La evolución histórica de las criptomonedas

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Hasta hace algún tiempo, las criptomonedas eran una clase de activo de nicho de los que solo habían oído hablar los expertos en informática y algunos iniciados. Sin embargo, todo eso cambió en 2017 cuando estos instrumentos comenzaron a dominar los titulares, tras alcanzar ganancias sin precedentes en tan solo unos meses. De hecho, a finales de ese mismo año, el bitcoin había subido un 2000% para alcanzar un máximo diario de 19.650 dólares, analizan desde Libertex.

Sin embargo, aún pasaron otros tres años antes de que las monedas digitales se convirtieran en un elemento habitual en la mayoría de las carteras institucionales.

Los primeros días (2009-2012)

Inmediatamente después del lanzamiento de la criptomoneda original en 2009, por parte de Satoshi, los precios rondaron el cero durante casi dos años. No fue hasta 2011 que BTC alcanzó la paridad con el dólar estadounidense. Lo que siguió no fue diferente a lo visto durante el gran auge y caída de 2017. Los precios en Mt. Gox aumentaron de 1 a 30 dólares, antes de volver a caer a 5 a finales de 2011.

A pesar de las ganancias porcentuales, que fueron tan impresionantes como las vistas en mercados alcistas recientes, todo este episodio pasó más o menos desapercibido en los medios. Más allá de los primeros aficionados a las criptomonedas y los delincuentes de la web oscura, casi nadie poseía BTC o sabía lo que era. De hecho, en 2010, el usuario de BitcoinTalk, SmokeTooMuch, intentó subastar 10000 BTC (actualmente con un valor de 350 millones de dólares), por solo 50 dólares… pero no pudo encontrar un comprador.

El punto de inflexión

Hace diez años, la única empresa de renombre que aceptaba bitcoin era WordPress y usar BTC, legítimamente, era bastante difícil. Pero todo esto cambió a principios de 2013, cuando Internet Archive comenzó a aceptar donaciones de bitcoin e, incluso, ofreció pagar parte de los salarios de sus empleados en la moneda digital.

Poco tiempo después, OkCupid y Foodler comenzaron a permitir que los usuarios pagaran los servicios en BTC. A esto le siguió la apertura del primer cajero automático bitcoin del mundo en Vancouver. Incluso, la Universidad de Nicosia, en Chipre, comenzó a permitir que los estudiantes pagaran sus tasas de matrícula en criptomoneda. Todo esto allanó el camino para que muchas más empresas agregaran bitcoin a sus métodos de pago y se produjo la primera ola de inversionistas minoristas ordinarios, que ingresaron al mercado a un precio promedio de alrededor de 500 dólares.

El gran auge de bitcoin 1.0

Bitcoin comenzó 2013 en alrededor de 13 dólares, pero en diciembre valía más de 1.000. A pesar de las fluctuaciones y correcciones a corto plazo, todos los hodlers que ingresaron en ese momento han tenido retornos que les cambiaron la vida, en menos de una década.

No obstante, no fue hasta 2017 que BTC realmente llegó al radar de los principales medios. Las ganancias fueron realmente espectaculares: bitcoin pasó de un precio de alrededor de 900 dólares en enero a un máximo de 19.650 el 15 de diciembre, duplicando su recuperación del 1000% de cuatro años antes. La diferencia clave esta vez fue que bitcoin nunca volvió a caer a sus mínimos anteriores a 2017.

Esta carrera alcista hizo que ingresaran un gran número de nuevos inversores minoristas. Si bien muchos tuvieron pérdidas significativas en 2018, aquellos que aguantaron obtuvieron importantes ganancias. Además, el rumor en torno a bitcoin también ayudó a proyectos incipientes como ethereum (2015) y cardano (2017), a atraer nuevos usuarios y capital a medida, comenzando a tomar forma el llamado mercado de «altcoin».

Un mundo de posibilidades

Quizás la faceta más interesante del auge criptográfico reciente fue el impulso, en gran medida, por la tan esperada llegada de instituciones e inversores heredados. De hecho, la asombrosa cifra de 9.300 millones de dólares de capital institucional fluyó hacia los activos digitales en 2021, lo que supuso un aumento de casi el 36% frente a los 6.800 millones de dólares de 2020 y prácticamente nada en 2017. La criptomoneda original ha asumido nuevos roles como reserva de valor en Turquía, afectada por la inflación y como un medio seguro de intercambio transfronterizo gratuito, en países devastados por la guerra en todo el mundo.

Pero uno de los desarrollos más emocionantes desde 2020 es el surgimiento de los segmentos DeFi y NFT, que tienen CAGR respectivas del 47% y el 35%. Además, este mercado es prácticamente todo altcoin. Bitcoin apenas está presente; en cambio, son ethereum, cardano, solana, terra luna y otras monedas las que gobiernan el espacio.

Estos podrían ser los proyectos que experimenten el mayor crecimiento en el futuro y muchos inversores con visión ya los están acumulando, como los pioneros de Bitcoin Hodlers de principios de la década de 2010.

 

Todo lo que debes saber sobre el nuevo test de preferencias de sostenibilidad de Green MiFID

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Agosto traerá novedades regulatorias. El próximo día 2 entra en vigor Green MiFID, que introduce el requisito de analizar las preferencias de sostenibilidad como parte de la actual evaluación de idoneidad de MiFID II

Para comprender su trascendencia y las claves que introduce, Schroders ha analizado los nuevos requisitos de evaluación de las preferencias de sostenibilidad y cómo se inscriben en la agenda más amplia de las finanzas sostenibles en toda Europa; cómo podría funcionar en la práctica la evaluación de las preferencias de sostenibilidad; cuáles son los principales desafíos de implementación y qué podrían hacer los asesores.

¿Qué es la evaluación de las preferencias de sostenibilidad de MiFID II?

Elisabeth Ottawa, responsable adjunta de políticas públicas de Schroders, explica que «lo esencial de las preferencias de sostenibilidad de MiFID es que se debe preguntar a cualquier cliente, tanto a los existentes como a los nuevos, sobre sus preferencias de sostenibilidad». 

Hay tres opciones para elegir: una alineación con la Taxonomía, un porcentaje en inversiones sostenibles según lo definido por el SFDR, o una consideración cuantitativa o cualitativa de los Principales Impactos Adversos (PAIs, por sus siglas en inglés). Como recordatorio, los PAIs pretenden captar cualquier efecto negativo material que las inversiones tengan sobre el medio ambiente y/o la sociedad.

