Pixabay CC0 Public Domain. Atraer empresas y profesionales con talento: una fórmula para hacer frente a la disminución de las inversiones extranjeras en Europa
Los principales riesgos no han desaparecido aún. Las gestoras coinciden en que el control de la pandemia y los puntuales rebrotes conviven con las estrategias de reapertura de las economías, que se van desarrollando con cierta satisfacción. Los mercados parecen haber tomado ritmo y comenzado a recuperarse, incluso algunas firmas de inversión hablan de un rebrote “espectacular”. La pregunta ahora es si puede durar y qué forma está empezando a tomar esa recuperación.
“Sin prejuzgar el futuro curso de la epidemia, la segunda parte del 2020 no parece ni optimista ni preocupante. La abundante liquidez debería compensar un escenario fundamentalmente gris. En este contexto, tiene sentido que las carteras mantengan perfiles de riesgo equilibrados. La liquidez de los bancos centrales ha sido un poderoso motor del mercado durante los dos últimos años, pero sus efectos no han sido debidamente aprovechados, ni siquiera por los propios bancos centrales. Y, sin embargo, esta liquidez ha sostenido los precios de los activos hoy en día”, señalan desde Edmond de Rothschild.
En opinión de Bruno Cavalier, economista jefe de ODDO BHF, el ciclo económico nunca ha invertido su curso dos veces, hacia abajo primero y luego hacia arriba, en el espacio de unas semanas. Sin embargo, considera que esto es lo que ha sucedido durante la «crisis del coronavirus», que realmente debería llamarse ahora la «crisis del cierre». Según su valoración, la peor recesión en la memoria reciente de los economistas se ha desarrollado en este corto espacio de tiempo.
“La brevedad de esta crisis puede crear confusión al evaluar los datos económicos. Los indicadores cíclicos habituales, disponibles con una frecuencia mensual o trimestral, proporcionan una imagen de la economía real con algo de retraso. Todavía muestran el desplome sin precedentes de la actividad, el consumo, la inversión y el comercio internacional. La severidad del shock implica que sus efectos adversos en la actividad económica no son totalmente reversibles. La pandemia del coronavirus no ha terminado y no se han levantado todas las medidas de confinamiento, pero podemos aventurarnos a decir que la causa inicial de la recesión casi ha desaparecido. No obstante, el sistema económico no volverá a su posición inicial (efecto de histéresis), ya que el choque tiene efectos retrasados y persistentes”, argumenta Cavlier.
¿Una mejora sostenible?
A corto plazo, algunas gestoras como Natixis IM consideran que aún es pronto para pensar que todo ha pasado. Según Esty Dwek, jefa de estrategia global de mercados de Natixis IM, analizando los recientes reportes de datos económico, pareciera que lo peor de la crisis ha quedado atrás. “La actividad se reinició en mayo y se ha recuperado desde entonces con la reapertura gradual de las economías. Sin embargo, la recuperación será escalonada y lenta, y llevará un largo tiempo retornar a los niveles pre-crisis. El repunte inicial a partir de los confinamientos es sólido, pero los datos siguen siendo por debajo de los niveles de principios del 2020 y todavía necesitamos confirmación de que no disminuirá después de la «emoción posterior al parto» inicial”, explica Dwek.
Desde Capital Group se muestran optimistas y señalan que “se ve la recuperación en el horizonte”. Según sus perspectivas de mitad de año, los mercados y la economía mundial comienzan a recuperarse. “Aunque se prevén retos importantes a corto plazo, hay motivos para el optimismo en lo que se refiere a la recuperación económica. No obstante el camino hacia la recuperación no estará exento de altibajos”, advierte en el documento.
En este sentido, puede que las expectativas sean más o menos positivas, pero desde Allianz GI lanza una reflexión relevante: ¿hasta qué punto la recuperación que vemos ahora es sostenible? “Los nuevos casos de COVID-19 durante el pasado fin de semana volvieron a aumentar de nuevo a escala mundial, sobre todo en Estados Unidos, mientras que se volvieron a ordenar algunos confinamientos locales. No obstante, el arranque de la semana en los mercados de capitales internacionales estuvo lleno de esperanza: el índice de valores tecnológicos estadounidense, el Nasdaq, alcanzó un nuevo máximo histórico, mientras que en Asia, el mercado bursátil chino ascendió a un nivel récord desde febrero de 2018. China es, además, el primer gran mercado de renta variable que cotiza en positivo desde principios de año”, advierte Stefan Scheurer, director global de mercado de capitales y análisis temático de Allianz Global Investors.
Pixabay CC0 Public Domain. Centros de datos: ¿el villano oculto en la lucha contra el cambio climático?
¿Ver Netflix durante media hora es tan malo para el planeta como conducir un coche durante 6 kilómetros? Eso es lo que afirmaba el blog «Big Think» en octubre de 2019 en una historia que rápidamente alcanzó los titulares. La mayoría de los consumidores no son conscientes de que sus hábitos de consumo de vídeo en streaming y el uso de la nube necesitan el funcionamiento de centros de datos en todo el mundo que exigen mucha energía. Las estimaciones varían, pero en 2018 a nivel global los centros de datos podrían haber consumido hasta 400 teravatios/hora de electricidad, una cantidad que equivale aproximadamente a la demanda de toda Francia.
Ya que dos tercios de la producción mundial de electricidad siguen procediendo de combustibles fósiles, existe el peligro de que nuestra insaciable demanda de datos se vuelva incompatible con los esfuerzos por mitigar el cambio climático. ¿Teniendo en cuenta que los bonos de las empresas de centros de datos están valorados en unos 47.000 millones de dólares, es este un factor que debe preocupar a los inversores?
Los centros de datos son edificios que albergan decenas de miles de servidores que contienen grandes cantidades de información y los conectan a Internet. Para acceder y procesar esta información se requiere energía y para evitar que los servidores se sobrecalienten se requiere aún más. Uno de los centros de datos de Equinix en Nueva York tiene ocho generadores de 2,5 megavatios: cada uno sería capaz de alimentar una pequeña ciudad.
Los propietarios de los centros de datos disfrutan de muchas fuentes de crecimiento futuro, o eso es lo que explican a los inversores. Entre los factores que sustentarán esta evolución se encuentran el aumento de la computación en la nube, la mayor calidad y cantidad de transmisión de vídeo, el 5G, el aumento de la adopción de teléfonos inteligentes en todo el mundo, el «Internet de las cosas», los vehículos autónomos y la inteligencia artificial.
Estas previsiones de demanda han llevado a muchos analistas a afirmar que los centros de datos pronto superarán a la industria aeronáutica en emisiones de dióxido de carbono. Esta información llega en un momento en que el mundo está tratando de reducir el consumo de energía y las emisiones. ¿Se considerará cada vez más la inversión en este sector como una contribución imprudente al cambio climático?
