Las empresas españolas apuestan por los proyectos en RSE, que aumentan en un 92% en 2020

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Deloitte y la Fundación SERES presentan su VIII Informe del Impacto Social de las empresas, un estudio que tiene como objetivo medir el progreso de la contribución de la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) de las empresas españolas.

En esta edición, 71 empresas españolas, que representan más de 1.500.000 empleos y suponen el equivalente al 35% del PIB español, han respondido voluntariamente a una encuesta online referida a datos correspondientes al ejercicio 2020. Entre las empresas encuestadas se encuentran Acciona, BBVA, El Corte Inglés, Endesa, Gestamp, Iberdrola, IBM, Inditex, Mercadona, PWC y Randstad, entre otras.

El informe se estructura en torno a cinco ámbitos: capital persona, capital organizacional, capital relacional, capital económico y capital social.

Capital persona

La contribución de la RSE al capital persona evalúa el impacto de las actuaciones en la persona, como beneficiario directo e indirecto, en términos de atención de necesidades y desarrollo de capacidades y oportunidades. En 2020, se desarrollaron 24.869 proyectos por las empresas participantes, lo que supone un 92% más que en 2019. Asimismo, el informe analiza el volumen de proyectos gestionados por las compañías que destaca como “extensos”. El 44% de las empresas trabajan en más de 100 proyectos al año y el 23% en más de 300.

El incremento del volumen de proyectos también ha favorecido la mayor cobertura de los mismos en términos de beneficiarios. En este sentido, las empresas participantes han identificado 158 millones de beneficiarios en 2020, frente a los 57 millones de beneficiarios del 2019, lo que significa un incremento del 177%.

Capital organizacional

La contribución de la RSE al capital organizacional evalúa la evolución que se está produciendo en las organizaciones desde el punto de vista de sus prioridades, sus valores y su liderazgo en la asunción de la RSE. Mide el potencial y compromiso que las empresas están asumiendo y el motor de cambio que esto supone en los modelos empresariales. De acuerdo con el informe, 181.814 empleados, un 12% de la plantilla agregada total, participaron activamente en programas de RSE. En el 26% de las empresas la participación es mayor al 30%.

Asimismo, en el formulario del estudio se han incluido preguntas concretas sobre cómo están abordando las compañías los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). En este sentido, el 90% de las empresas participantes afirman contemplar los Objetivos de Desarrollo Sostenible en sus estrategias de RSE.

Los ODS más mencionados están directamente relacionados con las capacidades que las empresas tienen para contribuir a los cambios que ha demandado la sociedad durante el 2020: la salud y el bienestar (el 72% de las empresas), la educación de calidad (78%), la igualdad de género (75%), el trabajo decente y el crecimiento económico (92%), la acción por el clima (81%) y el desarrollo de alianzas mundiales (87%). *(ODS 3, 4, 5, 8, 13,17).

Capital relacional

En el marco de las actuaciones de RSE se construyen, desarrollan y fomentan relaciones con múltiples agentes, de diversos ámbitos (tejido asociativo, instituciones nacionales e internacionales, múltiples sectores de actividad, etc.). La construcción y afianzamiento de estas relaciones contribuyen a su vez a generar un entorno socioeconómico más cohesionado. En 2020, aumenta un 35% la red de entidades sociales con las que han colaborado las empresas participantes y se han llevado a cabo 32.631 colaboraciones con entidades sociales.

Al aumentar la concienciación sobre el bienestar social, el 2020 ha evidenciado un cambio en el mercado de capitales, impulsando la búsqueda de fuentes de financiación (bonos o préstamos) con un impacto positivo. En este contexto es clave la colaboración entre diferentes agentes que facilitan el flujo de capitales para generar impactos beneficiosos para la sociedad.

Así, por cada euro de gasto en RSE realizado por las propias empresas, se ha logrado captar un 10,2% de inversión adicional aportada por otros agentes (Administración Pública, entidades colaboradoras, etc.), tres puntos porcentuales más que en 2019. En conjunto, las empresas participantes han logrado captar 158 millones euros de inversión adicional a la propia para acometer proyectos de RSE, casi el doble que el año pasado.

Capital económico

La inversión en proyectos de RSE por parte de las empresas contribuye a la consecución de una sociedad económicamente próspera, con mayor calidad de vida y crecimiento económico de los territorios en los que se desarrollan. En 2020, las empresas e instituciones participantes han invertido más de 1.486 millones de euros en sus actuaciones de RSE. Esto supone una inversión media por empresa de 20,9 millones de euros en RSE, un 8% más que en 2019. El 54% de las empresas realizan una inversión media de hasta 30.000 euros por proyecto.

En el análisis según el esfuerzo presupuestario de las categorías de proyectos con más peso en las empresas, destaca que: el 76% de la inversión (980 millones de euros) se destina a proyectos orientados a promover los DDHH, el 24% de la inversión (322 millones de euros) tienen como objetivo promover niveles de vida adecuados y cerca de 3 millones de euros se destinaron a proyectos que mejoran la accesibilidad a la infraestructura económica básica.

Capital social

La contribución de los proyectos de RSE a la consecución de una sociedad mejor, más justa y equilibrada, con mayor calidad de vida, se concreta en la intensidad de la actividad RSE, la aportación a la sensibilización social, la difusión de buenas prácticas y la extensión de la cultura de Responsabilidad Social. Las 71 empresas participantes han llevado a cabo de manera agregada 24.869 proyectos durante 2020.

Entre los programas de RSE destacan aquellos orientados a la sensibilización de la sociedad y la difusión de buenas prácticas. En 2020, las empresas consultadas han realizado programas de RSE específicos cuya finalidad era comunicar y sensibilizar a la población, lo que supone un 3% más que en 2019. De manera adicional, un 72% de las empresas tiene a su disposición un plan para extender sus políticas de RSE a lo largo de su cadena de valor.

