Bonos corporativos estadounidenses: ¿están más baratos de lo que dan a entender las valoraciones?

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Valoraciones de bonos corporativos en EE. UU.
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Mientras que los inversores en renta variable pueden fijarse en parámetros de valoración, tales como el PER (ratio precio/beneficios) para determinar si las acciones están caras o baratas, los inversores en renta fija suelen prestar atención a los diferenciales de crédito. Los niveles de diferencial son de suma importancia para los gestores activos porque éstos tratan de maximizar el rendimiento global – y, por ende, el diferencial – de una cartera en relación con el riesgo que asume para obtener ese rendimiento.

Antes de entrar de lleno en el análisis de los diferenciales de crédito, es importante comprender primero el funcionamiento básico de la curva de rendimientos del Tesoro estadounidense.

El gráfico 1 muestra dos curvas de rendimientos del Tesoro en dos momentos. La curva representa visualmente los rendimientos que un inversor puede obtener comprando bonos del Tesoro estadounidense con distintos vencimientos. La curva puede tener una pendiente ascendente, lo que significa que los bonos con vencimientos más largos pagan rendimientos más altos (línea mandarina), o bien estar invertida, lo que significa que los bonos con vencimientos más cortos pagan rendimientos más altos (línea azul).

No solo es importante la forma actual de la curva de rendimientos, también los cambios previstos en la curva debido a los cambios en los tipos de interés son una consideración clave para los inversores.

Los movimientos de la curva pueden ser tanto paralelos como no paralelos. Los desplazamientos paralelos implican que toda la curva sube o baja en la misma proporción. Los movimientos no paralelos se producen cuando bonos con vencimientos diferentes se mueven en mayor o menor grado que otros, provocando un cambio tanto en la posición global como en la pendiente de la curva.

Estos movimientos tienen un impacto significativo en los precios de los bonos de cada vencimiento, en términos tanto absolutos como relativos. Los gestores de carteras activos suelen dedicar mucho tiempo y atención a gestionar la exposición a la curva de rendimientos para maximizar el rendimiento obtenido, a la vez que tratan de posicionar las carteras lo mejor posible para beneficiarse de los cambios anticipados en la curva.

La mayoría de los inversores en renta fija invierten no solo en TDP – que se consideran activos sin riesgos al entrañar un nivel de riesgo crediticio insignificante – sino también en bonos que conllevan un riesgo crediticio adicional, como los bonos corporativos. El diferencial de crédito compensa a los inversores este riesgo adicional.

Por lo general, cuando aumenta el riesgo de crédito, también lo hace el diferencial de crédito. Como se muestra en el Gráfico 2, los bonos con una calificación crediticia BBB rinden más que los bonos con rating A, mientras que éstos rinden más que los bonos AA, y así sucesivamente. En general, los niveles de diferencial suben y bajan en función de factores tales como cambios en el entorno macroeconómico, el fortalecimiento o debilitamiento de los fundamentales de las empresas y cambios en la dinámica de oferta y demanda del mercado de bonos.

Los gestores activos realizarán un estrecho seguimiento de estos y otros factores en relación con los niveles de los diferenciales para determinar cómo posicionar mejor sus carteras.

Si bien los diferenciales pueden subir y bajar en conjunto, también pueden fluctuar entre sí. Por ejemplo, los diferenciales BBB se ampliaron mucho más que los diferenciales A o AA en febrero de 2016, un indicador de que el elevado riesgo de impago afectaría en mayor medida a los bonos de menor calificación debido al desplome del precio del petróleo. En otras ocasiones, la brecha en los diferenciales puede reducirse significativamente gracias a un fuerte crecimiento económico, como sucedió a principios de 2021.

Es el gestor activo quien debe decidir si el movimiento de los diferenciales refleja adecuadamente el cambio en el riesgo. Además, la divergencia en los diferenciales se produce no solo entre las distintas categorías de calificación crediticia, sino también a nivel industrial, sectorial, subsectorial e idiosincrásico (emisor individual).

Los diferenciales ajustados por opciones (OAS) del gráfico 2 ilustran cómo fluctúan los diferenciales a lo largo del tiempo, pero no tienen en cuenta cómo podría haber cambiado la naturaleza del índice de bonos corporativos estadounidenses Bloomberg durante ese período. Por ejemplo, entre enero de 2013 y julio de 2024, la duración del índice Bloomberg de bonos corporativos estadounidenses fluctuó entre un mínimo de 6,5 años y un máximo de 8,8 años. Teniendo en cuenta que los diferenciales de los bonos se ven afectados por la duración, creemos que los inversores deberían adaptarse a estos cambios.

Además de la duración, creemos que también deben tenerse en cuenta las variaciones de otros factores como la calificación crediticia, la composición del sector y los precios medios de los bonos. Janus Henderson ha desarrollado un modelo propio que tiene en cuenta estas diferencias, lo cual, en nuestra opinión, nos permite comparar los diferenciales con mayor precisión a lo largo del tiempo.

El Gráfico 3 muestra el índice Bloomberg U.S. Corporate Bond OAS frente al Janus Henderson Adjusted U.S. Corporate OAS. En algunos periodos no ha habido diferencias significativas, pero en otros sí.

Esto es especialmente importante en el entorno actual, en el que los diferenciales ajustados son 12 puntos básicos (pb) más amplios que el OAS del índice.1 Esto representa un diferencial de valoración del 10% e implica que los diferenciales están más baratos de lo que parece a primera vista (en torno al percentil 44 de su rango histórico frente al percentil 33).

Después de realizar los ajustes necesarios para tener en cuenta los cambios en el índice, las valoraciones de los bonos corporativos no nos parecen tan exigentes como cabría esperar. Y si tenemos en cuenta el estado de la economía, la postura dovish de la Reserva Federal y la solidez de los balances corporativos, creemos que los diferenciales corporativos parecen tener un precio adecuado. Del mismo modo, creemos que los aspectos técnicos y fundamentales del mercado respaldan el nivel actual de los diferenciales.

