Los fondos de inversión españoles cierran el año con un balance inmejorable: un crecimiento del 14% en su patrimonio, equivalente a casi 50.000 millones de euros, con aportación positiva tanto de los partícipes (25.600 millones en suscripciones netas) como de los mercados (rentabilidad cercana al 7%).
En diciembre, su patrimonio se mantuvo sin variación respecto al mes de noviembre gracias a las nuevas aportaciones realizadas por sus partícipes (de unos 1.000 millones), que permitieron compensar, en su práctica totalidad, los ajustes en las carteras por el efecto mercado. Así, el volumen de los fondos de inversión se situó en los 398.101 millones de euros a cierre de año, según los datos provisionales de Inverco, con un crecimiento superior al 14%, y equivalente a casi 50.000 millones de euros, el más elevado de la serie histórica.
En diciembre, los fondos de inversión registraron suscripciones netas por importe superior a los 1.000 millones de euros. En el conjunto del año, las entradas netas superan los 25.600 millones de euros, las cifras más elevadas en los últimos tres años.
En la última parte del año, la atención del partícipe se centró mayoritariamente en las categorías de renta fija. En concreto, los fondos de renta fija fueron los que mayores flujos positivos registraron (1.096 millones de euros), centrados en su vertiente de corto plazo. En el conjunto del año, esta categoría acumula más de 22.000 millones de euros.
También en diciembre, los fondos monetarios han tenido flujos de entrada de gran magnitud (420 millones de euros). En 2024 esta categoría acumuló unas suscripciones netas próximas a los 12.000 millones de euros.
Los fondos de renta fija mixta captaron cerca de 2.500 millones desde enero, con los fondos de retorno absoluto (270 millones) y de renta variable internacional (282 millones) también en positivo, mientras el resto de categorías cierra 2024 con reembolsos.
Con flujos negativos, los vehículos de renta variable internacional fueron los que en diciembre registraron las mayores salidas netas, superiores a los 460 millones de euros, sobre todo en su vertiente europea, seguidos de los fondos globales e índice. Con todo, desde enero, los mayores reembolsos son para los fondos globales (5.800 millones) y los garantizados (más de 3.000 millones).
Un año positivo para los mercados
El comportamiento de los mercados financieros en diciembre ha estado marcado por el tono más agresivo de la reunión de la Fed en cuanto a las proyecciones sobre los recortes en los tipos de interés oficiales americanos de cara a 2025: ahora se prevén dos bajadas (0,5 puntos) en las tasas oficiales (frente a las cuatro previstas), además de otras dos adicionales para 2026. Esta decisión provocó una mayor volatilidad en los mercados financieros, lo que llevó a ajustes en las valoraciones de los activos de renta variable y renta fija.
Así, los fondos registraron rentabilidades negativas, con un -0,26% de media, dato más acusado en los fondos globales o de renta variable internacional (con datos de Inverco a fecha de elaboración del informe). Más de la mitad de las categorías registraron rentabilidades negativas, donde únicamente aquellas con exposición a renta fija en su componente a más corto plazo obtuvieron cifras positivas. Así, los fondos retorno absoluto y monetarios obtuvieron rentabilidades positivas, mientras que los fondos globales y renta variable internacional experimentaron correcciones en sus valoraciones.
Sin embargo, en todo 2024 las rentabilidades de las carteras ascienden al 6,93%. Destacan las categorías con mayor exposición a acciones internacionales, con rentabilidades hasta diciembre en torno al 17,4%. La mejor cifra fue para los fondos índice (21,5%). Rentabilidades de doble dígito también mostraron los fondos de renta variable nacional (casi un 11%).
Deutsche Bank ha publicado su informe “Decarbonizing portfolios: 10 key factors” en el que explican los factores claves involucrados en la descarbonización de una cartera de inversión.
Las temperaturas globales continúan aumentando y en respuesta, los gobiernos se han comprometido a reducir las emisiones globales de carbono de sus economías para alcanzar “cero emisiones netas” para el año 2050. Las economías, los gobiernos y las empresas están ahora en un proceso de transición hacia modelos más sostenibles y con menores emisiones de carbono. Esto es la “descarbonización”, tanto un proceso como un resultado.
Deutsche Bank analiza los factores clave involucrados en este proceso y que afectan a una cartera de inversión. El informe recoge por qué un objetivo de descarbonización necesita ser definido cuidadosamente y sus implicaciones; examina los desafíos relacionados con la implementación y gestión del portafolio, así como posibles formas de abordarlos. Estos desafíos incluyen la disponibilidad de datos, vehículos de inversión, selección de valores, optimización y los dos temas relacionados de rendimiento y riesgo de la cartera.
«Cualquier objetivo de descarbonización debe ser creíble y estar impulsado por la experiencia del mundo real, en lugar de por prioridades contables», asegura el estudio, que añade que «debe contar con una medida específica que sea calculable, un marco temporal y una trayectoria anticipada hacia el objetivo». Asimismo, apunta que debe considerarse en el contexto del proceso general de descarbonización global.