Hay razones para el optimismo. En primer lugar, el aumento del consumo de datos no equivale a un aumento del consumo de energía. «La Ley de Koomey» establece que la intensidad energética de un gigabyte de datos entregado a través de los centros de datos se reduce a la mitad cada dos años. Esto se apoya en la experiencia de Google, cuyos centros de datos tienen hoy en día siete veces más potencia de cálculo usando la misma energía eléctrica que hace cinco años. Entre otras cosas, esto se consigue gracias al aumento de la eficiencia de la computación, mejores sistemas de refrigeración o la inteligencia artificial para dirigir la energía.
Existen incentivos para que esta tendencia continúe, tanto para los fabricantes de equipos como para los operadores de centros de datos, que están acostumbrados a ahorrar energía a fin de reducir los costes y cumplir los objetivos de sostenibilidad de sus clientes. Un artículo publicado en la revista Science en febrero constató que la proporción de electricidad consumida por los centros de datos es la misma hoy que en 2010. Por lo tanto, el consumo de datos puede seguir aumentando sin que aumente el consumo de energía y las emisiones.
Aunque el sector logre evitar un auge en el consumo de electricidad, el funcionamiento de los centros de datos sigue siendo intensivo en energía y se verá sometido a presiones para garantizar que esto no se traduzca en un exceso de emisiones. Tomemos como ejemplo a Digital Realty, la única empresa de centros de datos que ha emitido bonos verdes: en 2018, la energía que compró emitió 720 toneladas de CO2 por cada millón de dólares de ingresos en la empresa. Esto es el doble de la intensidad media de las emisiones de la industria del gas y solo un 20% menos que la de la industria aérea. Sin embargo, a diferencia de otros sectores tradicionalmente «sucios», los centros de datos tienen una ruta clara y viable para reducir sus emisiones a cero: la energía renovable.
Consciente de ello, Digital Realty ha trasladado toda su cartera europea a fuentes de energía renovable y se ha fijado el objetivo de ponerla a disposición de los clientes en sus 275 centros de datos. Tener 324 megavatios de proyectos eólicos y solares bajo contrato en EE.UU. ayudará, pero alrededor del 70% de los centros de datos de la empresa siguen funcionando con combustibles fósiles.
Por su parte, Equinix, que también opera más de 200 centros de datos, tiene un historial ejemplar: a pesar de haber duplicado el tamaño de su cartera en los últimos cinco años, pudo pasar del 33% de energía renovable al 92% actual. Por lo tanto, las huellas de carbono de los centros de datos pueden reducirse con relativa rapidez, en particular porque las energías renovables cada vez son más baratas.
El aumento de la preocupación pública por el cambio climático ha colocado este asunto entre las prioridades de muchos responsables políticos e inversores, y los científicos reiteran que esta debe ser la década del cambio. A los bonos emitidos por las empresas de centros de datos les quedan, de media, más de seis años para su vencimiento y a algunos hasta 30. Durante este período, es inevitable que se intensifique la presión de los clientes, los reguladores y los inversores para que abandonen los combustibles fósiles. La identificación de los emisores que están reduciendo proactivamente sus emisiones hoy en día es vital para los inversores en bonos que evalúan el riesgo de crédito.
Nuestro insaciable apetito por los datos no va a disminuir, pero la eficiencia de la informática y de los centros de datos mantendrá a raya la demanda de energía. El «Data Centre Knowledge» calcula que media hora de transmisión de Netflix es igual, en términos de emisiones, a conducir un coche 140 metros, no 6 kilómetros. Mientras, la creciente adopción de energías renovables por las empresas de centros de datos reducirá esta situación. Esto es algo que los inversores deberían alentar, ya que al final podrán ver Netflix sin sentimiento de culpa.
Tribuna de Thomas Leys, investment manager de renta fija de Aberdeen Standard Investments
Pixabay CC0 Public Domain. La deuda de las empresas se disparó hasta una cifra récord de 8,3 billones de dólares hasta enero de 2020
El endeudamiento de las empresas a nivel mundial se disparó hasta una cifra récord de 8,3 billones de dólares en 2019, lo que supone un aumento interanual del 8,1%, el más rápido en al menos cinco años. Según los datos el Corporate Debt Index de Janus Henderson, incluso antes de que la pandemia empezara a lastrar los balances de las empresas, la deuda empresarial se disparó hasta nuevos máximos
Según las conclusiones de la gestora, las empresas agotaron su liquidez en adquisiciones financiadas mediante deuda, grandes recompras de acciones, dividendos récord y el enorme efecto de las tensiones comerciales y la ralentización de la economía mundial en los beneficios. En conjunto, la deuda neta aumentó en 625.000 millones de dólares el año pasado, la mayor subida con diferencia de los últimos cinco años. En los últimos años, el crecimiento de la deuda se ha visto impulsado por unos tipos de interés muy bajos, que han abaratado el pago de la deuda, resultado de los intentos de los bancos centrales por estimular las economías.
Las empresas incluidas en el Corporate Debt Index -los 900 mayores valores financieros del mundo- deben actualmente casi dos quintas partes (37%) más que en 2014 y el crecimiento de la deuda ha superado considerablemente el de los beneficios. Los beneficios antes de impuestos del mismo grupo de empresas han aumentado un 9,1% en total, hasta los 2,3 billones de dólares. El apalancamiento, que mide la deuda en relación con la financiación de los accionistas, se incrementó hasta un porcentaje récord del 59% en 2019, mientras que la proporción de los beneficios dedicada a pagar intereses subió también hasta un nuevo máximo.
En opinión de la gestora, todas estas tendencias se aceleraron en 2020, cuando estalló la pandemia del COVID-19. El análisis de los mercados de renta fija de Janus Henderson muestra que la mitad de la deuda de las empresas de su índice está en bonos cotizados. Entre enero y mayo, se emitieron bonos por un importe de 384.000 millones de dólares adicionales, un 6,6% más que a fin de diciembre. El endeudamiento de los bancos también ha aumentado considerablemente, aunque sigue sin haber cifras exactas. Según las estimaciones de Janus Henderson, el endeudamiento neto aumentará un total de 1 billón de dólares este año, lo que supone un incremento del 12%.
Más de la mitad de las empresas del índice aumentaron su deuda en 2019, pero gran parte del impacto se debió a un número relativamente pequeño de ellas. En concreto, 25 empresas se endeudaron otros 410.000 millones de dólares el año pasado, lo que equivale a un tercio del aumento de la deuda de todas las empresas.
