Pixabay CC0 Public Domain. Tres motivos para el optimismo: control de la pandemia, políticas monetarias y medidas fiscales
Las noticias y análisis sobre el impacto de la crisis del coronavirus en el mercado y en las economías circulan con rapidez estos días. La mayoría de las gestoras considera que el contexto actual se traducirá en una recesión, que habrá más medidas por parte de las instituciones monetarias y gobiernos y que es necesario vigilar la liquidez de algunos activos.
Sin embargo, John Plassard, especialista de inversión de Mirabaud, destaca que algunos de estos aspectos que, de momento han sido obviados por la mayoría de los analistas, podrían ser motivo de optimismo. En primer lugar, destaca que la mejora de las cifras de afectados por el coronavirus en algunos países. “El pasado 23 de marzo Italia registró la tercera caída consecutiva en el número de nuevos casos y fallecidos por coronavirus, generando cierta esperanza de una ralentización del avance de la epidemia. En Corea del Sur registró 76 nuevos casos el martes, confirmando la tendencia a la baja y aumentando las expectativas de que sea posible controlar la epidemia en uno de los primeros países afectados. Y, en China, las autoridades confirmaron el pasado martes que el cierre de la ciudad de Wuhan se levantaría el próximo día 8 de abril, después de más de dos meses de confinamiento”, resume.
Al control de la pandemia en estos países, se suma también los datos económicos de China, que resultan más esperanzadores. Según explica Plassard, “el gasto en consumo ha recuperado terreno, alcanzando el 85% de la media anual. Por su parte, la venta de coches está entre un 30% y un 40% por debajo de la media frente a la caída del 80% experimentada en febrero, y empieza a repuntar el comercio por vía marítima. Como prueba de esta recuperación, ha empeorado la calidad del aire, alcanzando unos niveles de contaminación más cercanos a lo normal”.
El tercer motivo para el optimismo es la rapidez con que gobiernos e instituciones han respondido. En este sentido, los países industrializados han adoptado unas medidas de estímulo fiscal de gran envergadura, sin tener en cuenta las consecuencias en términos de endeudamiento. “Los países del G7, por ejemplo, han prometido hacer todo lo necesario para recuperar la confianza, el crecimiento económico y los puestos de trabajo, y se han comprometido a colaborar con los bancos centrales para responder a una crisis que probablemente conduzca a una recesión mundial este año”, apunta.
Para Plassard los ejemplos más representativo son la decisión de Alemania de “hacer trizas ortodoxia económica” y, por primera vez desde 2013, el gobierno de Angela Merkel ha decidido recurrir a los mercados para financiar las medidas que ha anunciado, acumulando una deuda de unos 156.000 millones de euros, lo que representa un gran cambio respecto al superávit registrado en 2013. En Europa, la otra gran medida es el anuncio de compras del BCE por valor de 750.000 millones de euros.
“En Estados Unidos, la crisis del coronavirus ha obligado a los demócratas y republicanos a adoptar algo cercano a una tregua, y están al punto de alcanzar un acuerdo sobre un plan de estímulo económico por valor de 2 billones de dólares”, destaca sobre cómo se está gestionando la crisis económica en América. Una decisión que se suma a las medidas ya tomadas por la Reserva Federal de Estados Unidos.
«En resumen, aunque seguimos sin saber cuánto durará la pandemia, existen diversos escenarios que, descartando sorpresas desagradables, nos permiten anticipar una mejoría económica, sin obviar la volatilidad que no va a desaparecer en el corto plazo”, concluye Plassard sobre la situación actual.
Pixabay CC0 Public Domain. La primera fase de la crisis del coronavirus ha terminado
Después de las caídas verticales del 5 al 23 de marzo de 2020, parece que, finalmente, los mercados han encontrado su primer suelo y empezaron un rebote técnico. Desde el inicio de esta crisis, los mercados han reflejado el impacto que ha tenido el cierre decretado por los gobiernos de sectores completos de la economía en una velocidad récord.
Sin embargo, el movimiento ha sido clásicamente magnificado por las ventas forzadas de los inversores que se enfrentan a las llamadas de búsqueda de margen. Esta fase de desapalancamiento parece que ha tocado a su fin. Gracias a las decisivas intervenciones de los bancos centrales, que se benefician de lo que aprendieron durante la crisis de 2008, los mercados han sido capaces de continuar desempeñando sus principales funciones hasta la fecha. La esfera financiera está estabilizada por ahora, con el objetivo de que la crisis en la economía real sea gestionada de forma efectiva.
En el lado de la pandemia, las noticias desde Lombardía e Italia son alentadoras. Los primeros signos del efecto positivo del confinamiento comienzan a confirmarse. El precio es astronómico, pero el efecto es evidente. Sin embargo, los países que primero se vieron afectados, desafortunadamente, no volverán a la normalidad económica de forma inmediata. De hecho, las medidas de restricción en las fronteras seguirán en vigor hasta que el virus haya remitido en los países y regiones más afectados. Aparte de eso, el contagio acaba de comenzar en África, por ejemplo.
En resumen, hay luz al final del túnel, pero todavía queda mucho camino por recorrer. Al mismo tiempo, la investigación para encontrar una droga y una vacuna está muy avanzada en China y en los países desarrollados. Es una carrera contra el tiempo, y con cada día que pasa de contención, el probabilidad de que el método de contención como en La Edad Media parece ser la única solución para aliviar sistemas de salud tensos.
Medidas loables, pero contraproducentes
La conmoción del sector privado en las economías condenadas a la contención requiere una respuesta de política monetaria coordinada y con las medidas de apoyo fiscal. Las empresas y los trabajadores por cuenta propia deben recibir una compensación, al menos, parcial por los ingresos perdidos como resultado de las medidas de cierre tomadas por los gobiernos. Esto puede considerarse como un seguro de daños tras un desastre natural. En ausencia de este apoyo al sector privado por parte del Estado, éste se verá permanentemente cargado con deudas adicionales que frenarán considerablemente la recuperación después de la contención. En otras palabras, el sector privado no puede apoyarse en transferencias forzadas o voluntarias, por muy bien intencionadas que sean, del sector privado al privado.
