Foto cedidaClaudia Calich, directora de renta fija de mercados emergentes en M&G Investments. Foto: Claudia Calich, directora de renta fija de mercados emergentes en M&G Investments
Tradicionalmente, según indica Claudia Calich, directora de renta fija de mercados emergentes en M&G Investments, la renta fija de los mercados en desarrollo ha ofrecido a los inversores potencial de crecimiento atractivo y ventajas de diversificación.
Desde un punto de vista macroeconómico, además, la expansión del universo emergente ha continuado: mientras que los mercados desarrollados han crecido a bajo ritmo, las economías emergentes han aportado una proporción cada vez más grande del crecimiento del PIB mundial. Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), estos países representaban un 40% del PIB global en 2019 en dólares estadounidenses a precios actuales.
Por supuesto, se debe reconocer la amenaza que representa la pandemia de COVID-19 para el crecimiento mundial, que seguramente provocará un marcado descenso de la producción global en 2020 del que podrían resentirse especialmente las naciones emergentes. No obstante, pese a la enorme incertidumbre y lo fluido de la situación, en M&G no creen que el papel de los mercados emergentes como motor de crecimiento global vaya a verse afectado de medio a largo plazo.
Incorporar la evaluación ESG en los mercados emergentes
El abanico de condiciones económicas y políticas diferentes en los países emergentes ofrece oportunidades y ventajas de diversificación adicionales. A la hora de invertir en renta fija emergente en M&G suelen identificar ciclos económicos diferenciados, y optan por la estrategia más adecuada para el entorno específico de cada país. Además del análisis de valoraciones, el posicionamiento de cartera en los países que seleccionan refleja su expectativa de lo bien o no que podrán responder los emisores soberanos y corporativos a cambios en estos ciclos.
De este modo tratan de añadir exposición en el momento oportuno, seleccionando el punto de inflexión para capturar potencial al alza, o de reducirla si consideran que aumenta el riesgo de caídas. Este proceso también refleja la creencia de M&G de que un mandato muy flexible es crucial para explotar el rango completo de oportunidades que ofrecen las clases de activos de deuda soberana y corporativa de mercados emergentes, así como los mercados de divisas de estas regiones.
En general, en M&G piensan que no solo es posible encontrar oportunidades en economías que crecen o cuya situación está mejorando, sino también en aquellas que atraviesan fases difíciles y cuyo potencial todavía no está descontado en las valoraciones.
Anotaciones:
(1) Fuente: Banco de Pagos Internacionales (BPI), FMI, marzo de 2019. Datos disponibles más recientes.
Información importante:
Los inversores deben ser conscientes de que invertir en mercados emergentes conlleva una mayor probabilidad de sufrir pérdidas debido a mayores riesgos políticos, fiscales, económicos, cambiarios, regulatorios y de liquidez, entre otros factores. Podrían surgir dificultades en la compra, venta, custodia o valoración de inversiones en tales países.
El valor de los activos del fondo podría tanto aumentar como disminuir, lo cual provocará que el valor de su inversión se reduzca o se incremente. Es posible que no recupere la cantidad invertida inicialmente. Las rentabilidades pasadas no son un indicativo de las rentabilidades futuras.
Exclusivamente para inversores profesionales. Prohibida su posterior distribución. Ninguna otra persona o entidad debe utilizar la información contenida en el presente documento. Esta información no constituye una oferta ni un ofrecimiento para la adquisición de acciones de inversión en cualquiera de los fondos de M&G. Promoción financiera publicada por M&G International Investments S.A. Domicilio social: 16, boulevard Royal, L-2449, Luxembourg.
Las gestoras españolas han experimentado un fuerte descenso en cuanto al porcentaje que representan las retrocesiones sobre sus ingresos por comisiones de gestión: éste ha pasado del 64% en 2015 al 60% en 2017 y al 50% actual. “Sin duda, en este descenso ha influido la aplicación de MiFID II”, valoró Sebastián Albella, presidente de la CNMV, en el marco de la undécima edición del Encuentro Financiero organizado por Expansión y KPMG organizada recientemente, que dedicó su segunda jornada a la industria de gestión de activos.
Sobre los incentivos, denunció que existe “demasiada dispersión” del régimen aplicable en esta materia, tanto entre los países europeos como entre sectores. “El régimen de MiFID sobre incentivos es, además, demasiado complejo, y no solo para las entidades que operan en el sector, también para los supervisores”, indicó.
Albella repasó diferentes modelos, desde las prohibiciones totales, como las del Reino Unido u Holanda, hasta la introducción de supuestos de aumento de calidad del servicio, que es lo que permite continuar con un modelo de retrocesiones. “En España nos situamos en un punto intermedio ya que sí hemos cerrado la lista de supuestos de aumento de calidad del servicio que legitiman recibir incentivos, limitándolos a los tres que aparecen expresamente mencionados en la norma europea”, recuerda. Debido a esa heterogeneidad, la CNMV defiende una mayor armonización y simplificación del régimen europeo: “La máxima simplificación se conseguiría con una prohibición general a nivel europeo pero es muy poco probable en el corto/medio plazo, entre otras cosas por el impacto que podría tener en la industria. Desde luego, no detecto apetito por una prohibición en estos momentos en una clara mayoría de países”, indicó.
Lo que sí ve factible es una mayor armonización a nivel europeo en lo relativo a los supuestos de aumento de calidad del servicio. “No puede ser que tengamos mercados locales tan diferentes cuando estamos empeñados en construir un mercado de capitales europeo más integrado. También creemos que es conveniente huir de enfoques burocráticos en cuanto a la documentación y registro de las retrocesiones y su aplicación».
