Imantia, gestora de fondos de inversión y pensiones que basa su negocio en la experiencia e innovación, y Onyze, plataforma española de custodia de criptoactivos, han sido seleccionados en la II edición del sandbox, el espacio controlado de pruebas promovido desde el Gobierno de España para probar proyectos de base tecnológica en el ámbito financiero.
La iniciativa Imantia-Onyze, una de las cuatro elegidas por la Secretaría General del Tesoro y Financiación Internacional, consiste en la creación del primer fondo de finanzas descentralizadas (DeFi) de préstamos. Concretamente, la política del fondo será invertir en el mercado de préstamos descentralizados a través de las stablecoins, un activo que minimiza la volatilidad de los activos digitales al ligar su valor al dólar.
El objetivo de rentabilidad del fondo será el tipo de interés generado en el mercado de préstamos de stablecoins. Actualmente, los protocolos de lending de DeFi permiten generar unas rentabilidades que están muy lejos de los tipos negativos existentes ahora mismo en el mercado convencional, situándose entre el 5% y el 10% de interés.
Criptoeconomía accesible
Mario Díaz, director de desarrollo de negocio de Imantia, señala que “queremos que la criptoeconomía sea accesible a los inversores. Es un mercado con un gran potencial, los primeros activos digitales (como el bitcoin) ya están consolidados y vemos que el desarrollo de servicios financieros a través de blockchain y de los activos digitales ha provocado un crecimiento exponencial con gran recorrido”.
La propuesta de Imantia-Onyze es entrar en el mercado desde el lado más estable: no con el valor directo de las cripto, sino con el valor del préstamo y de la utilidad.
Álvaro Alcañiz, COO y cofundador de Onyze, explica que «hace tiempo que el mercado de los criptoactivos han dejado de ser únicamente bitcoin, y una gran muestra de ello es al amplio espectro de productos financieros que están surgiendo de la mano de esta nueva generación de activos digitales. En Onyze hemos tenido claro desde nuestro origen que nuestro objetivo es formar parte de esa vanguardia. Y para ello, debemos trabajar con entidades que comparten ese mismo espíritu; dando como resultado proyectos tan ambiciosos como este».
Según Imantia y Onyze, el paso lógico es trasladar las reglas del mercado convencional a la criptoeconomía, a la tokenización y al regulador.
Victoria Harling, responsable de deuda emergente corporativa en Ninety One. Victoria Harling, responsable de deuda emergente corporativa en Ninety One
En el último trimestre de 2021, los mercados de deuda corporativa emergente han experimentado un repunte de la volatilidad impulsado en gran medida por la mayor incertidumbre en torno a la situación macroeconómica global. Aunque esta mayor volatilidad también viene determinada en parte por la situación individual de cada uno de los países y los cambios en materia de política monetaria que están siendo anunciados.
Por otro lado, en opinión de Victoria Harling, responsable de deuda emergente corporativa en Ninety One y principal gestora de la estrategia Ninety One Emerging Markets Corporate Debt, también existen otros factores positivos que están influyendo en la deuda corporativa emergente como la sincronización en la reapertura de las economías tras la irrupción de la pandemia y otros indicadores adelantados de crecimiento que se irán materializando en 2022.
Otro aspecto para considerar es la poca visibilidad que se tendrá debido a que se esperan una serie de elecciones en los mercados emergentes en el transcurso del año. Así, la deuda corporativa emergente se verá afectada por las expectativas de voto de los electores y por los nuevos gobiernos, creando más volatilidad, en particular en la región de América Latina.
La calidad de sus fundamentales va en aumento
La deuda corporativa emergente ha sorprendido gratamente con la solidez de los balances de sus empresas en los últimos años. Sus beneficios han sido impresionantes y, en todo caso, su apalancamiento ha disminuido de forma significativa. Las buenas noticias son que la tendencia de fortalecimiento de los fundamentales continúa.
Recientemente, los resultados de las empresas han revelado un panorama general de retorno de los beneficios a niveles más normales tras los resultados récord de finales de 2020. Esto ha ayudado a que las métricas de apalancamiento vuelvan a caer a los niveles de 2015. Con unos márgenes elevados y un fuerte crecimiento de los beneficios, muchas empresas entrarán en 2022 con unas bases muy sólidas.
Además, el incierto panorama está pesando en el apetito de las empresas por el gasto de capital y la expansión, reforzando su capacidad para soportar futuros vientos en contra. Esto ha llevado a muchas empresas a mejorar su calificación crediticia. Junto con las bajas tasas de impago globales, el resultado es un entorno favorable para los tenedores de bonos.
Los riesgos y oportunidades
El motor dominante ha sido la reacción del mercado a la evolución de la política en China. Aunque a lo largo de este año se ha prestado mucha atención a la evolución de la deuda corporativa en el gigante asiático -en concreto, al impacto del endurecimiento de la normativa y a la liquidez en el sector inmobiliario-, esta atención se ha intensificado en las últimas semanas, con un aumento de los diferenciales de los bonos corporativos inmobiliarios chinos hasta sus niveles históricos más amplios en la última década, durante el mes de noviembre.
A pesar de ello, el mercado de deuda corporativa de los mercados emergentes en su conjunto se ha mostrado notablemente resiliente; el índice CEMBI de JP Morgan sigue subiendo en el año, con un estrechamiento de los diferenciales en todas las categorías de calificación crediticia en el momento de redactar esta nota. Esto subraya la profundidad y la amplitud de un mercado que ofrece a los inversores un conjunto de oportunidades muy diversas.
Las perspectivas económicas mundiales para 2022 parecen relativamente positivas. A medida que la pandemia mundial se convierte en una enfermedad endémica, el desarrollo de vacunas y nuevos medicamentos para combatir el virus debería ayudar al mundo a volver a un estado más normalizado, proporcionando un telón de fondo relativamente positivo para el crecimiento y la actividad.
