedio de 20 años en el 13,4%2. Es evidente que estos mayores márgenes han de verse amenazados, por la propia inflación o por cualquier ralentización que provoquen los intentos para atajarla. Una de las claves para luchar en este entorno es que los inversores se centren en compañías con fundamentales sólidos que cuenten con capacidad para fijar los precios —para repercutir los costes de sus factores de producción— frente a los consumidores.

  • Las compañías de consumo estable que comercializan productos esenciales pueden incluso elevar los precios en este entorno. Por ejemplo, cierta multinacional de higiene al consumo en la que invertimos comunicó que su sólida cartera de marcas ha permitido tomar “medidas de precios responsables”, como por ejemplo, subir los precios un 5% en el primer trimestre en sus diferentes negocios. Una compañía cervecera holandesa logró unos precios de dos dígitos en el primer trimestre al poder repercutir los costes gracias a la reapertura de los bares y los restaurantes en Europa. Esta situación contrasta con la suerte de las compañías minoristas generalistas, en las que no invertimos y que han cometido el error de aumentar sus existencias de equipamientos para el hogar en un momento en que el consumidor, ya después de la pandemia, está virando hacia el ocio y servicios fuera de su casa.
  • Los modelos de software por suscripción críticos también disfrutan de una capacidad de fijación de precios y de unos ingresos sólidos, tal y como demostró una compañía tecnológica de Estados Unidos con su anuncio de subidas de precios para sus productos comerciales con efecto el 1 de marzo de 2022. Habitualmente, tales anuncios se suavizan mediante referencias a mejoras innovadoras, por ejemplo, nuevas herramientas de inteligencia artificial o mejoras de la seguridad incluidas en el precio.
  • Compañías de pagos, que salen beneficiadas en entornos de aumento de la inflación y obtienen mayores ingresos sin tener que subir los precios, a menudo pasan por alto la oportunidad de operar en escenarios de inflación —no importa que hayan podido elevar las comisiones a los puntos de venta—.
  • Las compañías de suministros médicos y científicos gozan de cierta protección dado que los hospitales y los científicos continuarán premiando la fiabilidad y la calidad, lo cual eleva los costes de cambio. Las compañías de suministros médicos y científicos gozan de cierta protección dado que los hospitales y los científicos continuarán premiando la fiabilidad y la calidad, lo cual eleva los costes de cambio. Es lo que sucede, concretamente, en los casos en los que los productos y los servicios prestados suponen una pequeña parte de la base de costes de los clientes.

Comenzamos el año muy preocupados por los beneficios y los múltiplos. Cinco meses de revisiones a la baja han reducido nuestros temores acerca de los múltiplos, si bien no son en ningún caso bajos, pues todavía se encuentran en el extremo superior de su intervalo de 2003 a 2019 —aunque al menos ya no se encuentran un 20% por encima de esa horquilla, lo cual asustaba—.

Por otra parte, nuestras inquietudes acerca de los beneficios han continuado aumentando, junto con los beneficios propiamente dichos, agravadas por los crecientes riesgos que suponen para unos márgenes que se están reduciendo, tanto la inflación como una posible recesión. En vista de los riesgos para los beneficios, podría ser un momento especialmente bueno para poseer compounders, es decir, compañías que pueden ver incrementar sus beneficios de manera sostenida en los diferentes ciclos porque su capacidad para fijar precios y sus ingresos recurrentes brindan resiliencia a sus beneficios en épocas complicadas.

 

Tribuna de Bruno Paulson, portfolio manager del equipo de International Equity de Morgan Stanley Investment Management, y Laura Bottega, Managing Director y especialista de carteras.