Reducir o regalar temporalmente algunos alquileres, por ejemplo, puede aliviar situaciones individuales. Pero colectivamente, a nivel nacional, añadiría combustible al fuego deflacionario. Sin embargo, en interés general, es mejor asegurar el pago de los alquileres mediante medidas de apoyo puntuales, transfiriendo las cantidades necesarias del balance del Estado al de los agentes privados interesados. Este ejemplo ilustra dos aspectos. En primer lugar, el riesgo de que se adopten políticas bien intencionadas pero contraproducentes es elevado en los próximos meses. En segundo lugar, sin el respaldo del balance de los gobiernos no habrá salvación. El consenso neoliberal nacido en los años 80 con Ronald Reagan y Margaret Thatcher ha muerto para siempre esta vez. Ahora, nos dirigimos hacia un capitalismo de estado similar al que se practicó durante la guerra en los años 40. Como consecuencia, estamos perdiendo inexorablemente los mercados libres. El control de la curva de rendimiento, como en Japón, corre el riesgo de extenderse pronto a Europa y a los Estados Unidos.
Una nueva prueba de cohesión para Europa
Los criterios de Maastricht y el Pacto de Estabilidad en la zona euro fueron diseñados para prevenir el deslizamiento inflacionario en un momento en que los déficits públicos estaban generando inflación. El coronavirus ha sido su sentencia de muerte. La cohesión europea se pondrá a prueba tras el fin de la pandemia.
Cuando la conmoción de la tragedia sanitaria se calme, se planteará muy pronto la cuestión de la elección entre el retorno a la austeridad fiscal o el paso a un enfoque macroeconómico poco ortodoxo destinado a orientar el producto interior bruto (PIB) nominal a través de la política monetaria en conjunción con la política fiscal. Europa del Norte no se dejará influenciar sin luchar y Europa del Sur no tendrá elección. La cohesión europea está cerca de una nueva prueba. Reiteramos nuestro anuncio de dar preferencia a los países que puedan imprimir la moneda en la que emiten su propia deuda.
El papel del oro
Constantemente recibimos preguntas sobre el comportamiento del metal amarillo. De hecho, su papel es a menudo mal entendido. La característica más notable del oro es que protege contra el riesgo sistémico. En la crisis actual, los bancos son una parte esencial de la solución, a diferencia de 2008. Los Estados los necesitan para prestar abundantemente y a bajo interés con garantías gubernamentales. Por esta razón, el incumplimiento de los bancos está prácticamente descartado en un futuro próximo.
Sin embargo, si las medidas para apoyar y estimular la economía real son insuficientes, incompletas o erróneas, la esfera real podría contaminar el sistema financiero dentro de unos meses. El oro se beneficiaría entonces de su característica de protección contra el riesgo de contrapartida. Mientras tanto, fluctúa con los vagabundos de los tipos de interés reales de los EE.UU., en un rango entre unos 1.500 y 1.700 dólares.
Los mercados de renta fija y de acciones reflejan ahora la «recesión exógena» que acaba de comenzar. Como resultado, los activos de calidad se están negociando a niveles récord de valoración en relación con los activos de tipo value. Sin embargo, creemos que es prematuro sumergirse en esta oportunidad. La oportunidad del value parece ópticamente muy convincente, pero debe evaluarse a la luz del actual conjunto de circunstancias sin precedentes.
Para que los activos value rindan y su ventaja de valoración se lleve a cabo, necesitamos que se cumplan dos condiciones. En primer lugar, la política macroeconómica debe formularse de manera que refleje eficazmente la economía. En segundo lugar, en la nueva era de rápido crecimiento de los controles gubernamentales, algunas decisiones de política podrían perjudicar gravemente a los activos value. Por ejemplo, las autoridades ya están interfiriendo en las políticas de dividendos. Si bien en el caso de los sectores o empresas que probablemente recurran a la ayuda estatal esto está perfectamente justificado, la tentación de extirpar esas intervenciones de manera más amplia podría ser difícil de resistir para los políticos. Cuidado con el value!
Inicio del segundo trimestre
Tras el análisis, hemos llegado a la conclusión de que mantendremos nuestras asignaciones actuales, sin reequilibrar mecánicamente nuestras carteras hacia una asignación estratégica de activos, como suele recomendarse en la práctica institucional. Mantenemos esa opción abierta para más adelante. También mantenemos el sesgo hacia las empresas de calidad que nos ha servido bien en esta crisis hasta ahora.
La primera fase de la crisis ha terminado y estamos entrando en la segunda fase, el fin de la pandemia. Técnicamente, los mercados deberían volver a probar los recientes mínimos durante el segundo trimestre antes de recuperarse a medida que la actividad económica se recupera durante la segunda mitad del año. El camino a seguir sigue siendo volátil y, sobre todo, depende de las decisiones políticas.
Para concluir, quisiera compartir una reflexión basada en la experiencia adquirida durante crisis anteriores como las de 1987, 1998 o 2008. La disminución de algunos precios de los activos en esta crisis es ciertamente impresionante a corto plazo. Sin embargo, siguen contenidas en los mercados de valores, dado el remedio prescrito a la economía real para absorber esta pandemia. Dentro de 12 a 18 meses, podríamos sorprendernos en retrospectiva al ver el potencial de recuperación de los mercados. Todavía estamos en un mercado alcista secular. Parece difícil de creer, pero era igual de difícil de imaginar en el otoño de 1987.
Foto cedida. Alquity lanza la campaña 40-40 para canalizar hasta un millón de dólares para apoyar a las comunidades más vulnerables frente al COVID-19
La firma de gestión de activos Alquity ha lanzado la campaña 40-40 para promover, entre los inversores, la solidaridad y dar respuesta a las necesidades sociales que el COVID-19 está generando en muchas comunidades. Según explica la firma, para lo que resta del 2020, todas las nuevas inversiones en los fondos Alquity por parte de socios registrados tendrán un 40% de la comisión neta de gestión como donación directa a la Fundación Alquity Transforming Lives.
La campaña 40-40 de Alquity tiene por objetivo mejorar la vida de 40.000 personas en países donde las condiciones de vida hacinadas, la mala salud crónica y los sistemas de salud pública deficientes expongan a la población a contraer el coronavirus. El fin es generar donaciones suficientes para apoyar proyectos que tendrán un impacto transformador en comunidades que ya sufren discriminación, dificultades y exclusión económica, lo cual solo ha solo ha empeorado por la pandemia por coronavirus. La previsión de la gestora es que su campaña, que se lanzó el pasado jueves, logre canalizar un millón de dólares.