Sectores

En términos sectoriales, las empresas de finanzas destacan frente al resto de empresas por su actividad en materia de RSE. En este sentido, esta tipología de empresa presenta los datos más elevados en casi todos los parámetros siendo las empresas con mayor volumen de inversión total en RSE, mayor número de proyectos de RSE, y mayor volumen de empleados involucrados en voluntariado corporativo y en programas de RSE.

Seguidamente, también destacan las empresas de energía por generar un impacto en un alto número de beneficiarios de sus programas de RSE.

Por su parte, las empresas de telecomunicaciones presentan un alto volumen de empleados involucrados en programas de RSE, al igual que las empresas de tecnología.

En lo que respecta al resto de sectores analizados, las empresas de tecnología, alimentación y bebidas, las de bienes de consumo, utilities, industriales y de salud, presentan una actividad en materia de RSE más comedida

Impacto social del COVID-19

Cabe mencionar el impacto del COVID-19 en el desarrollo de proyectos de RSE. El 89% de las empresas han desarrollado proyectos contra el COVID-19 durante el 2020. Así, las empresas analizadas han realizado un total de 1.775 proyectos contra el COVID-19.

Estos proyectos se han desarrollado en diferentes ámbitos. El 61% de estos proyectos estaban vinculados específicamente al COVID-19 en el ámbito de la salud y el bienestar social, mientras que el 13% estaban vinculados al ámbito educativo y el 12% vinculados a la integración laboral y el empleo.

En esta línea, durante la pandemia en 2020, se han identificado más de 15 millones de beneficiarios de las actuaciones de RSE vinculadas al COVID-19 llevadas a cabo por las empresas participantes. En cuanto a voluntariado promovido por las empresas, 16.576 empleados han participado en iniciativas contra el COVID-19. Esta participación se ha reflejado en un total de 153.174 horas de voluntariado corporativo, un 49% más que el año pasado.

Finalmente, en lo referido a los proyectos específicamente vinculados al COVID-19, las empresas analizadas han invertido un total de 638 millones de euros durante la emergencia sanitaria en 2020.

El fin del dinero fácil

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Los inversionistas de todo el mundo deberían prepararse para un endurecimiento disruptivo de las condiciones financieras. Esto incluye los mercados de crédito, acciones y la liquidez de los mercados monetarios, ya que los bancos centrales se enfocan en combatir la inflación. A raíz de los programas de estímulo masivos relacionados con la pandemia en todo el mundo, que mantuvieron los mercados mundiales llenos de efectivo desde el colapso de 2020, los formuladores de políticas ahora están dando un giro radical. A medida que las autoridades monetarias comienzan a subir las tasas y reducir sus balances, un proceso conocido como ajuste cuantitativo, los inversionistas deberían estar en alerta máxima por las repercusiones financieras.

La principal preocupación es si los bancos centrales pueden terminar con la dependencia de los mercados financieros ante estímulos sin precedentes, sin interrumpir el flujo de capital y llevar a las economías a la recesión, y lograr el llamado «aterrizaje suave». La economía más grande del mundo, EE.UU., nunca ha podido reducir la inflación en más del 2% sin inducir una recesión. Según el fundador y director ejecutivo de Citadel, Ken Griffin, el panorama económico es el más incierto desde la crisis financiera mundial y, según el director ejecutivo de JPMorgan Chase, Jamie Dimon, se avecina un huracán económico para los mercados financieros.

Bloomberg Economics ha estimado que los encargados de formular políticas en los países del G-7, incluido el Banco Central Europeo (BCE) y el Banco de Canadá, reducirán los balances en alrededor de 410.000 millones de dólares combinados en el resto de 2022 a través del ajuste cuantitativo. Recientemente, la Fed realizó un nuevo aumento de 0,75% de la tasa de interés consolidando el mayor endurecimiento monetario desde principios de los 80 y mantiene un plan para comenzar a deshacer billones de dólares en compras de activos.

A medida que se intensifica la volatilidad de los mercados financieros, se vuelve imperativo observar más de cerca las probables repercusiones financieras. La reciente inversión de la curva de rendimiento del mercado de bonos, la caída de los salarios reales, así como la disminución de la confianza del consumidor y el gasto real de los hogares, el aumento de las tasas hipotecarias y los inventarios excesivos están contribuyendo a la volatilidad. Esta fase puede verse como el final del dinero fácil, poniendo a prueba la inversión pasiva y posiblemente destacando la importancia de la inversión activa. A medida que la Reserva Federal aumenta agresivamente las tasas en un esfuerzo por combatir la inflación, las empresas estadounidenses están perdiendo gradualmente su capacidad para pedir dinero prestado a tasas históricamente bajas. A medida que los costos de endeudamiento continúan aumentando mucho y con demasiada rapidez, el flujo de crédito corporativo puede verse gravemente interrumpido. En casos extremos, las empresas saludables pueden comenzar a perder el acceso a la financiación que tanto necesitan, lo que provocaría estragos económicos.

Actualmente, el diferencial en un índice de Bloomberg de bonos de grado de inversión de EE.UU. ha aumentado a más del 2,20%, desde un mínimo del 0,80% en junio de 2021, lo que indica mayores costos de endeudamiento que pueden forzar una contracción en el crecimiento de los préstamos. Un diferencial por encima del 1,5% indica que los mercados crediticios podrían paralizarse, lo que dificultará mucho la obtención de préstamos. La métrica ha demostrado ser una bandera roja confiable en el pasado después de cruzar el 2% en los años volátiles, por ejemplo, después de la crisis financiera mundial y durante las consecuencias de la pandemia. En última instancia, esto ha prolongado la desaceleración en los volúmenes de préstamos comerciales e industriales, causando un daño histórico a la economía mundial.

