Foto: LinkedIn. Omega Capital ficha a Juan Ramón Correas, desde Santander, como director de Renta Variable
Omega Capital ha incorporado a Juan Ramón Correas a su equipo: será responsable de Renta Variable, según publicó Bloomberg citando fuentes de la gestora. En Omega Gestión reportará al CEO, Gabriel Fernández de Bobadilla.
Juan Ramón Correas llega desde Santander, donde ha trabajado durante nueve años en diferentes puestos, incluyendo el de responsable de Análisis de renta variable europea. En Santander, dirigió el análisis de productos de small y midcaps (valores con hasta 7.500 millones de euros de capitalización) desde noviembre de 2011 y lideró el equipo de Análisis de renta variable europea desde febrero de 2013 hasta junio de 2016.
Antes trabajó en Deutsche Bank, durante dos años, como responsable de análisis de renta variable emergente en Londres, al frente de un fondo de bolsa long-short que invertía en Europa central y del Este, Oriente Medio y África. También fue director en Madrid durante seis años de renta variable en la entidad, algunos de esos años como CEO y responsable de renta variable ibérica.
Antes había trabajado también en Banco Santander, dirigiendo el equpo de Análisis de renta variable de small y midcaps, y en otras entidades como Ahorro Corporación, o ACF, Bolsa de Barcelona y Caixa Sabadell.
Es licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad de Barcelona y también tiene formación en el Chicago Board of Trade Institute, según su perfil de LinkedIn.
Omega Gestión, la gestora de Alicia Koplowitz, cuenta con 700 millones de euros en activos bajo gestión.
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Gail. La mayoría de las veces lo que cuenta de una empresa no está en el excel
Los analistas fundamentales pasan una desmesurada cantidad de tiempo con la aplicación Excel de Microsoft intentando calibrar la magnitud y dirección de los cambios en los flujos de efectivo de una empresa, con proyecciones detalladas sobre la evolución de los ingresos, los márgenes y los beneficios. Sin embargo, con el tiempo la lección que uno aprende es que la mayoría de las veces lo que cuenta es lo que no está en las hojas de cálculo.
Siempre hemos creído que las empresas existen en un ecosistema y entender y analizar ese ecosistema eleva al máximo las probabilidades de realizar juicios acertados en torno a la trayectoria futura de sus beneficios. Sin embargo, el rápido ritmo de disrupción tecnológica está cambiando el panorama y el ecosistema en todos los sectores, así que el trabajo de un inversor a largo plazo se ha tornado más difícil. Las defensas de la mayoría de las empresas parecen mucho más permeables que antes. De hecho, uno debe tomar distancia y preguntarse si realmente es posible imaginar qué aspecto tendrá un sector o una empresa dentro de diez años, por no hablar de intentar predecir sus flujos de efectivo y beneficios en ese periodo.
Podríamos afirmar que los analistas absortos en sus hojas de cálculo difícilmente habrían podido predecir cómo Netflix, Amazon, Apple, Facebook y Google cambiarían el mundo tal y como lo conocemos, y también que habrían tenido complicado predecir que en uno de los mejores mercados alcistas de la historia (2009-2018), GE, el mayor grupo industrial del mundo y miembro original del Dow Jones (ininterrumpidamente durante más de 120 años), sería una sombra de lo que fue en algo menos de diez años.
Estas son algunas reflexiones sobre lo que hemos aprendido mientras buscábamos equipos directivos merecedores de nuestro capital.
1.- La cultura se come a la estrategia
La cita de Peter Drucker “la cultura se come a la estrategia” ha demostrado su intemporalidad. Los equipos directivos excelentes entienden que el “cambio constante” —una necesidad en la era de la disrupción— no es posible si no se dispone de la cultura adecuada.
Sin embargo, algunos directivos han cambiado esta cita por “la cultura alimenta la estrategia”. Un ejemplo sería la visión de Satya Nadella para Microsoft. En 2015, la empresa cambió su declaración de objetivos de “un ordenador en cada escritorio y hogar” por “capacitar a todas las personas y empresas del planeta para que puedan hacer más”.
Todos los niveles de la empresa estaban motivados y las tomaban como guías para sus acciones. A consecuencia de ello, con Nadella como consejero delegado (que coincide con nuestra inversión en el valor), Microsoft ha visto cómo su cotización pasaba de 35 a 93 dólares, mientras que en los diez años anteriores prácticamente no se había movido. Esta declaración de objetivos demostró que para alcanzar el éxito en esta nueva era, es vital:
Tener un sentido de propósito compartido por toda la organización;
Reconocer que las empresas deben esforzarse (a través de sus productos y servicios) por mejorar conscientemente las vidas de todas las personas en las que influyen;
Contar con una cultura que dinamice y alimente constantemente nuevas formas de triunfar.
