Foto cedidaIgnacio Aguilera compagina las funciones de dirección comercial en Madrid y Bilbao y Henar Reguera es directora de una de las direcciones comerciales de Madrid.
Henar Reguera, directora de una de las direcciones comerciales de Madrid, e Ignacio Aguilera, que compagina las funciones de dirección comercial en Madrid y Bilbao, han sido nombrados socios de Abante el 31 de marzo de 2023. Así, el número de socios ejecutivos de la firma de asesoramiento financiero y gestión de patrimonios asciende a 32, tras la incorporación de los fundadores de C2 Asesores y 360ºCorA como socios en 2022.
El modelo de Abante, basado en la independencia como valor diferencial, tiene una estructura de partnership, en el que la mayoría del capital pertenece a los socios profesionales que tienen dedicación exclusiva, lo que garantiza el compromiso y la alineación en el largo plazo del proyecto con los clientes.
Además de los nombramientos de Reguera y Aguilera, Abante ha incorporado a la carrera profesional al cierre de ejercicio en marzo a 15 personas como asociados y han promocionado a ocho personas al puesto de subdirector. De esta forma, ya forman parte de la carrera profesional 115 personas, de las cuales 11 son directores, 31 son subdirectores y 41 son asociados.
Crecimiento y consolidación del proyecto
Las integraciones realizadas en los últimos años, 360º CorA y C2 Asesores, se completaron a finales de 2022 con la incorporación al equipo directivo de socios de los socios fundadores de ambas entidades: Pablo Uriarte, Eugenio Chacón, Joaquín López-Chicheri y Luis Javier Ruiz, de la gestora madrileña, y Carlos García Ciriza y Carlos Taberna, de la firma de asesoramiento navarra. Estas integraciones han permitido ampliar la gama servicios y productos para continuar ofreciendo un alto valor añadido.
Además, Abante reforzará la plantilla este año con la contratación de 38 profesionales en los próximos meses, de los cuales 34 se incorporarán como consejeros financieros en las diferentes oficinas comerciales de la entidad para reforzar el servicio de asesoramiento a los clientes. En la oficina de Madrid trabajan actualmente 77 consejeros financieros y en las oficinas de Barcelona, Bilbao, Zaragoza, Pamplona, Logroño, Valladolid, Sevilla y Málaga, 34 consejeros financieros en total.
Los nuevos socios
Henar Reguera estudió en el Instituto de Estudios Bursátiles (IEB) y comenzó su carrera profesional en Allfunds como consultora de inversiones, para en octubre de 2009 incorporarse al proyecto de Abante como consejera financiera.
Ignacio Aguilera cursó Dirección y Administración de Empresas en la Universidad Autónoma de Madrid e inició su carrera profesional en Banco Popular. En julio de 2011 se incorporó a Abante Asesores en la oficina de Madrid.
Más del 90% de los inversores institucionales y gestores de patrimonios europeos están preocupados por la inflación, según un nuevo estudio de Tabula Investment Management Limited (Tabula), que recoge las opiniones de inversores que gestionan colectivamente más de 300.000 millones de dólares.
En los últimos seis meses, el 88% de los inversores profesionales encuestados ha aumentado su asignación a activos y productos de inversión destinados a protegerse de la inflación. Casi el 85% de los encuestados afirmaron que esperan que los fondos que gestionan aumenten sus asignaciones a clases de activos y fondos que ayuden a combatir la amenaza de la inflación, y el 20% declaró que esta asignación aumentará drásticamente. En cuanto a las clases de activos en las que aumentarán su asignación, el 71% destacó los ETPs de renta fija ligados a la inflación.
«La inflación es una de las mayores amenazas a las que se enfrentan los inversores. No es sorprendente ver a tantos inversores profesionales tomando medidas positivas para hacer frente a este reto. El problema es que, aunque la inflación actual es alta, las expectativas de inflación a largo plazo siguen estando dentro de unos límites. Si los inversores llegan a la conclusión de que la inflación ha llegado para quedarse, el panorama podría cambiar radicalmente», advierte Michael John Lytle, consejero delegado de Tabula Investment Management.
Por su parte, Jason Smith, director de Inversiones de Tabula, añade:»Preocupa profundamente que estemos entrando en una nueva era de inflación persistentemente alta. La libertad de comercio está en declive, mientras que la greenflation y el conflicto de Ucrania están elevando los precios de la energía y los costes de los insumos alimentarios. Los bancos centrales están haciendo frente al desafío, pero la cuestión es si la política monetaria puede domar la inflación causada por los marcados desequilibrios entre la oferta y la demanda».
Los inversores de fondos de private equity suelen comprometerse a un periodo de inversión de diez a doce años. Si la demanda de liquidez o la estrategia de su cartera cambian durante este periodo, recurren al mercado secundario de private equity. En opinión de Benjamin Böhner, presidente del Comité de Inversiones Bellevue Global Private Equity, esto genera oportunidades atractivas para los compradores secundarios, especialmente si las valoraciones de la cartera de un inversor primario han caído.
“El mercado secundario de private equity ha evolucionado a lo largo de los años, a menudo en respuesta a las cambiantes necesidades de liquidez de los inversores. Al principio, eran sobre todo los inversores de fondos primarios -los denominados «socios comanditarios» o «LP», por sus siglas en inglés- que deseaban liquidar parte de sus participaciones en el fondo por cualquier motivo los que recurrían al mercado secundario, pero éste también ha sido utilizado desde hace tiempo por los propios gestores de fondos de capital riesgo -los denominados «socios generales» o «GP», por sus siglas en inglés, para generar liquidez para sus inversores”, explica Böhner.