Los temores de una desaceleración económica, una inflación persistentemente alta y una retórica de ajuste cada vez más agresiva por parte de los bancos centrales han pesado sobre el apetito por el riesgo, estimulando la volatilidad en los mercados financieros. En el mercado de bonos, el salto agresivo en los rendimientos de los bonos ha llevado al peor desempeño en el índice de rendimiento total agregado de EE.UU. de Bloomberg desde 1980. Si estos movimientos en el mercado de bonos aún no han descontado por completo la campaña de ajuste crediticio de la Reserva Federal, habrá espacio para más volatilidad.

Una narrativa común del mercado ha sido que las altas valoraciones de las acciones fueron respaldadas por tasas de interés ultra bajas, especialmente para empresas con utilidades corporativas bajas o nulas, pero con el potencial de generar mayores ganancias en un futuro lejano. Por lo tanto, las valoraciones serán extremadamente sensibles a las tasas de interés que descuentan las ganancias para determinar los precios de mercado de las acciones.

En tanto, el tono agresivo de la Fed y el sólido mercado laboral de EE. UU. están impulsando el fortalecimiento del dólar. Si bien la Reserva Federal no administra directamente la política monetaria para las naciones extranjeras, afecta profundamente las condiciones financieras en el extranjero en función de los diferenciales de tasas de interés. El BCE y el Banco de Japón, por ejemplo, no han aumentado las tasas o simplemente comenzaron a aumentar desde la pandemia. El Dólar Index, que mide el dólar frente a una cesta de otras monedas importantes, se encamina hacia sus mayores ganancias desde 2002. Tanto el euro como el yen se encuentran en mínimos de más de dos décadas frente al dólar.

La Fed influye dramáticamente en la actividad económica mundial a través de su política monetaria. Un dólar en alza tendría consecuencias significativas en particular para los mercados emergentes, que aún dependen en gran medida de él para sus necesidades de endeudamiento. Cuanto más fuerte es el dólar, más caro es para las empresas y los gobiernos de los países en desarrollo realizar pagos de deuda denominada en dólares. El dólar también se considera un refugio seguro dados los riesgos geopolíticos actuales en Ucrania en este momento. A medida que el dólar se aprecia, los prestatarios extranjeros de dólares estadounidenses necesitarán más dólares estadounidenses para pagar sus préstamos. Cuando los prestatarios recauden los dólares necesarios para cumplir con sus obligaciones, provocarán una mayor apreciación del dólar. Es probable que sigan incrementándose los flujos hacia el dólar, lo que hará que el dólar suba significativamente y empeore los problemas para los prestatarios en dólares.

La inflación de junio del 9,1% (5,9% subyacente) probablemente reforzará la determinación de la Fed de continuar subiendo las tasas durante todo el año. La economía de EE. UU. ya se ha contraído un 1,4% anualizado en el primer trimestre, muy por debajo de la expectativa del mercado de una expansión del 1,0%. Esta caída prepara a EE. UU. para una recesión técnica, en caso de que el PIB del segundo trimestre también sea negativo. Hay mucho en juego en este momento y los inversionistas deberían mantener un posicionamiento de cartera de bajo riesgo hasta que los resultados del fuerte endurecimiento de las condiciones financieras sean más claros.

¿Recesión global o aterrizaje suave?: las impresiones desde América Latina

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En un contexto de inflación exaltada y sombríos pronósticos económicos, los inversionistas malabarean con distintas tonalidades de pesimismo. Ahora, la pregunta a nivel internacional sobre la economía es: ¿vamos a entrar en una recesión global, o tendremos un “aterrizaje suave”?

Las opiniones de los actores del mercado parecen estar divididas a nivel global, con las miradas puestas en particular en las economías de China y Estados Unidos. En América Latina, distintos actores regionales se inclinan por la visión de un “soft landing”.

Algunas de las principales casas de inversión del vecindario prevén una recesión técnica en Estados Unidos, no muy profunda, y una dinámica económica en China que le haría un contrapeso, previniendo una recesión global.

Las entidades concuerdan con que la variable clave, que determinará en qué dirección soplan los vientos en este caso, será el manejo de la política monetaria, por parte de los principales bancos centrales del mundo. Además, los precios de los commodities y la cadena de suministro cumplirán un rol.

Recesión en EE.UU.

Para Banco Santander Chile, es “muy probable” que haya una recesión en la mayor economía del mundo. “La economía de EEUU inició 2022 con un nivel por sobre su tendencia y debiese moderarse hacia delante. Ya hemos visto que el PIB se ha contraído dos trimestres seguidos y es posible que en el tercer o cuarto trimestre de este año veamos una caída adicional debido a la contracción monetaria de la Reserva Federal”, señala Claudio Soto, economista jefe de la firma.

Desde BTG Pactual concuerdan con el diagnóstico, y recalcan que no se trataría de una depresión profunda o severa. “Vale la pena considerar que los últimos tres años han sido anormales en términos de la velocidad de entrada a recesión el 2020, y el tamaño de los estímulos monetarios y fiscales”, dice Mauricio Cañas, director de Estrategia de BTG Pactual Wealth Management. En este contexto, agrega, “es natural esperar un escenario de moderación una vez que éstos se van retirando de la economía”.

En la administradora de fondos de Banco de Chile, Banchile AGF, también anticipan que la economía estadounidense experimente una recesión suave o técnica, caracterizada por dos trimestres consecutivos de caída en el crecimiento.

Los factores, explica el estratega de inversiones de la firma, Rodrigo Ibáñez, son “las condiciones financieras más estrechas en virtud del ciclo alcista de tasas de la Fed”, y la caída de las expectativas manufactureras regionales, “que anticipan un ISM manufacturero por debajo de los 50 puntos”.

Además, agrega el ejecutivo, la fortaleza del mercado laboral en el país, en término de vacancia por desempleo, “evitaría una recesión profunda, que gatille un gran ajuste en los precios de los activos”.

¿Recesión global?

Si bien el deterioro de la dinámica económica en EE.UU. pinta un panorama sombrío para la economía global, los actores latinoamericanos no prevén que se gatille una recesión global.