«Una vez que el cliente elige una de estas opciones o una combinación de ellas, el asesor debe asegurarse de que el producto ofrecido se ajusta a las preferencias de sostenibilidad del cliente. Si no es así, el producto no puede ofrecerse a menos que el cliente cambie sus preferencias de sostenibilidad», aclara. 

¿Cómo se inscribe el requisito de las preferencias de sostenibilidad en el programa más amplio de financiación sostenible de la UE?

Según explica Ottawa, el objetivo último del programa de finanzas sostenibles de la UE es canalizar más inversiones hacia activos sostenibles y, por tanto, hacer más ecológica la economía de la UE. La forma en que se pretende que esto funcione en toda la cadena de inversión es la siguiente.

En primer lugar, empresas comunican información no financiera, de «sostenibilidad», y la alineación de sus actividades económicas con la taxonomía. Los participantes en el mercado financiero utilizarían entonces esta información para divulgar información sobre el nivel de sostenibilidad de sus productos, y también para informar sobre cómo integran las consideraciones de sostenibilidad en conjunto. 

En el siguiente paso, los asesores tendrían que preguntar a los clientes sobre sus preferencias en materia de sostenibilidad y ajustar los productos en consecuencia. «Entonces el inversor tendría la seguridad de que invierte en un producto financiero que se ajusta a sus preferencias. Y como todos los productos sostenibles tendrían que cumplir estas normas de divulgación, habría más comparabilidad y, por tanto, más competencia entre esos productos», explica la experta. 

¿Cuáles son los primeros pasos de los asesores a la hora de abordar las preferencias de sostenibilidad?

Anastasia Petraki, directora de Inversiones ESG de Schroders, responde señalando que «hay dos cosas que los asesores tendrían que hacer. La primera es la de siempre, es decir, seguirán teniendo que recopilar toda la información para evaluar la situación del cliente, su situación financiera, cuál es su nivel de conocimiento y experiencia, y sus objetivos de inversión. El siguiente paso sería explicar al cliente qué son los factores ASG y las diferentes formas en que pueden expresarse». 

Los asesores también deberían exponer la diferencia entre los productos con enfoque de sostenibilidad y los productos que no tienen ese enfoque. Una vez establecido el escenario, los asesores pasarían a la pregunta propiamente dicha: «¿Tiene usted preferencias en materia de sostenibilidad? Sí o no».

Si el cliente dice que no, el asesor puede recomendar el producto sostenible, siempre que lo considere adecuado en función de sus conocimientos, su situación financiera y sus objetivos de inversión. En cambio, si el cliente dice sí, lo que esperamos que haga la mayoría, entonces el cliente tendría que hablar sobre si su preferencia es por esa alineación con la taxonomía, o el porcentaje de inversión sostenible, o las principales consideraciones de impacto adverso.

¿Qué ocurre si eligen varias opciones?

«Las directrices no dicen nada sobre lo que ocurre si un cliente elige una combinación de opciones, pero esto es algo en lo que quizás veamos más orientaciones a finales de este año. Si el cliente elige la alineación con la Taxonomía, el siguiente paso sería identificar un rango o el porcentaje mínimo de esa alineación. Si el cliente opta por el porcentaje en la inversión sostenible, entonces, de nuevo, la idea es identificar ese porcentaje mínimo, pero también discutir si la atención debe centrarse en la E, la S o la G. Si el cliente opta por las consideraciones del principal impacto adverso, es una cuestión que el cliente debe discutir si quiere centrarse más en la E, o la S o la G», aclara Petraki.

¿Y si las preferencias del cliente no coinciden con un producto que se ofrece?

Si el cliente expresa sus preferencias de una forma en la que no se identifica inmediatamente ningún producto como adecuado para recomendar, Petraki explica que probablemente seguirá un proceso bastante reiterativo. «Habrá que ver hasta qué punto el cliente está dispuesto a adaptar la forma en que expresa sus preferencias de sostenibilidad», apunta.

«Si adaptan esas preferencias, entonces este proceso reiterativo vuelve a empezar. Si no lo hacen, es prácticamente el final de la discusión. Creemos que es muy importante que los asesores registren y documenten todo, independientemente de cuál sea el resultado. Esperaríamos un enfoque específico en los casos en los que un cliente adapte sus preferencias», añade. 

¿Qué herramientas hay para los asesores?

Nathaële Rebondy, responsable de Sostenibilidad de Schroders en Europa, explica que una de las herramientas clave a disposición de los asesores para ayudarles a filtrar y elegir los productos pertinentes en función de las preferencias expresadas por sus clientes es la Plantilla Europea ESG (EET). En ella se reúnen todos los datos ESG útiles y necesarios para que los distribuidores puedan tener en cuenta los requisitos normativos y responder a ellos.

Aunque la EET es voluntaria, es probable que sea el principal medio a través del cual los “fabricantes” de productos puedan informar sobre las tres opciones de preferencia de sostenibilidad en sus productos. 

¿Cuáles son los retos de la aplicación?

Al observar el calendario del reglamento, Petraki identifica al menos cuatro problemas.

Las directrices definitivas sobre cómo realizar la evaluación de las preferencias de sostenibilidad estarán disponibles en el regulador a finales de año, es decir, un par de meses después de que los cambios entren en vigor a principios de agosto.

Las declaraciones detalladas reales para los productos artículo 8 y 9 que ayudarán a esta evaluación de las preferencias de sostenibilidad, aparecerán dentro de las plantillas de divulgación del Nivel 2 del SFDR que entran en vigor en enero de 2023.

La Taxonomía, que es una de las opciones clave para la evaluación de las preferencias de sostenibilidad, sigue en proceso.

Las empresas solo informarán de los datos no financieros necesarios, ya que el Reglamento sobre la Taxonomía solo se aplica actualmente a un pequeño número de empresas y la Directiva sobre información corporativa en materia de sostenibilidad (CSRD) no entrará en vigor antes de 2024.

¿La evaluación en torno a las preferencias debe centrarse en esas tres opciones?