«Nuestra Campaña 40-40 es nuestra respuesta a las graves dificultades económicas y sociales que la pandemia por Coronavirus está causando a muchas personas en todo el mundo. Alquity siempre ha creído que donde sea que nazca, debes tener la misma oportunidad en la vida y esto es aún más relevante hoy. Al algunas de las libertades y comodidades a las que estamos acostumbrados en los países desarrollados se han reducido drásticamente, estamos probando una pizca de cómo es la vida diaria para las personas más pobres en el mundo. Esta es nuestra oportunidad de transformar la inversión y crear una sociedad más justa y sostenible», explica Paul Robinson, presidente de Alquity.
El fin de la campaña está alineado con su cultura empresarial, ya que la Alquity gestiona una serie de fondos que invierten en mercados emergentes. Además, desde su fundación en 2009 utiliza los criterios ESG a la hora de elegir las acciones en las que invierte. Como parte de su RSC (responsabilidad social corporativa) habitualmente dona el 10% de sus tarifas de gestión a causas benéficas, lo que hace con esta campaña es elevar ese porcentaje al 40%.
Pixabay CC0 Public Domain. Estados Unidos: ¿lista para hacer frente al COVID-19?
Estados Unidos ha cerrado el primer trimestre del año con un panorama radicalmente diferente a cómo lo comenzó. Por citar una cifra, la semana pasada conocíamos que las solicitudes de ayudas por desempleo se dispararon hasta alcanzar las 6,6 millones de peticiones. El país se prepara para afrontar la parte más dura de la pandemia, tanto a nivel sanitario como económico.
Por el lado sanitario, las perspectivas son malas. El propio presidente, Donald Trump, ha estimado que las muertes por el COVID-19 podrían llegar a una horquilla de entre 100.000 y 200.000 personas. Para frenar la pandemia, el gobierno norteamericano y los respectivos estados están adoptando medidas similares a las del resto del mundo, por lo que es previsible el mismo parón económico que se ha visto en Europa o en China.
Uno de los síntomas más visible ha sido ese último dato de parados. En opinión de James McCann, economista senior global de Aberdeen Standard Investments, los datos muestran la primera caída del empleo mensual desde 2010. En concreto, las nóminas no agrícolas descendieron en 710.000 y la cifra de paro del país se ha situado en los máximos de 2017, en el 4,4% desde los mínimos situados en el 3,5%.
“Esto datos son solo una muestra de todo lo que está por llegar. Las cifras sólo cubren el comienzo del período de confinamiento, por lo que sabemos que hay muchas más personas desempleadas de las que se pueden ver en estas cifras. Esperemos que estos datos estimulen al Congreso en la elaboración del próximo paquete de estímulos fiscales. La pérdida de empleos a esta escala es casi como abrir una enorme trampilla bajo la economía. Nadie sabe cómo de profundo es el agujero, pero el Congreso tiene que hacer lo que sea para llenarlo lo más rápido posible con todas las medidas que puedan encontrar. Pero no hay duda de que estos números apuntan a un shock económico como nunca antes hemos visto”, apunta McCann.
El último informe de BofA Global Research, señala que la entidad ha rebajado su previsión sobre el PIB de Estados Unidos y espera que se reduzca un 7% en el primer trimestre, dejando la recuperación para el último trimestre del año. “Esperamos que se recorten entre 16 y 20 millones de puestos de trabajo con una tasa de desempleo máxima del 15,6%”, señalan.
Misma perspectiva negativa tieneAlvise Lennkh, analista de Scope: «Estados Unidos se dirigen hacia una profunda recesión en 2020, a pesar de los importantes estímulos monetarios y fiscales. La economía se contraerá al menos un 3,5%, el desempleo aumentará por encima del 10%, el déficit fiscal se situará en torno al 15% y la deuda pública en casi el 125% del PIB»
Desde La Financière de l´Echiquier señalan que persisten las incertidumbres en Estados Unidos. “Si bien algunos Estados están confinados (California, Estado de Nueva York), muchos no lo hacen, lo que aumenta el temor a una epidemia desbocada, lo que es aún más perturbador, ya que el sistema de salud estadounidense no parece preparado para enfrentar la situación. Además, los intentos de cuantificar el impacto de la crisis actual en el crecimiento del PIB del segundo trimestre arrojan resultados sin precedentes: -12% según lo estimado por JP Morgan o -24% según Goldman Sachs (sobre una base anualizada). En cualquier caso, es seguro que el PIB de EE. UU. experimentará un frenazo muy violento en los próximos meses”, insisten.
«Estamos pronosticando una recesión en la primera mitad de 2020. Se espera que la actividad económica caiga dramáticamente en el segundo trimestre. Cuando el crecimiento económico de EE.UU. cae por debajo de la tendencia, la utilización de la capacidad cae, poniendo una severa presión a la baja en los beneficios económicos antes de impuestos. Es probable que haya una recuperación en forma de V una vez que el brote del virus se supere, pero nuestro escenario base prevé una caída de más del 60% de los beneficios antes de impuestos en el segundo trimestre”, estima Irene Lauro, economista de Schroders, sobre cómo espera que se noten los efectos del coronavirus en su economía.
A la pérdida de beneficios por parte de la empresas se suma la alta volatilidad de los mercados, que han sufrido pérdidas históricas e intenta ahora afianzar la senda de las subidas. Según apunta Philippe Zaouati, consejero delegado de Mirova (Natixis IM), aquí lo relevante serán los tiempos. “Los primeros datos de PMI (Purchase Managers Index) de EE.UU. no han sido tan malos como se esperaba, pero eso parece responder a la fecha en la que se realizó la encuesta y esperamos que los futuros datos reflejen un deterioro mayor de las condiciones económicas en EE UU. Sabemos que los datos van a ser malos, la cuestión es cuánto de malos y durante cuánto tiempo”, destaca.
Los analistas y gestores saben que esos “tiempos” no se pueden prever y menos controlar, pero siguen insistiendo que el efecto de las medidas tomadas por el Congreso estadounidense y la Fed comenzarán a notarse. Por ejemplo, entre las medidas más relevantes de la Fed los analistas destacan la liquidez ilimitada que ha anunciado y el hecho de que haya reactivado programas como el TALF (Term Asset Backed Securities Loan Facility), que tanto éxito tuvo para la recuperación de 2009.