Según muestra el índice, la compañía más endeudada del mundo es Volkswagen: su deuda neta asciende a la increíble cantidad de 192.000 millones de dólares, cifra ligeramente inferior a la deuda pública de países como Sudáfrica o Hungría, si bien se ve impulsada por su actividad de financiación de automóviles. No todas las empresas se están endeudando. Una cuarta parte de las empresas del índice de Janus Henderson no tiene ninguna deuda y algunas tienen importantes reservas de liquidez. Con 104.000 millones de dólares, Alphabet, propietaria de Google, tiene las mayores reservas de liquidez. Sin embargo, lo que parece prudente a menudo resulta impopular para los accionistas, que pueden considerar que existen mejores maneras de utilizar ese capital.
Valoración de los datos
Según explica Tom Ross, gestor de carteras de deuda corporativa de Janus Henderson, “cuando el ciclo económico finalizó repentinamente este año, las empresas encararon la crisis con un récord de deuda. Se han lanzado a emitir nuevos bonos y a obtener préstamos de los bancos para asegurarse de que tienen suficiente liquidez lista para hacer frente a medidas de confinamiento más o menos severas en los distintos países del mundo. Algunas empresas han recurrido a ayudas públicas de emergencia durante los peores momentos de la crisis, cuando su financiación comercial se encareció considerablemente durante un tiempo. Con la mejora de la situación del mercado, gracias al apoyo de los bancos centrales y la reapertura gradual de las economías, las empresas querrán reducir su dependencia de las ayudas estatales, por lo que esperamos que la emisión de bonos siga aumentando”
En opinión de Ross, las adquisiciones, las recompras de acciones y los dividendos financiados mediante deuda a menudo preceden a una crisis económica. “Cuando la recesión global se imponga, los beneficios y los flujos de caja se reducirán considerablemente. Este año, los requisitos de endeudamiento serán enormes, aunque las empresas de nuestro índice van a recortar dividendos en 140.000 millones de dólares, hasta un total de 300.000 millones de dólares este año, están suspendiendo las recompras de acciones, aplazando las adquisiciones y reduciendo el gasto de capital. Mucho dependerá de en qué medida los nuevos préstamos se gasten o se mantengan como reservas de tesorería y de la cantidad de nuevas acciones que emitan las empresas para reforzar sus balances. Sin embargo, está claro que en 2020 la deuda corporativa neta marcará otro récord, aumentando 1 billón de dólares con respecto a 2019”, añade.
El gestor considera que, siempre que sea adecuado, el endeudamiento no es malo, ya que puede incrementar el retorno al accionista. En este sentido, destaca que desde la óptica del inversor, los bonos también ofrecen oportunidades de inversión interesantes y con una baja probabilidad de incumplimiento de deuda por parte del emisor, ya que las empresas en general pueden pagar sus deudas con unos tipos de interés tan bajos.Siempre y cuando las empresas tengan liquidez suficiente para cerrar la brecha provocada por el confinamiento, considera que las rentabilidades de los bonos corporativos podrían parecer cada vez más atractivas para los inversores.
“Como sucede con todo, algunas empresas hacen las cosas mejor que otras. Como inversores en renta fija, lo que más nos importa es la capacidad de una empresa para hacer frente a sus deudas. Y lo que es más importante, buscaremos indicios de que una empresa está reforzando su posición cuando las condiciones mejoran, utilizando el superávit de flujo de caja para amortizar la deuda en lugar de gastarlo o emitiendo nuevas acciones para reequilibrar la combinación de financiación de capital y deuda. Esto hace que los precios de los bonos suban, generando plusvalías para los inversores”, matiza.
Por su parte, Martina Álvarez, directora de ventas para Iberia de Janus Henderson, reconoce que el mercado de deuda corporativa ha sufrido un golpe sin precedentes en 2020 debido a la crisis económica provocada por el COVID-19. Sin embargo, considera que la intervención sincronizada de los Bancos Centrales ha dado un apoyo incondicional al activo.
“Hemos visto un estrechamiento de los diferenciales de crédito y un escenario de tipos de interés muy bajos. Este año, las empresas se han visto obligadas a incrementar sus emisiones de deuda para conseguir la tan necesaria liquidez que les permita aguantar periodos desafiantes debido al cierre económico, la consecuente bajada en el consumo y un sentimiento inversor volátil. En este sentido, en los últimos años, las empresas españolas consiguieron reducir sus niveles de endeudamiento neto y por ello afrontan este periodo desde una posición más sólida. En 2020, las empresas españolas de nuestro índice emitieron deuda por valor de 4.400 millones de dólares en los mercados de renta fija, lo que constituye en torno a una vigésima parte del incremento del endeudamiento de las empresas europeas en lo que va de año”, apunta.
Álvarez explica que, ahora más que nunca, el equipo de deuda corporativa en Janus Henderson tiene la convicción de que existen oportunidades interesantes en estos mercados si se gestionan los riesgos adecuadamente. “Ser un inversor en bonos corporativos implica balancear correctamente los riesgos de solvencia, los de liquidez y evaluar el potencial de las empresas para salir reforzadas de los momentos más débiles. Gracias al trabajo en equipo de analistas y gestores, hemos conseguido incrementar el volumen gestionado de nuestros fondos de deuda corporativa durante los últimos tres meses. Nos enorgullece comprobar una vez más que, en el largo plazo, la gestión activa marca la diferencia”, concluye la responsable de Iberia de Janus Henderson.
Pixabay CC0 Public Domain. La Comisión Europea publica una hoja de ruta para relanzar el plan de acción sobre la Unión de Mercados de Capitales
La Unión Europea sigue trabajando en la creación de la Unión de Mercado de Capitales. Su último paso ha sido la publicación de una hoja de ruta donde plantea cuáles son los principales retos que afectan a esta iniciativa, como la transformación digital o la transición a una economía sostenible, a los que se añade la crisis generada por el COVID-19.
Este documento estará abierto a recibir comentarios hasta el 4 de agosto de 2020. “El objetivo de la Comisión es crear un Mercado Único de Capitales como piedra angular de la integración de Europa y fuente de un crecimiento económico más sostenible”, apuntan desde finReg360.
La publicación del proyecto se preveía en el informe de expertos de alto nivel (denominado Next CMU High-Level Group), con el objetivo de relanzar esta iniciativa tras constatarse que las empresas siguen financiándose mayoritariamente en el canal bancario.
La Comisión Europea destaca que la creación de la Unión de Mercados de Capitales será relevante para mejorar la resiliencia del sistema financiero de la Unión Europea; diversificar las opciones de financiación de las compañías europeas de cualquier tamaño y en cualquier fase de desarrollo de su negocio y mejorar el acceso de los inversores minoristas a productos de inversión más adecuados a su perfil de riesgo e inversión. También destaca su utilidad de cara a promover la inversión transfronteriza y contribuir a una prestación de servicios financieros más competitiva; desarrollar un mercado de capital sostenible, eficiente y operativo que suponga una ventaja competitiva única en el mundo, y movilizar el capital privado para que se dirija a las dos prioridades de la Comisión: una Europa verde y digital.