Según Petraki, los reguladores fueron bastante explícitos cuando enmarcaron las preferencias de sostenibilidad, lo que significa que la evaluación real tendrá que girar en torno a esas tres opciones. «Creo que, en el contexto de intentar explicar el marco a los clientes, puede haber un debate más amplio en torno a la ASG, los diferentes enfoques de inversión y cómo pretenden lograr la sostenibilidad. Entender el enfoque de inversión es quizás más importante que entender los números individuales, porque los números aislados y fuera de contexto no te dirán mucho sobre cómo se gestiona un fondo», apunta.

«Yo tomaría la analogía de hojear el menú de un restaurante. La conversación podría ir en una dirección en la que se empieza explicando: «¿Qué suele ser un entrante? ¿Qué suele ser un plato principal? ¿Qué suele ser un postre?». No hace falta que vengas a explicar la receta exacta de cada plato, pero sí que expliques un poco cuál es el concepto de cada uno de esos grupos de platos y cuál es quizá su característica principal», explica Ottawa.

«¿Es un plato vegetariano? ¿Es algo con carne o es pescado? En un siguiente paso, tu cliente expresaría qué categoría de plato quiere y cuál es su preferencia de sabor particular. Y entonces tendrá que ver si tiene un plato que ofrecer de la categoría elegida. Entonces es de esperar que se inicie una conversación, que no se salga completamente de los requisitos regulatorios, porque no se empieza y se acaba sirviendo únicamente los platos que se tienen», aclara.

¿Ha capitulado el inversor minorista?

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El inversor retail, pequeño inversor o inversor minorista, entendido como el que opera con volúmenes bajos y que no corresponde a cuentas institucionales, suele tener unas pautas de comportamiento muy diferentes a las del resto del mercado. El año 2022 está siendo una muestra evidente de cómo la psicología del pequeño inversor va por libre.

«El folclore del mercado afirma que el mejor momento para comprar acciones es cuando los pequeños inversores son bajistas y que el mejor momento para vender es cuando los pequeños inversores son alcistas». Esta vieja frase, con décadas de antigüedad y que es puro behavioral finance, va totalmente en contra de la teoría del mercado eficiente desarrollada por el Premio Nobel de Economía Eugene Fama. A menudo funciona. ¿Y actualmente? ¿Están bajistas los pequeños inversores? ¿Les afectan las caídas de este año y las malas perspectivas económicas para estar más negativos?

La realidad es que el pequeño inversor todavía no ha capitulado, bien sea porque acumulaba grandes beneficios de años anteriores o porque la salud económica media de las familias es mucho mejor que a las puertas de crisis anteriores. El caso es que el pequeño inversor todavía no ha vendido sus posiciones ni ha mostrado desesperación o miedo. Por regla general, los mercados bajistas no hacen suelo hasta que el inversor retail capitula y es importante señalar que esto todavía no se ha visto. De hecho, aún se muestran confiados con entradas de flujos en renta variable. En otras ocasiones, el pequeño inversor ha empezado a vender cuando la economía flojeaba o se producía un evento muy negativo e inesperado, pero de momento, mientras la economía siga razonablemente fuerte, es de esperar que no se vea forzado a capitular.

Si nos centramos en la renta variable estadounidense, que es donde hoy en día mayor importancia tiene el inversor minorista, teniendo en cuenta el seguimiento de los flujos de pequeños inversores a través de compras directas de acciones, opciones sobre acciones y ETFs de renta variable, se observan muy pocas pruebas de que haya claudicado. De momento, el inversor minorista solo ha vendido unos 10.000 millones de dólares en acciones, lo que supone solo el 4% de lo que compró desde el COVID. Incluso, si normalizamos los datos al ritmo de compras anterior a la pandemia (pues estas se aceleraron durante la pandemia), la venta no alcanza el 10% de las compras realizadas. Nótese que tan solo se trata de ventas de acciones, especialmente de valores de los sectores de tecnología y salud, porque en lo que a ETFs se refiere, se siguen comprando de forma neta.

Para poner estos datos en contexto, es interesante compararlos con lo ocurrido en diciembre de 2018. En ese momento, el inversor retail capituló a final de año, cuando el S&P 500 entró en terreno negativo, y se vendieron 25.000 millones de dólares a lo largo de tres semanas. Esto se tradujo en ventas por el 35% de las compras que se habían realizado en los dos años anteriores, lo que nos demuestra que el minorista no tiene por qué vender toda su cartera, pero sí una parte proporcional mucho más alta de la que ha vendido hasta ahora. Esa observación podría ser un indicador útil para el período actual; es decir, los pequeños inversores no necesitan vender todo lo que compraron desde la aparición del coronavirus. No obstante, para hablar de que el mercado ha tocado suelo, deberíamos ver al menos un flujo de venta por parte del inversor minorista tres veces superior a lo que hemos visto hasta ahora.

Puede que esta capitulación de los pequeños inversores tarde más tiempo en llegar, ya que no hay un catalizador fuerte que les obligue a vender, aunque sí que tienen pérdidas con respecto a las compras que hicieron últimamente, al tiempo que las criptodivisas están sufriendo y esto podría provocar un efecto dominó en los flujos de los minoristas. Con todo, lo más razonable es pensar que la verdadera venta se irá produciendo a medida que la economía se ralentice y la inflación se mantenga alta, por lo que esta vez estará mucho más repartida en el tiempo. Este año habrá que armarse de paciencia.

Miguel Ángel Rico, Portfolio Manager en España de Creand Asset Management (Gesalcalá, SGIIC, SAU)

Guía de estrategias ESG para inversores en bonos municipales

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Los inversores en bonos municipales quieren aplicar cada vez más consideraciones medioambientales, sociales y de gobernanza (ESG) a sus carteras. Pero, dado el amplio espectro de enfoques, saber por dónde empezar puede ser un reto. Hemos identificado tres estrategias clave para incorporar las consideraciones ESG a la inversión en bonos municipales, cada una de ellas con un enfoque distinto que atrae a diferentes objetivos de los inversores. A continuación, ofrecemos una guía para el inversor sobre la integración, la selección y la inversión de impacto en materia de ESG.

Integración: Medición de factores ESG en las carteras municipales

La integración ESG es el proceso de incorporar factores ESG en una cartera para medir su riesgo y su potencial de rendimiento con mayor precisión. Es un tema familiar en las carteras de renta variable y de bonos imponibles, pero todavía está evolucionando en el mercado municipal, donde los emisores superan en número a los emisores corporativos con grado de inversión de EE.UU. en una proporción de 4 a 1.

