Pixabay CC0 Public Domain. DWS dona 100.000 euros a Acción contra el Hambre para luchar contra los efectos del coronavirus
Con el objetivo de mitigar los efectos económicos causados por la pandemia del COVID_19 en España, DWS donará 100.000 euros a la ONG Acción contra el Hambre. Estos fondos irán destinados a diferentes proyectos orientados a favorecer la empleabilidad y la inclusión socio laboral de las familias particularmente vulnerables en esta situación.
Para concretar este objetivo en acciones específicas, Acción contra el Hambre repartirá tarjetas de ayuda solidaria para alimentar a 80 familias españolas que se encuentren en una situación de extrema necesidad. Además, se pondrán en marcha tres programas de empleo para el segundo semestre del 2020 orientados a mitigar la desigualdad y la pobreza, aumentando las oportunidades para encontrar un empleo a través del autoconocimiento, la motivación y la mejora de las competencias y habilidades. Por último, se pretende reducir la brecha digital de 65 familias para que puedan adaptarse al confinamiento y mitigar el riesgo de exclusión social proporcionando acceso a la tecnología.
Olivier Longué, director general de Acción contra el Hambre, asegura que su compromiso es “acabar con el hambre”. “Vemos cómo esta crisis sanitaria se ha convertido en una amenaza socioeconómica para las personas más vulnerables en todo el mundo. En España, gracias a DWS, vamos a poder ayudar a familias que nos necesitan para adquirir bienes básicos como alimentos”, asegura Longué. Además, el director general de Acción contra el Hambre asegura que, a través de estos fondos, trabajarán para fomentar el empleo, el emprendimiento y facilitar el acceso a la conectividad.
“El compromiso de DWS con la sociedad española, con casi 30 años de historia en el país, se ve reforzado todavía más en estos días. Nuestra responsabilidad va allá de proveer de productos y servicios, en estos momentos debemos también contribuir a la recuperación económica y social de nuestro país”, añade Mariano Arenillas, director general de DWS Iberia.
Una respuesta global a través de diferentes ONG
“En estos momentos tan complicados para todos es nuestro deber intervenir y apoyar directamente a las familias más vulnerables en esta crisis sanitaria”, asegura Asoka Woehrmann, CEO de DWS. Esta iniciativa se enmarca en el compromiso de la gestora de donar 1 millón de euros a diferentes organizaciones sin ánimo de lucro en aquellos países del mundo en los que opera y cuyas familias han sido especialmente golpeadas por la pandemia.
La donación de DWS se articula globalmente a través de diferentes ONG que trabajan para erradicar el hambre en el mundo. En particular, en Reino Unido el donativo irá destinado a la organización Feeding Britain y en Estados Unidos a través de Feeding Americas. Por su parte, en la India, uno de los países más afectados por esta crisis sanitaria el destinatario será la fundación Akshaya Patra. Por último, también los bancos de comida alemanes se beneficiarán de estas donaciones. Todas estas organizaciones benéficas han sido elegidas por los empleados de la gestora.
Pixabay CC0 Public DomainVictor Garcia. Victor Garcia
Tras un primer trimestre en el que la irrupción del coronavirus ha tenido profundas consecuencias en la economía real y en los mercados financieros, con un impacto similar tanto en el crédito como en la renta variable, para la segunda mitad del año, T. Rowe Price espera una recuperación más desigual, algo que a juicio de la gestora internacional de origen estadounidense no debería sorprender a los inversores. Cualquier avance adicional en los mercados dependerá de la evolución del coronavirus y de la recuperación económica. Así, en T. Rowe Price creen que los comportamientos dispares crean oportunidades para añadir valor, pero que ello requerirá un análisis minucioso.
El estímulo fiscal y monetario pareció evitar lo peor en los mercados de capitales desde la expansión del coronavirus por todo el mundo. Pero con la reapertura gradual de las economías, en la opinión de T. Rowe Price, la sostenibilidad de la recuperación dependerá del control del virus en el segundo semestre de 2020 y después.
“Los inversores deberían prestar atención a si se produce una segunda ola de contagios a medida que las economías se reabren”, previene Robert W. Sharps, director de inversiones (CIO) del grupo y responsable de inversión. Y añade que las expectativas de que una vacuna pueda desarrollarse y administrarse de forma relativamente rápida podrían ser demasiado optimistas. Tampoco está claro cuándo podrían estar disponibles las terapias con fármacos eficaces. “Hay mucha incertidumbre sobre esa clase de solución”.
Ante la incertidumbre, las rentabilidades de los activos probablemente sigan siendo desiguales entre diferentes países, sectores, industrias y empresas, lo que genera potencial para añadir valor con un enfoque de inversión estratégica, pero requiere un análisis cuidadoso para detectar las oportunidades y gestionar el riesgo. “Los inversores tendrán que cavar muy profundo para encontrar los brotes verdes de la recuperación a nivel local”, señala Mark Vaselkiv, director de inversiones (CIO) de renta fija.
En este contexto, podría ser especialmente difícil interpretar los parámetros de valoración, advierte Justin Thomson, director de inversiones (CIO) de renta variable internacional. “Las valoraciones de mercado en general nunca han sido han sido tan irrelevantes, debido a la enorme divergencia entre las empresas que saldrán beneficiadas o perjudicadas por los cambios”.
“Esta situación es muy distinta al auge tecnológico que vivimos hace 20 años”, sostiene Thomson. “Los ganadores actuales están respaldados por unos balances con un flujo de caja superior y abundante liquidez”.
Puntos clave:
La sostenibilidad de los repuntes de los mercados de renta variable y crédito dependerá de la evolución del coronavirus y la fortaleza de la recuperación económica.
La pandemia parece haber acelerado como mínimo unos años el crecimiento y el dominio en el mercado de las grandes compañías de plataformas tecnológicas.
Es probable que el crédito corporativo ofrezca las oportunidades más atractivas a los inversores en renta fija, pero la gran dispersión requiere ser selectivos.
En T. Rowe Price creen que la pandemia podría agravar los riesgos políticos en algunos países y provocar una importante reevaluación de las finanzas corporativas y las cadenas de suministro.
La senda hacia la recuperación
Aunque la pandemia de coronavirus asestó un fuerte golpe a la economía mundial, los mercados de renta variable y crédito repuntaron considerablemente en el segundo trimestre hasta mediados de junio. Ahora la cuestión principal es si esos repunten han sido precipitados.
Aunque la pandemia de coronavirus asestó un fuerte golpe a la economía mundial, los mercados de renta variable y crédito repuntaron considerablemente en el segundo trimestre hasta mediados de junio. Ahora la cuestión principal es si esos repunten han sido precipitados, afirma Sharps.
“En cada crisis económica, llega un momento en que los mercados empiezan a anticipar la mejora”, apunta Sharps. “Dada la aparente ralentización de la propagación del virus y la reapertura de muchas empresas, no me sorprende demasiado que los mercados hayan dejado muy atrás sus mínimos”.
Los recientes indicios de que el empleo está repuntando en EE. UU. más rápido de lo esperado ante la recuperación gradual de la economía constituyen un “brote verde” importante que ha impulsado los rendimientos de los bonos del Tesoro a 10 y 30 años ligeramente al alza, según Vaselkiv.
Dicho esto, las perspectivas de beneficios a corto plazo siguen siendo sombrías. Mientras que las previsiones de consenso de principios de año apuntaban a un crecimiento económico global de en torno al 3%, las estimaciones actuales apuestan por una caída del 3% en el conjunto del año, según Thomson.