Los inversores se enfrentan a muchas variables móviles a la hora de gestionar carteras de bonos. Aunque nuestro análisis se ha centrado exclusivamente en el mercado estadounidense de bonos corporativos con grado de inversión, aplicamos los mismos principios de análisis cuantitativo y cualitativo profundo a todos los sectores del mercado de renta fija.

A la hora de construir carteras multisectoriales que incluyan activos de renta fija privada, pública, titulizada y global, los inversores deberían recurrir, a nuestro juicio, a gestores activos con un historial contrastado en la aplicación de un enfoque basado en el análisis.

 

 

 

Tribuna de John Lloyd, gestor de carteras de Janus Henderson. 

 

¿Importa el resultado de las elecciones en EE.UU. para los inversores?

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Estados Unidos encara la recta final de una de las carreras electorales más reñidas que se recuerdan. El pronóstico al que apunta el consenso es, con independencia de quién sea el próximo inquilino de la Casa Blanca, el resultado más probable será el de un gobierno dividido, con poco margen para impulsar y modificar leyes de calado. Pero, ahora bien, ¿acaso importa quién pueda ganar las elecciones presidenciales? Lucía Gutiérrez-Mellado, directora de estrategia de JP Morgan AM para España y Portugal, es clara: “Los inversores no deberían dejarse guiar por la victoria de uno u otro partido, sino por la visión a medio- largo plazo”.

La experta indica que, históricamente, la volatilidad de los mercados suele repuntar en las semanas previas a las elecciones presidenciales en EE.UU., pero una vez pasados los comicios se suele revertir a la media, como se puede observar en el gráfico.

Lo importante, insiste Gutiérrez-Mellado, es que la renta variable estadounidense ha mostrado un buen comportamiento con independencia del presidente electo; de hecho, el S&P 500 ha generado retornos de doble dígito en cada uno de los tres ciclos electorales que se han producido en EE.UU. desde 2009, coincidiendo con la presidencia de Barack Obama (Partido Demócrata), Donald Trump (Partido Repúbicano) y Joe Biden (Partido Demócrata).

La trayectoria de los beneficios será clave

¿En qué deberían fijarse los inversores, más allá de la batalla política? “Estados Unidos ha vivido uno de los ciclos económicos más difíciles de predecir de la historia. Los mercados han puesto mucho énfasis en la trayectoria ascendente de los tipos de interés y no tanto en otras medidas de estímulo fiscal, que han permitido que la economía estadounidense resistiera bien”, relata la experta. El escenario central con el que trabajan en J.P. Morgan AM es el un aterrizaje suave de la economía americana, aunque Gutiérrez-Mellado afirma que “la recesión llegará en algún momento, aunque descartamos que sea en el corto plazo”.

Desde la firma sí encuentran “preocupante” el incremento del déficit gubernamental, aunque puntualizan que este fenómeno no es exclusivo de EE.UU. sino que también afecta a otras economías que impulsaron medidas fiscales extraordinarias para paliar los efectos del COVID-19. En este sentido, están monitorizando el impacto que pueda tener el incremento del déficit sobre las tires de la deuda gubernamental en el medio plazo.

Dicho esto, Lucía Gutiérrez-Mellado indica que el factor que más destacan desde la firma en el lado positivo es la resistencia del tejido corporativo estadounidense: “Es cierto que las valoraciones están ajustadas, pero estamos constructivos con el crecimiento de los beneficios y esperamos un mayor crecimiento en los próximos trimestres”, concluye.

Menús Literarios: Drácula

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Desde hace años devoro libros por el mero placer de la lectura, pero también con un objetivo oculto: cocinar lo que leo. Algunos amigos son víctimas de nuestras cenas literarias, en las que tan importante es lo que se come como lo que se bebe. Estos ‘Menús literarios’ son el resultado.

Bram Stoker escribe toda la parte de ‘Drácula’ que transcurre en Transilvania de oídas, nunca estuvo allí. Uno se pregunta si la escritora Emily Gerard, de la que Stoker obtuvo toda la información pintoresca de la región, era una gourmande, ya que nada más comenzar la novela aparece la primera mención culinaria del libro: Jonathan Harker prueba un “paprika hendl” y le parece de suficiente interés como para pedir la receta a la camarera y poder compartirla con Mina, su prometida, cuando regrese a Inglaterra.

En el diario de Jonathan Harker (escrito en taquigrafía desde Bistritz) leemos:

“Partimos con bastante puntualidad y llegamos a Klausenburgo después del anochecer. Allí pasé la noche en el Hotel Royale. Almorcé, o más bien cené, un plato de pollo condimentado de algún modo con pimentón rojo, que aunque estaba muy bueno me provocó mucha sed. (Nota: recuerda pedir la receta para Mina.) Le pregunté al camarero, y me dijo que se llamaba ‘paprika hendl’, y que, como era el plato nacional, podría pedirlo en cualquier lugar de los Cárpatos”.

Así, antes de explicarnos nada sobre su misión, Stoker plantifica la acción en una taberna transilvana a las puertas de los Montes Cárpatos y deja claras tres cosas: la primera, que Jonathan Harker es curioso, prueba el plato típico de la región, quiere saber más, aunque como es sabido ‘la curiosidad mató al gato’; la segunda, que estamos ante una novela de opuestos: Oriente (los Cárpatos, el peligro, la vieja Europa y en definitiva, el mal), frente a Occidente (Gran Bretaña, el progreso, el orden victoriano, el triunfo del bien); y por último, nos demuestra que este libro está al día con las nuevas tecnologías, una constante en toda la novela.

