Pixabay CC0 Public Domain. El coronavirus impulsará el crecimiento de la innovación sanitaria
Intelect Search, dentro de su programa de responsabilidad social corporativa, finaliza la construcción de su segundo proyecto en Kicwamba, Uganda. Ya en 2017, los directivos de la consultora visitaron la zona, a siete horas en coche de la capital y, en 2018 la firma financió la construcción de una maternidad en la que, actualmente, nacen unos 500 niños al año en una comunidad de unas 6.000 familias.
Las obras finalizaron el pasado mes de junio, tras nueve meses de construcción que comenzaron en noviembre de 2019. “Con este proyecto pretendemos mejorar las condiciones de vida de la comunidad local, proyecto financiado al 100% por Intelectsearch y que ya gozan de excelentes instalaciones y hasta WC acondicionado para minusválidos”, añaden desde la entidad.
A través de la Fundación Intelectsearch + Nakupenda, la consultora lleva a cabo proyectos que apoyen la sanidad y educación en la infancia. Además, se trata de la segunda iniciativa que la firma apoya en colaboración con la Fundación África Directo, que lleva 25 años ayudando a personas en situaciones de vulnerabilidad en 22 países africanos.
Intelect Search es una consultora que nace en 2006 especializada en buscar agentes y banqueros wealth para entidades financieras y gestoras internacionales. En 2019 cerró más de 40 proyectos de éxito para sus clientes.
Pixabay CC0 Public Domain. ¿Nacerá el sol para la renta variable japonesa?
Una de las cuestiones más impactantes de la situación del COVID-19 es que cuando se miran las estadísticas, fuera de Wuhan, el resto de los miles de millones de personas en China, Corea, Taiwán, Hong Kong… no ha experimentado un alto número de casos. Si hablamos de Japón, uno de los factores que podría explicar esta baja incidencia es que son muy buenos manteniendo la distancia social. La gente no se da la mano, usan una mascarilla regularmente, particularmente si están enfermos. Así que, como sociedad han sido capaces de manejar la pandemia sin un confinamiento severo. De hecho, no ha sido un gran problema para ellos.
A lo largo de los años he desarrollado un par de ideas sobre Japón. La primera es que los japoneses son muy innovadores, pero no muy creativos, no muy buenos en el pensamiento abstracto, algo que tiene un lado positivo: son muy buenos en la innovación; toman algo que ya existe y lo mejoran. Por eso aquí se encuentran las compañías más innovadoras del mundo. Lo negativo es que, al no ser muy buenos en el pensamiento abstracto, no son muy buenos en las finanzas, por lo que sus políticas económicas y financieras no son muy positivas, por ejemplo, el impuesto sobre el consumo. Con estos antecedentes, mi opinión sobre las perspectivas económicas de Japón para los próximos 10, 15 o 20 años es diferente al consenso.
En primer lugar, hay que tener en cuenta el nivel de innovación y robotización de sus fábricas; cada vez es menos necesario un alto nivel de empleo humano. Y esto es muy importante en un mundo en el que viven 7.100 millones de personas y que podría llegar a 10.000 millones en 2050. Tradicionalmente, la agricultura y la industria manufacturera proporcionaban empleo a una gran parte, pero con la automatización esto significará que muchos de estos jóvenes ya no podrán ser empleados. Por lo tanto, muchos países emergentes perderán la ventaja del gran porcentaje de población joven, que ahora podría convertirse en una carga. Paradójicamente, Japón está muy bien preparado para ese entorno. A partir de ahora, con la automatización de la industria, el no tener una creciente población en edad de trabajar puede actuar como una ventaja para el país.
Por otra parte, espero que más fábricas decidan regresar a Japón, porque ya no será necesario ir al extranjero para buscar unos costes laborales más bajos, por lo que la economía japonesa se verá muy apoyada por estos factores hasta cierto punto».
Lo que hace interesante a Japón es que está relativamente bien posicionado para enfrentar el mundo que está por venir. Se ha producido una transición de un mundo analógico a uno digital, pero la tecnología está acelerando esta tendencia en la industria, que va a cambiar en los próximos 10 años debido a la expansión de la robótica, los sensores y el impacto de la nube. Los japoneses son expertos en la fabricación de productos con precisión, debido a su atención a los detalles y a la decisión de sus trabajadores de centrarse en un área durante años o incluso décadas. Están bien posicionados para crear parte de la infraestructura necesaria para enfrentarnos al mundo más digital al que nos dirigimos.
Esto también se debe a que Japón es una isla con pocos recursos, por lo que son muy eficientes y están muy centrados en la productividad. Todas las tecnologías necesarias para mejorar la eficiencia energética van a ser importantes en un mundo que va camino de estar poblado por 10.000 millones de personas».
En cuanto a la industria de los videojuegos, los japoneses son muy buenos. Mi interpretación después de años de vivir en Japón, es que es un país muy poblado, el espacio vital es muy pequeño. En este entorno necesitas varias formas de entretenimiento, y los videojuegos son una buena manera de salir de tu pequeño espacio físico y entrar en otro mayor. Además de esto, la interacción en los juegos está mejorando. Hace unos días, hablé con una empresa coreana que dice que podrá reunir a 2.000 jugadores en un solo juego. Ahora Fornite puede reunir hasta 50 jugadores. Ahora mismo Japón tiene bastantes buenas compañías de juegos, no sólo Nintendo.
Tribuna de Christophe Braun, especialista en inversiones de Capital Group.