2.- Asignación del capital e incentivos
El “santo grial” de la inversión es encontrar un negocio excelente, que cotice con descuento frente a su valor razonable y con un equipo directivo que emplee bien el capital. La asignación del capital (reinvertir en el negocio, frente a comprar un competidor o devolver capital a los accionistas) es, con mucho, la decisión más importante que toman los directivos. Cómo tomen estas decisiones depende mucho de los incentivos que les muevan. Por consiguiente, nos gustan las estructuras de incentivos que fomentan los planteamientos a largo plazo (en sintonía con nuestro horizonte de inversión).
También preferimos ver más incentivos basados en las rentabilidades empresariales, con indicadores adaptados a la empresa o al sector, en lugar de baremos simples basados en el crecimiento del BPA o la rentabilidad total para el accionista, que muchas veces incentivan las operaciones corporativas mediocres o están tan fuera del control de la dirección que no importan.
Por último, nos gusta que la dirección tenga un elevado porcentaje de participación en el accionariado y estamos muy atentos a qué hacen con sus acciones los que trabajan en las empresas.
Una buena anécdota para ilustrar esta idea se dio en febrero de 2016, cuando los inversores estaban preocupados por la posibilidad de una recesión mundial y los mercados andaban revueltos. Jamie Dimon de JP Morgan Chase (una posición de la cartera) respaldó su mensaje de calma comprando con su dinero acciones de la compañía a 53 dólares por título por un total de 26 millones de dólares. A finales de marzo de 2018 el valor cotizaba a 110 dólares, así que él y todos los que le siguieron prácticamente duplicaron su inversión en dos años.
3.- Confianza y paranoia
Hemos observado que los equipos directivos competentes muestran un elevado grado de dualidad. Nada ilustra eso mejor que confiar en la estrategia y la ejecución y, al mismo tiempo, estar constantemente alerta ante todo aquello que podría alterar el equilibrio y alejar del camino del éxito.
La mayoría de los equipos directivos con los que nos reunimos muestran un elevado grado de confianza. La actitud de alerta no suele ser común y, por lo tanto, buscamos más. Dicho de forma sencilla, si el equipo directivo está “siempre alerta”, nosotros, como inversores, dormimos mejor.
Un buen ejemplo de ello fue nuestra reunión con Facebook en 2017 que nos hizo entender que la empresa y el mercado no estaban “lo suficientemente alerta” ante los problemas relacionados con la privacidad de los datos, así como el riesgo de regulación.
Los acontecimientos recientes han puesto de relieve que incluso para un fantástico equipo directivo como el de Facebook, una buena dosis de actitud vigilante habría ayudado.
4.- Diferencia positiva para el mundo
En nuestra opinión, los equipos directivos competentes tratan de no perder de vista su “razón de ser”, que es intentar dejar a la empresa, a sus clientes, a sus empleados y al mundo en un lugar mejor que donde los encontraron.
Sin embargo, este rasgo es uno de los más difíciles de evaluar (o contar), dado que no es blanco o negro, sino una escala de grises.
Debo aclarar que esta estrategia no es un enfoque ESG y su objetivo no es convertirse en uno de estos planteamientos. Pero vemos que para pensar a largo plazo necesitamos evaluar la estrategia y la ejecución de la empresa desde el prisma de su impacto en el mundo, y es un área donde pensamos, como gestores activos, que podemos hacer una aportación positiva al debate.
Al ser una escala de grises, es un concepto en permanente evolución en el que debemos intentar no perder el ritmo que marcan la sociedad y las demandas de los inversores.
Las consideraciones ESG que forman parte de mi forma de evaluar empresas son un asunto bastante amplio que merece su propio artículo. Pero mi intención con este ha sido demostrar que, como inversor fundamental con un enfoque ascendente en la era de la inversión cuantitativa y el aprendizaje automático, ahora más que nunca es importante fijarse en la incidencia de los factores cualitativos que realmente impulsan la evolución de los flujos de efectivo, que son los que, a su vez, determinan el valor de un negocio.
Amit Lodha es gestor del FF Global Focus Fund de Fidelity.
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: iMorpheus. Lo bueno y lo malo de invertir en Japón
Han pasado cinco años desde que Shinzo Abe se convirtió en primer ministro, prometiendo revivir la economía de Japón y terminar con su persistente deflación con su ambicioso programa Abenomics.
Recientemente, sin embargo, su posición ha sufrido y su futuro parece estar en peligro por su posible implicación en un escándalo que, aunque ya queda atrás, ha puesto de manifiesto la fragilidad de su apoyo. En este contexto, parece apropiado reevaluar el progreso que se ha logrado en Japón en los últimos años y plantear preguntas sobre el futuro de Abenomics.