Sin embargo, muchas facetas de la vida aún no han vuelto a la normalidad, y las secuelas de la pandemia han provocado trastornos en las cadenas de suministros y escasez de recursos, que están impulsando el crecimiento de la inflación. Aunque Ninety One espera que las presiones inflacionistas se reduzcan con el tiempo, existe una gran incertidumbre sobre el momento en que se producirá y es probable que varios factores se mantengan a medio plazo.
La inflación: factores e incertidumbre
Una de las fuentes de perturbación en las cadenas de suministros que está provocando subidas en la inflación es el carácter de reinicio y parada que se está viviendo con la reapertura y cierre de las economías con el receso y avance de la pandemia. Este fenómeno puede persistir en el corto y medio plazo. Además, es probable que el retraso asociado a la crisis del transporte marítimo y de los contenedores tarde muchos meses en desaparecer antes de que se resuelva y se reduzcan las presiones inflacionistas.
Otro motor que fomenta la inflación y sobre el que se tiene una visibilidad limitada es el mercado laboral a nivel global. El cambio de mentalidad de los trabajadores que han optado por abandonar la mano de obra tras la pandemia ha creado presiones inflacionistas en los salarios y escasez de capital humano. A medida que pase el tiempo, se podría ver una mayor disposición por parte de las personas que han abandonado la mano de obra para regresar a la población activa, pero hay poca visibilidad al respecto.
Por último, el creciente impulso de los compromisos gubernamentales para reducir las emisiones de carbono ha provocado algunas presiones inflacionistas en los costes de la energía, que podrían seguir siendo elevados a medida que las nuevas tecnologías tarden más en ponerse en marcha y la producción de combustibles fósiles se reduzca, lo que provocará un desequilibrio entre la oferta y la demanda.
Aunque en Ninety One ven posible que los cuellos de botella en las cadenas de suministro se suavicen, cuanto más tiempo pase y la incertidumbre permanezca en torno al ritmo de crecimiento nominal y real, mayor será el riesgo de que la inflación se afiance. Esta incertidumbre está haciendo que la Reserva Federal de Estados Unidos sea reacia a subir los tipos de interés hasta que haya una mayor claridad sobre el alcance y el momento en que se disipen estos vientos en contra. Por lo tanto, en Ninety One creen que el riesgo de que la Fed realice un cambio brusco en su política monetaria es limitado.
Dicho esto, si la economía estadounidense vuelve a crecer plenamente y la Fed confía más en la persistencia de un mayor crecimiento, se esperarían unos tipos de interés más altos y mayores rendimientos en todo el mundo de la renta fija. En un entorno así, en Ninety One creen que el universo de la deuda corporativa de los mercados emergentes -con su menor duración y sus mayores diferenciales que el crédito de los mercados desarrollados- también ofrece un atractivo potencial de rentabilidad ajustada al riesgo dentro del universo de la renta fija.
Lo anterior, unido a los sólidos fundamentos de esta clase de activos, lleva a la gestora a pensar que el nuevo año anunciará un entorno favorable desde la perspectiva de los inversores en deuda corporativa de los mercados emergentes.
Los riesgos soberanos
La pandemia ha cambiado el equilibrio político de muchas conversaciones. Los gobiernos de todo el mundo están teniendo que adoptar políticas más populistas y de izquierdas en respuesta a la demanda de sus electores. Esto ya ha traído mucho riesgo de titulares a los mercados emergentes este año, y con ello, la volatilidad de los precios de los activos a medida que el clima político se vuelve menos amigable para el mercado.
En Ninety One esperan que este riesgo siga siendo elevado en 2022, especialmente en América Latina, donde las próximas elecciones están dando lugar a una retórica que socava la prudencia fiscal. En otros países, como Turquía, la vulnerabilidad externa sigue siendo elevada.
Sin embargo, los mercados ya han absorbido gran parte de este nuevo riesgo y se ha observado que tanto las primas de riesgo de las acciones como los diferenciales de los bonos corporativos se han ampliado, ya que los titulares relacionados con la política en países como Brasil y China han provocado volatilidad en los mercados renta fija y variable emergentes. Esta revalorización en algunos segmentos del universo de la deuda corporativa emergente ha creado valoraciones atractivas para los bonos de algunas empresas y ha aumentado el número de oportunidades de valor relativo que los gestores activos tratarán de aprovechar en 2022.
El posicionamiento de cara a 2022
El equipo gestor de Ninety One busca aprovechar las oportunidades de valor relativo que se presentan en el mercado de crédito corporativo de los mercados emergentes, centrándose en los fundamentales a medio plazo y buscando fortaleza en los balances que no esté siendo debidamente valorada en los mercados.
Teniendo esto en cuenta, la gestora ve importantes oportunidades en China, ya que los temores de una recesión parecen exagerados y la flexibilización de las políticas podrían estar ayudando a mitigar los vientos adversos macroeconómicos. Según Ninety One, el error de valoración más pronunciado se está viendo en el sector inmobiliario de China, representando un importante potencial para captar alfa tanto por la sobreponderación del sector como por el posicionamiento dentro del mismo. También buscan aprovechar las oportunidades de descuento generalizadas que se derivan del efecto contagio a otros sectores en China, especialmente entre los bonos con calificación BBB.
Por otra parte, en Ninety One siguen sobreponderados en América Latina, concretamente en Brasil, donde creen que las primas de riesgo son excesivas en relación con la fortaleza en los fundamentales de las empresas en las que invierten. Este error de valoración se debe a la preocupación por el deterioro de la disciplina fiscal de Brasil y las próximas elecciones. Por eso, en Ninety One se centran especialmente en las empresas de materias primas no energéticas, donde esperan que la demanda y los precios sigan siendo elevados.