Los diez factores que esclarece el informe son:
Medida de emisiones: Las medidas relativas de emisiones ayudan a seleccionar y gestionar inversiones en un portafolio de descarbonización, pero la reducción de los niveles absolutos de emisiones debe ser el objetivo principal.
Perspectiva temporal: Las medidas de emisiones de carbono deben ser prospectivas, pero con un seguimiento cercano del progreso. Las vías de descarbonización son clave para alcanzar el objetivo final.
Tipo de objetivo: Los objetivos binarios para los resultados de descarbonización se complementan con la evaluación comparativa del progreso y la validación de algunos componentes del portafolio.
Datos por clase de activo: La disponibilidad de datos sobre acciones y deuda corporativa significa que estarán en el centro de la estrategia del portafolio. Los datos de descarbonización para otras clases de activos presentan mayores desafíos.
Vehículos de inversión: Elegir entre enfoques de inversión “activa” y “pasiva” implicará múltiples factores y algunos compromisos potenciales.
Exclusiones: No invertir en sectores específicos puede ser una herramienta burda, podría afectar el rendimiento del portafolio y ser contraproducente en la promoción de la transición hacia la sostenibilidad.
Sustitución: La capacidad de reemplazar inversiones individuales por otras con mejores métricas de descarbonización puede verse limitada por la falta de alternativas y consideraciones de gestión del portafolio.
Rendimiento: Filtrar por objetivos de descarbonización reducirá el universo de inversión, puede sesgar la composición del portafolio, por lo que puede ser aconsejable dejar un margen para la flexibilidad.
Riesgos: La descarbonización requerirá una gestión diferente de los riesgos financieros a corto plazo, pero podría ayudar a reducir los riesgos de transición a largo plazo, por ejemplo, en torno a los activos varados.
Optimización y regulación: Los portafolios requerirán una optimización continua en línea con la descarbonización real y la regulación cambiante.
Entonces, ¿cómo debería ser, en realidad, un portafolio centrado en la descarbonización? En resumen, el informe concluye que es probable que se caracterice por utilizar medidas relativas de emisiones para gestionar el portafolio; ser en gran medida prospectivo, con un énfasis en objetivos y vías de descarbonización y complementar los objetivos binarios con la evaluación comparativa del progreso general y de los componentes
Además, una cartera enfocada en la descarbonización debe ser intensiva en datos para evaluar las clases de activos de acciones y crédito corporativo; necesita reconocer que las elecciones entre vehículos de inversión pueden requerir compromisos, pero también enfocarse en la inversión en transición, en lugar de depender en exceso de exclusiones sectoriales.
Es más, requiere inclinarse, cuando sea posible, hacia los nombres más eficientes/prometedores en carbono dentro de un sector; entender las implicaciones de un universo de inversión reducido y la necesidad de flexibilidad en los objetivos, sin olvidar la exigencia de considerar cómo la descarbonización podría impactar los riesgos asociados con la transición hacia la sostenibilidad y, por último, evolucionar con el tiempo, reflejando la optimización operativa, la descarbonización real y el cambio regulatorio.
Desde Deutsche Bank creen que los problemas estructurales y de gestión discutidos anteriormente pueden abordarse dentro de portafolios de descarbonización, y que dichos portafolios probablemente resulten atractivos para muchos inversores por razones puramente económicas.
La demanda de inversiones ESG/sostenibles ha disminuido significativamente en comparación con 2020/2021 y es decepcionante. La UE tiene previsto adaptar la normativa y algunos participantes en el mercado esperan que esto revitalice la demanda. Los activos sostenibles gestionados alcanzaron la cifra récord de 3,5 billones de dólares en el primer semestre del año, con un aumento interanual del 7,7%. Los activos gestionados sostenibles representan el 7% del total global1. Esto se debe tanto al comportamiento del mercado como a las entradas netas. Si los activos gestionados por el sector privado fueran la única palanca utilizada para cubrir el déficit de financiación, necesitaríamos que el total de activos gestionados sostenibles se multiplicara al menos por diez de aquí a 2030 (con una necesidad media de financiación anual de 7 billones de dólares).
Sin embargo, si se observan los flujos netos hacia fondos sostenibles en todo el mundo, la demanda se está debilitando. De hecho, las entradas totales hasta la fecha ascienden a 20.000 millones de dólares, frente a las entradas anuales de más de 100.000 millones de dólares en 2022 y 2023. Esto refleja una clara desaceleración en 2024. Sin embargo, es importante señalar que las entradas ya eran inferiores a las necesidades de financiación en años anteriores.
El éxito de la reorientación de los flujos de capital hacia los activos verdes requiere algo más que la implantación de normas y buenas prácticas que regulen la venta de fondos de inversión sostenibles. El éxito de la reorientación requiere que los gobiernos impulsen la demanda de inversiones sostenibles. La forma de impulsar la demanda será uno de los puntos principales de la agenda de la COP29, y existen diversas opciones, que van desde las asociaciones de financiación público-privadas hasta el establecimiento de incentivos o normativas para reorientar el capital y cerrar gradualmente el déficit de financiación.