Pixabay CC0 Public Domain. Los retos a los que se enfrenta el sector asegurador
Durante los próximos años, el sector asegurador se enfrentará a una serie de retos entre los que se encontrarán los bajos tipos de interés. Según el último estudio «Inversiones de las Entidades Aseguradoras: nuevos enfoques ante nuevos desafíos», elaborado por ICEA en colaboración con Amundi, esta situación no se espera que mejore en el corto/medio plazo.
“Las previsiones de rentabilidad para los próximos diez años son inferiores a las de hace una década, por lo que hay que asumir algo más de riesgo que hasta ahora para conseguir la misma rentabilidad”, aseguraba Víctor de la Morena, director de Inversiones de Amundi Iberia, durante la presentación del estudio.
Asimismo, el experto destacó que el escenario central que prevén en Amundi, al que otorgan un 60% de posibilidades, es el de una recuperación en forma de U, visible a partir del cuarto trimestre del año, mientras que no se recuperarán los niveles de PIB previos a la pandemia hasta 2022.
De cara al segundo semestre del año, este escenario tendrá diferentes implicaciones en términos de inversión. Por un lado, en renta fija, la búsqueda de rendimientos en crédito de buena calidad y deuda de mercados emergentes. “Aunque el Investment grade cuenta con el apoyo de los bancos centrales, los inversores deben ser muy selectivos y estar atentos ante las tasas de default”, asegura de la Morena.
En renta variable, desde Amundi también se decantan por la cautela y por una rotación hacia los sectores cíclicos y el value. “Históricamente, nunca ha habido tanta dispersión entre el value y el growth”, afirma de la Morena. Por último, la Inversión Socialmente Responsable (ISR) y los criterios ESG continuarán siendo otro de los temas principales, ya que ha demostrado ser uno los activos más resistentes durante la crisis.
¿Cómo hacer frente a los bajos tipos de interés?
Además, las aseguradoras también tendrán que continuar haciendo frente a los bajos tipos de interés. Según el estudio, presentado por Miguel Angel Rodríguez Parra, colaborador externo de ICEA, el factor estructural más relevante que explica los bajos tipos de interés, tanto en Estados Unidos como en la Eurozona, es el envejecimiento de la población, motivado por el bajo crecimiento demográfico (negativo en Europa desde 2014) y el aumento de la esperanza de vida, que se situará en 2035 en los 81,4 años en Estados Unidos y en los 84,6 años en la zona euro.
Este envejecimiento poblacional conlleva una reducción del crecimiento del PIB potencial, derivado de la pérdida de fuerza laboral y de productividad asociada a la edad. De esta manera, el informe estima que por cada punto porcentual que se incrementa la tasa de dependencia en Estados Unidos, el crecimiento del PIB potencial se reduce cuatro décimas, mientras que en la eurozona la reducción es de dos décimas.
Asimismo, si la productividad decae, los salarios también bajarán o subirán menos, lo que se traducirá en una menor presión inflacionista. “Por otra parte, el envejecimiento poblacional suele conllevar un aumento de la tasa de ahorro”, advierte el informe. Según el estudio, todos estos factores combinados condicionan la evolución de los tipos de interés, haciendo que caigan a tasas muy bajas o incluso negativas, por lo que cabe esperar que, sin medidas contundentes, el periodo de bajos tipos de interés se prolongue.
Impacto en la rentabilidad de la cartera
Este contexto de bajos tipos de interés ha impactado en los rendimientos de las carteras de las entidades aseguradoras. Según se recoge en el informe, en España la rentabilidad descendió un 44,2% entre 2014 y 2018, lo que se explica, en parte, por la alta exposición del sector a la deuda pública (un 55,6% a cierre de 2019), así como por una estrategia de inversión conservadora. Este porcentaje es 23,6 puntos superior a la media de la Eurozona.
El informe recoge el estado de incorporación a las carteras de activos como infraestructuras, capital riesgo, deuda subordinada, renta variable con protección, o inmobiliario, entre otros. En este sentido, un 30% invierte en inmuebles fuera de España y el 70% lo hace de forma indirecta a través de fondos de inversión o socimis. Asimismo, más del 50% declara considerar criterios de sostenibilidad a la hora de configurar su cartera, pesando la inversión sostenible un 55,5% de las carteras.
En relación al COVID-19, el 67% declara cambios en su política de inversión como consecuencia y destaca el mantenimiento o incremento de niveles elevados de liquidez; así como aprovechar oportunidades en deuda (repunte de TIRes), crédito (ampliación de spreads) y/o renta variable (descuentos en cotización). Cerca de un 27% declara también ser más estricto con la calidad crediticia, sectores o plazo, y todo aquello que implique un mayor riesgo.
“Una mayor diversificación de la cartera, incluyendo activos alternativos, permite alcanzar la rentabilidad objetivo con menor consumo de capital y que las carteras resistan mejor los movimientos adversos de los mercados”, subraya el informe. En este sentido, los activos alternativos pueden jugar un importante papel en diferentes escenarios y bajo condiciones de estrés.
Soluciones de inversión para la coyuntura actual
Jorge Díaz, director de Clientes Institucionales y ESG de Amundi Iberia y Raúl Fernández, director comercial de Amundi Iberia, también participaron en la presentación del informe, aportando varias soluciones de inversión para la coyuntura actual.
Por un lado, la renta fija investment grade: buy & maintain, aprovechando que los diferenciales de crédito europeo y de investment grade se encuentran elevados. Por otro, la incorporación de la ISR en las carteras con bonos verdes de impacto, que miden y cuantifican los beneficios positivos para el clima y la sociedad a través de la medición del ahorro en el número de toneladas de CO2 emitidas al año.