Lo bueno
En septiembre de 2013, se hizo cada vez más evidente que la política monetaria agresiva y la depreciación resultante del yen ayudarían a frenar la deflación y crear un entorno empresarial más favorable. Desde entonces, los beneficios empresariales y los precios de las acciones se han comprometido en una impresionante tendencia al alza y la situación económica ha mejorado mucho.
Las exportaciones han crecido significativamente debido a la depreciación del yen y la fortaleza de la economía global, mientras que la demanda interna y las inversiones de hogares privados, corporaciones y organismos públicos han mejorado gracias a los indicadores de mayor confianza y las políticas monetarias más flexibles.
Aunque al menos en el corto plazo, los elementos de la política monetaria y fiscal de la agenda han sido exitosos, el mercado todavía está deliberando sobre el éxito de las reformas estructurales y del llamado tercer pilar del programa Abenomics.
Desde marzo de 2014, las reformas y las medidas de política han llevado a mejoras en áreas como la tasa de participación laboral femenina, la gobernanza corporativa y el turismo receptivo, tres de las historias de éxito más tangibles de Abenomics.
Nuestra cartera japonesa se ha beneficiado de estos resultados positivos. Compañías globales de fabricación como Fanuc, líder mundial en robots industriales y sistemas CNC, Komatsu, el segundo mayor fabricante de equipos de minería y construcción del mundo y Tadano, un fabricante de grúas industriales, se encuentran entre los muchos ejemplos de beneficiarios del yen más débil.
Los minoristas nacionales, como Don Quijjote, la mayor cadena de descuento de Japón, y las compañías de cosméticos como Kose y Kao han visto sus precios de acciones impulsados por el auge del turismo receptivo.
Persol Holdings, un proveedor de servicios de personal temporal, tiene un largo historial de logros al darles a las mujeres la oportunidad de acceder a empleos temporales y de tiempo parcial. Ha sido uno de los principales beneficiarios del objetivo del gobierno de aumentar las tasas de participación femenina.
Las mejoras en el gobierno corporativo y la mayor demanda de los fondos de pensiones nacionales han llevado a una mayor demanda de acciones growth de calidad, que constituyen la mayor parte de nuestra cartera.
Lo malo
Pero no todo en lo que respecta a Abenomics ha salido bien. Los más críticos señalan acertadamente la lentitud de las reformas en varias áreas clave. El estancamiento del crecimiento de la productividad laboral es un fallo clave de Abenomics.
Muchos expertos también están decepcionados por las lentas reformas del estilo de trabajo. Estas reformas incorporan elementos que ayudarían a reducir jornadas de trabajo crónicamente largas, mejorar el equilibrio entre trabajo y vida, reducir las disparidades salariales entre géneros y tipos de trabajadores (clientes habituales y a tiempo parcial) y alentar a los trabajadores a moverse más fácilmente de empresas con baja productividad para aquellos con mayor productividad.
Su implementación se considera crucial porque están directamente relacionados con uno de los mayores problemas de Japón, sus características demográficas.
La población de Japón no solo ha comenzado a disminuir y está envejeciendo, sino que lo que es especialmente preocupante es que la proporción de personas en edad de trabajar está disminuyendo rápidamente.
Entre hoy y 2040, se pronostica que el segmento de la población de entre 15 y 64 años disminuirá en unos 17 millones, lo que corresponde a aproximadamente una cuarta parte de la fuerza de trabajo actual de la nación. A la luz de estos desarrollos, el aumento en la tasa de participación femenina solo parece una gota en el óceano.
Invertir en negocios sólidos
En este entorno, es muy importante ser selectivo al buscar ideas de inversión. Incluso si es difícil predecir la orientación futura del país, muchas de las mejores compañías de Japón definitivamente se están moviendo en la dirección correcta.
Las empresas sólidas que se benefician de ventajas competitivas y están presentes en segmentos que ofrecen oportunidades de crecimiento estructural podrán seguir siendo altamente rentables y crear valor para los accionistas a largo plazo. Deben convertirse en inversiones atractivas, incluso si el camino a la recuperación económica en Japón resulta ser accidentado.
Steve Glod es gestor de renta variable de BLI y del fondo BL-Equities Japan.
Foto: Dave Lafferty, es estratega jefe de Mercados de Natixis IM. Dave Lafferty (Natixis IM): "Es posible que las presiones recesivas empiecen a surgir a mediados de 2019"
Dave Lafferty es estratega jefe de Mercados de Natixis IM, firma en la que trabaja desde hace 14 años. Desde su puesto, es responsable de evaluar las tendencias económicas y del mercado de capitales y sus implicaciones para las carteras de inversión. Y eso significa, de cara a los próximos meses, estar muy atentos de lo que suceda con los tipos de interés y las políticas de los bancos centrales.