Teniendo en cuenta el apalancamiento operativo, eso podría suponer una caída de los beneficios corporativos de entre el 50% y el 60%. “Seguimos en una fase muy temprana de la recuperación”, advierte Sharps, “pero creo que el segundo trimestre habrá sido el más difícil para la actividad económica y los beneficios”.
La pregunta clave, según Sharps, es cuánto tiempo tendrá que pasar para que las empresas recuperen la suficiente capacidad de generar beneficios para justificar los niveles de valoraciones actuales, compensando a los inversores por el riesgo de que una recuperación económica podría no avanzar de forma tan rápida o uniforme como se espera.
El estímulo fiscal y monetario no puede hacerlo todo
En gran medida, el repunte de los activos de riesgose ha debido a dosis masivas de estímulo fiscal ymonetario, que han sido incluso superiores a las de lacrisis financiera global de 2008 y 2009. SegúnThomson, esto ha propiciado una pugna entre laabundante liquidez y el desplome de los beneficios. Yadvierte de que esto podría generar una mayorvolatilidad de mercado.
Aunque el estímulo fiscal ymonetario ha impulsado los mercados globales, haylímites sobre lo que los gobiernos pueden hacer parasostener la recuperación:
En EE.UU., gran parte de los fondos de estímulo entregados directamente a ciudadanos estadounidenses de renta baja y media en abril parece haberse destinado al ahorro, según Vaselkiv. Esto podría frenar una recuperación del gasto, que supone normalmente en torno al 70% del producto interior bruto (PIB) de EE.UU.
Aunque el presidente francés Emmanuel Macron y la canciller alemana Angela Merkel han propuesto un fondo de recuperación europeo para financiar el estímulo fiscal a nivel de toda la UE, su aplicación exigirá la aprobación unánime de todos los países miembros de la UE, según Thomson.
Muchos países de los mercados emergentes no tienen la fortaleza económica y financiera para afrontar un estímulo fiscal masivo, añade Thomson. Dado que los activos de riesgo descuentan ya gran parte de las ventajas esperadas del estímulo, para que los mercados generales suban, los fundamentales económicos tendrán que tomar el relevo, afirma Sharps. “Pienso que la situación será más complicada a partir de ahora”.
Una disrupción acelerada
Las consecuencias económicas y sociales de la pandemia parecen haber acelerado el auge de las plataformas tecnológicas dominantes en el comercio minorista, las redes sociales, la transmisión en streaming de contenidos y las teleconferencias. Es probable que esta tendencia amplíe la brecha entre sectores y empresas que se benefician de la disrupción y las que se ven perjudicadas.
Los analistas de T. Rowe Price están evaluando cuidadosamente las empresas para determinar cuáles creen que tienen un balance sólido para sobrevivir a la pandemia y cómo esto podría afectar a la recuperación de los mercados de renta variable y crédito. “Los cambios de los últimos meses en la forma en que trabajamos, socializamos y nos entretenemos han producido un avance de varios años en los fundamentales de las grandes compañías de plataformas tecnológicas”, comenta Sharps.
En los cinco primeros meses de 2020, apunta Sharps, la tecnología ha sido el sector que mejor se ha comportado en el índice S&P 500, mientras que el sector energético —lastrado por el desplome de la demanda y una guerra de precios entre Rusia y Arabia Saudí— fue el peor. Según Sharps, los mayores gigantes tecnológicos de megacapitalización parecen bien posicionados para beneficiarse de la aceleración de la disrupción.
Juntos, los cinco mayores valores tecnológicos estadounidenses por capitalización bursátil —Microsoft, Apple, Amazon, Facebook y Google— cuentan con más de 500.000 millones de dólares estadounidenses en reservas de liquidez, lo que les permitiría comprar start-ups o empresas más jóvenes con dificultades para obtener financiación en un entorno de tensión.
En T. Rowe Price creen que las grandes plataformas tecnológicas no solo tienen la capacidad de seguir incrementando los beneficios y el flujo de caja en un contexto económico difícil, sino también oportunidades para arrebatar cuota de mercado a competidores más débiles, como minoristas físicos. Los gigantes tecnológicos pueden atraer a mejores desarrolladores de software, ingenieros y empresarios, afirma Sharps.
El liderazgo del mercado sigue siendo estrecho
Según Sharps, en adelante la disrupción y la pandemia probablemente sigan favoreciendo a las cinco grandes plataformas tecnológicas estadounidenses, que, a principios de junio, suponen ya más del 20% de la capitalización bursátil del índice S&P 500, más que los 340 componentes más pequeños del índice juntos.
Mientras tanto, varios sectores con un gran peso en el universo value —como energía, transporte y finanzas— se han visto muy perjudicados por la crisis. “Amplios segmentos del mercado aún no se han recuperado”, afirma Thomson.
Aunque las noticias económicas mejores de lo esperado han provocado una vuelta hacia algunos de los sectores con dificultades —del growth al value, de los valores de gran capitalización a los de pequeña capitalización, y de las acciones de EE. UU. a las de otros países— a principios de junio, para que la reversión siga adelante hará falta que la inflación repunte y el dólar estadounidense se debilite, señala Thomson.
Un enfoque en la calidad crediticia
Los daños económicos provocados por elcoronavirus situaron en el foco la calidad crediticia enla primera mitad de 2020, ya que los inversores enrenta fija buscaron refugio en la deuda pública y otrosactivos investment grade de mayor calificación.
Aunque los diferenciales de crédito se han reducidodesde los peores niveles de marzo, siguen amplios yvolátiles, apunta Vaselkiv. Sin embargo, al igual queen los mercados de renta variable globales, la rentabilidad ha sido muy desigual.
En el mercado del high yield, los diferenciales de los rendimientos de los bonos con calificación BB, considerados defensivos, han caído a los niveles anteriores a la crisis. Aun así, algunos “ángeles caídos” —empresas que han perdido recientemente su calificación investment grade— se han visto obligados a vender bonos con rendimientos de hasta el 9% para apuntalar sus balances. En este entorno, los inversores deben analizar cuidadosamente el valor relativo caso por caso, asegura Vaselkiv.
En sus pronósticos de las tasas de impago potenciales, los analistas de T. Rowe Price han dividido el universo high yield en tres grupos amplios, afirma Vaselkiv:
Sectores como aerolíneas y compañías de cruceros que se enfrentan a riesgos existenciales. Algunos de estos emisores probablemente sufrirán una reestructuración con o sin quiebra. Varias compañías energéticas también podrían entrar en esta categoría si los precios del crudo se mantienen por debajo de los 40 dólares el barril.
Sectores cíclicos, como los fabricantes de automóviles y viviendas, cuyos ingresos y beneficios se han desplomado, pero cuyas nuevas emisiones de bonos pueden ayudarles a avanzar hacia la recuperación.
Sectores bien posicionados para beneficiarse de los cambios en el comportamiento de los consumidores. Incluye algunas empresas de medios de comunicación, restaurantes de servicio rápido y cadenas de supermercados.
Muchos gestores de renta fija ya se han pasado a sectores bien posicionados y actualmente están aumentando de forma prudente sus exposiciones cíclicas, afirma Vaselkiv. El comportamiento de esta última categoría en la recuperación determinará el pico de la tasa de impagos del universo high yield en su conjunto. Una tasa global de alrededor del 10% parece asegurada, añade.