Además, desde la firma apuntan a las ISR ya que “suelen resistir mejor las crisis de los mercados”. “En general, los compradores de bonos verdes tienen más tendencia a mantenerlos hasta el vencimiento. Por tanto, en épocas de ventas masivas, se produce un menor número de ellas que en un bono tradicional”, destacan.
En lo referente a otras inversiones alternativas, como las infraestructuras o leveraged loans, la gestora las destaca como posibles soluciones siempre que “cuenten con una elevada diversificación y calidad”. Además, el evento concluyó con la intervención de Antonio Martín Carrera, director del Área de Estudios de ICEA, que abordó la evolución y últimas tendencias del sector asegurador.
¿Qué fondos son los grandes ganadores en el contexto del COVID-19? En opinión de Cerulli Associates, la respuesta es sencilla: los fondos tecnológicos. Según su análisis, durante la primera mitad del año, estos fondos ofrecieron rentabilidades atractivas.
En su último análisis apunta que, en contraste con los amplios índices de renta variable como el MSCI World y el S&P 500, que experimentaron importantes pérdidas al inicio de esta pandemia, los sectores tecnológicos han registrado ganancias significativas. “El sector de IT del S&P 500 ha subido un 14% y el subconjunto equivalente del MSCI World ha ganado un 12,7%. Los inversores que compraron el S&P 500 hace cinco años han experimentado una ganancia del 93,3% y los que se centran en la tecnología han subido un 216,6%”, señala Cerulli Associates en su último informe.
En este sentido, señala que, a largo plazo, el sector de la tecnología podría ser un gran ganador de la recuperación económica post COVID-19. «El aumento del trabajo a domicilio ya ha beneficiado a las empresas especializadas en software de seguridad e infraestructura basada en la nube, y cuanto más dure la pandemia de coronavirus, más se confiará en estos servicios. Se espera que esas empresas desempeñen un papel fundamental en la planificación de la continuidad del negocio», afirma Fabrizio Zumbo, director adjunto de análisis de gestión de activos europeos de Cerulli.
Como ejemplo, la firma de asesoramiento destaca que varios índices especializados de seguimiento de ETFs centrados en la ciberseguridad y la infraestructura digital han salido al mercado en los últimos tres años y han logrado reunir nuevos activos desde el comienzo de la pandemia del COVID-19.
Además, considera que la llegada de la tecnología móvil 5G promete un impulso a la infraestructura digital y a las empresas de telecomunicaciones. “El desarrollo de 5G no solo es una fuerte tendencia a la inversión en sí misma, sino que también podría impulsar a las empresas de tecnología que utilizan datos móviles, como los proveedores de servicios de medios de comunicación”, añade.
Pixabay CC0 Public Domain. eToro lanza nuevas herramientas para facilitar el acceso y la gestión de los activos digitales en su plataforma eToroX
eToro ha anunciado que amplía y mejora las herramientas de gestión de riesgo y de operaciones en su plataforma eToroX, su servicio de intercambio de criptoactivos que lanzó en 2019. Según explica la firma, estas mejoras son parte de su compromiso con la creencia de que “un día todos los activos invertibles estarán tokenizados” y se negociarán con tecnología blockchain.
En concreto, explica que ha incorporado un amplio conjunto de herramientas que están dirigidas al creciente segmento de operadores profesionales e institucionales en activos digitales, “cuyas necesidades operativas y comerciales son muy específicas”, señala.
Según explica la firma, mediante la aplicación de un modelo de tarifas invertido Taker-Maker, eToroX “da la vuelta a la estructura de precios tradicional Maker-Taker, permitiendo la devolución de comisiones a los takers que ejecuten órdenes de mercado por encima de ciertos volúmenes, en lugar de que sean ellos los que paguen por el privilegio de operar”. En una investigación de la Universidad de Melbourne se examinaron las pocas bolsas tradicionales que adoptaron modelos de tarifas invertidas, llegando a la conclusión de que el impacto neto de esos modelos en la calidad del mercado es positivo, se mejora la eficiencia de precios, se produce un aumentando la liquidez y se logra una disminución de la volatilidad a corto plazo.
En este sentido, eToroX ha incorporado una gama de nuevos tipos de órdenes; desde aquellas que permiten amplificar las capacidades del usuario al negociar divisas tokenizadas, materias primas y criptoactivos 24×7, hasta órdenes del tipo FOK, IOC, GTC y GTD, así como las Iceberg. También ha establecido una solución de custodia de almacenamiento en frío de alta seguridad, del mismo alto nivel que las utilizadas por las casas financieras tradicionales. Otras herramientas que se están presentando incluyen una API de grado institucional con protocolo FIX, además de los protocolos REST y WebSocket, y un programa de línea de crédito para operaciones al contado, que permite a los usuarios un acceso ampliado a los mercados de gran liquidez de eToroX, y les permite operar con un volumen hasta diez veces mayor.
Según Peggy Sullivan, Senior Policy Advisor de la Comisión de Valores y Bolsa de los Estados Unidos, «para que la adopción de la criptodivisa o el espacio de los activos digitales se generalice, necesitamos facilitar la entrada a los mercados institucionales». Esto se confirma en un informe de Aite Group, una empresa mundial de investigación y asesoramiento, que considera que los comerciantes profesionales de criptoactivos tienen «una necesidad desesperada de herramientas de calidad institucional».
Pixabay CC0 Public DomainFoto: Benjamin Davies. Foto: Benjamin Davies
State Street Global Advisors, la división de gestión de activos de State Street Corporation, ha anunciado el lanzamiento del SPDR STOXX Global Low Volatility UCITS ETF. El fondo replicará el índice STOXX® Global Low Risk Weighted Diversified 200, que representa a las empresas menos volátiles del índice STOXX® Global 1800, teniendo también en cuenta una adecuada diversificación.