Dentro de esas medidas, la Fed lanzó el pasado jueves 9 de abril un nuevo plan de rescate de 2,3 billones de dólares. Según ha explicado la institución monetaria, estos recursos irán destinadas a las pymes, ayuntamientos y Estados más afectados por la pandemia del coronavirus. Para proveer de liquidez a ciudades y municipios que han disparado gastos para luchar contra la pandemia, la Fed asegura que comprará deuda a corto plazo por 200.000 millones de dólares directamente de los estados y condados con al menos 2 millones de habitantes, y de ciudades con una población de al menos un millón, explican desde EFE.
“La expansión de más de una década que siguió a la crisis financiera mundial se vio apuntalada por la fortaleza del gasto en consumo. Hoy en día, de repente, se ha arrebatado a la economía este pilar básico, a una velocidad y a una escala nunca vistas. El sector de servicios, que representa el 50% de la economía estadounidense, se ha visto drásticamente reducido, lo que ha afectado por igual a dentistas, optometristas, camareros y propietarios de pequeños negocios. Y aunque el Gobierno trata de contrarrestar el enorme menoscabo en las rentas de los hogares y en el posterior consumo, cualquier paquete fiscal solo podrá amortiguar el golpe hasta cierto límite”, señalan desde MFS Investment Management.
¿Qué pasa en los mercados?
Respecto a los activos norteamericanos, los gestores reconocen las caídas y ajustes de valoración que se han producido durante las últimas semanas, pero también siguen viendo en ellos activos atractivos para un momento como el actual. Según Thomas Friedberger, CEO y Co-CIO de Tikehau IM, los mercados comienza a respirar.
“Tras las indiscriminadas ventas en los mercados que ocurrieron de forma rápida y violenta causadas por el pánico debido al desapalancamiento, al que le siguió un fuerte repunte, los mercados parecen empezar a estabilizarse en niveles bajos. Las acciones hasta la fecha han caído entre un 20%-30% y los mercados de crédito en Estados Unidos y Europa han perdido un 15%, high yield y préstamos)”, señala Friedberger.
Para Adam Vettese, analista de eToro, los mercados bursátiles y cómo, desde un punto de vista técnico, el S&P 500 “ha roto la secuencia de máximos más altos que había iniciado en el rally de la semana pasada y ha caído dentro de la tendencia bajista de las semanas anteriores”. Vettese advierte de las crecientes posibilidades de que EE UU se convierta en el nuevo epicentro de la pandemia del coronavirus: “La infección y los números de víctimas mortales se dispararán mucho más de lo anticipado inicialmente”. Por otra parte, el analista de eToro invita a prestar atención a los números del índice ISM de actividad manufacturera que se conocerán hoy, después de que el índice de confianza del consumidor “haya ido mejor de lo esperado”. Vettese recuerda que “son los consumidores los que han alimentado el crecimiento de EE UU durante años, ante el declive de la actividad manufacturera”
Sin embargo, desde PIMCO, por ejemplo, siguen manteniendo su apuesta por invertir en Estados Unidos. Desde un punto de vista de la inversión, PIMCO considera que el “panorama será completamente diferente” en el mercado de crédito, aconseja a los inversores “paciencia”, pero advierte de que “surgirán puntos de entrada atractivos” y apuesta por activos de EE UU. Entre los que señala específicamente, destacan los MBS (Mortgage Backed Securities) y los ABS (Asset Backed Securities) donde ve oportunidades.
Y David Norris, responsable de crédito estadounidense de TwentyFour (Vontobel AM), espera que la demanda de crédito con grado de inversión de Estados Unidos siga siendo bastante favorable, ya que los rendimientos del grado de inversión en dólares siguen pareciendo históricamente atractivos para los inversores asiáticos, así como para los inversores nacionales, en este caso. “Hay una perturbación en el mercado de papel comercial, que ha estado sometido a una tensión considerable, ya que los inversores se han convertido en compradores reacios, lo que significa que los tipos a largo plazo del papel comercial han aumentado de manera significativa, con lo que muchas empresas no han podido emitir con plazos superiores a una semana. En segundo lugar, estos prestatarios de alta calidad parecen haber pagado primas elevadas para emitir deuda este mes, e impreso en diferenciales secundarios no vistos desde la crisis financiera. Estas condiciones más atractivas para los inversores han dado lugar a una fuerte demanda de bonos”, explica.
El cisne negro es un animal extraño. Algunos, incluso, dirían que no existe. En los mercados financieros, la expresión se utiliza para describir un acontecimiento inesperado que aparece por sorpresa, tiene un impacto importante y, a menudo, no se entiende bien por los participantes en el mercado.
Son, por definición, difíciles de predecir y están más allá del ámbito de las expectativas normales en base a lo acontecido en el pasado. A estos eventos se les suele dar una probabilidad de que se produzcan cercana a cero, aunque se reconoce que el impacto es potencialmente grande. En Estadística nos referiríamos a ellos como un valor atípico. Es importante señalar que la aparición de un cisne negro suele ir acompañada de un sentimiento de pánico en los mercados, ya que los inversores pensaban que esos acontecimientos eran «imposibles» que se produjeran.
Con la rápida caída a plomo del precio de los activos financieros, se pierde el marco de referencia, lo que conduce a que los activos tengan cotizaciones muy castigadas ya que los inversores buscan activos refugio. Ganancias acumuladas que tardaron años en alcanzarse se evaporan en horas, días o semanas. «Los precios suben por las escaleras y bajan con el ascensor…», suele decir el aforismo en inglés (“Prices go up the stairs and down with the lift…”).
Impredecible, perturbador, pero temporal
Los cisnes negros son impredecibles y generan pérdidas rápidas y contundentes. Los inversores con posiciones concentradas y carteras apalancadas podrían verse expulsados del mercado o, incluso, llevar a una bancarrota.