Mientras que los participantes en el mercado están revisando actualmente su cartera de productos para garantizar el cumplimiento de las directrices de la Autoridad Europea de Valores y Mercados Financieros (AEVM) sobre nombres de fondos, algunos reguladores locales aún no han comunicado la transposición de las directrices. El sector está impaciente por evaluar si las directrices sobre nombres de fondos se convertirán en la norma del mercado o si se adaptarán a las prácticas locales existentes. El resultado será importante para configurar el futuro del panorama de la gestión de activos e influirá en la competitividad.
Otro factor a tener en cuenta es la falta de claridad en cuanto a la aplicación de las directrices a los instrumentos de financiación verde específicos, como los bonos verdes. De hecho, las directrices sobre nombres de la AEVM exigen que los emisores cumplan las normas del Índice de Referencia Alineado con París (PAB). Los criterios relacionados con los PAB, como derivar el 50% o más de los ingresos de la producción de electricidad con una intensidad de GEI superior a 100gCO2e/kwh, podrían de hecho excluir a los emisores de servicios públicos que han participado activamente en el mundo de los bonos verdes, utilizando los ingresos para financiar su capacidad de energía renovable. La posible exclusión de esos emisores, a pesar del formato de uso dedicado de los ingresos, anularía los esfuerzos para acelerar la financiación de esos activos y ampliaría aún más la brecha de financiación verde.
En general, las directrices sobre nombres de fondos son bienvenidas si se coordinan las aplicaciones locales, creando un terreno de juego único para los fabricantes de fondos y los inversores en lo que respecta a la intención y el propósito de las estrategias ESG. Esto sería coherente con la evolución gradual del SFDR, que se espera introduzca un sistema de categorización que debería facilitar a los inversores la comprensión y comparación de los perfiles de sostenibilidad de los fondos.
Tribuna de Marie Lassegnore, directora de análisis financiero y extrafinanciero de Crédit Mutuel Asset Management.
Las aseguradoras se encuentran en un momento de transformación que se ha acelerado en los últimos años. En este marco de evolución constante, que ha permitido exhibir la resiliencia de la industria, la red mediada ha ido adquiriendo mayor relevancia y un rol protagonista clave en la cadena de valor de los seguros.
De este modo, más de la mitad de la población encuestada considera que los corredores de seguros sí están suficientemente reconocidos como actores económicos de la industria. Así lo revela el ‘II Informe del Mediador de Seguros en España: perspectivas, digitalización y retos’, realizado por Aegon; que analiza los principales retos e inquietudes de la red mediada en España.
En esta línea, Aegon analiza y presenta a continuación las principales características que definirían al corredor de seguros español.
Conoce el sector y el mercado
Sentirse orientado y acompañado a la hora de seleccionar un servicio es esencial. Contar con una persona que ofrezca este respaldo y conozca en profundidad los productos que se ofrecen en la industria aseguradora no iba a ser diferente. En esta línea y de acuerdo a la segunda edición del informe de percepción de la mediación elaborado por Aegon, un 22,8% de los clientes valora muy positivamente las recomendaciones que reciben de los corredores basadas en su gran conocimiento del sector.
Migra a un modelo cada vez más digital
En un mundo en profundo cambio y transformación impulsado por la proliferación y aplicación de nuevas tecnologías, la digitalización genera un efecto positivo sobre su actividad diaria y por lo tanto, repercute en su negocio. Así, un 72,5% de los corredores encuestados considera que la implantación de procesos digitales, los sistemas de conectividad, la atención al cliente en remoto o las herramientas de gestión de sus negocios basada en soluciones tecnológicas son aspectos favorables para el desarrollo de su labor.
Se adapta a las necesidades del cliente
Cada cliente tiene unas necesidades específicas que van cambiando con el paso del tiempo y según sus circunstancias. En este sentido, y según afirman los mediadores, más del 60% de los asegurados demanda una oferta de productos amplia y con opciones de personalización.
De este modo, la red mediada sostiene que el aspecto más significativo a la hora de la personalización de los productos es la adaptación de las pólizas a su propia cartera de clientes y a las características de la zona en la que operan. Así, también consideran sustancial la adecuación de los seguros de acuerdo a las necesidades que manifiesta el asegurado en función de lo que está ofreciendo la competencia.
Prefiere el contacto directo
Conforme al criterio de los mediadores, el negocio está fluctuando hacia un modelo mixto que combina la atención presencial y la digital. Sin ir más lejos, un 69,1% de los encuestados que, tanto para la venta como para la posventa, el modelo será cada vez más híbrido.
Buscan a la aseguradora para resolver posibles inconvenientes
En lo que respecta a su relación con las aseguradoras, el mediador destaca, en primera instancia, el soporte ofrecido por estas compañías en la resolución de problemas de cobertura de los seguros, así como dudas relacionadas con el cuadro médico. Según el estudio, este el factor más importante, con 4,58 puntos porcentuales sobre 5. Además, para los mediadores es importante que las aseguradoras les realicen las cotizaciones a clientes, con un 4,41 p.p, seguido de la formación a los empleados de las corredurías (4,28 p.p)
Se acerca el final de 2024, un año marcado por una oleada electoral y el resurgir de la incertidumbre geopolítica, para dar la bienvenida a un 2025 que se antoja clave para la economía mundial. La Navidad es época de deseos y varias firmas nacionales se han atrevido a desgranar sus anhelos financieros para el año que está a punto de arrancar. Estos deseos no solo recogen los eventos para un mundo ideal, dentro de la industria de la gestión de activos, sino también aquellos que, bajo ningún concepto, serían bienvenidos por los inversores.