Drácula se publica en 1897 y su protagonista, Jonathan Harker, escribe su diario utilizando la taquigrafía, un sistema revolucionario perfeccionado por un compatriota británico pocos años antes de la publicación de la novela. Más adelante se mencionarán las transfusiones de sangre, el psicoanálisis, el fonógrafo, los telegramas… pero al final Van Helsing y sus muchachos conseguirán acorralar al vampiro armados con ristras de ajos, crucifijos y una daga nepalí.

Volvamos a la comida. Según nos vamos adentrando en los Cárpatos y acercándonos al misterioso castillo del conde Drácula, Bram Stoker va sumando características góticas a su relato: escenarios fabulosos, ancianas supersticiosas, atmósfera de misterio, pero no se olvida de contarnos con todo detalle lo que desayuna su héroe:

“He desayunado más paprika, una especie de gachas de harina de maíz que según me han dicho eran ‘mamaliga’, y berenjenas rellenas de carne picada, un plato excelente que ellos llaman ‘impletata’ (nota: pide también la receta)”.

Poco después nos describe con detalle su cena en el Hotel Golden Krone de Bistritz: un kebab en toda regla, que al héroe le recuerda a la comida para gatos que vendían por las calles de Londres. Poco podía imaginar el pobre Jonathan que en esa zona se empalaban más cosas que la carne de buey. Ya estaba muy cerca del castillo del conde Drácula.

“Tomé lo que ellos llaman ‘filete del salteador’: trozos de tocino, cebolla y buey, sazonados con pimentón rojo, pinchados en brochetas y asados en el fuego… ¡al estilo sencillo de la carne para gatos que se vende en Londres!”

No hemos pasado de la séptima página y ya tenemos material más que suficiente para componer un menú literario. La comida está clara: berenjenas rellenas (impletata) con mamaliga y pollo a la paprika (paprika hendl), o bien brochetas de carne para los menos audaces. ¿Para beber? Stoker no decepciona y poco después nos ofrece el maridaje perfecto, un vino blanco de la región, el Golden Mediasch, que aunque ya no se produce puede equipararse con un riesling transilvano que también provoca “picazón en la lengua”, y se encuentra con relativa facilidad en bodegas de Europa y América.

Puede leer el artículo completo en este enlace.

Las implicaciones de las próximas elecciones en el panorama económico estadounidense

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Implicaciones de las elecciones en EE. UU.
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A medida que Estados Unidos se acerca a sus próximas elecciones, una infinidad de desafíos e incertidumbres se ciernen sobre el panorama político y económico. El electorado profundamente dividido, caracterizado por opiniones polarizadas y encuestas ajustadas, sienta las bases para un resultado electoral potencialmente polémico. Esta división no solo complica el proceso electoral, sino que también crea una incertidumbre significativa sobre cómo reaccionarán los mercados.

La creciente dependencia de los sistemas de votación por correo puede prolongar el proceso de conteo, oscureciendo aún más el panorama político. Esta incertidumbre se ve agravada por la posibilidad de reclamaciones en las votaciones a través de demandas y procesos legales, lo que podría llevar a una mayor volatilidad del mercado. Los inversores se ven atrapados lidiando con las implicaciones de estas incertidumbres, mientras intentan predecir el comportamiento del mercado en respuesta a los diferentes resultados electorales. Actualmente, Trump lidera las encuestas en Polymarket. Sin embargo, hay cuatro escenarios que valorar:

  • Una victoria total de los republicanos en la presidencia y las dos cámaras del congreso (Senado y «House»), a esto se le llama el «Republican Sweep».
  • Una victoria total de los demócratas en la presidencia y las dos cámaras del congreso «Democrat Sweep».
  • Una victoria de los republlicanos en la presidencia y el senado, y de los demócratas en la cámara de representantes («House»).
  • Una victoria de los demócratas en la presidencia y la cámara de representantes, y de los republicanos en el senado.

La respuesta del mercado al resultado de las elecciones también estará influenciada por los cambios de las políticas fiscales de cada partido. Se espera que una victoria republicana, particularmente bajo Trump, favorezca a ciertos sectores debido a las políticas fiscales acomodaticias y la eliminación de determinadas regulaciones. Los sectores clave que pueden beneficiarse incluyen:

  • Energía tradicional: La posición de Donald Trump sobre la transición energética es bien conocida. La victoria republicana puede acabar con muchas trabas actuales a las nuevas prospecciones y aumentar la confianza del sector para que pueda aumentar su inversión.
  • Industriales: una de las consecuencias del cambio en las políticas de transición energética sería un menor coste energético, que favorecería directamente al sector industrial. Las expectativas de expansión fiscal bajo una administración republicana probablemente llevarían también a un aumento en la demanda de bienes y servicios industriales.
  • Defensa: ambas partes están incentivadas a gastar más en seguridad nacional, pero una victoria republicana podría llevar a aumentos aún mayores en el gasto en defensa.
  • Farma, banca, inmobiliaria: son sectores con mucho peso de su negocio en EE.UU. y vía reducción de impuestos se beneficiarían relativamente más que otros.

Por el contrario, una victoria demócrata podría favorecer a los sectores alineados con políticas progresistas:

  • Energía renovable: una administración demócrata priorizará las iniciativas contra el cambio climático (lnflation Reduction Act), lo que llevará a un aumento en las inversiones en energía renovable y tecnologías relacionadas con estas.
  • Infraestructuras: la inversión en infraestructuras relacionadas con la transición energética y con salud deberían tener un impulso bajo mandato demócrata.
  • Tecnología: aunque ambos partidos apoyan el avance tecnológico, una administración demócrata podría impulsar nuevas regulaciones que beneficien a las empresas tecnológicas con un enfoque en la responsabilidad social y la privacidad de los datos.

