Foto: Paula Pez, Flickr, Creative Commons.. cohete
Banca Marchanuncia el lanzamiento de March Next Generation F.I., un nuevo fondo de fondos que permitirá a los ahorradores invertir en tres megatendencias que la entidad ha identificado como fuente potencial de rentabilidad en los próximos años: Revolución 4.0, Sostenibilidad y Medio Ambiente, y Demografía y Estilo de Vida.
De esta manera, invertirá en la cartera de fondos de Next Generation, la propuesta de Banca March que tiene como objetivo hacer partícipes a sus clientes de las oportunidades de inversión que no sólo generarán rentabilidad, sino que contribuirán a configurar el futuro.
Desde su lanzamiento hace tan sólo un año, la estrategia Next Generationha sido capaz de atraer más de 100 millones de euros de más de 800 clientes, gracias a que sus gestores han logrado obtener una rentabilidad del 30% desde el inicio de su comercialización. Con March Next Generation FI, la entidad pone al alcance de clientes y no clientes una estrategia que ha demostrado una gran capacidad para la generación de resultados por una inversión mínima de una participación. Todo aquel interesado en el producto podrá suscribirlo a través de la plataforma de fondos de Inversis, donde estará disponible en las próximas semanas.
“March Next Generation FI es el complemento perfecto para todos aquellos inversores que quieran tener exposición a toda una serie de megatendencias que marcarán el futuro de nuestra economía y estilo de vida. Por ello, creemos que es un buen producto para la inversión a largo plazo y a través de aportaciones periódicas”, señala Carlos Andrés, director de gestión y asesoramiento de Banca March.
Por otro lado, el formato fondo de inversión permite a los partícipes beneficiarse de las ventajas fiscales de este producto, ya que las ganancias obtenidas no tributan hasta el reembolso de su ahorro. Los traspasos de patrimonio desde otros fondos a March Next Generation FI tampoco están sujetos a impacto fiscal.
Next Generation: rentabilidad sostenible a largo plazo
La cartera de fondos Next Generation cuenta con una serie de fondos temáticos de terceros que los expertos de Banca March analizan de forma pormenorizada y constante. Su filosofía de inversión le permitirá invertir en fondos de renta variable aunque, fiel a la tradición de control de riesgos de la entidad, la cartera estará fundamentada en la diversificación, a través de una equilibrada distribución entre geografías, sectores, estilos o capitalización.
En cuanto a sectores, la tecnología tiene una presencia significativa dentro de la composición de la cartera. Dentro de la temática Revolución 4.0 se incluyen ideas de automatización, robótica, digitalización, fintech e inteligencia artificial. En Sostenibilidad y Medio Ambiente se identifican estrategias de inversión en energía, cambio climático, agricultura, agua y sostenibilidad. Por último, en Demografía y Estilo de Vida se añaden alternativas de alimentación, hábitos de consumo, salud y tercera edad.
Pixabay CC0 Public DomainLaurent Denize, co-CIO global de ODDO BHF AM.. Las cinco lección que para Laurent Denize, de ODDO BHF AM, ha dejado 2019
En opinión de Laurent Denize, co-CIO global de ODDO BHF AM, 2019 ha dejado numerosas lecciones que van a servir para entender los mercados este año. “Fue un gran año en rentabilidad, pero no en flujos. De hecho, se dio la paradoja de que los inversores salieron en masa del mercado de acciones, perdiendo las oportunidades que ha dado a final de año”, señala a modo de resumen.
Junto a esta paradoja, Denize destaca que, sobre todo, ha sido un año lleno de disrupción. “Esta es una palabra que ya nunca podremos olvidar y que tenemos que seguir teniendo presente para identificar las oportunidades de inversión y entender nuestro entorno”, matiza antes de empezar a enumerar cuáles son, en su opinión, esas lecciones de 2019. Muestra de esa ruptura con lo habitual es que “mientras los inversores salían de las bolsas y se dirigían hacia productos de renta fija, estaban demandan soluciones de inversión más sofisticados y activos alternativos”, apunta.
La primera de las lecciones se extrae de la guerra comercial y, en particular, de la figura de Donald Trump, ya que es un claro ejemplo de cómo el mercado se ha vuelto sensible a los eventos geopolíticos. “Lo que quería Trump era reducir el déficit con China, pero no lo ha logrado e incluso ha provocado un impacto negativo en el consumo interno. Pero ante las próximas elecciones, ha tenido que frenar las tensiones. Eso supone que este tema no ha llegado a su fin, sino que podría volver si es reelegido. Además, estas tensiones comerciales podrían tener un componente de guerra tecnológica”, afirma.
El segundo aprendizaje que deja el año tiene que ver con los bancos centrales y el giro de 180 grado que han dado. “Se está viendo una asimetría entre la acción de los bancos centrales y la reacción, o efectividad, que tienen sus decisiones. Creo que estamos en un punto muy acomodaticio para ellos y aunque la inflación se eleve, no será ya un motivo para subir los tipos de interés. Todo esto ya está descontado en los precios del mercado y ha generado también cierta fragmentación en el crédito”, asegura.
Denize señala que la tercera lección tiene que ver con cómo interpretamos lo que ocurre. “El sector manufacturero no va a ser elemento adelantado del crecimiento global nunca más. Veremos cómo los datos se desaceleran, pero no por ello va a significar que se vaya a producir una recesión. El consumo, que ahora mismo se muestra robusto, nos está diciendo que estamos muy lejos de una recesión a corto plazo”, apunta. En este último año, la demanda interna se ha beneficiado del efecto de tres factores positivos: la mejora de la situación del empleo, el crecimiento del crédito y conjunto de políticas de estímulo. “Ninguno de estos factores está a punto de desaparecer o desmoronarse”, matiza.