“El resto del mundo se mantiene resiliente y China podría ser el impulsor de los países emergentes”, escribe Alejandro Guin Po, economista de LarrainVial Asset Management, en un comentario de mercado reciente.  El profesional destaca que las autoridades chinas “está apostando a una recuperación vigorosa hacia la segunda mitad del año mediante una batería de políticas monetarias y fiscales”, que se combinarían con una regulación más selectiva.

Desde Credicorp Capital concuerdan con el diagnóstico, augurando que la segunda mayor economía del mundo compense el deterioro en Occidente. “Vemos a China saliendo de su golpe del COVID-19 de este año, hacia un último trimestre acelerado”, indica el director de Portfolio Solutions de la firma, Klaus Kaempfe.

En esa línea, el ejecutivo no ve una recesión mundial en el horizonte, con la economía internacional apoyada por la aceleración de China.

En el caso de Europa, el panorama se ve más complicado, considerando su mayor cercanía con la guerra en Ucrania y el alza en los precios de la energía que ha derivado de ella.

Considerando eso, Kaempfe anticipa que será la región más golpeada, en términos de crecimiento, “incluso sacando a Rusia del cálculo”. Con Alemania y el Reino Unido anunciando fuertes frenazos, eso podría impactar el crecimiento global, aunque sin llegar a empujarlo a la recesión generalizada.

Por su parte, Guin Po apunta que los estragos tomarían forma en un horizonte de mediano plazo. Con todo, el economista de la gestora LarrainVial señala, “deseando que no vuelvan las draconianas medidas de confinamiento chinas, el resto del mundo seguiría creciendo”.

Variables claves

A futuro, entre los principales factores que determinarán la dirección que tome la dinámica económica, destaca el actuar de los principales bancos centrales.

“Bajo nuestros análisis, la dinámica de la actividad global depende fundamentalmente de las tasas del G-20, del petróleo y del dólar global. De estas tres variables, la que más podría desviarse respecto a sus niveles ya incorporados en los precios son las tasas del G-20”, comenta Ibáñez, de Banchile AGF.

En esa línea, el profesional asegura que cualquier sorpresa inflacionaria, ya sea gatillada por shocks en el mercado de commodities o de salarios, impulsaría aún más los tipos de referencia.

Otros ingredientes claves hacia delante, agrega Soto, de Santander Chile, serán los precios de las materias primas y la normalización de las cadenas de suministro. “Si se mantiene la trayectoria descendente de los precios de las materias primas –y, en particular, del petróleo—la inflación de EE.UU. podría comenzar a descender más rápido, lo cual le permitiría a la Reserva Federal ser menos agresiva en el retiro del estímulo monetario”, explica.

En ese caso, acota el economista jefe, la balanza se inclinaría más hacia un aterrizaje suave, evitando una recesión.

 

La SEC anuncia que entregó más de 16 millones de dólares a dos denunciantes

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La Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos anunció este martes premios de más de 16 millones de dólares a dos denunciantes que brindaron información y asistencia en una acción de cumplimiento exitosa.

El primer denunciante impulsó la apertura de la investigación y proporcionó información sobre infracciones difíciles de detectar. Este denunciante también identificó testigos clave y proporcionó información crítica, lo que ayudó al personal en su investigación. Como resultado, este denunciante recibirá una recompensa de aproximadamente 13 millones de dólares. El segundo denunciante presentó nueva información importante durante el curso de la investigación y recibirá una recompensa de más de 3 millones de dólares.

«La información y la asistencia brindadas por estos dos denunciantes para ayudar a identificar irregularidades complejas demuestra la importancia del programa de denunciantes para los esfuerzos de cumplimiento de la SEC», dijo Creola Kelly, jefe de la Oficina de Denunciantes de la SEC.

«Estos denunciantes informaron información crítica que ayudó a la investigación de la SEC y brindaron una cooperación extensa y continua que ayudó a detener las irregularidades y proteger los mercados de capital», añadió.

La SEC ha otorgado más de 1.300 millones de dólares a 281 personas desde que emitió su primera adjudicación en 2012. Todos los pagos se realizan a partir de un fondo de protección de inversionistas establecido por el Congreso que se financia en su totalidad a través de sanciones monetarias pagadas a la SEC por infractores de la ley de valores. No se ha tomado ni retenido dinero de los inversores perjudicados para pagar las indemnizaciones de los denunciantes.

Los denunciantes pueden ser elegibles para una adjudicación cuando proporcionan voluntariamente a la SEC información original, oportuna y creíble que conduce a una acción de ejecución exitosa. Las indemnizaciones para denunciantes pueden oscilar entre el 10 %y el 30% del dinero recaudado cuando las sanciones monetarias superan el millón de dólares.

Como se establece en la Ley Dodd-Frank, la SEC protege la confidencialidad de los denunciantes y no divulga información que pueda revelar la identidad de un denunciante.

 

 

¿Dónde llegará primero el pico de la inflación? Señales a las que deben prestar atención los inversores en renta variable

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El aumento de la inflación ha dominado la narrativa para los inversores de renta variable en 2022. Pero los precios acabarán alcanzando su punto máximo. Es probable que el aumento de los inventarios provoque una deflación de los precios de los bienes, lo que afectará a la rentabilidad de las empresas y a las valoraciones de las acciones.

Después de que los consumidores hayan tenido dificultades para encontrar bienes que comprar durante los dos últimos años, la marea está cambiando. El mundo está a punto de inundarse de existencias de las que las empresas tendrán dificultades para deshacerse. Muchas se verán obligadas a bajar los precios. A medida que el proceso se desarrolla, las fuerzas deflacionarias podrían aliviar la presión sobre los múltiplos de las acciones, al tiempo que pondrían a algunas empresas que venden bienes en riesgo de una dramática disminución de los márgenes. Es el momento de considerar las implicaciones de la inversión en las áreas que pueden ver el pico de la inflación primero.