Geopolítica, tipos de interés, inflación, educación financiera… el abanico de áreas que está en los pensamientos de los profesionales de la inversión es muy amplio, a la hora de expresar sus deseos para 2025.
Desde Intermoney Patrimonios, Lourdes Moreno, su directora, explica que su deseo primordial para el próximo año es que los tipos de interés sigan la tendencia de la inflación y que bajen ligeramente. Aún más ideal es que se mantengan en terreno real positivo. Esto, según la experta, provocaría, en primer lugar, una estabilización de las expectativas de los mercados financieros, y redundaría en que los inversores más conservadores sigan preservando capital.
“Los inversores más conservadores que están invertidos en renta fija a corto plazo podrán encontrar con este escenario alternativas para preservar su patrimonio frente a la erosión de la inflación” y aclara que, aunque una caída más pronunciada de los tipos “beneficiaría a corto plazo a los activos de renta variable y renta fija”, también podría perjudicar a los patrimonios conservadores, “dejándolos sin opciones atractivas de reinversión”.
Otro de los deseos positivos de la directora de Intermoney Patrimonios es que se reduzcan las tensiones bélicas, especialmente en Oriente Medio y en Ucrania, puesto que, además del factor humano, “relajaría los riesgos inflacionarios derivados del aumento de los precios de las materias primas, especialmente el petróleo, que ha visto presionada su oferta por estas tensiones”.
Moreno también anota el evento que no desearía que ocurriera: “Es crucial que no se produzca un repunte de la inflación combinado con una fuerte desaceleración económica”, ya que en este escenario, “tanto la macroeconomía como los activos financieros sufrirían, y los bancos centrales estarían atrapados, puesto que su mandato principal es controlar los precios”. Una situación que tendría consecuencias que no agradan a la experta, como mantener los tipos de interés en niveles restrictivos, “lo que complicaría aún más la recuperación económica” y las correlaciones entre activos aumentarían, “afectando negativamente la diversificación, justo en el peor momento para los inversores”.
Lourdes Moreno (Intermoney): “Esperemos que los tipos de interés sigan la tendencia de la inflación y bajen ligeramente”
Crecimiento e inflación
Por su parte, Eric Ollinger, presidente de ValueTree, también se centra en el crecimiento y la inflación como sus mayores anhelos para 2025. Apunta que el escenario económico ideal de cara a 2025 sería “la combinación de una inflación controlada, del orden del 1,5%, con un crecimiento económico sostenido”. Es más, Ollinger afirma que sería “muy positivo ver a Alemania recuperar protagonismo como motor económico de Europa”.
En cuanto al escenario negativo, al igual que Intermoney, Olinger cree que el escenario a evitar en este año es aquel en el que se produzca un estancamiento económico con un entorno de alta inflación.
Las consecuencias son claras: “Una contracción económica prolongada conduciría rápidamente a una caída importante del empleo y a una disminución masiva de las valoraciones de las compañías. En un entorno de deflación, los bancos centrales tendrían poca maniobra para aplicar medidas expansivas”, argumenta el experto.
Profundizar en el conocimiento financiero
La educación financiera centra los deseos de Tali Salomon, directora regional de eToro para Latam e Iberia, de cara a 2025. La experta recuerda que “hace cinco años, cuando lanzamos la primera edición del barómetro digital, alrededor del 80% de los españoles afirmaba no tener suficientes conocimientos para invertir; cerca del 70% veía esta falta de conocimientos como una barrera para mejorar su nivel de vida y casi un 90% consideraba que sería necesario o muy necesario incluir la educación financiera como una asignatura obligatoria en colegios e institutos”.
Desde entonces, el panorama, según Salomon, ha cambiado mucho, puesto que la democratización del acceso a la información ha permitido que “el ciudadano de a pie disponga ahora de la misma información que los profesionales de Wall Street”. Y así desea que siga siendo la tendencia el próximo año.
Talli Salomon (eToro): “La democratización del acceso a la información ha permitido que el ciudadano de a pie disponga ahora de la misma información que los profesionales de Wall Street y esperamos que siga esta tendencia”
Sobre el evento negativo indeseable para el año que viene, la directora regional de eToro apunta a no tener en cuenta a los inversores minoristas. En este punto, explica que desde el año 2020, los flujos de entrada diarios de los inversores minoristas en Estados Unidos se han incrementado un 20%, hasta los 1.510 millones de dólares en febrero de 2023. “Esto se debe a la mencionada democratización del acceso a la información, que ha provocado el aumento de los inversores minoristas hasta el punto de ser una parte crucial del sistema”.
Añoranza del value
El gran deseo de Alfonso de Gregorio, director de Inversiones de Finaccess Value, está relacionado con que la gestión activa vuelva a ganar peso dentro de la industria: “La gestión activa de verdad, la que implica un estudio en profundidad de las empresas, la detección de ineficiencias de mercado y la que, a medio y largo plazo, genera valor a los inversores”.
