La renta variable global ofrece un entorno complejo y crecientemente fragmentado. La volatilidad y la dispersión ofrecen un universo lleno de oportunidades para los gestores activos, impulsadas por cambios estructurales, avances tecnológicos y un reordenamiento económico y geopolítico. En este escenario, pensamos que la autonomía estratégica europea, la innovación tecnológica y las dinámicas regionales diferenciadas están siendo las tres grandes temáticas que están marcando el rumbo de los mercados bursátiles.
Empezando por Europa, la creciente autonomía estratégica sigue siendo un pilar central de la agenda económica. Las compañías líderes en sectores clave, como defensa, energía, tecnología y manufactura, están mostrando un crecimiento sólido con valoraciones aún razonables. La decisión de elevar el gasto en defensa hasta el 5% del PIB en los países miembros de la OTAN está dinamizando el sector aeroespacial y de defensa, creando nuevas oportunidades para inversores a medio y largo plazo. Además, la fortaleza e independencia del sistema financiero europeo será determinante para mantener la resiliencia del mercado frente a shocks externos.
Las empresas de pequeña capitalización comienzan a destacar por su atractivo en diferentes regiones. En EE.UU., estas compañías pueden beneficiarse del impulso a la relocalización industrial (reshoring), mientras que en otras regiones sus valoraciones resultan particularmente atractivas. La esperada bajada de tipos de interés no solo abarataría su financiación, sino que también podría impulsar su rentabilidad y acceso al capital.
En Asia, los mercados chinos se están viendo impulsados por el liderazgo en inteligencia artificial y otros sectores relacionados, junto con las mejoras en el sector inmobiliario. Por otra parte, el dinamismo de la economía india no parece verse afectado por las tensiones arancelarias (las exportaciones netas de bienes a EE. UU. son inferiores al 2% del PIB), mientras que su demografía impulsa el crecimiento.
El sector tecnológico global continúa en evolución, con los robots humanoides y la automatización avanzada captando cada vez más atención, alimentados por los avances en IA. Los fundamentos que respaldan la inversión en inteligencia artificial no solo se mantienen sólidos, sino que podrían estar incluso infravalorados por el mercado.
El software está demostrando su fortaleza, y los temores de que la IA pueda afectar al SaaS probablemente estén exagerados. El software corporativo sigue siendo complejo y muy personalizado, con ingresos recurrentes y márgenes elevados. Aunque aún existen incertidumbres, la IA probablemente tendrá un impacto positivo, al simplificar tareas sencillas.
Tribuna firmada por Michael Heldmann, director de inversiones en renta variable de Allianz Global Investors
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