Foto: RonKikuchi, Flickr, Creative Commons.. SYZ Asset Management: convicciones de cara a 2017
SYZ Asset Management ha organizado un evento, con el objetivo de aclarar a sus clientes dudas para el año que viene. La cita tendrá lugar el jueves 24 de noviembre a las 9:00 horas en Casa Club (calle pinar,17) de Madrid.
En el desayuno participarán Fabrizio Quiriguetti, director de inversiones que explicará cómo ven en la entidad los mercados y recomendaciones para el 2017, y Maurice Harari, analista del equipo de multiactivos (y que hablará también de los fondos OYSTER Multi-Assets).
Se ruega confirmar asistencia en este mail: Luis.Beltrami@oysterfunds.com
. Legg Mason: ¿sobrevivirán los emergentes a Donald Trump?
Los mercados emergentes han sido una de las áreas más golpeadas por la victoria de Trump, ya que sus conocidos planteamientos proteccionistas podrían dañar las exportaciones de estos países a la mayor economía del mundo. El peso mexicano fue de nuevo la correa de transmisión de ese movimiento inversamente correlacionado que son Trump y los mercados emergentes.
A pesar de este pesimismo, desde Legg Mason destacan que algunos bonos denominados en divisa local y algunas monedas del universo emergente avanzaron, síntoma de la creciente diferenciación que aplican los inversores a una clase de activos que en el pasado se movía casi en bloque. Ponen como ejemplo los tipos de los bonos indios en moneda nacional que cayeron por los escasos lazos del país con EE.UU. y porque su economía está más volcada hacia el mercado interno.
“La rupia india fue una de las pocas monedas que se revalorizaron frente al billete verde. Los tipos de la deuda pública de los países de Europa del Este denominados en moneda nacional también descendieron, ya que la región depende más de Europa que de EE.UU. “, explican en su análisis.
Relajación cuantitativa europea: ¿actuar a la fuerza?
Los rumores sobre una posible ampliación del programa de relajación cuantitativa del Banco Central Europeo (BCE) se multiplicaron tras la victoria de Trump y el euro se revalorizó en primera instancia frente al dólar. Uneuro fuerte hace que los productos europeos sean menos competitivos en el exterior y también entorpece los planes del BCE de estimular la inflación como medio para reactivar el aún renqueante crecimiento europeo.
Según explican en Legg Mason, “EE. UU. es el primer socio comercial de Europa, por lo que un mayor proteccionismo estadounidense podría ser perjudicial para los beneficios de las empresas europeas”. Aunque los inversores comenzaron a descontar un aumento de las previsiones de inflación, algunos observadores del mercado cuestionaron la reacción, argumentando que, si los estímulos monetarios de 2008 y los esfuerzos recientes de los bancos centrales y los gobiernos para dinamizar la economía no han conseguido tirar al alza de los tipos de los bonos, será difícil que lo hagan ahora.
“Por ejemplo, los planes de Trump para aumentar la inversión en infraestructuras podrían toparse con limitaciones presupuestarias. No obstante, el mercado descontaba un aumento de la inflación y una probabilidad del 82% de que la Reserva Federal estadounidense suba los tipos de interés en diciembre, a pesar de la mayor incertidumbre”, afirman desde Legg Mason.
Brexit, Trump… ¿es Italia el siguiente?
La victoria de Trump perjudicó a los bonos europeos, especialmente a los italianos. El país va a celebrar un referéndum sobre sus reformas políticas el 4 de diciembre, que podría verse amenazado por los mismos partidos no tradicionales que se alzaron con la victoria en el referéndum sobre la UE en el Reino Unido y, ahora, en las elecciones estadounidenses.
En su análisis post-electoral, la gestora considera que los mercados perciben en estos momentos que el voto reaccionario es una amenaza para la estabilidad, y eso eleva las primas de riesgo. Los tipos de los bonos italianos a diez años subieron hasta el 1,75%, bastante por encima del 1,27% de los españoles, en lo que supone su mayor diferencia desde 2012.
Gobierno corporativo y sostenibilidad
La elección de Donald Trump plantea una serie de cuestiones que podrían influir en el gobierno y la sostenibilidad de las empresas. Según David Sheasby, responsable de Gobierno Corporativo y Sostenibilidad de Martin Currie, filial de Legg Mason, un aspecto clave tiene que ver con la posición de EE.UU. en materia de cambio climático.