Pero también vería con buenos ojos que desaparecieran eventos que Alfonso de Gregorio (Finaccess Value) penalizan a las empresas. De Gregorio comenta que les gustaría que “los gobiernos dejaran de pensar en las empresas como ‘meras vacas lecheras’ a las que exprimir vía impuestos para tratar de cubrir los elevados déficits públicos”. El experto no duda en recordar que los déficits públicos actuales “van a tener implicaciones, tanto a largo como a corto, como la bajada de inversiones, pérdida de competitividad, destrucción de valor para los accionistas, freno al crecimiento económico y al empleo o la huida a otras áreas geográficas que ofrezcan una mayor seguridad jurídica”.
Las cuentas públicas, a escena
Los anhelos que proponen los profesionales de Buy & Hold abarcan un amplio espectro de temáticas. Julián Pascual, presidente y gestor de renta variable de la firma, también pone el foco en las cuentas públicas, sobre todo, en las de Estados Unidos. Su deseo es que “gane quien gane en las próximas elecciones presidenciales estadounidenses se ponga a trabajar en reconducir el déficit público alcanzado por el país”. Pero también tiene unas palabras para el Gobierno español: que el Ejecutivo nacional siga sin poder aprobar unos Presupuestos Generales “tiene su lado positivo”, puesto que, de esta forma, “el déficit público se mantendrá algo más manejable, sin incrementarse más y más”.
Antonio Aspas (Buy & Hold): “La situación de la vivienda es uno de los principales problemas de las economías occidentales”
Su compañero Rafael Varela, consejero delegado y gestor de renta fija de Buy & Hold, desea que no les sigan subiendo los impuestos a los ahorradores e inversores, mientras que Antonio Aspas, socio y consejero de la firma, revela su deseo de una mejora del acceso a la vivienda, “tanto por compra como por alquiler”, ya que “se está convirtiendo en uno de los principales problemas de las economías occidentales”. Aspas no quiere ni pensar en un escenario en el que decaiga el turismo en España pues, a su juicio, “tendría un efecto en la economía similar al de la crisis inmobiliaria del año 2008”.
La conclusión más relevante del balance de 2024 es que la economía global evitó una recesión gracias a que la inflación empezó a moderarse y los principales bancos centrales se embarcaron en un nuevo ciclo de recortes de los tipos de interés. Sin embargo, en opinión del equipo de análisis macro de Generali AM (parte de Generali Investments), el riesgo geopolítico aumentó en el contexto de un calendario electoral especialmente cargado en todo el mundo.
Ahora, de cara a 2025, las incógnitas sobre cómo evolucionará la economía global se centran en la figura de Donald Trump: ¿Cómo afectará su regreso a las perspectivas económicas en Estados Unidos, Europa y más allá? ¿Cómo pueden posicionarse los inversores ante unas perspectivas de crecimiento mundial cada vez más divergentes? ¿Regresará la inflación en 2025? Y ¿hasta qué punto continuará la adopción de la IA?
Para los expertos de la gestora, estas son solo algunas de las reflexiones que el mundo económico se plantea al cierre del 2024 y con muchas esperanzas puestas en 2025. “El próximo año todo girará en torno a la aplicación del Trumponomics. El excepcionalismo económico de EE. UU. persistirá, pero ahora que los republicanos tienen la vista puesta en las elecciones de mitad de mandato, no sería prudente arriesgarse a otra sacudida inflacionista. Nuestros temas clave para 2025 también incluyen el impacto de la innovación tecnológica y la creciente preocupación por la sostenibilidad de la deuda soberana”, explican.
Cuatro conclusiones
En este sentido, el equipo de la gestora apunta a cuatro conclusiones relevantes de cara a entender cómo evolucionará la economía el próximo año. Lo primero que destaca es el escenario de “retos y oportunidades” que supone la victoria arrolladora de Trump. “Una cuestión clave para 2025 es si el presidente Trump se empleará a fondo en sus pilares políticos: desregulación (bancos, energía, etc.), bajada de impuestos, aranceles e inmigración”, indica.
No hay que olvidar que 2024 fue muy intenso en el frente electoral. De hecho, la inflación y la desigualdad fueron factores clave en los malos resultados de los gobiernos en funciones (EE.UU., Reino Unido, Francia e incluso Japón). “Las políticas de Trump no abordarán esta última -los recortes del impuesto de sociedades sostendrán los elevados márgenes de ingresos netos-, pero puede que se lo piense dos veces sobre la inflación”, añaden.
El segundo mensaje que lanza este equipo es que existen riesgos de inflación a ambos lados del mundo. “Las tasas de inflación han disminuido levemente desde sus máximos de 2022. Sin embargo, el persistente aumento de los precios de los servicios complica el último tramo hacia los objetivos del 2%, ya que el crecimiento de los salarios es lento. Esto mantiene los riesgos al alza para 2025, especialmente en EE.UU., en medio de un crecimiento aún robusto”, explican.