El crédito corporativo sigue siendo el tema dominante
Las oportunidades atractivas en renta fija parecenrelativamente limitadas en el segundo semestre, enopinión de Vaselkiv. Los activos defensivos, como losbonos del Tesoro de EE. UU. y otros títulos de deudasoberana, los bonos municipales con calificaciónAAA, e incluso algunos sectores titulizados de altacalidad, son caros y vulnerables a una mayor subidade los tipos de interés si la recuperación se producemás rápido de lo esperado o se generaliza unavacuna.
En los mercados emergentes de renta fija, algunas operaciones específicas resultan atractivas, pero el sector en su conjunto parece sometido a fuertes presiones por la pandemia y, en algunos países, como Brasil, por un mal liderazgo político, señala Vaselkiv. Las tasas de impago de la deuda pública han aumentado.
Medidas, política y populismo
Aunque la crisis del coronavirus dominó la agenda política en la primera parte de 2020, los inversores tendrán que estar atentos a muchos otros riesgos —algunos probablemente agravados por la pandemia— en la segunda mitad. Entre ellos están las crecientes tensiones entre EE. UU. y China, la inestabilidad social, la oposición a la globalización económica y las elecciones estadounidenses previstas para noviembre.
Incluso antes de que el coronavirus afectase a sus operaciones, las presiones proteccionistas ya cuestionaban la capacidad de las multinacionales para beneficiarse de las economías de escala globales, apunta Sharps.
Ahora, tras ver los estragos provocados por la pandemia en las cadenas de suministro, los propios directores de las empresas probablemente harán hincapié en la resiliencia por encima de la eficiencia, aunque suponga una reducción de los beneficios.
Las ventajas económicas son demasiado atractivas para que la globalización dé marcha atrás, sostiene Sharps. “Pero si a ello le añadimos las continuas tensiones comerciales entre EE. UU. y China, la tendencia a reevaluar las cadenas de suministro globales parece inevitable”.
Thomson afirma mostrarse optimista en que EE. UU. y China darán un paso atrás en su guerra comercial, reduciendo una amenaza potencial para la recuperación económica global. Sin embargo, prevé que la competición a largo plazo por el domino de sectores tecnológicos fundamentales probablemente.
Por lo que respecta a los balances corporativos, este nuevo énfasis podría suponer un menor apalancamiento, una mayor liquidez y unas prácticas de financiación más conservadoras. Las recompras de acciones, que han sido un factor clave de apoyo para los precios de las acciones en los últimos años, podrían reducirse.
A nivel operativo, el “abastecimiento cercano” —situar la producción en los mercados de los usuarios finales o cerca de ellos— podría convertirse en una prioridad, en lugar de recurrir a los mercados con los menores costes laborales genere continuos roces entre ambos gigantes tecnológicos.
Hong Kong, región administrativa especial de China, se encuentra en medio de esas tensiones, señala Thomson. Sin embargo, mientras que los críticos occidentales condenan los esfuerzos de Pekín por aprobar una nueva ley de seguridad para la ciudad, Thomson prevé que China no impondrá directamente su legislación a Hong Kong, ya que ello supondría una amenaza para la viabilidad de la ciudad como centro financiero.
Las desigualdades económicas podrían agravar las tensiones sociales
El alto desempleo, el distanciamiento social y la brecha digital entre los que pueden trabajar desde casa y aquellos cuyos ingresos se han visto arruinados por el coronavirus podrían empeorar un giro a largo plazo hacia la desigualdad de la renta en EE. UU. y otros países desarrollados. Vaselkiv apunta que la pandemia ha sido especialmente dañina para los trabajadores peor pagados del sector de los servicios, muchos de ellos mujeres o personas de raza negra.
Esto ha contribuido a la ira por las injusticias raciales y las denuncias de brutalidad policial generalizada que han provocado protestas masivas en muchas ciudades de EE. UU. Las próximas elecciones estadounidenses también conllevan riesgos para los mercados, advierte Sharps. Una victoria del candidato demócrata, Joe Biden, podría traducirse en una subida del impuesto de sociedades y el impuesto sobre la renta, sobre todo si los demócratas también se hacen con el control del Senado. Un endurecimiento de la legislación con un gobierno de Biden podría imponer costes de cumplimiento normativo más elevados a los sectores de la energía, finanzas e industria, añade Sharps.
Mantener un enfoque de inversión estratégico
De cara al segundo semestre de 2020, los inversores deberían esperar recuperaciones graduales de los activos de riesgo y no una continuación de los potentes repuntes que han elevado los mercados desde sus mínimos de marzo, afirman los tres líderes de T. Rowe Price.
“Sigue habiendo oportunidades, pero son mucho menos atractivas que en abril”, señala Sharps. Thomson afirma ser relativamente optimista sobre las perspectivas del segundo semestre, aunque los mercados podrían sufrir volatilidad por momentos. “Creo que la reapertura de las economías, junto con la magnitud del estímulo y la posibilidad de avances médicos generan potencial para que las acciones suban de aquí a fin de año”, pronostica.
Pero, en un entorno cambiante, los inversores tendrán que poder generar perspectivas fundamentales, fijarse en todas las oportunidades que ofrecen los sectores e industrias y priorizar las oportunidades más atractivas para tener éxito, apunta Sharps.
Una perspectiva de inversión a largo plazo y una gran atención a los riesgos potenciales también podrían ser determinantes. “Tuvo que pasar más de una década para que las economías se recuperaran plenamente de la crisis financiera global”, señala Vaselkiv, “y ahora nos enfrentamos a obstáculos aún mayores. Por tanto, animaría a los inversores a estar muy pendientes de las exposiciones a riesgo de sus carteras”.
INFORMACIÓN IMPORTANTE
Los valores concretos que se mencionan y describen en el presente documento tienen fines meramente informativos, por lo que no podrán entenderse como recomendaciones.
Los índices de ICE Data Indices, LLC (“ICE DATA”) se han utilizado con autorización. ICE DATA, SUS FILIALES Y SUS RESPECTIVOS PROVEEDORES DECLINAN TODA RESPONSABILIDAD, NO FORMULAN DECLARACIÓN NI OTORGAN GARANTÍA ALGUNA, SEA DEL TIPO QUE SEA, EXPRESA Y/O TÁCITA, INCLUIDAS CUALESQUIERA GARANTÍAS DE COMERCIABILIDAD O IDONEIDAD PARA UN FIN O USO PARTICULAR, INCLUIDOS LOS ÍNDICES, DATOS DE ÍNDICES Y CUALESQUIERA DATOS INCLUIDOS, RELACIONADOS O DERIVADOS DE LOS MISMOS. NI ICE DATA, NI SUS FILIALES NI SUS RESPECTIVOS PROVEEDORES INCURRIRÁN EN RESPONSABILIDAD ALGUNA POR DAÑOS O RECLAMACIONES RELATIVAS A LA ADECUACIÓN, EXACTITUD, PUNTUALIDAD O EXHAUSTIVIDAD DE LOS ÍNDICES O LOS DATOS DE ÍNDICES O CUALQUIER COMPONENTE DE LOS MISMOS. LOS ÍNDICES Y DATOS DE ÍNDICE Y TODOS LOS COMPONENTES DE LOS MISMOS SE PROPORCIONAN “TAL CUAL” Y USTED ASUME TODOS LOS RIESGOS QUE CONLLEVA SU USO. ICE DATA, SUS FILIALES Y SUS RESPECTIVOS PROVEEDORE TERCEROS NO PATROCINAN, AVALAN NI RECOMIENDAN T. Rowe Price NI NINGUNO DE SUS PRODUCTOS O SERVICIOS.