Este mercado secundario ha crecido constantemente a lo largo de los años. En los últimos diez años, su volumen de mercado ha aumentado a un ritmo anual de alrededor del 15%-17%. De hecho, el volumen de transacciones volvió a superar la barrera de los 100.000 millones de dólares en 2022, lo que convierte a 2022 en el segundo año más activo para los secundarios después de 2021.
Según las previsiones del experto de Bellevue AM, se espera que la actividad de transacciones siga siendo elevada en 2023, con estimaciones que oscilan entre 130.000 y 150.000 millones de dólares. Incluso se espera que el volumen anual de transacciones ascienda a 500.000 millones de dólares a medio plazo. El volumen anual de transacciones secundarias sigue correspondiendo a menos del 2% de todo el capital gestionado en capital inversión, en fondos de private equity primarios, que asciende a unos 8,7 billones de dólares según las últimas cifras del proveedor de datos Preqin.
“Los participantes en el mercado secundario tienen intenciones diversas, pero siempre deben considerarse en relación con la evolución del mercado primario, del mercado financiero en general y de la economía en general. El año pasado, los motivos básicos de los LP que acudieron al mercado secundario fueron la necesidad de aumentar la liquidez y el llamado efecto denominador. Los LP llevan varios años obteniendo flujos de caja netos negativos de sus inversiones en fondos del mercado primario. Las peticiones de capital de los GP superan la cantidad que se devuelve a los LP. Dado el entorno actual, se supone que los flujos de caja netos seguirán siendo negativos durante algún tiempo. En consecuencia, los LP recurren cada vez más al mercado secundario para obtener liquidez de sus inversiones en el mercado privado”, explica.
Inversores institucionales
Según la experiencia de Böhner, el efecto denominador es especialmente relevante para los inversores institucionales, ya que a menudo deben atenerse a normas estrictas en materia de asignación de activos. “Debido a las recientes turbulencias de los mercados financieros y a la tendencia a la baja de los precios de las acciones y (con la subida de los tipos de interés) de los bonos, la asignación relativa al private equity ha superado la ponderación máxima de cartera impuesta a muchos institucionales, aunque no hayan asignado activamente capital adicional a esta clase de activos. Para volver a situar las ponderaciones de las carteras dentro de los márgenes prescritos, muchos institucionales venden parte de sus inversiones en private equity en el mercado secundario”, añade.
En su opinión, los LP también utilizan cada vez más el mercado secundario como medio de gestión activa de la cartera. “Esto puede ser para afinar el enfoque de sus carteras, para ajustar las ponderaciones de las diferentes estrategias, o simplemente para prepararse para la próxima ronda de recaudación de fondos por parte de sus GP preferidos”, explica.
Además, considera que los GP también han descubierto el mercado secundario en los últimos años: en 2013, los GP solo representaban el 7% del volumen total del mercado secundario, pero, según datos de Greenhill, estas operaciones denominadas GP-led supusieron un considerable 48% del total de operaciones durante el año pasado. Esto se debe a dos razones:
“A menudo, los GP prefieren no vender una o varias de las empresas de su cartera sólo porque un vehículo del fondo se acerca al final de su mandato (especialmente si se espera que las empresas en cuestión aumenten de valor). En su lugar, estos GP tratarán de transferir estos activos a los llamados vehículos de continuación para que puedan seguir participando en estas empresas. Al organizar estas transacciones, los LP existentes tienen la opción de liquidar sus inversiones. Según Greenhill, los vehículos de continuación representaron nada menos que el 84% del volumen liderado por GP en 2022”, comenta Böhner.
Por último, afirma que, desde la perspectiva de un fondo secundario de private equity, es más probable que las cualidades descritas anteriormente se consigan dando a las participaciones de los LP una elevada ponderación en cartera.
Sobre los precios de mercado recientes, apunta que el mercado secundario en 2022 se distinguió por descuentos ocasionalmente significativos sobre el Valor Liquidativo (NAV). “En 2021, el precio medio de transacción seguía siendo equivalente al 97% del NAV, mientras que en 2022 esa cifra se redujo al 84%. En el segmento dirigido por LP, la cifra correspondiente fue aún más baja, del 81%. Si examinamos las estadísticas más de cerca, algunas de las operaciones dirigidas por GP se cerraron con una prima de hasta el 28% del valor liquidativo y el 59% de todas las dirigidas por GP se valoraron entre el 90 y el 99% del valor liquidativo. Sin embargo, sólo el 8% de las operaciones con participación de los LP se cerraron con una prima sobre el valor liquidativo; el 49% se situaron en una horquilla del 80-89% del valor liquidativo y el 24% se valoraron incluso por debajo del 80% del valor liquidativo. También parece que este segmento del mercado -que sigue representando la mayor parte del mercado secundario en términos de número de transacciones- seguirá ofreciendo las condiciones más atractivas para los compradores en un futuro próximo”, argumenta.
El tamaño del fondo se convierte en un problema
Según la opinión de Böhner, cuanto menor era el tamaño de la transacción, más favorable era el precio para los compradores. “Una observación que creemos que se debe principalmente al hecho de que cada vez más fondos secundarios dedicados gestionan volúmenes tan grandes que sólo pueden colocar el capital que reciben de los inversores en el momento oportuno centrándose en grandes transacciones. A medida que aumentan los volúmenes medios de los fondos, las rentabilidades previstas han disminuido, aunque en 2022 se produjo una pequeña tendencia contraria: el 20% de los inversores que compraron participaciones individuales de LP sólo estaban dispuestos a hacerlo si la rentabilidad mínima prevista superaba 1,9x (múltiplo monetario bruto). Esto es casi el doble que el año anterior. Sin embargo, un importante 72% de los compradores se mostraron satisfechos con rentabilidades objetivo de 1,5-1,9x, según Evercore”, concluye.