En este sentido, los planes de Trump sobre aranceles, recortes fiscales y restricciones a la inmigración aumentan los riesgos a medio plazo. Sin embargo, en la eurozona el riesgo de inflación parece tener dos caras.
En tercer lugar, los expertos de Generali AM ponen el foco en la productividad de las economías europeas. “La brecha de productividad transatlántica se ha ampliado, con aumentos anuales durante 1995-2020 en la eurozona (1%) sólo la mitad que en EE.UU. (2,1%). Desde 2020, la producción por hora en la eurozona casi se ha estancado, mientras que EE.UU. casi ha recuperado su tendencia anterior a la pandemia. A corto plazo es factible una pequeña recuperación europea, ya que la productividad de la eurozona es más cíclica y una leve recuperación en 2025 contribuirá a ello. Sin embargo, a más largo plazo, EE.UU. parece mucho mejor equipado para cosechar los beneficios de la IA y de una mayor desregulación, mientras que Europa sigue luchando por acordar una unión bancaria y un mercado único de servicios como hitos clave para fomentar la innovación y mejorar la escala y la competencia”, explican.
Por último, el equipo de la gestora reflexiona sobre la sostenibilidad de la deuda. En este sentido destacan que los bonos del Estado se han abaratado – de forma masiva pero ordenada – durante los dos últimos años, sobre la base de los diferenciales swap, a ambos lados del Atlántico. En su opinión, esto refleja muchos factores, entre ellos el gran aumento de la deuda pública, la contracción cuantitativa y las limitaciones de los balances bancarios.
“El aumento de la pendiente de la curva de rendimientos durante el ciclo de recortes de tipos puede apoyar la tendencia y mantener los bonos baratos en términos relativos. La tensión en los títulos OAT ha puesto de relieve el riesgo soberano idiosincrásico. ¿Podríamos asistir a una evolución similar en EE.UU.?”, apuntan.
Sin embargo, el mensaje no es alarmista. En su opinión existe un limitado el apetito republicano por un fuerte impulso fiscal, a partir de aquí (déficit > 6% del PIB ya). “La situación del dólar estadounidense también ofrece cierto colchón. Parece probable una modesta relajación de la política fiscal alemana tras las elecciones de febrero, mientras que Francia podría necesitar otras elecciones en verano antes de tomar una dirección clara. El estatus ‘libre de riesgo’ de los soberanos se ha visto dañado, lo que implica unas primas de riesgo estructuralmente más bajas en relación con la historia”, concluyen desde Generali AM.
Las políticas económicas estadounidenses tendrán repercusiones mundiales y se espera que la volatilidad sea mayor que durante la presidencia de Biden, pero es probable que las tendencias económicas actuales se mantengan, lo que beneficiará a la deuda de los mercados emergentes.
La presidencia de Trump tendrá ganadores y perdedores en los mercados emergentes. Se espera que se cumpla la promesa de imponer aranceles más altos a China y, por lo tanto, deja pocas dudas de que China debería estar entre los perdedores de la nueva administración. Otras economías asiáticas también podrían verse afectadas, dada su integración económica con China. También es probable que los activos mexicanos experimenten un aumento de la volatilidad, ya que creemos que el acuerdo comercial USMCA (United States-Mexico-Canada Agreement Agreement) probablemente se someterá a escrutinio antes de la cláusula de extinción de 2026 incluida en el acuerdo comercial.
En el lado positivo del espectro, creemos que los países latinoamericanos con líderes de derechas tenderán a beneficiarse de una presidencia de Trump. Entre ellos se encuentran Argentina, Ecuador y El Salvador. En el caso de Brasil, no creemos que el país gane o pierda mucho a pesar de tener un presidente de izquierdas. Brasil es una economía grande y cerrada, menos sensible al comercio mundial que la media de los mercados emergentes, y sus exportaciones de materias primas a China -su principal socio comercial- no parecen estar en peligro.
Es probable que el dólar estadounidense se fortalezca bajo la presidencia de Trump, pero no esperamos la aparición de una tendencia clara. Todavía se espera que la economía estadounidense se ralentice hasta 2025, y mientras que los recortes de impuestos y la desregulación pueden impulsar los espíritus animales, las guerras comerciales y los frenos a la inmigración tirarán en la dirección opuesta.
La mayoría de los bancos centrales del mundo seguirán bajando los tipos. Algunos de ellos pueden verse influidos por un enfoque más cauto de la Fed en 2025, pero sus decisiones dependerán en primer lugar de la inflación y la evolución económica de sus respectivos países.
En consecuencia, los mercados emergentes se beneficiarán de la reducción de los costes de financiación y del retorno de los flujos financieros. Los costes de refinanciación han caído para muchos emisores de los mercados emergentes, lo que mejora la sostenibilidad de la deuda, la rentabilidad y el crecimiento económico. Además, se espera que el descenso de los tipos de interés sin riesgo en todo el mundo impulse de nuevo los flujos de entrada hacia los activos de renta fija de los mercados emergentes, favoreciendo el estrechamiento de los diferenciales y el aumento de la demanda.