¿Cuál es la situación actual del ciclo de tasas de interés de cara a los próximos seis a nueve meses?
Estamos muy al final del ciclo actual de tasas de interés y esperamos que alcance su punto máximo a finales de 2018 o principios de 2019. A medida que la economía mundial continúa creciendo a un ritmo razonablemente saludable, debería mantenerse también una modesta presión al alza tanto sobre las tasas de interés reales como sobre las primas de inflación.
¿Habrá sorpresas en las subidas?
Debido a que probablemente ya hayamos superado la euforia máxima en la macroeconomía en el último trimestre del año pasado, las presiones inflacionarias deberían continuar bien ancladas, y los bancos centrales van a pecar de cautelosos, por lo que dudamos que las tasas suban precipitadamente.
¿Cómo evolucionarán los bonos del Tesoro estadounidense a 10 años?
Podrían aumentar en un rango de 3,5% a 3,75% posteriormente este año o 2019. Para mediados de 2019, las tasas más altas comenzarán a afectar la generación de crédito con poco margen para la flexibilidad fiscal.
¿En qué sentido?
Es probable que las tasas lleguen a su punto máximo conforme avanza la atención global en la recesión. El proceso de normalización de la tasa de interés a largo plazo puede eventualmente alcanzar niveles superiores al 4%, pero dada la duración del ciclo actual, es posible que debamos esperar a que la próxima recuperación y expansión alcancen esos niveles.
¿Qué divisas cree que podrán seguir superando al dólar estadounidense el año próximo?
En términos generales, creemos que el dólar se comportará bien ante la mayoría de las divisas del G-10: la Fed sigue siendo más agresiva que otros bancos centrales y la postura se ha vuelto demasiado bajista en cuanto al dólar (por ejemplo, la carga especulativa ha estado del lado del euro).
¿Y en los mercados emergentes?
Creemos que han reaccionado de forma exagerada al endurecimiento de la Fed. Como resultado, podríamos ver cierta fortaleza en las monedas de los emergentes con fundamentales sólidos y menor riesgo de flujos hacia el exterior. Estas incluirían al rublo, que recientemente se ha desconectado de los altos precios del petróleo, al real brasileño, que sigue bajo presión a pesar de la mejora en el crecimiento, y el peso uruguayo que ha sufrido un arrastre a la baja a la par del peso argentino.
¿Cómo ve a los mercados de renta variable y a los activos de riesgo perfilarse en los próximos seis meses a un año?
Creemos que la renta variable global se elevará ante la perspectiva del sólido crecimiento de las ganancias en los próximos seis a doce meses. En Estados Unidos, esta perspectiva se basa en la opinión de que el mercado está observando rápidamente ganancias en 2019-2020, después de que los efectos del recorte fiscal se hayan disipado en su mayoría. Por ahora, en 2018, esta perspectiva sigue siendo sólida. Para el futuro próximo, los inversores podrían quedar atrapados entre el soporte alcista de los fundamentales y las limitadas valoraciones, restringidas por tasas más altas, matices inflacionarios y una menor liquidez del banco central.
¿Y en 2019?
Es posible que el panorama se vuelva un poco más complejo a mediados de 2019 ya que las perspectivas de mayores presiones recesivas podrían empezar a surgir.
Pixabay CC0 Public DomainAntonioFCalado
. Investec Asset Management se lanza a la conquista de Portugal con Capital Strategies Partners como socio exclusivo
Durante el evento inaugural de Global Insights en Lisboa, organizado por Investec Asset Management, la firma ha anunciado que amplía su compromiso con la región y con Portugal a través de su socio de distribución Capital Strategies Partners. La gestora se ha marcado como objetivo convertir a Portugal y España en mercados clave dentro de su negocio Europa continental.
La gestora cuenta con un equipo local liderado por Pedro Costa de Capital Strategies Partners, quien ha estado construyendo y generando una base de clientes locales para Investec desde 2017. Fruto de este trabajo, durante el año pasado, Investec AM logró aumentar un 40% los activos bajo gestión, hasta alcanzar el nivel actual.
Según ha destacado Richard Garland, director global de asesoramiento de Investec Asset Management, “nuestras raíces sudafricanas y nuestra fuerte presencia en mercados emergentes e internacionales nos posicionan como un socio de inversión cualificado y diferenciado para ayudar a nuestros clientes a navegar en los mercados actuales y futuros. El interés de los inversores en estrategias multiactivo total return como nuestro fondo Global Muti-Asset Income, así como en renta variable asiática, ha aumentado. La inversión pura en renta variable, como por ejemplo con nuestro fondo Investec European Fund, son un claro ejemplo de la importancia de la gestión activa y la inversión por criterios bottom-up de alta calidad”.