El mercado de automóviles nuevos está a punto de normalizarse

El negocio del automóvil en EE.UU. es un buen ejemplo de lo que podría ocurrir. Durante años, la compra de un coche era una negociación que solía dar lugar a que el consumidor obtuviera un descuento sobre el precio de venta sugerido por el fabricante (MSRP). Antes de la pandemia, ese descuento se situaba en torno al 5% (gráfica). Pero la escasez de chips informáticos, los cierres de COVID y la guerra de Ucrania se han combinado para crear amplios cuellos de botella en la cadena de suministro que han limitado la producción de automóviles a nivel mundial.

El análisis actual no garantiza resultados futuros.

Los concesionarios se han reído hasta el final. Con la ventaja en las negociaciones, los concesionarios han disfrutado de precios de venta medios que superan el 102% del precio de venta al público en el último año. Sí, has leído bien: los concesionarios están obteniendo más de lo que piden debido al inventario limitado y a los «ajustes de mercado». En otras palabras, el mismo coche cuesta al consumidor un 7% más de lo habitual. Esta tendencia ha contribuido a la inflación, mientras que los concesionarios han disfrutado de unos magníficos márgenes de beneficio por los coches que podían conseguir.

Pero, ¿qué ocurrirá cuando nos encontremos al otro lado de esta crisis de la oferta? Lo más probable es que los precios de venta vuelvan a descender a un descuento sobre el precio de venta al público y que los márgenes de los concesionarios se reduzcan. El negocio de los coches nuevos es un excelente ejemplo de cómo los bienes están a punto de volverse deflacionarios y de la posible reducción de los beneficios de ciertos actores.

El aumento de los inventarios señala la caída de los precios

Las presiones a la baja de los precios están empezando a aparecer en la industria del automóvil, aunque los inventarios siguen siendo bajos. Más allá de la industria del automóvil, las medidas generales de los niveles de inventario apuntan a otra dinámica que puede desencadenar la deflación en otras industrias. En 2021, los problemas de la cadena de suministro provocaron una importante reducción de los inventarios al por mayor y al por menor (gráfica). Pero en la actualidad, los niveles de inventario se han recuperado hasta superar ampliamente los niveles anteriores a la pandemia, en áreas que van desde los equipos de jardinería hasta los electrodomésticos. Y esta realidad está chocando de frente con los cambios en las pautas de gasto de los consumidores.

Los resultados pasados no garantizan los resultados futuros.

Durante gran parte de los dos últimos años, los consumidores se centraron en la compra de bienes porque estaban atrapados en casa. Pero hoy, el consumidor se ve arrastrado en dos direcciones: las necesidades como la comida, la gasolina, el alquiler y los servicios públicos están experimentando una inflación significativa, mientras que el precio de las experiencias, como las vacaciones, también está aumentando. Por tanto, el gasto se centra cada vez más en estos dos extremos, mientras que la demanda de las «cosas» del medio (es decir, los bienes) está cayendo bruscamente justo cuando los inventarios se están disparando.

¿Cómo se verán afectadas las existencias?

Estas tendencias en los inventarios y la demanda sugieren que la inflación de los bienes debería ralentizarse sustancialmente durante el próximo año. Aunque es difícil hacer una valoración definitiva de la inflación global -especialmente porque el componente de los servicios es mayor que el de los bienes-, no cabe duda de que la inflación está disminuyendo. Y si eso ocurre, la Reserva Federal podría suavizar sus agresivas subidas de tipos de interés. Esto, a su vez, ayudaría a aliviar la presión que hemos visto en los múltiplos de precio/beneficio de las acciones durante la mayor parte de este año, en nuestra opinión.

Estas son las buenas noticias para las acciones. Pero, por otro lado, podríamos ver que los perfiles de los márgenes de beneficios de las empresas divergen significativamente.

Consideremos el negocio minorista estadounidense como ejemplo de algunas de las corrientes cruzadas. Muchos minoristas vendieron la mayor parte de su mercancía a precio completo durante los dos últimos años. Esto impulsó los márgenes por encima de los niveles históricos e impulsó los niveles de ventas. Si nos dirigimos hacia una desaceleración de las ventas, con descuentos que conduzcan a márgenes más bajos, las revisiones negativas de los beneficios podrían generalizarse.

Aunque este escenario parece funesto, siempre se pueden encontrar ganadores. Por ejemplo, los minoristas de precio reducido podrían beneficiarse de este entorno, ya que consiguen sus mejores ofertas -y sus mayores márgenes- cuando los minoristas tradicionales tienen que deshacerse del exceso de mercancía. La leyenda del comercio minorista estadounidense Mickey Drexler resumió bien el entorno actual cuando dijo recientemente: «Nunca he visto -aunque quizá no lo recuerde- tantos descuentos con tanta mercancía con altos porcentajes de rebaja».

En este entorno, los inversores en renta variable estadounidense deben ser cada vez más selectivos y exigentes. Creemos que las empresas que se benefician de las tendencias de crecimiento secular y cuentan con equipos de gestión de calidad, un fuerte poder de fijación de precios y márgenes estables o crecientes deberían ser recompensadas a medida que el negocio vuelva a las normas anteriores a la crisis. Mientras tanto, los inversores deben ser cautelosos con las empresas que experimentaron un viento de cola insostenible de la COVID; estos efectos podrían revertirse de forma dolorosa e inesperada.

La famosa frase de Warren Buffett «sólo cuando baja la marea te das cuenta de quién ha estado nadando desnudo» resume perfectamente nuestras expectativas para la temporada de resultados del segundo trimestre y las correspondientes previsiones de beneficios del segundo semestre. Teniendo en cuenta lo que estamos viendo, al menos los trajes de baño estarán a la venta.

Tribuna de James T. Tierney, Jr., director de Inversiones de Concentrated US Growth en AllianceBernstein

Itaú USA se asocia con Bain & Company para capacitar en diversidad a sus directivos

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Itaú USA comenzó una serie de talleres brindados por Bain & Company para capacitar a sus directivos en políticas que apunten a una mayor diversidad, equidad para lograr un trabajo más inclusivo.