Las dos últimas lecciones tienen a Europa en el centro. En primer lugar, explica que Alemania ha demostrado que su modelo de crecimiento tiene ciertos límites. De hecho, el debilitamiento cíclico del país desde 2017 -debido en gran parte a la crisis del sector automovilístico, con un peso sobredimensionado, y a la evolución del comercio exterior- ha revelado algunos puntos débiles que pueden tener repercusiones estructurales: insuficiente gasto de inversión y la baja rentabilidad del sector bancario. Y, por último, señaló como lección la fragmentación política de Europa. “La división entre derecha e izquierda que era habitual en la mayoría de los países europeos ha dado paso a una fragmentación de partidos políticos. Pero no se ha visto un mayor aumento de los populismos”, puntualizó.
Con todas estas lecciones y disrupciones aprendidas, que permiten comprender mejor el entorno de 2020, Denize advierte que el gran riesgo de 2020 será Trump. “El presidente estadounidense ha demostrado lo que sus actos pueden afectar a la economía global sus actos, como por ejemplo la tensión comercial con China o el asesinato del general iraní Soleimani”, afirma. Considera que Trump es capaz de desestabilizar casi todo, pero también tiene el mayor incentivo para prolongar el ciclo de expansión, ya que se juega su reelección en noviembre de 2020.
Foto cedida. H. Aslan (RAM AI): “Se pueden encontrar oportunidades en renta fija con una cartera diversificada y líquida de bonos investment grade”
2019 fue un buen año para la mayoría de los activos, incluida la renta fija, pese a haber estado marcado por los tipos bajos. La pregunta ahora es si, en 2020, todavía queda jugo por exprimirle a estos mercados. Para el especialista senior de renta fija deRAM AI, Hasan Aslan, la respuesta es afirmativa. La clave reside en contar con un enfoque táctico y buscar oportunidades sin perder de vista la ratio riesgo-retorno. En una entrevista con Funds Society, recomienda el RAM Global Bond Total Return, un fondo que busca obtener retornos de entre un 2 y 4% sobre el “cash” a través de una cartera diversificada, de calidad y líquida de bonos con grado de inversión.
El ciclo económico actual es el más largo desde la Gran Depresión en Estados Unidos, pero “sabemos que nos estamos acercando al final”, afirma al apuntar que, por ello, los inversores deben prestar atención a los elementos que están generando dispersión en los mercados. Entre ellos, destaca la burbuja de deuda a nivel mundial -sobre todo en determinadas regiones y sectores-, la acción de los bancos centrales o la incertidumbre política.
Sin embargo, sobre estos últimos considera que cada vez se está hablando más de la necesidad de políticas fiscales y, aunque el BCE podría seguir bajando los tipos, lo más probable es que, si la macroeconomía empeora, actúe a través de los programas de compras y no ser agresivo con los tipos de interés.
Otro de los factores geopolíticos a los que presta atención es, inevitablemente, la guerra comercial. En su opinión, el acuerdo firmado recientemente entre China y EE.UU. es, básicamente, “una solución temporal con fines electorales”. “Hay que prestar atención a las elecciones porque Trump puede contraatacar y generar nuevos conflictos para demostrar que él es la mejor opción para corregir los errores del pasado”, dice Aslan.
Asimismo, hace hincapié en la necesidad de vigilar de cerca los datos macroeconómicos, ya que los indicadores adelantados muestran algo de estabilización, pero todavía hace falta información. Por ahora, la cartera del RAM Global Bond Total Return Fund está preparada para el entorno de bajo crecimiento que esperan en 2020. “Estamos posicionados de forma cautelosa y defensiva. Al invertir a nivel global, podemos ser tácticos y seleccionar las oportunidades que nos convencen en el mercado de renta fija desde una perspectiva riesgo-retorno”.
La estrategia obtiene valor de tres fuentes fundamentales: la exposición a los tipos de interés, el crédito y los mercados de divisas. La cartera no está vinculada a ningún índice de referencia y no tiene restricciones geográficas ni sectoriales: se centra básicamente en encontrar emisores ‘investment grade’ que permitan obtener liquidez y controlar la volatilidad. De hecho, según Aslan, en los últimos tres años y medio, esta se ha mantenido en torno al 1,8%.
Lanzado en 2009, el fondo cuenta actualmente con 161 millones de euros en activos bajo gestión y, en 2019, casi duplicó su objetivo de rentabilidad, alcanzando un 8,15%. La cartera está compuesta por 100 títulos que, actualmente, pertenecen en su mayoría al segmento investment grade de 3 a 5 años.
En vista de que los datos económicos todavía no son claramente positivos, RAM mantiene un sesgo hacia los bonos soberanos y cuasi-soberanos frente a los corporativos, tanto en los mercados emergentes (donde prioriza la región Asia-Pacífico) como en Estados Unidos o la periferia europea. En esos mercados, también cuentan con exposición a determinadas entidades financieras de renombre.
«Dada la compresión de los spreads del 2019 y, sobre todo, de diciembre y enero, hemos decidido reducir la exposición al crédito hasta que veamos mejores puntos de entrada”, revela el experto. De hecho, de media, el peso de los títulos de crédito oscila entre un 0,5 y un 1%. Mientras, cuenta con una exposición FX de hasta el 15% en general, diversificada a través de 10 y 15 divisas.
El fondo siempre cuenta con un 75% de bonos con grado de inversión y su calidad crediticia media es A+. El 25% restante es gestionado de manera flexible y, en la actualidad, solo un 5% es high yield. “Preferimos mantener la cautela e incrementar la exposición cuando veamos oportunidades”, cuenta Aslan.