Y pide que el régimen se aplique de forma uniforme: «Desde luego es clave asegurar que los requisitos de transparencia en la materia se apliquen de modo general. Pienso en los productos propios de otros segmentos del sector financiero que compiten con los productos estrictamente de inversión”.
Albella también reconoció los esfuerzos de la industria para adaptarse al nuevo régimen de incentivos.
Liquidez en tiempos de pandemia
También en materia de regulación, se refirió a sus actuaciones en los últimos meses, marcados por la pandemia: “A nivel internacional los problemas (manifestados en forma de suspensiones de reembolsos básicamente) durante esta crisis se han centrado en dos tipos de fondos de inversión: los monetarios y los inmobiliarios y por diversas circunstancias no tenemos prácticamente este tipo de fondos en España”, recordó.
En España durante estos meses los trabajos principales de la CNMV han estado relacionados con la atención a las condiciones de liquidez de los activos de las carteras de los fondos y con la evolución de los reembolsos en las distintas entidades, todo ello en contacto con las gestoras y con el fin de seguir la situación y recordarles sus obligaciones y las herramientas de gestión de la liquidez que tenían disponibles. En este sentido, la CNMV dio indicaciones sobre la conveniencia, en ciertos casos, de valorar al precio bid o de aplicar esquemas de swing pricing.
En relación con las herramientas macroprudenciales disponibles cabe señalar la introducción, en el Real Decreto-ley 11/2020, de la posibilidad de establecer con autorización o por decisión de la CNMV de periodos de preaviso para los reembolsos sin sujeción a los requisitos de plazo, importe mínimo y constancia previa en el reglamento de gestión aplicables con carácter ordinario. “Afortunadamente no ha sido necesario hacer uso de esta herramienta”, indicó Albella.
Crecimiento de las sicavs
En su intervención, hizo balance de la evolución de las IICs, las gestoras en España (en junio de 2020 había registradas 124, 23 más que en 2016, aunque este año el número de gestoras se ha estabilizado) y también de la inversión alternativa, mostrando el reducido peso (del 1%) de los fondos de inversión libre sobre el patrimonio total de las IICs pero el crecimiento en el capital riesgo. “A lo largo de 2019 el patrimonio de las ECR registradas en la CNMV, fondos y SCRs, se incrementó un 24,2%, hasta superar los 13.000 millones de euros. No disponemos todavía de datos de patrimonio correspondientes a este año, pero todo indica que a lo largo de los ocho primeros meses de 2020 ha continuado el dinamismo en el sector: se han registrado en la CNMV 63 entidades más (55 vehículos de inversión y ocho gestoras). En estos momentos tenemos 226 fondos de capital riesgo, 173 SCRs. y 109 SGEIC”, indicó Albella.
Y también ha seguido habiendo movimiento en lo que se refiere a entidades de inversión colectiva cerradas no clasificadas como capital riesgo: 11 más en los ocho primeros meses de 2020, con lo que a 31 de agosto había registrados un total de 57 vehículos de esta categoría, que goza de la máxima flexibilidad en cuanto a política de inversión.
“En todo caso, la expansión durante los últimos años en lo que respecta a entidades registradas en la CNMV en el ámbito del capital riesgo, que ha de considerarse un fenómeno muy positivo para nuestra economía, se inscribe en el gran crecimiento del sector a nivel internacional”, matizaba Albella: “Cada vez es mayor el número de grandes gestoras y fondos de capital privado y capital riesgo activos a nivel internacional, y su interés por España ha sido muy visible durante la última década y sigue siendo muy relevante”.
Pixabay CC0 Public Domain. Sostenibilidad: una oportunidad de inversión global
El mundo actual se enfrenta a importantes desafíos. El primero es el cambio climático. Muchas personas en todo el mundo habrán sido testigos o habrán experimentado de primera mano los efectos del aumento de las temperaturas. El segundo es la ampliación de la desigualdad social: la creciente brecha entre «ricos y pobres» del mundo. Esto ha provocado una ira generalizada que, en algunos casos, ha desatado la agitación social y política. El tercero es el hecho de que estamos consumiendo recursos naturales a un ritmo sin precedentes. Estos problemas solo empeorarán si no actuamos. La pandemia del COVID-19 ha planteado preguntas urgentes sobre cómo interactúan las personas con la naturaleza y sobre cómo se gestiona la producción de alimentos para los seres humanos.
Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU
La mayoría de los países han reconocido la necesidad de actuar. 193 países adoptaron los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas en septiembre de 2015. Hay 17 ODS que, en conjunto, constituyen 169 objetivos individuales. Todos ellos proporcionan orientación a los gobiernos, las empresas y la sociedad civil sobre cómo identificar y perseguir las prioridades del desarrollo sostenible. Los ODS probablemente guiarán las políticas públicas y la asignación de capital del sector privado, como mínimo, hasta 2030.
Los ODS de la ONU son ambiciosos y se estima que serán necesarias unas inversiones anuales de entre 5 y 7 billones de dólares1. En este contexto, los gestores de activos globales -con más de 80 billones de dólares de activos bajo gestión2– tienen un importante papel que desempeñar.
