Foto cedidaBertrand de Cominges se une a Santander AM.. Bertrand de Cominges
Santander Asset Management continúa reforzando su división de Alternativos Ilíquidos con la incorporación de Bertrand de Cominges, un profesional de reconocido prestigio en el sector del comercio internacional, como Global Head of Trade Finance Investment.
Desde este puesto, Cominges se encargará del lanzamiento de un nuevo fondo de inversión global en activos de comercio internacional, dando acceso a inversores institucionales a esta clase de activos financieros.
La división de Alternativos Ilíquidos, creada a finales del pasado ejercicio, tiene el objetivo de ofrecer a los inversores activos alternativos que complementen a los tradicionales, como son los fondos de deuda privada y de infraestructuras, en un entorno en el que los tipos de interés en mínimos históricos obligan a buscar otras opciones de inversión. Gran parte de estas soluciones de inversión, principalmente enfocadas en activos de crédito, se diseñan en estrecha colaboración con Santander Corporate & Investment Banking, donde Banco Santander es líder en originación de deuda de infraestructura, trade y financiación de maquinaria, y están orientadas a inversores institucionales como fondos de pensiones, aseguradoras, fondos soberanos, corporaciones y family offices.
Liderada por Borja Díaz-Llanos, cuenta ya con un equipo de cerca de 20 profesionales, repartidos entre España, Reino Unido y Latinoamérica. El lanzamiento de esta área forma parte del profundo proceso de transformación que está acometiendo la gestora desde la llegada de Mariano Belinky, consejero delegado global de SAM, y Víctor Matarranz, responsable de Wealth Management & Insurance, unidad en la que está integrado el negocio de gestión de activos, banca privada y seguros de Grupo Santander.
Con amplia experiencia en el sector del comercio internacional, Cominges ha desarrollado la mayoría de su carrera fuera de España, principalmente en el Reino Unido. Procedente de HSBC, líder mundial de comercio internacional por activos y volumen de negocio, durante los últimos años ha sido responsable Regional de Europa de Desarrollo de Negocio y, anteriormente, responsable global de Soluciones Estructuradas. También ha desempeñado puestos de responsabilidad para la región de Europa, Oriente Medio y África en JP Morgan y Royal Bank of Scotland.
Pixabay CC0 Public Domain. En 2019, las empresas del MAB fueron un 51% más rentables
En 2019, las empresas del Mercado Alternativo Bursátil (MAB) registraron un EBITDA agregado de 755 millones de euros, un 51% más que en el año anterior.
“Los datos financieros de las empresas del MAB correspondientes al ejercicio 2019 vuelven a arrojar un balance muy positivo en facturación, EBITDA y creación de empleo”, aseguran desde el MAB.
Según la información financiera publicada por estas empresas, que este año ha contado con un plazo de remisión extendido debido a la crisis del COVID-19, las compañías han demostrado una elevada capacidad para generar caja, continuando la tendencia alcista entre 2013 y 2019, con crecimiento compuesto anual del 18%.
En 2019 las empresas negociadas aumentaron su facturación un 10,7%, hasta los 2.134 millones de euros, incremento que consolida el crecimiento de los años anteriores: del 23,4% en 2018 y del 31% en 2017. El incremento anual compuesto en los últimos siete años ha sido del 24%.
Además, estas compañías han contribuidoa la generación de empleo, con un crecimiento anual compuesto del 16%. En 2019 el número total de empleados que forman parte de las plantillas de estas empresas se sitúa en 9.384 trabajadores, un 13% más que en 2018. Además, el conjunto de las compañías ha continuado creciendo con la ayuda de la financiación obtenida a través del mercado durante 2019, que ascendió a 1.530 millones de euros.
“Este buen comportamiento pone en relieve la importancia de este mercado como vía de financiación del crecimiento, lo que hace que las compañías que se negocian en este mercado sean unos alumnos aventajados”, asegura Jesús González Nieto-Márquez, director gerente del MAB. Además, añade que son “precisamente las empresas medianas y pequeñas las que desempeñarán un papel más decisivo en los próximos meses para sacar a la economía española de la recesión generada por el COVID-19”.
Pixabay CC0 Public Domain. CaixaBank emite su primer Bono Verde para financiar proyectos de energía renovable
Según Francesco La Camera, director general de la International Renewable Energy Agency (IRENA), “las energías renovables han demostrado ser la fuente de energía más resistente en la actual crisis”. En el marco de los planes actuales de recuperación de los gobiernos, IRENA utiliza su mandato mundial sobre transición energética para la toma de decisiones informadas en este momento crítico, de forma que se mantengan los planes de transición hacia un sistema totalmente descarbonizado para 2050.
A corto plazo (2021-2023) será necesario activar un estímulo inmediato, así como medidas de recuperación a medio plazo (2030) para la próxima década. Según un informe de IRENA, la ampliación del gasto energético, público y privado, hasta los a 4.500 millones de dólares al año aumentaría un 1,3% el crecimiento de la economía mundial, creando 19 millones de empleos adicionales, relacionados con la transición energética, para 2030. Sólo en energías renovables los puestos de trabajo podrían triplicarse, alcanzado los 30 millones en 2030. Cada millón de dólares invertido en energías renovables crearía tres veces más puestos de trabajo que en combustibles fósiles.
Un futuro prometedor para un sector apoyado por la necesidad de proteger y gestionar los recursos naturales disponibles, impulsado por los gobiernos, y que por tanto muestra un gran atractivo para los inversores. De los fondos de la categoría sectorial VDOS de energía, que invierten en energías sostenibles, la clase C en euros del Guinness Sustainable Energy Fundpresenta uno de los mejores comportamientos en el año, con una revalorización del 16,39% (frente a un retroceso del 11,52% de media de la categoría).