“Apunta, además, que, con la crisis debida a la COVID-19, la movilización de todos los recursos financieros será esencial para el repunte económico que, unido a los recientes acontecimientos geopolíticos como el Brexit, hacen que el proyecto de la CMU sea más urgente que nunca”, añaden desde finReg360.
En este sentido, los objetivos que se ha marcado la Comisión Europea con esta hoja de ruta son, principalmente, mejorar el ecosistema para la obtención de capital para empresas de la Unión Europea, en especial las pymes; apoyar la creación de una arquitectura de mercados de capitales más paneuropea; promover una mayor participación de los inversores minoristas y una mejor asignación de sus ahorros, y asegurar una mejor integración transfronteriza.
Pixabay CC0 Public Domain. Lombard Odier y WWF lanzan la Guía del Donante Medioambiental
Lombard Odier y WWF publican una guía de filantropía para personas y fundaciones privadas que deseen contribuir en la lucha contra el cambio climático y la pérdida de la biodiversidad. Se trata de la Guía del Donante Medioambiental, un documento que pretende ser “un recurso útil para cualquier donante que desee proteger el medio ambiente y ayudar a combatir el cambio climático”, según afirman desde la entidades.
Escrito y publicado en asociación con WWF, la guía tiene como objetivo aumentar la concienciación, así como facilitar el compromiso y la financiación en este campo. Proporciona información y análisis para comprender mejor el alcance de la naturaleza y la dimensión de la emergencia climática e identificar diferentes tipos de soluciones. Aprovechando las experiencias combinadas del Grupo Lombard Odier y WWF, se esbozan proyectos concretos, resultados previstos y oportunidades para los donantes de preservar los océanos, los bosques y los hábitats de agua dulce en todo el mundo. En la guía también se destacan casos de estudio en el ámbito de las inversiones de impacto.
“Un millón de especies están en peligro de extinción y la forma en que actualmente producimos y consumimos está causando daños irreparables a la biodiversidad, la tierra, los bosques, los océanos y los sistemas fluviales. La ciencia es clara: la pérdida de la naturaleza junto con el cambio climático es una emergencia mundial que pone en peligro nuestra prosperidad económica, nuestro bienestar, nuestro desarrollo y nuestra propia supervivencia”, advierte Marco Lambertini, director general de WWF Internacional.
En 2017, tan sólo el 3% de los 410.000 millones de dólares donados por los estadounidenses a la beneficencia se destinaron a causas relacionadas con el medio ambiente, según los datos de NP. No obstante, la cifra ascendió un 7,2% con respecto al año anterior. En Europa, un estudio del Centro de Fundaciones Europeas que examina 87 de las mayores fundaciones europeas encontró que éstas dieron un total de 583 millones de euros en subvenciones relacionadas con el medio ambiente en 2016, menos del 1% de los 60.000 millones de euros que se estima que dichas fundaciones europeas concedieron ese año (EFC).
“A pesar de que la concienciación es mayor que nunca y de que los filántropos de todo el mundo están comprometidos, es necesario un progreso más rápido, junto con la financiación correspondiente, para reequilibrar nuestra relación con la naturaleza. La filantropía puede ayudar hoy y más que nunca en la financiación de acciones que apunten a las causas fundamentales de la pérdida de la naturaleza y el cambio climático y movilicen a los responsables de la toma de decisiones para impulsar el tan necesario cambio sistémico hacia un futuro sostenible para la gente y el planeta”, añade Lambertini.
“La Guía del Donante Medioambiental demuestra con claridad cómo todas las donaciones son importantes para responder a la crisis climática y ambiental actual”, afirman desde la firma. Por ejemplo, unos 35.000 dólares pueden poner en marcha el desarrollo de una industria pesquera local sostenible en el Mediterráneo, mientras que para preparar a un país en desarrollo para el cambio climático se requiere una financiación de cientos de millones o incluso miles de millones de dólares.
“Se estima que los fondos necesarios para proteger nuestro clima y detener la pérdida de la biodiversidad son enormes. Si bien la mayoría de los fondos provendrán de los gobiernos, existen enormes oportunidades para que los donantes filantrópicos también marquen la diferencia”, añade Patrick Odier, socio gestor senior del Grupo Lombard Odier y presidente de la Fundación Lombard Odier. “La filantropía tiene un valor poco común. Es el catalizador que puede provocar un cambio significativo en nuestra cultura. Puede financiar y apoyar visiones, sin importar en qué etapa, ya sea la semilla de una buena idea o una iniciativa totalmente desarrollada. A este respecto, el sector financiero también está asumiendo el reto, con iniciativas financieras innovadoras y sostenibles”, subraya Odier.
Además de las donaciones, la Guía del Donante muestra algunas de las novedades en materia de financiación como, por ejemplo, el Blue Bond de The Nature Conservancy, un instrumento diseñado para recaudar fondos para refinanciar la deuda de los países en desarrollo con la condición de que utilicen el dinero recibido para proteger o preservar sus entornos naturales.
“Tales instrumentos de financiación son valiosos porque movilizan un capital que permite a los países abordar los factores estructurales subyacentes que a menudo atraen menos la atención de los filántropos”, advierte Maximilian Martin, director global de Filantropía del Grupo Lombard Odier. “Los objetivos con un impacto de gran alcance, como la protección de entornos marinos prístinos, el fuerte capital natural y la biodiversidad de los bosques antiguos, o la vida silvestre africana, se consiguen mejor con un conjunto de instrumentos de financiación, que van desde las subvenciones hasta las inversiones de impacto”.
La Guía del Donante Medioambiental ha sido editada por el Grupo Lombard Odier y está disponible en inglés. Puede ser descargada gratuitamente de las páginas web del Grupo Lombard Odier y WWF.
Pixabay CC0 Public DomainFoto: Austin Neill. Foto: Austin Neill
La pandemia de COVID-19 y el descontento social han acelerado un cambio en los límites del discurso público aceptable y han normalizado ideas que en el pasado se consideraron radicales. En el mundo empresarial se ha puesto en tela de juicio el principio de que se deben elevar al máximo y a cualquier coste las rentabilidades para los accionistas, lo que ha afianzado la inversión sostenible como destino de primer orden para los capitales de los inversores. En estas líneas, Ned Salter, responsable de análisis global e inversiones en Asia menos Japón del área de renta variable, y Wen-Wen Lindroth, estratega jefe de inversión y analista senior de deuda corporativa de Fidelity International, abordan las ideas que subyacen a esta transformación y sus consecuencias.