¿Por qué hacerlo? Porque los factores ESG pueden tener -y a menudo tienen- un impacto directo en los resultados de un emisor. De hecho, las infracciones relacionadas con los factores ESG pueden dar lugar a rebajas de la calificación, demandas judiciales y cargas financieras inminentes. Por el contrario, los emisores que obtienen una alta puntuación en las medidas ESG pueden representar un valor excepcional, ya que las fortalezas y debilidades relativas pueden no ser evidentes sin una lente ESG.

Los gestores que puedan discernir entre los rezagados y los líderes en ESG tendrán una ventaja en el mercado municipal, que por lo general aún no hace tales distinciones. Esto hace que la integración del ESG sea adecuada para todos los inversores en el mercado municipal. Desde las de corta a las de larga duración, desde las nacionales a las específicas de cada estado y desde las de alto grado a las de alto rendimiento, todas las estrategias de inversión municipal pueden beneficiarse de este escrutinio adicional.

Para eliminar a los posibles rezagados, los gestores deben plantearse preguntas difíciles. ¿Es segura el agua potable de esa ciudad (E)? ¿Cuál es la tasa de graduación de la escuela secundaria de la ciudad (S)? ¿Cuál es la intensidad de la parálisis política del gobierno local (G)? Estamos a favor de un modelo de puntuación, aplicado de forma coherente en todos los emisores, que califica los atributos en una escala de 1 a 10. Estas métricas se reducen a una puntuación final de ESG, que nos ayuda a discernir entre las emisiones de bonos infravaloradas y las inversiones potenciales cuyos riesgos ESG exagerados justifican un mayor rendimiento (Figura 1).

ESG Integration Compares Metrics Across Munis

La selección: Personalización según las preferencias del inversor

Algunos inversionistas municipales pueden querer aplicar la selección ESG para evitar emisores específicos basados en consideraciones y valores personales. Por ejemplo, algunos evitan las empresas de servicios públicos que dependen en gran medida del carbón para la generación de energía o los sistemas de salud con mala reputación; otros pueden dar prioridad a la calidad del aire, la equidad de ingresos o el empoderamiento de la mujer. Una estrategia de selección municipal puede personalizar las carteras en función de lo que más les importa a los inversores (Figura 2).

Examples of ESG Muni Screening, Which Is More Personalized

Al igual que en el caso de la integración, la selección ESG de bonos municipales comienza con el amplio universo de bonos municipales de 4 billones de dólares. Pero después de aplicar los criterios ESG, los gestores pueden eliminar los emisores con menor puntuación dentro de los temas seleccionados por el inversor.

Dada la amplitud del mercado de bonos municipales, este tipo de selección no es fácil. Pocos gestores han asumido el gran compromiso tecnológico necesario para recopilar los datos y filtrar las carteras en función de las consideraciones ESG deseadas por el cliente sin degradar otros factores clave de la cartera, como la calidad y el rendimiento (Figura 3). Pero para un gestor de bonos que esté debidamente equipado, el cribado y los enfoques más adecuados pueden ser otra muesca en el cinturón de herramientas de personalización.

Measuring ESG Doesn’t Have to Cost You

Impacto: mejorar los resultados de las comunidades desatendidas

La inversión de impacto apoya intencionadamente el progreso social y medioambiental centrándose en programas o proyectos con un propósito y unos resultados específicos. En este sentido, la inversión de impacto municipal puede aportar mejoras positivas a comunidades históricamente desatendidas. Por ello, es una opción natural para los inversores municipales que desean marcar una diferencia mensurable en el tratamiento de las desigualdades socioeconómicas.

La inversión de impacto municipal puede dirigirse a muchos objetivos importantes relacionados con los ESG, que van desde la mejora del suministro de agua y el transporte público hasta la eficiencia energética y el desarrollo económico. La Autoridad de Alcantarillado de Búfalo, por ejemplo, emitió un bono de 50 millones de dólares para financiar infraestructuras verdes y reducir la escorrentía de aguas residuales no tratadas en las vías fluviales cercanas. Asimismo, la medida de bonos KK de la ciudad de Oakland financia inversiones específicas en carreteras y otras infraestructuras en los barrios que más lo necesitan, junto con viviendas asequibles.

La mejora del acceso a la educación y la sanidad son también áreas de interés frecuente. Por ejemplo, la Universidad Gallaudet, la única universidad de artes liberales del mundo dedicada a los estudiantes sordos, con problemas de audición y sordociegos, emitió un bono de 40 millones de dólares para financiar mejoras en las instalaciones para optimizar aún más su entorno educativo. No muy lejos, el bono del Sistema de Salud de la Universidad de Virginia Occidental ayudará a pagar la ampliación de la asistencia a los residentes más vulnerables y en riesgo del estado, como los adolescentes adictos a los opioides o los adultos mayores que viven en zonas montañosas y rurales remotas.

Los resultados son tan importantes como la intencionalidad. Los inversores de impacto deben medir cómo se utiliza la recaudación de cada bono para alcanzar objetivos medioambientales o sociales, muchos de los cuales suelen coincidir. Los resultados que nos indican si el proyecto tiene éxito se miden de forma diferente según el sector o los temas ESG (Figura 4).

Tracking Muni Impact: Success Looks Different Across Focus Areas

La elección de un enfoque ESG para activos municipales depende de los objetivos del inversor

A medida que el ESG se convierte en una parte más importante de la inversión municipal, es importante discernir entre los muchos enfoques antes de lanzarse. El mercado municipal es muy amplio, y los bonos municipales -así como los emisores- ofrecen diferentes riesgos y recompensas en materia de ESG. Los inversores municipales que consideren cómo el ESG añade valor a sus carteras deben estudiar todas sus opciones en todo el espectro para saber qué estrategia se alinea mejor con lo que esperan conseguir.

Tribuna de Erin Bigley, senior investment strategist del equipo de Renta Fija de AB; Marc Uy, vicepresidente y gestor de carteras de los productos de impacto municipal de AB; Gavin Romm, vicepresidente senior y jefe de Soluciones SMA de Renta Fija de AB, y Larry Bellinger, vicepresidente sénior y director del Grupo de Investigación de Créditos Municipales en AllianceBernstein.