Los Proveedores de Contenido no responderán por cualesquiera daños, costes, gastos, honorarios legales o pérdidas (incluyendo la pérdida de ingresos o lucro cesante y costes de oportunidad) incurridos en conexión con cualquier uso del Contenido. Las referencias a una inversión o título particular, un rating o cualquier observación relativa a una inversión que forma parte del Contenido no podrán entenderse como una recomendación para comprar, vender o mantener tal inversión o títulos, ni determinan la idoneidad de ninguna inversión o título, por lo que no deberían considerarse como asesoramiento de inversión. Las calificaciones crediticias son meras opiniones, no expresiones de hechos.
El S&P 500 Index es un producto de S&P Dow Jones Indices LLC, una división de S&P Global o sus filiales (“SPDJI”) y ha sido autorizado bajo licencia para su uso por parte de T. Rowe Price. Standard & Poor’s® y S&P® son marcas registradas de Standard & Poor’s Financial Services LLC, una división de S&P Global (“S&P”); Dow Jones® es una marca registrada de Dow Jones Trademark Holdings LLC (“Dow Jones”); estas marcas comerciales han sido autorizadas bajo licencia para su uso por parte de SPDJI y autorizadas bajo sublicencia para determinados fines por T. Rowe Price. Las Perspectivas del mercado de mitad de año de T. Rowe no están patrocinadas, respaldadas, vendidas o promovidas por SPDJI, Dow Jones, S&P, o sus respectivas filiales, y ninguna de dichas partes realiza declaración alguna sobre la idoneidad de invertir en dicho producto o productos ni tienen responsabilidad alguna por cualquier error, omisión o interrupción del S&P 500 Index.
Este material se proporciona únicamente a efectos informativos generales y/o de marketing. El material no constituye ni conlleva compromiso alguno de prestar asesoramiento de ningún tipo, incluido asesoramiento de inversión fiduciaria, ni pretende servir de base primordial para decisiones de inversión. Se recomienda a los inversores potenciales recabar asesoramiento independiente de índole jurídica, financiera y fiscal antes de tomar cualquier decisión de inversión. El grupo de sociedades de T. Rowe Price, incluidas T. Rowe Price Associates, Inc. y/o sus filiales, reciben ingresos de los productos y servicios de inversión de T. Rowe Price. La rentabilidad pasada no es un indicador fiable de rendimiento futuro. El valor de una inversión y los ingresos que de ella se derivan pueden incrementarse o disminuir. Los inversores podrían recuperar un importe inferior al invertido.
El material no constituye una distribución, oferta, invitación, recomendación general o personal o incitación para vender o comprar títulos en cualquier jurisdicción o para llevar a cabo cualquier actividad de inversión particular. El material no ha sido revisado por ningún organismo regulador en ninguna jurisdicción.
La información y las opiniones aquí presentadas han sido obtenidas o derivadas de fuentes que se consideran fiables y actuales; ahora bien, no podemos garantizar la exactitud ni la exhaustividad de las fuentes. No hay garantía de que ninguna previsión se cumpla. Las opiniones incluidas en el presente corresponden a la fecha de redacción y pueden variar sin previo aviso; dichas opiniones pueden diferir de las de otras sociedades y/o socios del grupo T. Rowe Price. El material no podrá ser copiado ni redistribuido, total o parcialmente, bajo ninguna circunstancia, sin la autorización de T. Rowe Price.
No está previsto el uso del material por parte de personas en jurisdicciones en las que esté prohibida o restringida la distribución del material, y en algunos países el material se proporciona previa solicitud específica.
No está destinado para su distribución a inversores minoristas en ninguna jurisdicción. A no ser que se indique lo contrario, este material ha sido publicado y aprobado por T. Rowe Price (Luxembourg) Management S.à r.l., 35 Boulevard du Prince Henri L-1724 Luxemburgo, que está autorizada y regulada por la Comisión de Supervisión del Sector Financiero de Luxemburgo (Commission de Surveillance du Secteur Financier). Exclusivamente para clientes profesionales.
Pixabay CC0 Public Domain. Mediolanum International Funds amplía su gama de fondos Best Brands con una estrategia temática centrada en la demografía y en la transformación de la sociedad
Mediolanum International Funds, plataforma de gestión de activos europea del Grupo Bancario Mediolanum, ha anunciado el lanzamiento del fondo Mediolanum Global Demographic Opportunities, que se incorpora a la creciente gama de fondos Best Brands.
Según explica la firma, el objetivo del fondo es alcanzar la apreciación de capital a largo plazo invirtiendo en una cartera diversificada de títulos globales a través de una gestión activa y multigestor. De esta forma, la gestora aprovechará las oportunidades que representan los cambios sociales y las tendencias demográficas en todo el mundo. Los gestores iniciales del fondo serán Schroders y Fidelity.
Sobre la esta nueva estrategia temática, apunta que al adoptar un enfoque de selección de títulos bottom-up, el fondo se centrará en tres temas principales relacionados con el cambio demográfico, que el equipo de MIFL ha identificado como los que mayor influencia tendrán en la transformación de la sociedad: la silver economy, los nuevos consumidores y el crecimiento de la población.
En este sentido, Mediolanum International Funds explica que estos tres ámbitos llevarán al nuevo fondo a fijarse y tener exposición a empresas y sectores con que se beneficiarán del aumento en el consumo causado por una mayor esperanza de vida y las nuevas necesidades de la población de más de 60 años, a empresas y sectores que se beneficiarán de su exposición a los consumidores de entre 20 y 40 años, que tienen un comportamiento de gasto diferente a las generaciones anteriores; y empresas y sectores a la vanguardia del desarrollo de infraestructuras y de la oferta de soluciones que aborden la escasez de recursos provocada por el crecimiento mundial de la población.
“A lo largo del último siglo, la esperanza de vida de todo el planeta se ha duplicado, y las proyecciones para los próximos 30 años indican que en 2050 nos acercaremos a los 10.000 millones de personas, de las cuales 1 de cada 5 será mayor de 65 años. Todos los sectores de la economía se enfrentan a cambios drásticos y, sin duda alguna, la pandemia actual acrecentará y acelerará estos cambios. El objetivo del fondo es capitalizar las oportunidades generadas por las nuevas tendencias de consumo y los cambios demográficos”, señala Christophe Jaubert, Chief Investment Officer & Head of Research Multi-management de MIFL.
El fondo está respaldado por Med³®, el proceso de inversión propietario de Mediolanum International Funds, diseñado específicamente para gestionar las soluciones de inversión para particulares. El fondo forma parte de la línea de fondos Mediolanum Best Brands, un fondo paraguas UCITS de derecho irlandés.
Pixabay CC0 Public Domain. Thematics AM obtiene el sello ISR para toda su gama de estrategias temáticas
Thematics Asset Management, filial de Natixis Investment Managers especializada en la gestión de fondos temáticos de renta variable, refuerza su compromiso como empresa responsable. Según ha anunciado, ha obtenido el sello de inversión socialmente responsable (ISR) para toda su gama de estrategias temáticas.
En concreto la gestora ofrece a los inversores acceso a una amplia gama de estrategias temáticas de renta variable: Thematics AI & Robotics, Thematics Safety, Thematics Subscription Economy, Thematics Water y Thematics Meta. Todos estos fondos han obtenido el sello ISR, creado y promovido por el Ministerio de Economía de Francia para identificar y mejorar la visibilidad de los productos de inversión socialmente responsables entre los ahorradores franceses y europeos. Otorgado por organizaciones independientes tras un estricto proceso de evaluación, el sello ISR es una guía única para los ahorradores que desean contribuir a una economía más sostenible y dar sentido a sus inversiones.