El capitalismo sostenible pisa el acelerador
Los beneficios ya no son la gran prioridad que solían ser. En décadas anteriores, las conferencias de presentación de resultados se centraban en el beneficio por acción del trimestre, la evolución con respecto a trimestres anteriores y las expectativas futuras. Estas cifras expresan las prioridades del capitalismo de los accionistas y sus parámetros de éxito empresarial.
Aunque los indicadores de valoración de las acciones tienen pocas probabilidades de cambiar, sí se ha visto cómo desde marzo los consejeros delegados y los directores financieros han mostrado un énfasis muy diferente en las conferencias de presentación de resultados. Están tratando de comunicar otras cifras para visibilizar sus esfuerzos por proteger y apoyar a sus empleados, a sus clientes, a sus proveedores y a la sociedad, poniendo el acento en muchos casos en sus ayudas directas en forma de fabricación y suministro de medicinas, dispositivos médicos y equipos de protección.
La crisis del coronavirus ha cuestionado la capacidad de la sociedad para atender necesidades fisiológicas básicas como la seguridad y la salud, de ahí que haya acelerado la adopción del capitalismo sostenible, en especial en cuestiones relacionadas con el bienestar social. La pandemia supone una amenaza externa para la población, tanto en términos biológicos como económicos, y ha dado lugar a una respuesta colectiva para derrotarla que ha devuelto a la sociedad casi a tiempos de guerra, acentuando la necesidad de preservar el ecosistema natural y humano del que todos dependen.
Este último aspecto podría terminar provocando una revolución. Entre las empresas está cundiendo la idea de que su existencia como sistema de asignación de recursos se fundamenta en un permiso implícito otorgado por la sociedad y que dicha existencia solo puede fortalecerse buscando resultados que beneficien a todos, en lugar de unos pocos.
Es probable que la experiencia extrema y trágica de la pandemia de COVID-19 haya provocado un cambio permanente en la mentalidad y las actitudes hacia el capitalismo sostenible. Si la puerta que permitía combinar el objeto social y el bien común estaba entreabierta antes de la crisis, los sucesos de los últimos cinco meses la han abierto de par en par.
Corroborar la transformación sobre el terreno
En Fidelity International han podido corroborar esta transformación del objeto social a través de la encuesta que realizan mensualmente a más de 140 de sus analistas en todo el mundo. Por ejemplo, en más de la mitad de las respuestas a la edición de mayo de la Encuesta a Analistas de Fidelity se puso de manifiesto que las empresas tenían intención de redoblar su atención a los empleados, los consumidores y la sociedad en general como resultado directo de la pandemia.
En los diversos sectores y regiones, los analistas de Fidelity International señalaron que la salud del personal ha sido una cuestión de la máxima prioridad para los directivos y que las empresas dedicarán más atención a la seguridad y el bienestar de los empleados en el futuro. La encuesta también reveló que, a consecuencia de la crisis, para algunas compañías demostrar civismo empresarial y apoyar a las comunidades en las que operan se ha convertido en un elemento esencial a la hora de elevar y mantener el valor de su marca.
Un mes después, la edición de junio de la encuesta puso de relieve que en algunas áreas esta tendencia pervivirá más allá del brote de COVID-19. El 15% de los analistas de Norteamérica —un porcentaje mayor que en Europa— afirma que esperan que la mayoría de los cambios de tipo social en las empresas sean permanentes.
Más allá de la pandemia, el descontento social y las protestas multitudinarias han sido factores clave. Un analista de empresas de consumo básico europeas señala que “el suceso que podría generar más cambios sociales es la muerte de George Floyd en EE.UU.”
Acciones corporativas y capitalismo sostenible
“Tenemos la sensación de que nuestro marco de actuación ‘One Planet. One Health’ nunca antes había sido tan pertinente, urgente y significativo como en la actualidad. En estas circunstancias sin precedentes, este marco guía la forma en que nuestros equipos de interactúan diariamente con los ganaderos, los proveedores, los clientes, los consumidores, los profesionales sanitarios y los pacientes, pero también con sus socios comerciales, los gobiernos y las autoridades sanitarias”, dijo Emmanuel Faber, presidente y consejero delegado de Danone, presentación de resultados del primer trimestre de 2020.
“A pesar de los progresos que ha conseguido EE.UU., con demasiada frecuencia se niega a los afroamericanos privilegios básicos que otros dan por sentados. No estoy hablando de privilegios como la salud, la educación o las oportunidades laborales. Estoy hablando de derechos humanos y civiles fundamentales y la dignidad y el respeto que llevan aparejados”, explicó Mark Mason, director financiero de Citi, en una carta dirigida a los empleados el 29 de mayo de 2020.
Escuchar lo que dicen las empresas resulta útil, pero es mejor estar atentos a lo que hacen en realidad. Muchas empresas cotizadas están cambiando la forma de asignar recursos. Están reduciendo las recompras de acciones, los dividendos y las gratificaciones extraordinarias a los directivos y apostando por garantizar los empleos y ofrecer bajas médicas retribuidas más largas, mejoras en las coberturas de los seguros médicos y cuidados infantiles.
Este énfasis en la seguridad de los empleados y la mejora de su satisfacción viene a reconocer que el aumento de la productividad y los intangibles que se consigue con estas medidas ayudará a las empresas a sobrevivir y prosperar a largo plazo. A continuación figuran algunos ejemplos ilustrativos escogidos por los analistas de Fidelity International:
Mengniu lanza salvavidas a su cadena de suministro
La empresa china de productos lácteos Mengniu ha mantenido su compromiso de comprar leche a las explotaciones lácteas y ha cumplido con sus obligaciones de compra durante la crisis a pesar del descenso previsto de la demanda final. Mengniu también ofreció financiación sin intereses a las explotaciones para ayudarles a superar problemas temporales de liquidez. Eso no solo ayudará a las granjas a sobrevivir, sino que también impide que una gran cantidad de leche cruda se desperdicie. Mengniu planea convertir esa leche cruda en leche en polvo para almacenarla y usarla en el futuro. Eso lastrará los márgenes a corto plazo, pero consigue algo muy importante: proteger su cadena de suministro y la sostenibilidad de su negocio a largo plazo.
Salesforce – Diálogo integral con sus grupos de interés
En el apogeo de la crisis, Salesforce envió un avión cargado de equipos de protección individual (mascarillas, guantes y delantales) a la ciudad de Nueva York. Posteriormente ha lanzado work.com, una plataforma para que las empresas puedan volver al trabajo con seguridad después de la pandemia. La empresa cobrará una cuota simbólica por el uso de la plataforma, que se centrará en la gestión de visitantes, la continuidad del negocio y la gestión de cadenas de suministro.