El Acuerdo de París, que fija un plan de acción mundial para limitar el calentamiento del planeta por debajo de 2 grados, se ratificó en noviembre, pero Trump, que es un acérrimo defensor de los combustibles fósiles y tiene intención de reducir al mínimo los costes energéticos para los ciudadanos estadounidenses, ya ha señalado que romperá los compromisos asumidos por EE. UU. “Aunque es más fácil decirlo que hacerlo (el país tendría que esperar tres años para poder desvincularse del acuerdo), sí significa que EE. UU. dejará de ser esa cabeza visible de las iniciativas contra el cambio climático en que lo había convertido su predecesor en el cargo”, comenta Sheasby.
También se plantearán preguntas sobre el futuro de la política tributaria, qué orientación va a imprimirle Trump a la Comisión del Mercado de Valores de EE.UU. (SEC) y las implicaciones generales para el Tribunal Supremo. A juicio de Sheasby, una de las decisiones clave del presidente será el nombramiento de un nuevo miembro del Tribunal Supremo en sustitución de Antonin Scalia, fallecido en febrero.
El alto tribunal tiene potestad para decidir qué es constitucional y qué no lo es y, a pesar de los intentos de Barack Obama, no se ha encontrado un sustituto. Con el nuevo gobierno, es prácticamente seguro que el Tribunal Supremo virará a la derecha”. Además, dado que la retribución es un asunto de gobierno societario cada vez más importante, los comentarios en campaña de Trump criticando los elevados sueldos de los consejeros delegados sugieren que las cosas podrían cambiar en esta área”, concluye.
. Robeco prevé malos tiempos para la renta variable y un retorno hacia la deuda soberana como activo refugio
La victoria de Donald Trump en las elecciones de Estados Unidos sigue siendo analizada por los expertos de la industria de gestión de activos. En opinion de León Cornelissen, economista jefe de Robeco, “es la mayor decepción política de la historia de Estados Unidos. Está claro que los votantes estadounidenses han optado por un candidato que defiende políticas rompedoras, burlándose de la continuidad. Podemos hablar de un voto masivo contra el establishment, que sigue la misma línea del Brexit, que refleja básicamente el hartazgo de los electores con el statu quo».
En este sentido Cornelissen pronostica malos tiempos para la renta variable y un retorno hacia la deuda soberana, como activo refugio. “El aumento de la incertidumbre supone que las próximas semanas serán adversas para la renta variable, mientras que la deuda soberana se beneficiará de sus atributos como refugio seguro, aunque podrían intensificarse los temores inflacionarios. En Europa, es probable que el Banco Central Europeo amplíe su programa de flexibilización cuantitativa, con sus consabidas implicaciones para los mercados de renta fija”.
En su opinión, el comercio global y el crecimiento son los aspectos que más peligran ahora mismo, ya que Trump ha amenazado con romper importantes acuerdos comerciales, como el NAFTA, e imponer cuantiosos aranceles sobre los productos importados de China, entre otras medidas. “Naturalmente, está por ver cómo se materializará todo esto pero, comprensiblemente, los mercados están muy preocupados. Básicamente, se está produciendo una apresurada fuga hacia refugios seguros, como el oro o el yen japonés. En los mercados comienza a observarse una venta forzada –inversores que tienen que liquidar sus posiciones debido a la nueva situación– lo que probablemente haga bajar más los precios de los activos».
La Fed, bajo amenaza
Cornelissen afirma que el futuro papel de la Reserva Federal estadounidense también pende de un hilo, y que la subida de tipos de interés que se preveía para diciembre probablemente no llegue a producirse. “Trump ha cuestionado la independencia de la Fed durante su campaña, cosa que también inquieta a los inversores”, explica. “Está claro que no va a renovar a Janet Yellen como presidenta de la Fed cuando concluya su mandato en 2018, aunque no cabe descartar que dimita anticipadamente, o incluso que los republicanos propongan modificaciones legislativas que afecten a la independencia de este banco central».
A juicio del experto, la ironía de esto es que el propio Trump sugirió que la Fed mantenía los tipos de interés artificialmente bajos para ayudar a Clinton, por lo que esto podría interpretarse como un factor que hiciera subir los tipos, lo que resultaría deflacionario. “Pero la postura de Trump hacia la Fed podría cambiar rápidamente cuando tome posesión de su cargo”, afirma.
La aplastante victoria eliminará el bloqueo legislativo
Cornelissen afirma que un posible efecto positivo de la victoria de los republicanos en todas las Cámaras es que se eliminaría el bloqueo legislativo que sufría el presidente Obama, cuyas políticas demócratas han sido bloqueadas una y otra vez por el Congreso, en manos republicanas, durante gran parte de sus ocho años de mandato.