 

 

Anotaciones:

1 Fuente: índice de costes laborales de la Oficina de Estadísticas de Empleo de Estados Unidos, marzo de 2022

2 Fuente: FactSet

3 Beneficios antes de intereses e impuestos

 

INFORMACIÓN IMPORTANTE

Los puntos de vista y las opiniones pertenecen al autor en la fecha de publicación, podrán variar en cualquier momento debido a las condiciones del mercado o económicas y podrían no llegar a materializarse. La información que aquí se recoge representa el modo en que el equipo de inversión suele aplicar su proceso inversión en condiciones normales de mercado. Esta comunicación general, que no es imparcial, se facilita únicamente con fines informativos e ilustrativos y no deberá considerarse una recomendación. La información no aborda los objetivos financieros, la situación o las necesidades específicas de ningún inversor en concreto. Las inversiones entrañan riesgos, incluida la posible pérdida del capital principal

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La rentabilidad de los índices se facilita con fines meramente ilustrativos y no pretende describir el rendimiento de una inversión concreta. La rentabilidad pasada no es garantía de resultados futuros. Consulte el apartado Información importante para conocer las definiciones de los índices.

 

Consideraciones sobre riesgos

No existe garantía de que una cartera vaya a alcanzar su objetivo de inversión. Las carteras están sujetas al riesgo de mercado, que es la posibilidad de que bajen los valores de mercado de los títulos que posee la cartera. Los valores de mercado pueden cambiar a diario por acontecimientos económicos y de otro tipo (por ejemplo, catástrofes naturales, crisis sanitarias, atentados terroristas, conflictos y disturbios) que afecten a mercados, países, compañías o gobiernos. Resulta difícil predecir el momento en que se producirán tales acontecimientos, así como su duración y sus posibles efectos adversos (por ejemplo, para la liquidez de las carteras). En consecuencia, su inversión en esta estrategia podrá comportar pérdidas. Tenga en cuenta que esta estrategia puede estar sujeta a determinados riesgos adicionales. Los cambios en la economía mundial, el consumo, la competencia, la evolución demográfica y las preferencias de los consumidores, la regulación pública y las condiciones económicas podrían afectar negativamente a compañías con negocios globales y tener un impacto desfavorable en la estrategia en mayor medida que si los activos de esta estuvieran invertidos en una variedad más amplia de compañías. En general, los valores de los títulos de renta variable también fluctúan en respuesta a actividades propias de una compañía. Las inversiones en mercados extranjeros comportan riesgos específicos como, por ejemplo, de divisa, políticos, económicos y de mercado. Las acciones de compañías de pequeña y mediana capitalización entrañan riesgos específicos, como una limitación de líneas de productos, mercados y recursos financieros y una volatilidad de mercado mayor que los títulos de compañías más grandes y consolidadas. Los riesgos de invertir en países de mercados emergentes son mayores que los riesgos asociados a inversiones en mercados desarrollados extranjeros. Los instrumentos derivados pueden incrementar las pérdidas de forma desproporcionada y tener un impacto significativo en la rentabilidad. También pueden estar sujetos a riesgos de contraparte, liquidez, valoración, correlación y de mercado. Los títulos ilíquidos pueden ser más difíciles de vender y de valorar que los que cotizan en mercados organizados (riesgo de liquidez). Las carteras no diversificadas a menudo invierten en un número más reducido de emisores. En consecuencia, los cambios en la situación financiera o el valor de mercado de un solo emisor pueden causar una mayor volatilidad. Las estrategias ESG que incorporan inversión de impacto y/o factores medioambientales, sociales y de gobierno (ESG) podrían provocar que la rentabilidad relativa de la inversión se desvíe de otras estrategias o índices de referencia generales del mercado, en función de que los sectores o las inversiones de que se trate gocen o no del favor del mercado. Por tanto, no se garantiza que las estrategias ESG vayan a traducirse en rentabilidades de inversión más favorables. 

40% of Advisory Assets Will Transition in 10 Years

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Within the next 10 years, 37% of financial advisors, collectively controlling $10.4 trillion, or 40% of total industry assets, are expected to retire.