Sostenibilidad y resultados de las inversiones
Una empresa o sector sostenible es aquel que es duradero y ofrece a los inversores beneficios a lo largo de los años. Los métodos empleados para escoger a estas empresas constituyen una evolución de los procesos tradicionales de inversión fundamental a largo plazo, más que una ruptura.
La historia sugiere que las rentabilidades duraderas van de la mano de unos equipos directivos que valoran adecuadamente los riesgos empresariales y prestan atención al bien social general. Un buen ejemplo que ha superado la prueba del tiempo es el contraste entre Merck y Enron. En la década de 1980, Merck donó medicamentos antiparasitarios contra la oncocercosis (un tipo de ceguera) a países en desarrollo, lo que le supuso un coste de varios millones de dólares. Esta decisión contribuyó a que Merck ocupara la primera posición en la lista de empresas más admiradas de la revista Fortune durante siete años consecutivos, entre 1987 y 1993, y en la actualidad sigue siendo una de las grandes farmacéuticas del S&P 500. Enron, como es bien sabido, no sobrevivió a los graves defectos de su gobierno corporativo.
La temática de sostenibilidad ha madurado como enfoque analítico, lo que da a los inversores un vocabulario aceptado en todo el mundo y una base de conocimiento con la que analizar los resultados de las empresas. En Fidelity International han desarrollado sus propias calificaciones de sostenibilidad para aprovechar y desarrollar esa base de conocimiento. Así, la gestora asigna a las empresas que cubren una calificación de A a E basada en su desempeño en una serie de criterios de sostenibilidad.
La sostenibilidad y el hundimiento de los mercados por el coronavirus
Usando estas calificaciones, en Fidelity International descubrieron que lo que es verdad para las rentabilidades a largo plazo también ha influido en los movimientos a corto plazo del mercado, particularmente durante el repentino y extremo mercado bajista que se vivió entre febrero y marzo de este año.
Para calibrar el efecto de esta volatilidad en las empresas con diferentes características medioambientales, sociales y de gobierno corporativo (ESG), Fidelity International compara la evolución de más de 2.600 empresas usando el sistema de calificaciones, lo que generó gran cantidad de datos para analizar la dispersión de las rentabilidades entre los cinco niveles de calificación durante el desplome reciente.
En ese sentido, en Fidelity International descubrieron que existía una sólida correlación positiva entre el comportamiento bursátil relativo de una empresa y su calificación de sostenibilidad durante este periodo de turbulencias. Los títulos de renta variable y renta fija emitidos por empresas en la parte alta de su escala de calificaciones (A y B) superaron en promedio a los que poseen calificaciones medias (C) y más bajas (D y E) en este breve periodo, observándose una relación lineal considerablemente fuerte. De media, cada nivel de calificación ESG equivalía a 2,8 puntos porcentuales de comportamiento bursátil durante ese periodo de volatilidad.
En la renta fija, las conclusiones son similares a las que se obtienen en la renta variable. De media, los títulos de empresas con calificaciones ESG más altas se comportaron mejor que sus homólogas con peor calificación desde el arranque del año hasta el 23 de marzo (en tasa no ajustada). Los bonos de las 149 empresas con calificación A rentaron un -9% de media, frente al -13% de las empresas con calificación B y el -17% de las empresas con calificación C.
Cuando en Fidelity International pusieron en marcha este estudio partían de la hipótesis de que las empresas con buenas características de sostenibilidad cuentan con equipos directivos más prudentes y conservadores y, por lo tanto, demostrarán una mayor resistencia ante una crisis en los mercados.
Aunque hay algunos factores que invitan a la cautela, como los ajustes por la beta, la calidad crediticia y la repentina recuperación de los mercados, en Fidelity International acogieron con optimismo las pruebas de una relación general entre unos factores de sostenibilidad sólidos y las rentabilidades, lo que otorga aún más importancia al examen de la dimensión ESG dentro de un enfoque de análisis fundamental.
Retroalimentaciones positivas
Las propias conversaciones de Fidelity International con los clientes sugieren que la sostenibilidad se ha convertido en un elemento indisociable de las decisiones de asignación de capitales. Con ello aumentan las probabilidades de que se produzca un cambio de conducta sistémico que dé lugar a algo parecido a un círculo virtuoso. A medida que los propietarios de los capitales comienzan a fijarse en los indicadores de sostenibilidad más allá de sus obligaciones financieras tradicionales, obligan a los gestores de dichos capitales a invertir teniendo en cuenta dichos principios.
A su vez, estos inversores profesionales aumentan la presión sobre los equipos directivos de las empresas para que mejoren sus prácticas, lo que eleva las expectativas de los propietarios de los capitales de conseguir mejores resultados de sostenibilidad.
En Fidelity International esperan que el fuerte incremento de la demanda de fondos sostenibles continúe o, incluso, que se acentúe a consecuencia de la pandemia. Si el capitalismo sostenible sigue calando en el pensamiento colectivo, la consecuencia debería ser una retroalimentación positiva en forma de valoraciones más elevadas de las empresas con buenas puntuaciones en los indicadores ESG, lo que se traduciría en más captaciones de activos por parte de los fondos sostenibles, y así sucesivamente.
Lo anterior se confirma con los datos de flujos de inversión: las captaciones de los fondos sostenibles ascendieron a 46.000 millones de dólares en todo el mundo en el primer trimestre, frente a unas salidas totales de activos de los fondos de inversión de 385.000 millones de dólares. Esta dinámica se mantuvo incluso durante el punto álgido de la crisis en marzo, cuando los inversores europeos destinaron 33.000 millones de dólares a fondos sostenibles, frente a unas salidas totales de capitales de los fondos de inversión de 163.000 millones de dólares, de acuerdo con los datos de Morningstar.
Implicaciones para el futuro
Estos cambios tendrán implicaciones deseables e indeseadas para los activos de riesgo. Por un lado, algunas empresas podrían sufrir descensos de los márgenes de beneficios debido a los mayores costes laborales, los costes de cumplimiento de la normativa medioambiental y la inflación de los costes derivada de la relocalización de las cadenas de suministro. El crecimiento de los ingresos también podría verse mermado por unos patrones de consumo privado más sostenibles y la adhesión a los principios de la economía circular. Juntos, estos factores podrían generar más beneficios para la economía real, en detrimento de los activos financieros.
Por otro lado, dado que un mayor número de empresas se centra en la sostenibilidad a largo plazo de sus modelos de negocio, escoger las inversiones adecuadas debería seguir generando rentabilidades constantes y elevadas. Es importante recordar que la base de la inversión a largo plazo es la acumulación de rentabilidades en negocios de larga duración que generan flujos de efectivo elevados y presentan altas tasas de supervivencia.