El Guinness Sustainable Energy Fund es un fondo alineado con los nueve principios del Banco Mundial sobre inversión de impacto. Está diseñado para conseguir cuatro de los objetivos de desarrollo sostenible: Energía libre y sostenible, Innovación en la industria e infraestructuras, Ciudades y comunidades sostenibles y Acción contra el cambio climático.
La transición energética hacia un sistema sostenible se apoya en cinco factores: crecimiento de la población y PIB, economías derivadas de fuentes más baratas de energía que las tradicionales, la necesidad de reducir las emisiones para frenar el cambio climático, la contaminación y la seguridad energética que reduzca la dependencia de la importación.
El estilo de inversión es value ya que las compañías tienen menores valoraciones y balances más sólidos que el mercado (medido por su índice de referencia, el MSCI World) pero también tienen perfiles de crecimiento superior, con mayor retorno sobre capital.
La filosofía de inversión de todas las carteras de Guinness se apoya en el pilar de la convicción. Como resultado, la cartera de este fondo incluye 30 valores equiponderados (todos pesan aproximadamente un 3,33%), que son las mejores ideas en el sector. Esta configuración de la cartera exige una disciplina de compra y venta según la cual, para comprar un valor nuevo hay que vender uno de los que hay en cartera.
Las ponderaciones por sector son el resultado de un proceso top-down, de asignación a los distintos subsectores, aunque la selección de valores es un proceso de análisis bottom-up.Cada subsector (electrificación, generación, desplazamiento e instalación) es clasificado en base a sus perspectivas de crecimiento a cinco años y sus barreras de entrada, sirviendo de guía para el proceso de asignación.
El fondo existe desde el 2006 pero está gestionado por un equipo especializado en energía, que lleva invirtiendo en estrategias globales en este sector desde 1998. Los gestores son Jonathan Waghorn y Will Riley. Jonatahn Waghorn se incorporó a Guinness AM en 2013. Con anterioridad, fue cogestor del fondo Investec Global Energy Funds, codirector de análisis del sector de energía con Goldman Sachs e ingeniero de Perforación en el Mar del Norte holandés con Shell. Will Riley se incorporó a la gestora en 2007, tras haber sido experto en valoración de compañías en PricewaterhouseCoopers. Es contable colegiado y máster en Geografía por la Universidad de Cambridge.
La temática concreta de este fondo facilita la descarbonización global y proporciona a las carteras un impacto positivo en el medioambiente. Desde 2014, Guinness interactúa además con las compañías que tienen baja puntuación ESG y la política de ESG de la gestora excluye compañías de su universo de inversión basándose en esos criterios.
El proceso de inversión combina los enfoques top-down y bottom-up. El enfoque top-down parte de una base de datos interna sobre energía sostenible, para guiar la asignación por subsectores. Se analizan el crecimiento, la escasez y las barreras de entrada, junto con las economías de cada uno de esos subsectores, para distribuir la cartera entre electrificación, generación, desplazamiento e instalación.
La selección bottom-up se realiza en dos fases: una de filtrado de las 230 compañías del universo de inversión, con capitalización bursátil superior a 500 millones de dólares según su valoración relativa, calidad (alto retorno sobre capital), earnings momentum(revisiones al alza de sus beneficios) y price momentum (movimientos del valor frente a otros competidores). La otra fase consiste en el análisis detallado de cada compañía, siguiendo un modelo financiero propio creado para establecer la convicción a la hora de comprar o vender un valor. En la fase de filtrado se puntúan las compañías del 1 al 10, de acuerdo con cada uno de los cuatro criterios, para priorizar valores de cara a la fase dos de due diligence.
La cartera se construye con las 30 mejores ideas resultantes de ese proceso, sin restricciones respecto al índice de referencia. Incluye acciones de compañías como Ameresco Inc, Daqo New Energy, Nibe Industrier, Iberdrola y Tianneng Power. Los subsectores por los que apuesta este fondo son en primer lugar equipos de generación, en segundo lugar, productores de energía independiente dentro de generación, en tercer lugar vehículos eléctricos, en cuarto lugar baterías y por último, eficiencia energética.
La historia de rentabilidades del fondo lo sitúa entre los mejores de su categoría por este concepto, en el primer quintil, durante 2017, 2019 y 2020. A tres años, su controlado dato de volatilidad es del 24,66% y del 26,36% a un año, posicionándose en ambos periodos entre los mejores de su categoría por este concepto, en el quintil cinco. En este último periodo, su Sharpe es de 0,75 y su tracking error, respecto al índice de su categoría, del 11,45%. La suscripción de la clase C de acumulación en euros de Guinness Sustainable Energy Fund requiere una aportación mínima inicial de 1.000 euros, aplicando a sus partícipes una comisión fija del 1,50%.
El equipo gestor mantiene exposición a equipos solares y eólicos y a las cadenas de valor en la fabricación, como fabricación de células solares, el vidrio utilizado en los módulos de células solares y convertidores para energía solar. Vestas y Siemens Gamesa son proveedores bien posicionados de turbinas eólicas en el mundo que brindan una amplia exposición al fuerte crecimiento que esperan en los mercados eólicos terrestres y marinos, mientras que TPI Composites ofrece una exposición nicho al negocio altamente calificado de fabricación de palas de turbinas eólicas. La exposición restante del fondo a la instalación (Itron y Schneider Electric) supone invertir en empresas que proporcionan equipos y servicios para mejorar la eficiencia y la medición de la transmisión y el consumo de electricidad.