Con todo, considera que este año es importante mantener su vocación táctica para extraer valor tanto de la parte de la cartera más expuesta a los tipos de interés como de la parte del ‘carry’. “Además, aunque nuestra cartera está basada en un enfoque tradicional de inversión en bonos gubernamentales y corporativos investment grade y high yield, nuestro objetivo es generar alrededor del 20% del rendimiento a medio plazo mediante estrategias complementarias que permiten estabilizar las carteras en momentos de volatilidad”, revela.
Pixabay CC0 Public Domain. WCM Investment Management ve una oportunidad creciente en los mercados emergentes
BlackRock amplía su gama de productos con el lanzamiento de un nuevo fondo, el BlackRock Global Unconstrained Equity. Se trata de una estrategia diseñada para inversores que quieran asignar capital en una cartera de acciones de alta convicción y a largo plazo de empresas globales que sean “excepcionales”, según remarcan desde la gestora.
El fondo contará con una cartera concentrada de entre 20 y 30 acciones, tendrá una baja rotación y un horizonte de inversión a largo plazo. Según matizan desde BlackRock, por lo general, las compañías que formen parte de la cartera “habrán tenido que demostrar una fuerte posición en el mercado, vientos de cola estructurales, altos rendimientos y contar con sólidos equipos de gestión”.
BlackRock Global Unconstrained Equity Fund se dirigirá a los mercados desarrollados, centrándose en Europa y los Estados Unidos, y tendrá un estilo de inversión sin restricciones, lo que significa que no tendrá en cuenta un índice de referencia a la hora de seleccionar las inversiones del Fondo. En línea con el compromiso de BlackRock de integrar la sostenibilidad en todas las inversiones, el fondo también adoptará un enfoque ESG, bien aplicando los tradicionales tres criterios, pero también usando otros de exclusión. Todo ello se integrará en el proceso de inversión.
Según ha indicado la gestora, el fondo estará gestionado por Alister Hibbert y Michael Constantis, quienes se apoyarán en el conocimiento e información de la gran red de inversión que tiene BlackRock, incluida una plataforma de más de 160 inversores fundamentalmente de renta variable.
“El Global Unconstrained Equity Fund busca maximizar los rendimientos de compañías globales difíciles de replicar y que tienen capacidad de obtener ganancias de forma sostenible. Nuestro enfoque a largo plazo ve a través del ruido del mercado a corto plazo y permite que las inversiones tengan tiempo para aumentar los rendimientos, una oportunidad poderosa, pero a menudo infrautilizada», ha explicado Alister Hibbert, co-gestor de cartera del fondo.
Por su parte, Becci McKinley Rowe, directora de BlackRock’s Fundamental Active Equities en EMEA, ha declarado: «Los objetivos de los inversores no han cambiado, pero el panorama de las inversiones sí. El bajo crecimiento económico y las perturbaciones tecnológicas están contribuyendo a una divergencia entre ganadores y perdedores, lo que ofrece una importante oportunidad para la inversión alfa a largo plazo».
Pixabay CC0 Public Domain. El mercado de fusiones y adquisiciones seguirá siendo complicado en 2020
A escala mundial, en 2019 las acciones ligadas a transacciones valoradas en más de 100 millones de dólares obtuvieron un rendimiento inferior al índice global del 5%. Además, según los datos publicados por Willis Towers Watson y Cass Business School, el mercado global de fusiones y adquisiciones, aquejado de un rendimiento en constante declive desde 2015, continuará encontrando en 2020 un entorno complicado.
En este contexto, y sobre la base de las tendencias a corto y largo plazo reflejadas en su informe, serán cinco las tendencias clave para la evolución del mercado de fusiones y adquisiciones durante este año.
La desaceleración de Estados Unidos impactará en el resto del mundo. Según los datos del informe, en 2019 se cerraron 173 grandes operaciones (aquellas de más de 1.000 millones de dólares), la menor cifra en cinco años. “Y continuará bajo en 2020 a tenor de la desaceleración en la actividad de fusiones y adquisiciones de Estados Unidos”, aseguran desde Willis Towers Watson. No obstante, la poca disposición del mercado para asumir grandes operaciones también podría indicar que las empresas se están preparando para una recesión.
Europa mantendrá la primera posición. En 2019, los negociadores europeos encabezaron las clasificaciones mundiales de fusiones y adquisiciones por segundo año consecutivo, superando su índice regional en 1.9 puntos porcentuales. Una tendencia que Willis Towers Watson espera que continúe. Asimismo, destaca el volumen de negocio ligado a M&A en el Reino Unido durante el pasado ejercicio que fue, con 31 operaciones, el más bajo de la última década. Además, advierten de que hasta que no se produzca un Brexit con acuerdo, no se prevén mejoras.
Es improbable que las fusiones y adquisiciones mejoren en China. China ha pasado de alcanzar una cifra récord de 243 acuerdos en el área M&A a cerrar sólo 72 en 2019. Las incertidumbres comerciales y los temores de una posible recesión económica mundial han sido algunos de los principales factores de este descenso. Por otro lado, la desaceleración en China está en línea con la también tendencia a la baja que está sufriendo toda la región Asia Pacífico en el mercado de fusiones y adquisiciones, y que se espera continúe en 2020. “No es menos cierto que las mejoras que han logrado los compradores en la zona APAC durante 2019 en cuanto a rendimientos de las operaciones M&A sugiere, al menos, una mayor estabilidad después de los turbulentos años previos”, subraya el informe.