Ya se esperaba que los republicanos mantuvieran el control de la Cámara de Representantes, pero los demócratas creían poder ganar en el Senado, que ejerce una función más decisiva en la confirmación de los nombramientos del presidente. “Lo más importante es que los republicanos van a hacerse con la mayoría del Senado, lo que resultará vital para la aprobación de las candidaturas propuestas por Trump para los cargos de su Gabinete y del Tribunal Supremo”, aclara Cornelissen. El bloqueo legislativo quedaría así eliminado, aunque una mayoría en el Senado podría no bastar para evitar que la minoría demócrata bloqueara las cosas. La cuestión esencial es cuáles serán las prioridades de Trump.
El “plus” de inversión en infraestructuras
Cornelissen afirma que un elemento positivo para el crecimiento económico será el aumento del gasto en infraestructuras en Estados Unidos, ya que uno de los pocos aspectos en que coincidían ambos candidatos era en la necesidad de arreglar las maltrechas carreteras y puentes del país.
Otro aspecto positivo, según el experto, es que Trump ha propuesto una drástica reducción del impuesto de sociedades, que podría suponer el regreso del capital estadounidense al país, ya que muchas empresas americanas han estado almacenando su dinero en el extranjero. “Ha dicho que ninguna empresa estadounidense debería tributar más del 15% de sus beneficios, lo que supone una importante reducción respecto del actual máximo del 35%. Este factor resultaría favorable para los beneficios de las empresas americanas a largo plazo”, concluye.
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Travis Wise. La victoria de Trump es una noticia positiva para la deuda high yield
Como continuación del populismo que está arrasando en el mundo, la elección de Donald Trump ha causado conmoción. El programa que trae es tan republicano (reforma fiscal) como demócrata (gasto público), pero además incluye ideas disidentes de su propia cosecha. Cabe destacar varios factores:
Ampliación del ciclo crediticio
Nos estabamos acostumbrando a que Estados Unidos llegue muy tarde en el ciclo, pero la expansión fiscal y las rebajas de impuestos podrían propiciar un estallido complementario de actividad económica que beneficiaría a los ingresos brutos de las empresas estadounidenses, lo cual ayudaría a proteger los flujos de tesorería y evitar o retrasar los ‘defaults’. El debate sobre la reforma del impuesto de sociedades también podría deparar en flujos de entrada de liquidez procedentes de beneficios repatriados del extranjero, lo que impulsaría el consumo estadounidense.
Trump se muestra «favorable a la empresa”. Los títulos de deuda privada en energía (más a favor del petróleo), en el sector farmacéutico (que probablemente no imponga controles de precios al estilo Clinton) y en defensa (firme defensor de la seguridad) están respondiendo de manera positiva. Ya habíamos elevado nuestra exposición a energía en meses anteriores de este año ante la mejoría del entorno de precios. Los principales perdedores probablemente sean los hospitales, dada la derogación prevista (de forma parcial o total) de la Ley de Asistencia Asequible (Obamacare), así como las compañías de energías renovables.
A pesar de la expectativa de que el marco normativo será menos oneroso, existen ciertas advertencias. Los republicanos probablemente tomen el control de 52 escaños en el Senado. Aunque esta pequeña mayoría es suficiente para aprobar medidas presupuestarias, las propuestas de ley que tienen carácter normativo (como cualquier derogación o suavización de la ley Frank Dodd) se enfrentan a maniobras de obstrucción (aplazamiento de medidas), a menos que 60 senadores lleguen a pactos. Sin el apoyo de los demócratas , y suponiendo que todos los republicados estén conformes, Trump podría tener problemas para sacar adelante, al menos con rapidez, algunos de sus planes más atrevidos.
Reflación y apreciación de la divisa
A diferencia de la mayoría de sus colegas republicanos, Trump no parece que tenga recelos viscerales sobre el gasto público. Gracias a sus operaciones inmobiliarias, está familiarizado con la construcción, y gracias a la financiación de inmuebles se siente cómodo con el endeudamiento, por lo que parece razonable creer que seguirá adelante con el gasto en infraestructuras. Las rebajas de impuestos tenderán a ser la moneda de cambio para convencer a los republicanos de que respalden la generosidad fiscal, pero los proyectos de infraestructura tardan tiempo en ponerse en marcha y, por tanto, el mercado puede hacerse demasiadas ilusiones con los márgenes de ganancia de los sectores cíclicos.
La retórica de Trump ha favorecido la reflación, así que el mercado está esperando un entorno más inflacionario; esto explica el aumento de los retornos de los bonos del tesoro en los últimos días. Resulta grato observar que los márgenes de los bonos high yield han ido cumpliendo el rol, de manual, de absorber parte de este aumento. No obstante, la retirada progresiva de estímulos iniciada en 2013 produjo una ampliación retrasada de los diferenciales, que, aunque luego invirtió el rumbo, dio lugar a caidas coyunturales del precio de la deuda high yield.