En términos más generales, estos acontecimientos pueden perturbar los mercados, ya que la ausencia de compradores perjudica la liquidez del mercado. Se utilizan aquellos más activos líquidos para financiar los activos “invendibles” y menos líquidos, lo que provoca olas de pánico en los mercados y siembra una crisis financiera. Es posible que los Bancos Centrales tengan que intervenir como prestamistas de última instancia para garantizar el buen funcionamiento de los mercados y, por tanto, evitar que se produzca una crisis. Una vez que se restablezca la confianza y la liquidez, los inversores vuelven a evaluar racionalmente el valor razonable de los activos financieros.
En esta cadena de acontecimientos es importante señalar que las ventas por sentimiento de pánico conducen a precios bajos injustificados, es decir, a la sobreventa. Una vez que los inversores empiezan a comportarse racionalmente de nuevo -por ejemplo, después de que el Banco Central haya proporcionado respaldo de liquidez- los activos financieros es cuando pueden empezar a converger de nuevo hacia un valor razonable. A partir de ese momento, un cisne negro empieza a representar una oportunidad de compra. El reto es, por supuesto, comprender el momento exacto en que los mercados dejan de reaccionar ante el miedo.
Es importante comprender la psicología del mercado y los sesgos de comportamiento de los inversores. A las condiciones de sobreventa (oversold) suelen seguir una última fase de capitulación, en la que los inversores no pueden soportar las pérdidas y sienten que deben actuar. En esa última ola de ventas, los partícipes quieren salir a cualquier precio del mercado. Desde ese momento, los inversores con poder adquisitivo y cierta paciencia y templanza pueden intervenir y empezar a construir la rentabilidad futura de su cartera. Aunque teóricamente esto parece fácil, comprar en el punto más bajo del ciclo es psicológicamente difícil ya que todos los inversores se precipitan. Reconocer los activos de calidad de los que pueden estar seriamente deteriorados también es un reto. Dicho esto, tener una visión a largo plazo y una asignación estratégica de activos puede ayudar.
Los cisnes negros no son creados iguales
No todos los cisnes negros son iguales. Algunos pueden ser de corta duración, otros limitados a una clase de activos, o ser globales con consecuencias de eventos de gran alcance. Los acontecimientos del 11 de septiembre tuvieron un impacto de mercado bastante efímero, ya que los precios se recuperaron antes de finales de 2001, pero implicaron el cierre de los mercados. La caída de 1987 provocó una reacción muy rápida de los precios, en torno a una caida fulgurante del -25%, que posteriormente desencadenó muchos interrogantes sobre el funcionamiento de los mercados y la estrategia para asegurar las carteras. El índice S&P 500 tardó casi dos años en recuperarse completamente tras el varapalo inicial. En 2008 lo que se produjo fue totalmente diferente, o, mejor dicho, una cadena de acontecimientos que desembocó en una crisis financiera mundial. La quiebra de Lehman Brother podría considerarse probablemente el shock que condujo finalmente all estrés de los inversores. Los mercados tardaron años en recuperarse, aunque 2009 es recordado como un año duro para la mayoría de las clases de activos afectados.
Los acontecimientos mencionados anteriormente como ejemplo tienen diferentes causas y provocan diversas reacciones por parte de las autoridades. Por ejemplo, durante los atentados terroristas del 11 de septiembre, la respuesta fue el cese de las actividades en los mercados. El lunes negro de 1987 llevó a la Reserva Federal a proporcionar liquidez inmediata a los mercados, pero también la introducción de cortafuegos que todavía se utilizan hoy en día. Por último, la reacción de las autoridades a la crisis de 2008 es bien conocida y sigue vigente hoy en día, es decir, las políticas expansivas QE de los bancos centrales y el endurecimiento de la regulación bancaria.
Podemos aprender algunas lecciones de esos acontecimientos pasados que pueden ser útiles para la situación actual:
Los mercados reaccionan con fuerza y rapidez ante un cisne negro, siempre que la conmoción esté relacionada con los mercados financieros o con la economía.
La reacción de los partícipes tiende a ser exagerada, lo que lleva a una sobreventa (oversold) y, posteriormente a la existencia de oportunidades de compra y rebotes.
Todos los cisnes negros son diferentes en naturaleza, tiempo y alcance. Pueden desencadenar diferentes reacciones de los mercados y en las autoridades, pero suelen ser puntos de inflexión decisivos.
El shock es temporal y los mercados se recuperan al final, aunque con mayor o menor rapidez. El tiempo es siempre un problema.
El cisne Covid-19
La situación con la aparición del coronavirus no es una excepción. Es un evento negativo que afecta profundamente a la economía global y que aún nos cuesta entender. Los mercados financieros han reaccionado de manera desordenada, lo que ha llevado a una crisis de liquidez que se extiende a una gran parte de clases de activos. Se han producido múltiples fases de capitulación y se ha desestabilizado a los potenciales compradores. Sin embargo, los gobiernos están tomando estrictas medidas sanitarias para frenar la epidemia y proporcionando un gran apoyo financiero para limitar el impacto económico. Los bancos centrales están interviniendo masivamente para evitar que se produzca una crisis financiera. Estas acciones resultarán decisivas y aportarán estabilidad a los mercados.
La crisis de Covid-19 es, por naturaleza, temporal, aunque su duración es incierta. No hay que subestimar el impacto económico, pero tan pronto como los inversores vean que la epidemia se controla y pueda estimarse mejor el impacto económico, los precios se alejarán de los niveles de la crisis. Como primer paso, la venta indiscriminada será reemplazada por la compra selectiva. Con los precios de las acciones que han bajado hasta niveles del 30% o 40%, se pueden encontrar ciertamente activos de calidad con claro descuento.
Tribuna de Gilles Prince, CIO en Edmond de Rothschild en Suiza.
Nuevos datos de Greenwich Associates muestran que el rol de los tesoreros corporativos como “asesores estratégicos” se está expandiendo. Según su último estudio, los departamentos de tesorería corporativa son solicitados cada vez más para tomar un mayor rol como asesores estratégicos del negocio en su totalidad.
Los datos de la encuesta a los principales tesoreros corporativos multinacionales, muestra que casi el 90% de los departamentos de tesorería dicen que sus indicadores clave de desempeño han cambiado. Para cumplir con los nuevos requerimientos, los tesoreros dijeron que necesitan recursos adicionales para apoyar completamente las iniciativas de la empresa, especialmente para monitorear los riesgos de la compañía. El requerimiento de estas iniciativas de mayor nivel significa que los tesoreros y sus equipos necesitan ahorrar tiempo a través de la automatización de muchas de sus tareas rutinarias que una vez conformaron la mayor parte de su trabajo diario.