En el mercado de deuda soberana, una victoria demócrata parcial podría llevar a menores tasas de interés debido a la incertidumbre y crecimiento económico más lento. Sin embargo, una victoria republicana, con políticas fiscalmente expansivas, podría aumentar las tasas de interés debido a las expectativas de una mayor inflación y las tensiones geopolíticas.

El resultado de las elecciones tendrá un impacto significativo en el dólar. Una victoria republicana, con control tanto de la presidencia como del Congreso, se espera que fortalezca el dólar debido a la expansión fiscal. Una victoria demócrata total podría tener implicaciones mixtas, con posibles restricciones fiscales compensadas por el apoyo a la independencia de la Reserva Federal. Un gobierno dividido tendría efectos limitados, pero una presidencia de Kamala con un Congreso dividido podría ser negativa para el dólar por la incertidumbre política.

En conclusión, las próximas elecciones presentan unos complejos desafíos e incertidumbres que impactarán significativamente al mercado global tanto de renta fija como variable, afectando a determinados sectores mayormente, y al mercado de divisas. El electorado profundamente dividido, los potenciales diferentes resultados y las diversas implicaciones de estos crean un entorno volátil en el mes de noviembre. En última instancia, la capacidad de los mercados para navegar estas complejidades dependerá de la claridad de la dirección política de la capacidad de respuesta de la Reserva Federal ante las condiciones económicas.

Tribuna de Jorge Borbón, analista de Ibercaja Gestión

Las bajadas de tipos, unas fuertes necesidades de financiación y una mejor educación financiera sostienen las buenas previsiones para los activos alternativos

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Buenas previsiones para activos alternativos
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El patrimonio global en alternativos podría alcanzar los 29,2 billones de dólares en 2029, casi el doble que los 16,8 billones al cierre de 2023. Hay capital en el mercado, que podría virar desde los productos monetarios hacia los alternativos en busca de mejores rentabilidades. La democratización de este tipo de inversión sigue en la mente de las gestoras, que insisten en la necesidad de una educación financiera de calidad.

La inversión en activos alternativos va camino de vivir una época de despegue a nivel mundial. El patrimonio global en alternativos podría alcanzar los 29,2 billones de dólares en 2029, casi el doble que los 16,8 billones al cierre de 2023, según las estimaciones de Preqin. Una tendencia imparable en todo el mundo de la que muy probablemente tampoco escapará el mercado español.

Así lo cree Estel Sardà Espuga, gestora de activos alternativos en Creand Crèdit Andorrà, que opina que “se presentan perspectivas optimistas”. La experta justifica esta visión por la vuelta a niveles prepandemia en cuanto a captación de fondos, que está previsto que “siga acelerándose en los próximos meses dado el capital  disponible que hay en el mercado”, lo que, a su vez, “crea un ambiente favorable para nuevas inversiones”. Como complemento, está el hecho de que la incertidumbre del contexto eco- nómico actual hace que sea primor- dial descorrelacionar las carteras, según la experta, y “aumentar la di- versificación del riesgo” de las mismas. “Esto, sumado a la previsión de las bajadas de tipos de interés, contribuyen a los vientos de cola para los activos alternativos”, sentencia.

En líneas similares se expresa Javier Martínez, responsable de inversiones alternativas de Tressis, que considera que el nuevo escenario de bajadas  de  tipos de interés que se está produciendo, junto con el control de la inflación y la estabilización del coste del capital “deberían favorecer la recuperación de la actividad empresarial y de M&A y actuar como principales motores en la trayectoria a medio plazo de los activos alternativos”. El experto no duda en citar a una recuperación y repunte del ritmo de captación de fondos como los factores van a influir de forma determinante en el crecimiento de estos activos.

Para Ignacio Fuertes,  director de Inversiones de Miraltabank, los mercados alternativos, “y en especial los de direct lending”, van a jugar un papel clave durante los próximos meses y años, sobre todo en Europa. El experto justifica que las fuertes necesidades de capital y financiación, tanto pública como privada, necesarias para acometer las inversiones que requiere la descarbonización de la economía mundial y el rearme de Europa, a las que se suman las recomendaciones del reciente “informe Draghi”, va a demandar unos mercados de capitales más sólidos y competitivos. “Para ello, y dadas los cada vez mayores requerimientos de capital y liquidez a la banca, es necesario una mayor participación de lo que actualmente se denomina el “shadow banking”. Por estas necesidades y cada vez un mayor protagonismo, entidades como el ECB y el BIS están poniendo el foco en plataformas de crédito, fondos, compañías de seguros, family offices y hedge funds, entre otros”, explica Fuertes.

No en vano, José Cloquell Martín, director de Inversiones Ilíquidas de Diaphanum, opina que en la medida en que no parece probable que nos enfrentemos a una gran recesión, “las decisiones de política monetaria van a ser determinantes” y detalla que, en ausencia de subidas de tipos y, en todo caso, con bajadas moderadas, “debería reactivarse el flujo de transacciones corporativas -y con ello tanto la deuda privada como el private equity- y de activos reales -infraestructuras e inmobiliario-, así como las desinversiones de los fondos de activos privados y, por lo tanto, un ambiente más fácil para la captación de fondos”.

Además de factores de mercado, otros puntos intrínsecos de la propia industria apoyan este crecimiento que, a juicio de Arturo Santolaya, socio del área de alternativos de Abante, “es ya una realidad a nivel inversor”. El experto explica que las buenas perspectivas del sector también pueden justificarse por una mayor accesibilidad respecto años atrás y por, en cierta medida, un cambio en la mentalidad del propio inversor, ya que “se está acostumbrando rápidamente a las particularidades de los alternativos”, como son el largo plazo, la iliquidez, etcétera.