Acuerdo de París
La mayoría de los países aceptan que décadas de empleo de combustibles fósiles han dañado el medioambiente. Las emisiones de gases de efecto invernadero en la atmósfera, vinculadas al consumo de petróleo y carbón, son una de las principales causas del aumento de la temperatura en todo el mundo. En 2015, más de 180 países alcanzaron el conocido como Acuerdo de París en la 21ª Conferencia de las Naciones Unidas (COP 21). Este es el tratado internacional sobre el clima más importante del mundo. Los firmantes coinciden en la necesidad de restringir los futuros aumentos de temperatura a «muy por debajo» de 2°C de los niveles preindustriales, con el fin de limitar los daños medioambientales y económicos.
Principios de las Naciones Unidas para la Inversión Responsable
Los Principios de Inversión Responsable (PRI) son otra iniciativa apoyada por las Naciones Unidas. Los propietarios y gestores de activos de todo el mundo tienen un importante papel que desempeñar en el apoyo a la sostenibilidad. Estos principios se concibieron para promover la inversión responsable como una forma de aumentar los beneficios y gestionar el riesgo. Alientan a los inversores institucionales a adoptar y demostrar medidas en cuatro esferas: inversiones, participación empresarial, divulgación de información sobre los inversores y promoción de políticas.
¿Por qué deberían estar interesados los inversores?
La inversión responsable que canaliza el capital privado hacia estrategias de inversión sostenibles ya no es algo que se refiera a activos que sólo son «agradables de tener». El análisis ambiental, social y de gobernanza (ESG) debe ser una parte integral de todas las decisiones de inversión. Las generaciones más jóvenes no quieren que sus inversiones causen daños irreparables a la sociedad y al medioambiente. Quieren ver algo que genere un resultado positivo y un retorno financiero.
La tecnología es un elemento de disrupción. Las redes sociales han creado conciencia de los problemas ambientales vinculados a las empresas petroleras y de gas y de los problemas de acceso a la medicina vinculados a las empresas farmacéuticas. Las preocupaciones de ética empresarial relacionadas con la industria bancaria y financiera también han estado en el foco de atención de dichos canales.
Sin embargo, la búsqueda de soluciones no puede depender solo de los inversores. Estos necesitan un marco claro en el que operar, por lo que los gobiernos deben pensar en las regulaciones. La sociedad civil debe desempeñar un papel en el cuestionamiento de las prácticas que son insostenibles.
Oportunidades surgidas del cambio climático
El cambio climático tiene importantes repercusiones para los inversores. Es probable que las empresas y las economías incurran en grandes costes durante la transición de los combustibles fósiles a las fuentes de energía con bajas emisiones de carbono. Además, habrá costes significativos derivados de los crecientes daños físicos vinculados al cambio climático y de las cuantiosas inversiones necesarias para limitarlos.
Los inversores necesitan entender cómo esos cambios afectarán al valor de sus inversiones. Esto implica obtener una profunda comprensión de cómo cada empresa está expuesta a cuestiones materiales relacionadas con el cambio climático y cómo abordarán dichos desafíos. Pero también hay oportunidades. La transición a una economía con bajas emisiones de carbono requerirá grandes cantidades de capital privado para construir la infraestructura de energía renovable, el transporte sostenible y para mejorar la eficiencia energética. Los inversores desempeñarán un papel fundamental en la asignación de este capital.
También existe una creciente necesidad de hacer que las empresas, las ciudades y los países sean más resistentes a los efectos del cambio climático. Pensamos que hay importantes oportunidades de adaptación en materia de infraestructura, gestión del agua y el suelo, y tecnología.
Tribuna de Amanda Young, Global Head of Responsible Investment de Aberdeen Standard Investments
1. UNPRI, Los inversores y los Objetivos de Desarrollo Sostenible, octubre de 2017
2. Aberdeen Standard Investments, Inversión de Impacto – Adoptar los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas en la inversión, febrero de 2018
Foto cedidaIván Sainz de la Mora liderará la firma.. ivan
Willis Towers Watson anuncia la renovación de su cúpula directiva en España, un movimiento que evidencia el firme compromiso de la firma por su operación en nuestro país en el contexto de la compra por parte de Aon, aún pendiente de aprobación por el regulador.
Willis Towers Watson ha designado a Iván Sainz de la Mora, hasta ahora director general de Willis Towers Watson España, remplazando a Alberto Gallego en la función de máximo responsable de la compañía en España. Este nombramiento refleja el compromiso de la firma de garantizar una coherente y fluida transición.
Licenciado en Derecho y MBA por el IE, Sainz inició su carrera profesional en Marsh & McLennan, trabajando durante varios años en sus oficinas de Nueva York. Se incorporó a Willis en 2007 como director de la Unidad de Grandes Cuentas y asumió posteriormente otras responsabilidades (Corporate, territorial de Galicia, Marítimo/Transportes, Líneas Financieras, Construcción, el Departamento Internacional, Ingeniería, Consultoría de Riesgos y Siniestros). Actualmente era, además de director general de Willis Towers Watson España, y miembro de su Comité de Dirección, responsable de la Región Madrid-Centro y del segmento Corporate Risk and Broking -CRB- Grandes Cuentas, Corporate, Líneas Financieras y Negocio internacional.
Sainz queda también designado como máximo responsable de CRB España, función que también desempeñaba Alberto Gallego. En este cargo, Sainz contará como adjunto con Ricardo Sanz, nuevodirector general de la firma en nuestro país, con responsabilidad específica en las Especialidades y las Regiones.