“Cuando les preguntaron a los tesoreros qué tan seguros se sentían capturando y calculando completamente sus riesgos de mercado de divisas, nos sorprendimos al encontrar que más del 62% dijeron no sentirse para nada seguros sobre los datos que estaban utilizando,” dijo Ken Monahan, analista senior de Estructura y Tecnología de Mercado de Greenwich Associates y autor de Hacia adelante y hacia arriba: los KPI cambiantes obligan a los tesoreros a mejorar su tecnología de riesgo.
Esta incertidumbre sobre la calidad de los datos influye qué estrategias de gestión de riesgo se eligen y también influye la elección del sistema utilizado para monitorearlos. Greenwich también se dio cuenta que, a medida que las firmas suben, tienden a moverse lejos de las hojas de cálculo y hacia aplicaciones especialmente diseñadas porque estas están hechas para gestionar datos de más alta calidad y mejores estrategias.
Adicionalmente a tener los datos correctos (18%), lo que más desean los tesoreros corporativos es:
mejorar la conectividad entre su departamento y el resto de la firma (32%)
contratar más personal (16%)
mejorar sus sistemas de gestión de tesorería (15%)
“Los departamentos de tesorería están buscando cada vez más nuevas tecnologías y proveedores de terceros para ayudarles a dirigir los datos y la gestión de riesgos, en parte por restricciones de presupuesto, pero principalmente porque la tecnología mejorada les ayuda a diagnosticar mejor sus problemas y mejorar su eficiencia. Todo esto los ayuda a girar en torno a ser más progresistas y estratégicos en su pensamiento,” concluye Monahan.
Metodología: Greenwich Associates realizó entrevistas con ejecutivos de tesorería corporativa de grandes multinacionales líderes en la industria con sede en los Estados Unidos para explorar el papel en evolución del tesorero corporativo. Los temas cubiertos en la investigación incluyeron cómo se definen los objetivos de los tesoreros corporativos, qué métodos y herramientas utilizan para lograr esos objetivos y dónde puede haber deficiencias en el conjunto de herramientas. Las encuestas, realizadas en la segunda mitad de 2019, incluyeron encuestas electrónicas y conversaciones a profundidad.
Pixabay CC0 Public Domain. Covid-19: las diez semanas que pararon el mundo
En febrero, nos sorprendió que Wuhan, una ciudad china de 11 millones de habitantes, pudiera paralizarse en un esfuerzo por contener el coronavirus. Dos meses después, se estima que el 50% de la población mundial está viviendo bajo un bloqueo pandémico y la economía mundial está sufriendo debido a que el número de infecciones en Europa y los EE.UU. supera las registradas en China.
La pandemia del Covid-19 ha matado ya a casi 70.000 personas en todo el mundo y se han registrado más de 1,2 millones de infectados, de los cuales una cuarta parte están en Estados Unidos. Mientras tanto, las medidas de contención en todo el mundo se han intensificado y las nuevas infecciones registradas en China corresponden exclusivamente a nacionales que han regresado del extranjero. En el frente monetario, la respuesta de los bancos centrales no tiene precedentes en cuanto a su amplitud y alcance, pues continúan tranquilizando a los mercados con liquidez a corto plazo. Paralelamente, el gasto fiscal nunca visto está contrarrestando las tasas récord de desempleo en todas las economías y, afortunadamente, se produce en un momento en que los gobiernos pueden permitirse pedir prestado a tipos de interés bajos o incluso negativos.
Una lección positiva de los éxitos de China y Corea del Sur en el combate contra el Covid-19 es la necesidad de pruebas intensivas. Las capacidades y tecnologías de prueba están mejorando rápidamente, incluyendo pruebas de «serología» para detectar la inmunidad de los individuos. Esto ofrece cierta esperanza de que, con el tiempo, pueda ayudar a los gobiernos a poner en marcha de nuevo sus fuerzas de trabajo. El número de estas pruebas denominadas «reacción en cadena de la polimerasa de transcripción inversa» (conocidas como RT-PCR) ha aumentado a más de un millón, debido a que los Estados Unidos, China, Europa y Corea del Sur han ampliado significativamente sus capacidades de prueba en los últimos dos meses.
Los mercados reflejaron la congelación económica sin precedentes del primer trimestre del año con descensos brutales a medida que el virus reducía drásticamente la producción y el consumo. A medida que entraron en vigor medidas de contención más rigurosas en Estados Unidos y la pandemia mostró signos tempranos de desaceleración en Italia y España, los dos estados más afectados de Europa, los índices recuperaron algunas de sus pérdidas. El S&P500 terminó el trimestre un 20% más bajo y el Euro Stoxx 50 cayó un 28% en el período de tres meses.
La curva de la recuperación
La cuestión es si las economías del mundo pueden recuperarse tan rápido como se han estancado. Lamentablemente, las expectativas iniciales de una contracción severa en forma de «V», seguida de una recuperación igualmente rápida, empiezan a parecer demasiado optimistas. China ha demostrado que con la aplicación cuidadosa de las medidas de salud pública adecuadas, una economía puede recuperarse, incluso en forma de «V». El índice del gerente de compras del país la semana pasada fue de 52.0, mostrando una expansión inesperada en marzo desde el récord mínimo de 35,7 de febrero. Aun así, no podemos profundizar demasiado en esto todavía. Aunque la economía de China es ciertamente menos dependiente de las exportaciones que, digamos, hace 12 años, sigue siendo altamente dependiente del consumo en el resto del mundo, donde los mercados están más o menos congelados.
Las alternativas son, por un lado, que la economía mundial corra el riesgo de experimentar una recuperación en forma de «U» si las medidas contra el coronavirus se levantan gradualmente. Eso implicaría que las empresas, los empleos y el gasto de los consumidores pueden volver a la normalidad rápidamente después de una desaceleración prolongada. Por otro lado, una perspectiva menos optimista apunta a una caída en forma de «L» en una recesión persistente si las medidas de contención tienen que mantenerse. Incluso una recuperación-descenso-recuperación en forma de ‘W’ es discutible. Si las economías se reactivan demasiado pronto podrían verse golpeadas por una segunda ola de infecciones. Por ahora, ninguna de estas formas refleja nuestra hipótesis de trabajo.