De hecho, Alberto Romero, analista de Mercados Privados  en atl Capital, reconoce  que  “ahora es el turno de los minoristas, los cuales entienden cada vez mejor el producto y son conscientes de sus beneficios”, toda vez que la parte institucional (endowments, family offices, fondos soberanos) han sido los responsables del primer tirón de este tipo de activos, ya que lleva invirtiendo en ellos desde hace años, con porcentajes en alternativos que representan “entre un 20% y un 30% de sus carteras”. Incluso, va más allá al asegurar que la democratización de los activos privados es el factor que más puede influir en su crecimiento. “Anteriormente esta clase de activos solo estaba disponible para inversores institucionales, pero actualmente los minoristas también pueden acceder a ellos, lo que hace que el potencial sea enorme”. Santolaya sentencia que “sin duda” los activos alternativos “serán protagonistas en las carteras de inversión para los próximos años”.

Peso en las carteras

Si hay algo en lo que coinciden los profesionales de la inversión es que el peso de los activos alternativos en las carteras debe fijarse en función del perfil del inversor. Tanto por su capacidad de tolerar riesgo como por las necesidades de liquidez que tenga en mente, entre otros factores. Entre ellos está Santolaya, que afirma que cualquier cartera de inversión debe construirse en función de las  circunstancias  particulares de cada inversor -perfil de riesgo, horizonte temporal, necesidades de liquidez, estructura patrimonial, grado de diversificación, etcétera-. En el caso de los alternativos, “la necesidad de analizar para qué invierte el cliente es aún mayor debido a las propias características del activo, es decir, las restricciones de liquidez, los plazos largos de inversión, unos tickets medios elevados… “El peso en cartera de esta tipología de activo deberá estar en consonancia con los objetivos financieros y personales de cada inversor”, sentencia el experto.

Para Guillermo Santos, socio de iCapital AF, la clave para ajustar el peso de los alternativos en las carteras es el tamaño de la misma, “pues estos activos suelen ser ilíquidos durante un periodo de entre ocho y doce años, aunque en el ínterin comiencen a devolver parcialmente lo invertido”. Por eso, para carteras entre uno y cinco millones de euros “un 5%- 10% de alternativos en cartera es razonable”. Para importes de entre cinco y 20 millones de euros, entre el 10% y 20% de la cartera sería lo adecuado, según Santos. Y, para carteras de mayor tamaño, “posiciones superiores al 20% son más que convenientes, pudiendo alcanzar un 30%”. El experto explica que no hay que olvidar que el elemento de diversificación que estos activos proporcionan “es muy relevante, pues atemperan la ciclicidad de la economía y sus negativos efectos en la valoración del conjunto de una cartera de inversión”.

Sin embargo, Romero cree que el peso ideal es de un mínimo del 10% de la cartera, “independientemente del perfil del cliente”. El experto de atl Capital justifica esta afirmación aseverando que, con ello, “la rentabilidad-riesgo se verá notablemente mejorada, debido a los mayores re- tornos del asset class y su menor volatilidad”, a lo que suma la baja correlación de los activos privados con los mercados tradicionales, “lo que puede ayudar a diversificar el riesgo”.

Por su parte, Martínez considera un peso de entre el 15% y el 30% como el “óptimo”, dentro de una cartera global diversificada por asset class y geografía. “Dentro de nuestro know- how en la estructuración de asset allocation, es la asignación media que promovemos en  los  mandatos de single family office, puesto que supone una fuente de retorno y descorrelación imprescindible en cualquier cartera”.

Deuda privada y private equity, las opciones favoritas

Una vez determinado el porcentaje que deben representar los alternativos en las carteras, queda responder a la pregunta de cuáles presentan las mejores oportunidades. La deuda privada y el private equity son los activos privados por excelencia y, en ambos casos, hay opciones en las que sacar notables rentabilidades. Es lo que opina Martínez, que ve atractivo en ambos casos, pero sí resalta  algunas  subclases de activo donde ve una oportunidad “diferencial”.

Dentro de private equity, el experto de Tressis ve más oportunidades en los activos de secundarios. “El re-equilibrio dentro de las carteras de los inversores, la falta de liquidez y distribución, junto a la búsqueda de una diversificación real, la necesidad de dar salida a los inversores y mitigar el efecto de la curva J, hacen de este activo un componente esencial en las carteras de nuestros clientes”, asegura. También percibe oportunidades en el segmento de “special situations”. En este punto, Martínez argumenta que el contexto económico favorece de manera natural la estrategia de “deal-flow”, que se centra en casos de compañías complejas con la necesidad de reestructuración. “El ciclo económico de los últimos 10 años ha creado un desequilibrio entre la oferta y la demanda”, sentencia.

En lo que a deuda privada se refiere, Martínez se decanta por la deuda mezzanine: las tasas de impago -que deberían aumentar mecánicamente bajo el doble impacto de las subidas de los tipos de interés y un nivel récord de empresas con necesidades de refinanciación entre 2024 y 2026- conforman la “combinación perfecta” para el auge de esta subclase de activo. Asimismo, otorga preferencia “a los actores capaces de proporcionar liquidez rápidamente y en volumen”.

Desde Miraltabank, Fuertes no duda en apuntar a la deuda privada colateralizada como el segmento con mejores perspectivas de crecimiento de negocio. “Aparte de ofrecer retornos similares a los de la renta variable, te pone en un lugar privilegiado ante la nueva ley concursal, en posibles procesos de restructuración y su formación de clases”, explica, y añade que estos fondos “van a ayudar a financiar las ingentes necesidades de capex que el sector privado va a tener que acometer para adaptarse a las nuevas normativas en materia de sostenibilidad”.

No en vano, Romero es consciente de que la deuda privada “es el activo con más perspectiva de crecimiento” como consecuencia del escenario en el que nos encontramos. Señala que es el activo que más dinero ha levantado este año y está marcando tendencia actualmente “por sus atractivas rentabilidades respecto al riesgo asumido, siendo una clase de activo más conservadora que el private equity”. Esta tendencia, a juicio de Romero, “parece que ha llegado para quedarse debido a la flexibilidad que les da a las empresas financiarse a través de estos fondos en lugar de con los bancos tradicionales”.