Con motivo del anuncio, Mohammed Amor, consejero delegado de Thematics Asset Management, ha declarado “La certificación ISR de nuestros fondos encarna nuestra determinación de ofrecer estrategias temáticas de alta convicción que están diseñadas para el largo plazo y en sintonía con los intereses y valores de nuestros clientes. Nuestros clientes apuestan cada vez más por dar un sentido a sus inversiones y están tratando de vincular los resultados económicos con el impacto social y medioambiental. En Thematics AM estamos convencidos de que integrar los factores medioambientales, sociales y de gobierno corporativo y mantener un enfoque de propiedad activa son determinantes para elevar las rentabilidades y gestionar el riesgo a largo plazo”.
Además, para profundizar en la apreciación e integración de las cuestiones medioambientales, sociales y de gobierno corporativo, Thematics AM confirma que contratará un especialista en la materia antes de finales de año que apoyará al equipo de gestores-analistas.
Por su parte, Karen Kharmandarian, director de inversiones de Thematics Asset Management, ha señalado que“se tienen en cuenta los factores medioambientales, sociales y de gobierno corporativo en todas y cada una de las fases de nuestro proceso de toma de decisiones de inversión:desde la discriminación negativa hasta la evaluación de las empresas del universo de inversión y el dimensionamiento de las posiciones, pasando por la supervisión activa del riesgo medioambiental, social y de gobierno corporativo, pero también mediante el diálogo activo y el ejercicio de los derechos de voto”.
Pixabay CC0 Public Domain. El 90% de los inversores están satisfechos con el rendimiento de los hedge funds en 2020
Termina el segundo trimestre y pasamos el ecuador de 2020 con una importante recuperación de las bolsas. Los outlooks de las gestoras lanzan un mensaje prudente y con ciertos matices sobre cómo será la recuperación, y si ya ha pasado lo peor de la pandemia para los mercados, las economías y las sociedades.
“Esta recuperación de las bolsas continúa apoyada en los estímulos monetarios y en la confirmación de la desescalda de las medidas de confinamiento, pero no está exenta de riesgos dado que los datos de nuevos contagios continuaron empeorando”, apuntan desde BancaMarch. En este sentido, los analistas de la entidad dan las palabras claves que todas las gestoras están analizando: los estímulos monetarios, la recuperación de la normalidad y el medio a una segunda oleada de contagios.
Vamos por partes. Desde AXA Investments Managers, por ejemplo, sostienen que aún serán necesarios estímulos masivos de cara a la evolución económica mundial del segundo semestre. La última previsión de la gestora AXA IM pasa porque la economía mundial se contraiga este año un 2,9% y las economías avanzadas caigan un 6,1%; con una caída del PIB del 4,5% en Estados Unidos y del 7,1% en la eurozona. En contraste, para el año 2021, la última previsión es de un crecimiento del 6,1% a nivel mundial, un 5,5% en las economías avanzadas; un 4,6% en EE UU y un 5,9% en la eurozona.
“El destino de la economía mundial en la segunda mitad del año 2020 depende de la dinámica de la pandemia. En nuestro escenario base, las condiciones del lado de la oferta se normalizarán este verano, ya que los cierres se relajarán, lo que provocará un espectacular, aunque mecánico, rebote del PIB en el tercer trimestre. Sin embargo, la demanda seguiría deteriorada, ya que el ahorro preventivo, en reacción al deterioro de las perspectivas de empleo, compensaría en parte la liberación del ahorro forzoso acumulado en el segundo trimestre. La inversión se vería restringida por la incertidumbre y las exportaciones de las naciones desarrolladas se verían frenadas por la escasa tracción de los mercados emergentes Esperamos que el crecimiento se modere en el cuarto trimestre. Aún será necesario un estímulo masivo. En el aspecto fiscal, Europa está haciendo mucho pero aún menos que en EE.UU., a pesar de la fuerte cobertura del BCE. Sin embargo, al menos Europa parece haber controlado la primera ola de la pandemia mejor que los Estados Unidos”, explica Gilles Moëc; economista jefe, AXA IM.
En opinión de Esty Dwek, responsable de estrategia global Natixis IM Solutions (Natixis Investment Managers) «lo peor de la crisis ya ha pasado», aunque indica que «la recuperación será lenta y escalonada y llevará mucho tiempo volver a los niveles anteriores a la crisis», hasta el punto de que en la mayoría de las principales economías «el PIB podría no alcanzar los niveles de 2019 hasta 2022 como muy pronto».
La experta advierte que el riesgo de nuevos brotes permanece y eso «podría generar turbulencias en los mercados y hacer aumentar la volatilidad», aunque señala que, probablemente, las caídas serán suaves. «Creemos que los temores de una segunda ola son exagerados y no creemos probable que se produzcan nuevos bloqueos renovados, por lo que no esperamos que la recuperación naciente descarrile», añade. Además, Dwek indica que «el rally se ha ido ampliando y extendiéndose no solo a los obvios ganadores, como podrían ser salud y tecnología, por lo que mantenemos una visión constructiva sobre las Bolsas en el plazo medio».
La pregunta es inevitable. Entonces, ¿hay un exceso de optimismo? Según el último informe de Bert Flossbach, cofundador de Flossbach von Storch, y Tobias Schafföner, analista de la gestora, el COVID-19 sigue ejerciendo una influencia considerable sobre los mercados. “El aumento de las cotizaciones combinado con la caída de los beneficios corporativos ha generado valoraciones a niveles inéditos, que se justificarían si los beneficios se recuperaran rápidamente y los tipos de interés se mantuvieran permanentemente bajos. Esto significa que el bienestar de los mercados financieros dependerá en el futuro aún más de una política monetaria expansiva. Las ayudas masivas para paliarlos efectos de la crisis representan una forma temprana de dinero de helicóptero, repartida por los estados y financiada indirectamente por los bancos centrales”, señala.
En la actualización de su outlook para 2020, Union Bancaire Privée (UBP) hace una muchos analistas están recordando: “No obstante, la recuperación parece no estar sincronizada entre países y sectores; el repunte estará impulsado principalmente por un aumento de la demanda interna”. Además, considera que habrá que estar atento a las nuevas presiones sobre el comercio mundial porque deberían provocar una reorientación de la actividad a gran escala y un aumento del regionalismo tras una década de globalización.
Impacto en las inversiones
Con este escenario de fondo, Chris Iggo, CIO Core Investments de AXA IM, advierte de que “el punto de partida del tercer trimestre no es el mismo que en el periodo anterior, en el que las valoraciones baratas y la política monetaria masivamente expansiva impulsaron a los activos de riesgo”. En su opinión, al entrar el nuevo trimestre, las tasas de infección todavía están subiendo. De acuerdo con los datos de Woldometers, la tasa diaria de infección está cerca de los 10.000 casos. “Los profesionales médicos continúan advirtiendo de que el virus no está bajo control. Sin embargo, el foco ha cambiado en los últimos tres meses, desde priorizar la salud a la economía. Los dos objetivos permanecen inextricablemente unidos y serán los principales catalizadores del sentimiento y de los retornos del mercado en el tercer trimestre”, añade.