Desde el punto de vista sectorial, se centran en los sectores cíclicos, como los metales básicos, la industria y el consumo, al tiempo que mantendrán una infraponderación en el sector financiero debido a su correlación con el entorno macroeconómico y soberano, que podría estar sujeto a titulares políticos negativos. Siguen infraponderando el sector del petróleo, dada la disminución de la demanda de inversiones en combustibles fósiles y el carácter típicamente de larga duración del sector (alta sensibilidad a las subidas de tipos). En la misma línea, esperan aumentar su exposición a los bonos verdes y a las empresas más limpias que ofrecen a los países la posibilidad de hacer la transición hacia una menor huella de carbono, ya que esperan que la demanda de estos bonos siga siendo muy fuerte.
En términos más generales, si bien les complace poseer bonos de una mayor duración cuando las curvas son pronunciadas, buscarán cubrir el riesgo de tipos de interés si ven mayores posibilidades de subidas de estos a medida que se acerca 2022. Intentarán proteger sus estrategias en caso de que se vean riesgos de un cambio general hacia rendimientos más altos en el universo de la renta fija.
En resumen, en Ninety One tratarán de obtener rendimientos adoptando su enfoque habitual de inversión: adoptando una perspectiva ascendente y buscando oportunidades de valor, impulsadas por sus fundamentales, en todas las curvas de rendimiento, calificaciones y países.
Foto cedidaAlex Fusté, economista jefe del Grupo Andbank, y Marian Fernández, responsable macro de Andbank España
. Alex Fusté, economista jefe del Grupo Andbank, y Marian Fernández, responsable macro de Andbank España
Uno de los grandes miedos del mercado es que los bancos centrales se equivoquen a la hora de normalizar las políticas monetarias. Por ello, desde Andbank insisten en la importancia de entender qué economías pueden hacerlo y cuáles no. Empezando por Estados Unidos y analizando los movimientos de la Fed, los expertos de la entidad consideran que sí era el momento normalizar la situación.
“No vemos tan grave que retire estímulos, es algo normal en una economía que se estabiliza y es buena señal”, señala Alex Fusté, economista jefe del Grupo Andbank y director de Inversiones de Andbank España, en un encuentro con periodistas. “Nuestro escenario base es una normalización que a su vez deberá rebajar las expectativas de inflación. La mejor manera de neutralizar un riesgo es acabar con él; si la normalización mitiga el riesgo de inflación, bienvenida sea”, añade.
El experto insiste en que esta normalización significa que la Fed ve una recuperación robusta, y que, evidentemente, tendrá un impacto en los mercados. “Ese cambio será en forma de un cierto menor apetito por el riesgo, algo que puede hacer que los mercados estén más dubitativos sin una tendencia alcista tan clara como en 2021”, analiza.
Desde la entidad esperan que la actividad económica de EE.UU. crezca un 6% en 2021 y un 5% para 2022. Con una tasa de desempleo que se ha reducido al 4,6%, esperan que se alcance el pleno empleo el próximo año.
El debate de la transitoriedad de la inflación
Respecto a la inflación y el debate de su transitoriedad, Fusté admite que en Andbank no “hacen mucho caso” a los datos de inflación que se han facilitado, ya que son lecturas interanuales y que han tomado como base 2020, un año que fue “una anomalía e incluso una deformidad en términos económicos”. Ante este contexto, el experto señala que no están muy preocupados, y consideran que la inflación se moderará de forma visible a lo largo de 2022, aunque advierten de que es posible que durante unos meses persista la inflación, porque los primeros meses de 2021 también fueron muy anómalos.
En definitiva, desde Andbank esperan una relajación de la inflación en el segundo y tercer trimestre de 2022, que continuará en 2023 y 2024 llegando a lecturas casi prepandémicas. “Este escenario nos permite pensar que el mercado no tiene que levantar su tasa de descuento y perjudicar al precio de los activos”, advierte Fusté.
Europa: vientos de cola e incógnitas
Si pasamos a analizar Europa, Mariam Fernández,responsable de macro de Andbank España, señala que la región comparte parte del mensaje de Estados Unidos que tiene que ver con el crecimiento o la inflación, con diferencias en cuanto a políticas monetarias.
Según pronostican, Europa crecerá menos que en 2021 pero aún continuará la recuperación con niveles en torno al 4,3%. Comparándola con Estados Unidos, Fernández señala que la región reúne una serie de singularidades en positivo, como, por ejemplo, que aún nuestra tasa de ahorro no se haya normalizado, por lo que tenemos un colchón que en 2022 pueda dar sorpresas en el crecimiento. Otro viento de cola es el fondo de recuperación que, según señala, podrá aportar hasta un 0,4% al PIB, acompañado de la recuperación en curso del empleo.
Por otro lado, Fernández localiza varias incógnitas, como la expansión de nuevas variantes o la inflación, que considera que será, aproximadamente, del 2,2%. “Más que el 2% de ese nivel en el que se mueven los objetivos del BCE, pero nada que suponga un riesgo”, asegura.
“Esperamos que el BCE siga adelante con el plan de dar por finalizado el plan específico de la pandemia, aunque no estamos tan avanzados en recuperación como en Estados Unidos, lo específico de la pandemia ha pasado y los programas llegan a su fin. El BCE quiere evitar un efecto acantilado de caída brusca, para ello incrementa las compras del programa tradicional, dotando al esquema de una cierta flexibilidad”, explica Fernández respecto a la política monetaria.
Las criptomonedas en un entorno de tipos de interés más altos
Respecto al tema de moda, la inversión en criptomonedas, Fusté advierte de que no sabe si las criptomonedas aguantarán un entorno de subidas de tipos de interés ni qué papel ocuparán una vez los bancos centrales lancen sus propias criptomonedas.
“Preferimos esperar a ver cómo aguantan un entorno de subidas, pero ya avanzamos que creemos que no lo aguantarán bien”, señala el director de Inversiones. “Están muy bien en un entorno donde el dinero no vale nada, pero ¿qué pasa cuando empiece a valer y la Fed vuelva a la normalidad? Habrá problemas y preferimos esperar y ver, y más adelante, una vez hayan subido los tipos de interés y el dólar vuelva a ser una moneda que paga, tendremos que valorar el papel de estas criptos privadas frente a otras públicas sí respaldadas por los bancos centrales”.