Este índice de referencia ofrece una representación amplia y líquida de los mercados más desarrollados del mundo, con un número fijo de 1.800 componentes representados por los índices STOXX Europe 600, STOXX North America 600 y STOXX Asia/Pacific 600.
El objetivo de inversión del nuevo ETF es replicar la rentabilidad de los títulos de renta variable globales de mercados desarrollados que históricamente han presentado características de baja volatilidad. Los 200 títulos seleccionados entre los componentes de índice STOXX® Global 1800 registraron el nivel más bajo de volatilidad histórica durante el pasado año.
El Índice está limitado a una ponderación máxima de cada título individual del 2% o bien 25 veces su ponderación en el índice STOXX® Global 1800 —la que sea inferior— y a una ponderación máxima por sector del 25%.
Asimismo, el índice se podrá desviar un +/-5% en lo que respecta a las ponderaciones por país que superen el 2,5% en el índice STOXX® Global 1800 y hasta un máximo del triple de su ponderación en caso de que estas no superen el 2,5%. Su rebalanceo se produce con una periodicidad trimestral.
SPDR también dispone en su gama de ETFs que replican los índices S&P 500 Low Volatility y EURO STOXX® Low Risk Weighted 100, que han registrado mejores rentabilidades ajustadas al riesgo que los índices de referencia de los que seleccionan sus componentes, en parte debido a que históricamente han sufrido drawdowns inferiores.
Las estrategias de los ETFs de Baja Volatilidad de SPDR están sujetos a menos limitaciones en comparación con las estrategias Minimum Volatility/Variance, lo que les permite una mayor flexibilidad para reducir la exposición al factor de volatilidad. También están sujetos a una mayor frecuencia de rebalanceo (trimestral) que las estrategias Minimum Volatility/Variance (semestral), lo que les permite reaccionar de manera más ágil a los cambios de las condiciones del mercado.
«La volatilidad del mercado se ha convertido en un gran reto para los inversores, en especial durante la pandemia actual. Nuestra gama de ETF SPDR smart beta de baja volatilidad, incorporan metodologías sencillas basadas en criterios factoriales, que permiten a los inversores modificar las carteras para que su asignación estratégica refleje mejor sus preferencias de riesgo/rentabilidad», señaló Matteo Andreetto, director de SPDR ETF para EMEA. «Pueden incluir características defensivas en sus carteras y mantener al mismo tiempo cierto potencial de revalorización, orientando parte de la asignación estratégica hacia estrategias de baja volatilidad».
«A pesar de que los datos económicos se han recuperado respecto de los mínimos registrados este mismo año», añadió Ryan Reardon, estratega de SPDR ETF, «la persistente incertidumbre que domina los precios de la renta variable ha dado una relevancia cada vez mayor a los ETF de baja volatilidad. Ofrecen el potencial de superar la rentabilidad del conjunto del mercado en tiempos de incertidumbre, incorporando un factor de protección a las carteras. Seleccionan títulos que han experimentado los niveles de fluctuaciones de precios más bajos, que por lo general se concentran en mayor medida en los sectores defensivos».
El ratio anual de gastos totales (TER – Total Expense Ratio, por sus siglas en inglés) del SPDR STOXX Global Low Volatility UCITS ETF se sitúa en el 0,30%. Su listado principal tuvo lugar en Euronext Ámsterdam, el 24 de agosto de 2020, seguido de un listado secundario en la Bolsa de Londres (LSE), el 25 de agosto de 2020.
Los 10 principales títulos del nuevo ETF son los siguientes:
El COVID-19 ha roto los esquemas de las empresas premiando a aquellas que son capaces de adaptarse con rapidez. Según la última encuesta publicada por HSBC, las compañías en todo el mundo realizan cambios operacionales significativos para ser más resilientes, tras ver que sus modelos de negocio no eran lo suficientemente para enfrentarse a los efectos de la pandemia del COVID-19.
De acuerdo con la encuesta Resiliencia Navigator: Hacia una reconstrucción efectiva, realizada en 2.604 empresas en 14 países y territorios del mundo, muchas de ellas descuidaron, antes de la contingencia, planes en materia de tecnología, finanzas y sustentabilidad. El 47% de ellas consideró que pudo haber estado más preparado para enfrentarse a los desafíos de los últimos meses.
Según indican las conclusiones, para algunos, el trabajo remoto expuso debilidades en sus planes de continuidad, por lo que en los últimos seis meses, herramientas como el internet de alta velocidad y de videoconferencia fueron muy utilizadas. Incluso, la inversión en tecnología e innovación destaca hoy como una prioridad para los próximos cinco años para los países con un 28% de las respuestas.
Asimismo, la disponibilidad de flujo de efectivo fue también un desafío, ya que sólo 43% de las empresas consultadas dijo haber realizado pasos previos para fortalecer su posición financiera.
“La crisis ha obligado a muchas empresas a adaptarse, y casi dos tercios (63%) ya han realizado cambios en sus operaciones. Casi la mitad de las empresas de los 14 mercados (44%) dijo que cambiará aún más sus productos y servicios, ya sea diversificando o modificando su oferta a las necesidades del mercado”, señalan las conclusiones del informe.
De acuerdo con los resultados de la encuesta global, en el largo plazo, los planes de negocios de las empresas ahora requieren un profesionales más ágiles, para enfrentarse a un trabajo más flexible, e incluso cambios en las instalaciones de producción y oficina, además de un mayor enfoque en la tecnología y la sustentabilidad.
¿Qué aspectos mejorar?