El movimiento de renovación incluye también el nombramiento de Jaime Nieto-Márquez como responsable de las áreas de Sales & Client Management y Marketing para España. Asimismo, José María García, actual responsable de Operaciones y Excelencia del área Health & Benefits de Willis Towers Watson para Europa Occidental, compaginará esta función con el liderazgo interino de la práctica Health & Benefits en España. Ambos remplazando a Ana Matarranz.
Cambios tras la operación con Aon
La renovación de la cúpula directiva en España se enmarca en la reciente dimisión de Jaime Castellanos, Antón Serrats, presidente y vicepresidente respectivamente del negocio de CRB en España, y Alberto Gallego, máximo responsable de la compañía en Iberia hasta la fecha. Las salidas coinciden con el anunciado proceso de combinación con Aon, aún pendiente de aprobación por el regulador, pero con previsiones de poder ser cerrado el primer semestre de 2021. Esta combinación haría más fuertes a ambas compañías, dando lugar al mayor broker de seguros del mundo -y España-, y suscita gran ilusión en ambas organizaciones, esperanzadas en que se produzca esa aprobación con el convencimiento de que les permitirá aunar fortalezas y capacidades para proporcionar el mejor servicio de sus clientes.
La esperada combinación con Aon, una vez el regulador la aceptara, reforzaría todas las capacidades y el excelente posicionamiento de la nueva compañía resultante, dotándola de nuevos recursos y fortalezas como una mejor posición y conocimiento del mercado, una experiencia reforzada, una mayor capacidad analítica debido a la combinación de tecnologías y consolidación de datos, aportando mayor valor a los clientes.
El ciclo electoral aumentará la volatilidad a corto plazo, pero no creemos que vaya a tener mucha influencia en las medias del mercado a largo plazo. Aunque todas y cada una de las elecciones presidenciales estadounidenses suscitan polémica, la carrera se antoja especialmente divisiva este año. La brecha entre los partidarios de ambos bandos es enorme, y Donald Trump y Joe Biden son polos opuestos en cuanto a enfoque, personalidad y comportamiento.
La retórica hostil podría aumentar la incertidumbre y el nerviosismo de los inversores a medida que se acerque el día de la votación. Recientemente constatamos este nerviosismo cuando el mercado reaccionó a la noticia de que el presidente Trump había dado positivo en el test de COVID-19. Pero, ¿qué significan realmente las elecciones para la economía, los mercados y los inversores?
En mi opinión, las elecciones provocan mucha volatilidad y nerviosismo antes de su celebración, pero no tienen una repercusión sustancial en la economía y los mercados financieros una vez celebradas. Gran parte de esa volatilidad temporal procede del hecho de que los políticos realizan declaraciones sobre medidas políticas y programas que en muy raras ocasiones podrán transformar enteramente en leyes. La dirección de la economía y del mercado a largo plazo responde a lo que sucede en la práctica, y, en este sentido, unas elecciones suelen ser casi irrelevantes para nuestra perspectiva a largo plazo.
Esto es así porque el comienzo de una nueva presidencia no suele traer consigo cambios de gran calado en la forma en la que funciona la economía estadounidense, incluso en casos de alternancia en el poder de un partido conservador a uno liberal, o viceversa. La preocupación de los inversores por un cambio radical era mayor cuando candidatos como Elizabeth Warren o Bernie Sanders parecían liderar las primarias del Partido Demócrata, si bien debemos precisar que desconocemos qué papel podrían desempeñar aún en la orientación de la política del partido.
En algunas cuestiones importantes, los dos partidos no se diferencian demasiado el uno del otro. La afirmación de que los republicanos son conservadores en materia de política fiscal, mientras que los demócratas son grandes gastadores, carece de fundamento real; ambos gastan con la misma convicción. Lo que ocurre, evidentemente, es que las fuentes de los ingresos tributarios y la asignación del gasto de cada uno son diferentes, pero el importe total de dinero que se destina a gasto no es, en mi opinión, sustancialmente diferente con un partido o con otro.
En lo que respecta a la rentabilidad del mercado, hemos visto a los mercados comportarse bien con presidentes republicanos y demócratas. De hecho, desde la presidencia de Truman justo después de la Segunda Guerra Mundial, solo Richard Nixon y George W. Bush experimentaron rentabilidades negativas durante sus mandatos. La reacción del mercado a esas administraciones tuvo menos que ver con la política económica y más con el escándalo del Watergate a principios de la década de los 70 y los terribles acontecimientos del 11 de septiembre de 2001, respectivamente.
Este año, sin embargo, como elementos añadidos están la posibilidad de una demora en declarar al vencedor o de un resultado electoral no aceptado por el perdedor. Si el margen por el que cualquiera de los dos candidatos ganase fuese amplio, no creemos que haya base sólida para sustentar una impugnación en el momento de las elecciones. Es importante distinguir entre la puesta en entredicho de los recuentos de votos en general, o de la inclusión de algunos votos por correo en particular, y el rechazo frontal a ceder el bastón de mando o aceptar la derrota.
Existe una gran posibilidad de lo primero debido a los recursos jurídicos que podrían alargarse durante el tiempo requerido para certificar el resultado electoral, lo que crearía un periodo de incertidumbre. Los precios de las opciones sobre índices con vencimiento tras el día de las elecciones reflejan que los inversores del mercado de renta variable están descontando una mayor volatilidad asociada a esta incertidumbre. Aunque no es lo ideal, tampoco es algo inédito en la historia del país, que cuenta con salvaguardas constitucionales para hacer frente a resultados inconclusos.