Los tiempos necesarios para el cierre de operaciones se ralentizarán. Los datos de Willis Towers Watson apuntan a un aumento de los tiempos necesarios para completar las transacciones durante el próximo año. Ya se trata de un proceso lento si tenemos en cuenta que, de media, las operaciones realizadas en 2019 tardaron 141 días, frente a los 120 de 2018, en cerrarse.El informe también apunta a la posibilidad de que la financiación de acuerdos transfronterizos se vuelva más difícil, debido al endurecimiento del escrutinio regulatorio provocado por tensiones comerciales y sociopolíticas.
Más posibilidades de operación por parte de inversores alternativos. “Es previsible que los inversores alternativos, como aquellos ligados a capital privado y capital riesgo, que cuentan con altos niveles de capital que no han utilizado estén más activos en 2020 que en ejercicios previos”, prevé el informe. Esto podría dar lugar a operaciones M&A de mayor volumen pese a que la posibilidad de retornos rápidos se verá afectada por la economía en desaceleración, las tensiones geopolíticas y las demandas regulatorias antes mencionadas.En 2020, Willis Towers Watson prevé una tendencia al alza de operaciones que incluyan acuerdos de contratación, es decir, las que se completan con la intención de adquirir un talento que el comprador no podría contratar de otro modo.
El programa Green Credit Continuum, lanzado en julio de 2019 por Amundi y el Banco Europeo de Inversiones (BEI), cerró su primera ronda de financiación con 253 millones de euros captados, a fecha de 30 de noviembre de 2019. A través de este programa, Amundi y el BEI esperan fomentar el desarrollo del mercado de deuda verde más allá de los bonos verdes existentes, apoyando proyectos verdes de pequeña escala y financiando PYMES. Tiene como objetivo recaudar 1.000 millones de euros en los próximos tres años, incluyendo un compromiso inicial de 60 millones de euros por parte del BEI.
“El BEI ha estado a la vanguardia de la promoción de las finanzas verdes, emitiendo el primer bono verde en 2007, aumentando su financiación climática año tras año y fortaleciendo su política climática. Aunque se han logrado avances en muchos frentes, las brechas financieras persisten, incluso en Europa. Este programa está diseñado para abordar estas diferencias, y estamos felices de asociarnos con Amundi para llevarlo a cabo”, señaló Ambroise Fayolle, vicepresidente del BEI.
En su primera ronda de financiación, de las tres planificadas, el programa ha levantado interés para los inversores, tanto públicos como privados, atrayendo compromisos iniciales de fondos de pensiones, aseguradoras, instituciones bancarias e instituciones de inversión públicas de Dinamarca, Francia y Luxemburgo. Destaca, además, la participación de la Caisse des Dépôts francesa, la Caisse Centrale de Réassurance, el grupo de bienestar social Agrica y el fondo de pensiones danés Lærernes. El grupo Crédit Agricole también es uno de los inversores principales del proyecto, a través de 10 de sus bancos regionales franceses.
“Hemos detectado un entusiasmo increíble por este programa entre los inversores institucionales, que reconocen la importancia de la transición energética y desean diversificar sus fuentes de rendimiento en un entorno de bajos tipos de interés. Aprovechando nuestras capacidades europeas de inversión de deuda, nuestros compromisos ESG y la presencia y capacidades únicas del BEI en Europa y en las finanzas climáticas, Green Credit Continuum es una asociación público-privada única que aborda los ambiciosos, pero críticos, objetivos medioambientales de Europa», añadió Yves Perrier, CEO de Amundi.
Con el objetivo contribuir al desarrollo de las nuevas exigencias de financiación para cumplir con los compromisos establecidos en el Acuerdo de París respecto al cambio climático y financiar los objetivos medioambientales europeos, Amundi y el BEI esperan impulsar el desarrollo de nuevos instrumentos de mercado y facilitar el acceso a financiación en el mercado a las pequeñas empresas y los proyectos ecológicos, al mismo tiempo que se ofrecen mayores rendimientos a los inversores, a través de Green Credit Continuum.
Esta primera ronda invertirá en segmentos verdes incipientes, abriendo el mercado. Las posteriores, por su parte, brindarán a más inversores la oportunidad de unirse a este programa. El período de inversión para la primera ronda comenzará en diciembre, y Amundi tiene planeado convocar una segunda ronda tan pronto como los fondos iniciales recaudados se hayan repartido e invertido con éxito.
Con el fin de maximizar el impacto del programa y fomentar la expansión del mercado de crédito verde, Amundi está creando una Red de Transacción Verde con instituciones financieras y emisores líderes para obtener acuerdos y proyectos. De forma paralela, además, se está estableciendo un comité científico de expertos en finanzas sostenibles para definir y promover directrices ambientales para los mercados objetivo de acuerdo con las prácticas internacionales y la legislación derivada del plan de acción de la Comisión Europea.
Pixabay CC0 Public Domain. La estrategia de renta variable sostenible de NN IP cumple 20 años con el foco en la resistencia y el crecimiento de calidad
Los factores ambientales, sociales y de gobernanza (ASG) son motores de valor que ayudan a identificar a los ganadores actuales y futuros de las carteras. La demanda de los inversores de estrategias que los integren sigue creciendo y, según NN Investment Partners, dentro del universo de la renta fija, el segmento del high yield (HY) se encuentra en una situación única.
El equipo de bonos corporativos HY de la gestora considera que los factores ASG pueden impulsar la volatilidad de los diferenciales y el riesgo de impago, dos de los aspectos más “cruciales” de la inversión high yield. El ASG ha formado parte del análisis crediticio fundamental del equipo desde principios de la década de los 2000. En este artículo, el director global de high yield, Sebastiaan Reinders, el gestor principal de high yield europeo, Jeroen Heemskerk, y el director de investigación de crédito estadounidense, J.D. Rieber, debaten sobre este asunto.
Las consideraciones ASG tienen un alto perfil en el mercado actual. ¿Cómo se han adaptado los emisores de high yield a las exigencias de los inversores?