Los tipos de interés más altos tenderán a absorber dinero rápido, por lo que el dólar probablemente se mantenga sólido; esta situación debería beneficiar a las empresas estadounidenses con proyección local a costa de las que perciben ingresos en el extranjero. Si se pone freno a la inmigración, podría producirse una presión alcista adicional en los salarios. Unos salarios más altos deberían traducirse en un aumento del consumo, pero también podrían comerse los márgenes de beneficio, un aspecto que debe tenerse en cuenta a la hora de evaluar el valor orgánico de una empresa.
Los bonos del sector financiero tenderían a comportarse mejor a medida que se hace más empinada la curva de tipos y en previsión de un régimen regulatorio más laxo. No obstante, las tasas más altas estrechan la ventanilla de refinanciación para las empresas menos solventes.
Proteccionismo
La gran incógnita es si la feroz retórica de Trump perseguía fines electoralistas o representa un programa político auténtico. Las posibles guerras comerciales con otros países podrían desembocar en una ralentización del comercio mundial, lo cual anularía los estímulos derivados de la expansión fiscal. Hace tiempo que tenemos muy poca exposición a mercados emergentes y cabría esperar que esta área de high yield continuará sometida a presión en un contexto de dólar fuerte e inclinación hacia el proteccionismo.
Al presidente de EE.UU se le atribuyen ciertas facultades unilaterales poderosas sobre el comercio, de modo que sus amenazas deben tomarse en serio. El comité de investigación, el Peterson Institute, ha elaborado una lista de estas facultades, que incluyen la capacidad de abandonar el NAFTA y de imponer aranceles y cuotas a los socios comerciales.
Sus declaraciones sin tapujos abren la puerta a una incidencia geopolítica, por lo que las primas de riesgo en las distintas clases de activos seguramente serán más altas. También prevemos mayores niveles de volatilidad del mercado, lo cual debería brindar oportunidades a los gestores activos.
Habida cuenta de lo anterior, la victoria de Trump es una noticia generalmente positiva para la deuda privada high yield dadas sus políticas favorables al crecimiento, aunque las altas tasas de la deuda soberana y las medidas de comercio proteccionistas podrían actuar como un obstáculo.
Kevin Loome es responsable de deuda corporativa estadounidense de Henderson.
Foto cedida. Paramés ficha a Vicente Martín como analista en Cobas AM
Francisco García Paramés ha fichado a un nuevo analista para su equipo de inversiones. Se trata de Vicente Martín, que trabajaba hasta ahora en Santander Investment Bolsa, según publica Bloomberg y ha confirmado Funds Society.
Martín se une a la nueva gestora de Paramés, Cobas AM, desde Santander, donde trabajaba como analista de renta variable de small y midcaps, cubriendo los sectores de healthcare, industrial y compañías de tecnologías de la información y desarrollando un conocimiento de las compañías tanto desde un punto de vista de su negocio y actividad como de su perspectiva financiera. Un puesto que ha ocupado durante cerca de 10 años.
Entre las firmas que cubre destacan Grifols, Almirall, Indra, IAG, CAF, Corporación Financiera Alba, Semapa, Rovi, Faes, Zeltia, Clínica Baviera o Corporación Dermoestética.
También fue analista en Endesa durante ocho años. Martín empezó su carrera como analista en Retevision Telecommunications.
Es licenciado en Business Administration por la Universidad Complutense de Madrid y tiene un master ejecutivo en Finanzas por el IE Business School y un Management Development Program (PDD) por el IESE Business School-Universidad de Navarra.
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Prayitno. NN IP: “El impacto del resultado de las elecciones en EE.UU. dependerá de si una vez en el cargo Trump demuestra pragmatismo”
La reacción de los mercados a la elección de Donald Trump como nuevo presidente de Estados Unidos ha sido en general bastante moderada. Aun así pueden advertirse una serie de sucesos notables. Los mercados emergentes parecen ser la principal víctima del resultado, mientras que el brusco alza de los rendimientos de los bonos beneficia a las acciones financieras y a otros sectores cíclicos.
El impacto del resultado electoral sobre la economía y los mercados financieros más allá del corto plazo dependerá crucialmente de lo pronto que puedan evaluar los mercados si Trump, una vez en el cargo, exhibe o no pragmatismo, cree el equipo de NN Investment Partners. “Si fuera pragmático buscaría colaborar estrechamente con el Congreso y evitaría medidas de política extremas. En relación con la economía interna, su agenda probablemente combinase entonces reducciones de impuestos para particulares con rentas elevadas y empresas, un programa de infraestructuras públicas y desregulación. De forma aislada, tal paquete respaldaría la cotización de las acciones estadounidenses. A fin de cuentas, el déficit presupuestario probablemente aumentaría de forma sustancial”, dice la gestora en su último análisis de mercado.