Yet, one–in four advisors who are expected to transition their business within the next 10 years are unsure of their succession plan. New research issued by Cerulli and sponsored by Commonwealth Financial Network, a national firm providing financial advisors with holistic, integrated solutions, describes the challenges and opportunities breakaway advisors face as they explore independence, including transitioning their business as they approach retirement. 

The average age of advisors has been increasing over time, making succession planning a necessary consideration for many advisors. “Advisors have a diverse range of objectives that they pursue with their succession plans,” states Michael Rose, Associate Director of Wealth Management at Cerulli Associates.

“Given the amount of assets controlled by this cohort, it is essential that advisors define those objectives and determine the best path to achieve them, far in advance of their transition.”

Advisors’ succession planning options can vary depending upon whether they are employees of a captive broker/dealer (B/D) or independently affiliated. Independently affiliated advisors often have a wider range of succession options, including the ability to build larger, long-lived multi-partner organizations that provide a path to equity ownership over time to facilitate internal successions, in addition to external sales.

In evaluating potential successors, advisors place the most importance on personality of the acquiring advisor (88%), likelihood to put the client’s interests first (85%), and the regulatory/compliance record (85%).

“It is essential that there is a strong alignment of core values, service delivery, and investment philosophy between firms,” states Rose. Style differences with the seller (52%), client transitions from the seller to the buyer (48%), and overall time commitment to finalize a deal (48%) are the top challenges for advisors acquiring a practice, according to practice management professionals.

Practices considering internal succession should pursue transparency while embracing the concept of shared equity ownership as part of their culture.

“Communication with the next generation of advisors is essential to retention. It is important to recognize that talented advisors will only wait so long for ownership opportunities to come to fruition,” Rose comments.

For independent firms considering the sale of equity to the next generation advisors on their teams, the research recommends securing sources of financing for them. “The next generation of advisors may not have the resources to pay out of pocket,” adds Rose. According to the research, sources of financing tend to be diverse in nature and can be seller-financed or involve loans from platform partners such as independent broker/dealers (IBDs), custodians, banks, and private equity firms.”

Regardless of whether a business transition is done through sale to a third party or through internal succession, it is highly advisable to have strategic partners that can advise independent firms on the various elements of their succession plan.

“By going independent, advisors take control over how they build their practice, and many have built sizeable firms with significant value,” states Kenton Shirk, VP of practice management at Commonwealth.

“Successful independent firms now often think in terms of the legacy they will leave behind for their clients and community—and they’re adopting business models designed to endure even after they exit the firm. A strategic partner is critical to helping firms navigate options whether they’re thinking ahead about succession or driving growth through acquisitions. A partner firm can also assist with key elements of a transition, including financing, valuation resources, guidance on terms and structure, sourcing prospective candidates, and more.”

The research, Transitioning Your Practice the Way You Want, is part of a 4-part series produced by Cerulli Associates and sponsored by Commonwealth. The series, Taking Control: Exploring Independence, explores independent advisor affiliation, including the experience of moving to an independent channel, client service models, succession planning, and key aspects of managing an independent practice.

Colchester Global Investor firma un acuerdo de patrocinio con la CFA Society Chile

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Colchester Global Investors anunció que se ha convertido en patrocinador oficial de CFA Society Chile. Este acuerdo se suma a otros similares con las CFA Society de Uruguay, Brasil y México.

“El patrocinio con la CFA Society en Chile está alineado con el compromiso de Colchester de ayudar a los inversionistas locales a lograr sus objetivos de inversión mientras comparte su profundo conocimiento sobre la gestión de bonos soberanos y divisas”, dijeron desde la firma especializada en bonos globales.

CFA Society Chile es una organización sin fines de lucro afiliada a CFA Institute que cuenta actualmente con 188 miembros.