Los mercados bursátiles mundiales han vivido un primer trimestre de 2023 explosivo, con alzas que han oscilado entre el 20% del Nasdaq estadounidense al 5% del CSI 300 de China, pasando por el despegue del 12% español o el 11% del IPC de México. Con este bagaje y con un cambio de foco de los inversores, puede que las bolsas afronten un futuro inmediato algo incierto, con volatilidad, aunque con oportunidades de fondo.
“Existe una gran incertidumbre sobre cómo se desarrollará 2023”, afirma Aneeka Gupta, directora de análisis macroeconómico en WisdomTree, que explica que el hecho de que el foco de atención de los inversores a partir de ahora pase de la inflación a una posible recesión económica abre la posibilidad de múltiples posibilidades de actuación por parte de los bancos centrales. “Teniendo esto en cuenta, lo que queda de 2023 podría caracterizarse por unos tipos de interés altos en la primera mitad del año, seguido de un segundo semestre con el precio del dinero más bajo a medida que la recesión mundial cobra protagonismo”, afirma.
Por ese motivo, también se prestará mucha atención a los datos macroeconómicos, ya que, como comentan desde Muzinich & Co, “tanto la Reserva Federal de EEUU como el BCE han eliminado toda orientación a futuro sobre decisiones de tipos de interés, al desvelar que dependen de los datos que se vayan conociendo”. Un ejemplo fue el decepcionante dato de inflación en Alemania conocido recientemente.
Tipos y economía no serán los únicos focos de atención, ya que los inversores permanecerán atentos a nuevos indicios de tensión bancaria y a señales desde el ámbito empresarial, ya que un escenario de posible recesión podría dejarse sentir en las estimaciones de beneficios empresariales. Michelle Morganti, estratega senior de renta variable, y Vladimir Oleinikov, analista cuantitativo senior, ambos de Generali Investments, lo tienen claro: “las previsiones de beneficios y márgenes empresariales aún pueden sufrir revisiones a la baja” y cuantifican un posible descenso de las previsiones del consenso de analistas de entre un 3% y un 10% para los ejercicios 2023 a 2025.
Aspectos positivos
A pesar de que el panorama parece incierto, existen motivos para pensar que los mercados de renta variable aún puedan dar alegrías. En Muzinich recuerdan que los inversores también deben ser conscientes de que «el segundo trimestre, y especialmente el mes de abril, ha sido históricamente favorable a los activos de mayor riesgo”. Según los datos que manejan, en nueve de los últimos diez años, abril ha generado rentabilidades totales positivas para la renta variable mundial y los mercados de crédito high yield, además de ser el mes con la mejor media mensual de rentabilidades totales positivas para la renta variable, el high yield estadounidense y los mercados emergentes.
Asimismo, es posible que las acciones de perfil de crecimiento revivan. Desde Alger, socio del Grupo La Française, se preguntan si están cambiando las condiciones económicas y de mercado, de tal modo, que los sectores rezagados en los últimos tiempos pueden convertirse en líderes y viceversa. Y la respuesta que dan es que posiblemente sí, ya que “la dinámica que impulsó la divergencia de rentabilidad el año pasado podría invertirse si la inflación y los tipos de interés se moderan este año”. Además, en la firma creen que los valores con mayor potencial de crecimiento a largo plazo podrían tener unos fundamentales más resistentes en el caso de que se confirme un escenario de mayor debilidad de la economía.
Ligera infraponderación en renta variable
En Generali Investments prefieren mantener la cautela en bolsa a corto plazo, con un posicionamiento neutral en las carteras “en el mejor de los casos”, ya que esperan que la renta variable genere una pequeña rentabilidad positiva en 2023. “Buscaremos mejores niveles de entrada una vez que la ralentización y el endurecimiento de la policía monetaria estén plenamente descontados” adelantan desde la firma.
Eso sí, su estrategia sobrepondera ligeramente la renta variable de la zona euro frente a la estadounidense, aunque su mayor sobreponderación está en Reino Unido, Japón y China. Por sectores y en la UE, infrapoderan seguros frente a bancos y han reducido la exposición a las compañías de bienes de equipo por considerarlas caras en términos relativos. Por el contrario, apuestan por bancos, bienes duraderos, financiero, alimentación minorista, equipamiento sanitario, software y utilities. Al contrario, infraponderan servicios de comunicación profesionales, medios de comunicación, materiales, seguros y farmacéuticas.
Las conocidas como golden visas han sido tradicionalmente una herramienta de los países para atraer inversión y, sobre todo, para captar ciudadanos con un alto patrimonio. En el caso de los países de la UE, esto también significa obtener acceso a muchos de los beneficios de ser residente del bloque, incluida la libre circulación entre países. Sin embargo, este modelo de captación de riqueza comienza a tambalearse, en especial dentro de la Unión Europa.
Ya en 2022, la Comisión Europea pidió a los gobiernos de la UE que dejaran de vender opciones para obtener la ciudadanía a los inversores. Además, a raíz de la guerra de Ucrania, existía la preocupación de que estos programas pudieran ser un riesgo para la seguridad. Con anterioridad, la UE también ya advirtió de que los programas de este tipo son un riesgo para la seguridad, la transparencia y los valores que sustentan el proyecto de la Unión.