El inversor español demanda estrategias de diversificación y especialización. Así, Generali Investments Partners se presenta como una opción a tener en cuenta en el presente contexto. A través de las ocho gestoras de su plataforma permite al inversor español acceder a la mejor oferta de estrategias enfocadas a generar alfa a través de la inversión en diferentes activos, incorporando el enfoque ESG o los activos privados.
En este sentido, en 2021 el Grupo ha querido reforzar el área de gestión de activos en España y Portugal con la incorporación de Almudena Mendaza como responsable de ventas para Iberia y con Juan Pita de Veiga como jefe de ventas. Además, se ha marcado un objetivo a tres años de consolidar este modelo multigestora para acompañar a los inversores con nuevas estrategias de inversión.
Cuatro pilares
El crecimiento de la división de gestión de activos se fundamenta en cuatro pilares. Primero, el fortalecimiento de los activos, mediante una mayor optimización de las cuentas de los clientes y el desarrollo del negocio de distribución. En segundo lugar, el refuerzo de las estrategias de inversión. El tercer pilar se refiere al modelo multigestora como medio para impulsar las capacidades de distribución. Y por último, la integración eficaz de los criterios ESG, que busca potenciar los procesos de inversión y una transición energética justa.
La estrategia se orienta al largo plazo con alta eficiencia del capital a través de la modelización de los riesgos ofrecida por la Unidad de Negocios de Gestión de Activos y Patrimonio. En el plan de 2022-2024 prevén un crecimiento sostenido de los ingresos impulsado por el negocio de captación y la mejora de la distribución a terceros.
«Una de las apuestas fundamentales de Generali Investments es la innovación y las soluciones más allá de las estrategias pasivas. Queremos acelerar la innovación como empresa orientada a los datos y lograr una mayor eficiencia operativa mediante la ampliación de la automatización y la tecnología», expresa el Grupo en un comunicado.
Plan estratégico a tres años
Generali ha presentado su plan estratégico a tres años con el negocio de gestión de activos y wealth management como uno de los pilares clave para el crecimiento. En un contexto de tipos casi nulos el sector constituye un pilar altamente estratégico para diversificar y garantizar la rentabilidad.
Desde el anterior plan de negocio en 2018, el segmento de gestión de activos pasó de 606 millones de euros de ingresos a un estimado de 1050 millones en 2021. El objetivo de ingresos en 2024 es de 1300 millones de euros. Los activos gestionados en los primeros 9 meses de 2021 fueron de 571.300 millones de euros frente a 463.000 millones a finales de 2018.
Con Carlo Trabattoni como consejero delegado, esta unidad de negocio especializada de Generali tiene como objetivo establecerse como uno de los principales gestores de activos internacionales mediante el fortalecimiento de la oferta y la distribución de soluciones de inversión. El objetivo es ampliar las dimensiones del segmento de negocio para convertirse en un socio de referencia no sólo para las compañías de seguros de Generali, con sinergias en la oferta de unit-linked, sino también para aumentar los clientes de terceros con el objetivo de generar 100 millones de euros adicionales de ingresos al final del plan.
Las directrices clave para el desarrollo de la gestión de activos en los próximos tres años son: la expansión de los activos reales, las inversiones en el ámbito digital y la expansión de la distribución para llegar a nuevos países con oportunidades atractivas en Asia y en Europa.
Se hará un gran esfuerzo para reforzar el marco de criterios ESG en todas las soluciones de inversión de la empresa, combinando así el rendimiento financiero con los factores medioambientales, sociales y de gobernanza.
Siguiendo las recomendaciones de las autoridades sanitarias, BBVA ha pedido a sus empleados y empleadas evitar las reuniones navideñas por la evolución de la pandemia y ha trasladado al formato virtual los eventos previstos. La entidad dedicará parte de los fondos destinados a estas celebraciones a realizar acciones solidarias y ha donado 150.000 euros al Banco de Alimentos de Tenerife, para aliviar los efectos de la erupción del volcán Cumbre Vieja, en la isla de La Palma. Además, el banco ha lanzado un programa de voluntariado para sus empleados con diferentes organizaciones y una campaña de donación adicional a la que aportará 100.000 euros para diferentes proyectos sociales.
La entidad financiera vivirá este año una celebración de Navidad muy solidaria. El banco ha cancelado los tradicionales encuentros físicos y los ha sustituido por contribuciones sociales a varias entidades. Por un lado, BBVA ha entregado 150.000 euros al Banco de Alimentos de Tenerife, que tiene en marcha un plan especial para aliviar los efectos de alimentación y productos de primera necesidad de las familias más afectadas por la erupción volcánica de la isla. La organización receptora calcula que con esta donación podrá atender a 2.000 familias durante seis meses.
Asimismo, coincidiendo con el periodo de Navidad el banco ha puesto en marcha un programa de voluntariado para los empleados de Ciudad BBVA de la mano de Cruz Roja, Cáritas y San Vicente de Paúl. Desde el 13 de diciembre, los empleados de la sede madrileña han donado productos de higiene, alimentos, juguetes y ropa para estas asociaciones y están formando parte de la cadena de voluntarios para preparar y hacer llegar a los más necesitados estas donaciones. Más de un centenar de voluntarios de BBVA han formado parte de las actividades propuestas y se han conseguido recoger más de 10.500 productos donados por los empleados y la unidad de mantenimiento del banco.
Campaña de donación
Adicionalmente, el banco ha lanzado una campaña de donación entre los empleados destinada a dos programas sociales. Por un lado, ‘Sus derechos en juego’ de Cruz Roja, para la compra de juguetes educativos, y por otro la ‘Gran Recogida de Alimentos’ de la Federación Española de Bancos de Alimentos. A las contribuciones que realice la plantilla, la entidad sumará 100.000 euros, siguiendo la misma proporción aportada por los empleados a cada una de ellas.
