Los reguladores europeos están planeando una amplia prueba de resistencia para las instituciones financieras no bancarias (NBFI), que incluirá a fondos de cobertura, firmas de capital privado, gestores de crédito y aseguradoras, según informa el Financial Times. Prevista para un posible lanzamiento en 2026, la prueba busca evaluar cómo los choques sistémicos podrían propagarse por el sector.
La iniciativa refleja una creciente preocupación por el papel de los actores no bancarios en los préstamos dentro de la eurozona, un sector que mueve 5 billones de euros, en medio de temores por desajustes de liquidez y apalancamiento oculto. El esfuerzo, liderado por el Banco Central Europeo (BCE), la Autoridad Europea de Valores y Mercados (ESMA), la Autoridad Bancaria Europea (EBA), la Autoridad Europea de Seguros y Pensiones (EIOPA) y la Comisión Europea, representa el primer intento de la UE por evaluar el riesgo de contagio en todo el sistema financiero, más allá de las pruebas ya existentes para bancos y aseguradoras.
Esta medida se alinea con iniciativas globales, como los recientes escenarios del Banco de Inglaterra sobre estrés provocado por fondos de cobertura. Para el crédito privado y los hedge funds, esto podría significar una supervisión más estricta, incluyendo posibles límites al apalancamiento y nuevas reglas de divulgación.
La jefa de supervisión del BCE, Claudia Buch, señaló que crisis como la de Archegos y los recientes episodios de falta de liquidez demuestran la necesidad de abordar los puntos ciegos en el sector no bancario.
“No todas las NBFI son más arriesgadas que los bancos, pero los riesgos deben entenderse bien”, apuntó.
Algunos países, como Francia, ya han comenzado pruebas piloto a nivel nacional. Mientras tanto, la UE ha aplazado hasta 2027 la aplicación de normas más estrictas de capital para las divisiones de inversión bancaria, lo que refleja una reevaluación más amplia de las prioridades regulatorias.