“Nuestro equipo de alta dirección se involucró en algo que ha sido parte de nuestro ADN: ser un lugar de trabajo más diverso, equitativo e inclusivo”, publicó el banco de origen brasileño en su cuenta de LinkedIn.

Desde Itaú USA celebraron que Bain & Company realice las capacitaciones.

“Nos sentimos honrados de asociarnos con Bain & Company que nos guiarán a través de una serie de talleres a medida que continuamos profundizando en este importante tema”, agrega el comunicado.

Por último, la entidad defendió la importancia de trabajar en diversidad.

“Atesoramos la diversidad y nuestro compromiso es más fuerte que nunca”, concluye el mensaje.

 

El consumidor estadounidense sigue gastando, pero la subida de los alquileres afecta a los jóvenes y a los más pobres

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El Bank of America Institute publicó un nuevo estudio que muestra que el gasto de los consumidores sigue aumentando en julio, pero algunos consumidores están sintiendo los efectos del aumento de los alquileres. Los datos internos de Bank of America sugieren que los pagos medios de alquiler aumentaron un 7,4 % interanual en julio.

Dicho esto, hay muchas razones para mantener una actitud positiva sobre la resistencia constante de los consumidores de EE. UU.: los precios más bajos de la gasolina brindaron cierto alivio a los consumidores en julio, y los eventos promocionales de los minoristas impulsaron el gasto en bienes. Además, los saldos de depósitos y ahorros de los hogares siguen siendo elevados y los consumidores aún no han mostrado signos de un mayor endeudamiento.

Los pagos totales de Bank of America aumentaron un 7 %  en julio, en línea con los datos de junio; esta cifra ofrece una visión holística del flujo de dinero e incluye tarjeta de crédito, tarjeta de débito, cámara de compensación automatizada, transferencias, pago de facturas, persona a persona, efectivo y cheques.

El gasto con tarjeta por hogar aumentó un 5,3 % interanual, frente al 5,7 % de junio. Con la inflación del índice de precios al consumidor de EE. UU. en 9,1 % en junio y la inflación del gasto personal del consumidor (PCE) en 6,8 %, parece que ajustado) el gasto” continúa bajo presión.

Según datos internos del Bank of America, todos los grupos de ingresos están sintiendo el impacto de alquileres más altos, con el mayor aumento de alquiler visto en aquellos hogares con ingresos entre 51.000 y 150.000 dólares.

Los consumidores más jóvenes son los que más se ven afectados por la mayor inflación de los alquileres, con un aumento medio del pago del 16 % interanual en julio para la Generación Z, en comparación con solo el 3 % para los Baby Boomers.

A medida que los precios del petróleo cayeron durante julio, el gasto promedio en gasolina como porcentaje del gasto total con tarjeta por hogar cayó a 9,3% en junio para los hogares de bajos ingresos (menos de 5.000 dólares por año), por debajo de un pico de casi 10% en junio.

“Nuestros datos de gastos y pagos internos sugieren que los consumidores no se están marchitando con este calor de verano”, dijo Anna Zhou, economista del Bank of America Institute. “Mientras que el 34% de los hogares estadounidenses que son inquilinos están exprimiendo las billeteras, el alivio de los precios más bajos de la gasolina y las promociones minoristas animaron a los consumidores a seguir gastando durante todo julio”.

Los inversores apuestan por la vivienda para combatir la inflación

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No es ningún secreto que la inflación ha generado una gran incertidumbre económica. El sector inmobiliario, como uno de los principales motores económicos de España, también se ha visto directamente afectado y se ha convertido en un activo refugio para las carteras de inversión. Algunas de las estrategias que auguran una buena rentabilidad son la compra, reforma y venta del activo en un periodo de tiempo muy corto o la compra parar su posterior alquiler.

Iñaki Unsain, personal shopper inmobiliario y presidente de la Asociación Española de Personal Shopper Inmobiliario (AEPSI), asegura que algunos inversores que tienen liquidez en entidades financieras se decantan por comprar vivienda y alquilarla, para evitar que su dinero pierda valor debido a la inflación”. A ojos del PSI, el hecho de que la demanda de alquiler sea muy elevada provocará que se trate de un activo refugio y su rentabilidad se sitúe en torno a 6%.

No obstante, se debe tener en cuenta que la demanda podría reducirse hasta un 20% debido a la subida de tipos de interés. Unsain destaca que “hay compradores que no pueden asumir el esfuerzo de pedir una hipoteca a consecuencia de la subida del Euribor y el endurecimiento de las condiciones de las entidades bancarias”. Por lo tanto, las dificultades para acceder a la financiación provocarían una paralización de las compras.

Previsiones del mercado inmobiliario

Ante las cuestiones que han surgido en relación con el impacto económico de la inflación, es probable que muchos de los inversores esperen a que la situación mejore en 2023. Sin embargo, el presidente de AEPSI aconseja invertir ahora.

“Pese a la inflación, en el primer semestre del año se han cerrado muchas operaciones debido a una demanda que se había mostrado expectante y prudente ante la pandemia. En 2023 no se seguirá el mismo patrón teniendo en cuenta la subida de los tipos de interés, aunque aún es pronto para afirmarlo con certeza”, explica Iñaki Unsain.

La automatización en la banca minorista podría reducir en un 42% el tiempo de todos los procesos bancarios antes de 2024

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Según el último estudio de la consultora estratégica Bain & Company, la automatización aumentará los beneficios de los bancos de forma considerable. Además, está generando de media una reducción del 26% del tiempo de trabajo en todos los procesos bancarios: créditos hipotecarios, tarjetas de crédito, financiación al consumo y actividades bancarias diarias.

No obstante, Bain & Company prevé que esta cifra aumentará en los próximos dos años, donde se alcanzaría una reducción promedio del 42%. Ésta sería más alta en los procesos relacionados con las tarjetas de crédito, que experimentarían un ahorro de tiempo de trabajo del 47%.