El apetito por el riesgo es muy positivo para los bonos de los mercados emergentes. Muchos inversores ya habían reducido el riesgo antes de las elecciones estadounidenses y parecen estar reasignando capital a activos de riesgo, como demuestra el repunte del mercado de renta variable y el estrechamiento de los diferenciales de crédito tanto en los mercados emergentes como en los desarrollados. La promesa de recortes fiscales y desregulación parece dominar por ahora los riesgos de guerras comerciales. Al igual que en el mundo desarrollado, los diferenciales de los mercados emergentes son más estrechos que las medias históricas, pero no parecen tan caros si se comparan con las valoraciones históricamente altas de la renta variable. Esta perspectiva de valor relativo también debería contribuir al retorno de los flujos de entrada a los bonos de los mercados emergentes.
Así pues, aunque la presidencia de Trump tendrá sin duda un impacto, creemos que la clase de activos seguirá respaldada por las actuales tendencias económicas favorables, que ofrecerán a los inversores fuertes oportunidades en 2025.
Los bancos centrales han iniciado un ciclo de recorte de tipos, tomando decisiones reunión a reunión y siempre dependientes de los datos macroeconómicos, en particular de la inflación y el mercado laboral. Muestra de la relevancia que ha tenido la política monetaria este año es que ha sido uno de los temas más seguidos por nuestros lectores. Las consideraciones previas y los análisis tras las reuniones de la Fed, el BCE, el BoJ y el BoE han acaparado las lecturas este año, que acaba mostrando una leve divergencia entre el ritmo de los recortes de tipos y abriendo algunos interrogantes sobre si realizarán una pausa el próximo año, en particular, la Fed.
Acaba un año más, esta vez con novedades en pensiones y jubilaciones, aunque el ahorrador de a pie ha estado también interesado en temas relacionados con las finanzas personales. En Fórmate a Fondo hemos hecho un resumen de las noticias más leídas en 2024, que dejan claro que existe un interés por aumentar la educación financiera, sacar el máximo provecho a los ahorros y maximizar la factura fiscal.
Finanzas personales
Las subidas de los tipos de interés y de la inflación desde el fin de la pandemia de COVID-19 han dejado huella en los ahorradores, que están interesados en cómo tener unas finanzas personales saneadas. Así, el artículo Las empresas reconocen la necesidad de abordar el estrés económico de los empleados, fue el más leído del año, En él se desgranan las tesis expuestas en el libro «Wellness Financiero: Diseña tu mapa a través del canvas de las finanzas personales«, de Jordi Martínez Llorente y Vicenç Yll Escot, y que ofrece herramientas prácticas para gestionar las finanzas personales de manera efectiva, a través de la promoción del bienestar financiero, tanto a nivel individual como en el entorno laboral.
También suscitó interés una guía del Instituto Santalucía en la que se explica cómo hacer crecer el dinero a través del interés compuesto y de esta forma paliar los efectos de la inflación en el patrimonio. Por ejemplo, partiendo de una inversión de 1.000 euros y ahorrando e invirtiendo todos los meses 100 euros durante 20 años, el capital inicial se convierte casi en 50.000 euros.
Contribuir a la mejora de los conocimientos financieros es uno de los principales objetivos de Fórmate a Fondo. Los ahorradores se volcaron con este tipo de lecturas, sobre todo, coincidiendo con el Día de la Educación Financiera, que se celebra la primera semana de octubre. Varias firmas dieron su opinión sobre qué aspectos hay que mejorar en el artículo titulado Cómo mejorar la educación financiera para tomar buenas decisiones de inversión, entre las cuales se citó su inclusión en el currículo escolar, debido a la importancia de que los niños adquieran nociones básicas desde una edad temprana.
Poco a poco la educación financiera va calando entre los jóvenes, hasta tal punto, que un estudio de TBS Education desveló que existen cinco grandes demandas que los jóvenes piden a su entidad financiera. Una de ellas, que comprendan sus necesidades individuales y le ofrezcan soluciones a medida. Hay que tener en cuenta los beneficios que supone una elevada educación financiera para un país, entre ellos, reducir la cantidad de incumplimientos de pago, la morosidad y las crisis financieras, según un informe de Mapfre que tuvo numerosas lecturas este año.
Pensiones
Las retribuciones a la hora de la jubilación traen de cabeza a muchos españoles, lo que se deja notar en un elevado interés por esta temática. Sobre todo, en un entorno de cambios en la legislación sobre pensiones, ya que se han producido tres novedades en tan solo dos años. Entre los artículos más leídos del año estuvo un análisis del Instituto Santalucía en el que se detallan los últimos cambios relacionados con la reforma en la jubilación parcial, activa y demorada, con el fin de es avanzar hacia un modelo de jubilación flexible y compatible.
Pero también hubo interés por cuánto dinero se necesita para la jubilación: la III Encuesta Paneuropea de Pensiones 2023 de Insurance Europe apunta que es necesario guardar el equivalente al 80% de lo que se gasta en la actualidad para conseguir ese objetivo. «El método del 80% dicta que las personas deberían tener ahorrado al menos el 80% del dinero que gastan al mes porque asumen que a partir de la jubilación solo se necesitará el 80% del ingreso previo, pues los gastos suelen disminuir», apunta el estudio.