Por su parte, Pedro Costa Felix, socio de Capital Strategies, ha señalado que “el lanzamiento de Investec Asset Management en Portugal ofrece a los inversores acceso a un nuevo conjunto de soluciones globales y regionales. La filosofía de inversión de Investec, sus métricas y estrategias para la sección de activos proporcionan un marco para las carteras a medida”.
La expansión del negocio de Investec Asset Management demuestra el compromiso de la firma por ofrecer soluciones de inversión global y servicios de primer nivel en todas sus oficinas, actualmente ubicads en: Nueva York, Londres, Ciudad del Cabo, Hong Kong, Singapur y Sydney.
Pixabay CC0 Public DomainTanteTati. Los cinco mitos sobre invertir en deuda de mercados emergentes
En el pasado, la deuda de los mercados emergentes se consideraba una inversión muy especializada y exótica y, aunque ahora se ha convertido en algo más generalista, ocurre que sigue siendo un área proclive a las malinterpretaciones.
En opinión de Fabrizio Palmucci, CFA y especialista de producto de renta fija y multi activos de Jupiter AM, es una lástima que existan tantos mitos en torno a los mercado de deuda de los mercados emergentes, alejando así a los inversores de esta clase de activos.
“En nuestro juicio la deuda de los mercados emergentes podría mejorar las rentabilidades con un perfil de volatilidad que no es superior al de los bonos high yield estadounidenses”, señala Palmucci.
Según su opinión hay cinco mitos claros sobre este tipo de activos y que suelen aparecer con frecuencia en la conversaciones que mantienen con los clientes. Estos mitos serían:
La deuda de mercados emergentes siempre registra rentabilidades negativas cuando la Fed sube tipos: Palmucci reconoce que, en el pasado, los ciclos de endurecimiento monetario de la Reserva Federal estadounidense han coincidido con un periodo negativo en la deuda emergente, o lo han provocado, pero la relación no es estrictamente causal. “La realidad presenta muchos más matices y existen ejemplos recientes de buen comportamiento de la este activo durante una fase de subidas de tipos por parte de la Fed”, apunta. Financieramente hablando, considera que las economías emergentes están más saneadas que a mediados de la década de 1990, cuando dependían enormemente de las exportaciones y las empresas y estados recurrían profusamente a la deuda denominada en dólares y no podían endeudarse en sus monedas nacionales. “Actualmente, la mayor parte de la deuda emergente se emite en moneda nacional, el 83% de los 16,5 billones de dólares que totalizan las emisiones”, matiza.
La deuda de mercados emergentes es de calidad inferior a la deuda de los mercados desarrollados: El término “deuda de los mercados emergentes” es una designación genérica que enmascara la gran diversidad existente entre países. “En un extremo se encuentran los denominados mercados frontera, como Nigeria y Egipto, o los mercados emergentes en desarrollo, como Filipinas. En el otro extremo del espectro figuran mercados emergentes más maduros, como México, y países como Corea del Sur, que también podrían clasificarse como mercados desarrollados”, explica.
Invertir en deuda de mercados emergentes supone asumir mucho riesgo de tipos de cambio: Según Palmucci, los estados y empresas emergentes pueden sufrir un desajuste cambiario entre sus activos y pasivos. En otras palabras, “emitir bonos denominados en dólares estadounidenses que habrá que devolver usando las monedas nacionales crea el riesgo de que las fluctuaciones de los tipos de cambio puedan aumentar espectacularmente el coste de devolución de la deuda. Además, es importante señalar que los países con elevados ingresos en dólares debido a su elevado volumen de exportaciones, como Singapur, Taiwán, Corea y Filipinas, cuentan con una cobertura natural para sus pasivos en dólares estadounidenses”, matiza.
Invertir en deuda de mercados emergentes equivale a exponerse mucho a las materias primas: Actualmente, todavía se percibe a los mercados emergentes como dependientes de precios altos en las materias primas para su fortaleza económica. En este sentido, Palmucci defiende que, “aunque ciertamente es así en algunos casos, y un buen ejemplo de ello sería Venezuela, en general esta percepción no encuentra refrendo en los datos.”
La deuda de mercados emergentes es un universo de inversión homogéneo: “A menudo nos encontramos con la idea tácita de que este mercado es un único universo de inversión, como el índice FTSE 100 o el mercado de bonos high yield estadounidenses. La realidad presenta muchos más matices. En lugar de eso, puede resultar útil abordar la DME dividiéndola en tres regiones diferenciadas: Asia, Europa central y oriental, Oriente Medio y África (CEEMEA, por sus iniciales en inglés) y Latinoamérica”, concluye.