Santos, por su parte, se decanta “ahora mismo” por el private debt, el private equity real estate y las infraestructuras, todos beneficiados por el ciclo bajista de tipos de interés, ya que implica menores costes de financiación, mayor en atractivo sobre inversiones monetarias y dotan a las carteras de un componente anticíclico. También ve nichos de mercado atractivos, “como es el de secundarios de private equity vía fondos de inversión, “cuya valoración ha caído y presenta precios de entrada muy atractivos”.

Poniendo la lupa para detectar más oportunidades

Santolaya también ve oportunidades en ciertos segmentos del private equity, que, aunque “también tiene sus ciclos y siempre hay oportunidades dentro de cualquier estrategia, actualmente hay algunas que pueden tener mayor protagonismo que otras”. En este punto, el experto cita al mercado secundario de private equity: las demoras en las distribuciones, la necesidad de liquidez de los gestores y los fondos de continuación son, sin duda, una buena opción para construir cartera a buenos precios y plazos menores, a juicio de Santolaya. También ve con buenos ojos al venture capital, aunque aquí matiza que “con mucha prudencia”. El experto admite que ha sufrido correcciones en precio muy relevantes y que compañías que ya eran buenas hace tres años, “ahora están a unos precios incluso mejores”. También aclara que las compañías que estaban bien capitalizadas “tienen una muy buena oportunidad de crecer y, si se tranquiliza el entorno, tendrán opciones de obtener financiación adicional para su crecimiento”.

Sardà Espuga, mientras tanto, destaca los fondos de private equity pequeños y medianos y las coinversiones. “Los primeros, se están beneficiando de las oportunidades que se han creado tras la pandemia, comprando con descuentos en las valoraciones y del dry powder que se concentra en los grandes fondos de buyouts cuando se trata de vender, mientras que los segundos están aprovechando la falta de capital derivada de la menor concesión de crédito por parte de los bancos”. Eso sí, es consciente de que cuando los tipos de interés bajen, será bueno para la mayoría de las tipologías, “con lo cual ahora podremos encontrar oportunidades en casi todos los sectores y estrategias”. También menciona a los fondos de secundarios por su mayor capacidad para aprovechar las ineficiencias que se han generado en el mercado los últimos meses: “El inversor busca maximizar retornos disminuyendo el periodo de inversión y justamente esta tipología es ideal en este momento”,
sentencia.

Asimismo, Cloquell apunta que la deuda privada, en términos relativos, continuará asistiendo a crecimientos relevantes “pues las necesidades de financiación no tradicional son cada vez mayores, y las restricciones regulatorias para que las entidades bancarias sean activas financiando dichas necesidades son difíciles de salvar”. Eso sí, reclama una regulación y vehiculización en España que no penalice las inversiones en deuda privada, frente al muy favorable tratamiento del private equity.

Este reportaje apareció en el último Especial de Alternativos publicado por Funds Society en España.

Silver Alpha entrará en el venture capital de la mano de un socio estadounidense

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Foto cedidaJavier Martín, Managing Partner y CIO (izquierda) junto a Fernando Cifuentes, Managing Partner y CEO de Silver Alpha AM.

Alpha Capital AM lleva pocos meses de andadura, pero cuenta con proyectos para crecer. El más relevante es el lanzamiento, en los próximos meses, de un proyecto de venture capital, que está en proceso de constitución. Se llevará a cabo de la mano de un socio estadounidense y se dedicará a invertir en startups americanas especializadas en tecnología. Un proyecto que conllevará la incorporación del equipo un gestión especializado para esta área.

Será uno de los dos proyectos de la firma liderada por Fernando Cifuentes, Managing Partner y CEO, y Javier Martín, Managing Partner y CIO, ya que también esperan lanzar un tercer fondo líquido, el SA Optima Mixto FI, que invertirá al menos el 70% del patrimonio en renta fija y hasta un 30% en compañías cotizadas con un elevado potencial de revalorización. Se trata de un producto destinado al inversor conservador.

Este fondo se sumaría a los dos fondos que ya tiene en marcha la firma: Silver Alpha Vision Equities FI -es su fondo con mayor track record e invierte en renta variable global bajo la filosofía del quality investing- y SA Optima Global FI -un vehículo de renta variable global que combina la inversión directa en acciones y en ETFs-.

Silver Alpha también cuenta con dos mandatos para gestionar vehículos en formato sicav y ofrece el formato multi family office para patrimonios complejos o que demanden soluciones de inversión a medida.

La firma cuenta con activos bajo gestión por 180 millones de euros, de los cuales, unos 140 millones corresponden a los fondos líquidos. El equipo está compuesto por nueve personas, pero cerrará el año con 10 profesionales, que dan servicio a un total de 3.000 clientes, que presentan un perfil predominantemente minorista.

La sostenibilidad, en tela de juicio: así afectarán las elecciones de Estados Unidos a las políticas europeas

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Crecimiento de fondos españoles
Foto cedida

A medida que se acercan las elecciones presidenciales en Estados Unidos, el resto del mundo guarda silencio y observa de cerca el impacto que el resultado tendrá en políticas clave, especialmente en temas relacionados con el cambio climático y la sostenibilidad. 

Las decisiones que tome el próximo inquilino de la Casa Blanca tendrán repercusiones significativas en la lucha global contra el calentamiento global, la transición energética y el desarrollo sostenible. Es más, la sostenibilidad se ha convertido en un eje central de los debates políticos de Estados Unidos y las posturas de los principales candidatos varían considerablemente

A pesar de que Estados Unidos supone el 20% de las emisiones globales, por lo que efecto de las futuras políticas fuera de sus fronteras es más que evidente, la preocupación también se lee en clave local. “A partir de la pandemia, cabe destacar que ha habido una fuerte inversión en el desarrollo de energías renovables en el país americano, con lo esto supone para el propio sector de la energía, pero también con las consecuencias asociadas a la fuerte creación de empleo en zonas rurales, que se estaba dando hasta ahora por dichas inversiones”, explica Charles Castro, profesor del Máster en Sostenibilidad Corporativa de EALDE Business School.