Fiscalidad
A medida que se aproximan eventos clave de la campaña de la renta o cambios en la legislación, las lecturas de estas temáticas se disparan. Así ocurrió en el arranque de la campaña de la Renta 2023, con el artículo Arranca la campaña de la Renta 2023: aspectos financieros a vigilar. La principal novedad a la que se prestó atención fue un tramo nuevo para las rentas de más de 300.000 euros en la base del ahorro, al que se le aplica un tipo del 28%.
Relacionado con la fiscalidad está el impacto que puede tener el reembolso prematuro de un plan de pensiones. A partir de enero de 2025 se podrán rescatar las posiciones con más de 10 años, pero los expertos aconsejan calcular si, desde el punto de vista fiscal, es una decisión acertada.
2024 quedará marcado como un año decisivo para el bitcoin. Desde Bit2Me, han seguido de cerca los acontecimientos que impulsaron la consolidación de esta criptomoneda como un pilar en la economía digital. Con avances tecnológicos, hitos regulatorios y el crecimiento de la adopción institucional, el bitcoin cerró el año batiendo récords y preparando el terreno para un 2025 lleno de oportunidades.
Para la entidad, uno de los momentos más esperados fue el halving de abril, cuando la recompensa por bloque minado se redujo a 3,125 BTC. Aunque este evento no generó un aumento inmediato en el precio, los analistas ya detectan signos de acumulación por parte de grandes inversores, lo que podría impulsar un mercado alcista en 2025.
Otro punto de inflexión fue la aprobación de ETFs de bitcoin al contado en Estados Unidos, con gestoras como BlackRock y Fidelity liderando el camino. Esto permitió la entrada de capital institucional, ofreciendo una puerta de acceso más sencilla y segura a los inversores tradicionales. Como resultado, bitcoin superó la barrera psicológica de los 100.000 dólares, reforzando su imagen como activo refugio.
Empresas como MicroStrategy jugaron un papel clave en este crecimiento. Bajo el liderazgo de Michael Saylor, la compañía adquirió más de 150.000 BTC en 2024, demostrando su firme convicción en bitcoin como reserva de valor. Este tipo de estrategias corporativas ha sentado un precedente para otras instituciones, consolidando la criptomoneda en el ámbito financiero global.
La victoria de Donald Trump en las elecciones estadounidenses también dejó su huella en el mercado cripto. Su retorno a la presidencia generó expectativas de un entorno regulatorio más favorable, especialmente con la salida de Gary Gensler, presidente de la SEC conocido por su postura restrictiva hacia las criptomonedas. Mientras tanto, en Europa, el marco MiCA empezó a aplicarse, aportando claridad y seguridad jurídica para el mercado.
En 2024, el desarrollo de tecnologías como la Lightning Network permitió transacciones más rápidas y económicas, abriendo nuevas posibilidades para micropagos y remesas internacionales. Además, actualizaciones como Taproot mejoraron la privacidad y escalabilidad de bitcoin, haciéndolo más atractivo para aplicaciones DeFi.
Por otro lado, bitcoin lideró la tokenización de activos del mundo real (RWA), facilitando la emisión de tokens respaldados en activos tradicionales como bienes raíces y bonos. Este avance ha acelerado la integración entre las finanzas tradicionales y el ecosistema blockchain, destacando el papel de bitcoin en la economía digital.
«Estamos siendo un player muy relevante y estamos llevando esta tecnología a empresas muy importantes como Telefónica o Unicaja. Hemos visto a grandes empresas del sector caer estrepitosamente y nosotros seguimos aquí, haciendo historia», explica Javier Pastor, Head of OTC de Bit2Me.
Perspectivas para 2025: crecimiento y consolidación
Con bases sólidas, bitcoin se posiciona para un 2025 prometedor. La combinación de adopción institucional, avances tecnológicos y regulación favorable impulsa las previsiones de precios. Además, su narrativa como «oro digital» sigue fortaleciéndose como cobertura contra la inflación y las políticas monetarias expansivas.
«El desarrollo de la tokenización de los activos reales es algo que ha empezado ya, pero va a seguir evolucionando a mucha mayor velocidad durante 2025. También será importante la integración de la IA dentro de la blockchain», indica el analista Pablo Gil.
«Empresas como Bit2Me van a prestar servicios relacionados a la tokenización de activos financieros tradicionales, y nosotros lo vamos a hacer a través de STX, que ya está activa», explica João Augusto Teixeira, Chief Compliance Officer y MLRO de Bit2Me. «Bit2Me es la única empresa en España y Europa que tiene un servicio de atención al cliente de forma completa y que cumple con la regulación», apostilla.
En Bit2Me creen que este es solo el comienzo de un cambio estructural en el sistema financiero. Bitcoin ya no es solo una criptomoneda; es una herramienta clave para construir un futuro más descentralizado, eficiente y accesible para todos.
2024 ha sentado las bases para un crecimiento sostenido y una mayor adopción de Bitcoin. Desde Bit2Me, seguimos comprometidos con la innovación y el desarrollo de soluciones para facilitar el acceso a este nuevo paradigma financiero. Con un 2025 lleno de oportunidades, invitamos a todos a formar parte de esta revolución digital.