Mientras que la demanda de los inversores ha aumentado rápidamente, la respuesta de los emisores ha sido, hasta ahora, muy débil. Los suscriptores están empezando a presionarlos, pero la información relacionada con el rendimiento relacionado con el ASG sigue estando por detrás de otros segmentos del mercado.
La mayor parte de la divulgación es oportunista: los emisores de bonos que contribuyen positivamente a los objetivos medioambientales o sociales, a menudo por la naturaleza de su negocio, están más dispuestos a destacar esos aspectos positivos cuando se presentan a los inversores. Aun así, vemos un aumento de empresas que están informando sobre temas ASG, como sus emisiones de carbono y esfuerzos de reciclaje.
¿Cómo incorporan los criterios ASG en el análisis de crédito corporativo HY? ¿Hay aspectos particularmente relevantes en su segmento?
El equipo de high yield global incorpora los criterios ASG en cada paso de su proceso de inversión. Han formado parte de nuestro análisis crediticio desde el inicio de la inversión high yield de NN IP y, con el aumento de la disponibilidad de datos, hemos podido aumentar el nivel de granularidad.
Cuando evaluamos las fortalezas y perspectivas crediticias de un emisor, utilizamos su perfil ASG actual y previsto como uno de los cuatro componentes básicos, junto con la gestión y la estrategia, el riesgo empresarial y los aspectos financieros. De este modo, nos aseguramos de que el ASG esté plenamente integrado en nuestro análisis crediticio fundamental.
Aunque incorporamos todos los aspectos ASG de un emisor, consideramos que la gobernanza es particularmente relevante para nuestro análisis. Menos de la mitad de las empresas de nuestro universo de inversión tienen accionistas públicos. Creemos que el buen gobierno es crucial para mitigar los riesgos que podrían surgir de una menor transparencia de las empresas de propiedad privada.
¿Cómo se construye un caso de inversión? ¿Hay muchos datos ASG disponibles de fuentes externas o la mayoría de los análisis los llevan a cabo ustedes mismos?
La disponibilidad de datos ASG es, de hecho, el mayor obstáculo para muchos inversores de HY. Trabajamos continuamente para mejorar la calidad y la magnitud de los nuestros y utilizamos varios proveedores de datos externos para apoyar nuestro análisis de crédito y evaluación de ASG.
En la práctica, debido a la falta de datos disponibles, a menudo podemos añadir valor realizando nosotros mismos la investigación sobre ASG, por ejemplo, interactuando con los equipos de dirección. También hemos desarrollado soluciones inteligentes para gestionar las lagunas de datos, como la estimación de puntos de datos ASG inexistentes con técnicas de aprendizaje automático.
Por último, en nuestras conversaciones con los equipos de dirección de las empresas les animamos a «subir el listón» en información y divulgación. En muchas de estas estructuras de capital pequeñas y privadas, nuestra posición como tenedores de bonos puede influir significativamente en el coste de capital de un emisor, dándonos un acceso considerable a la alta dirección.
¿La integración de la sostenibilidad y el ASG es una prioridad en la agenda de sus inversores? ¿Qué les piden?
La sostenibilidad se ha convertido en algo muy importante para nuestros clientes y esperamos que lo sea aún más. Diferentes clientes tienen diferentes requerimientos, pero la mayoría de ellos esperan que integremos completamente los factores ASG en el proceso de inversión. A menudo recibimos «cuestionarios de inversión responsable» que utilizamos para explicar cómo esos criterios afectan a las carteras de nuestros clientes. Cada solicitud de propuesta incluye también preguntas sobre la inversión responsable. Para algunos, creamos listas de exclusión a medida.
También estamos viendo que cada vez se presta más atención a la inversión sostenible. Mantenemos un diálogo activo con nuestros clientes para determinar qué enfoque ASG les conviene más.
¿Incorporan también esfuerzos de ‘engagement’? ¿Cómo funciona esto en el ámbito de la deuda HY?
Reconocemos tres formas diferentes de interactuar con las empresas en temas de ASG. En primer lugar, interactuamos con los equipos de gestión en temas materiales para nuestro caso de inversión. Incorporamos ese diálogo a nuestro proceso como lo haríamos con cualquier otra información necesaria para comprender el potencial de rendimiento y los riesgos que conlleva un caso de inversión. Somos inversores activos y a menudo nos reunimos con las empresas.
Las dos otras formas de “engagement” implican una perspectiva integral de la empresa: trabajamos estrechamente con nuestros colegas del equipo de inversión responsable y, a veces, con partes externas. Un enfoque es el de las controversias, centrado en las empresas que incumplen de forma grave y estructural los criterios de NN IP en las áreas de gobernanza, derechos humanos, trabajo, medioambiente y corrupción. El otro método es el compromiso temático, que analiza diferentes asuntos con un impacto material en la sociedad, y con el que creemos que podemos lograr un cambio beneficioso.
El año ya va cogiendo ritmo y, una vez más, todos los expertos nos recuerdan que Europa afronta dificultades, con muchos retos políticos que sortear y con el riesgo de inestabilidad política en países como España e Italia. Sin embargo, vemos que la confianza de los inversores ha comenzado a mejorar a medida que se han ido despejando dudas sobre el Brexit y la guerra comercial, lo que puede ayudar a volver a atraer flujos de inversión hacia Europa, una región con valoraciones más atractivas que las de otras zonas. Después de un periodo prolongado de salida de capitales, las bolsas europeas pueden volver a captar la atención de los inversores.
