Un reciente estudio de MainStreet Partners, firma especializada en inversión sostenible e integrada en Allfunds, advierte que la Unión Europea está encontrando serias dificultades para convertir su ambiciosa agenda verde en una ventaja competitiva real.
El informe identifica como principales barreras la superposición normativa, la carga administrativa y la falta de apoyo a sectores clave como el vehículo eléctrico. Según Daniele Cat Berro, director general de la firma, estas trabas están debilitando el papel de Europa en la transición ecológica y comprometiendo su capacidad para liderar en sostenibilidad a nivel global.
En el ámbito industrial, la compañía subraya el retroceso frente al mercado asiático. A pesar de los objetivos marcados por la UE para reducir un 55 % las emisiones de los nuevos coches en 2030 y eliminar los motores de combustión en 2035, más del 20 % de los vehículos eléctricos vendidos en Europa en 2023 fueron de origen chino. Además, la cadena de valor de las baterías está cada vez más controlada por actores no europeos, mientras los proyectos industriales locales sufren retrasos y escasa financiación.
“La transición al vehículo eléctrico es estratégica, pero sin una base industrial sólida corre el riesgo de provocar una desindustrialización en regiones dependientes del automóvil. Es necesario un respaldo más firme a la producción local”, ha señalado Cat Berro.
En el plano financiero, MainStreet Partners destaca que el marco regulatorio de la inversión sostenible ha alcanzado un nivel de complejidad que frena la confianza del mercado. La combinación de la SFDR, la CSRD y la CSDDD ha generado costes elevados y dificultades de cumplimiento, especialmente para las pequeñas y medianas empresas.
Como consecuencia, Europa ha registrado salidas netas de capital en productos ESG por primera vez en el primer trimestre de 2025, según datos de Morningstar. La Comisión Europea ha respondido presentando la Directiva Ómnibus, que contempla aplazamientos y ajustes en las obligaciones de reporte, pero desde MainStreet advierten que la medida es insuficiente si no se acompaña de una estrategia de ejecución clara y ágil.
La firma también ha mostrado preocupación por la nueva regulación sobre proveedores de calificaciones ESG, ya que en la práctica favorecerá a grandes operadores globales, en su mayoría no europeos. Esto, señalan, compromete la autonomía estratégica del continente en un sector emergente.
“El compromiso con los objetivos climáticos debe mantenerse, pero con un enfoque que priorice la claridad normativa, la capacidad industrial y la competitividad internacional”, ha concluido Cat Berro.