Para Stephen Surpless, gestor en Edmond de Rothschild, los inversores tendrán que tener en cuenta el debate sobre inflación o deflación de cara a sus inversiones durante la próxima década . “Aunque las estimaciones de inflación en Estados Unidos y Europa siguen siendo muy moderadas, vale la pena identificar los activos que pueden protegerse contra un mayor aumento del nivel de precios a largo plazo. Con los acontecimientos que afectan al mundo y a los mercados en 2020, la importancia de invertir a largo plazo se ha hecho aún más evidente. En toda decisión con este horizonte están implícitas variables clave como los tipos de interés y el valor del dinero. Los resultados de las inversiones a largo plazo estarán muy influidos por el impacto de las tendencias inflacionistas ya sean ascendentes o descendentes”, argumenta.
Lo que está claro es que los mercados continuarán viéndose afectados por la pandemia durante el segundo semestre del año. Por esta razón, según Suzanne Hutchins, gestora de Newton (parte de BNY Mellon IM), tanto a corto como a largo plazo, «los inversores deberían centrarse en los sectores menos sensibles a las medidas de confinamiento y al ciclo económico». Según su valoración, un grupo de empresas que se ha visto particularmente beneficiado por la crisis es el de las grandes tecnológicas estadounidenses (las FAANG), cuya capitalización de mercado a finales de mayo de 2020 duplicaba la totalidad del FTSE 100. «Estas empresas suelen contar con elevados niveles de efectivo, por lo que no se enfrentan a problemas de balance, y la naturaleza de su negocio las ha ayudado a ganarle cuota de mercado a los modelos empresariales más tradicionales. Por eso, no solo han capeado la tormenta relativamente bien, sino que también han liderado el rallyposterior», explica.
Por último, el informe de Flossbach von Storch reconoce que la economía vive un momento poco convencional. “Como es improbable que la recuperación del statu quo de la economía real se produzca tan rápido como se espera actualmente, seguimos cubriendo parte de nuestra exposición a renta variable. Nos centramos en empresas con beneficios altamente seguros, balances sólidos y potencial de crecimiento a largo plazo. Al enfocarnos en títulos de empresas de calidad, nuestras carteras están “a prueba de crisis”, independientemente de la exposición a renta variable”, explican.
El efecto del COVID-19 en el mercado ha provocado que la liquidez sea la principal preocupación de los inversores profesionales a la hora de elegir los ETFs en los que invertir, según la encuesta mundial elaborado por TrackInsight, plataforma de análisis de ETFs independiente con el apoyo de IHS Markit e iShares de BlackRock.
La encuesta, en la que han participado más de 300 inversores profesionales de 17 países que gestionan más de 277.000 millones de dólares en activos en ETFs, confirma cómo la liquidez ha sido uno de los aspectos más relevantes a ojos de los inversores. “Más del 80% de los encuestados considera que la liquidez es un criterio muy importante o importante. En este sentido, la liquidez de los valores subyacentes es menos prioritaria, ya que solo el 61 % clasifica este valor como importante o superior. Por último, los encuestados señalan que los diferenciales comerciales se consideran la medida más relevante de liquidez del ETFs”, apunta el documento en sus conclusiones.
Pese a que la liquidez haya sido uno de los aspectos que más se ha tenido en cuenta, esto no quiere decir que los inversores hayan desconfiado de los ETFs. Según la encuesta, ocurre todo lo contrario:la confianza en los ETFs en tiempos de tensión del mercado es alta. “Solo el 7 % cree que la concentración de activos bajo gestión en ETFs plantea un riesgo de liquidez sistemático para el mercado general y el 55 % realmente cree que los ETFs proporcionan liquidez adicional durante mercados volátiles”, señala la encuesta.
Sobre la tipología de ETFs, la encuesta muestra que los de renta fija están siendo muy demandados. Según los datos recogidos, si bien los ETFs de bonos todavía representan solo el 18% del total de activos bajo gestión en ETF, representaron casi el 43% de los nuevos ingresos en 2019. En este sentido, el 62% de los inversores consideraron que los ETFs de bonos eran “más fáciles de negociar en tiempos de tensión del mercado que los bonos subyacentes”.
Por último, la encuesta señala que los ETFs continúan evolucionando, pero existe una tendencia que es imparable: los productos ESG. El 73% de los encuestados usa ETFs con criterios ESG, pero solo el 7 % tiene una exposición de cartera de más del 21%. Por lo que TrackInsight considera que la exposición a productos ESG indexados crecerá considerablemente. La segunda tendencia que más peso tiene en la evolución de los ETFs son los productos temáticos: el 81 % de los inversores tienen ETFs temáticos en su cartera, y el 38% tiene una exposición de más del 5%. Así como a ETFs smart beta o de factores, ya que el 70% de los encuestados reconoce que los usa en su cartera.
Pixabay CC0 Public Domain. La emisión de bonos sociales y bonos verdes soberanos se dispara
La crisis del coronavirus ha desencadenado un cierto reequilibrio de los criterios ESG en el espacio de la renta fija sostenible. Según NN Investment Partners, mientras que en el pasado dominaban los bonos verdes, en los últimos meses, las amplias implicaciones sociales de la pandemia han trasladado el énfasis de la E a la S. Este cambio se refleja en el aumento de la emisión de bonos sociales, que recaudan fondos para proyectos sociales. Sin embargo, a largo plazo, el mercado de bonos verdes seguirá creciendo, marcando el camino para construir una recuperación económica sostenible.
En una nota de prensa, la gestora hace hincapié en que los bonos sociales han pasado de utilizarse para planes de viviendas sociales y creación de empleo a ayudar a mitigar el impacto social y económico del coronavirus. Por ello, los ingresos de la mayoría de los llamados bonos COVID-19 financian proyectos relacionados con la salud y la preservación del empleo. Desde principios de abril, se han recaudado alrededor de 20.000 millones de euros en países como Francia, España, Italia o Japón. En menos de tres meses, el mercado de bonos sociales ha crecido un 43% hasta alcanzar los 66.000 millones de euros.
“La mayoría se han utilizado para apoyar a las micro, pequeñas y medianas empresas (MIPYMES), centrándose en la preservación de los puestos de trabajo”, asegura. Por ejemplo, ante los retos del sector sanitario, algunos bonos sociales lanzados recientemente se destinan a la compra de suministros y equipos médicos o al I+D en medicamentos y vacunas. También contribuyen a proporcionar apoyo financiero a las empresas para que puedan retener al personal y mantener los niveles de empleo.
NN IP ve probable que los principales emisores continúen siendo agencias, organizaciones supranacionales e instituciones financieras: actualmente, constituyen el 51%, 16% y 13% de ese mercado, respectivamente. Asimismo, revela que la mayoría de los bonos sociales están denominados en euros.
Para Jovita Razauskaite, gestora de carteras de bonos verdes de la entidad, «la pandemia ha llevado claramente el mercado de bonos sociales al siguiente nivel”, pero, pese a su reciente crecimiento, continúa siendo comparativamente pequeño y está dominado por unos pocos participantes. “Para crecer y diversificarse, tendrá que atraer una gama más amplia de participantes y tipos de emisores”, añade.
En su opinión, una vez que la pandemia haya quedado atrás, podría seguir creciendo, ya que los emisores corporativos que deseen abordar cuestiones sociales clave a través de sus negocios podrían buscar cada vez más financiación a través de los bonos sociales. A medida que aumente la liquidez, serán una opción viable para los inversores que deseen tener un impacto social positivo. “El mayor desafío para este mercado será crear un formato más normalizado para la presentación de informes de impacto, lo que mejorará la transparencia y aumentará su credibilidad y su potencial de crecimiento”, afirma.