No debemos dejar que el entorno macro o los episodios de aversión al riesgo, que muy probablemente se volverán a registrar a lo largo del año, nos distraigan. En nuestro caso, como inversores fundamentales con una visión de largo plazo, hemos visto cómo, en 2019, el temor a las tensiones entre EE.UU. y China, al futuro político de Reino Unido o a la actuación de los bancos centrales ha castigado a los mercados europeos en distintas oleadas, de forma más aguda en mayo, julio y agosto. En esos momentos, lo mejor es mantener un curso firme y no dejarse llevar por las turbulencias.
El ser fieles a nuestro proceso y a nuestro estilo de inversión es la mejor receta. Así lo hemos comprobado, una vez más, en 2019, que se ha cerrado como uno de los mejores años de nuestra historia. Nuestro buque insignia, el fondo Allianz Europe Equity Growth, obtuvo una rentabilidad en el año del 36,63% (con datos de la clase institucional de acumulación en euros), superando ampliamente al índice MSCI Europe[1]. La semilla de estos buenos resultados la plantamos ya en el último trimestre de 2018 cuando, en plenas caídas del mercado, tomamos posiciones en algunas nuevas ideas que cotizaban a niveles atractivos y elevamos el peso en valores castigados de nuestra cartera en los que teníamos una alta convicción. Varias de estas posiciones han sido las que han impulsado la rentabilidad de los últimos meses. Mantenerse fiel a la estrategia y a las convicciones del equipo es un valor seguro en momentos de incertidumbre. Una prueba de ello es que, a pesar de todo el ruido de los últimos doce meses, la rotación de nuestra cartera ha sido de sólo un 14%.
En el año que comienza, las valoraciones ajustadas en los segmentos de compañías de calidad y de crecimiento y la posibilidad de que los datos macroeconómicos muestren signos de debilidad representan amenazas para nuestras estrategias, sobre todo si se vuelven a registrar momentos de aversión al riesgo generalizada por parte de los inversores. Sin embargo, encontramos razones para un cierto optimismo. A partir de los datos que hemos recogido de nuestras conversaciones con los directivos de empresas en las que invertimos, creemos que podremos ver, en nuestras carteras, valores que se beneficien de la tendencia a reducir costes en ciertos sectores (así, por ejemplo, en soluciones innovadoras de software para la banca); otros que saquen partido al lanzamiento de nuevos productos (o que cuentan con una visibilidad clara en lo que a nuevas ventas se refiere); compañías que empiezan a experimentar los beneficios de operaciones corporativas anunciadas en el último año; e incluso empresas que se pueden beneficiar de una posible recuperación en actividades como la fabricación de semiconductores.
Y merece la pena recordar que, más allá de todo el ruido, las buenas empresas, con modelos de negocio sólidos, barreras de entrada y capacidad de fijación de precios, tienen capacidad de obtener buenos resultados incluso en entornos desfavorables. Más que apostar por sectores tradicionalmente etiquetados como “defensivos”, entendemos que la verdadera “defensa” la ofrecen esas buenas compañías. Es algo que hemos podido comprobar, una vez más, en 2019. Entre los valores que más han contribuido a la rentabilidad de las carteras teníamos, por ejemplo, una empresa de logística que fue capaz de crecer a pesar de la guerra comercial.
En el arranque de este nuevo año, mantenemos nuestra sobreponderación en valores del sector de las tecnologías de la información y en ciertas compañías del sector industrial que ofrecen una buena visibilidad de resultados. Seguimos buscando empresas con modelos de negocio robustos y capaces de hacer crecer sus beneficios de forma estable y continuada. Y todo ello lo hacemos teniendo en cuenta no sólo la información financiera de las empresas, sino que también incorporamos criterios de sostenibilidad a nuestro análisis, por medio de nuestro proceso de integración ASG, una metodología que ha demostrado ya no sólo no estar reñida con una buena rentabilidad, sino que además aporta una información valiosa para anticipar y valorar el impacto que ciertos riesgos extra financieros pueden tener sobre las cuentas de las compañías en las que invertimos.
Tribuna de Thorsten Winkelmann, gestor del fondo Allianz Europe Equity Growth, en Allianz GI.
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1. La rentabilidad pasada no es un indicador fiable de resultados futuros.
Pixabay CC0 Public Domain. Bloomberg y Rockefeller AM lanzan índice de mejora de ESG
Puede parecer que la inversión sostenible y responsable empezó sólo hace unos pocos años, pero las raíces se remontan al menos unos 200 años atrás, con las prácticas de gestión del capital de la Iglesia Metodista. O incluso antes aún, si consideramos las reglas de inversión defendidas por la Sharia.
La reciente crisis financiera global sin duda ha contribuido a dar una mayor importancia a los criterios de gobernanza defendidos por la inversión ESG, que considera asimismo factores ambientales y sociales al seleccionar los activos a incluir en una cartera.
El aumento de la población y la consecuente escasez de recursos han potenciado la fortaleza de la sostenibilidad en el uso de los recursos disponibles. El uso intensivo de energías contaminantes y las emisiones de CO2 han creado una intensa preocupación sobre un calentamiento global, que está empezando ya a crear dificultades en algunas regiones. Las desigualdades sociales, por su parte, han creado una conciencia de la necesidad de distribuir la riqueza generada para ayudar a los que más lo necesitan.
Conscientes de estas necesidades y de la importancia de tomar parte activa en su satisfacción, Kames Capital lanzó ya su primer fondo ético de renta variable en 1989. Desde entonces, han ampliado sus capacidades de inversión responsable para incluir bonos corporativos éticos, gestionados con prudencia, y soluciones de renta variable sostenible.
Una de ellas está representada por el fondo Kames Global Sustainable Equity, que en su clase B de acumulación en euros es el más rentable de la categoría VDOS de ETICO, con una revalorización del 45,78%.