Bankinter avanza en su compromiso con la sostenibilidad. El presidente del banco, Pedro Guerrero, ha suscrito la adhesión de la entidad a Net Zero Banking Alliance, una iniciativa del sector financiero de ámbito mundial que se incluye dentro de la Iniciativa Financiera del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP FI).
Al convertirse en miembro de esta alianza, Bankinter refuerza su compromiso ambiental y asume el objetivo de llegar a cero emisiones netas en 2050 por el impacto directo de su actividad. Pero también alineará las carteras de préstamos e inversiones con dicho fin, en línea con los objetivos más ambiciosos establecidos por el Acuerdo Climático de París.
Neutral en carbono
Bankinter ya es neutral en emisiones directas e indirectas desde 2020, objetivo logrado gracias al uso de fuentes de energía renovables en sus instalaciones y a la compensación de sus emisiones directas. Ahora, se marca la meta de ser neutral también en las emisiones de sus operaciones de inversión y financiación en 2050, estableciendo objetivos intermedios de descarbonización para 2030.
«Esta acción forma parte de la Estrategia de Cambio Climático del banco, establecida con los objetivos de identificar y mitigar los riesgos asociados al cambio climático de nuestra actividad y detectar las nuevas oportunidades de negocio que la transición a una economía baja en carbono ofrece al sector financiero», explican.
Para Bankinter, la sostenibilidad es una apuesta estratégica desde hace décadas, que ha desarrollado a través de sus sucesivos planes de sostenibilidad. En 2020, el desempeño de la entidad le ha permitido renovar por tercer año consecutivo su membresía en el índice internacional Dow Jones Sustainabilty Index World, en el que cotizan las compañías más sostenibles del mundo. Asimismo, la entidad se mantiene en el índice de sostenibilidad FTSE4Good y este año ha entrado a formar parte del Índice ESG Euronext Vigeo Eiris Eurozona 120, en el que cotizan las 120 empresas más sostenibles de la Eurozona.
Foto cedidaStefan Hofrichter, Head of Global Economics and Strategy de Allianz GI.. Allianz GI considera clave la agilidad y la gestión activa en un año de innovación y divergencia
Para Stefan Hofrichter, Head of Global Economics and Strategy de Allianz GI, hay cinco grandes temas que marcarán el mercado el próximo año: la inflación, las políticas de estímulos, el momento del ciclo, el sentimiento del inversor y las valoraciones. La evolución de estos factores serán determinantes en un entorno en el que Hofrichter espera una mayor volatilidad y disrupción, y una desaceleración del crecimiento económico.
Según explica el responsable de Allianz GI, como consecuencia de este entorno, “el apetito al riesgo de los inversores se ha rebajado algo, aunque sigue siendo alto. Cuando les preguntamos cuál es el principal riesgo que ven, su respuesta es la inflación”. A este riesgo que perciben los inversores, Hofrichter añade tres más: la normalización de la política monetaria por parte de los bancos centrales, China y la alta valoración de algunos activos.
“Con las valoraciones altas y el proceso de normalización monetaria puesta en marcha, puede que no sea el momento de ponerse bravo en renta variable. A largo plazo, seguimos prefiriendo los activos de riesgo sobre los activos gubernamentales, en particular los bonos. En este sentido, para navegar en los mercados de renta fija en 2022 habrá que ser cauto y selectivo. En cambio, encontramos gran atractivo en temas de inversión como la disrupción tecnológica, la ESG y las infraestructuras”, añade Hofrichter.
Según explica, probablemente el crecimiento económico se ralentizará en 2022, debido en parte a la incertidumbre relacionada con el COVID-19 y a los cuellos de botella de las cadenas de suministro. Aun así, “cabe esperar que las acciones y otros activos de riesgo se beneficien de una menguante recuperación post pandémica, pero las valoraciones en muchas regiones son elevadas en comparación con sus niveles históricos, por lo que sería bueno ser activo y selectivo”, matiza.
En este contexto, Hofrichter considera que la diversificación entre diferentes clases de activos, estilos y regiones, particularmente en busca de rentabilidad, será básica. “La sostenibilidad será un elemento de disrupción en 2022 y más allá; las empresas y los países establecerán hojas de ruta claras hacia unas emisiones net zero, y los inversores tratarán de lograr un mayor impacto con su capital”, añade.
Implicaciones para los inversores
De cara a 2022, la gestora considera que los inversores deberían preparar sus carteras para episodios de volatilidad y para una inflación persistente. Por eso propone a los inversores que “abran su mente” y se concentren en el impacto. “No relegue la inversión sostenible a una parte de su cartera, ya que, cada vez más, forma parte integral de una estrategia de inversión próspera. Piense, por ejemplo, cómo la sostenibilidad repercute en nuestros otros dos temas de inversión principales para 2022: China y la ecologización de las economías”, apuntan desde Allianz GI.
Respeto a China, sostiene que, pese a ser un riesgo a vigilar, tiene un importante papel que desempeñar, dado que el mundo trata de alcanzar las cero emisiones netas de carbono y de implementar soluciones energéticas, por lo que resulta esencial que el resto del mundo entienda la evolución de China.
Por otra parte, Allianz GI espera que la “ecologización” de la economía probablemente aumentará las presiones inflacionarias a medio plazo. “Las inversiones verdes pueden ofrecer un potencial de rentabilidad atractivo que resultará vital en el actual entorno de bajos tipos de interés. Creemos que, a medida que el mundo aborde estas cuestiones críticas, estaremos ante una noción más amplia de impacto, incluyendo la forma en la que las empresas gestionan su huella, además de su impronta positiva social en general. Alcanzar estos objetivos críticos de sostenibilidad requerirán grandes cantidades de financiación, que es la razón por la que prevemos que todas las clases de activos (cotizados y no cotizados) de todas las regiones se armonizarán cada vez más con la inversión de impacto”, concluye.
