Como inversor, uno debe tener una ventaja competitiva que le permita obtener una rentabilidad sólida.
Nuestra ventaja se basa en un par de elementos. En primer lugar, reconocemos que el mundo cambia de manera constante y que es difícil de pronosticar: los principales motores de los movimientos del mercado son a menudo completamente inesperados. Cada enero me divertía redactando una lista de cosas que me preocupaban sobre el año que comenzaba; e inevitablemente, cuando el mercado sufría una conmoción, su causa no figuraba en mi lista. Esto no debería sorprender a nadie: si no fuera algo inesperado, ya estaría descontado en las cotizaciones.
Así que dejamos de intentar pronosticar lo que podría ocurrir en el mercado y pasamos a concentrarnos en una pregunta concreta: ¿se nos remunera el riesgo que asumimos al invertir en una emisión de deuda corporativa individual?
Una sola pregunta
Los bonos de Disney son un ejemplo clásico. Al estallar la pandemia, la compañía se vio obligada a cerrar todos sus parques temáticos, pero seguía teniendo que mantenerlos operativos, lo cual cuesta dinero. Al mismo tiempo, estaba intentando lanzar Disney+, gastando mucho en tecnología, acuerdos jurídicos y la recompra de sus títulos a otras empresas de streaming. Esta situación podía parecer desastrosa desde muchos ángulos, pero desde la perspectiva de un bonista, nada de ello importaba realmente. La cuestión clave era: ¿Iba Disney a quebrar? Estaba claro que no. Así que nos preguntamos: «¿Deberíamos comprar estos bonos, que se comportan como si la empresa no fuera a existir en el plazo de unos años?» La respuesta fue que sí.
El segundo componente es de naturaleza estructural. Creo que nuestro principal factor diferenciador es que en lugar de tener gestores muy concentrados en sus mercados individuales, cada uno tenemos responsabilidades de cara al cliente en todos los fondos. Si bien existen especializaciones dentro del equipo, todos estamos al corriente de lo que hacen las carteras.
Utilizamos una estructura matricial para las responsabilidades de fondos. Todos los miembros del equipo comprenden lo que cada fondo está tratando de lograr, con lo que cuando alguien encuentra una oportunidad, sabe instintivamente dónde encaja.
Mantener la convicción nunca es fácil
Estos dos elementos (cómo pensamos sobre los mercados y cómo nos estructuramos) son las únicas dos cosas que una gestora puede controlar. Nuestra ambición es proporcionar niveles sólidos de rentabilidad, y hacerlo de manera diferente y (sobre todo) disciplinada es sumamente importante.
Una de las herramientas más poderosas a disposición del inversor (pero que a menudo pasa por alto) es el horizonte de inversión. No aparece en los balances, pero puede ser un verdadero superpoder. En fases de tensión en los mercados, cuando las cotizaciones caen, la capacidad para decir «Sé que esto es barato, y no me importa cuál será su precio mañana, porque creo en su valor a largo plazo» es increíblemente potente.
Los clientes suelen tener el lujo del tiempo, pero no siempre lo utilizan. Lo que intentamos hacer es ayudarles a aprovechar esa fortaleza; tal vez no vean resultados inmediatos, pero con el tiempo, esas decisiones tienden a dar sus frutos.
Aquí es donde la estructura de nuestro equipo marca la diferencia. En fases difíciles, a todo inversor le resulta difícil mantenerse firme y actuar con decisión, pero con la matriz de nuestro equipo, nadie tiene que hacerlo solo. Las ideas se comparten, se ponen a prueba y se respaldan; no se trata de encontrar a un miembro individual con plena convicción, sino de crear una red que brinde a todos ellos la confianza para actuar.
En busca de oportunidades
La inversión en deuda corporativa no es especialmente glamurosa. Tenemos un universo de posibles inversiones, que analizamos un día tras otro en busca de algo diferente.
Invertir en renta fija tiene un ritmo determinado. El equipo de renta fija celebra una reunión matutina en la que los analistas nos ponen brevemente al día sobre noticias y resultados corporativos. Esto nos da pistas sobre cómo examinar nuestras carteras para luego discutir con los analistas estos temas en mayor detalle. A la hora del almuerzo abre el mercado estadounidense y el proceso comienza de nuevo. Entre todo esto tenemos actualizaciones y preguntas de clientes, o interactuamos con nuestro equipo de gestión responsable y sostenibilidad para comentar cuestiones ESG de compañías específicas.
Una de las partes más interesantes del trabajo es su constante evolución. Las necesidades de los clientes cambian, los mercados se mueven, y nosotros nos adaptamos, ya sea refinando directrices o replanteándonos los enfoques de cartera. Uno debe sentirse cómodo con el cambio.
Tener curiosidad es esencial. Si eres una persona que desea entender cómo están interconectados el comercio, la política, la economía y las finanzas corporativas, este trabajo te permite explorarlo a fondo.
Tribuna de Richard Ryan, codirector de renta fija fundamental de M&G Investments
El valor de las inversiones fluctuará, lo cual provocará que el valor de las participaciones se reduzca o se incremente. Es posible que no recupere la cantidad invertida inicialmente. Las rentabilidades pasadas no son un indicativo de las rentabilidades futuras. Los puntos de vista expresados en este documento no deben considerarse como una recomendación, asesoramiento o previsión. La información facilitada no debe considerarse una recomendación de compra o venta de ningún valor o título específico.
Exclusivamente para inversores profesionales. Prohibida su posterior distribución. Ninguna otra persona o entidad debe utilizar la información contenida en el presente documento. Esta información no constituye una oferta ni un ofrecimiento para la adquisición de acciones de inversión en cualquiera de los fondos de M&G. Promoción financiera publicada por M&G Luxembourg S.A. Domicilio social: 16, boulevard Royal, L-2449, Luxembourg. DEC/1620803