Un Trump pragmático —que es el escenario principal de NN IP— probablemente aplicaría de forma más estricta las leyes de inmigración y sólo implementaría medidas proteccionistas limitadas y encubiertas (es decir, no denunciaría los tratados comerciales sino que elevaría sustancialmente los aranceles). Sin embargo, explica, incluso esto último seguiría exponiéndole a las represalias de otros países, especialmente China, y podría alentar la tendencia actual a un mayor proteccionismo. Esto acabaría repercutiendo en el PIB mundial y en el crecimiento de la productividad. Todo esto, por sí mismo, podría justificar que los mercados aumentaran su aversión al riesgo.
NN IP estima que otra razón para la subida de las primas de riesgo podría ser que los mercados percibieran una mayor probabilidad de que los políticos anti‐globalización y contrarios a la inmigración llegasen al poder también en otros países. Algo que se aplica en especial a Europa, a la luz del próximo referéndum en Italia y las elecciones en Países Bajos, Francia y Alemania.
“El voto por el Brexit se ha encajado admirablemente bien; pero si los mismos sentimientos subyacentes (anti-inmigración y anti-globalización) prevalecieran de nuevo –y, esta vez, en la economía más importante del mundo– los mercados podrían concluir que la rebelión de los votantes contra la globalización es más fuerte de lo percibido inicialmente”, reza el análisis.
Fiscalidad más expansiva y endurecimiento de la política monetaria
Por lo tanto, los gestores de NN IP creen que a corto plazo no está claro el efecto sobre la disposición a asumir riesgo en Estados Unidos y a nivel global las perspectivas de estímulo fiscal y de un mayor grado de libertad para las empresas estadounidenses han de contraponerse a los crecientes riesgos políticos, y de política, mundiales. Además, habría que considerar la respuesta más a medio plazo de la política monetaria.
Pero si el impulso fiscal en Estados Unidos resultase sustancial (como lo fue en el primer mandato de Reagan), esto podría acabar induciendo a la Fed a acelerar el ritmo de subidas de tipos. Esta combinación de una política fiscal más expansiva con otra monetaria más restrictiva, en contraste con la situación de partida de la administración de Obama, puede propiciar una apreciación adicional del dólar.
“Como vimos en agosto de 2015 y también a principios de este año, esto, en un mundo caracterizado por desequilibrios, podría deteriorar severamente los flujos de capital de los mercados emergentes y acabar por suprimir el apetito global por el riesgo. Tanto más en la medida en que los precios de las materias primas también disminuyeran marcadamente. En qué medida se materializarían estos efectos negativos es incierto, ya que la resiliencia fundamental de los emergentes y del apetito global por el riesgo frente a expectativas de subidas de tipos por la Fed ha aumentado desde comienzos de año”, apunta la gestora holandesa.
Siendo así, incluso con Trump imbuido de pragmatismo, NN IP cree que aguardaría un período de más incertidumbre, que sería mucho mayor si Trump realmente intentase implementar las políticas por las que abogó durante su campaña. Esto llevaría muy probablemente a un fuerte aumento de la aversión al riesgo en todo el mundo, así como a una radical reevaluación de las perspectivas de crecimiento nominal futuro en muchas partes del mundo ante el riesgo real de que se produjeran guerras comerciales. En ese caso los rendimientos de la deuda pública deberían caer de forma generalizada, si bien no cabe descartar que los inversores empezaran en algún momento a exigir mayores primas de riesgo a los bonos del Tesoro estadounidense, dice.
Sin embargo, ese no es el escenario principal de la firma. No resultará tan fácil describir giros de 180 grados en las relaciones internacionales y la política comercial. Aparte de que, además, implicaría una ruptura con décadas de ortodoxia republicana sobre la importancia del libre comercio.
Foto cedidaGonzalo Lardiés, José Ramón Iturriaga y Beltrán de la Lastra, en el evento de gestores organizado por Kessler & Casadevall la semana pasada en Madrid.. Los gestores españoles ven en parte de la renta variable la mejor alternativa a la renta fija
La búsqueda de alternativas de inversión a un mercado de deuda que afronta desafíos pasa por oportunidades en high yield, o en diferentes estrategias multiactivo que aporten valor al inversor. Un inversor que, según Beltrán de la Lastra, director de inversiones de Bestinver, “está secuestrado”. Pero parece que las ventanas están abiertas también a la renta variable, o al menos a parte de ella. “Es el único activo que puede proporcionar una alternativa interesante”, explicó De la Lastra.