En esta etapa, creemos que la curva de recuperación más probable se parecerá más a un tick, o una forma a veces comparada con el logo de Nike; un descenso brutal seguido de un rápido rebote que luego se reduce. Por supuesto, la recuperación puede no parecerse a ninguno de estos patrones, o ser más compleja y opaca. Pero esta inmensa variedad acentúa lo difícil que es predecir la forma de la economía mundial en los próximos meses.
Nuestra atención se centra en los indicadores coincidentes. En la crisis actual, dado que los mercados tienden a ser previsores, es útil vigilar el apetito por el riesgo en todas las clases de activos, que a menudo refleja la tensión económica antes de que sea visible en los datos macroeconómicos oficiales.
Posicionamiento de las carteras
En un período tan volátil, es evidente que la clave está en mantener una cartera diversificada y líquida. Hemos ajustado sistemáticamente nuestra exposición a la renta variable en todas las carteras para tener en cuenta la deriva del mercado que experimentan en un entorno tan volátil y hemos vendido posiciones en deuda de mercados emergentes en moneda fuerte, manteniendo por ahora el efectivo en reserva.
Hasta que la efectividad de las medidas de salud pública de los Estados Unidos sea más evidente, vemos un mercado de acciones limitado al alza desde los niveles actuales. El rebote del mercado de los últimos tiempos se puede revertir a medida que las noticias negativas sobre los datos económicos, las advertencias sobre beneficios y las rebajas de la calificación crediticia se hagan notar. Por lo tanto, hemos comprado algunas protecciones de cartera basándonos en una estrategia “put spread”.
Los mercados de divisas experimentaron cierta tensión en la financiación en dólares estadounidenses, que se ha visto aliviada por las intervenciones de la Reserva Federal. Sin embargo, hubo algunos problemas respecto a los metales preciosos, con unos márgenes de oferta y demanda que se ampliaron hasta 10 veces los niveles normales. La liquidez en el mercado de bonos continúa siendo complicada y las oportunidades de comprar buenas emisiones son limitadas.
Pixabay CC0 Public Domain. BBVA USA destinará más de 3,7 millones de dólares a apoyar a las comunidades locales, trabajadores y clientes ante el COVID-19
BBVA USA se une a la oleada de solidaridad que ha surgido en la industria financiera a raíz de la pandemia del coronavirus. Su filial en Estados Unidos ha anunciado que destinará más de 3,7 millones de dólares a apoyar a las organizaciones locales que están dando respuesta directa a las necesidades que el COVID-19 está generando tanto en las comunidades locales donde la entidad está presente como entre sus clientes y trabajadores.
A nivel de Grupo, BBVA ha decidido destinar 35 millones de euros para combatir el brote del coronavirus, enfocado principalmente a ayudar a las autoridades sanitarias, organizaciones sociales y al fomento de la investigación científica en todos los países que opera. En el caso de Estados Unidos, Javier Rodríguez Sole, presidente y CEO de BBVA USA, explica: “Estamos trabajando con ONG para identificar y cubrir las necesidades más inmediatas, incluyendo dar apoyo financiero de forma urgente para cubrir la pérdida de salarios y alquileres, así como ayudar con los servicios públicos”.
El objetivo es llegar al mayor número de personas y dar respuesta a realidad distintas. Por eso dedicará 1 millón de dólares ha subvenciones para un grupo de organizaciones que habitualmente trabajan con la Fundación BBVA en atender de forma directa las necesidades básicas de las personas, en especial en el ámbito sanitario, y pequeñas empresas.
En segundo lugar, destinará 2 millones de dólares a hacer grandes contribuciones a organizaciones de mayor envergadura y que actúan en todo el territorio a los perfiles de población con menores ingresos, como por ejemplo los bancos de alimentos, ONG o pequeñas instituciones financieras de desarrollo comunitario. Paralelamente al Grupo BBVA, BBVA USA también ha comenzado a trabajar para adquirir 500.000 dólares en material esencial y otros apoyos para la salud pública, incluyendo guantes, desinfectante de manos y mascarillas. El banco está trabajando para adquirir estos artículos para su distribución en abril y mayo.
Entre las principales iniciativas que la entidad ha hecho dentro de este marco destacan:
Campaña 1:1 de Matching: El Fondo de Compasión de BBVA, un fondo que nació para apoyar a los empleados tras el huracán Harvey, se ampliará con una contribución de 150.000 dólares del banco. Desde la entidad, también están animando a los empleados a hacer donaciones a este fondo, de tal forma que BBVA USA igualará sus contribuciones dólar por dólar, hasta un máximo de 100.000 dólares adicionales. Los fondos recaudados servirán para apoyar a los empleados de BBVA USA afectados por COVID-19.
Alivio de Renta: BBVA USA también está proporcionando ayuda para el alquiler a sus inquilinos en edificios propiedad del banco para el mes de abril. La ayuda incluye el alquiler, el mantenimiento de las áreas comunes, el estacionamiento y los servicios públicos. El banco continuará monitoreando la necesidad de apoyo adicional para el alivio de la renta.
Voluntariado virtual: Los voluntarios virtuales incluirán la asistencia a las reuniones de la junta directiva virtual de los socios, la instrucción de clases de educación financiera en línea y la tutoría a través de canales digitales.
Talleres virtuales del Centro de Educación Financiera: El Centro BBVA de Educación Financiera realizará una transición de sus talleres presenciales a la educación virtual, con especial atención a aquellos colectivos con ingresos bajos o moderados. El Centro está desarrollando nuevo material de educación financiera para abordar específicamente las necesidades de las comunidades afectadas por COVID-19, como la banca móvil y la gestión de la deuda. Los talleres virtuales comenzarán a principios de abril y se ampliarán en mayo
Beneficios para empleados y clientes
De cara a la gestión de sus empleados, BBVA US ha explicado que está ofreciendo asistencia en materia de seguros médicos, protección financiera y seguridad en el entorno laboral. Por ejemplo, está poniendo a su disposición asistencia médica telemática, además ha garantizado que los planes del seguro médico que tiene con sus empleados cubre totalmente las pruebas y tratamientos relacionados con el COVID-19.