Dicho de otro modo, existen remedios para las situaciones que algunos predicen alrededor de estas elecciones, y en otras ocasiones en las que los resultados electorales se han demorado o han sido puestos en entredicho, hemos sido capaces de seguir adelante sin una disrupción política —o económica— significativa. Pero aunque creemos improbable que las elecciones tengan un impacto en la dirección global de los mercados, sí existirá algo de incertidumbre a corto plazo, y ciertamente determinados grupos industriales y compañías podrían verse afectados. Además, en nuestra opinión, los inversores deberían prestar atención a determinados factores y deberían adoptar ciertas medidas.
Evaluación de los posibles impactos
Si Biden se alza con la victoria como presuponen las encuestas, es importante examinar detenidamente su plan fiscal, que constituye una pieza clave de su plataforma (gráfico 1).
Su plan de revertir las rebajas fiscales de Trump, aplicar una escala de gravamen diferente por encima de un determinado nivel de ingresos y gravar las plusvalías de capital al tipo general de las rentas del trabajo provocará una gran actividad de negociación por motivos fiscales antes de las elecciones.
Cuanto más convencido esté uno sobre la victoria de Biden, más debería prepararse para materializar ganancias de inversión en 2020, y no esperar a 2021, si se quiere ahorrar impuestos. Dependiendo de las normas, podría ser mejor guardar pérdidas para 2021 en lugar de compensarlas automáticamente con ganancias en 2020.
Si bien la optimización de pérdidas fiscales y la materialización de ganancias de capital en el segundo semestre del año es siempre intensa, prevemos que sea mucho más significativa este año. Y ello podría repercutir en los sectores que han tenido las mayores ganancias, como el de la tecnología. Ahora bien, vemos estos meramente como factores generadores de volatilidad, y no como anunciadores de ningún giro drástico. No tienen por qué significar un cambio importante en la dirección a largo plazo o en la salud fundamental de ese sector particular o de otros sectores que también pudieran verse afectados.
La posible nueva estructura tributaria también repercutirá en las empresas
Con el plan de Biden, estimamos un descenso medio de los beneficios por acción de en torno al 5%, aunque no recaerá por igual sobre todos los sectores. En circunstancias más «normales», esto tal vez no parezca demasiado grave, pero superpuesto a una economía lastrada por la covid-19 en la que los beneficios son mucho más bajos que en 2019, deberíamos mantenernos atentos al impacto acumulado en los beneficios empresariales.
Este nivel de expectativas podría provocar una rotación en el mercado, pero no esperamos una debilidad generalizada. También es importante señalar que el plan fiscal que Biden ha preparado como parte de su campaña no es necesariamente el que se llevaría eventualmente a la práctica. En el actual entorno, una reforma fiscal profunda podría no ocurrir a corto plazo, sobre todo mientras el país siga teniendo que lidiar con el impacto de la pandemia. Habrá sectores ganadores y perdedores debido a cambios en la política económica. La energía, los servicios financieros y la atención sanitaria estarán probablemente entre los afectados.
El caso de la atención sanitaria es interesante: la expansión potencial de Medicare y Medicaid podría beneficiar al subsector de hospitales, pero las restricciones en los precios podrían pasar factura a los valores farmacéuticos. Otros sectores, tales como el de la energía o el financiero, se resentirán probablemente de cualquier aumento de la regulación, puesto que esta representa un coste para los negocios.
Podría ayudar a la seguridad de los productos y los lugares de trabajo, o a la conservación del medioambiente, pero lo que es indiscutible es que supone un mayor gasto para el balance de una compañía y podría afectar más a las pequeñas empresas que a las grandes que cuentan con los recursos para hacer frente a los requerimientos adicionales. Un mayor gasto para las compañías implica potencialmente menores rentabilidades para los accionistas. Así pues, acertar en la selección de valores y sectores concretos, en lugar de apostar por la dirección general del mercado, revestirá mucha importancia al invertir.
El comercio es otro importante factor económico y empresarial, y aquí las elecciones podrían tener cierto impacto. Si bien el Congreso posee la autoridad última para aprobar acuerdos en materia de comercio, el presidente tiene, en muchos casos, la facultad para gestionar las negociaciones y fijar aranceles y tasas. El papel personal del presidente es fundamentalmente diplomático, y es aquí donde los estilos de Trump y Biden entran en escena.
Aunque creo que la actual administración tiene muchos objetivos e intereses legítimos sobre la política comercial de EE.UU., el estilo negociador del presidente Trump ha generado tensión adicional, en particular con China. Un cambio de enfoque podría contribuir al establecimiento de relaciones globales más productivas, incluso si la esencia de las iniciativas y los objetivos en materia comercial no es en el fondo tan diferente.
El factor de la COVID-19: la incertidumbre política, agravada por la incertidumbre económica
Ya he comentado que los ciclos electorales no suelen tener una excesiva influencia en el comportamiento agregado de los mercados. Y en muchos sentidos, estas elecciones no son diferentes. Pero hay un sentido en el que no podrían ser más distintas: su celebración coincide con una pandemia mundial que ha hecho prácticamente parar en seco la actividad económica regular.
La volatilidad a corto plazo relacionada con las elecciones y los efectos estructurales en el mercado de la pandemia están, en la práctica, actuando a modo de amplificadores mutuos, y vivimos uno de los periodos más largos de volatilidad elevada continuada jamás registrados (gráfico 2).