Incluso en los últimos años se ha observado una cierta tendencia a comenzar a «desmontar» y realizar cambios en las golden visas. Por ejemplo, dentro de Europa, en febrero de 2022, el gobierno del Reino Unido eliminó su esquema de visas doradas que permitía a los ciudadanos extranjeros adinerados establecerse en el país a cambio de traer consigo parte de su riqueza. Este mismo año, en febrero de 2023, Irlanda también eliminó su Programa de Inversores Inmigrantes, que ofrecía la residencia irlandesa a cambio de una donación de 500.000 euros o una inversión anual de un millón de euros durante tres años en el país. En abril de 2022 el Parlamento Europeo advirtió que el programa era vulnerable al abuso fiscal. La decisión final de desechar el esquema fue el resultado de varios informes internacionales y revisiones internas.
Por último, también en febrero de 2023, Portugal puso fin a su lucrativa residencia mediante un plan de inversión para hacer frente a la especulación en el precio de la propiedad y el alquiler. El país se encontraba con que, hasta ahora, los extranjeros podían comprar una propiedad o invertir parte de su riqueza en el país a cambio de la residencia. Entre enero y agosto de 2022, el programa aportó al país casi 398 millones de euros, según la agencia nacional de noticias portuguesa LUSA. Estas visas sólo se renovarán para aquellos que usen su propiedad como residencia permanente o que alquilen su propiedad a largo plazo.
Según los expertos, se trata solo de una tendencia incipiente más orientada a matizar algunos de los «privilegios» a los que este tipo de visado y no de su eliminación total. Dentro de la Unión Europea, solo hay unos pocos lugares que todavía ofrecen pasaportes dorados en la UE. Uno de estos países es Malta, donde el importe mínimo de inversión es de 690.000 euros y ofrece la ciudadanía por entre 12 y 36 meses. También está el caso de España, que torga la residencia a los extranjeros y sus familias que invierten en propiedades por un mínimo de 500.000 euros. Da derecho a vivir, trabajar y estudiar en España. La visa también se puede obtener manteniendo acciones de empresas o depósitos bancarios con un valor mínimo de un millón de euros en instituciones financieras españolas, o haciendo una inversión en bonos del Estado de al menos dos millones de euros. Sin embargo, el partido político de centroizquierda Más País registró un proyecto de ley para desechar o modificar drásticamente el programa, diciendo que afecta los precios de la vivienda y no es beneficioso para la economía.
Otro ejemplo es Italia, que otorga a los ciudadanos no pertenecientes a la UE un permiso de residencia de dos años a cambio de una inversión mínima de 500.000 euros que debe hacerse a través de un país limítrofe a Italia. Los titulares de estos visados también pueden incluir a su familia en la solicitud y beneficiarse de un régimen fiscal especial. Una vez que los usuarios del esquema hayan vivido en Italia durante 10 años, pueden optar la la ciudadanía italiana.
Y por último, nos encontramos con Grecia. El país ofrece visas doradas a través de uno de los procesos más rápidos de la UE: hasta 60 días después de la solicitud. Solía tener uno de los umbrales de inversión más bajos con solo 250.000 euros gastados en propiedades en el país. En septiembre, las autoridades aumentaron esto a 500.000 euros para aumentar la asequibilidad de las propiedades inmobiliarias para los locales. Los titulares de visas doradas no están obligados a permanecer en Grecia para conservar sus visas. A fines de 2021, el país había visto 9.500 solicitudes para estos esquemas de residencia por inversión, una de las cifras más altas de Europa.
Aunque en cada país el matiz de este tipo de visados es diferente, en términos generales estos programas de residencia por inversión ofrecen la oportunidad de obtener un permiso de residencia a cambio de operaciones como comprar una casa en un país de la UE, hacer una gran inversión o una donación. Todos los solicitantes deben ser mayores de 18 años, tener antecedentes penales limpios y tener fondos suficientes para realizar la inversión requerida. Pese a los cambios que están sufriendo, su popularidad es alta ya que con el entorno político y social inestable en los EE.UU., se espera que aumenten las solicitudes de visas doradas de los estadounidenses. De hecho, en su informe de 2022, la firma de pasaportes Get Golden Visa predijo “su año más activo hasta el momento”.
Infranity, gestor de infraestructuras europeo altamente especializado y parte del ecosistema de empresas de gestión de activos de Generali Investments, ha anunciado el lanzamiento de un fondo de deuda dedicado a las infraestructuras. El fondo será invertido por el Grupo Generali y un inversor institucional internacional. Este fondo invertirá en deuda senior con grado de inversión que contribuya activamente a las energías renovables y a la transición digital en Europa.
Desde su creación en 2018, Infranity ha construido un historial de inversiones en deuda de infraestructuras en Europa, invirtiendo en más de 60 transacciones por un volumen total de más de 6.000 millones de euros (incluidos los pagos anticipados), buscando siempre ofrecer una atractiva rentabilidad ajustada al riesgo a largo plazo. Según explica la firma, el lanzamiento del fondo se produce inmediatamente después de la creación de otro fondo de deuda senior en el tercer trimestre de 2021 y después de que el fondo insignia de deuda senior de la cosecha de 2019 alcanzara un despliegue completo de 2.000 millones de euros. Los activos totales de Infranity se acercan ya a los 8.000 millones de euros, y la empresa atiende a una amplia gama de más de 40 LP en Europa, Asia y Norteamérica.