Pixabay CC0 Public DomainFoto: Manuel. La política y los mercados financieros, más cerca que nunca
El anual “Latin America and Iberia Investment Forum 2018” de BlackRock (LAIIF 2018), celebrado a principios de marzo y que congregó a cerca de 200 representantes de la industria financiera de esa región, comenzó con la exposición de Thomas Donilon, presidente del BlackRock Investment Institute (BII) y anteriormente asesor de seguridad nacional del presidente estadounidense Barack Obama.
Durante su ponencia, Donilon se refirió al panorama geopolítico global, incluyendo, entre otras cosas, las relaciones comerciales entre EE.UU. y China, la agenda electoral de diversos países, tanto en Europa como en América Latina, así como las elecciones al Senado en Estados Unidos.
Los participantes del congreso reconocieron cómo los eventos de naturaleza política están influyendo cada vez más en las decisiones de inversión y, por consiguiente, impactando a los mercados financieros. No se trata de un fenómeno nuevo. Por ejemplo, en 2017 las elecciones generales en varios países de Europa y el referéndum sobre el Brexit fueron el centro de atención de todos los mercados. Dejando de lado el comportamiento de los mercados, es indudable que los acontecimientos políticos se han asentado entre los inversores como nuevas fuentes de volatilidad que debemos tener en cuenta.
A pesar de ello, hemos podido observar que los indicadores tradicionales de volatilidad que se usan en el mercado (como el popular VIX, medida de expectativa de volatilidad del mercado bursátil implícita en las opciones del índice S&P 500, bautizado como el “indicador del miedo” por la prensa financiera) no han respondido como se esperaba a los riesgos e incertidumbres de naturaleza política. Aún con el aumento de tensiones entre EE.UU. y Corea del Norte, índices como el VIX y otros similares se han mantenido muy por debajo de sus promedios históricos. Esta ineficiencia ha motivado a BlackRock a desarrollar indicadores propios que le permiten recoger con anticipación y de manera precisa las posibles fuentes de incertidumbre política que puedan repercutir en los mercados financieros.
Los eventos políticos que están levantando más interés entre los inversores a nivel mundial son las próximas elecciones en América Latina y las ya celebradas en Italia o en Rusia. Sin embargo, estos eventos no han conseguido poner nerviosos a los inversores, quienes han conseguido llevar a varios de sus mercados bursátiles a sus máximos históricos o a sus divisas a fortalecerse, aparentemente más enfocados en la buena salud de la economía global (y en la mejoría de las economías locales).
A estas incertidumbres geopolíticas ahora hay que sumar las dudas emergidas respecto al comercio global y los recientes anuncios sobre el aumento de arancelares que adoptarán algunos países. Estas decisiones no sólo traerán consecuencias mundiales, sino que también podrían complicar las ya complejas negociaciones del TLCAN, cuyo desenlace (aprobación de un nuevo tratado o término de éste) tendrá efectos directos sobre Estados Unidos, Canadá y México. En ello coincidieron ampliamente los asistentes al LAIIF 2018, y así lo expresaron en diversas presentaciones a lo largo del evento.
Pixabay. ¿Qué empresas se beneficiarán más del próximo Mundial de fútbol en Rusia?
Conforme se acerca la Copa del Mundo de fútbol, las empresas internacionales se preparan para atender un pico de demanda y ventas. El Mundial de la FIFA es uno de los acontecimientos más prestigiosos del mundo y suele considerarse un acicate a corto plazo para el turismo y el comercio minorista, así como para los sectores de alimentación y bebida
En opinión de Ken Van Weyenberg, jefe de CPM Asset Allocation, de Candriam, los sectores de la alimentación y la bebida son los que más se beneficiarán de este evento deportivo. “El fútbol siempre ha estado en estrecha conexión con los refrescos, la cerveza y los aperitivos, según reconocen los estudios económicos llevados a cabo por Anheuser-Bush InBev y Mc Donald’s”, apunta Van Weyenberg.
Como es lógico, este experto señala que el consumo no sólo se disparará en Rusia, sino en de forma generalizada. Por ejemplo, las cerveceras alemanas se beneficiaron del campeonato celebrado en 2014, que ganó Alemania.
“Sin lugar a dudas, el consumo de bebidas, tanto alcohólicas como sin alcohol, se beneficiará del acontecimiento futbolístico de este año. Y ello juega claramente a favor del patrocinador Budweiser, una de las marcas de Anheuser-Bush InBev. Solo en junio de 2006, el primer mes de la Copa del Mundo de 2006 en Alemania, se vendieron casi 10 millones de hectolitros de cerveza, un incremento del 14 % con respecto al mismo mes del año anterior”, añade.