En la jornada “Alternatives in Fixed Income & Flexible Investing” organizada por Kessler & Casadevall recientemente en Madrid, expertos de Generali Investments, Morgan Stanley, Oddo Meriten AM, BMO o Edmond de Rothschild AM presentaron sus diferentes propuestas de inversión en el actual entorno. Pero también los gestores de fondos de autor españoles de Bestinver, Abante y Alpha Plus ofrecieron su visión del mercado y, en este caso, la apuesta fue la renta variable.
Para José Ramón Iturriaga, gestor de Abante, es difícil saber a ciencia cierta dónde se va a estabilizar la curva de tipos de interés en la renta fija: “Creo que tiene algo de continuidad, pero no la vamos a ver como estaba hace unos años con rentabilidades del 5% o el 6%”. Esto nos lleva, en su opinión, a volver la mirada a la renta variable. En el caso de España, “donde no hemos dejado ningún charco por pisar”, con un escenario atractivo de inversión. “Pocas veces en la vida he visto un potencial de revalorización tan grande como veo en ahora mismo en mi cartera”, afirmó Iturriaga.
Los expertos siguen mostrando cierto recelo hacia el sector financiero, pero con diferente grado de entusiasmo. “Pensar que todos los bancos tienen valor es absurdo, hay bancos donde no lo hay, pero hay otros a buen precio teniendo en cuenta el invierno nuclear que están viviendo y sin que tengan que subir los tipos de interés”, explica De la Lastra, tras recordar que Bestinver ha vuelto a incorporar el pasado verano, y por primera vez en muchos años, valores del sector financiero.
Iturriaga, que aseguró que no ha hecho de la caída de los bancos su forma de vida como han hecho otros, cree que la clave no está en la rentabilidad del sector en la actualidad, sino en “hacia dónde va esa rentabilidad en el futuro», con diferenciales que actualmente alcanzan los 200 puntos básicos. Ello sumado, añadió, a una normalización del Euribor de al menos el 0,5% en 2017 o 2018.
En opinión de Gonzalo Lardiés, gestor de Alpha Plus, “lo único que se observa en el sector es algo de normalización, porque la consolidación en España no está finalizada”. A largo plazo, Lardiés reconoció que no le gustan los bancos, “por el exceso de deuda a nivel global además de por los muchos y complicados retos que tiene por delante”.
Recuperación lenta
Los gestores coinciden en señalar una situación paradójica que viven en los últimos tiempos cuando mantienen reuniones con directivos de las compañías. “Cuando me reúno con los directores financieros o CEOs son ellos los que me preguntan cómo veo la situación y no al revés”, afirmó Iturriaga. Un fenómeno que Lardiés calificó de “frustrante”, porque “nadie se moja con sus perspectivas”. En opinión de De la Lastra, “las empresas no acaban de creerse la recuperación a pesar de que les vaya bien”.
Para el director de inversiones de Bestinver, las heridas de la crisis de 2008 son muy profundas y, por lo tanto, la recuperación es lenta y duradera. “Algunas saldrán beneficiadas, pero no todas”, aseguró. En este sentido, los gestores aducen falta de visibilidad, ya que la situación de algunas compañías puede cambiar en dos o tres meses, lo que les deja escasos de argumentos para ciertas inversiones.
Desde Bestinver apuestan por “no intentar heroicidades sino construir carteras robustas” en las que incluyen valores como CAF, Cie Automotive, Miquel i Costas, Indra y algunas socimis. Además de bancos e inmobiliarias, Iturriaga apunta a compañías ligadas al ciclo y, en concreto, al sector hotelero, “cuyo valor no está recogido en los múltiplos actuales”.
Foto cedida. Andbank incorpora a Javier Sánchez Cortés como nuevo banquero privado en la oficina de Zaragoza
Andbank España, entidad especializada en banca privada, ha incorporado recientemente a Javier Sánchez Cortés como nuevo banquero privado en la oficina de Zaragoza. Este nuevo nombramiento se enmarca dentro de la estrategia de crecimiento de la entidad en España.
Sánchez Cortés proviene de Banco Santander, entidad en la que ha desarrollado su carrera profesional desde 2008 en la división de banca privada y personal en Zaragoza. Durante los ocho años que trabajó en Banco Santander, se especializó en la gestión de grandes patrimonios, tanto de clientes particulares como de empresas.
Es licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza y Máster en Banca y Finanzas por la Universidad de Alcalá de Henares. Además, posee un Título Superior de Gestión Patrimonial por el Instituto Español de Estudios Financieros, un Programa Directivo de Planificación Financiera y Wealth Management por el IEB y la acreditación EFA (European Financial Advisor) de EFPA España.
Según David García Gimeno, director de Andbank en Aragón, “nuestro objetivo es continuar creciendo en Aragón e incorporar a profesionales con experiencia en el sector de la banca privada, como Javier Sánchez Cortés, para ofrecer a nuestros clientes un servicio de calidad, especializado e independiente”.