“Estamos encantados con el lanzamiento de este nuevo fondo especializado junto con Generali y un cliente internacional de alto perfil. Pone de relieve la capacidad líder de Infranity en deuda de infraestructuras en Europa. Nuestra trayectoria de crecimiento acelerado confirma los sólidos cimientos sobre los que Infranity ha construido su negocio. Estamos muy centrados en mantener los altos niveles de prima de iliquidez que hemos sido capaces de obtener en un mercado dinámico que nos presenta docenas de operaciones cada mes. El apoyo del Grupo Generali, una de las mayores compañías europeas de seguros y gestión de activos, aporta una fuerte alineación con nuestros inversores y escala a nuestro negocio. Aprovechando nuestra experiencia altamente especializada, esperamos seguir desarrollando nuestros negocios de deuda y capital en 2023″, ha señalado Philippe Benaroya, CEO y socio director de Infranity.
Pixabay CC0 Public Domain. Deuda emergente: una solución atractiva para cosechar tasas de interés real positivas frente al bajo rendimiento de los mercados desarrollados
Tras un turbulento año para los mercados de capitales en 2022, los inversores probablemente seguirán afrontando un clima de incertidumbre en 2023. No obstante, algunos factores suscitan esperanza: la inflación comienza a moderarse, los bancos centrales están ralentizando el ritmo del endurecimiento monetario y las valoraciones de la renta fija en muchos sectores resultan ahora atractivas. En este contexto, la deuda de los mercados emergentes (DME) merece una mirada más atenta por parte de los inversores europeos, al ofrecer rendimientos interesantes con respecto a otras clases de activos de renta fija con una volatilidad inferior a la de los activos de renta variable.
Si bien los inversores europeos están acostumbrados a invertir en los mercados emergentes, suelen estar poco representados en las carteras. Al igual que la renta variable de los mercados emergentes, la DME permite a los inversores acceder a unas economías más dinámicas y productivas en comparación con las economías desarrolladas. Asimismo, la DME ha madurado considerablemente como clase de activos en los 30 últimos años. A principios de los años 90, el índice estaba compuesto por unos pocos países, y la clase de activos se percibía como una propuesta de alto riesgo debido a las crisis registradas desde mediados de la década de 1990 hasta principios de la década de 2000. Hoy en día, muchos emisores de DME presentan sólidos perfiles de deuda y una mejor calidad crediticia que en el pasado. Además, la profundidad y la amplitud de la liquidez ha ido en aumento, ya que el tamaño del mercado en general ha crecido hasta aproximadamente los 4,7 billones de EUR, y la DME representa ahora casi el 16% del universo de renta fija mundial.
La deuda de los mercados emergentes puede dividirse en dos subclases de activos principales: la deuda en moneda fuerte y la deuda en moneda local. La DME en moneda fuerte hace referencia a la deuda emitida principalmente en dólares estadounidenses, pero también en euros y yenes japoneses. La DME en moneda local hace referencia a la deuda emitida en la moneda nacional de los emisores. La DME en moneda fuerte puede estar cubierta en euros o dejarse sin cobertura. En el caso de la DME en moneda local, la cobertura cambiaria suele resultar poco práctica, debido a su complejidad y alto coste.
Al considerar una asignación a la DME, es importante entender las características de volatilidad y correlación de la clase de activos. Se suele dar por sentado que la DME en moneda local es más volátil que la DME en moneda fuerte. No obstante, el perfil de volatilidad depende de la moneda de referencia del inversor. Como se muestra en el Gráfico 2, la DME en moneda local ha experimentado en los 10 últimos años una volatilidad más elevada para los inversores estadounidenses, al promediar un 11,4%, en comparación con la volatilidad del 9,0% de la DME en moneda fuerte durante el mismo periodo. Ahora bien, en euros, la volatilidad de la DME en moneda local ha sido mucho menor (del 9,2%), en sintonía con la DME en moneda fuerte sin cobertura, que también registró un 9,2% de media. La cobertura de la exposición en dólares estadounidenses de la DME en moneda fuerte redujo ligeramente la volatilidad global al 9,0%.
En el Gráfico 3, que muestra las correlaciones entre los diferentes activos de DME, identificamos posibles ventajas de diversificación entre los activos en moneda fuerte y en moneda local, dada la correlación de 0,7 aproximadamente, que varía ligeramente en función de si la DME en moneda fuerte se cubre en euros o no.
Para analizar las posibles ventajas de una asignación a la DME en una cartera denominada en euros, estimamos las rentabilidades potenciales que un inversor que opera en euros podría registrar en el próximo periodo de 10 años. Utilizamos los rendimientos corrientes como punto de partida y luego realizamos ajustes para tener en cuenta los costes de cobertura, las tasas de impago y la depreciación cambiara en función de las condiciones de mercado vigentes. A continuación, estimamos la volatilidad basándonos en datos históricos y calculamos las ratios de Sharpe previstos, tal y como se muestra en el Gráfico 4.
Basándonos en estos supuestos, modelizamos diversas combinaciones de DME en moneda local y en moneda fuerte, tal y como se muestra en el Gráfico 5.