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La automatización mejora el rendimiento de varias maneras según la encuesta realizada por Bain & Company. En el gráfico puede verse el porcentaje de encuestados que citan los siguientes beneficios de la automatización en el sector bancario: mejora de la calidad y precisión del servicio (45%); mayor rapidez en la toma de decisiones (42%); aumento de la estandarización de los procesos (41%); ahorro de costes indirectos (38%); mejores controles financieros y menor riesgo (37%); liberar al personal para que realice un trabajo de mayor valor (36%); aumento de la satisfacción de los empleados (33%) y mayor visibilidad de los procesos de principio a fin (29%).

Asimismo, la brecha entre las compañías pioneras en la automatización (automatización representa más del 20% de su presupuesto de tecnología) y las rezagadas (automatización representa menos del 5% de su presupuesto de tecnología) aumentará con el tiempo. Por ejemplo, las compañías pioneras y con mayor inversión en automatización podrán procesar digitalmente 3,2 hipotecas, mientras las empresas más rezagadas harán una hipoteca. Del mismo modo, para las compañías pioneras las horas necesarias para gestionar la apertura de una cuenta corriente no pasarían de 39 versus las 100 horas que serían necesarias para las compañías más rezagadas en automatización.

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Fuente: Bain Automation FS Pathfinder Survey 2021 (banking n=404)

Bain & Company recomienda centrarse en los puntos en los que la automatización tendrá el mayor impacto (ver gráfico por categorías).

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Según Bain & Company, una de cada tres compañías no logra alcanzar sus objetivos de ahorro de costes con la automatización, debido en gran parte a que adoptan un enfoque parcial o muy gradual, en lugar de un enfoque programático. Según la consultora, para tener éxito con la automatización del sector bancario se requiere una minuciosa coordinación de varios elementos:

  1. Definir una robusta cartera de actividades a automatizar, centrada en la automatización de una proporción importante de un conjunto definido de tareas.
  2. Un enfoque programático para rediseñar los puestos de trabajo una vez que se produce la automatización, con el fin de liberar capacidad.
  3. Una política de gobierno corporativo clara con objetivos y plazos específicos, con responsables encargados de la correcta implantación de la tecnología y la gestión del cambio.
  4. Incentivos vinculados a los objetivos de automatización, recompensando las habilidades y la innovación que repercuten en el resultado final.

Alberto Hijosa, socio asociado de Bain & Company de la práctica de Tecnología en Madrid, opina que “para que la promesa de la automatización se cumpla en términos de eficiencia, es muy importante tener una estrategia clara para el apagado y la consolidación de aplicaciones, así como la reasignación del personal a otras tareas de mayor valor añadido. La demora en la ejecución de dicha estrategia puede llevar al efecto contrario al deseado, por vía de la duplicidad de sistemas y el aumento de la complejidad”.

BBVA Research rebaja sus previsiones de crecimiento en España para 2023 desde el 3,3% al 1,8%

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El servicio de estudios de BBVA ha revisado a la baja sus previsiones de crecimiento del PIB español para 2023, desde el 3,3% al 1,8%, aunque mantiene la previsión de crecimiento para 2022 en el 4,1%. Las razones incluyen la escasez de algunas materias primas, el incremento en su precio y la reciente traslación que se ha observado de este aumento en los costes de producción hacia la inflación, así como el esperado repunte en la carga financiera de empresas y familias a medida que el Banco Central Europeo (BCE) avance en la retirada de estímulos monetarios, tal y como indica el último informe ‘Situación España’, presentado por Jorge Sicilia, director de BBVA Research y economista jefe de BBVA; Rafael Doménech, responsable de Análisis Económico; y Miguel Cardoso, economista jefe para España.

El crecimiento del PIB de España se ha desacelerado durante los primeros seis meses de 2022 con respecto a la segunda mitad de 2021. De esta manera, el avance del PIB en el primer trimestre de 2022 fue de un +0,2% trimestral y podría haber sido de un +0,6% en el segundo trimestre (según estimaciones de BBVA Research), considerablemente por debajo del +2,6% y +2,2% trimestral del tercer y cuarto trimestre del año pasado, respectivamente. Entre los componentes de la demanda, la desaceleración ha sido generalizada, aunque destaca la caída del consumo de los hogares. En todo caso, la ralentización en la parte central del año será menor de la que se esperaba hace tres meses, lo que compensará, parcialmente, algunos de los vientos de cara que se avistan. Adicionalmente, las interrupciones en las cadenas de valor a nivel mundial continúan limitando la oferta de ciertos bienes como los automóviles, cuyas ventas han caído hasta un 50% desde 2019.

Según BBVA Research, el gasto de las familias se ha visto negativamente afectado por el incremento en el precio de materias primas y bienes intermedios, y particularmente del combustible y la electricidad. Además, ha aumentado la probabilidad de un escenario de escasez de gas en Europa, lo que ha llevado a continuas revisiones en las perspectivas sobre su coste. La nueva revisión al alza en el precio del gas podría restar entre 0,1 punto porcentual y 0,2 puntos adicionales al crecimiento del PIB en 2023. A esto se ha sumado, tras un período de contención entre 2020 y finales del 2021, un mayor traspaso del repunte en los costes de producción a los precios finales, al percibir las empresas que el encarecimiento de los insumos sería más duradero del inicialmente esperado. En consecuencia, la inflación continúa sorprendiendo al alza, y ha dejado de estar limitada a unos cuantos componentes del IPC. La subyacente, que incluye el 82% de la cesta de bienes y servicios de los hogares, podría subir aún más y promediar casi un 6% durante el segundo semestre del año.

Por otra parte, los hogares no están utilizando al ritmo previsto la riqueza acumulada durante el confinamiento para consumir. El ahorro, como porcentaje de la renta disponible, se mantiene alrededor de su promedio histórico. En este sentido es posible que la incertidumbre sobre la evolución de la economía y el incremento de la inflación acaben haciendo que los hogares retrasen algunas decisiones o incluso se incentive la inversión en vivienda como refugio.