A corto plazo, las inversiones en empresas sostenibles deberían verse favorecidas por la subida de las valoraciones de las empresas con puntuaciones ESG elevadas, a su vez realzada por unas mayores captaciones de flujos de inversión en fondos. Estas empresas también tendrán un mejor acceso a financiación más barata y a más largo plazo, una ventaja que les resultará especialmente útil cuando los tipos empiecen a subir. Por último, las inversiones sostenibles conllevan un menor riesgo bajista, ya que la mayor frecuencia de la disrupción tecnológica, los sucesos climáticos y pandémicos y otros cisnes negros provocarán una mayor divergencia entre los resultados positivos y negativos que obtienen las empresas.
Dicho de otro modo: aunque las valoraciones bursátiles estén limitadas a medio plazo por los grandes avances de las bolsas y los rendimientos durante los últimos diez años, los ganadores y perdedores de los mercados probablemente sufran una mayor diferenciación, es decir, el “fuerte se hará más fuerte”. Eso significa que los inversores deberían mantener un sesgo hacia la calidad, y la calidad se mide cada vez más como la capacidad de una empresa para desarrollar su actividad de acuerdo con las metas de sostenibilidad y con un fin social claro.
En resumen, Fidelity International no cree que se esté ante una moda pasajera. Consideran que el capitalismo está experimentando una de esas reinvenciones periódicas que necesita para sobrevivir y cumplir con su finalidad última: la asignación eficiente y racional de los recursos. Algunas evoluciones podrían presentarse como crisis mientras se producen, pero en la gestora creen que estos cambios ofrecen una forma de aprovechar los mecanismos de mercado que han convertido al capitalismo en un sistema duradero con el objetivo de repartir equitativamente el coste de mejorar la sociedad.
El “permiso de la sociedad” es la base del capitalismo empresarial y en Fidelity International están seguros de que saldrá reforzado de este proceso. No es algo que haya que temer. Hay que celebrarlo como una mejora en el funcionamiento de un ecosistema con la que todos los organismos (o grupos de interés) salen beneficiados.
Michelle Leung (CEO) y Bingchao Cao (CIO) de Xingtai Capital.. china
Las gestoras internacionales siguen llegando a España, trayendo sus fondos al mercado español con el objetivo de comercializarlos entre los inversores nacionales. Recientemente, la gestora Xingtai Capital ha registrado su fondo insignia en formato UCITS en la CNMV, poniendo a disposición de los inversores españoles una estrategia con enfoque valueque trata de capturar el potencial de crecimiento chino y que actualmente se concentra en compañías de consumo doméstico.
Xingtai Capitalgestiona el fondo Xingtai Capital Fund, un fondo long only de renta variable china. Xingtai invierte en crecimiento chino, pero con un enfoque value. La estrategia está basada en el valor fundamental de las compañías, seleccionando oportunidades con una alta convicción y enfocándose en compañías con un alto crecimiento pero a la vez con un elevado margen de seguridad en su valoración.
La versión UCITS de este fondo (registrada ahora en España) fue lanzada hace 18 meses, con un retorno anualizado del 32,7%, y superando al íncide MSCI China en un 23,5% anualizado en el mismo periodo (neto de comisiones). En los últimos tres años, el fondo Xingtai China Fund ha generado un retorno anualizado del 32,2%, superando al íncide MSCI China en un 28,2% anualizado en el mismo periodo (neto de comisiones).
“Los inversores europeos están claramente infraponderados en su exposición a China, que es la segunda economía mundial y la de mayor tasa de crecimiento. Consideramos que nuestros fondos ofrecen a los inversores una gestión activa y diferenciada para capturar el importante crecimiento chino. El track-record de Xingtai Capital demuestra nuestra capacidad para generar alfa y al mismo tiempo una menor vulnerabilidad ante caídas del mercado”, afirma Michelle Leung, CEO de Xingtai Capital.
Xingtai Capital está basada en Hong Kong y tiene presencia en Shanghai. Sus fundadores son Michelle Leung (CEO) y Bingchao Cao (CIO). La gestora cuenta con activos bajo gestión de más de 300 millones de dólares. Según fuentes de la compañía, el objetivo es alcanzar los 1.000 millones (un billón en inglés) en los próximos 18 meses. Y para ello está en proceso de distribución internacional de sus fondos, pasando por España.
La gestora ha decidido enfocarse en el mercado español por el interés y la demanda que está percibiendo entre los inversores institucionales y profesionales en España.
Pixabay CC0 Public Domain. Los inversores institucionales advierten del aumento del greenwashing a nivel mundial
Si bien las cadenas de suministro globales generan ventajas competitivas a las empresas y reducen los costes para los consumidores, conllevan riesgos significativos. Las firmas que carecen de información sobre la calidad y transparencia sobre sus cadenas de suministro y no implementen medidas de debida diligencia (due dilligence), no podrán mitigar y gestionar esos riesgos. Así lo advierte Refinitv en los resultados de la Cuarta Edición de su informe de Riesgos de Terceros.
El estudio, que abarca los principales mercados mundiales, refleja los peligros ocultos en las relaciones con proveedores, distribuidores y socios. En este sentido, la consultora advierte de que las falsas credenciales medioambientales, como el greenwashign o eco blanqueamiento, se están haciendo cada vez más comunes y subrayan las amenazas que la era post COVID-19 supondrá para la gestión de los riesgos de terceros y la estabilidad en las cadenas de suministro de las empresas, más expuestas al fraude. Así, el 84% de los inversores institucionales encuestados afirma que el greenwashing, es decir, facilitar credenciales medio ambientales engañosas, se está extendiendo.
Mientras, en España, el 31% de encuestados considera la sostenibilidad como una razón de peso para implementar procesos de due diligence, en línea con las cifras mundiales, que se sitúa en un 32%. Sin embargo, un 47% de las compañías afirman no conocer adecuadamente a las empresas que subcontratan y el 83% de los encuestados sospecha que alguno de sus socios/proveedores está involucrado en actividades ilegales.
“España es uno de los países con mayor porcentaje de encuestados que afirman no conocer adecuadamente a las empresas que subcontratan. Las compañías tienen que asegurar la relevancia en sus negocios del análisis de riesgos en sus relaciones con terceros. Mientras piensan en cómo reorganizar sus cadenas de suministros, esta puede ser la gran oportunidad para hacerlo”, añade María Sánchez-Marin, directora de Sistemas de Rendimiento para la región EMEA de Enhanced Due Diligence en Refinitiv. En este sentido, el 63% de los profesionales encuestados estima que las empresas están asumiendo mayores riesgos regulatorios con el objetivo de generar nuevo negocio.