Observamos que las mayores ratios de Sharpe se registran cuando la asignación mixta a la DME en moneda fuerte y en moneda local se sitúa en un rango entre el 40%/60% y el 80%/20%, y que la ratio de Sharpe para las carteras mixtas es ligeramente más elevada que en el caso de cualquier cartera no mixta. Esta sinergia es el resultado de la escasa correlación entre la DME en moneda fuerte y en moneda local que observamos en el Gráfico 3. De esto se desprende que una asignación mixta 50/50 a la DME en moneda fuerte y en moneda local podría constituir un buen punto de partida para los inversores en euros que desean incluir esta clase de activos en sus carteras.
Si bien los cálculos del Gráfico 5 suponen que la DME en moneda fuerte está cubierta en euros, cabe mencionar que se obtuvieron resultados similares cuando se utilizó una versión sin cobertura de la DME en moneda fuerte. Sugerimos a los inversores en euros que cubran estratégicamente su asignación a la DME en moneda fuerte, pero que dejen un margen de maniobra para reducir de forma táctica la cobertura en función de la coyuntura de mercado.
Otro factor que debe tenerse en cuenta es la correlación de la DME con otras clases que, por lo general, se incluyen en las carteras denominadas en euros, tal y como se muestra en el Gráfico 6.
En conclusión, creemos que los inversores europeos deberían plantearse realizar una asignación estratégica a la DME. La DME permite a los inversores obtener acceso a unas economías de mayor crecimiento; además, la clase de activos ha madurado en términos de tamaño del mercado, liquidez y calidad crediticia. La escasa correlación entre la DME en moneda local y en moneda fuerte sugiere que un enfoque mixto podría ser el más adecuado. La DME también ofrece ventajas potenciales en términos de diversificación dentro de carteras más amplias, dada la reducida correlación con otras clases de activos.
Tribuna de Ward Brown, gestor de renta fija emergente en MFS Investment Management, y Jonathan Barry, director general del grupo de soluciones de inversión de MFS Investment Management.
Foto cedidaAlban de Faÿ, director de procesos de inversión sostenible en renta fija sostenible de Amundi
Uno de los objetivos que se ha marcado Amundi en la última década ha consistido en hacer que la inversión responsable se vuelva mainstream. El objetivo en realidad es doble, porque implica también el propósito de elevar el compromiso de Amundi con la inversión responsable. Para conseguir esto, la compañía ha realizado con éxito su ambicioso plan de actuación ESG 2018-2021; y también puso en marcha un nuevo plan ESG denominado “Ambición 2025”, con el que pretende, entre uno de sus diez objetivos, reducir sus propias emisiones de CO2 en un 30% de aquí a 2025 y desarrollar una amplia gama de fondos con «ambición neta cero» o “net zero” .
Como explica Alban de Faÿ, director de renta fija sostenible de Amundi, uno de los principales componentes de ese plan es la innovación de producto. En el caso de la renta fija sostenible, el desarrollo de nuevos fondos es el resultado de la intersección entre el comportamiento del mercado y los cambios de esta clase de activo con la evolución de las necesidadesde los clientes, y a ese respecto afirma: “Tenemos tantas peticiones de nuevos productos sostenibles como clientes tiene la firma». Amundi ya cuenta con 800.000 millones de euros bajo gestión en estrategias responsables, de los cuales 320.000 son inversiones en renta fija. Uno de sus puntos fuertes es la inversión en bonos verdes, ya que comercializa uno de los productos de mayor tamaño del mercado.
De Faÿ empezó su carrera como gestor de crédito en 2003: “El mundo ha cambiado, el mercado ha cambiado, particularmente la renta fija. La temática ha cambiado, ahora somos capaces de desarrollar estrategias que tienen mayor profundidad”, comenta. De Faÿ explica que, aunque el primer bono verde fue emitido por el Banco Europeo de Inversiones en 2009, en realidad el mercado para esta clase de emisiones no empezó a acelerarse hasta 2017. Amundi empezó a invertir en bonos verdes en 2013 y lanzó su primer fondo temático en 2015.
La gama de bonos verdes de Amundi incluye varios productos: el Amundi Responsible Investing Impact Green Bond invierte en bonos verdes que cumplen los Green Bond Principles. Este fondo mide e informa de las toneladas de CO2 que se previenen por cada millón de euros invertido. El Amundi Funds Emerging Markets Green Bond invierte en bonos verdes emitidos principalmente por compañías procedentes de mercados emergentes, que buscan proporcionar financiación a la transición hacia un entorno con bajas emisiones de carbono. Más recientemente ha lanzado un fondo de crédito de corta duración compuesto por bonos verdes corporativos, el Amundi Funds Euro Corporate Short Term Green Bond; es un fondo que invierte en bonos verdes corporativos, interesante en el entorno actual de subida de los tipos de interés.
“Pensamos que el mercado de bonos verdes seguirá creciendo, lo que nos va a permitir mejorar la diversificación y ser más selectivos dentro de nuestras estrategias”, explica De Faÿ. El director de renta fija sostenible destaca que esta clase de estrategias pueden ofrecer a los inversores “acceso a la renta fija sin que la rentabilidad financiera se vea perjudicada y con beneficios medioambientales, ya que es importante tener en consideración que ayudamos a las empresas a financiar sus negocios futuros”. Además, el experto incide sobre las cualidades de diversificación en términos de rentabilidad-riesgo que aporta este segmento de la renta fija a una cartera equilibrada.