Su objetivo de inversión es maximizar el rendimiento total (ingresos más capitales) invirtiendo directamente en una cartera diversificada de valores de renta variable global que cumplen con los criterios de sostenibilidad predefinidos del fondo. La selección de valores no está limitada por la ponderación de ningún índice ni por la inversión en ningún sector en particular. Tampoco tiene limitaciones por divisa o zona geográfica.
Su enfoque de inversión global es activo, sin restricciones e impulsado por la selección bottom-up de empresas que cumplen con los criterios de sostenibilidad de la gestora. Operan sin límites explícitos regionales o de país, con el objetivo de mantener una ratio elevada de active share dentro de un marco disciplinado de gestión de riesgo. Por sectores, tampoco tienen un objetivo mínimo de infra o sobre ponderación.
Su inversión se orienta a empresas de estilo crecimiento, buscando identificar predominantemente empresas pequeñas y medianas, aun no descubiertas, con escasa cobertura de análisis o mal entendidas.
Kames Capital es una gestora británica, con oficinas en Edimburgo, Londres y La Haya, con 37.000 millones de libras esterlinas (aproximadamente 43.626 millones de euros) en activos bajo gestión. Entre sus clientes se encuentran fondos de pensiones, instituciones financieras, instituciones de caridad, gestores de patrimonio, family offices e inversores individuales.
Ofrecen una amplia gama de productos en renta fija, renta variable, activos inmobiliarios y multiactivos, con estilos de inversión de crecimiento, rentas periódicas, retorno absoluto y retorno total. Kames Capital forma parte de Aegon Asset Management, la marca global de gestión de activos del Grupo Aegon, uno de los principales proveedores mundiales de servicios financieros.
El fondo está cogestionado por Craig Bonthron, Mark Peden, Douglas Scott y Neil Goddin. Craig Bonthron es gestor de inversiones del equipo de renta variable, responsable de cogestionar activamente carteras de renta variable global de alta convicción. Craig se centra en el análisis de tendencias disruptivas y sostenibles dentro de los sectores de tecnología, salud, industria y consumo, con el fin de identificar ideas de inversión específicas en acciones de alta convicción.
Se incorporó a Kames Capital en 2014 desde SWIP, donde fue director de inversiones de renta variable global. Antes de SWIP, fue gestor de cartera en Kleinwort Benson Investors. Craig se licenció con honores en Topografía de edificios y cuenta con un Máster con distinción en Sistemas de Tecnologías de la Información por la Strathclyde Business School. Tiene 18 años de experiencia en la industria de gestión.
El fondo aplica un número limitado de “exclusiones” en compañías de entretenimiento de adultos y productoras o comercializadoras de cosméticos probados con animales, así como de combustibles fósiles, apuestas, productos agrícolas modificados genéticamente o que no cumplen con los derechos humanos y compañías de energía nuclear, tabaco y armas. Esto supone típicamente la exclusión de alrededor de un 15% del universo del MSCI ACWI.
A continuación, el análisis de sostenibilidad evalúa tres dimensiones: la sostenibilidad de los productos y servicios de cada compañía, la sostenibilidad de sus prácticas operativas y sus estándares y la mejora de su sostenibilidad a lo largo del tiempo. La sostenibilidad de cada empresa se analiza en base a los siete pilares de sostenibilidad de Kames, asignándose a cada uno de los pilares en base al análisis de los productos, las prácticas y la tasa de mejora en su sostenibilidad para cada compañía.
Los pilares ambientales son cambio climático, soluciones ecológicas y eficiencia en la utilización de recursos. Los pilares sociales cubren salud y bienestar, inclusión y crecimiento sostenible. El séptimo pilar es el de gobernanza (protección de accionistas y empleados, transparencia de la compañía).
El análisis cualitativo bottom-up de sostenibilidad sirve para determinar los riesgos y oportunidades clave de sostenibilidad de la compañía. El análisis considerará la naturaleza de los productos y servicios de las compañías, sus prácticas operativas y estándar y si tiene un historial de mejoras en cuanto a sostenibilidad. Como resultado de este análisis, las empresas se clasificarán en líderes, con potencial (que muestran mejoras significativas en el tiempo) y rezagadas. Solo se incluyen en la cartera las incluidas en los grupos de líderes o con potencial.
Este análisis se complementa con calificaciones de fuentes externas: MSCI ESG Manager – company ESG research platform, ISS Quickscore – Corporate governance research, Empirical Research – ESG ratings data y Bloomberg ESG.
Se construye así una cartera de compañías sostenibles de elevada convicción, que incluye habitualmente entre 35 y 45 valores. Las mayores posiciones incluyen acciones de Amplifon Spa (4,60%), Everbridge Inc (4,20%), Keyence Corp (4,10%), Insulet Corp (3,80%) y Tesla Motors Inc (3,60%). Por sector, tecnologías de la información (28,20%), salud (25,80%), consumo discrecional (18%), industrial (14,50%) y materiales (4,40%) representan los mayores pesos en la cartera.
La historia de rentabilidades del fondo lo sitúa entre los mejores de su categoría por este concepto, en el primer quintil, durante 2019 y lo que llevamos de 2020, batiendo al índice de su categoría en 2018 y 2017. A tres años, su dato de volatilidad es del 18,86%, reduciéndose hasta un 13,51% a un año. En este último periodo, su Sharpe es de 3,54 y su tracking error, respecto al índice de su categoría, del 11,09%.
Con un patrimonio bajo gestión de 126 millones de euros la suscripción de la clase C de acumulación en euros de Kames Global Sustainable Equity requiere una aportación mínima inicial de 250 millones de euros, aplicando a sus partícipes una comisión fija del 0,40% y de depósito de hasta el 0,50%. El fondo tiene también disponible la clase B, que puede suscribirse por una aportación inicial de 500.000 euros y que aplica una comisión fija del 0,75% y de depósito del 0,50%.