Los encuestados reconocen e identifican las áreas en las que tendrán que trabajar tras esta pandemia. Por ejemplo, más de dos tercios (69%) consideran que la tecnología hará posible que el trabajo flexible sea una práctica estándar y un tercio (34%) espera reducir sus viajes aéreos.
Además, seis de cada 10 encuestados (61%) piensan que la colaboración virtual se convertirá en una práctica estándar en los próximos dos años; 57% dice que las reuniones virtuales, internas y externas, están aquí para quedarse incluso después de que se cancelen las medidas de cierre. Por último, destaca la sostenibilidad como motor para impulsar la recuperación: más de nueve de cada 10 (91%) expresan que podrían rediseñar sus negocios y hacer que sus cadenas de suministro sean más sustentables.
“Las empresas no están esperando a que se les diga cómo reconstruirse mejor; ya están en ello. La tragedia social y el enorme daño económico causados por el COVID-19 han acelerado los planes de transformación de las empresas y han llevado a las interdependencias de las relaciones al pensamiento de los líderes empresariales. La historia nos muestra que algunas empresas pueden fracasar para salir de una recesión, por lo cual es vital que sus tomadores de decisiones sigan adelante en sus esfuerzos para hacer que sus compañías sean más ágiles y resilientes», señala Barry O’Byrne, director global de Banca de Empresas de HSBC.
Apoyo entre empresas, un factor de sobrevivencia
La encuesta global de HSBC también señala que hubo una colaboración importante entre las empresas durante la crisis, lo que ha sido clave para la supervivencia de muchas de ellas. Según HSBC, el 55% de las compañías afirmaron que compartieron intercambio de información, experiencias y conocimientos, el 51% relajó sus condiciones de pago y el 36% colaboró con otras empresas para hacer posible que siguieran llevando sus productos a sus clientes.
La encuesta también identifica una serie de cambios que las empresas de los 14 países esperan hacer en sus cadenas de suministro en los próximos dos años en un intento por aumentar la transparencia y la seguridad. Por ejemplo, tres de cada diez (29%) desean diversificar su cadena de suministro y trabajar con más socios, y una cuarta parte quiere trabajar con empresas en mercados más estables (26%). Por el contrario, un tercio planea restringir o acortar sus cadenas de suministro para reducir el riesgo.
Por último, más de dos tercios (67%) planean aumentar la seguridad de su cadena de suministro identificando y asegurando proveedores críticos (31%), y tres de cada diez planean revisar la capacidad de sus proveedores para resistir futuras crisis.
Foto cedidaFoto: Nicholas Ware, gestor de carteras del equipo de renta fija estratégica de Janus Henderson. Foto: Nicholas Ware, gestor de carteras del equipo de renta fija estratégica de Janus Henderson
Nicholas Ware, gestor de carteras del equipo de renta fija estratégica de Janus Henderson Investors, explica por qué cree que en la segunda mitad de 2020 habrá menos emisiones en los mercados de bonos corporativos, tras el vertiginoso volumen de nuevas emisiones de la primera mitad del año.
Tras las emisiones de bonos corporativos por un total de 1,2 billones de dólares desde el principio de 2020, un 95% más que en 2019 (*), ahora apuestan por una disminución de las emisiones netas investment grade en la segunda mitad del año, debido en parte a las recompras y pagos de bonos. En Janus Henderson creen que las empresas gestionarán sus calificaciones y niveles de apalancamiento de forma más contundente, tras la pandemia de COVID‑19, para asegurarse de cumplir los requisitos de los rescates de los bancos centrales en el futuro.
Valor en el investment grade en la siguiente caída de mercado
La Reserva Federal estadounidense (Fed) ha constituido dos líneas de crédito por la crisis de la COVID-19, la Primary Market Corporate Credit Facility (PMCCF) y la Secondary Market Corporate Credit Facility (SMCCF), para proporcionar liquidez a los bonos corporativos en circulación. Ambas formarán parte del conjunto de herramientas para la próxima recesión, en caso necesario.
El requisito para acceder a dichas líneas es que las empresas tuvieran una calificación mínima de BBB-/Baa3 de al menos dos agencias de calificación importantes a 22 de marzo de 2020. De igual modo, el Banco Central Europeo (BCE) ha utilizado su actual programa de compras del sector corporativo (CSPP) y un programa de compras por la emergencia de la pandemia (PEPP) recientemente creado, con el requisito de que la empresa tenga una calificación de investment grade de al menos una agencia para acceder.
Por tanto, el director financiero de una empresa sabe que tendrá que tener mucha más seguridad que simplemente investment grade de cara a la próxima caída del mercado para poder acceder a esas herramientas.
En Janus Henderson creen que las empresas y corporaciones se esforzarán para proteger sus calificaciones investment grade. Puede incluso que se vean empresas high yield que intenten volver a investment grade en los próximos años (también denominadas «estrellas nacientes»). Es lo que se vio en Europa en junio de 2016, cuando se lanzó el CSPP y muchas empresas se dieron cuenta de que les favorecía tener una calificación investment grade. En el gráfico 1 se muestra el patrón de cambio en las calificaciones tras las compras de bonos del BCE.
Las empresas más grandes (las preferidas por Janus Henderson) suelen estar diversificadas, tener mayor acceso al capital y haber demostrado que pueden adaptarse a las crisis. Algo evidente dados los importantes recortes realizados en los dividendos, empleos e inversión en bienes de equipo para reforzar sus posiciones de crédito.
Por tanto, en la opinión de la gestora, el mercado está en un buen momento del ciclo de crédito, por lo que siguen siendo optimistas con respecto al crédito corporativo.