Los acontecimientos deportivos tienen un impacto positivo a corto plazo en los sectores que están directamente implicados en recibir a los espectadores; por eso favorecerá a las aerolíneas. Según Weyenberg, “la capacidad aérea nacional creció nada menos que un 14 % según OAG, una de las mayores redes mundiales de datos de transporte aéreo, y se prevé que la Copa del Mundo aporte 3,5 millones de visitantes al país (afluencia bruta a 12 ciudades). Además, ello favorecerá en mayor o menor medida a las aerolíneas y al turismo nacional, como hoteles y restaurantes”, m (hoteles, restaurantes, etc.).
Las otras empresas que más beneficios sacarán del Mundial serán las marcas y firmas patrocinadoras como por ejemplo Coca-Cola o Adidas, muy presentes en este tipo de eventos. En el caso de Adidas, la firma prevé un fuerte aumento de sus ventas de camisetas de fútbol de la Copa del Mundo 2018. “En 2014, Adidas vendió más camisetas de la Copa Mundial que nunca, más de ocho millones, y su línea de negocio futbolística logró una plusmarca de ventas. Adidas es un líder mundial claro en este tipo de acontecimientos y patrocina a 11 de las selecciones (de 32 en total, frente a las 10 de Nike) del mundial de este año. Entre los equipos más célebres de Nike figuran Francia y Brasil. Por su parte, Puma, tan solo viste a dos escuadras del torneo”, señala.
Por su parte, Coca-Cola, socio de la FIFA desde 1974, viene patrocinando muchos mundiales desde 1978 y seguirá colaborando hasta 2022. La compañía vivió un sólido comienzo de 2018 y la Copa Mundial podría darle un espaldarazo extra, pues los esfuerzos de Coca-Cola durante la Copa Mundial de 2014 produjeron un aumento considerable de sus ventas durante el campeonato. De acuerdo con AffinityAnswers, la difusión de Coca-Cola entre los aficionados del torneo duplicó en crecimiento a su rival Pepsi.
Por último, otra de las empresas que mejor posicionadas para el mundial, en opinión de Van Weyenberg, es Visa; ya que está aprovechando este evento para mostrar su capacidad de innovación. “En primer lugar, en 16 países del mundo, se ha implantado Visa Checkout, método de pago que aporta mayor rapidez y sencillez, a la vez que se están promocionando otras tecnologías de pago portátiles tales como el anillo inalámbrico, introducido en los Juegos Olímpicos de Río de 2016. Ello beneficiará a Visa, que prevé un incremento de las cantidades gastadas durante la Copa. Por ejemplo, los visitantes de la Copa Mundial de Brasil en 2014 gastaron un 31 % más con tarjeta que los turistas ordinarios”, concluye Van Weyenberg.
Pixabay CC0 Public DomainTama66. Bienvenidos al ‘new normal’ del sector financiero europeo
Javier Marín, ex consejero delegado de Banco Santander, utiliza un nuevo concepto para describir el entorno actual: el new normal. Esta “nueva normalidad” describe un entorno caracterizado por el crecimiento, pero sin inflación y con el soporte de los bancos centrales. Esto deja, a su juicio, un entorno diferente para el sector financiero europeo, tal y como expuso durante el encuentro organizado por Fidentiis Gestión, recientemente en Madrid.
Una de las primeras tendencias que destaca Marín es el proceso de desintermediación que está viviendo la banca. Aunque se ve con más claridad en Estados Unidos, es una tendencia que también está llegando a Europa y España. “En el caso de Estados Unidos, el 70% de la financiación viene de fuera del sistema bancario. Una desintermediación que también está ocurriendo con el consumidor tradicional. En este sentido, los bancos no han sabido aprovechar esta tendencia, que se va a ir afianzando sobre todo en el crédito”, advierte.
A la hora de hablar del sector financiero europeo, Marín recuerda que todavía está terminando de consolidarse tras la gran crisis. “El mapa que nos encontramos es muy variado. En algunos países aún nos encontramos dudas sobre los balances de sus bancos y en otros están intentando transformarse, al ritmo de las innovaciones tecnológicas y del consumidor, pero se está convirtiendo en una especie de commodity”, argumenta.
Respecto a la innovación tecnológica, Marín insiste en que muchos bancos se han centrando en la excelencia operativa y el desarrollo tecnológico dentro de sus propias empresas, lo que en ocasiones les ha restado competitividad en vez de darles flexibilidad. En este entorno del “new normal”, este experto insiste en que “se tiene que poner el foco en los datos, en la gestión de datos. Esto supone que los bancos tienen por delante un ejercicio de deshacer toda la madeja tecnológica que han construido y cambiar su foco”, insiste.