La demanda de energías renovables se ha mantenido mejor que la de combustibles a base de hidrocarburos, y las perspectivas de inversión para la eficiencia energética han mejorado potencialmente como resultado de los paquetes de estímulo económico posteriores al COVID. Como consecuencia, la evolución del sector de energía sostenible superó materialmente al de energía convencional (un 35,20%, en dólares, medido por el índice MSCI World Energy) durante la primera mitad del año.
La energía generada a partir de fuentes renovables actualmente representa solo el 11% del consumo total de energía global, siendo la energía hidroeléctrica la tecnología renovable de mayor tamaño (suministra el 7% de la demanda total) y la energía eólica y solar combinadas están muy por detrás (menos del 5%). Para 2050, el equipo gestor espera que las energías renovables totales puedan suponer más del 50% de la demanda total, ya que una combinación de mejores economías, conciencia sobre el cambio climático y lucha contra la contaminación perfilan una trayectoria de crecimiento de 30 años.
En la actualización más reciente de su informe de seguimiento del progreso de la energía limpia, la Agencia Internacional de la Energía (AIE) revisó 46 sectores y tecnologías de energía limpia y concluyó que sólo seis están en camino de cumplir los objetivos globales consistentes con el Acuerdo de París. Estos sectores son la energía solar fotovoltaica, bioenergía, vehículos eléctricos, ferrocarriles, iluminación, centros de datos y redes. Sobre almacenamiento de energía, la AIE ahora considera que el sector está rezagado. Todavía queda mucho trabajo por hacer en la transición hacia un futuro energético sostenible.
La rentabilidad de Guinness Sustainable Energy Fund a lo largo de su historia, respecto al riesgo incurrido medido por volatilidad, especialmente en los últimos tres años, lo hace merecedor de la calificación cinco estrellas de VDOS.
Tribuna de Paula Mercado, directora de Análisis de VDOS
Los gobiernos regionales y locales de Europa se enfrentan a crecientes presiones fiscales a causa del coronavirus, con las zonas más pobres del Reino Unido, España e Italia entre las más expuestas, según el Servicio de Inversores de Moody’s, en un informe publicado ayer.
Los gobiernos regionales y locales del Reino Unido, Italia y España son los que están más expuestos a los sectores vulnerables a la contracción económica relacionada con el coronavirus. Estos incluyen la construcción, el comercio al por mayor y al por menor, el transporte, el alojamiento y los servicios de alimentación, así como el ocio y el entretenimiento. En la agencia de calificación estiman un déficit general de ingresos de 77.000 millones de euros para los gobiernos regionales y locales en las cinco grandes economías europeas en 2020-21.
En España, entre las regiones con mayor exposición a riesgos, destaca las islas Baleares, Canarias, la Comunidad Valenciana y Cataluña (ver mapa).
“Esperamos que las presiones fiscales relacionadas con la pandemia sean mayores para los lander alemanes, las regiones españolas y las autoridades locales del Reino Unido. Sin embargo, las fuertes posiciones fiscales prepandémicas de los estados federados alemanes actuarán como un amortiguador, mientras que las regiones españolas y las autoridades locales del Reino Unido estarán más expuestas”, aseguran desde la firma.
«Los gobiernos regionales y locales se verán más afectados si son responsables de los gastos clave relacionados con la pandemia, como la salud y la asistencia social, y si dependen de los ingresos generados localmente y de sectores vulnerables como el turismo internacional», asegura Zoe Jankel, analista principal de Moody’s. «Aunque los gobiernos nacionales están dando a las regiones y gobiernos locales dinero extra en el actual año fiscal, los principales impulsores de la resistencia fiscal de esas regiones a largo plazo serán su fortaleza fiscal prepandémica y la flexibilidad de los marcos fiscales», añade.
Alemania, Reino Unido y España
En su opinión, las presiones de gasto serán particularmente altas para los gobiernos regionales y locales en Alemania, dadas las responsabilidades de desarrollo económico, y en España y el Reino Unido, dados los importantes gastos en salud y atención social. Además, es probable que las importantes desigualdades regionales en todo el Reino Unido, combinadas con el impacto desproporcionado del virus en las zonas más desfavorecidas, den lugar a presiones fiscales más agudas sobre las autoridades locales más pobres del Reino Unido, añade.
De izda a dcha. Reyes Calderón, Pascal Cescon, José Luis Fernández, Antonio Rodríguez-Pina y Javier Camacho, durante la jornada celebrada en Madrid. Imagen cedida.. Los expertos defienden la ética como herramienta clave para recuperar la confianza en el sector financiero
Las consecuencias de la crisis financiera han llevado a una difícil situación al sector bancario, que ha visto caer su reputación y, con ella, la confianza de la sociedad. Para recuperarla, la ética resulta un elemento clave, así como la atención a otros criterios no financieros, como la sostenibilidad y el impacto social. Así se ha puesto de manifiesto en la jornada ‘La gestión de la ética en el sector financiero’, organizada por Sostenibilidad Ética, firma especializada en gestión de la ética en las organizaciones, y la Cátedra Iberdrola de Ética Económica y Empresarial de la Universidad Pontificia Comillas.
Durante el encuentro, celebrado antes del estallido de la pandemia, un panel de expertos de primer nivel —moderados por José Luis Fernández, director de la Cátedra Iberdrola de Ética Económica y Empresarial de la Universidad Pontificia Comillas— compartían sus valoraciones y experiencias al frente de organizaciones de ámbito nacional e internacional en relación al papel que hoy día juega la ética en el sector financiero, y al papel que deberían desempeñar la banca y las finanzas para servir a las personas, a las organizaciones y al desarrollo de la sociedad en su conjunto.