La volatilidad implícita es una medida de cómo prevé el mercado que fluctúe anualmente el precio de los activos subyacentes. La volatilidad realizada es una medida histórica de la volatilidad observada utilizando un conjunto de datos para periodos consecutivos de tres meses.
Ahí es donde el compromiso con un apoyo fiscal adicional podría marcar una diferencia real. Pensemos en la actual crisis sanitaria como un abismo gigante. Al otro lado del precipicio no ocurre nada malo; allí, la actividad económica, de mercado y empresarial se ha reanudado. Pero hay que conseguir cruzar al otro lado sin caer en el pozo.
El estímulo fiscal a corto plazo es el puente, y cuanto mayor sea su duración, mayor será la probabilidad de suplir con éxito el bache de salud económica. Es aquí donde la composición de la Cámara y del Senado tienen un papel importante. Durante las primeras rondas de estímulo vimos una notable disposición al pacto por parte de los dos partidos, al que sucedió una mayor polarización partidista preelectoral que ha hecho descarrilar el apoyo continuado.
Una vez que las elecciones hayan pasado, será crucial que los líderes vuelvan a negociar programas capaces de apoyar a las personas, las compañías y los municipios más afectados por las restricciones de la covid-19. En la primera ronda, la velocidad fue crítica, pero el apoyo se distribuyó para demasiados fines. La segunda ronda deberá enfocarse de forma mucho más precisa, pero sigue habiendo una necesidad urgente de apoyo si deseamos que la recuperación sea sólida.
La economía y los mercados superarán este episodio
Durante las próximas semanas, el nerviosismo en torno a las elecciones irá sin duda en aumento, y las voces que alimentan la incertidumbre y la volatilidad se volverán cada vez más ruidosas. Las emociones están a flor de piel en ambos lados del arco político y la batalla por el próximo nombramiento para el Tribunal Supremo añadirá más leña al fuego.
Será importante que los inversores superen la tendencia inmediata a responder emocionalmente: aunque la volatilidad y la incertidumbre sean altas, tanto antes como después de las elecciones, la economía y los mercados conseguirán superar este episodio. Cuando cae una piedra en un estanque, se genera una primera onda muy grande pero luego las perturbaciones van remitiendo con bastante rapidez.
Columna de Colin Moore, director global de inversiones en Columbia Threadneedle Investments.
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Pixabay CC0 Public Domain. Invertir en un mundo de cambios
El próximo martes 10 de noviembre, Mark Carney, ex gobernador del Banco de Inglaterra, y el director general de Ninety One, Hendrik du Toit, se sumergirán en un debate sobre el papel de la inversión en la tarea de asegurar un futuro sostenible.
En este foro virtual, organizado por «Ninety One’s Investing for a world of change» y presentado en directo desde su estudio en Londres conectando con expertos de Nueva York, Ciudad del Cabo y Hong Kong, se cubrirán temas como las cinco tendencias que definirán el camino hasta 2030 y cómo éstas impactarán en las decisiones de inversión.
El evento comenzará a las 8:00 y terminará a las 11:30 (ET).
Para asistir es necesario registrarse en este enlace. Los inscritos recibirán el enlace de conexión conforme se acerque la hora de inicio.
Foto cedida. Invespective Live: ideas de inversión para 2021
Con la amenaza de nuevos confinamientos en toda Europa, parece cada vez más claro que no hemos dejado atrás al COVID-19. La pandemia ha provocado cambios sísmicos en la forma en la que vivimos, trabajamos y pensamos, mostrando nuevos desafíos, generando preguntas y también oportunidades potenciales muy importantes para los inversores.
Para escuchar las opiniones y análisis de expertos de primer nivel, Invesco celebra Invespective Live, un evento online que tendrá lugar los días 10 y 12 de noviembre. El principal ponente será Jean-Claude Trichet, ex presidente del Banco Central Europeo (BCE), que hablará sobre su visión de la situación económica y la política monetaria. También estará presente José Manuel González Páramo, que ha sido, entre otras cosas, miembro del Comité Ejecutivo del BCE y consejero ejecutivo del BBVA.
Asimismo, el evento contará con un panel de gestores, expertos y líderes de opinión, como John Greenwood, economista jefe de Invesco, Andy Blocker, director de Relaciones Institucionales con el Gobierno de EE.UU., Paul Read, codirector de Renta Fija de Henley, Stephanie Butcher, CIO de Henley, Catherine De Coninck-Lopez, responsable global de ESG, Simon Redman, director general de Carteras de Clientes de Invesco Real Estate, y gestores de fondos como Luke Greenwood, Hemant Baijal oIdo Cohen, entre otros.
El martes 10 se celebrará entre las 10.30 y 13.00. El jueves comenzará a las 09:30 y finalizará a las 12:30.
La asistencia será válida por 5 horas de formación para las recertificaciones de EFPA y habrá traducción simultánea durante todas las conferencias.
Para asistir es necesario registrarse en este enlace.
Foto cedidaGabriela V. Orille, co CEO de MyInvestor.. gab
MyInvestor, el neobanco participado por Andbank España, El Corte Inglés Seguros, AXA España y varios family offices, celebra el éxito de sus carteras de fondos indexados –gestiona más de 1.000 en apenas cuatro meses- con el lanzamiento de la Cartera Heavy Metal, que invierte el 100% del patrimonio en renta variable a través de fondos indexados de Vanguard y iShares.
Es la cartera de mayor riesgo y, por tanto, con mayor potencial de revalorización. Hasta ahora, MyInvestor contaba con cuatro carteras –Clásica, Pop, Indie y Rock- con diferentes niveles de riesgo, en función de la exposición a renta fija y renta variable.