«El pronóstico de inflación y la integración de ESG son el núcleo del enfoque de rendimiento real y tipo de cambio real de Colchester. Esperamos compartir su conocimiento e investigación en áreas como modelado de inflación, participación e incorporación de ESG en la gestión de deuda global, análisis de moneda y evaluación de estabilidad financiera con la comunidad de CFA en Chile”, añadieron desde la gestora.

Colchester Global Investors es una empresa de gestión de inversiones de propiedad privada que ofrece servicios de gestión de bonos globales orientados al valor. El presidente y director de información, Ian Sims, fundó el negocio de gestión de activos en 1999. La sede de Colchester se encuentra en Londres y la empresa también tiene oficinas en Nueva York, Dublín, Singapur, Sídney y Dubái.

La gestora tiene bajo administración fondos de aproximadamente 32.000 millones de dólares en todo el espectro de bonos soberano, desde grado de inversión global hasta deuda de mercados emergentes en moneda local y ligada a la inflación. La firma administra activos para instituciones globales, incluidos fondos de pensiones públicos y corporativos, fundaciones, dotaciones, seguros y clientes de riqueza soberana en todo el mundo.

 

Andbank España dona, a través de su fondo SIGMA Global Sustainable Impact (GSI), cerca de 700.000 euros a proyectos de investigación contra el cáncer

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Andbank España, entidad especializada en banca privada, ha donado 683.530 euros a proyectos de investigación contra el cáncer. A través de su fondo SIGMA Global Sustainable Impact (GSI), la entidad continúa apoyando a la Fundación CRIS contra el cáncer, a la Fundación Fero y al Hospital Sant Joan de Déu.

El fondo GSI, que invierte bajo criterios ESG (medioambientales, sociales y de buen gobierno corporativo) y de impacto, cede el 9% de la comisión de gestión y el 100% de la comisión de éxito a proyectos de investigación contra el cáncer. En tres años el fondo ha donado más de 1 millon de euros a proyectos relacionados con la investigación contra esta enfermedad.

La donación recaudada en el tercer año de vida del fondo irá destinada, en esta ocasión, a dar continuidad al proyecto STAB de la Fundación CRIS contra el cáncer en la Unidad de Inmuno-Oncología del Hospital 12 de Octubre, liderado por el Dr. Luis Álvarez-Vallina, al Programa de DIAgnóstico Molecular Avanzado (DIAMAV) en el Vall d’Hebron Instituto de Oncología (VHIO), cuyo responsable es el Dr. Josep Tabernero y a becas FERO para jóvenes investigadores. Asimismo, el fondo ha destinado parte de su recaudación a un proyecto de investigación que estudia la aplicación de Inmunoterapia CART en la Leucemia Linfoblástica Aguda en pacientes oncológicos infantiles. La investigadora principal de este proyecto es la Dra. Susana Rives.

Según Carlos Aso, CEO del Grupo Andbank, “la investigación contra el cáncer es el eje principal de actuación de la estrategia de responsabilidad social corporativa de Andbank y con este fondo conseguimos integrar en nuestro negocio la generación de impacto en la sociedad”.

El Sigma Global Sustainable Impact (GSI) es un fondo multiactivo de renta variable que persigue generar un impacto positivo y directo -a través de sus inversiones- y un impacto social, al destinar parte de la comisión de gestión y la comisión de éxito a financiar proyectos de investigación contra el cáncer.

Cuenta con cerca de 75 millones de patrimonio bajo gestión y su filosofía de gestión le ha permitido obtener la máxima calificación en el Morningstar Sustainability Rating.

La forma de aplicar los criterios ESG en la filosofía del fondo GSI marca la diferencia de su gestión. Por un lado, se centra en la búsqueda de las compañías líderes en su sector en materia de buen gobierno corporativo y de prácticas sostenibles, siguiendo la estrategia Best in class y, por otro, en la “inversión de impacto”, que invierte en compañías que por su actividad generen un impacto medioambiental o social positivo.

