Unas mayores rentabilidades y un potencial de apreciación de las divisas ha hecho que la deuda de los mercados emergentes haya pasado a ser una de las clases de activos más interesantes del mundo y como tal merece una mayor consideración. Sin embargo, un reciente informe de NN Investment Partners, titulado ‘Confianza del inversor: análisis de la deuda de los mercados emergentes’ revela la baja exposición a esta clase de activo que los inversores aún tienen en sus carteras.
La encuesta mostró que siete de cada 10 inversores profesionales (70%) reconocen que las condiciones actuales del mercado son desafiantes para las inversiones tradicionales de renta fija debido al aumento de los tipos de interés en los mercados desarrollados.
Esta cifra abarca el 31% que afirmó que las condiciones son «muy difíciles» y el 39% que dijo que son «moderadamente desafiantes». Solo el 22% cree que las condiciones del mercado son «fáciles». Aunque el 85% de los encuestados dice que tiene exposición a deuda de los mercados emergentes como solución a los mayores vientos en contra, la exposición promedio es solo del 3,5%.
Las razones más comunes citadas por los inversores para tener una baja asignación a deuda de los mercados emergentes es que tienen mayores prioridades de inversión (60%). Mientras que el 53% dicen que no comprenden bien esta clase de activo como para invertir en ella y el 17% reconoce que la demanda es generalmente baja. A pesar de este sentimiento, el hecho es que los flujos hacia los fondos centrados en deuda de los mercados emergentes, incluidos los ETFs, alcanzaron una cifra récord en 2017. Para NN IP esto demuestra que las cualidades de este activo están cada vez más presentes en los radares de los inversores.
Aunque el 42% de los inversores profesionales no tienen preferencia por deuda emergente denominada en moneda fuerte o en moneda local, el 34% prefiere los bonos en moneda fuerte y el 23% en moneda local.
En este caso, los expertos de NN IP creen que la deuda emergente en moneda local ofrece perspectivas particularmente buenas debido a que las monedas de muchos mercados emergentes están infravaloradas en la actualidad.
Para los encuestados que prefieren moneda local, las cualidades más atractivas citadas son: un potencial sustancial al alza (65%), mayores rentabilidades (39%), y la calidad crediticia superior de los emisores (39%). Para aquellos que prefieren moneda fuerte, las cualidades más atractivas citadas son: un riesgo menor en el tipo de cambio (83%), rendimientos mejores sobre una base de riesgo-rendimiento que la deuda en moneda local (20%) y la calidad crediticia de estos emisores, que a menudo es mejor que la de los mercados desarrollados (20%).
«La deuda de los mercados emergentes ha evolucionado en los últimos 25 años, gracias al acelerado crecimiento económico y la creación de riqueza, la convergencia de mercados de capital emergentes y desarrollados, las políticas creíbles de crecimiento y los esfuerzos de fortalecimiento institucional”, explica Marcelo Assalin, jefe de deuda de mercados emergentes en NN Investment Partners.
«Pero en comparación con el crecimiento económico mayor y la creciente participación de los mercados emergentes en la economía global, los inversores extranjeros aún no están asignando capital a la deuda de los mercados emergentes, especialmente en los mercados de deuda doméstica, que aún son menos eficientes que los desarrollados. Esto significa que hay oportunidades para los inversores activos con experiencia para explotar estas ineficiencias del mercado”, concluye.