La propuesta artículo 9 de Amundi
Alban De Faÿ se encarga de la gestión del fondo Amundi Responsible Investing Impact Green Bond y co-gestiona el Amundi Social Bonds, lanzado a finales de 2020. Este último fondo pone énfasis en la S de ESG, al centrarse en la selección de bonos sociales que han sido emitidos con el objetivo de captar financiación para proyectos que tienen un impacto social. “Un bono social es como un normal, pero en el que el emisor tendrá que justificar que los fondos van a financiar únicamente proyectos sociales. La diferencia con un bono verde es que, además de que el emisor tenga que especificar muy bien el tipo de proyecto, también tiene que indicar a qué tipo de población quiere llegar”, explica el experto. Éste pone un ejemplo de por qué es importante leer la “letra pequeña” de los prospectos. En particular, en el caso de los bonos sociales, un fondo puede ofrecer exposición a una inversión social en el sector de la salud, pero no será lo mismo construir un hospital dedicado a la medicina estética en el centro de la ciudad, que construir un hospital en una zona de bajos recursos donde sus habitantes tienen problemas para acceder a servicios sanitarios.
De Faÿ explica que muchos de estos bonos sociales son emitidos por agencias gubernamentales o supranacionales, que en cierto modo tienen en su ADN impulsar esta clase de proyectos. En el sector financiero, indica que detrás de las principales motivaciones para financiar estos proyectos suele estar “la idea de financiar a pequeñas y medianas empresas que operan en entornos donde el desempleo es elevado”. De hecho, más de la mitad de la cartera del Amundi Social Funds está invertida en proyectos dedicados a la generación de empleo, aunque también tienen exposición a proyectos relacionados con el fomento de la educación e incluso proyectos de ayuda a refugiados.
Al igual que con el mercado de bonos verdes, el experto muestra su expectativa de que el mercado de bonos sociales vaya ganando profundidad en algunas áreas: “Creemos que el mercado de bonos sociales seguirá creciendo, aunque a un ritmo inferior al mercado de bonos verdes y al mercado de bonos convencional. Creemos que hay algunos factores técnicos que favorecerán el desarrollo de los bonos verdes en lugar de los sociales, como por ejemplo que el BCE quiere que su balance sea verde”.
Estos fondos son artículo 9. El director de renta fija sostenible explica que el desarrollo de estos productos bajo la normativa actual plantea una dificultad adicional: “Ahora no existe una definición oficial de qué es una inversión sostenible, por lo que nos apalancamos en nuestra definición interna de inversión sostenible para garantizar a nuestros inversores que, basados en nuestra definición, los bonos en los que invertimos, tanto verdes como sociales, son inversiones sostenibles”.
El experto termina con una reivindicación sobre el papel de Amundi como financiadora e impulsora de proyectos sostenibles: “Jugamos un papel muy importante al comprometernos con esas empresas. Les ayudamos a definir mejor su estrategia de sostenibilidad y a avanzar teniendo en cuenta todos los desafíos que afrontamos. Necesitamos financiar la transición energética, pero también proyectos sociales, creemos en la transición justa”, concluye.
Los avances logrados en secuenciación genómica y otras herramientas biomédicas en las últimas dos décadas han desbloqueado nuevos métodos para detectar y tratar enfermedades. Muchos de ellos (desde conjugados de fármacos de anticuerpos y terapias génicas hasta monitores de glucosa remotos) tienen el potencial de mejorar drásticamente el nivel de atención médica para los pacientes y, en algunos casos, abordar enfermedades raras que otrora se consideraron intratables. Piense en la atrofia muscular espinal (AME), un trastorno hereditario que generalmente se manifiesta en niños pequeños y provoca la degradación de la fuerza muscular y el movimiento. En décadas pasadas los tratamientos solo podían controlar los síntomas y la expectativa de vida media era inferior a dos años para los bebés con enfermedades graves. Sin embargo, a partir de 2016, los legisladores aprobaron la primera terapia modificadora de la enfermedad de la atrofia muscular espinal, seguida de una terapia génica en 2019. Ambas ayudan a reemplazar la proteína ausente que causa la enfermedad, lo que produce drásticas mejoras en la función motora y mayores tasas de supervivencia de los pacientes.
Para fomentar este tipo de investigación, los legisladores han creado vías que aceleran el proceso de revisión de medicamentos dirigidos a abordar grandes necesidades médicas no atendidas. Esto se ha traducido en un aumento espectacular de las aprobaciones de nuevos medicamentos. Durante los años 2018 a 2022, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) dio luz verde a casi 250 medicamentos nuevos, lo que supone un aumento del 100 % respecto a hace 15 años. De igual modo, durante el mismo quinquenio, la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) aprobó más de 200 terapias.2
A medida que van surgiendo nuevas terapias, la demanda de atención médica se dispara, un fenómeno que se atribuye al aumento de la riqueza de los hogares y a la ampliación de la cobertura de seguros públicos y privados. En China, por ejemplo, el 95 % de la población ya está cubierta por el programa de seguro básico del país, gracias a las reformas estatales implantadas en la última década.3 El reembolso de gastos farmacéuticos en China también se está ampliando: desde 2017, el gobierno elabora actualizaciones anuales de la Lista Nacional de Reembolsos de Medicamentos, con más de 100 terapias añadidas en 2022.4
El envejecimiento de la población es otro factor relevante. Hacia el 2050, aproximadamente el 16 % de la población mundial tendrá más de 65 años, una cohorte que suele gastar alrededor de 3 veces más en atención médica que la población de jóvenes.5 En muchas regiones de altas rentas, el “envejecimiento” de la población es aún más intenso. En Japón, el 28 % de la población tenía 65 años o más en 2020, un porcentaje que se espera aumente al 38 % hacia 2060.6 En Europa, se prevé que las personas mayores representarán el 28,5 % de la población del continente hacia 2050.7Aunque la tecnología y otras herramientas pueden ayudar a controlar los costes, la trayectoria del gasto médico apunta indudablemente al alza. En Europa, por ejemplo, el desembolso total en atención médica aumentó un 24 % entre 2012 y 2020. 8
Esta combinación de innovación y demanda creciente ha contribuido a aumentar los ingresos del sector. Las ventas de medicamentos biotecnológicos superventas superaron los 400.000 millones de dólares en 2021, 70 veces más que hace aproximadamente dos décadas. (Un medicamento superventas se define como aquel que registra unas ventas anuales iguales o superiores a 1.000 millones de dólares). Los productos contra la COVID-19 (un mercado que no existía hace tres años) aportaron 75.000 millones de USD a los ingresos totales de ese año.
