Después de que el impacto de la inflación entre 2021 y 2022 provocara un rápido aumento de los tipos de interés en la mayoría de los mercados desarrollados, los inversores en efectivo y bonos disfrutaron de un estimulante incremento de las rentas gracias al cobro de rendimientos atractivos.
A pesar del reciente regreso de la volatilidad a los mercados, los bonos siguen ofreciendo revalorización del capital y unas rentas que continúan siendo elevadas. Sin embargo, abrirse camino a partir de ahora puede requerir una habilidad especial debido a la persistencia de la inflación, el aumento de las diferencias en las trayectorias de crecimiento económico entre los países y la divergencia en las respuestas de las autoridades monetarias. Los cambios geopolíticos, agravados por las medidas adoptadas por el presidente estadounidense Donald Trump desde su regreso a la Casa Blanca, suponen otro factor de imprevisibilidad, como ilustra el último episodio de turbulencias en los mercados. Ante esta incertidumbre, ¿cómo deberían reposicionar sus carteras los inversores?
Adaptándose a un contexto macroeconómico estructuralmente diferente
La incertidumbre actual refleja un cambio de régimen estructural al que los inversores deben acostumbrarse. Esta nueva era económica se caracteriza, entre otras cosas, por los siguientes aspectos:
- un entorno económico menos estable con ciclos más cortos y frecuentes;
- una inflación más alta y volátil;
- una mayor rivalidad geopolítica y un aumento de la divergencia a medida que se frena el proceso de globalización y, en algunas áreas, incluso se invierte,
- y una intervención del Estado y un gasto fiscal estructuralmente más elevados.
Los bancos centrales ya no actúan para aportar estabilidad, ya que se ven atrapados entre la necesidad de contener la inflación y el deseo de no provocar una desaceleración económica que puede ser necesaria para que la inflación vuelva a su objetivo de forma sostenida. Este dilema podría agravarse por el impacto de los aranceles estadounidenses, ya que lo más probable es que los gobiernos no tengan más remedio que aumentar el gasto público. Las decisiones de política monetaria podrían sorprender a los inversores, dada la posibilidad de que los bancos centrales tomen diferentes caminos. Por ejemplo, las importantes repercusiones de los aranceles estadounidenses en la economía europea podrían llevar al Banco Central Europeo a recortar los tipos mucho más de lo que anticipa el actual consenso del mercado. Por otra parte, los datos salariales y de inflación en el Reino Unido pueden malograr los esfuerzos del Banco de Inglaterra por seguir con su ciclo de rebajas de tipos. Aunque sea un riesgo, esta divergencia también brinda una oportunidad de la que pueden sacar partido los inversores.
Mirando más allá del efectivo o los instrumentos individuales
Aunque los depósitos han observado un buen comportamiento en los últimos años, creemos que, en la actualidad, ante la bajada de los tipos, implican un enorme riesgo de reinversión. A diferencia de lo que ocurre con los bonos, los instrumentos de efectivo no se benefician del repunte en las valoraciones que suelen acarrear los recortes de tipos; además, los ingresos por intereses se ajustan automáticamente a niveles más bajos, lo que sugiere que podría ser tarde para diversificarse con renta fija. Muchos inversores ya han sustituido una parte de sus posiciones en efectivo por bonos de gobierno —varios gobiernos están intentando captar de forma activa a los inversores minoristas— u otros activos refugio. Sin embargo, en nuestra opinión, podrían considerarse otras medidas. Si bien los bonos del Estado nacionales cumplen un papel importante en las carteras, complementar la exposición a un único país con un conjunto diversificado de bonos internacionales de gran calidad puede:
- mitigar el riesgo de reinversión y contribuir a la protección de las carteras frente a una volatilidad excesiva;
- diversificar el considerable riesgo de beta asociado a un emisor de un único país, que puede llegar a ser muy notable en un contexto tan incierto como el actual,
- y permitir captar los rendimientos más altos que puedan ofrecerse en otros lugares.