«El sector financiero es un sector de alto impacto en la economía que ha trabajado con perseverancia para sobreponerse al impacto de la crisis financiera de 2008 y ofrecer un mejor servicio a sus clientes y a la sociedad, apostando por la recuperación de la confianza y por las nuevas tecnologías», destacaba Javier Camacho, socio de Sostenibilidad Ética. Para Camacho, la sostenibilidad y los valores éticos «deben desempeñar un papel clave en las finanzas, con el fin de construir un sector sólido, estable y transparente para la ciudadanía».
La mesa de debate ha contado con la participación del director de Ética del Banque de France (institución homóloga al Banco de España que creó este cargo en 2002), Pascal Cescon, quien resalta que “la crisis financiera de 2008 fue una crisis de valores y de falta de ética en general”. Cescon considera que “hablar de ética no es hablar de regulación, sino de buen comportamiento para evitar situaciones riesgos y malas praxis. Por eso la ética es necesaria para recuperar la confianza de las instituciones financieras y del sector bancario”.
En este sentido, tal y como apunta Cescon, el Banco Central Europeo (BCE) publicó el pasado mes de enero un Código de Conducta único, aplicable a todos los miembros de los órganos rectores y a los altos cargos del BCE, con el fin de reforzar y mejorar las políticas de buen gobierno e integridad de la entidad. Asimismo, Cescon ha recordado que cuando Christine Lagard accedió a la presidencia del Fondo Monetario Internacional (FMI) en 2011, una de sus condiciones principales fue impulsar altos estándares de conducta ética, de acuerdo con los valores de integridad, imparcialidad y discreción del organismo transnacional.
Otro de los ponentes de la jornada ha sido Antonio Rodríguez-Pina, presidente y consejero delegado de Deutsche Bank España, quien defendía que “los bancos tienen que dejar de ser vistos como entidades de pura intermediación para ser reconocidos como entidades que acompañan a las personas a tomar buenas decisiones financieras y de inversión, gestionando sus riesgos”.
Rodríguez-Pina recuerda que “los depósitos de particulares, empresas y gobiernos son la principal fuente de financiación de los bancos. Su modelo de negocio funciona endeudándose, por eso es tan importante una buena gestión de riesgos y el análisis adecuado de dónde pueden invertir esos depósitos que les han confiado, para evitar problemas como los sucedidos durante la crisis”.
“Aunque la reputación de la banca hoy está por debajo de la de los políticos, lo cierto es que históricamente el dinero siempre ha tenido mala reputación. Pese a ello, como sociedad necesitamos el dinero y a las instituciones financieras”, sostenía Reyes Calderón, profesora universitaria y consejera independiente.
Calderón echa la vista hacia atrás para recordar que “hasta la crisis de 2008, por lo general, los bancos siempre gozaron de buena reputación, el ciudadano pensaba que el tipo de interés siempre iba a estar al 0 por ciento y podía endeudarse sin problemas. La crisis financiera trajo también consigo una crisis de valores en las instituciones bancarias, pero como sociedad sólo culpamos a los bancos, y no a nosotros mismos por decidir sobreendeudarnos”.
Regulación y compliance
Durante la jornada se ha ahondado también en el papel del regulador para evitar las malas prácticas en el sector bancario, a pesar de ser uno de los más regulados. En este sentido, Pascal Cescon subraya que “con el compliance las organizaciones disponen de una buena herramienta para prevenir los riesgos, y la ética persigue que la gente se comporte correctamente en las organizaciones, abandonen las malas prácticas y reduzcan los riesgos. El compliance y la ética se complementan para hacer mejor empresa”.
Esta idea es compartida por Reyes Calderón, quien considera que “si casamos la ética con el compliance estaremos más protegidos como sociedad”. Para la consultora, “el cumplimiento normativo es lo correcto que debería hacer una compañía a través de la independencia del consejo de administración, para velar por su buen desarrollo y por el interés de los accionistas. Pero además de ser correctos, los consejeros tienen que querer a la sociedad, y eso pasa por una visión ética de los que dirigen la compañía para que llegue a todos los empleados”.
“La regulación, el buen gobierno y la transparencia en la gestión bancaria y productos financieros sirven para que las malas conductas sean más fáciles de detectar y de prevenir. La crisis ha puesto de manifiesto el impacto negativo que las conductas no éticas han tenido y ahora existe un mayor escrutinio sobre el sector financiero para que no se vuelvan a repetir», defiende Antonio Rodríguez-Pina. «Nuestra responsabilidad es mayor que la del resto de agentes economicos», sentencia.
Con todo, el directivo también ha querido resaltar que las cuestiones morales atañen a las instituciones bancarias y a los profesionales que las conforman desde antes del estallido de la crisis económica y financiera. Subraya que, pese a la indudable existencia de conductas reprochables, desde estas entidades procuran actuar de una forma responsable y honesta. De hecho, hace referencia a la nefasta situación en la que quedó el sector bancario tras la recesión iniciada en 2008, siendo uno de los más afectados con alrededor del 80% de las entidades destruidas.
De cada al futuro, Rodríguez-Pina aboga por una gestión reponsable, tanto por parte de los bancos a la hora de asumir riesgos con sus inversiones, como por parte de particulares y empresas, no sobrepasando los límites crediticios que se pueden permitir. El directivo se refiere a los créditos como un «instrumento peligroso» si no se dispone de ciertas garantías y si se peca de exceso de confianza. Alude a su carácter pasivo y a los perjuicios que puede llegar acarrear la concesión de préstamos. Sobre todo, hace hincapié en los créditos hipotecarios. Reniega de las financiaciones al cien por cien y afirma que lo ideal sería que se mantuvieran en un 50 o 60%, en beneficio de ambas partes.