Welzia desaconseja tomar decisiones de inversión de forma reactiva en momentos de alta volatilidad

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El primer semestre de 2022 ha finalizado con la inflación más elevada de los últimos 40 años y la confianza de los inversores en el nivel más bajo de las tres últimas décadas. Los mercados han reaccionado a este escenario, cerrando el peor primer semestre desde 1962 para el índice S&P 500, y el peor de la historia para el Nasdaq. También el mercado de bonos, habitual refugio de los inversores ante caídas bursátiles, ha vivido el peor semestre de su historia. Los temores ante una recesión aceleran las caídas en los mercados de renta variable. Sin embargo, desde la gestora Welzia Management recuerdan que realizar operaciones de entradas y salidas en momentos de alta volatilidad como el actual puede tener un importante coste.

“Ante una situación de desaceleración económica como la actual, y la sombra de la recesión planeando sobre los mercados, suele ser frecuente observar flujos de salida, a pesar de que la volatilidad es habitual cuando se invierte en renta variable. Pero los datos demuestran que intentar sincronizarse con el mercado puede incidir negativamente en la rentabilidad de las carteras”, subraya Carlos González Carreira, director general de Welzia Management.

La compañía ha analizado el comportamiento de los mercados bursátiles durante los últimos 100 años, con el objetivo de mirar más allá de la compleja coyuntura actual y reforzar su visión de gestión patrimonial a largo plazo. Del estudio de la rentabilidad del S&P 500 en los últimos 30 años se desprende que, si un inversor hubiera invertido 1.000 dólares en 1992, habría generado una rentabilidad del 1.835%, mientras que si se hubiera perdido solo los 30 mejores días del periodo analizado, la rentabilidad bajaría hasta el 233%.

En su análisis, los expertos de Welzia han observado que, entre 1951 y 2020, cada seis años se han producido caídas superiores al 20%, y tras cada una de estas caídas ha tenido lugar un período de recuperación en el que se han registrado nuevos máximos. Este primer semestre de 2022 el índice S&P 500 acumula una corrección superior al 20%, la mayor caída desde el flash crash de 1962 ante la crisis de los misiles de Cuba. 

“Aunque la rentabilidad pasada no debe tomarse como guía para los resultados futuros, sí indica que normalmente no es una buena idea vender después de haber sufrido una gran caída, y también nos permite observar cuál ha sido la capacidad del gestor del fondo para adaptarse y recuperarse después de haber sufrido esa gran pérdida”, apunta Carlos González Carreira.

En momentos de volatilidad como el actual, la gestora recomienda alejarse del ruido y las emociones para mantenerse fieles a los objetivos a largo plazo y no tomar decisiones de inversión de forma reactiva, contar con una cartera diversificada y confiar la gestión del patrimonio a gestores experimentados.

“Cuando estamos preparados desde el comienzo para los episodios de volatilidad, tenemos más probabilidades de reaccionar racionalmente y seguir centrados en nuestros objetivos a largo plazo”, destaca el director general de Welzia.

La gobernanza y la legislación contribuyen a impulsar los derechos humanos en la toma de decisiones de inversión sostenible

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La propuesta de Directiva de Debida Diligencia (DDCSR) que la UE presentó en marzo de 2022 contribuirá a que los derechos humanos ganen peso en las decisiones de inversión sostenible, como coincidieron los ponentes en el Encuentro ISR ‘Debida Diligencia y Derechos Humanos en las finanzas sostenibles’, organizado por Spainsif, el Foro de Inversión Sostenible y Responsable de España.

Esta propuesta de directiva está impulsada de manera conjunta por el Parlamento, el Consejo y la Comisión Europea y tiene como objetivo principal fomentar la sostenibilidad en las cadenas de suministro de las empresas de cara a 2025 para identificar y prevenir, eliminar o mitigar los impactos adversos de sus actividades sobre Derechos Humanos o el medio ambiente.