Según la gestora, la economía mundial debería tener un buen comienzo en 2020. Las tensiones políticas dejadas atrás durante 2019 suponen un fuerte viento de cola y, si Estados Unidos y China pueden llegaran a un acuerdo duradero pronto, debería haber un enérgico repunte en el ciclo económico, a medida que se desbloquea la inversión latente. Los brotes verdes de un posible repunte del ciclo empresarial están empezando a aparecer y, por lo tanto, a menos que se produzca un nuevo “choque de los titanes”, dejaría de tener sentido hablar de una recesión inminente.
Con las opciones de política monetaria bastante agotadas, los gobiernos previsiblemente tendrán que asumir más responsabilidad para promover el crecimiento económico, independientemente de su nivel de deuda, por lo que puede estimarse un fortalecimiento de las políticas fiscales. La baja inflación, por ahora, alentará a los inversores a percibir esta situación no sólo como segura, sino como deseable.
La forma en que los bancos centrales reaccionen (si la inflación comienza a repuntar) es clave, pero, liderada por la Reserva Federal de Estados Unidos, el apetito por acomodar la presión al alza sobre los precios está creciendo. Fortalecidos por la creencia de que resulta más fácil ralentizar la economía que impulsar su crecimiento, los bancos centrales continuarán tratando de acomodarse al creciente apetito para acomodar la presión al alza sobre los precios. Por lo tanto, no esperan que los bancos centrales vayan a virar hacia una política monetaria restrictiva este año, lo que supone un escenario más favorable para la renta variable.
La positiva evolución tanto por rentabilidad como por volatilidad de Kames Global Sustainable Equity a lo largo de su historia, respecto al riesgo incurrido medido por volatilidad, especialmente en los últimos tres años, lo hace merecedor de la calificación cuatro estrellas de VDOS.
Tribuna de Paula Mercado, directora de Análisis en VDOS
Carolina Martínez-Caro, directora general de Julius Baer España, esta mañana en Madrid.. julius
Julius Baer ha hecho un repaso de la marcha de la economía en estos últimos diez años con motivo del inicio de 2020. Según la firma suiza, esta última década ha sido “especial” en cuanto al comportamiento de los mercados. “Ha estado marcado por tres factores: resultados empresariales, recompra de acciones de las compañías y la actuación de los bancos centrales (inyectando liquidez y bajando los tipos)”, ha explicado Almudena Benedit, directora de gestión de carteas para Iberia.
A nivel global, la firma espera un crecimiento del 3% y descarta una recesión inminente. En cuanto a las políticas de los bancos centrales, la experta considera que apoyarán a los mercados. “La economía está creciendo de forma sólida y no creemos que se vayan a necesitar medidas adicionales”, ha señalado.
Para Benedit, el Banco Central Europeo (BCE), presidido por Lagarde, sí hará cambios en relación a la forma de actuar de Draghi. “Los tipos de interés negativos no reactivan la economía y el sector financiero se ha visto perjudicado. Sin embargo, estamos en un momento complicado y veremos políticas monetarias y fiscales muy poco ortodoxas”, ha aclarado. Por otro lado, Lagarde ha mostrado su interés por la inversión sostenible y los bonos verdes, un tipo de inversiones que, según cree Benedit, se incentivarán a lo largo de estos años.
La firma rebaja las perspectivas de crecimiento para España
Benedit ha señalado que espera un crecimiento en torno al 1,7%, fruto de haber rebajado sus expectativas dos o tres décimas. “Aún es pronto para tomar decisiones, estamos a la espera de las medidas que vaya a tomar este nuevo Gobierno. Pero hemos visto nerviosismo por parte de los inversores ante la incertidumbre, algo que no es bueno para la inversión. Hay muchas dudas frente a las sicavs y hemos apreciado un pico de interés por la diversificación en la localización de los ahorros de los clientes”, ha señalado.
Mirando hacia Europa, la firma considera que sí ofrece valor pero que el peso del sector tecnológico es muy reducido, un sector que desde Julius Baer consideran clave. “Creemos que hay muchos países que tienen margen para aprobar medidas fiscales, algo que puede ser un catalizador para que la bolsa europea se comporte bien. Son países que tienen superávit y capacidad para endeudarse como Suiza, Alemania, Francia o Portugal. Es una medida real y posible que podría hacer que Europa tuviese un comportamiento positivo”, ha señalado Benedit.
China, la región favorita de Julius Baer
Según han explicado Almudena Benedit y Carolina Martínez-Caro, directora general de Julius Baer España, China es un activo estratégico. “Estamos sobreponderados, actualmente tiene un peso en nuestras carteras del 8%, pero a largo plazo ese porcentaje irá incrementando”, han aclarado.
Respecto al coronavirus, las expertas creen que afectará un 0,5% al PIB chino y que la respuesta del gigante asiático está siendo más transparente y rápida que en otras ocasiones. “Lo negativo es que justo se ha propagado durante las vacaciones de la celebración del año nuevo chino, un momento clave para el turismo y el consumo”. Sin embargo, las expertas sí admiten que, debido al virus, en general, está bajando el riesgo en las carteras.
En este sentido, Benedit ha señalado que la estrategia de inversión de la firma es “medio-agresiva”. “Estamos sobreponderados en renta variable y emergentes (China y Brasil), en renta fija vemos riesgo en activos gubernamentales con rentabilidad negativa y valor en renta fija emergente”, explica. Asimismo, tienen predilección por los sectores cíclicos y tecnológicos y descartan el consumo y defensivos. En el value encuentran “una oportunidad muy táctica”.