Andbank España cuenta con una oficina en Zaragoza, situada en el paseo de Pamplona y con un agente financiero. Actualmente gestiona en esta comunidad más de 105 millones de euros y cuenta con más de 600 clientes.
Foto: Brujo, Flickr, Creative Commons.. Desayuno Lazard Frères: small caps en un entorno de incertidumbre
Lazard Frères Gestion celebrará el próximo miércoles 23 de noviembre un desayuno a las 9.30 horas en el Hotel Villa Magna de Madrid (Paseo de la Castellana, 22) donde se analizará el papel de las small caps en un entorno de incertidumbre, su recuperación y valoraciones.
En el desayuno intervendrán Jean François Cardinet y James Ogilvy, responsables de la gestión de small caps en Lazard Frères y Domingo Torres, responsable de desarrollo de negocio para Iberia.
El aforo es limitado, por lo que para asistir al evento será necesario confirmar la asistencia previamente a través de un formulario online al que se puede accederpinchando aquí.
Nicolo Carpaneda, director de inversión del equipo de renta fija de M&G Investments. Foto cedida. M&G aboga por tomar más riesgo en renta fija pese a la victoria de Trump: “Somos positivos con el crédito y emergentes a largo plazo, y negativos con la duración”
Hablar de mercados financieros ahora pasa inexorablemente por analizar las consecuencias que tendrá el próximo mandato presidencial de Donald Trump en Estados Unidos. Nicolo Carpaneda, director de inversión del equipo de renta fija de M&G Investments, lo sabe muy bien y reconoce que, aunque todavía no han movido sus carteras ante la falta de información sobre sus futuras políticas, su victoria electoral está provocando un cambio en sus perspectivas. “Antes de las elecciones el mercado pensaba que era altamente improbable que Trump gobernara y vaticinaba una potencial recesión global, con problemas en los mercados si eso ocurría. Pero los inversores cambiaron rápidamente su visión, y nosotros también, porque nos dimos cuenta de que no había suficiente información sobre sus ideas”, explica en una entrevista con Funds Society.
Sin embargo, sobre lo poco que se sabe puede aventurarse una mejoría económica en EE.UU., con importantes consecuencias sobre la inflación y las políticas monetarias que habrá que empezar a considerar. “Sabemos que Trump implementará una política fiscal expansionista en el país, que invertirá en infraestructuras y que bajará los impuestos a las empresas, dando un empuje a la economía doméstica y propiciando cambios monetarios”. Así, si el empleo aumenta y la economía doméstica crece con más fuerza, la inflación acabará llegando, algo positivo para el dólar y algo que podría cambiar la actuación de la Fed. “No solo subirá tipos en diciembre (el mercado ya le da una probabilidad del 80%) sino que podría adoptar una actitud más agresiva en 2017”, añade.
Estas políticas, positivas a corto plazo para la renta variable estadounidense y, dentro de la renta fija, para activos como el high yield, sin embargo llevarían a aumentar el déficit fiscal del país, y su deuda sobre el PIB, algo que podría perjudicar a la larga a los bonos del Tesoro (y tener efectos colaterales en otros bonos de gobiernos alrededor del mundo). Con todo, el experto explica sus dudas sobre la viabilidad de un plan de gobierno que requiere de financiación exterior, en un momento en el que países como China y Japón ya son grandes tenedores de deuda pública estadounidense (en proporciones cercanas al 20%) y considerando además que los planes de Trump tratan de proteger la economía doméstica y van en contra de países como México o China. “Las políticas de Trump podrían desincentivar la entrada de capitales en EE.UU.”, explica.
Con este análisis sobre la mesa, en M&G Investments no han movido aún sus posiciones por varios motivos: el primero, ya cuentan con duraciones cortas en sus carteras de renta fija; sus estrategias ya muestran preferencia por los diferenciales de crédito, de forma que ya tienen incorporado un mayor componente de riesgo; y además, y aunque son positivos a corto plazo con la evolución de la deuda pública estadounidense –si actúa como refugio en un escenario de incertidumbre- y aunque en este punto no tienen una total convicción, consideran que el activo podría hacerlo mal a largo plazo.