Pixabay CC0 Public Domain. Más concentrada, sostenible y con mayor presencia del inversor retail: así ha madurado la industria europea de fondos
La Asociación Europea de Fondos y Gestión de Activos (Efama, por sus siglas en inglés) ha publicado la decimotercera edición de su informe sobre la gestión de activos en Europa, que ofrece un análisis en profundidad de las tendencias recientes en el sector de la gestión de activos en Europa, centrándose en el lugar donde se gestionan los fondos de inversión y los mandatos discrecionales en Europa.
Según los datos que recoge el informe, el total de activos bajo gestión en Europa alcanzó los 28,4 billones de euros a finales de 2020. “A pesar de la fuerte corrección del mercado en marzo de 2020, los activos gestionados aumentaron un 5,2% en 2020 tras el fuerte repunte hacia finales de año. Esta tendencia continuó durante 2021 y, a finales de septiembre de este año, los activos bajo gestión alcanzaron la cifra estimada de 31,3 billones de euros”.
Por regiones, la gestión de activos en Europa se concentra principalmente en seis países, que son responsables de casi el 85% de la actividad de gestión de activos que tiene lugar en Europa. Según Efama, esto se explica por la presencia de grandes centros financieros en esos países. Pese al Brexit, el Reino Unido es el mayor mercado europeo de gestión de activos, seguido de Francia, Alemania, Suiza, Países Bajos e Italia. Los Países Bajos deben su quinta posición en la clasificación al tamaño del sector holandés de fondos de pensiones profesionales.
Una tendencia clara de la industria europea durante estos últimos años es el fuerte crecimiento de los fondos de inversión sobre los mandatos discrecionales. En concreto, los activos de los fondos de inversión representaban 15.371 millones de euros, es decir, el 54% del total a finales de 2020. En cambio, la parte de los activos de los mandatos discrecionales respecto a los activos bajo gestión suponen el 46% y asciende a 13.052.000 millones de euros. “La mayor proporción de la renta variable en la asignación de carteras de los fondos de inversión en comparación con los mandatos discrecionales, combinada con la fuerte subida de los mercados bursátiles durante el periodo 2012-2017, es la principal razón que explica esta evolución”, explican desde Efama.
En segundo lugar, y como ya se venía viendo en los últimos años, la inversión ESG se ha consolidado en Europa. “La introducción del Reglamento de Divulgación de Finanzas Sostenibles (SFDR) en marzo de 2021 tuvo un gran impacto en la industria europea de gestión de activos. Aunque no era la intención de los reguladores, el SFDR provocó la aparición de dos categorías distintas de fondos: los fondos del artículo 8, con características de sostenibilidad, y los fondos del artículo 9, con objetivos de sostenibilidad”, explican. Desde Efama destacan que la gestión de los fondos del artículo 8 y 9 está repartida de forma desigual en la Unión Europea. A finales del primer trimestre de 2021, el 75% de los fondos del artículo 8 se gestionaban en solo tres países europeos: Francia (36%), Suecia (22%) y los Países Bajos (17%).
La organización espera que esta situación evolucione dado el crecimiento y el dinamismo de la inversión ESG. “Los gestores de activos se han convertido en contribuyentes clave a la transición hacia una economía sostenible al incorporar factores ESG en sus procesos de inversión y participar en actividades de administración más eficaces y asertivas. A finales del primer trimestre de 2021, los gestores de activos en Europa aplican un enfoque de inversión ESG a unos 11 billones de euros de activos, de los cuales unos 6 billones de euros (o el 55%) se gestionan en fondos de inversión, y 5 billones de euros en mandatos discrecionales”, señala el documento en sus conclusiones.
Inversores y asignación de activos
El informe también analiza la otra cara de esta industria: sus clientes. Según explica, el mercado europeo de fondos tiene dos pilares básicos de inversores: retail e institucionales (principalmente planes de pensiones, aseguradoras y otros clientes institucionales). El porcentaje de activos bajo gestión en manos de clientes retail ha crecido sustancialmente durante 2020 dado el gran apetito que los inversores han mostrado por los instrumentos para invertir en el mercado de capitales. En este sentido, según Efama, “otra de las tendencias observadas es el aumento constante de la proporción de otros clientes institucionales, como fundaciones, organizaciones benéficas, sociedades de cartera o grandes empresas. Esto se observa en la mayoría de los grandes centros europeos de gestión de activos”.
Por ahora, los clientes nacionales son, con diferencia, los principales clientes del sector europeo de la gestión de activos. Sin embargo, el informe muestra que la importancia de los clientes extranjeros no ha dejado de crecer en los últimos años, pasando del 26% en 2017 al 31% a finales de 2020. Esta evolución está en consonancia con uno de los objetivos clave de la Unión de Mercados de Capitales (UMC) de la UE: una mayor integración de los mercados de capitales nacionales en un auténtico mercado único.
Por último, se ha producido un interesante cambio en la asignación de activos. Según Efama, a finales de 2020, los activos de renta fija representaban el 40% de las carteras de inversión gestionadas por los gestores de activos en Europa, frente al 31% de los activos de renta variable y el 7% de los activos del mercado monetario y equivalentes de efectivo. El resto de la cartera (23%) estaba formado por otros activos, como infraestructuras, fondos de cobertura, productos estructurados y capital riesgo.
“En los últimos años, impulsada por las subidas generales de los mercados bursátiles mundiales, la parte de la renta variable cotizada en la asignación de activos de los gestores aumentó hasta el 31%. La proporción de otros activos, como las infraestructuras, los fondos de cobertura, los productos estructurados o el capital privado, también aumentó de forma constante, ya que los inversores que buscan rendimiento se dirigieron a estos activos más ilíquidos. A pesar de estas tendencias, los instrumentos de renta fija siguen siendo el tipo de activo predominante. Esto refleja la importancia de los clientes institucionales, que consideran los bonos como instrumentos seguros para preservar el capital y generar ingresos”, indican.