Los inversores se ponen al día con el cambio de comportamiento
Parece que los inversores se están poniendo al día con este cambio de comportamiento. El banco de inversión Bank of America realizó recientemente una encuesta entre los inversores, según la cual los clientes esperan muchos menos ángeles caídos (empresas investment grade rebajadas por debajo de esa categoría) para los próximos doce meses que hace solo unos meses.
Por supuesto que habrá ángeles caídos, pero los expertos de Janus Henderson creen que quizá se esté exagerando, teniendo en cuenta las medias adoptadas por muchas empresas y el respaldo, tanto monetario como fiscal, de las autoridades. Entre marzo y mayo de este año, las empresas consiguieron suficiente financiación, proporcionando liquidez a sus operaciones. Ahora esperan que traten de reducir el apalancamiento de sus balances y recomprar bonos en la segunda mitad del año y el año que viene.
Además, la Fed sigue ahí en un segundo plano, también comprando bonos. Aunque la Fed ha incidido considerablemente en la confianza, no ha tenido que comprar muchos bonos en el mercado de nuevas emisiones, como vemos en el gráfico 3. Los datos, de BNP Paribas, muestran que las importantes recompras de bonos por parte de las empresas estadounidenses en junio dejaron el total de emisiones netas (línea de puntos) en apenas 6.500 millones de dólares en el mes, mientras que las emisiones brutas superaron los 100.000 millones de dólares, una importante reducción con respecto al periodo entre marzo y mayo.
También hubo un gran número de emisiones en el mercado investment grade europeo en el segundo trimestre, ya que las empresas se dedicaron a acumular liquidez. De cara al verano, se espera una reducción de las emisiones, aunque el BCE tiene un papel preponderante al comprar bonos corporativos por unos 11.000 millones de euros al mes.
Conclusión
Las diversas medidas adoptadas por las empresas, como adelantar las emisiones o reducir las inversiones y pagos a los accionistas, no compensan totalmente el impacto de la reducción de los beneficios de cara al futuro (debido a los dos shocks: la covid‑19 y la crisis del petróleo), pero deberían dejarlas bien posicionadas para 2021. En Janus Henderson creen que la reducción de las emisiones durante el resto de 2020 será un factor importante para seguir respaldando la clase de activos del crédito.
Notas:
(*) A 19 de junio de 2020
Información importante:
Este documento recoge las opiniones expresadas por el autor en el momento de su publicación y podrían ser diferentes de las de otras personas y otros equipos de Janus Henderson Investors. Los sectores, los índices, los fondos y los valores que se mencionan en este artículo no constituyen ni forman parte de ninguna oferta o invitación para comprarlos o venderlos. La rentabilidad pasada no es indicativa de rentabilidades futuras. El valor de las inversiones y las rentas derivadas de ellas puede disminuir y aumentar y es posible que los inversores no recuperen la cantidad invertida inicialmente. La información recogida en este artículo no reúne las condiciones para considerarse recomendación de inversión.
Emitido por Janus Henderson Investors. Janus Henderson Investors es la denominación con la que ofrecen productos y servicios de inversión Janus Capital International Limited (número de registro: 3594615), Henderson Global Investors Limited (número de registro: 906355), Henderson Investment Funds Limited (número de registro: 2678531), AlphaGen Capital Limited (número de registro: 962757), Henderson Equity Partners Limited (número de registro: 2606646) (registradas en Inglaterra y Gales, con domicilio social en 201 Bishopsgate, Londres EC2M 3AE y reguladas por la Autoridad de Conducta Financiera) y Henderson Management S.A. (número de registro: B22848, con domicilio social en 2 Rue de Bitbourg, L-1273, Luxemburgo y regulada por la Commission de Surveillance du Secteur Financier).
Pixabay CC0 Public Domain. Los inversores de los mercados emergentes esperan el momento adecuado para hacer uso del efectivo
La población mundial y el patrimonio de las grandes fortunas crecieron cerca del 9% en 2019, pese a la desaceleración económica global, las guerras comerciales internacionales y las tensiones geopolíticas, según concluye el informe World Wealth Report 2020 elaborado por Capgemini.
Las regiones de América del Norte y de Europa, que representan, respectivamente, alrededor del 11% y el 9% del crecimiento, han adelantado a la región de Asia Pacífico, que representa el 8%, por primera vez desde 2012. No obstante, el incremento logrado el pasado año se ha visto empañado por los datos del Fondo Monetario Internacional, que prevé un retroceso de un 4,9% de la economía mundial en 2020, matiza el informe en sus conclusiones.
En concreto, América del Norte, con un aumento del 11% tanto del número de grandes fortunas como de su patrimonio (frente a una caída del 1% de la riqueza en 2018), concentra el 39% del aumento de la población millonaria y el 37% del crecimiento de la riqueza de las grandes fortunas en 2019. Las cifras europeas superaron las de Asia Pacífico y Latinoamérica, con un crecimiento del número de grandes fortunas y de su riqueza de casi el 9%. A pesar de una sólida evolución del mercado en diferentes países asiáticos, incluidos Hong Kong, China y Taiwán, la región de Asia Pacífico creció en general un 8% en 2019, quedando por detrás de la tasa media mundial del 9% de crecimiento de grandes fortunas.
El impacto de la pandemia
De acuerdo con la información facilitada por la World Federation of Exchanges, el COVID-19 hizo desaparecer más de 18 billones de dólares de los mercados mundiales durante los meses de febrero y marzo de 2020, antes de una ligera recuperación observada en abril. Los analistas de Capgemini, según se detalla en este informe, previeron una caída de entre el 6% y el 8% de la riqueza mundial hasta finales de abril de 2020 (con respecto a diciembre de 2019) y también han cambiado las prioridades en la inversión: en la era pos-pandemia están ganando relevancia las inversiones sostenibles que siguen criterios medioambientales y sociales.