Thibault Douard: «Buena parte de las peores previsiones podrían estar recogidas en los precios»

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Aunque el segmento de las subordinadas financieras ha corregido con fuerza durante el año, desde Tikehau Capital observan varios catalizadores positivos y mejores perspectivas en el medio plazo para la clase de activo, entre otros por la subida de tipos y los sólidos fundamentales del sector bancario. Thibault Douard, gestor del Tikehau Subfin, explica el actual posicionamiento cauto del fondo y las ventajas que le otorga la capacidad de asignar posiciones en los distintos instrumentos. 

Tras un comienzo de año complejo para la clase de activo, ¿cuál es vuestra actual visión sobre las subordinadas financieras?

Bajo nuestro punto de vista, a pesar de que el mercado puede permanecer volátil en el corto plazo, observamos varios catalizadores positivos y, por tanto, perspectivas mejores en el medio plazo. Por un lado, pensamos que la corrección vivida en lo que llevamos de año devuelve a la clase de activo a una zona de valoraciones atractivas. Por su parte, esperamos que la volatilidad en crédito se estabilice teniendo en cuenta que el potencial de los tipos soberanos es cada vez más limitado. Finalmente, teniendo en cuenta la tendencia negativa de las noticias en el plano macro, la potencial normalización de los datos de inflación, crecimiento y flujo de noticias del conflicto Rusia/Ucrania debería resultar un factor positivo.

No obstante, aunque hemos aumentado la exposición a mercado de nuestro fondo, Tikehau Subfin, mantenemos un posicionamiento cauto ante los riesgos vigentes: i) el quantitative tightening a nivel global continuaría presionando a los mercados de crédito; ii) la materialización de nuevas desinversiones en crédito afectaría a los precios del mercado; iii) cifras de inflación sorprendiendo al alza añadirían mayor presión sobre volatilidad y los tipos; y iv) el empeoramiento de las condiciones macroeconómicas aumentaría el riesgo de recesión.

¿Están preparados los bancos para una nueva recesión?

A pesar de que el sentimiento negativo de mercado ha arrastrado las cotizaciones del segmento de las subordinadas financieras, en nuestra opinión los fundamentales del sector bancario son sólidos. Las métricas crediticias marchan en la buena dirección, la posición de solvencia es fuerte y, por el momento, no se observan signos de deterioro en la calidad de los balances. Además, la subida de tipos ha mejorado sus márgenes y los volúmenes en banca retail y corporativa han mantenido una tendencia positiva.

Si echamos un vistazo a la evolución del ratio CET1 (Common Equity Tier 1), observamos cómo la capitalización de las entidades bancarias durante estos últimos años ha mejorado sustancialmente. Aunque es cierto que esta métrica ha empeorado en el último trimestre en 55 puntos básicos, los principales contribuidores han sido factores que solo se repetirán una vez o one-offs: i) el final de algunas medidas regulatorias transitorias implementadas para paliar la crisis pandémica por parte del BCE y ii) el impacto de los ajustes por precio de los bonos gubernamentales en los balances bancarios.

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Por su parte, durante los últimos años los bancos han hecho una buena labor en cuanto a la mejora en la calidad de sus balances, como muestra la evolución del ratio de NPLs (Non-Performing Loans) desde 2014. Además, las entidades europeas fueron proactivas a la hora de dotar de provisiones ante el potencial impacto del COVID-19 y buena parte de estas todavía se encuentran en sus balances. Así, aunque el empeoramiento de las condiciones macroeconómicas podría cercenar las métricas de calidad de los activos, creemos que los bancos europeos se encuentran en una buena posición para hacer frente a este escenario.

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Parece que en las últimas semanas los mercados de crédito se han estabilizado, ¿cómo se está comportando el segmento de las subordinadas financieras?

Efectivamente hemos visto cierta normalización o estabilización en estas últimas semanas. Con una inflación disparada e incertidumbre alrededor de las subidas de tipos y la acción del BCE, los tipos soberanos han escalado con fuerza a lo largo del año limitando potenciales revalorizaciones. Además, la narrativa del organismo monetario frente a la fragmentación entre países periféricos y el resto de Europa ha podido aportar cierta dosis de tranquilidad al mercado.

 

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Como muestra el gráfico superior, el segmento de las subordinadas financieras ha corregido con fuerza durante el año. Después de la primera mitad del año, tanto los diferenciales como la yield-to-worst de los AT1 europeos se encuentran en niveles históricamente elevados, solo comparados con el shock provocado por la pandemia, que fue disipado con rapidez. De hecho, actualmente los diferenciales se encuentran en niveles similares a los observados a finales de 2018 y comienzos de 2016. Y, debemos destacar, que ambos periodos precedieron a un rendimiento de la clase de activo en los trimestres siguientes.

Por tanto, pensamos que los precios actuales podrían recoger buena parte de las malas previsiones y, aunque es difícil anticipar donde puede encontrarse el suelo, los diferenciales cotizan en sus niveles más elevados de los últimos diez años, mientras los fundamentales del sector se mantienen sólidos.

Finalmente, es importante remarcar que los diferenciales con el high yield corporativo comparable también han aumentado a lo largo del año. Bajo nuestro punto de vista, las compañías han sido las principales beneficiarias de la era de tipos negativos, incrementando su apalancamiento con deuda barata y aumentando su riesgo en caso de una reversión de las condiciones de financiación. Por su parte, el sector bancario se beneficia de una subida de tipos mejorando la rentabilidad de un negocio cuyos márgenes se encontraban altamente presionados.

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¿Cómo estáis posicionando vuestra estrategia, Tikehau Subfin, para los próximos meses?

Del mismo modo que en las otras estrategias de crédito, la gestión de Tikehau se caracteriza por su enfoque total-return. En el caso de Tikehau Subfin, la capacidad del fondo de asignar posiciones en los distintos instrumentos (AT1, Tier 2, Sr Debt, Insurance Debt o Legacy) le otorga una ventaja y le da la posibilidad de cambiar de posicionamiento de acuerdo con el convencimiento del equipo gestor sin tener que seguir al índice.