“Además del tema Trump, hay otros temas clave sobre la mesa, como un mundo que crece más (algo positivo para las empresas y para el consumo, sumado a la ayuda de las políticas fiscales, que beneficiarán a las empresas); la continuidad de las subidas de tipos por parte de la Fed (que llevará al BCE a modificar su política acomodaticia para finales de 2017 o 2018, con el Banco de Japón ya en proceso, al pasar del QE al control de la curva de tipos), que pondrá fin a 35 años alcistas para la deuda pública y la duración (aunque los tipos no llegarán a situarse en el nivel pre-crisis); y la importancia del riesgo político –ante el que el experto recomienda no reaccionar a corto plazo y buscar oportunidades sin prisa-. Con estos factores sobre la mesa, las oportunidades cambian: “Somos positivos con emergentes a largo plazo, así como con crédito y negativos con la duración”. En definitiva, hay que tomar más riesgo en las carteras.
Positivos en crédito
En cuanto al crédito, la evolución a corto plazo dependerá de si hay episodios de nerviosismo y venta pero a largo plazo -teniendo en cuenta que los tipos subirán para reflejar mejores perspectivas de crecimiento y podrían aflorar oportunidades más atractivas- en un entorno positivo los diferenciales se comprimirán, lo que beneficiará al activo. “Si nos gusta la deuda corporativa”, explica, frente al riesgo de tipos, que opta por cubrir: “Habrá mucho movimiento en los próximos meses. No nos gusta la deuda pública pero sí el crédito. No vemos oportunidades en Reino Unido, donde podría haber una recesión y Europa paga poco”, dice. De hecho, en el Viejo Continente no gusta la deuda pública (por las bajas rentabilidades y el riesgo de pérdidas si repunta la inflación) y, aunque el crédito es más atractivo, solo lo es por razones técnicas (por la presión compradora del BCE, que podría incluso aumentar su QE en la era Trump).“Así que la alternativa es Estados Unidos. Y si hay episodios de venta a corto plazo, compraremos”, explica.
La segunda alternativa está en los mercados emergentes, aunque más de cara ya a 2017. Así, el experto reconoce que habrá consecuencias tras la victoria de Trump a corto plazo, debido a la incertidumbre, pero también se muestra dispuesto a entrar si ve caídas en los próximos meses. “Suponen el 50% de la economía global y no todos los países dependen de EE.UU: Centroamérica sí, pero Europa del Este no y muchos países de Asia dependen más de China”, dice. Por eso, si en 2017 su precio es atractivo, aumentará la inversión.
Viraje de Latinoamérica a Asia y Europa del Este
Antes de la victoria de Trump, la visión era muy positiva en emergentes, debido a varias ideas: los bancos centrales seguirían con políticas acomodaticias en el mundo desarrollado (con el BCE beneficiando a Europa del Este); China no presenta problemas de crecimiento; la caída de muchas divisas que aún no se han recuperado -con algunas excepciones, como Brasil o Suráfrica- hace a los países más competitivos y propicia una dinámica de crecimiento; además de desarrollos positivos en países como Argentina o Brasil (tras el cambio de Gobierno). Pero ahora, en la era Trump, llega la incertidumbre: Centroamérica, región de gran crecimiento gracias a las remesas, podría sufrir consecuencias; un mundo más incierto podría dificultar la financiación exterior a países como Argentina…
“Latinoamérica, que era nuestra región favorita hasta ahora, se verá impactada por la victoria de Trump, sufrirá”, dice Carpaneda, que asegura que darán más peso a Europa del Este y Asia en sus carteras, aunque sin perder de vista las oportunidades en mercados concretos latinoamericanos con señales positivas, como el colombiano. Habrá que mirar país a país, dice, explicando que potenciales caídas debido a este negativo sentimiento tras la victoria de Trump podrían propiciar atractivas oportunidades de compra dentro de un tiempo.
En opinión del experto, en los próximos 12 meses el riesgo político será el más difícil al que se enfrentan, aunque quita hierro al referéndum de Italia de diciembre y al auge de los partidos antisistema en Europa. La gestión de deuda en M&G se basa en un 80% en la macro y en un 20% en análisis de crédito, de forma que estos sucesos son clave para determinar el devenir de los tipos de interés y tomar decisiones en cuanto a las duraciones en las carteras.
Sacar partido del riesgo duración
De momento, no toman apenas riesgo de tipos pero en la gestora no solo asumen esta idea desde una perspectiva defensiva, sino también ofensiva. Por ejemplo, aprovechando oportunidades en bonos ligados a la inflación: en enero de este año, el equipo de M&G compró este activo, que está vendiendo ahora. De cara a futuro, volverá a apostar dependiendo de su precio y las perspectivas: “El mercado descuenta una inflación del 2% en EE.UU. pero hay que verlo”, dice Carpaneda.
Una segunda idea es abrir algunas posiciones en duración negativa en las estrategias que lo permiten, como hicieron en los últimos meses con el Gilt de Reino Unido, ganando en la medida que su rentabilidad aumentaba (desde el 0,5% hasta el 1,3%, una posición ya cerrada).