Los expertos de BBVA Research hacen especial mención en su informe al bajo crecimiento de la productividad por trabajador. Los últimos meses, la afiliación a la Seguridad Social avanza a ritmos que en otras ocasiones han implicado tasas de crecimiento del PIB mayores. Esto puede ser una consecuencia directa de la mayor creación de empleo en determinadas actividades del sector servicios y del nivel en el que se encuentra la tasa de paro, la más reducida desde septiembre de 2008. Por otro lado, el efecto de la reforma laboral, que ha supuesto un incremento del porcentaje de contratos fijos discontinuos, puede estar manteniendo la creación de empleo pero con una menor intensidad de horas trabajadas.

Factores positivos

A pesar de la revisión a la baja del crecimiento esperado del PIB para 2023, los economistas de BBVA Research sostienen que por el momento la recuperación se mantiene y la inercia es positiva de cara al tercer trimestre de este año. Esperan que la desaceleración de la actividad sea acotada y de corta duración, gracias a diversos factores.

En primer lugar, la riqueza acumulada durante el confinamiento podría sostener el consumo durante los próximos trimestres pese a los riesgos que rodean a la economía y ayudaría a suavizar el impacto de varios de los elementos negativos descritos previamente, o bien destinarse a la compra de vivienda. En segundo lugar, la ejecución de los fondos Next Generation EU (NGEU) podría acelerarse durante los próximos trimestres. 

Por último, los efectos positivos de la reforma laboral podrían ayudar a sostener la evolución del consumo, particularmente de los más jóvenes, además de favorecer la productividad. Los datos de contratación apuntan a que los cambios en la regulación están reduciendo el peso de la temporalidad, especialmente entre los menores de 25 años. La mayor seguridad en el empleo podría reducir el ahorro precautorio entre este tipo de trabajadores o incrementar su disposición a endeudarse. Además, una relación laboral más estable podría aumentar los incentivos a invertir en el capital humano de las personas contratadas.

El principal riesgo hacia delante es ahora la inflación

BBVA Research prevé que la variación en el IPC se mantenga elevada, alcanzando casi un 8% en promedio durante 2022 y un 3% en 2023. Más preocupante aún puede ser la tendencia de la subyacente, que podría alcanzar el 5% en promedio este año y el 4% el siguiente. Distintos indicadores muestran que la variación en los precios de la mayor parte de los bienes y servicios ha continuado aumentando o se ha estabilizado en niveles elevados. La evolución hacia delante dependerá de varios factores en los mercados internacionales, como el impacto de la invasión de Ucrania sobre el precio de las materias primas o la continuación de problemas en las cadenas de suministro. Sin embargo, será determinante el efecto que pueda tener el comportamiento de los márgenes empresariales, el resultado de la negociación colectiva y el impacto de las políticas públicas. En este sentido, es necesaria la toma de decisiones que ayuden a distribuir los costes de manera equitativa y a evitar que la inflación se enquiste, lo que aumentaría el riesgo de recesión.

BBVA Research explica en su informe que el aumento en las expectativas de inflación ha tenido consecuencias en las perspectivas sobre los tipos de interés. De cumplirse sus previsiones, los tipos de política monetaria en EE.UU. y en la eurozona podrían terminar el año 325 y 125 puntos básicos por encima de sus niveles de final de 2021 (hasta alcanzar los 350 pb y 125 pb, respectivamente). En este sentido, se podría incrementar la carga financiera de hogares y empresas, y reducir los recursos disponibles para consumo e inversión. Las estimaciones de BBVA Research apuntan a un impacto negativo directo de siete y tres décimas sobre el crecimiento económico de España en 2022 y 2023 respectivamente. Además, la menor demanda europea recortará el avance de las exportaciones y, por tanto, de la actividad de la economía española (-0,8 puntos para el conjunto del bienio).

Mejor preparada que antes

En todo caso, el informe ‘Situación España’ señala que el incremento en los tipos de interés encuentra a la economía española mejor preparada que en períodos recesivos anteriores. La deuda de familias y empresas se ha reducido con intensidad en los últimos años, y actualmente está en niveles similares a los del resto de países de la eurozona. Adicionalmente, el sector privado ha acumulado activos que pueden ayudar a suavizar el impacto de una mayor carga financiera. Más vulnerable puede ser la situación del sector público, con umbrales de endeudamiento elevados.

Los expertos de BBVA Research incluyen en su informe una primera valoración sobre las medidas anunciadas por el gobierno en el último Debate del Estado de la Nación, todas ellas presentadas como transitorias. La gratuidad temporal de algunos transportes públicos es una medida que ayudará a aliviar el coste de la inflación y a reducir la demanda de energía, y es más selectiva que el subsidio al combustible. Parece una oportunidad perdida no haber eliminado este apoyo al consumo de energía no renovable y utilizar los recursos para incrementar el soporte a hogares, autónomos y empresas particularmente afectados por el incremento en el precio de la gasolina y la electricidad.

Respecto al anuncio de impuestos sectoriales, BBVA Research considera que no tiene sentido penalizar a sectores específicos, como el sistema bancario, que no genera externalidades negativas en el resto de la economía, sino todo lo contrario: facilita la asignación de recursos productivos a los sectores más dinámicos y de mayor crecimiento.

Por último, BBVA Research señala que la incertidumbre sobre la política económica se irá incrementando conforme se acerquen las elecciones municipales y autonómicas del próximo año. España tiene todavía por delante una agenda de reformas que cumplir para continuar accediendo a los fondos NGEU y, probablemente, junto con la importancia de un plan fiscal a largo plazo, para recibir el apoyo del BCE en los mercados de deuda. Las medidas implementadas para reducir el impacto del encarecimiento del combustible y de la electricidad pueden tener que persistir en el tiempo, dado que se espera que el coste de la gasolina y del gas se mantengan elevados al menos durante el próximo año.