“En este marco de extraordinaria incertidumbre, los gestores y las firmas de gestión de patrimonios se encuentran navegando por aguas desconocidas. Esta época impredecible puede también brindar a las firmas la oportunidad de replantearse y reinventar su negocio y su modelo operativo, para ser más ágiles y más resilientes. La ciencia analítica y la automatización, así como las nuevas tecnologías, como la inteligencia artificial, pueden ayudar a las firmas a aumentar sus ingresos mejorando la experiencia de los clientes y, al mismo tiempo, reduciendo costes mediante la simplificación de los procesos”, señala Anirban Bose, CEO del área de Servicios Financieros de Capgemini y miembro del Comité Ejecutivo del Grupo.
Aumenta el interés por la ISR y el valor añadido
El creciente interés por la inversión sostenible está brindando a las empresas una oportunidad con un elevado potencial de crear relaciones sólidas y duraderas. En el segmento de los ultramillonarios, la inversión sostenible está adquiriendo un protagonismo considerable. Frente al 27% de las grandes fortunas que expresó interés en productos de inversión sostenible, el porcentaje se elevó al 40% entre los multimillonarios que afirmaron estar dispuestos a poner dinero en la sostenibilidad.
Según indica el informe, las grandes fortunas tienen planeado destinar el 41% de su cartera a productos de inversión sostenible hasta finales de 2020, y el 46% hasta finales de 2021. Las firmas de gestión de patrimonios reconocen la tendencia y están preparadas para hacer frente a la demanda: un 80% ofrece de estas firmas ofrece ya opciones de inversión sostenible. Los fondos centrados en inversiones socialmente responsables han sido un oasis en la actividad de los mercados en 2020 y, aunque la inversión de las grandes fortunas en productos sostenibles es buena prueba de su impacto social y medioambiental, también está motivada por su valor financiero.
La razón principal del interés de las grandes fortunas en invertir en productos sostenibles es que ofrecen rendimientos más altos con riesgos más bajos: el 39% espera obtener una rentabilidad superior de los productos de inversión sostenible y el 33% considera la inversión sostenible una opción sensata y menos especulativa. Resulta interesante comprobar que ya el 26% de las grandes fortunas asegura que les mueve el deseo de devolver directamente a la sociedad lo que esta da.
Hacer frente a las nuevas expectativas
La falta de previsibilidad en 2020 será uno de los motivos fundamentales para la realización de ajustes en los activos, además de unas expectativas más altas por parte de los clientes y una mayor atención a las comisiones de asesoramiento. Las acciones fueron la clase de activos más significativa en las primeras semanas de 2020, representando el 30% de la composición total de las carteras financieras de las grandes fortunas, en gran parte debido a la solidez de los mercados de renta variable y la confianza recuperada gracias a los estímulos financieros.
Según el informe, las grandes fortunas están empezando también a ser más críticas con las comisiones aplicadas por los gestores de patrimonios, y así un 33% afirma no sentirse cómodas con las tarifas de 2019. Previsiblemente, este rechazo aumentará como resultado de la volatilidad de los mercados. Según el documento, más de una de cada cinco grandes fortunas podría cambiar de firma el próximo año debido, como principal motivo para un 42% de las grandes fortunas, al elevado importe de las comisiones.
Por último, las grandes fortunas también afirman que prefieren la aplicación de comisiones basadas en objetivos y servicio a las basadas en activos, lo que indica un mayor nivel de exigencia con respecto al valor ofrecido por las comisiones cobradas.
Digitalización
Un aspecto relevante es que las capacidades digitales se han convertido en parte fundamental para la continuidad del negocio entre las firmas de gestión de patrimonios. En este sentido, ofrecer productos y servicios hiperpersonalizados que integren inteligencia artificial, analítica y otras tecnologías puede satisfacer las nuevas expectativas de las grandes fortunas. En primer lugar a perfiles de riesgo individualizados, por ejemplo, utilizando las ciencias del comportamiento y el análisis de sentimiento para interpretar los perfiles de riesgo específicos de cada cliente.
También resulta útil para la construcción de una cartera personalizada y asesoramiento individualizado, siempre que se use el aprendizaje automático para crear carteras personalizadas y estudiar el comportamiento del cliente para ofrecer asesoramiento individualizado. Y por último, si se utiliza información específica para el cliente. Por ejemplo, el empleo de APIs y fuentes múltiples de datos para ofrecer una visión completa de las inversiones del cliente.
Antes de la expansión del COVID-19 (enero-febrero 2020), los inversores declararon que su menor grado de satisfacción correspondía a los puntos de contacto relacionados con información o servicios personalizados ofrecidos por su firma en el proceso de compra, y más del 60% de las grandes fortunas aseguraba tener experiencias insatisfactorias en sus intentos de acceso a información sobre nuevos productos financieros o información de mercado. “El grupo de edad de 50-59 años entre las grandes fortunas eran los más insatisfechos con su experiencia relacionada con el acceso a información y los servicios de valor añadido”, afirma el documento.
El caballo de Troya de las BigTechs
Una poco satisfactoria experiencia del cliente en cuanto a los puntos de contacto relacionados con acceso a información y servicios de valor añadido constituye una oportunidad perdida de “impresionar” a los clientes. Más del 40% de las grandes fortunas entrevistas por Capgemini afirmó que tener buenas experiencias en estos puntos de contacto tuvo un efecto profundo en su impresión general de una firma, y este sentimiento probablemente crecerá como resultado del COVID-19.