Finalmente, Rodríguez-Pina lamenta la mala imagen que tiene la banca debido a los desahucios y señala que este tema, «socialmente doloroso», tiene un agrabante en España, puesto que, con la dación de pago, quien pierde su vivienda continúa siendo responsable de la deuda si el valor del inmueble no alcanza a saldarla. Rodríguez-Pina considera esto «una barbaridad» y apuesta por la eliminación de la dación de pago con el fin de acabar con las burbujas inmobiliarias.
Pixabay CC0 Public DomainGeralt. Big data y el área de riesgos son las divisiones que más talento contrata la banca
La transformación digital de la banca y la competencia que suponen las Fintech está originando una alta demanda de profesionales relacionados con el business intelligence, el big data (o procesamiento de datos) y la tecnología, en general, según se observa en el Primer Estudio sobre Talento Financiero, elaborado por la multinacional MOA BPI Group, empresa pionera y líder de outplacement, reindustrialización y talent.
En cambio, según revela el estudio, las divisiones que menos se están dotando de personal son las que se refieren a recursos humanos y desarrollo de negocio. Esta distribución del talento “demuestra que las grandes entidades financieras llevan años asumiendo que tienen que responder cuanto antes a la transformación digital y a la competencia de las firmas de Fintech, que suponen grandes colosos como Google, para lo cual necesitan ejecutivos preparados para este reto”, señala Juan José Berbel, director general de España y Portugal de MOA BPI Group.
Las entidades buscan expertos, pero jóvenes. De hecho, la demanda de las entidades se centra en un rango de entre 25 y 35 años, cuando ya han terminado sus respectivas carreras y cuentan con varios años de conocimiento en el sector. Y a partir de los 45 años, la contratación decae. Según Berbel, “las carreras que más se están buscando son las ingenierías y la informática, junto con las tradicionales de economía, empresas, ICADE, IESE y ESADE. Sin embargo, en la mayoría de las contrataciones no se exige un máster como suele ocurrir en otros sectores”. El 72,7% de los encuestados manifestó que no exige un postgrado a la hora de contratar.
El talento de back office, sin embargo, no se encuentra entre los más reclamados por los directores de recursos humanos. “La concentración del sector y el empuje de la banca digital ha ocasionado grandes expedientes de regulación, con bajas incentivadas y prejubilaciones, que hasta el momento habían sido poco comunes en el sector, y que, sin embargo, cobran ahora más sentido con la transformación digital”, concluye Berbel.
Condicionales laborales
Según indica el informe –elaborado a raíz de una encuesta a los directores de recursos humanos de las principales entidades financieras–, a pesar de la concentración, las entidades financieras sí necesitan contratar nuevo talento, experto en business intelligence, big data y tecnología.
Todo el proceso de incorporación de talento, es decir, desde que se crea un nuevo puesto de trabajo hasta la contratación final, se suele tardar de media tres meses. El salario de estas nuevas incorporaciones se encuentra en un rango que oscila entre los 15.000 y 40.000 euros/anuales, y la modalidad de contrato más utilizado es el fijo. Cuando las entidades financieras realizan contratos temporales, el periodo más recurrido son los seis meses y un año.
De izquierda a derecha, Javier Muñoz Neira, socio responsable de Gestió. mesa
La inversión sostenible no es una moda y ha llegado para quedarse. Son ya mayoría las voces que aseguran además que las gestoras que no la abracen quedarán fuera de juego, pero también son conscientes de que la nueva normativa que se avecina en materia ESG supondrá importantes cambios en su negocio, y posiblemente también un aumento de costes. Sea como fuere, las gestoras ya se están moviendo para no quedarse rezagadas.
“El que no haga ESG no podrá seguir en la industria de fondos. Vemos la tendencia como una oportunidad para producir diferenciación en la filosofía de las gestoras”, explicaba Guillermo Hermida Lazcano, CIO para Iberia de CaixaBank AM, en el marco del evento “Regulación, consolidación y otras tendencias en la gestión de activos” organizado hace unos meses por KPMG. “En unos años ni siquiera lo mencionaremos porque estará incluido en todas gestoras. Sin la ESG será difícil sobrevivir en el negocio porque es hacia dónde va todo”, corroboraba Sol Hurtado de Mendoza, directora general en España y Portugal de BNP Paribas AM. Y las entidades se están moviendo en este sentido.
“Santander como grupo está muy comprometido con todo lo relacionado con la ISR, y lo estamos impulsando a todos los niveles. Tenemos una oferta de fondos y activos potentes, queremos llegar a 4.000 millones de euros a finales de este año, con un equipo encargado de esta metodología y la idea es llegar a todos fondos con estos criterios”, explicaba José Mazoy, CIO de Santander AM.
“El año pasado lanzamos una política global de sostenibilidad y estamos preparados para 2020, con todos nuestros fondos abiertos que aplican ya criterios ASG, pues toda información adicional de una empresa o gobierno ayuda a tomar mejor decisiones, independientemente de que dé más o menos rentabilidad”, añadía Hurtado de Mendoza explicando el caso de BNP Paribas AM. “Es crucial el diálogo con las empresas, un diálogo abierto para explicar hacia dónde queremos que vayan y cambiar el futuro” añadía, y defendía también la transparencia: “Di lo que haces y haz lo que dices”.