Por otro lado, en cuanto a las relaciones con terceros, el informe destaca que un 43% de las empresas que afirman que sus relaciones con terceros no han estado sujetas a procesos de due dilligence. En España, este porcentaje sube al 47%. Asimismo, a la hora de denunciar las infracciones de terceros, un 53% lo comunicaría por conductos internos, mientras que, en España, la cifra baja al 39%. Solo un 16% de los encuestados reportaría de forma externa. Del mismo modo, un 61% considera poco probable la posibilidad de un encausamiento judicial si la empresa violara las regulaciones sobre relaciones con terceros.
No obstante, los datos de la encuesta también reflejan un incremento en la preocupación por el cumplimiento normativo. En el 41% de las compañías, reconocen haber incrementado significativamente el gasto en medidas de compliance tras haber experimentado algún tipo de incumplimiento por parte de terceros. Este porcentaje aumenta en gran medida en el caso de España: un 66%.
Por último, el desconocimiento parece ser protagonista en las relaciones de las compañías con las empresas que subcontratan. Un 62% asegura desconocer en qué medida éstas externalizan a su vez el trabajo. España registra la cifra más alta en este sentido, con un 81%.
Pixabay CC0 Public Domain. Lombard Odier lanza una nueva estrategia alternativa líquida long/short en su plataforma PrivilEdge
Bank Lombard Odier & Co Ltd, gestor de patrimonios con sede en Ginebra, ha ampliado su oferta de inversiones alternativas en la plataforma de arquitectura abierta PrivilEdgecon la incorporación del fondo PrivilEdge – Graham Quant Macro, una estrategia multiactivos cuantitativa diversificada.
Según explica la firma, este fondo es una estrategia alternativa líquida long/short integrada por múltiples estilos de inversión subyacentes negociados en los mercados globales de renta variable, renta fija y futuros sobre divisas. La estrategia trata de acceder a diversas fuentes de rentabilidad en todos los ciclos del mercado y utiliza cuatro subestrategias distintas y complementarias, basadas en una serie de datos macro fundamentales y de precios. Las asignaciones de la cartera son dinámicas y se determinan en función de diversos parámetros, como la volatilidad y las correlaciones de mercado, para gestionar el riesgo y mantener la diversificación. Al operar en diversas condiciones de mercado, la estrategia Quant Macro busca aportar diversificación a los inversores.
“Con la incorporación de la estrategia macro cuantitativa Graham complementamos nuestra innovadora, flexible y bien diferenciada gama de soluciones de fondos que se ajusta según las necesidades de nuestros clientes. En un contexto de volatilidad creciente del mercado, los clientes están tratando de diversificar las carteras mediante estrategias alternativas de gestión activa. Graham, con su robusta supervisión del riesgo y su sofisticada construcción de carteras, ayudará a nuestros clientes a acceder a nuevas fuentes de alfa en un entorno de mercado que está evolucionando con rapidez”, explica Stéphane Monier, Director de Inversiones del banco privado de Lombard Odier.
El fondo es una sociedad de inversión de capital variable (SICAV) de Luxemburgo y estará disponible para clientes de España, Bélgica, Francia, Luxemburgo, Países Bajos, Suiza y el Reino Unido.En este sentido, James Medeiros, CEO de Graham Capital Management, señala que su estrategia Quant Macro lleva casi seis años a disposición de inversores institucionales globales, aportando rentabilidades absolutas con una baja correlación con los mercados y estrategias de negociación tradicionales. “Junto a Lombard Odier, podemos ofrecer Graham Quant Macro a una base de clientes más amplia en un formato de OICVM muy demandado”, añade.
Lombard Odier lanzó la plataforma de fondos PrivilEdge en febrero de 2014 para dar acceso a los clientes a una amplia gama de fondos de gestión externa en formato OICVM. El equipo de arquitectura abierta de Lombard Odier identifica los mejores gestores de fondos en cada clase, capaces de gestionar estrategias personalizadas que dan respuesta a las necesidades de cada cartera de los inversores utilizando una serie de enfoques diferenciados en todas las clases de activos (renta fija global sin restricciones, pequeña capitalización estadounidense, pequeña y mediana capitalización japonesa y renta fija de mercados emergentes, entre otras).
A fecha de 15 de junio, la plataforma PrivilEdge mantiene más de 4.600 millones de francos suizos en activos distribuidos entre 25 fondos y cada estrategia está disponible en distintas clases de acciones que se ajustan a los requisitos de registro e información de los inversores en cualquier lugar de Europa.
La sociedad independiente de asesoramiento patrimonial Orienta Capital ha registrado en la CNMV un nuevo fondo de inversión denominado Áncora Conservador FI.
Áncora Conservador FI es la materialización de la estrategia de inversión de Orienta Capital para un perfil de riesgo conservador en un solo producto invertible. Se trata de un fondo de fondos de inversión, con una exposición estructural a renta variable del 10% invirtiendo de forma global y diversificada entre distintas clases de activo y múltiples mercados, ofreciendo liquidez diaria a los partícipes, sin comisión de entrada o salida del fondo. Además de la clase retail accesible a cualquier inversor, este fondo contará con una clase institucional.
Las principales ventajas de Áncora Conservador FI como vehículo de inversión son el acceso con un único producto a la estrategia de Orienta Capital, con varias características. En primer lugar, se trata de una cartera global y diversificada con vehículos no disponibles para el inversor tradicional. Ancora Conservador FI está invertido de manera global y diversificada en 20 fondos distintos y complementarios entre sí. Algunos de estos fondos no son traspasables fiscalmente y tampoco están disponibles para el inversor no profesional.
También ofrece acceso a clases de fondos institucionales. El inversor se beneficia del acceso a las clases de fondos más baratas (institucionales), solamente accesibles a importes muy elevados que reducen significativamente los costes de cartera.
Además, ofrece agilidad y seguridad en la implementación y toma de decisiones. La cartera de Ancora Conservador FI se monitoriza y gestiona a diario ofreciendo agilidad y seguridad en la implementación de las operaciones.
Estas ventajas descritas ejemplifican la dificultad de replicar de forma eficiente la estrategia del comité de Orienta Capital en carteras asesoradas, más aún en momentos como el actual en los que la situación mundial económica y de mercados nos lleva a hacer numerosos movimientos tratando de posicionarnos en las ideas ganadoras que sin duda aparecerán al final de esta crisis, explica la firma en un comunicado.
Este nuevo producto de inversión se suma a las cuatro propuestas de Orienta Capital en fondos de inversión para sus clientes: Bitácora Renta Variable, Noray Moderado, Compas Equilibrado y Acurio European Managers.
Actualmente, Orienta Capital está integrado por un equipo de 54 profesionales y cuenta con un volumen de activos bajo asesoramiento de 1.650 millones de euros. Tiene oficinas en Bilbao, Madrid y San Sebastián, y delegaciones en Murcia, Pamplona, Valencia y Vitoria.