Este experto destaca, además, que “este escenario va a ser alterado sin duda por las elecciones, ya que el candidato republicano a la Casa Blanca, Donald Trump, está amenazando con ralentizar estas inversiones, por lo que existe cierta preocupación sobre cómo el resultado de estos comicios va a afectar realmente al sistema energético estadounidense”

Lo cierto es que, en un momento en que los fenómenos climáticos extremos son cada vez más frecuentes, la demanda pública por una acción decidida sobre el cambio climático está en su punto más alto. Las elecciones de 2024 no solo determinarán el futuro económico y político de Estados Unidos, sino también su liderazgo en la acción climática global.

El rol de Estados Unidos como una de las principales economías del mundo implica que cualquier cambio en su política ambiental afectará directamente a los mercados internacionales y a las estrategias climáticas globales. 

“El coste de la energía en Europa es tres veces mayor que el coste en Estados Unidos, por lo que las políticas ligadas a la sostenibilidad del Viejo Continente están vinculadas a las denominadas proteccionistas. Es decir, si Europa tiene que producir a un mayor coste, porque no está preparada para producir sólo con energía renovable, está obligada a proteger a sus ciudadanos de producciones externas más baratas”, mantiene Sergi Simón, coordinador de los programas de gestión de riesgos y sostenibilidad de EALDE Business School

En este sentido, Sergi Simón sostiene que “las políticas estadounidenses a favor de no descarbonizarse harán que la primera economía mundial siga manteniendo sus precios bajos, por lo que la competitividad del Viejo Continente se verá resentida. De hecho, existe un Informe tipo Draghi en el que se manifiesta que debemos cambiar esta situación”.

El coordinador de los programas de gestión de riesgos y sostenibilidad de EALDE Business School explica que no cree que vaya a funcionar un sistema de proteccionismo basado en aranceles: “Un ejemplo de ello es que Estados Unidos ha arancelado el 100% del coste de los coches eléctricos chinos. China produce más barato, contaminando más, a lo que Estados Unidos ha respondido que, si el gigante asiático quiere vender dentro sus fronteras y para proteger a sus trabajadores, debe aplicarles un arancel del 100% del precio. En Europa puede pasar algo parecido, pero primero mirará que signo político toma Estados Unidos, para meter más presión al proteccionismo dentro de sus fronteras o para relajarlo, porque la amenaza competitiva norteamericana no será tanta”.

Bankinter lanza su séptimo fondo de la gama de perfilados Premium destinado a inversores conservadores

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Bankinter completa la oferta de fondos perfilados denominados “Premium” con el nuevo fondo Bankinter Premium Renta Fija Largo Plazo. El nuevo producto, diseñado y gestionado por Bankinter Gestión de Activos, está pensado para diversos tipos de inversor, pero siempre de perfil conservador.

Como ejemplos, el banco lo pondrá a disposición de inversores que quieren alargar el plazo de sus inversiones en renta fija, es decir, las compuestas principalmente por títulos de deuda emitidos en el mercado por parte de empresas (deuda privada) y de Estados (deuda pública). Pero también de inversores dispuestos a asumir un mayor riesgo de duración de la inversión, o de aquellos que quieren empezar a desplazar posiciones de fondos monetarios y de renta fija a corto plazo hacia renta fija a medio/largo plazo.

Además, también será una opción para los que buscan inversiones ligadas a los criterios ASG (ambiental, social y de gobernanza), ya que el fondo sigue los parámetros marcados por el artículo 8 del Reglamento europeo 2019/2088.

El fondo Bankinter Premium Renta Fija, que se lanzó hace aproximadamente un año, más centrado en el corto/medio plazo, ha sido un éxito de comercialización entre los clientes del banco y ahora emerge esta alternativa con un horizonte inversor más prolongado, de más de tres años.

El nuevo producto aspira a ofrecer la oportunidad de tomar posiciones ante un cambio de ciclo de los tipos de interés, en una coyuntura en la que las rentabilidades a largo plazo vuelven a ser más altas que las de corto plazo.

Este fondo invertirá en una amplia gama de activos de renta fija pública y privada, con flexibilidad en divisas, sectores y calidades crediticias. Es de gestión activa y su estrategia busca maximizar las oportunidades en mercados de renta fija internacionales, principalmente en países de la OCDE, con un foco más amplio en Europa. Hasta el 10% de la exposición de la cartera podrá estar en mercados emergentes.

La gama Premium que posee Bankinter se amplía ahora a siete fondos adaptados a los diferentes perfiles de inversor: renta fija, renta fija largo plazo, defensivo, conservador, moderado, dinámico y agresivo.

Webinar sobre la aplicación de la inteligencia artificial en los fondos de inversión de GVC Gaesco

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GVC Gaesco expondrá en un webinar cómo se aplica el Machine Learning, una herramienta clave de la inteligencia artificial, en la gestión cuantitativa de los fondos de inversión en el grupo financiero, así como qué fondos concretos hacen uso de este tipo de estrategias basadas en modelos matemáticos estadísticos y algoritmos que facilitan la toma de decisiones en materia de inversión.

En el evento participarán Jaume Puig, CEO  & CIO GVC Gaesco GestiónJaume Masoliver, catedrático Emérito Facultat de Física de la Universidad de BarcelonaJoan Manel Hernández, profesor Facultat de Física de la Universidad de BarcelonaMiquel Montero, profesor de la Facultat de Física de la Universidad de BarcelonaAnna Batlle, físicaEnric Amadomatemático; y Xavier Cebrián, economista.