Frente a los resultados de este informe, Tanguy van de Werve, director general de Efama, destaca el papel que están desempeñando los gestores de activos ahora. “Ponen a trabajar los ahorros de los ciudadanos europeos, financian la innovación y desempeñan un papel fundamental en la transición hacia una economía sostenible. Como tales, son una fuerza a tener en cuenta cuando se trata de lograr la Unión de Mercados de Capitales de la UE, la digitalización y los objetivos ESG”, concluyen.
Pixabay CC0 Public Domain. Los inversores profesionales ven en los ETFs una solución líquido, sostenible, temática y práctica para la renta fija
¿Qué opinan los inversores profesionales sobre los ETFs? Según el resultado del Estudio Global sobre ETFs de 2021 elaborado por JP Morgan AM, este vehículo de inversión ha demostrado ser resistente incluso durante los momentos de mercado más turbulentos. El documento, en el que han participado 373 profesionales inversionistas en 18 países, con responsabilidad sobre inversiones en ETFs valoradas en 347.000 millones de dólares, se pone de manifiesto algunas de las principales tendencias de esta industria como, por ejemplo, los ETFs de gestión activa o el crecimiento de los vehículos pasivos de inversión ESG.
“En la primavera de 2020, en el punto álgido de la volatilidad del mercado, la mayoría de los observadores siguieron de cerca si se producía una dislocación entre los ETFs y sus participaciones subyacentes. La feliz conclusión fue que el mecanismo operado por los creadores de mercado y los participantes autorizados para ajustar el inventario de los ETFs en función de la oferta y la demanda demostró ser un amortiguador fiable para moderar el impacto de los movimientos de los grandes inversores”, destaca Jean-René Giraud, fundador y CEO de TrackInsight, en la carta de presentación del estudio.
Esta reflexión explica, en opinión de Giraud, que, por segundo año consecutivo, la liquidez haya sido considerado el principal criterio que los encuestados tienen en cuenta a la hora de seleccionar los ETFs, lo que refleja la importancia de la parte «negociada» de los «fondos cotizados». “El modelo de ETF ha demostrado ser fundamental para la aparición de un nuevo mundo de inversión digital más rápido y dinámico, creando un entorno fértil para la continua convergencia de los fondos de inversión y los ETF a medida que la industria avanza hacia un modelo basado en la distribución estructurada en torno a vehículos cotizados. Tal vez como consecuencia del aumento del trabajo a domicilio, la crisis también ha provocado un renacimiento de la inversión autodirigida, ya que el dinero minorista volvió a los mercados con fuerza”, añade.
En este sentido, la estudio muestra que “la fuerte liquidez que proporcionaron los ETF en el contexto de volatilidad provocada por el COVID-19 en 2020, unida al conocimiento por parte de los proveedores sobre los mecanismos de la fijación de precios en estos fondos, ha hecho que se dispare la proporción de encuestados para los que la liquidez supone una ventaja de los ETFs”, indican desde la gestora.
De la liquidez a las nuevas tendencias: temáticos, gestión activa y ESG
Entre las conclusiones de la encuesta, destaca que las asignaciones a renta fija han crecido rápidamente. Según explican: “La capacidad de los ETFs de proporcionar acceso líquido y eficiente desde un punto de vista de costes a carteras diversificadas de bonos es un aspecto que los encuestados aprecian cada vez más, y los ETFs de renta fija están creciendo para convertirse en la segunda mayor clase de activo en el espacio de los ETFs”.
Por otro lado, la encuesta confirma desde la óptica de los inversores profesionales las tendencias en las que las gestoras ya están trabajando. La primera es la mayor apuesta por los ETFs de gestión activa. Según indican desde JP Morgan AM, aunque los ETFs de gestión activa siguen siendo un segmento relativamente pequeño del mercado global de ETFs, el porcentaje de encuestados con exposición a este tipo de fondos se ha incrementado del 31% en 2019 al 54% en 2020. “Este repunte refleja el aumento de la demanda de estrategias activas, tanto para impulsar la diversificación de la cartera y el potencial de alfa, como para reducir costos”, indican.
En segundo lugar, los encuestados confirman que los fondos temáticos se están generalizando. “Las posiciones en fondos temáticos han aumentado considerablemente desde 2020 y todo apunta a que seguirán haciéndolo en los próximos dos a tres años, ya que los encuestados asignan más activos a los temas de tecnología y medio ambiente en particular”, apuntan las conclusiones del estudio.
Por último, la encuesta recoge que la ESG es la principal apuesta de los inversores institucionales. Los activos ESG se triplicaron en 2020 hasta los 174.000 millones de dólares, impulsados por la entrada récord de capitales por 87.000 millones de dólares, una tendencia que seguirá aumentando, ya que el 48% de los encuestados afirman que prevén incrementar al menos un 5% su exposición a ETFs ESG. “Sin embargo, la falta de consistencia en los parámetros ESG sigue dificultando las comparaciones entre fondos”, advierten desde JP Morgan AM.
Esta ha sido una década sorprendente para las inversiones sostenibles. Hemos asistido a la confluencia de acciones por parte de empresas, individuos y responsables políticos. Estos últimos han sido especialmente activos en los últimos tres años y el creciente poder de la regulación es un completo cambio de juego para la sostenibilidad, y para los datos sostenibles en particular. El famoso Reglamento de Divulgación Financiera Sostenible (SFDR, por sus siglas en inglés) es un listón cada vez más alto, no sólo para la divulgación, sino también para la disciplina y el enfoque relativos a los marcos sostenibles.