En cuanto al posicionamiento actual, con muchos de los riesgos ya recogidos en las correcciones de los precios, nuestra cartera muestra las ideas en las que somos constructivos:

  • AT1s – actualmente ocupan en torno a un 45% de nuestra cartera y, a pesar de que pensamos que los diferenciales son atractivos, preferimos esperar a tener mayor claridad sobre el devenir del mercado para añadir una mayor exposición a CoCos.
  • Tier 2 – especialmente en entidades periféricas, que no ofrecen un gran potencial de contracción, pero sí buenos niveles de carry. Estas emisiones suponen cerca de un 15% de la cartera.
  • Legacy Tier 1 – bajo nuestro punto de vista, la presión del regulador para refinanciar este tipo de papel en los próximos meses es muy elevada y la corrección vivida durante febrero/marzo otorga a este tipo de papel un potencial de revalorización interesante. También ocupan una posición cercana al 15% de la cartera.
  • Senior – aunque no ocupen una posición muy relevante en la cartera (aproximadamente 10%) estamos viendo oportunidades en papel a corto plazo con un carry atractivo, buena liquidez y muy poca volatilidad.

A modo informativo, la yield-to-worst de Tikehau Subfin a 25 de julio era de 7,82% para una duración de tipos y crédito de 3,0 y 3,5 años, respectivamente, y una calidad crediticia media de BB+. A comienzos de año (31 de diciembre de 2021), la yield-to-worst del fondo era del 3,20% para una duración de tipos y crédito de 3,3 y 3,8 años, respectivamente, y la misma calidad crediticia media.

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Este artículo ha sido elaborado por TIKEHAU INVESTMENT MANAGEMENT SAS, autorizada por la Autorité des Marchés Financiers como sociedad gestora de carteras con el número de autorización GP-07000006.

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Providers Seize Opportunities at the Intersection of Defined Contribution and Wealth Management

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Amid intense fee compression in the defined contribution (DC) market, financial planning and wealth management are becoming more attractive service offerings to recordkeepers, plan advisors, and other DC providers, according to The Cerulli Report—U.S. Retirement End-Investor 2022: Fostering Comprehensive Relationships.

DC providers are well positioned to nurture deeper, more comprehensive relationships with retirement investors that extend beyond their DC plan by helping them navigate complicated financial dilemmas, questions, and challenges over the course of their working lives.

One-third (34%) of active 401(k) participants name their 401(k) provider as their primary source of retirement planning and advice, followed by a financial professional (16%), according to the research

“Retirement investors’ financial priorities often shift from immediate saving and debt management concerns to longer-term, financial planning considerations as they progress through their careers and accumulate greater wealth,” states Shawn O’Brien, Cerulli associate director.

At a certain point, some participants will stand to benefit from a high-touch, comprehensive wealth management relationship where they gain access to more advanced financial planning services, a broader investment opportunity set, and more flexible distributions.

O’Brien adds, “Firms that establish and expand relationships with participants during their working years offer a simple, seamless transition from DC-focused asset accumulation to a more holistic, financial planning and advisory experience as they approach retirement.”  

The opportunity is ripe for retirement plan providers. Cerulli estimates more than $440 billion in DC assets were rolled into individual retirement accounts (IRAs) with the help of an advisor in 2021, illustrating the addressability for sourcing wealth management business from the DC market.

The vast majority (86%) of advisor-intermediated rollover assets are through an existing advisor relationship. “For wealth managers looking to capture rollovers from DC plans, this data underscores the importance of establishing and nurturing relationships with participants earlier in their careers, years prior to potential rollover events,” adds O’Brien. 

Cerulli anticipates DC recordkeeper and intermediary consolidation, along with ongoing legal and regulatory pressures, to continue to exert downward pressure on fees in the DC market, making financial planning and wealth management services increasingly attractive to providers from a financial standpoint. According to the research, the services are considerably more lucrative than pure-play recordkeeping relationships, in part because the wealth management industry has been largely insulated from the intense fee compression experienced in the asset management and recordkeeping industries.

Given the attractive economics of wealth management relative to recordkeeping and plan advisory, Cerulli anticipates more wealth managers and DC plan providers will create synergies between these two business units through mergers and acquisitions, and strategic partnerships.

O’Brien notes that, “By harmonizing their DC and wealth businesses, firms can manifest meaningful financial benefits for both franchises. Factoring in the expected ancillary revenue from converting DC participants to wealth management clients may allow firms to offer more competitive pricing on the DC side, helping them win additional mandates.” O’Brien also believes greater “coopetition” between recordkeepers and plan advisors could arise as the two parties work to serve the plan but simultaneously compete for participant rollovers. 

A&G amplía su oferta de inversiones alternativas con un nuevo fondo de transición energética

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A&G continúa ampliando su oferta de inversiones alternativas y su apuesta por la transición energética con el lanzamiento del fondo A&G Energy Transition Tech Fund FCR (A&G ETTF), ya registrado en la CNMV. El fondo, que cuenta con un volumen objetivo de 150 millones, invertirá en compañías de base tecnológica que aceleren la transición energética y ayuden a la descarbonización de la sociedad.

Según explica, se trata de un fondo de capital riesgo cuyas inversiones se realizarán principalmente en Europa y EE.UU., donde radican los principales núcleos de innovación en materia de transición energética. Además, está constituido como artículo 9, bajo las directrices de la taxonomía europea de ESG y con criterios de inversión de descarbonización y sostenibilidad. Contará entre sus inversores con grupos industriales interesados en la transición energética, dispuestos a crear una plataforma y ecosistema sinérgicos para corporaciones, participadas e inversores. El fondo se centrará en buscar compañías en 5 áreas: generación descarbonizada, transporte y distribución de energía, consumo y usos finales, circularidad y tecnologías habilitadoras transversales.

Este es el segundo fondo que lanza el departamento de inversiones alternativas en su apuesta por la transición energética, el primero fue el A&G Renewables Iberian Solar I en 2019, que cuenta con 9 proyectos fotovoltaicos en cartera y un total de 330MWs.

“Durante los últimos años hemos dedicado muchos recursos a apostar por un sector en plena transformación que requiere grandes volúmenes de capital y que se presenta como una de las grandes oportunidades de inversión a medio y largo plazo. Con el lanzamiento de A&G ETTF vamos a dar exposición a nuestros inversores a una tendencia con unos fundamentales muy sólidos, con un ángulo y tesis de inversión diferenciales y de la mano de un equipo experto que reúne el conocimiento del sector energético, la tecnología y la inversión en venture capital”, apunta Alejandro Nuñez, director de Inversiones Alternativas de A&G.