Adoptando un enfoque flexible en renta fija
La diversificación selectiva no implica necesariamente tener que asumir una duración o un riesgo crediticio elevados. De hecho, pensamos que, en un entorno incierto, la flexibilidad puede ser la mejor aliada de un inversor en renta fija. En concreto, tenemos razones para pensar que las estrategias de gran calidad sin restricciones suponen una oportunidad interesante para complementar las carteras, ya que tienen una duración media y una exposición al crédito limitadas, al tiempo que aportan diversificación en todo el abanico de países, sectores y temas.
Además, vemos indicios alentadores en cuanto a que las estrategias flexibles de renta fija continúen su tendencia positiva en el divergente universo actual, ofreciendo un amplio margen de protección frente a las caídas y oportunidades de potencial alcista durante las perturbaciones del mercado. Es probable que estos bruscos reajustes se conviertan en una constante de esta nueva era económica.
- Por ejemplo, en la situación actual, el programa político de la Administración estadounidense podría provocar un aumento estructural de la inflación, una mayor volatilidad, una posible reversión de los flujos de capital globales y una depreciación del dólar estadounidense. En otros lugares, Japón y el Reino Unido parecen haber puesto en marcha una política monetaria que aún no se corresponde con la evolución de sus datos económicos, mientras que la zona euro sigue lastrada por las tensiones políticas en Francia y Alemania, las dudas sobre la sostenibilidad de la deuda —solo parcialmente compensadas por las medidas fiscales alemanas— y el incesante impacto de la guerra en Ucrania. En cualquier caso, los aranceles estadounidenses y el riesgo de un repunte de las exportaciones chinas hacia mercados fuera de EE. UU. se han convertido en las principales preocupaciones de los responsables políticos y los inversores.
- Con respecto a las oportunidades, en países como Australia, Nueva Zelanda y Canadá los niveles de deuda pública son bajos, si bien la deuda privada es alta, lo que significa que sus bancos centrales pueden estar mejor preparados para sortear la inestabilidad financiera y ser más sensibles al deterioro del ciclo. Estos mercados podrían ofrecer una rentabilidad total más alta y estable, dado que parten de unos rendimientos elevados y funcionan como «refugios seguros» alternativos.
Conclusión
En nuestra opinión, las inversiones en renta fija deben tratar de cumplir tres objetivos fundamentales:
- rentas fiables y recurrentes, con un componente de crecimiento;
- ampliar la diversificación y la liquidez,
- y conservar el capital a largo plazo.
En un entorno tan impredecible como el actual, creemos que la mejor manera de lograr esos objetivos es mediante una estrategia más flexible que se oriente hacia un conjunto de oportunidades global y con sólidas medidas de control del riesgo. Bajo nuestro punto de vista, adoptar una mayor flexibilidad en cuanto a duración, distribución geográfica y selección de sectores puede contribuir a la protección tanto de las rentas como del capital en períodos de volatilidad intensa. Por lo tanto, lo consideramos una incorporación valiosa a la mayoría de las carteras, en la medida que mitiga el impacto de la volatilidad de las asignaciones a un solo país o región mediante la diversificación de la exposición a varios ciclos económicos y políticos divergentes.
En la práctica, en el mercado hay disponible una amplia gama de estrategias sin restricciones, por lo que los inversores deberán asegurarse de que la elegida cumpla con sus requisitos particulares. Ante un entorno incierto, los inversores pueden asignar capital a estrategias de renta fija flexibles que concedan una mayor importancia a la conservación del capital y la liquidez por medio de una mayor participación en una selección de bonos del Estado de gran calidad, pero que, a su vez, ofrezcan la posibilidad de obtener rentabilidades positivas a largo plazo exponiéndose a un amplio conjunto de oportunidades internacionales.
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Artículo escrito por Marco Giordano, director de Inversiones de Wellington Management.
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