MyInvestor aplica una comisión anual de gestión del 0,15% y de custodia del 0,15%, IVA incluido. A ello se sumarían las comisiones implícitas de los propios fondos que componen la cartera, que oscilan entre un 0,10% en la Cartera Clásica –producto con menor riesgo- a 0,17% en la cartera Heavy Metal –más riesgo-. En total, los costes totales anuales para el cliente varían entre el 0,40% y 0,47% de su inversión.
Las carteras de fondos indexados están disponibles desde 1.000 euros y se adaptan a los objetivos y necesidades de cada cliente, que deberá realizar un sencillo test online para averiguar qué modelo de cartera es el que mejor se ajusta a su perfil de riesgo. Además, permiten realizar aportaciones periódicas a partir de 150 euros, traspasar toda la cartera sin impacto fiscal a otros productos de inversión y retiradas parciales del capital invertido.
Para escalar su crecimiento y premiar a sus clientes, el neobanco ha activado un plan de prescripción mediante el cual los clientes actuales del banco que animen a sus amigos a abrirse una cartera de fondos indexados recibirán hasta 300 euros en efectivo -30 euros por un máximo de 10 amigos que contraten la cartera indexada- y un año sin comisiones de gestión hasta 10.000 euros en las carteras de fondos indexados. Tanto del abono de los 30 euros como de la exoneración de las comisiones de gestión se beneficiarán tanto el cliente actual como el invitado. El invitado, por su parte, puede invitar a nuevos amigos para llevarse otros 300 euros.
Gabriela V. Orille, co CEO de MyInvestor, señala que “el lanzamiento de la Cartera Heavy Metal ha sido la respuesta directa a la demanda de nuestros clientes que, al estrenar nuestras primeras cuatro carteras de fondos indexados, mostraron gran interés por una alternativa de alto riesgo y así nos lo hicieron saber a través de redes sociales. La bolsa es el activo más rentable en el largo plazo, pero hay que ser conscientes de los riesgos”. Junto a ello, la directiva anima a los clientes a beneficiarse de las excepcionales condiciones de nuestros productos y del plan de fidelización. “No sólo ofrecemos las comisiones más bajas del mercado, sino que ahora, además, los clientes y sus amigos pueden disfrutar de un año sin comisiones de gestión y llevarse hasta 300 euros”.
MyInvestor está registrando un fuerte crecimiento. La cifra de negocio –incluye saldo de ahorro, productos de inversión y préstamos hipotecarios- ha pasado de 145 a 650 millones en los últimos 12 meses, lo que supone multiplicar su negocio por 4,4 o, lo que es lo mismo, crecer un 330%.
La sociedad independiente de asesoramiento patrimonial Orienta Capital ha fichado a Mikel Artetxe para impulsar la expansión de la firma en Guipúzcoa. Artetxe era desde 2014 el director de Bankinter Banca Privada en este territorio y su incorporación representa un fortalecimiento del equipo de la firma para desarrollar su proyecto en Guipúzcoa. Se une a Jokin Ubillos y a José Ignacio Esnal para liderar el crecimiento de Orienta Capital en este territorio.
Licenciado en Administración y Dirección de Empresas por la Universidad de Deusto, cuenta con Master de especialidad en contabilidad y finanzas por la Universidad de Deusto, Máster Especialista en Banca Privada por AFI, y es European Financial Advisor (EFPA).
Hasta su incorporación en Orienta Capital y antes de llevar las riendas de la división de banca Privada en Bankinter-Guipúzcoa, dirigió el área de banca privada en el Sabadell-Guipuzcoano y posteriormente Sabadell-Urquijo. En 2010, durante su etapa como director de inversiones de Guipuzcoana SGIIC, recibió el reconocimiento de Citywire como uno de los mejores gestores de fondos en España y Europa y calificado con AA.
Esta incorporación se enmarca en los objetivos prioritarios del plan estratégico de Orienta Capital, definido para el periodo 2019-2022, que persigue potenciar los reclutamientos de profesionales de asesoramiento patrimonial para reforzar la estructura y ampliar su presencia geográfica; todo ello con objeto de impulsar el crecimiento de la firma y fortalecer el proyecto a medio y largo plazo.
Con este nuevo fichaje, Orienta Capital está integrado actualmente por un equipo de 57 profesionales y gestiona un volumen de fondos patrimoniales de 1.720 millones de euros. Tiene oficinas en Bilbao, Madrid y San Sebastián, y delegaciones en Murcia, Pamplona, Valencia y Vitoria.
Pixabay CC0 Public Domain. Rentamarkets apuesta por valores con sesgo de calidad en renta variable y deuda de tecnológicas en renta fija
Los gestores de Rentamarkets prevén un nuevo incremento de la volatilidad en la parte final del año debido a una combinación de sorpresas macro negativas, la segunda ola de rebrotes y la incertidumbre sobre la aprobación de una vacuna contra el COVID-19. De igual modo, esperan que en el mercado puedan incidir acontecimientos geopolíticos, como las elecciones presidenciales en EE.UU. y la negociación del Brexit, junto a un parón en seco de la mejoría de la liquidez.
En este contexto, la entidad apuesta por negocios de calidad comprados a un precio razonable para sus carteras de renta variable, y por bonos de elevada calidad crediticia en sectores como el tecnológico o el energético para renta fija.