Para Aitor Jáuregui, managing director de BlackRock Iberia, el riesgo es dejar fuera la ESG de la organización, y mencionaba la reciente carta de Larry Fink en la que advertía sobre cómo todo esto se puede traducir en una reasignación de capital en la industria, en función de las decisiones que adopten los directivos de las compañías: “La sostenibilidad debe estar integrada en todo el proceso de inversión y no es una tendencia de corto plazo”, decía. En el caso de su gestora, las medidas van desde ofrecer soluciones de inversión y productos con esta perspectiva hasta adoptar compromisos: en gestión activa, han integrado la sostenibilidad en todos los procesos de inversión, y se han comprometido a excluir de las carteras a los productores de carbón térmico y a las firmas en las que más del 25% de sus ingresos procedan de esa fuente; en indexación, además de crear nuevos productos, trabajarán mano a mano con proveedores de índices para ofrecer más soluciones de inversión para sus clientes; y además se comprometen a ser más transparentes sobre el sentido de su voto en las juntas de las compañías en las que invierten: “Vamos a exigir mucho más a las compañías en las que invertimos”, decía.
El impacto
La visión más pragmática la ponía Ángel Martínez Aldama, presidente de Inverco, que analizaba el impacto derivado de la regulación que se avecina: “Va a haber costes de implementación de la normativa porque las entidades han de transformar sus procesos internos de riesgo y selección de activos, contratar a expertos, hacerse con nuevas herramientas…”, decía.
En este sentido pedía “un puerto seguro en la regulación ESG”, terreno en el que aún hay incertidumbre en aspectos como la inclusión del riesgo de sostenibilidad -que debe ser integrado en los procesos de las entidades al igual que se gestionan otros riesgos, como el de contraparte-, las nuevas normas de reporte o el deber de las gestoras de explicar a los clientes algunas realidades, como el hecho de que se reduzca el universo de inversión.
También se mostró cauto ante el moderado interés que hay en nuestro mercado: “España es un país donde el 20% de los activos está en manos de institucionales y son éstos los que realmente están concienciados en materia ESG, frente al 80% restante. Un reciente informe del Observatorio Inverco menciona que el 82% de los partícipes no conoce o no invierte en fondos ESG y la mitad solo invertiría si ofrecen igual o mayor rentabilidad que los fondos convencionales”.
Pero desde las gestoras creen que el interés está ahí, y es creciente: “Antes veíamos solo cariño con nuestras propuestas; ahora vemos cariño y además inversión”, decía Hurtado de Mendoza desde BNP Paribas AM.
“No hay evidencias sobre el impacto en la rentabilidad, porque no hay metodología contrastada sobre sus efectos pero lo que sí es cierto es que desde el punto de vista de la demanda, los inversores institucionales quieren más fondos que tengan estos criterios y las nuevas generaciones son mucho más conscientes del cambio climático”, añadía Mazoy.
Pixabay CC0 Public Domain. El volumen de inversión en capital privado cae un 67% en el primer semestre del año
Según las primeras estimaciones obtenidas por la Asociación de Capital, Crecimiento e Inversión (Ascri) a través de la plataforma europea EDC, el volumen de inversión en España alcanzó, en la primera mitad del año, 1.434 millones de euros en un total de 344 inversiones. Si bien el volumen de inversión ha sufrido una caída (67% menos que en el mismo periodo de 2019) debido a que no se han cerrado megadeals, el número de operaciones se ha mantenido, a pesar de la situación actual. El venture capital ha sido el dinamizador respecto al número de operaciones, con un volumen de 307,2 millones de euros en un total de 297 inversiones.
“Actualmente, y aunque la industria de venture capital & private equity atravesará un periodo de cierta ralentización, el capital privado es parte de la solución y jugará un papel fundamental en los próximos meses, tanto en el aspecto inversor como en su experiencia en la gestión. Desde Ascri reclamamos certidumbre y una regulación estable para que los inversores internacionales continúen apostando por España”, subraya Aquilino Peña, presidente de Ascri.
Según el tipo de inversor, los fondos internacionales siguen mostrando su interés por España, siendo responsables de 993,4 millones de euros invertidos en 79 deals, récord histórico en número de operaciones en un semestre. Los inversores nacionales privados cerraron 208 inversiones y los nacionales públicos protagonizaron 57 operaciones.
Por tamaño de inversión, el middle market (operaciones con una inversión en equity de entre 10 millones y 100 millones de euros) mantiene su “dinamismo al acaparar un volumen total de 612,2 millones de euros repartido en 23 inversiones”, destacan desde Ascri. Del número total de operaciones registradas, 309 recibieron una cifra inferior a 5 millones de euros en equity.
Según la etapa de desarrollo, destaca la inversión en buy outs, con un volumen de 375,4 millones de euros en 13 inversiones. Respecto al growth, se realizaron 26 deals por 143 millones de euros en total.
Los sectores que mayor volumen de inversión recibieron fueron productos y servicios industriales (34%), biotecnología (21%) y electrónica (11%). por número de inversiones destacaron informática (180 inversiones), medicina/salud y biotecnología/ingeniería genética (29) y productos y servicios industriales (20).
Destaca el crecimiento del fundraising, que, por parte de los inversores nacionales, alcanzó los 990 millones de euros, un 36,4% más que en el mismo periodo 2019. Por otro lado, el volumen de desinversión registró una cifra estimada (a precio de coste) de 656,3 millones de euros en 101 operaciones. El 80% del volumen se desinvirtió mediante venta a terceros, el 7% vía reconocimiento de minusvalías y el 4% como reembolso de préstamos.