Francisco Javier Garayoa, director general de Spainsif, destacó que la directiva propone mejorar las prácticas de gobernanza para que a su vez mejore la gestión de riesgos y mitigación de impactos sobre Derechos Humanos y el medio ambiente, derivados de la cadena de valor en las estrategias empresariales, lo que influirá en las decisiones de inversión con criterios Ambientales, Sociales y de Gobernanza (ASG).

Cuando hablamos de finanzas sostenibles y derechos humanos es fundamental vincular la medición y los indicadores con los riesgos y la rentabilidad, pero también con las oportunidades que se generan desde el punto de vista social y medioambiental”, afirmó Garayoa, haciendo referencia al estudio ‘La gobernanza en las finanzas sostenibles’, elaborado por Spainsif con el apoyo de la Dirección General de Trabajo Autónomo de la Economía Social y de la Responsabilidad Social de las Empresas del Ministerio de Trabajo y Economía Social.

Esta propuesta de Directiva pretende completar la actual Directiva de Divulgación de Información No Financiera (NFRD por sus siglas en inglés) y sus modificaciones propuestas en la Directiva de Información Corporativa de Sostenibilidad  (CSRD), añadiendo obligaciones corporativas para identificar, prevenir y mitigar los daños externos resultantes de impactos adversos sobre Derechos Humanos y el medio ambiente, derivados de las operaciones de las empresas, sus filiales y en la cadena de valor.

ASG e impacto empresarial

Sofía Condés, Senior Investor Outreach Manager en FAIRR, analizó en una ponencia especializada la importancia de los Derechos Humanos en la cadena de valor de la industria agroalimentaria. Desde 2016, esta red de inversores sin ánimo de lucro que promueve la Fundación Jeremy Coller, busca trasladar investigación, herramientas y mejores prácticas colaborativas para ayudar a los inversores a integrar los riesgos Ambientales, Sociales y de Gobernanza (ASG) en su toma de decisiones de inversión en este sector. Condés presentó al sector agroalimentario como uno de los más expuestos a violaciones de los derechos humanos y al trabajo forzado para el cual, a raíz de la pandemia, se lanzó un ‘engagement’ colaborativo para abordar los riesgos laborales en la industria cárnica en el que participaron siete de las compañías más significativas del sector que emplean a un millón de trabajadores.

Pablo Esteban, profesor de la UNED, moderó la conversación de expertos en Derechos Humanos en la que han participado Gloria González, del Área de Responsabilidad Social Corporativa e Inversiones Éticas de Economistas sin Fronteras (EsF); Orencio Vázquez, profesor de la UNED y director del Observatorio de Responsabilidad CorporativaAntonio Santoro, Head para Southern Europe en Principios de Inversión Responsable (PRI), y Eudald Puig, Research Associate en Mainstreet Partners.

Los ponentes coincidieron en las valoraciones sobre el estado de la cuestión del respeto empresarial a las cuestiones de derechos humanos y debida diligencia y consideraron la propuesta de Directiva de Debida Diligencia y RSC de la UE como buen punto de partida, que toma como referencia los Principios Rectores sobre Empresas y Derechos Humanos de la ONU (2011) de proteger, respetar y remediar para mejorar las normas y prácticas de las empresas y estados con los derechos humanos en su relación con las personas y las comunidades afectadas.

Desde el punto de vista financiero, resaltaron que la regulación presenta el potencial de impulsar un cambio de mentalidad en el sector, como ha sucedido con el Reglamento de Divulgación de Finanzas Sostenibles SFDR, que genera una mayor consideración de los derechos humanos en la inversión.

Más del 80% de los bancos europeos cuenta con un CSO o equivalente en su estructura

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Según el reciente informe The Big Picture: How Chief Sustainability Officer can drive the banking sector’s sustainability efforts’elaborado por Deloitte y la European Banking Federation (EBF), la sostenibilidad es hoy una de las principales prioridades para los bancos europeos. Así, por ejemplo, el 82% de las entidades encuestadas tiene un responsable de sostenibilidad en su estructura, si bien ni su rol ni su título están todavía estandarizados.