Selección de activos
A la hora de invertir, para Marín, dentro del entorno descrito, es fundamental hacer una buena selección de activos y mantener una alta dispersión geográfica. “Es importante identificar nichos de crecimiento. En este caso, para mí estos nichos serían: el envejecimiento de la población, que provocará un aumento del crédito de consumo y una mayor demanda de gestión de ahorro e inversiones; el cambio de hábito del consumidor, que afecta a los modelos de negocio de los bancos; y, por último, el proceso de desintermediación bancaria, que creemos que es una oportunidad brutal”, explica Marín.
En su opinión, a corto plazo, veremos una recuperación de la banca de crédito porque habrá una mayor demandan de crédito; aunque crezca a un ritmo menor de lo esperado. También los bancos se verán beneficiados por la reversión de las líneas de provisiones y por una mayor búsqueda de la rentabilidad para el ahorro, lo cual favorecerá productos como los fondos de inversiones y los seguros de vida.
Esta lectura del entorno para el sector financiero dejará, según Marín, tres tipos de bancos: aquellos que consigan centrarse realmente en el cliente, los que tengan plataformas tecnológicas diferenciadoras y que se puedan ofrecer a terceros, y los que se dediquen a crear productos, es decir, aquellos bancos que sean manufactureros de todo tipo de productos.
¿Dónde estar invertido?
Por su parte, Luis Peña, gestor del fondo Fidentiis European Financial Opportunities, apunta que, a la hora de estar invertidos, la gestora ve una oportunidad en la subida de tipos de interés generalizada. “Ésta se verá beneficiada de la subida de tipos, aunque se vaya a producir de forma lenta y moderada; pero creo que saldremos de tipos negativos en 2019”, señala Peña.
El segundo aspecto importante en que hace hincapié Peña es el coste y efecto que ha tenido la ola regulatoria vivida desde la crisis financiera. En este sentido, apuesta por los bancos que ya están listos para dar dividendos y revertir esas líneas de provisiones a las que Marín hacía referencia.
Entre las tendencias que Peña detecta coincide con Marín en una mejora de la demanda de crédito. Pero también añade otras como bancos con balances más fuertes y menos apalancamiento –en parte gracias a la presión regulatoria–, la estabilización de los márgenes de la banca privada, el aumento de las fintech y los nuevos modelos de negocio, un mayor atractivo del sector asegurador por su capacidad para ofrecer dividendos y, por último, una reestructuración de las entidades, logrando menores costes gracias a la digitalización y la innovación tecnológica.
Foto cedidaPablo Serratosa Luján, fundador de Nao y presidente del grupo Zriser.. Nao: "Puede que nos estemos anticipando, pero en 10 o 15 años todos los fondos de inversión se gestionarán con criterios ISR"
Es la primera gestora española que lanza un fondo de inversión 100% sostenible y hasta ellos mismos admiten que se pueden estar adelantando en el tiempo. «Puede que nos estemos anticipando, pero en 10 o 15 años todos los fondos de inversión se gestionarán con criterios ISR», afirma Jesús Segarra, director comercial de Nao Sustanaible Asset Management, durante la presentación en Madrid de la nueva firma.
Su primero fondo, de renta variable europea, arranca con 20 millones de euros de patrimonio que salen directamente del bolsillo de la familia Serratosa y en su cartera, formada por 40 valores, no habrá ni tabaqueras, ni compañías armamentísticas o pornográficas. En un primer momento, en el portfolio tampoco habrá compañías petroleras, pero no se excluyen de cara a futuro porque, como explica Pablo Cano, director de inversiones de la firma, «hay petroleras que ya se están preparando para el cambio futuro, por lo que nos fijaremos en el destino de las inversiones que realicen a la hora de incluirlas».
Su ilusión, dicen, es poder lanzar en un futuro un fondo mixto aprovechando la experiencia de Cano en su etapa en Bankinter, pero lo que tienen claro es que no lanzarán un fondo de bolsa española. «Hacemos lo que sabemos, no lo que dicta la moda», asegura Pablo Serratosa.
En su proceso de inversión, además del criterio de exclusión (el primero que suelen utilizar los fondos ESG), importan datos como la rotación laboral, la siniestralidad o los litigios. «Entre dos compañías del mismo sector y con las mismas cifras, el hecho de que una tenga mayor rotación laboral que otra es un dato muy valioso para nosotros», explica Cano.
A pesar de que, de entrada, la cartera tendrá un mayor peso geográfico de Francia, esto no implica que se observen grandes diferencias geográficas o sectoriales en la sostenibilidad de las empresas. «Habrá empresas españolas y un peso importante de la eficiencia energética», añade el director de inversiones de Nao.
En cuanto a su distribución, el fondo de Nao estará disponible en las principales plataformas Allfunds, Inversis y Tressis aunque también confían en la comercialización a través de EAFIs.