Foto cedidaAndrea Iannelli, director de Inversiones de renta fija en Fidelity International. Andrea Iannelli, director de inversiones de renta fija en Fidelity International
En julio, según indica Andrea Iannelli, director de Inversiones de renta fija en Fidelity International, el impulso económico y el sentimiento inversor siguieron mejorando en todo el mundo. Los datos publicados, incluidas las encuestas preliminares y los indicadores adelantados, continúan apuntando a un repunte constante de la actividad global, mientras la política monetaria y fiscal se mantiene extremadamente acomodaticia en las principales economías mundiales.
El fondo de recuperación de la Unión Europea protagonizó el mes de julio, al acordarse concesiones para aprobar el tan esperado plan de estímulo de 750.000 millones de euros. La composición de subvenciones frente a préstamos acordada fue menos ambiciosa que la inicialmente propuesta, pero el plan, que se financiará mediante una emisión de bonos al nivel de la Comisión Europea, fue bien acogido por los inversores y dio un notable empujón a los activos de riesgo.
A diferencia de otras circunstancias vividas en el pasado, las autoridades siguen dando respuestas rápidas y creativas a la pandemia global. Sin duda, por ahora los mercados de riesgo están descontando una visión más optimista, lo que no sorprende dados los niveles de apoyo de los bancos centrales y los datos publicados, que son menos deslucidos. No obstante, se plantean dudas en cuanto a que los fundamentales puedan respaldar realmente esos niveles de optimismo.
Los principales índices de renta variable continúan en máximos históricos y los índices de bonos corporativos siguen cobrando impulso y han recuperado el grueso de las pérdidas (si no todas) registradas durante el año. El petróleo aún es el más rezagado de los activos de riesgo, y la debilidad de esta clase de activos responde a las tensiones existentes entre EE.UU. y China.
Paradójicamente, la mayoría de los rendimientos de la deuda pública siguen en niveles históricamente bajos y la volatilidad del mercado de tipos ha descendido drásticamente en las últimas semanas. Anclados por las compras de los bancos centrales, la incertidumbre política y las expectativas de un menor crecimiento estructural en el futuro, los rendimientos de la deuda pública seguirán cotizando en un rango estrecho en lo sucesivo.
La ausencia de posibles subidas o descensos de los tipos y la hipótesis de que la inflación seguirá baja a corto plazo respaldan la visión de Fidelity International de que los rendimientos de la deuda pública permanecerán en niveles históricamente bajos (en términos de rendimiento y volatilidad).
El oro, el otro activo refugio, también ha seguido subiendo y ha ido registrando gradualmente nuevos máximos históricos en julio, pese al rally de los activos de riesgo. Sin duda, la situación de los mercados financieros ha mejorado respecto a principios de año; sin embargo, aún tiene muchos riesgos con los que lidiar y su futuro es menos diáfano de lo que cabría esperar dados los precios de los activos de riesgo. A corto plazo, un posible ascenso del número de casos de COVID-19 sigue siendo un claro motivo de inquietud, mientras que los riesgos políticos a ambos lados del Atlántico requerirán un estrecho seguimiento de corto a medio plazo.
En el frente económico, Fidelity International sigue pensando que la recuperación global se prolongará en el tiempo, y no es probable que el PIB de la mayoría de las economías vaya a volver a sus niveles anteriores a la crisis al finalizar 2021. No obstante, muchos países han avanzado desde que reabrieron sus economías, especialmente los asiáticos, que fueron los primeros en salir del confinamiento. En Europa y EE.UU., si bien los niveles del PIB del segundo trimestre apuntaban, como podía esperarse, a uno de los peores descensos trimestrales jamás registrados, algunos de los datos publicados en julio sugieren que la desaceleración global quizá ya haya atravesado su peor momento.
La confianza empresarial permanece alta en EE.UU., cuyo índice ISM manufacturero subió a 54,2 desde 52,6 el mes anterior, mientras que el nivel de desempleo bajó ligeramente durante el mes y las nóminas de empleo no agrario fueron más altas de lo esperado. Es cierto que el sendero hacia la recuperación parece haber mejorado, pero no se debe olvidar el repunte de los contagios de COVID-19 a escala global, que podría dar lugar a una ralentización adicional del ritmo del repunte económico y producir un reajuste de los precios de los activos de riesgo.
Los datos publicados en Europa mostraron indicios de mejora desde los mínimos registrados en el punto álgido del confinamiento. Los PMI manufactureros del Reino Unido subieron a 53,3 en julio y los de la zona euro también entraron en fase de expansión. En cambio, la persistente presión bajista sobre el crecimiento del empleo en ambas regiones genera algunas señales de alarma.
El posicionamiento más reciente de Fidelity International, determinado en gran parte por su modelo macroeconómico y cuantitativo, sigue reflejando un sesgo positivo continuo hacia la deuda pública estadounidense y del centro de Europa. Aunque sus rendimientos son bajos, tanto los bonos del Tesoro de EE.UU. como los Bunds alemanes aún ofrecen un reducto de seguridad frente a una nueva oleada de ventas potencial de bonos corporativos, algo que sigue constituyendo una amenaza si empieza a observarse un repunte de los casos de coronavirus.
En el Reino Unido, el apoyo de la política del BoE ha llevado el rendimiento de la deuda pública británica a mínimos históricos y los equipos de Fidelity International han optado por una infraponderación táctica de los tipos británicos, pese a que los rendimientos de los Gilts seguirán bajos y acotados en rangos en el futuro próximo. Fidelity International sigue reduciendo su exposición a deuda de la periferia de Europa basándose en las valoraciones y en la volatilidad considerablemente más alta de Italia en comparación con los demás mercados desarrollados.
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Pixabay CC0 Public Domain. ¿Qué destinos han elegido los españoles para este verano post pandémico?