Estos motores del crecimiento no están exentos de riesgos. Los estudios revelan que el 90 % de los compuestos que entran en ensayos clínicos en humanos nunca llegan al mercado.14 De los que llegan, hemos visto que los inversores sobreestiman o subestiman el potencial comercial de un producto el 90 % de las veces. Este descuadre puede deparar en fuertes fluctuaciones de las acciones. De hecho, durante la última década, el sector de atención sanitaria fue el que más disparidad mostró entre las acciones que mejor y peor se comportaron.
Aun así, en 2022, cuando las subidas de tipos de interés sacudieron a los mercados, el sector de atención sanitaria batió al conjunto de índices bursátiles. Esto no fue una anomalía. Desde el año 2000, este sector ha acusado, de media, solo el 47 % de las caídas del mercado iguales o superiores al 15 %. Esto se debe en gran medida a las compañías farmacéuticas y de seguros de salud de gran capitalización, ya que estas empresas suelen tener una demanda constante, junto con capacidad de fijación de precios con independencia del contexto económico.
Al mismo tiempo, en los últimos meses los inversores han mostrado una mayor disposición a premiar la innovación, dadas las fuertes ganancias que han experimentado algunos valores (100 % o más15) ante noticias positivas. Las valoraciones atractivas están ayudando a conseguir esas ganancias. La ratio precio/beneficio (PER) adelantada del sector de atención sanitaria se sitúa por debajo de su promedio a largo plazo, mientras que cientos de empresas de biotecnología cotizan por menos del valor de tesorería que registran en sus balances.16 Las bajas valoraciones también han captado el interés de las empresas biofarmacéuticas de gran capitalización, al anunciarse varias fusiones y adquisiciones el año pasado con primas superiores al 100 %. Ante las extinciones de patentes a las que se enfrentarán algunas compañías biofarmacéuticas durante esta década, creemos que podrían surgir más operaciones societarias en 2023.
El sector salud no está exento de desafíos. La escasez de mano de obra, la regulación y el descenso de las ventas relacionadas con la COVID podrían pasar factura a algunos valores. Sin embargo, en nuestra opinión, la perspectiva a largo plazo del sector compensa con creces los posibles escollos coyunturales, y la oportunidad de generar rendimientos no correlacionados (al tiempo que beneficia a los pacientes) no deja de reforzarse.
Tribuna de Andy Acker, gestor de Janus Henderson Investors.
Si te perdiste el último Webcast de Janus Henderson sobre cómo la aceleración de la innovación en el sector de la biotecnología puede ofrecer a los inversores nuevas oportunidades potenciales de crecimiento, accede a la grabación aquí.
Santalucía ha anunciado el lanzamiento de MaxiPlan Cestas Colectivo, una modalidad seguro unit linked colectivo que cuenta con múltiples ventajas y que está destinado a la venta en el canal corredores, alianzas y canal de agentes exclusivos. Según ha explicado el lanzamiento de este nuevo producto se enmarca en la apuesta de la firma por contribuir al desarrollo de la previsión social, con la base esencial de los planes de pensiones y la esperada irrupción de los planes de empleo, fundamentalmente los simplificados
El vehículo es un seguro de vida colectivo a través del cual se pueden instrumentar los compromisos por pensiones que mantiene el tomador con sus empleados con el objetivo principal es constituir un ahorro para la jubilación en favor de los asegurados. «Para ello se invierten las aportaciones abonadas por el tomador en las opciones de inversión elegidas por los asegurados de entre las ofrecidas por Santalucía», señalan.
Asimismo, como característica específica de los unit linked, este seguro cubre el riesgo de fallecimiento del asegurado con un capital adicional al valor del fondo acumulado. Además, en caso de declaración de incapacidad permanente absoluta y gran invalidez del asegurado, este percibirá el valor del fondo acumulado. Salvo pacto en contrario, el tomador del seguro podría disponer anticipadamente del fondo acumulado asignado, en los supuestos de enfermedad grave y desempleo de larga duración.
Por otro lado, desde la aseguradora destacan que este producto también tiene ventajas para la empresa tomadora ya que busca complementar el salario de sus empleados ofreciendo un compromiso por pensiones. «MaxiPlan Cestas Colectivo es un incentivo personalizable ya que la empresa elige a quién se lo ofrece y cuánto aportará por cada empleado», afirman.
En último lugar, recuerdan que los vehículos unit linked son productos que invierten en fondos o cestas de fondos de inversión que el cliente escoge en función del riesgo que quiere asumir, y del horizonte temporal de su inversión. En este caso, existen cuatro cestas en función del perfil de riesgo de los clientes que invierten en los fondos gestionados por Santalucía Asset Management.