Frente solo al 26% de los gestores de patrimonios que no incluye la competencia de las BigTechs entre los posibles disruptores de su actividad, las grandes fortunas sí que creen que las BigTechs pueden hacerlo mejor que las firmas tradicionales en lo tocante a acceso a información y servicios de valor añadido. El 74% de las grandes fortunas asegura que podrían considerar la contratación de servicios de gestión de patrimonios de BigTechs, y hasta el 94% del 22% de grandes fortunas que afirma que podría buscar una nueva firma de gestión de patrimonios en los próximos 12 meses.
Grandes fortunas de Latinoamérica y Asia Pacífico (excluido Japón) fueron las que expresaron una mayor probabilidad de adoptar soluciones de gestión de patrimonios de BigTechs. En Japón y América del Norte, la contratación de servicios de BigTechs aumenta enormemente entre las grandes fortunas que podrían cambiar de firma en los próximos 12 meses. No sorprende que las grandes fortunas con menos de 40 años sean las más inclinadas, llegando su aceptación de las BigTechs a casi el 90%.
Las BigTechs van ganando terreno en el ámbito de los servicios digitales y, por ello, no queda más remedio a las firmas de gestión de patrimonios que mejorar su oferta digital para los clientes, y rápido. Un examen detenido de los puntos de contacto que resultaron menos satisfactorios para las grandes fortunas y los más vulnerables a la competencia de las BigTechs revela tres etapas de la experiencia del cliente a las que debe dirigirse mayor atención: adquisición, asesoramiento y servicios de valor añadido.
Para las firmas de gestión de patrimonios, una estrategia de objetivo doble basada en principios de Open X permitirá a los gestores mejorar las capacidades en toda la cadena de valor de una manera rápida y a un coste razonable. En lo que respecta a los puntos de contacto de adquisición, asesoramiento y servicios de valor añadido, las firmas deben invertir en tecnología para desarrollar capacidades internas y aprovechar los beneficios de una colaboración con otros integrantes del ecosistema y de alianzas con WealthTech para aumentar esas capacidades.
Aunque el objetivo inmediato de los gestores de patrimonios sea quizás la retención de negocio, desarrollar capacidades – para ahora mismo y para una futura recuperación – podría preparar el camino para futuras oportunidades y nuevas fuentes de ingresos. Las firmas que saldrán adelante serán aquellas que puedan colaborar armónicamente con su ecosistema para dar una respuesta rápida a la demanda de clientes con un elevado patrimonio neto de acceso a información personalizada y estrategias de inversión a medida
Pixabay CC0 Public Domain. El mercado europeo de bonos híbridos crece más allá de los servicios públicos y las empresas vinculadas al gobierno
Según indican los cálculos de Scope Ratings en su último análisis, los volúmenes del mercado de bonos híbridos de Europa igualarán los resultados de 2019, pese al impacto que ha tenido el COVID-19.
El documento indica que la emisión de bonos híbridos en Europa se disparó en el segundo trimestre, en gran parte gracias al paquete de estímulo del BCE y una emisión jumbo de BP PLC, poniendo al mercado “en la senda” para igualar el volumen del año pasado de cara a este 2020, a pesar de una caída del primer trimestre inducida por la pandemia.
Según Scope Ratings, el volumen subió alrededor del 44% a 21.400 millones de euros en el primer semestre, desde 14.900 millones de euros en el mismo período del año pasado, aunque la compañía británica integrada de petróleo y gas BP contribuyó casi la mitad del total con una emisión de 10.600 millones de euros en cinco tramos y tres monedas.
«Sin la dramática entrada de BP en el mercado, los volúmenes del primer trimestre habrían mostrado más claramente la casi ausencia de nuevas emisiones entre mediados de febrero y mediados de mayo, cuando el impacto del shock de Covid-19 redujo la actividad de negociación», aclara Azza Chammem, analista de Scope, sobre estos datos.
Según Chammen, la firma espera que los volúmenes híbridos de todo el año igualen o superen los 30.000 millones de euros emitidos en 2019. En este sentido, es probable que “varios emisores busquen una pronta refinanciación de los híbridos amortizables, mientras que otros se disponen a aprovechar el mercado a medida que la política monetaria flexible del BCE y los programas de compra de bonos apuntalen la demanda de los inversores de valores híbridos”, suponiendo que no se produzcan más sacudidas en el mercado como una segunda ola del COVID-19 en Europa.
«Para algunos inversores, los bonos híbridos presentan una combinación cada vez más atractiva de riesgo y rendimiento, en particular los emitidos por nombres con grado de inversión. La rápida recuperación del segmento de los híbridos muestra lo ansiosas que están las empresas por aprovechar las características similares a las de los valores de renta variable de los instrumentos y la capacidad de aplazar los cupones», añade.
La caída de la actividad económica causada por los cierres y otras medidas de distanciamiento físico en respuesta al COVID-19 ha tensado inevitablemente las finanzas de las empresas en muchos sectores, aumentando el atractivo de la emisión de valores híbridos a los que las agencias de calificación crediticia suelen asignar una ponderación de capital del 50%. Según la firma, la mayoría de los emisores siguen utilizando los ingresos de los híbridos para refinanciar las próximas llamadas de los bonos existentes y reemplazar las emisiones anteriores, más costosas. Las empresas con grado de inversión siguen dominando el mercado, apunta. Además, los sectores con uso intensivo de capital como los servicios públicos, el sector inmobiliario y las telecomunicaciones siguen estando entre los principales emisores. Por último, la financiación relacionada con los bienes ambientales a través del segmento híbrido sigue siendo digna de mención, y crece más allá de los servicios públicos y las empresas vinculadas al gobierno para incluir a operadores de telecomunicaciones.