Juan Diego Bernal, con una dilatada experiencia en venture capital y transición energética, se incorpora como Managing Director y responsable del fondo. En su opinión: “La transición energética es un reto lo suficientemente complejo como para que deba acometerse mediante el esfuerzo colectivo de la sociedad, involucrando a grandes corporaciones, centros tecnológicos, start-ups innovadoras y grupos inversores. Este desafío debe resolverse invirtiendo no solo en infraestructuras, sino también en el desarrollo y adopción de nuevas tecnologías y modelos de negocio que habiliten el funcionamiento ordenado y eficiente de todo el sistema. De otra forma, no será posible alcanzar los ambiciosos objetivos que necesitamos afrontar como sociedad”. 

La Fed intenta un aterrizaje suave: frenar la inflación sin afectar mucho el crecimiento

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Dicho y hecho. La Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) cumplió ayer las expectativas al anunciar una subida de 75 puntos básicos y dejar abierta la puerta a otra alza similar en septiembre. Según el análisis de los expertos, después de haber hecho ya cuatro subidas de tipos este año, la Fed afronta la parte más peligrosa y pedregosa de su pista de aterrizaje.

Según explica Eva Sun-Wai, gestora M&G Investments, la Fed tiene que seguir adelante y depender realmente de los datos. “Deberían mantener las opciones abiertas, ya que hay muchas fuentes de datos que vigilar, con algunos indicadores más retrasados que otros. Los mercados laborales de EE.UU. han contrarrestado todas las demás señales de debilitamiento de la economía señaladas por el presidente de la Fed, Powell, tras el anuncio”, apunta.

El FOMC se ha reafirmado en su misión de seguir atentamente los riesgos de inflación existentes y su compromiso con volver a situar la inflación en el objetivo del 2%. “La Fed señaló que la producción y el gasto se han debilitado, pero al mismo tiempo notó que el mercado laboral sigue fuerte. Esta es una combinación ideal para la institución, ya que su objetivo actual es desacelerar la demanda de bienes y servicios, pero idealmente sin causar recesión. Además, vemos que la Fed se volvió más dependiente de los datos, es decir, va a ir tomando las decisiones sobre los tipos de interés sobre la marcha. De esta forma, se espera que siga  subiendo las tasas, pero saber a qué  velocidad lo hará es todavía una pregunta abierta”, señala Priscila Robledo, experta en temas macroeconómicos a nivel LATAM y Economista en jefe de Fintual.

Para algunos expertos, reconocer este debilitamiento es el primer paso para asumir que vamos hacia una ralentización de la economía estadounidense y, a su vez, una señal de que puede frenar su ritmo de subida futuras. “La magnitud de las nuevas subidas dependerá en gran medida de los datos sobre la inflación a corto plazo, pero si se mantiene la trayectoria actual, cabe esperar que el FOMC reduzca el ritmo de las subidas a medida que avance el año. Además, el hecho de que la tasa de interés terminal no parezca haber cambiado pone de manifiesto que se está avanzando hacia el final del ciclo actual”, apunta Charles Diebel, director de Renta fija de Mediolanum International Funds Limited (MIFL)

En opinión de Scott Ruesterholz, gestor de carteras en Insight Investment (parte de BNY Mellon IM), a la hora de la verdad, si la Fed tiene que escoger entre inflación o recesión, escogerá recesión. “Aunque un aterrizaje suave sigue siendo posible, las probabilidades son cada vez menores y el entorno de inversión se complica por momentos. Durante los últimos 15 años, los mercados sabían que podían contar con el respaldo de la Fed, pero ahora ya no es así porque la autoridad monetaria está intentando activamente ralentizar el crecimiento, lo que podría debilitar la economía y hace que la selección de bonos cobre aún más importancia”, afirma Ruesterholz.

Para Salman Ahmed, responsable global de Macroeconomía y Asignación Estratégica de Activos de Fidelity International, ya se está gestando una importante desaceleración que comenzará a evidenciarse en las estadísticas durante las próximas semanas y meses. En su opinión, el ritmo de subida puede que tarde en relajarse ya que el mercado laboral no da señales de relajación y la Fed está centrando su atención en las estadísticas retrasadas, lo cual hacen que sea posible otra subida de 75 puntos básicos durante la próxima reunión.

Desde Lombard Odier consideran que dada la ralentización de la demanda, los menores indicios de sobrecalentamiento de los mercados laborales y la probable tendencia a la baja de la inflación durante el segundo semestre – ahora que la Fed se ha vuelto más o menos neutral-, esperan que tome medidas más cautelosas a medida que la política se vuelva restrictiva. “Cuando la Reserva Federal sube los tipos de interés en 75 puntos básicos y la reunión se considera bastante tranquila, se demuestra lo lejos que hemos llegado en este ciclo de endurecimiento todavía muy joven. Prevemos un aumento de 50 puntos básicos en septiembre, seguido de incrementos de 25 puntos básicos en las siguientes reuniones”, sostiene Bill Papadakis, estratega macroeconómico de Lombard Odier.

En este sentido, Morgane Delledonne, Head of Investment Strategy Europe de Global X, considera que “existe el riesgo de que la Fed dé una sorpresa dovish a medida que avanza el segundo semestre, en medio de una marcada desaceleración económica, un bajo nivel de confianza empresarial y una mayor diversidad en la presentación de resultados del segundo trimestre, así como una desaceleración mundial”. 

Delledonne considera que es “probable que veamos un aterrizaje suave en EE.UU., mientras que Europa se enfrenta a vientos en contra más fuertes en el frente de la energía que apuntan a una recesión más aguda tal vez antes de fin de año”.

En opinión de Jack Janasiewicz, gestor de fondos y estratega de Natixis IM Solutions, el mercado está comenzando a valorar ese ligero giro dovish. “Sin reunión de la Fed prevista para agosto, hay muchos datos que digerir de aquí a la reunión de septiembre, suponiendo que Jackson Hole siga siendo tranquilo. La dependencia de los datos se da en ambos sentidos. Si los datos siguen siendo buenos, la Reserva Federal se reserva el derecho a subir. Si los datos se relajan, la Fed tiene la opción de retroceder. Un giro dovish dependerá de los datos”, argumenta.   