Además de las prestaciones médicas, la entidad señala que está trabajando en modificar su programa de ahorro para la jubilación para permitir que los empleados que reúnan los requisitos necesarios y puedan acceder a un máximo de 100.000 dólares de sus cuentas 401, sin penalizaciones, por motivos relacionados con COVID-19.
«Me ha inspirado la profesionalidad y coraje de nuestros empleados para continuar con las operaciones del banco, mientras se adaptan a los cambios en el entorno laboral, personal y doméstico durante estos tiempos difíciles. El banco tiene la responsabilidad de protegerlos mientras que ellos, a su vez, protegen a nuestros clientes y aseguran la continuidad del negocio», ha destacado el responsable BBVA USA.
Por último y de cara los clientes, la entidad ha señalado que está adaptado su oferta para aquellas personas y empresas que han resultado afectadas por el COVID-19. “Esta pandemia nos da la oportunidad, como nunca antes, de vivir desde nuestros valores. Queremos poner nuestros puntos fuertes, nuestras habilidades y nuestros talentos a trabajar para mitigar el impacto económico y social de este brote, y lo estamos haciendo centrando todos nuestros esfuerzos colectivos y en lo que podemos hacer por nuestros empleados, clientes y comunidades», ha añadido Rodríguez Soler.
“La forma de acabar con la pobreza es a través de un modelo híbrido entre la filantropía y la inversión”, dice María Ángeles León, fundadora y directora de Open Value Foundation (OPV), en una entrevista publicada en la revista número 17 de Funds Society España.
Y es que filantropía, inversión y rentabilidad son tres palabras que ya se pueden decir en la misma frase gracias al modelo híbrido de Open Value Foundation (OVF). Una fundación que, bajo el principio de “la alegría de dar”, ha desarrollado un modelo que combina donaciones e inversiones con el objetivo de ayudar de manera sostenible a mejorar la vida de los más vulnerables y además obtener rentabilidad.
En 2008 se constituyó además el fondo de derecho luxemburgués Global Social Impact, el cual persigue un objetivo doble: por un lado, crear impacto allí donde la necesidad es mayor, y por otro, la generación de retornos financieros para sus inversores.
En marzo, en un entorno muy adverso que ha generado una extrema volatilidad en los mercados, los fondos españoles han experimentado un ajuste en su volumen de activos de 23.784 millones de euros, debido mayoritariamente a la pérdida de valor de las carteras (con una caída de rentabilidad del 6,4%), según los datos de Inverco.
Así las cosas, la última semana del mes ha suavizado las caídas registradas en las tres primeras semanas: en la última semana, los fondos registraron de hecho un crecimiento de más de 3.030 millones de euros, basado en revalorización de las carteras, ya que además durante la última semana apenas se registraron reembolsos.
“Esto demuestra que las decisiones precipitadas de desinversión a corto plazo pueden generar pérdida de oportunidades de rentabilidad para los partícipes”, explican en Inverco. “Cualquier estrategia de inversión debe tener un objetivo a medio o largo plazo, evitando el cortoplacismo que pueden provocar los acontecimientos de los mercados”, añaden.
En el mes, aunque todas las categorías experimentan retrocesos, con excepción de los fondos monetarios, los ajustes en las vocaciones con mayor exposición a acciones se suavizaron mucho en la segunda parte, matizan en la asociación. Con todo, la categoría más conservadora, la de los fondos monetarios, que actúa como valor defensivo en un entorno de extrema incertidumbre, fue la única que incrementó su volumen de activos en más de 500 millones de euros. No obstante, en la última semana de marzo se observó cierta “relajación” en las tensiones de semanas anteriores, y los partícipes empezaron a traspasar parte de sus participaciones en monetarios a otras categorías.
Reembolsos contenidos
A pesar de la incertidumbre general, y el comportamiento tan adverso de los mercados en marzo de 2020, los fondos de inversión registraron en el mes unos reembolsos netos de apenas el 2% del patrimonio (5.571 millones de euros), cifra muy inferior a la producida en situaciones adversas análogas (por ejemplo, 8.100 millones de reembolsos en octubre de 2008), explican en Inverco.
Esta cifra de 5.571 millones en salidas se compensa en parte con las suscripciones de enero y febrero, dejando los flujos negativos en el primer trimestre en 2.232 millones de euros. Esta cifra es un 38% inferior a la producida en el último periodo negativo de mercado (cuarto trimestre de 2018), explican en la asociación.
Según Inverco, conviene destacar la elevada utilización del mecanismo de traspasos durante el mes de marzo, que los fondos ponen a disposición de sus partícipes, y que les permite ajustar sin coste el riesgo de su cartera a las condiciones de los mercados, y que en entornos de alta volatilidad, como el experimentado en marzo de 2020, se configura como una herramienta de notable utilidad para el partícipe. Las suscripciones brutas durante mes (que incluyen los traspasos) se elevaron hasta los 13.348 millones de euros, cifra un 18% superior a la del mismo mes del año anterior.
Durante marzo, destacaron dos categorías cuya exposición a riesgo es totalmente opuesta: por una parte, los monetarios registraron 517 millones de euros de suscripciones netas positivas, en un entorno de elevada volatilidad. Por otro, los fondos de bolsa internacional experimentaron 1.062 millones de euros de suscripciones netas, destacando muy especialmente los fondos de renta variable internacional Estados Unidos, con unas suscripciones netas de 729 millones de euros. “Esta estrategia de inversión confirma la confianza del partícipe en los fondos, aumentando sus posiciones en fondos con mayor riesgo pero con un elevado potencial de revalorización, tras los ajustes de las primeras semanas del mes”, explican en Inverso.
Respecto a los reembolsos, las categorías más penalizadas en marzo fueron tanto los fondos de renta fija a corto plazo –en los que los partícipes buscan liquidez- como los fondos globales (1.590 y 1.417 millones de euros respectivamente).
Para el conjunto del año, los fondos de renta fija a corto plazo presentan unos reembolsos netos acumulados de 2.974 millones de euros.
La inversión colectiva retrocede un 5% en el mes
El volumen en conjunto de la inversión colectiva (fondos y sociedades) ha experimentado un ajuste en marzo del 5,4% (26.623 millones de euros), hasta los 468.721 millones de euros.
El número de cuentas de partícipes se situó en los 15.307.764, lo que supone un aumento del 0,4% con respecto a diciembre de 2019.