Los interesados en el webinar, que tendrá lugar el 7 de noviembre de 17:30 a 18:45 horas, podrán registrarse a partir del siguiente enlace.

José Ignacio Goirigolzarri deja el cargo de presidente de CaixaBank y le sustituirá Tomás Muniesa

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Cambio en la presidencia de Caixabank
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El Consejo de Administración de CaixaBank ha aceptado la renuncia de José Ignacio Goirigolzarri como presidente de la entidad, con efecto a partir del 1 de enero de 2025. A partir de esa fecha, Tomás Muniesa asumirá el cargo de presidente no ejecutivo de CaixaBank. Según explica la entidad, José Ignacio Goirigolzarri se desvincula voluntariamente también de las responsabilidades que ocupaba en el Grupo CaixaBank. Y matizan que Gonzalo Gortázar, consejero delegado de la entidad desde junio de 2014, se mantiene como primer ejecutivo de CaixaBank, con reporte directo al Consejo de Administración, y presidiendo a su vez el Comité de Dirección. 

El Consejo de Administración de CaixaBank ha valorado como “enormemente positiva” la gestión llevada a cabo por José Ignacio Goirigolzarri, y ha destacado su “contribución fundamental en el ejemplar y exitoso proceso de integración de Bankia”. Por su parte, Gonzalo Gortázar, consejero delegado de CaixaBank, ha agradecido “el gran compromiso y dedicación de José Ignacio” y ha destacado “la enorme complicidad profesional y personal que han mantenido durante estos años”. 

Por su parte, Goirigolzarri ha tenido también palabras de agradecimiento para el Consejo de Administración y para todo el equipo de CaixaBank: “Estoy tremendamente agradecido por el excelente trabajo que ha realizado el Consejo para llevar a buen término esta fusión, y en particular, la gestión de Gonzalo Gortázar como consejero delegado. De igual forma, el éxito de la entidad no se entiende sin la labor conjunta de todo el equipo de personas de CaixaBank. Ellos son los artífices de los logros alcanzados en estos últimos cuatro años”.

Tomás Muniesa, nuevo presidente no ejecutivo de CaixaBank

Respecto a Tomás Muniesa, actual vicepresidente de CaixaBank desde abril de 2018, culmina una dilatada trayectoria en la entidad a la que se incorporó en 1976 y donde ha asumido distintas responsabilidades con gran conocimiento del funcionamiento y la cultura del banco, como la dirección de Recursos Humanos, mercado de capitales o la gestión del ALCO. “También destaca su gestión del grupo asegurador como vicepresidente ejecutivo y consejero delegado de VidaCaixa desde 1997 hasta noviembre de 2018”, afirman desde la entidad. 

Tomás Muniesa ha reconocido “la gran aportación de José Ignacio Goirigolzarri durante su etapa como presidente de CaixaBank” y ha señalado que asume la presidencia de la entidad “con una gran ilusión y, también, con una enorme responsabilidad y vocación de servicio”.

Es licenciado en Ciencias Empresariales y Máster en Dirección de Empresas por ESADE, fue nombrado Director General Adjunto en 1992 y en 2011 Director General del Grupo Asegurador. En la actualidad ostenta los cargos de vicepresidente de CaixaBank, VidaCaixa y SegurCaixa Adeslas. Es, además, miembro del Patronato de ESADE Fundación y consejero de Allianz Portugal. Con anterioridad, fue presidente de MEFF (Sociedad Rectora de Productos Derivados), vicepresidente de BME (Bolsas y Mercados Españoles), vicepresidente 2º de UNESPA, consejero y presidente de la Comisión de Auditoría del Consorcio de Compensación de Seguros, consejero de Vithas Sanidad SL y consejero Suplente del Grupo Financiero Inbursa en México.

Trayectoria profesional de Goirigolzarri

Desde la entidad consideran que Goirigolzarri ha sido protagonista de la configuración del sistema bancario moderno español. “Se trata de uno de los directivos con una experiencia más dilatada en el sector bancario español y que ha jugado un papel clave en el enorme proceso de transformación del sector a lo largo de las últimas décadas. En la década de los 90 y comienzo de este siglo, ya siendo, primero, director general de BBV y a partir de 2001 consejero delegado de BBVA, lideró con gran éxito el proceso de internacionalización de la entidad”, destaca el banco en su comunicado. 

Tras su salida de BBVA, en mayo de 2012 fue nombrado presidente de Bankia y de su matriz BFA, en la mayor crisis financiera de la historia reciente de nuestro país, que marcó un punto de inflexión en el sector financiero español, y en la que afrontó el reto y la responsabilidad de reestructurar la entidad. En pocos años, Bankia pasó de ser considerada como uno de los mayores problemas del sistema financiero europeo a convertirse en una entidad eficiente, solvente y rentable.

En marzo de 2021, y tras la fusión entre CaixaBank y Bankia, Goirigolzarri fue nombrado presidente de CaixaBank. Tras la exitosa ejecución de la integración de Bankia, CaixaBank ha consolidado su liderazgo como primer banco en España y con una rentabilidad que le ha permitido retribuir de manera recurrente a sus accionistas. De hecho, las acciones de CaixaBank se han multiplicado por tres desde la fusión con Bankia. Tras cuatro años en el cargo y con la finalización del Plan Estratégico 2022-2024 que se definió tras la fusión, Goirigolzarri dejará el banco el 1 de enero de 2025.

El ejecutivo da por terminada su labor en la entidad: “Tras haber finalizado el mayor proceso de integración del sector en España, el banco está en un momento excelente y estoy seguro de que tendrá un gran éxito en el futuro. Y, en este momento en el que CaixaBank inicia una nueva etapa, yo doy por terminado un ciclo que inicié con mi incorporación a Bankia en 2012”.