Dentro de esta variedad de cargos, solo un 20% de las organizaciones tiene un Chief Sustainability Officer (CSO) -una figura relativamente nueva dentro de los bancos-; siendo las denominaciones más comunes las de responsable, jefe o director (61%).

A pesar de estas diferencias, existen características comunes: tienen experiencia profesional en negocios (72%), formaban parte del banco antes de ser nombrados en su cargo (88%), cuentan con formación específica en la materia (71%); y cubren otros roles adicionales (81%), como la relación con inversores, la exposición crediticia o el gobierno corporativo, entre otros. No obstante, tal y como apunta el informe, su función primordial es definir la estrategia de sostenibilidad del banco para generar retornos financieros competitivos que impacten de forma positiva en la sociedad y el medio ambiente, pero también son agentes de cambio, que conducen y gestionan el cambio cultural interno para que los empleados entiendan esta transición.

“La sostenibilidad ha pasado a convertirse en un elemento protagonista dentro del panorama bancario. No se trata de una moda sino de una realidad que ha llegado para quedarse. La emergencia climática y medioambiental, así como la presión de la sociedad en general, empujan a las entidades financieras a apoyar la aceleración de la transición. De ahí la generalización en el nombramiento de un responsable único para liderar la materia (CSO), por parte de los bancos”, señala Rodrigo Pérez, socio de Risk Advisory de Deloitte.

“Este nuevo rol del CSO como líder de sostenibilidad juega un papel clave debido a los grandes retos a los que se enfrenta (i.e. presiones regulatorias, expectativas de los stakeholders, etc). Esta figura requiere aunar un balance entre negocio, dirigiendo la estrategia de sostenibilidad para aprovechar las nuevas oportunidades, a la vez que comunicar esta nueva dimensión en un lenguaje común, garantizando que el mensaje llegue correctamente a todos”, añade.

Prioridades y roles

Mientras que los mandatos y las funciones específicas de los CSO pueden variar entre sí, existe una consistencia entre las prioridades de estos responsables. El estudio indica que los objetivos de los bancos y sus responsables en materia de sostenibilidad son: en primer lugar, proveer oportunidades de aprendizaje al staff –al existir una carencia de equipos con destrezas múltiples- y fijar la estrategia de sostenibilidad de la entidad (89% en ambos casos), seguido de generar compromiso con los grupos de interés (sociedad civil, ONG y grupos de activistas) y aumentar la sostenibilidad interna del banco (86% en ambos); y, en tercer lugar, definir el proceso de reporte (82%).

En cuanto a los recursos, la mayoría de los encuestados por Deloitte y la EBF (93%) reconoce que cuenta con los recursos y colaboradores necesarios para afrontar su labor actual. Y la mitad de ellos (54%) también asegura que ya colabora con otros departamentos dentro de sus compañías. No obstante, de cara a futuro manifiestan que necesitan mayor autonomía y poder para liderar la estrategia de sostenibilidad, actuar como una palanca del cambio en la efectiva transformación cultural de la organización y orquestar las acciones del resto de departamentos en materia de sostenibilidad, integrándolas en las actividades diarias del CSO y en la estrategia ESG global que se haya definido.

Retos de los CSO

En cuanto a los retos a los que se enfrentan los CSO, una vez identificados, se ha medido cómo evolucionarán en el tiempo. Ponderándose su nivel de exigencia a corto (uno a tres años), medio (tres a cinco años) y largo plazo (más de cinco años). Aunque no hay conclusiones generales, sí se pueden ver algunas tendencias comunes para algunos de ellos.