Los bonos verdes despuntarán en el segundo semestre
NN IP cree que, a largo plazo, los bonos verdes seguirán marcando el camino para construir una recuperación económica sostenible y apoyar la transición hacia un mundo con emisiones cero y resistente al clima. El mercado de bonos verdes soberanos sigue creciendo, y países como España, Suecia, Alemania y Dinamarca tienen previsto lanzarlos en 2020. Los dos últimos, además, están buscando nuevas estructuras innovadoras.
Alemania está en camino de emitir su bono verde inaugural (probablemente de 10.000 millones de euros) en agosto o septiembre. El gobierno está planeando explotar el mercado con una nueva estructura gemela de bonos verdes: la emisión de un bono verde y un bono normal con el mismo vencimiento y cupón. Esto proporcionaría una diversificación natural entre los inversores de bonos convencionales y verdes.
Mientras, el concepto danés se centra en que los bonos se emitan con etiquetas transferibles llamadas «green add-ons» o certificados. Según la gestora, esto significa que una emisión tiene dos componentes diseñados como valores separados, cada uno con su propio ISIN: uno es un bono convencional y el otro es el certificado. El fundamento de esta propuesta es el pequeño tamaño del mercado de bonos soberanos daneses y el temor de que tener dos tipos de bonos soberanos crearía implicaciones de liquidez para el mercado en su conjunto.
Bram Bos, gestor jefe de carteras de bonos verdes en NN IP, celebra el continuo crecimiento del bono verde soberano, tanto en términos de volumen como de nuevos emisores que planean aprovechar este mercado. “Como en todas las áreas de las finanzas sostenibles, desconfiamos de las emisiones que ofrecen menos transparencia en cuanto al uso de los ingresos, o cuyas estructuras probablemente planteen dudas. El caso danés es un ejemplo de ello, y tenemos fuertes reservas sobre este concepto”, revela.
Mientras, la gestora apoya las estructuras que crean una curva de rendimiento verde, como la de Alemania, ya que ofrece opciones de bonos en una gama de vencimientos y refleja “el firme compromiso de un país” con un mercado de bonos verdes. Para Bos, “el aprovechamiento habitual de una única emisión de bonos verdes existente mejora la liquidez en un mercado en rápida expansión”.
Pixabay CC0 Public Domain. Aportaciones desde la inversión sostenible a la recuperación económica
En el contexto actual, tras las medidas de la Unión Europea para mitigar el impacto económico del COVID-19, dotando de fondos estructurales de recuperación, así como las decisiones del BCE para impulsar la economía, queremos aportar la visión del sector privado y concretamente de las finanzas sostenibles, en su denominación más amplia (recogida por la Comisión Europea en el Plan de Finanzas Sostenibles).
Partimos de que el sector privado es fundamental para completar, canalizar e impulsar las iniciativas públicas que se han puesto en marcha, permitiendo que los flujos de capital y ahorro lleguen a las empresas y los autónomos, contando con el convencimiento de que las finanzas sostenibles serán protagonistas de este proceso de reconstrucción económica y social.
En cuanto a la inversión sostenible, integrada en las finanzas sostenibles, queríamos compartir algunas reflexiones que se derivan de la experiencia traumática del COVID-19, con el foco puesto en la vertiente económica y la respuesta de los mercados.
El riesgo de la “insostenibilidad”
El primer aspecto se refiere a los riesgos mal llamados extrafinancieros, los ambientales, sociales y de gobernanza (ASG), que indudablemente han de incorporarse al análisis tradicional, superando esa diferenciación inicial, dado que su impacto financiero ha quedado más que probado, de forma que podemos afirmar que “la insostenibilidad” se incorpora al mapa de riesgos tradicional.
Sin lugar a duda, ahora somos mucho más conscientes de la vulnerabilidad de la sociedad, de la interdependencia y de la necesidad de reforzar los lazos de solidaridad y responsabilidad a todos los niveles. Obviamente, esta vulnerabilidad tendría que estar evaluada desde la perspectiva de riesgos, y entraría en lo que la industria financiera califica como criterios de sostenibilidad: ambientales, sociales y de gobernanza..
El COVID-19 ha sido la primera muestra de materialización de un riesgo a nivel global, sanitario en este caso, que ha llevado a los gobiernos a tomar medidas de urgencia sin precedentes. Esta experiencia nos puede servir como referencia de futuros riesgos globales, como es el caso de los derivados de la emergencia climática.
Empresas y compromiso ASG
El segundo aspecto se refiere a la respuesta positiva, desde el punto de vista del valor de los activos, de los productos de inversión sostenible frente a los no sostenibles. Los mercados financieros reconocen positivamente el menor riesgo y el enfoque ASG, oportunidades de negocio, de los vehículos de inversión ISR.
Partiendo de que los mercados financieros se han colapsado ante esta emergencia sanitaria y las pérdidas de valor de los activos han sido históricas, la respuesta de la inversión sostenible ante esta crisis ha evidenciado que las inversiones con criterios ASG reducen el riesgo en situaciones de ruptura del mercado y, en consecuencia, recurriendo a una frase recogida en diferentes medios, caen menos y se recuperan antes.
Como referencias que lo confirman, sobre las que podríamos hacer un monográfico, pueden acceder al reciente estudio de Fidelity, en el que se aportan cifras del comportamiento de las empresas mejor calificadas en materia ASG en comparación con la media del S&P 500, el incremento de la demanda ASG del estudio publicado por Morgan Stanley Institute for Sustainable Investing, y los análisis del Global Sustainable Fund Flows de Morningstar, entre otros.
Lo que es indudable es que las buenas empresas en materia de ASG son en su mayoría valores de crecimiento y calidad, por lo que se entiende su mejor respuesta ante la crisis del COVID-19, siendo conscientes de que también ha incidido su baja o nula exposición a sectores como las energías fósiles o sector aeronáuticos, duramente castigados por la crisis.
Por otro lado, las compañías punteras en materia de ASG tienen una mayor capacidad para incidir en los aspectos sociales, incluyendo la protección de los trabajadores, los riesgos laborales, la capacidad de implantar medidas sanitarias (distanciamiento) soportes tecnológicos (teletrabajo), etc.
Inversión de impacto
El tercer aspecto es el que se refiere a identificar la inversión sostenible con el largo plazo, algo que es indudable, pero a lo que hay que añadir la capacidad de transformación en el corto plazo, vía inversiones de impacto, donde la vinculación a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU se materializa con métricas precisas.
La inversión sostenible tiende a canalizar flujos de capital hacia iniciativas y proyectos que atiendan la urgencia social y climática, buscando un impacto tanto en el largo como en el corto plazo. Las tendencias de inversión han de estar alineadas con las necesidades sociales y ambientales y jugar un papel activo en el proceso de reconstrucción social y económica.
Los planes de reconstrucción, que todos los estados han activado, ponen el foco en la reactivación económica y en la mitigación de la vulnerabilidad social, en un sentido amplio, incluyendo la creación de empleo, sanidad, educación, energías limpias o la gestión de residuos.
La conexión de los planes de reconstrucción con las finanzas sostenibles la encontramos en los vehículos de inversión ligados a los ODS, 17 objetivos y 169 métricas, como palancas de acción para el cambio.
Es una realidad que la inversión sostenible, alineada con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, está dando prioridad a los aspectos relacionados con la salud y bienestar (ODS 3), pobreza (ODS 1), hambre (ODS 2), trabajo decente y crecimiento económico (ODS 8), o la reducción de las desigualdades, producción y consumo responsable, (ODS 12), entre otros.