Durante los últimos dos o tres años, la atención se ha centrado principalmente en una sola dimensión: el medio ambiente y, en particular, el clima. Sin embargo, la crisis sanitaria ha demostrado el papel clave del pilar social y cómo las tres dimensiones -medio ambiente, social y gobernanza- están interconectadas, por lo que requieren un enfoque global. Esta ha sido siempre una convicción en DPAM.
La carrera hacia las emisiones cero no es solo una declaración
Casi todos los países se han comprometido a lograr la neutralidad de carbono en las próximas décadas. Esto tiene consecuencias económicas y financieras. En primer lugar, significa una retirada completa de los combustibles fósiles para 2050 y un agresivo proceso de descarbonización. En segundo lugar, supone un coste de inversión estimado en más de 5 billones de dólares al año hasta 2030, lo que requiere una financiación considerable.
Los últimos 5 años han sido años récord en cuanto a los llamados bonos verdes y emisiones similares. Esto es sólo un comienzo. Estos instrumentos deberían emitirse masivamente en los próximos años. Proporcionarán una mayor diversificación a los mercados. Ya sea atraídos voluntariamente por estos instrumentos o empujados por la normativa, los inversores son propensos a comprar activos «verdes» cuyas valoraciones empiezan a mostrar algunos signos de fuerte demanda.
De hecho, la taxonomía europea, entre otras cosas, impulsa a los inversores a comprar los valores que les permitan mostrar los mejores índices de alineación con los dos primeros objetivos del cambio climático (mitigación y adaptación). Los siguientes cuatro objetivos se han redactado recientemente.
A modo de recordatorio, la taxonomía pretende aportar claridad sobre lo que debe considerarse verde y ayuda a reasignar el capital hacia actividades económicas y empresas que contribuyan a los objetivos medioambientales alineados con la taxonomía.
Aunque las ambiciones de los países son importantes, para que tengan éxito deben lograrse a escala mundial. En este sentido, los resultados de la COP 26 no fueron tranquilizadores. «Una COP de los países ricos para los países ricos», como han afirmado varios expertos, y con un importante desfase entre las declaraciones oficiales de la primera semana y las conclusiones de la segunda.
Esto ha creado un contexto de desconfianza entre los países y, en particular, entre las economías desarrolladas y las emergentes, sin precedentes que las próximas conferencias tendrán que resolver rápidamente. La guerra por el liderazgo climático entre China y Estados Unidos ya está creando algunas tensiones geopolíticas. El fracaso de la COP 26 en varios puntos esenciales para la cooperación internacional y la desconfianza entre los estados reforzará dichas tensiones.
¿Qué pasa con el frente social y de gobernanza?
El impacto de la regulación en cuanto a los requisitos sociales y de gobernanza ha sido bastante limitado por el momento, especialmente en la valoración.
En el ámbito social, la atención sigue centrada en la compleja consideración de los derechos humanos a lo largo de la cadena de valor, el famoso deber de diligencia aplicado por Francia y el Reino Unido. Sin embargo, el primer borrador de la Taxonomía Social se publicó el verano pasado, y promete debates animados y ciertamente subjetivos sobre su aplicación.
Lo mismo observamos en materia de gobernanza: las garantías mínimas que deben aplicarse desde el punto de vista reglamentario refuerzan el escrutinio de los incidentes y escándalos a los que pueden enfrentarse los emisores. Además, el paso de la primacía de los accionistas a la gobernanza de los stakeholders sitúa en primer plano la noción de «misión» de la empresa hacia la sociedad. Esto ha abierto la puerta a interesantes debates sobre el frágil equilibrio de todo este microcosmos.
Los 5 mensajes clave para 2022
1. El mercado con criterios ASG ha crecido muy rápidamente en los últimos 5 años hasta convertirse en una tendencia dominante. No hay razón para que se detengan los importantes flujos de activos sostenibles de los últimos trimestres. El seguimiento de estos flujos es clave en la gestión de las carteras.
2. La regulación está ahí para apoyar estos flujos; la SFDR, en particular, es un elemento de cambio para reciclar los activos de inversión en soluciones de inversión con criterios ASG.
3. La demanda está entonces claramente en aumento. Por el lado de la oferta, el universo de activos verdes sigue siendo relativamente pequeño, con sesgos geográficos y sectoriales. Esto podría pesar en la valoración. Es imperativo que el universo crezca para evitar la saturación de los riesgos de inversión. Las carteras gestionadas activamente pueden marcar la diferencia.
4. A raíz de las recientes valoraciones más elevadas, podría cuestionarse la posible valoración errónea de los denominados activos ASG y la correlación positiva entre los ASG y los resultados financieros. Dada la diversidad de enfoques sostenibles, la respuesta no siempre es sencilla. Sin embargo, un reciente análisis del Centro Stern de Negocios Sostenibles de la Universidad de Nueva York y de Rockefeller Asset Management confirmó la correlación positiva y/o neutra entre los criterios ASG y los resultados financieros. El consenso del mercado se basa en que los criterios ASG pueden conducir a un rendimiento superior.
5. Por último, el problema de los datos es un desafío bien conocido. El SFDR y la Taxonomía, en particular, han cambiado las reglas del juego de la inversión y los datos de criterios ASG. Las necesidades de los inversores han pasado de las evaluaciones subjetivas de los proveedores de datos ASG a los datos brutos objetivos directamente de las empresas. El mundo financiero necesita datos adecuados, fiables y con visión de futuro para tomar decisiones de inversión apropiadas, totalmente alineadas con la agenda política 2030-2050. Por ello, el anuncio de la Fundación de las Normas Internacionales de Información Financiera (IFRS) y de la creación del Consejo de Normas Internacionales de Sostenibilidad (ISSB) ha sido bien recibido por los mercados. Esto desarrollará una base global completa de normas de divulgación de la sostenibilidad para el mercado financiero, lo cual es un paso prometedor en la dirección correcta.
Tribuna de Ophélie Mortier, estratega de Inversión sostenible en DPAM.