Los madrileños veranean en Levante; los catalanes, andaluces y valencianos, en su comunidad; y los aragoneses, sin embargo, prefieren la montaña. Así lo apuntan los datos del último estudio de movilidad del Instituto Nacional de Estadística (INE). El informe recopila información a partir de datos de telefonía móvil anonimizados recopilados en 2019 y durante el estado de alarma que muestran cuáles son los patrones de movimiento de la población española.
Para ello, el INE cuenta con la tecnología de Esri, empresa especializada en location intelligence y sistemas de información geográfica (GIS). Los resultados están disponibles en dos galerías de mapas interactivos: una que muestra el patrón de movimiento de los españoles en 2019 y otra enfocada a los desplazamientos durante el confinamiento durante el estado de alarma.
El análisis se ha realizado dividiendo el territorio nacional en 3.214 áreas geográficas con un tamaño medio de 15.000 habitantes. En el primer estudio, se recopilan los datos en 4 días concretos de 2019 (dos en verano, el día de Navidad y un fin de semana en noviembre en época valle), así como durante el estado de alarma en 2020. El objetivo, según el INE, es entender cuáles son los patrones de movimiento de la población, información útil a la hora de tomar decisiones por parte de los organismos públicos, empresas e investigadores relacionados con la gestión territorial. Actualmente, el INE está recabando datos para realizar un tercer análisis entre julio y diciembre, para conocer el patrón de movimientos durante la recuperación de la normalidad.
El análisis recoge conclusiones como cuáles son las ciudades más visitadas en vacaciones, desde qué distritos y hacia cuáles se desplazan los españoles en su jornada laboral o cómo cambia la población a nivel municipal entre el día y la noche. Por ejemplo, a nivel general, el estudio muestra una tendencia estacional en los desplazamientos de la población, vaciándose las ciudades en verano y llenándose los pueblos, movimiento que se invierte durante la Navidad.
Toda la información está disponible en forma de mapas, de manera visual y accesible para cualquier persona interesada a través del apartadoEstudios de movilidad a partir de la telefonía móvil de la web de Estadística experimental del INE. Basándose en los datos de 2019, el INE y Esri han desarrollado tres mapas diferentes: uno sobre la movilidad cotidiana, otro, sobre el movimiento de la población durante el día y la noche, y, finalmente, otros sobre la movilidad estacional, diferenciando entre el periodo vacacional, épocas valle y la Navidad.
Estos datos ponen de manifiesto la estacionalidad de la movilidad poblacional. Por ejemplo, Noja, en Cantabria, pasó de unos 6.400 residentes a más de 35.000 personas en verano, casi cinco veces más su población habitual. Esta situación se repite en municipios cómo Sallent de Gállego, Puerto de Santa María, Peñíscola, Oropesa del Mar o Gandía, que aumentaron entre 3 y 4 veces su población el día analizado. Por el contrario, zonas de localidades como Sant Boi de Llobregat, Córdoba o Alcoy llegaron a tener solo un cuarto de su población regular.
“Estos mapas no solo permiten saber qué áreas ganan o pierden habitantes, sino que es posible visualizar el flujo de movimiento y determinar desde dónde y hacia dónde se desplazan los españoles”, explican desde el INE. Así, mientras que los madrileños prefieren veranear en la costa levantina (como Gandía y Denia), los barceloneses prefieren la costa de su propia comunidad (Palafrugell, Platja d’Aro o Calafell), al igual que los valencianos (Denia y Jávea) y sevillanos (Chipiona, Rota o Almonte). Por otro lado, los zaragozanos prefieren áreas de montaña (como Sallent de Gállego y Jaca) y la costa catalana (Salou), según los datos del informe.
¿Cómo se desplaza la población el resto del año?
El informe también analiza periodos denominados valle, como, por ejemplo, la noche del sábado 23 al domingo 24 de noviembre de 2019. En noviembre, las principales zonas receptoras de ciudadanos fueron los centros históricos de ciudades como Madrid, Sevilla, Valladolid, Vigo o Córdoba, en detrimento de áreas de Barcelona, Santa Cruz de Tenerife, Las Palmas de Gran Canaria u Oviedo, donde se concentraron porcentajes inferiores al 30% de sus residentes.
En cuanto al día de Navidad, algunas áreas de los centros de ciudades como Salamanca, Córdoba, Valladolid o Barcelona duplicaron su población habitual, a diferencia de otras zonas urbanas, pero alejadas del centro, que disminuyeron considerablemente su población durante esa noche.
La movilidad cotidiana y las diferencias entre el día y la noche
Asimismo, el informe analiza las diferencias de movilidad entre el día y la noche en el territorio español. En un día laborable tipo, el 29,2% de la población abandona su área de residencia durante las horas centrales, muy posiblemente, para trabajar o estudiar. Este porcentaje llega hasta el 70% en algunos barrios de localidades como Palencia (76%), Córdoba (75%) o Alcoy (73%), mientras que en otros apenas alcanza el 6%, como en Yecla (Región de Murcia), Teruel o Lucena (Córdoba). En cuanto a las diferencias entre el día y la noche, áreas como Pedralbes (Barcelona), Ciudad Universitaria (Madrid) o el distrito 1 de Cartagena duplican su población en las horas centrales del día.
“Nos alegra haber podido colaborar con el INE en esta novedosa investigación sin precedentes en España. Hoy, tenemos más datos que nunca, pero por sí solos no sirven de nada si no se comparten y analizan para tomar decisiones que mejoren la vida de los ciudadanos. Estamos seguros de que los estudios de movilidad del INE abrirán la puerta a nuevas soluciones con los datos como base”, añade Ángeles Villaescusa, directora general de Esri España.