La inversión de impacto cotizada se alinea de forma clara con los ODS, incorporando el impacto buscado, con propósito, a la tradicional performance rentabilidad-riesgos, siendo conscientes de que los 17 objetivos, según la ONU, buscan lograr un ecosistema resiliente y sostenible para el 2030. Con el impacto del COVID-19 estaríamos ante una emergencia social que da impulso a los ODS como referencia en las finanzas.
Ahora salud y bienestar, pobreza, desigualdad, hambre y trabajo decente, son aspectos clave para la reconstrucción económica tras la pandemia, conectando la parte social con las medidas derivadas de la emergencia climática. Es el momento de la inversión sostenible con impacto.
Tribuna de Francisco Javier Garayoa, director general de Spainsif
Pixabay CC0 Public Domain. Cómo adaptarse a una reestructuración fundamental
A medida que las economías han comenzado a reabrirse, en DPAM seguimos siendo escépticos en cuanto a la rapidez con la que se reavivará el espíritu animal entre los consumidores y las empresas. Con los informes del primer trimestre acercándose a su fin, nos gustaría compartir algunas tendencias interesantes a nivel de compañías y subsectores.
Un punto de interés notable es el importante rendimiento del Nasdaq Composite frente a la mayoría de los índices globales. Como siempre, cuando la tecnología funciona bien, los inversores (minoristas) tienen vértigo, porque esta «seguramente sea otra burbuja tecnológica». Sin embargo, necesitamos considerar cuidadosamente una tendencia subyacente crucial para obtener una imagen más clara del rendimiento actual.
La transformación digital de la economía mundial ha estado en marcha durante muchos años en muchos frentes. Las empresas están adoptando cada vez más el software como una forma de mejorar la productividad, crear una ventaja competitiva o ahorrar costes. Mientras, los consumidores están adoptando la tecnología a una velocidad nunca vista hasta ahora, que va desde un mayor uso del comercio electrónico hasta soluciones digitales en los pagos y la atención sanitaria. Todo ello, a su vez, requiere una mayor, mejor y más rápida capacidad de red y en la nube. El COVID-19 ha sacudido el mundo de forma radical, y las empresas establecidas deben reconocer que el cambio es necesario para sobrevivir.
Las empresas que se adelantaron en su camino digital ahora están tomando el control de la cuota de mercado (como Nike frente a Adidas) y se muestran dispuestas a acelerar aún más sus inversiones digitales para mantener su racha ganadora. Sin embargo, otras se ven obligadas a emprender ahora una masiva actualización digital para mantenerse a flote. Una encuesta de Fortune a varios CEOs refleja que solo un 6% ralentizarían su proceso de transformación digital debido al COVID-19. Mientras, el 63% dijo que la aceleraría. De hecho, la digitalización de la economía global se ha acelerado notablemente.
Tal y como declaró el CEO de PayPal durante la última conferencia de la compañía: «Cuando miremos hacia atrás, veremos este momento como un punto de inflexión, en el que los pagos digitales tanto online como offline se convirtieron en un elemento esencial de nuestras vidas». Esto explica por qué hemos visto un aumento significativo en el precio de las acciones de muchas compañías de software e Internet.
Hasta cierto punto, creemos que también se debe al comportamiento racional de los inversores. En tiempos de gran volatilidad e incertidumbre, prefieren refugiarse en empresas que se beneficien de estas tendencias y que ofrezcanbuena visibilidad. Además, mientras los inversores no estén seguros de la forma de la recuperación o de la posibilidad de otra gran ola, es poco probable que cambien de estrategia en un futuro próximo. La previsible continuación del entorno de tipos bajos confirma esta perspectiva.
Si excluyésemos a EE.UU., la capitalización de mercado del Nasdaq está ahora cerca de la capitalización total del mercado de valores mundial. Su fuerza también se ha visto impulsada por el sector de la biotecnología, que ha alcanzado máximos históricos gracias a un repunte en la innovación impulsado por un número cada vez mayor de aprobaciones de medicamentos por parte de la FDA (por ejemplo, en oncología para Seatlle Genetics e Incyte).
Además, las terapias celulares y genéticas son cada vez más prometedoras y podrían ofrecer una solución a la pandemia. Actualmente, Moderna es uno de los líderes en este sentido. El sector de la biotecnología también ha demostrado ser seguro en crisis pasadas, ya que los índices de biotecnología (BTK y NBI) disminuyeron solo un 1% durante las tres últimas recesiones económicas.
Hay mucho movimiento en torno a las conocidas acciones FANG (Facebook, Amazon, Netflix y Google), pero los mineros de oro (BANG: Barrick, Agnico Eagle, Newmont y Goldcorp) también han logrado rendimientos positivos decentes en lo que va de año. Los inversores están cada vez más interesados en el oro y, a medida que los bancos centrales degradan sus monedas, permanece como un depósito de valor sin riesgo de contrapartida. Por lo tanto, imaginamos que esta tendencia continuará, ya que no esperamos una escalada en las políticas de QE en el futuro cercano.
Por último, hemos sido testigos de un cierre a gran escala de las plantas cárnicas de EE.UU. Su alta densidad de mano de obra constituye un riesgo significativo para la salud durante la pandemia. Esto ha llevado a una mayor voluntad de invertir en tecnologías de automatización. Se ha convertido en una cuestión de supervivencia, ya que el actual régimen de trabajo de las empresas de envasado de carne hace tiempo que superó su fecha de caducidad. Por ello, una vez más, las compañías con tecnologías innovadoras (por ejemplo, visión 3D) saldrán ganando.
Las masivas inyecciones de liquidez y las políticas de apoyo fiscal han evitado una crisis de solvencia total. Al mismo tiempo, han creado una dicotomía entre la realidad económica y el comportamiento del mercado de valores, algo que rara vez hemos visto antes. No ignoramos los méritos del mecanismo de descuento de los mercados bursátiles, pero nos adelantamos, en parte impulsados por los flujos masivos en el sector retail. Las empresas irán a la quiebra, los consumidores aumentarán sus ahorros y se necesitará más de un par de trimestres para tener una vacuna eficaz y ampliamente disponible. En este entorno, no todo es pesimismo: todavía hay muchas oportunidades de inversión para el gestor activo.
Tribuna de Alexander Roose, responsable de renta variable internacional de DPAM
Pixabay CC0 Public Domain. COVID-19: controlar el riesgo y mantener el beneficio en los flujos de renta fija
El impacto del COVID-19 ha provocado que muchas economías se tengan que enfrentarse a un duro tercer trimestre. Tras la publicación de Compass Q3, el informe trimestral deState Street Global Advisors (SSGA) que incluye perspectivas para los próximos tres meses, la gestoraorganiza un nuevo webinar el próximo 23 de julio bajo el título “Controlar los riegos mientras buscamos beneficio”.
“Las consecuencias del virus solo han sido contenidas a través de medidas fiscales extremas de los bancos centrales”, señalan desde la gestora. En este contexto, los expertos en inversión de la firma analizarán los flujos de renta fija y las tenencias durante el segundo trimestre, y lo que eso puede determinar el sentimiento de los inversores hacia el tercer trimestre. Antoine Lesné, director de Estrategia e Investigación de SPDR ETF EMEA en SSGA, y Michael Metcalfe, director de Macro Estrategia en State Street Global Markets, discutirán las perspectivas de inflación y las posibles ideas de inversión a medida que avanzamos en la próxima fase de la era COVID-19.
El registro al enlace, que se celebra el 23 de julio a las 10:30 horas, está disponible en el siguiente enlace.