Para Ignacio Fuertes, socio y director de inversiones de Rentamarkets, “tras una intervención sin precedentes, tanto de política monetaria como fiscal, por los principales bancos centrales, los activos financieros se vuelven a encontrar valorados para un escenario ideal (lo que en el mundo anglosajón se denomina «price for perfection»). Es posible que en lo que queda de año, veamos un mercado dominado por un retorno de la volatilidad ante las incógnitas que se presentan”.
Fuertes explica que en la firma han optado por reducir momentáneamente la exposición al riesgo en general. “Con respecto al crédito, reducimos la exposición a aquellos sectores que más dudas generan en términos de generación de flujos de caja, mientras en renta variable, decidimos más bien reducir la beta de mercado”, aclara.
“Las variaciones que hemos experimentado en las cotizaciones de ciertos activos y segmentos no son sino el resultado de unas valoraciones elevadas y una falta de liquidez permanente, lo cual nos hace prever un retorno de los episodios de volatilidad”, sentencia Fuertes.
Estrategia en renta variable y fija para el segundo semestre
José María Díaz y Juan Díaz-Jove, cogestores de Rentamarkets Narval FI, fondo de renta variable de la firma, que ha conseguido una rentabilidad en torno al 6% en lo que va de año, son optimistas con su selección de valores en cartera, aunque sin ignorar que “los riesgos aún son altos”.
La cartera de Narval FI está estructurada en torno a empresas que son estratégicas para los gestores, con un sesgo de calidad, y que representan el 90% del capital. Entre ellas, compañías de sectores defensivos, como Alcon o Bunzl, y cíclicas, como Nokian Tyres o Ashtead. Las empresas defensivas suponen un 42% del núcleo de la estrategia, mientras que las cíclicas pesan un 47%.
“Diversificamos el núcleo de Narval por dos motivos. Primero, porque esto impide que una pérdida individual sea inasumible para el resto de la estrategia y lastre al total del fondo. Y segundo, porque permite combinar la robustez de las empresas defensivas con la mayor rentabilidad esperada de las cíclicas”, explican los gestores.
A su vez, este núcleo está rodeado por posiciones satélite más tácticas y con mayor rotación, que suponen el 10% de las inversiones. En esta categoría entran valores como Inchcape o Electrolux. Durante el tercer trimestre, el núcleo defensivo y las posiciones satélites generaron pérdidas, mientras que el núcleo cíclico aportó toda la rentabilidad de la cartera más que compensando a las dos anteriores.
Por su parte, Rentamarkets Sequoia FI, que gestiona de manera dinámica una cartera formada por crédito corporativo y deuda gubernamental, apuesta en la actualidad por bonos de elevada calidad crediticia como son los del sector tecnológico (Amazon, Alibaba, Apple o Tencent) o energético (Shell, Equinor o Total). Dicho esto, Fuertes indica que ha aprovechado el arranque de septiembre para vender posiciones en sectores de mayor beta (hoteles, aerolíneas, automóviles…), pero también para liquidar posiciones en CoCos y deuda IT-2 de entidades europeas, de modo que la posición de liquidez se ha incrementado hasta suponer el 41% de la cartera. Al mismo tiempo, ha reducido la duración a 1,5 años, “dada la poca protección que aporta a estos niveles”.
Todos los fondos de la firma, en positivo en 2020
Rentamarkets ha completado el tercer trimestre del año con todos sus fondos en positivo, muy por encima de la media del mercado, situándose como la única firma del país en lograrlo a pesar de la crisis del COVID-19. Rentamarkets Narval FI generó un rendimiento del 1,81% en el tercer trimestre de 2020, alcanzando un rendimiento en el año del 5,39%, frente a los principales índices europeos, ya que el Stoxx600 acumula pérdidas del 11,56% en el mismo periodo y el EuroStoxx 50, un -12,58%. Rentamarkets Sequoia FI sumó un 1,90% en el tercer trimestre y en el año avanza un 6,13%, que le sitúa a la cabeza por rentabilidad de su categoría Morningstar.
Máxima prudencia también en la gestión de carteras
Rentamarkets dispone de un Servicio de Gestión de Carteras (GDC) comandado por el selector de fondos Juan Pablo Calle. Actualmente ofrece cuatro tipos de carteras por perfil de riesgo: Activa, Dinámica, Moderada y Conservadora. Calle incide sobre la importancia de los beneficios aportados por la diversificación, especialmente “en estos momentos de incertidumbre reflejados en la diferencia de rentabilidades de las clases de activo y zonas geográficas”.
El experto recomienda asimismo un posicionamiento cauto, “sobre todo teniendo en cuenta que la vuelta de verano vino acompañada con un aumento de las infecciones por COVID-19 a nivel europeo y global que está provocado dudas sobre la velocidad de la recuperación económica, especialmente en algunos sectores de la economía”, factor al que añade el incremento de la volatilidad como consecuencia de la incertidumbre en el frente político, “sobre todo las elecciones americanas”. Como resultado, las carteras se han rotado con mayor frecuencia de la habitual en 2020 para poder adaptarse a los fuertes vaivenes que ha experimentado el mercado.
La asignación actual está dando mayor peso a fondos que sean muy flexibles en su gestión, con preferencia en renta variable por fondos globales capaces de adaptar sus inversiones a diferentes zonas geográficas o sectores y, en renta fija, por fondos que invierten en deuda corporativa y con duraciones medias. A cierre de septiembre las rentabilidades de las carteras estaban en positivo o ligeramente en negativo, dependiendo del perfil de riesgo.