Un ejemplo de crecimiento exponencial es la presión del mercado que podría tomar una mayor importancia con el tiempo. Como tendencias lineales, encontramos los retos de presión regulatoria, oferta a los clientes, estrategia y personal que mantendrán su protagonismo en los tres horizontes. Por último, como tendencia a la baja encontramos la tecnología y los datos, cuya importancia en el corto plazo es la más alta y por ello es normal que disminuya a largo al ser el reto prioritario en el horizonte más cercano.

“Los datos jugarán un papel fundamental en la consecución de un futuro net zero y en los retos que tiene el CSO, siendo el principal reto en sí mismo la falta de estos”, apunta el socio de Deloitte. “No tener un dataset completo y de calidad impide una buena definición de la estrategia de sostenibilidad, una comunicación clara de los resultados a los stakeholder, así como la capacidad de disponer de una oferta de productos y servicios competitiva, la gestión óptima de los riesgos, o cumplir con exigencias regulatorias, es decir, afecta a todas las metas de la transición verde”, asegura y añade: “Además, esta falta de datos lleva a un entorno incierto y poco transparente, en contra del fin del EU Action Plan, donde el CSO ha de hacer de guía. Por el contrario, la disponibilidad y uso sencillo de los datos, junto con la tecnología, por ejemplo a través de la inteligencia artificial (AI) y Distributed Ledger technology (DLT), y la regulación, serán las llaves para gestionar de forma adecuada el proceso ”, concluye el socio de Deloitte.  

Línea de reporte

El 82% de los responsables de sostenibilidad reporta directamente al más alto nivel de gestión de su organización, bien sea el Comité Ejecutivo, a los miembros del Consejo o a la C-Suite; mientras que el 14% lo hace a un grupo de interés dentro de su departamento, el cual a su vez responde ante la alta dirección. Más de la mitad opina que informar a estas capas directivas es efectivo. Cuanto más alto reportan dentro del organigrama, más optimistas son con la utilidad e importancia de ello –de este porcentaje a favor, el 40% informa al Comité Ejecutivo o a un miembro del Consejo y otro 40%, al consejero delegado (CEO)-.

En cuanto a la relación con el CEO, la mitad de los encuestados declara que se reúne mensualmente con este, mientras que un cuarto asegura hacerlo semanalmente. Todavía existe margen para aumentar la frecuencia de este reporte, siendo ésta la dirección a seguir para poder reforzar la figura del CSO, ampliando su presencia y capacidad de comunicación, lo que le permitirá en última instancia abarcar sus crecientes retos.

Próximos pasos

El rol del CSO requiere de un balance entre la visión de negocio, conduciendo la estrategia de sostenibilidad de la organización para aprovechar las nuevas oportunidades que están surgiendo en este ámbito, y comunicar el plan de acción en un lenguaje que sea comprensible por todos los miembros de la organización, de manera que sea eficaz dicha estrategia.

En el sector bancario, este está evolucionando, su función nunca había requerido de tantas responsabilidades y de capacidades tan variadas y fundamentales a las que se le exigen hoy en día. A futuro, se señalan las siguientes buenas prácticas a proponer: ser capaz de liderar el cambio necesario hacia la sostenibilidad -con foco en temas de ESG relevantes para la entidad-; de orquestar a los diferentes departamentos implicados con una visión completa que genere un compromiso efectivo con los principales stakeholders; y tener la habilidad de adaptarse al horizonte actual con metas ambiciosas, una profunda fragmentación de la regulación europea y una medición de resultados con información incompleta.

A pesar del protagonismo y las crecientes expectativas puestas en la sostenibilidad en el sector bancario, la intensidad de involucración actual no es la misma a todos los niveles de la organización. La labor del CSO va más allá de transmitir las regulaciones o expectativas ESG, debe realizar un intenso trabajo de concienciación desde la base –empleados- hasta lo más alto de la organización, lidiando con un contexto dinámico y exigente que son los stakeholders. De ello depende que las entidades sean capaces de transformarse óptimamente a nivel operativo, en línea con lo que se espera de los pioneros en el sector.