Calibrar las subidas

Sin duda el debate y la clave para Fed está en calibrar las subidas de tipos. Para Sebastien Galy, responsable de estrategia macroeconómica de Nordea AM, “lo más probable es que la Reserva Federal siga yendo a la zaga de la inflación y que se produzca un mayor endurecimiento, ya que el mercado laboral está demasiado ajustado, especialmente con la probable baja inmigración legal e ilegal”. Según Galy, la dinámica que han usado algunos de los bancos centrales de los países emergentes para perseguir la inflación puede que no le sirva a la Fed.

“Corremos el riesgo de que la Fed endurezca su política con demasiada fuerza y demasiado rápido, lo que haría inevitable un aterrizaje forzoso. Durante los últimos días, los mercados han moderado el nivel de los tipos terminales en este ciclo hasta alrededor del 3,25%, con un perfil de mayor concentración inicial de las subidas. Estamos de acuerdo con este planteamiento actual, pero pensamos que a corto plazo la Fed podría volver a subir tipos llevada por los datos económicos (retrasados). A la vista de las presiones para reducir de forma apreciable la inflación a través de la política monetaria, las señales contradictorias hacen que la evolución a corto plazo de la política de la Fed siga siendo incierta”, añade, por su parte, Ahmed. 

Christian Scherrmann, U.S. Economist en DWS, se muestra prudente y considera que habrá que esperar a septiembre para obtener una actualización importante sobre la evolución del pensamiento del FOMC. “En el Simposio de Jackson Hole -previsto para finales de agosto- podrían surgir posibles reajustes en la futura postura de la Fed. Sin embargo, a menos que se produzcan grandes y agradables sorpresas en los precios, esperamos que la Fed siga insistiendo en su estrategia de endurecimiento, aunque es probable que sus cambios de tipos en otoño sean de menor intensidad”, señala Scherrmann.

En el momento de actuar ante la inflación, las gestoras destacan que comienzan a percibirse diferencias entre los principales bancos centrales. Por ejemplo, según explica Hernán Cortés, socio fundador de Olea Gestión, “la Fed tiene un doble objetivo: controlar la inflación y favorecer el crecimiento del empleo, que viene a ser igual que facilitar el crecimiento económico. Y el BCE, sin embargo, solo tiene el mandato de controlar la inflación”.

M&G integra el fondo M&G (Lux) Conservative Allocation en el M&G (Lux) Sustainable Allocation

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M&G ha anunciado su intención de integrar el fondo M&G (Lux) Conservative Allocation en el fondo M&G (Lux) Sustainable Allocation. Según explican, ambos cuentan con un enfoque flexible en cuanto a asignación de activos, pero, como estrategia clasificada como artículo 9 del reglamento SFDR, el fondo receptor también busca tener un impacto social positivo al abordar los grandes retos sociales y medioambientales del mundo. 

En los últimos años, la gestora reconoce que los inversores han demostrado un creciente interés por la sostenibilidad, así como una creciente atención por el modo en que se mueve su capital en los mercados financieros. Lanzado en 2018 y gestionado por Maria Municchi, el fondo M&G (Lux) Sustainable Allocation trata de aportar una rentabilidad total del 4%-8% por año sobre cualquier periodo de cinco años y de contribuir a la economía sostenible invirtiendo en activos que apoyan objetivos medioambientales y/o sociales, en particular la mitigación del cambio climático.

Según explican, la integración se debe en parte tanto al menor interés de los inversores en el fondo que se integra como al entorno de los mercados de renta fija en los últimos años, que le ha complicado la tarea de alcanzar de manera sistemática sus objetivos de rentabilidad dentro de sus parámetros de volatilidad. Por su parte, el fondo receptor cuenta habitualmente con mayor proporción de renta variable y menor cantidad de títulos de renta fija que el vehículo que se integra, “lo que le otorga un mayor potencial de obtener resultados a largo plazo sin aumentar la volatilidad de manera significativa”.

“Creemos que las empresas cuyos productos y operaciones se gestionan de manera sostenible experimentarán un mejor resultado operativo y/o un crecimiento más sólido a largo plazo. Esta integración aprovechará la sólida experiencia del equipo en materia de sostenibilidad e inversión de impacto para proporcionar resultados positivos para el medio ambiente y la sociedad, al tiempo que buscará conseguir rentabilidades atractivas a largo plazo para nuestros inversores”, ha comentado Fabiana Fedeli, CIO de renta variable y multiactivo de M&G.

Por último, desde la gestora matizan que antes de la fusión, que se hará efectiva el viernes 21 de octubre de 2022, se llevará a cabo un reajuste del M&G (Lux) Conservative Allocation Fund.

 

Macarena Muñoz Folgueras se une a MFS como responsable de marketing para España, Latinoamérica y América Offshore

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Reportando al responsable senior de marketing Marcello Dichiera y formando parte del amplio equipo de marketing europeo de MFS Investment Management que tiene su sede en Londres, Macarena Muñoz Folgueras se incorpora a la gestora como responsable de marketing para España, Latinoamérica y América offshore.

En este nuevo puesto, será responsable de desarrollar y ejecutar planes de marketing estratégicos para apoyar las aspiraciones de crecimiento de MFS y aumentar su capacidad de prestar servicio a los inversores profesionales en España, Latinoamérica y América offshore. Con esta incorporación, MFS cuenta ahora con un equipo de seis personas en su oficina de Madrid.

Macarena Muñoz cuenta con más de 15 años de experiencia en marketing y comunicación. Recientemente ha trabajado como responsable de comunicación en Enertis Applus+, una empresa global de consultoría, ingeniería y control de calidad en el sector de las energías renovables. Anteriormente, fue directora de marketing y comunicación de Arcano Partners, una importante gestora de activos alternativos. También ha trabajado durante siete años como directora de marketing y comunicación para el Grupo DWS. Comenzó su carrera en BNP Paribas Asset Management, donde trabajó en un puesto de apoyo al departamento de ventas y marketing durante cinco años. Además, Macarena Muñoz tiene un máster en Analítica web, usabilidad y experiencia de usuario por IEBS Business School. 

MFS Investment Management actualmente atiende a clientes mayoristas en toda Europa, y tiene sus oficinas centrales de ventas europeas en Londres, así como oficinas regionales en Fráncfort, Zúrich, París, Madrid y Milán.