La industria de fondos en Chile ha ido creciendo a lo largo de los años y, pese a los contratiempos, ha logrado conquistar a un décimo de la población local. Esa es una de las conclusiones que sugieren cifras publicadas por la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) recientemente. Los datos, que muestran más diferencias por edad e ingresos que por género, también revelan el impacto que han tenido las plataformas de inversión digital en el país andino.
En el marco de la vigésima tercera Convención Anual de la Industria de Fondos Mutuos, organizada por la Asociación de Administradoras de Fondos Mutuos (AAFM), la presidenta de la CMF, Solange Berstein, presentó los datos que enmarcan la industria. En términos de AUM, por ejemplo, el ente regulador destacó que la industria de fondos –incluyendo fondos mutuos y fondos de inversión públicos y privados– alcanzó los 310.000 millones de dólares a junio de 2025. Eso, destacaron, equivale a un 42% del PIB chileno.
En el desagregado, los fondos mutuos –orientados a un público más masivo– representan un 27% del PIB, ubicándose como la industria de ahorro más grande después de los fondos de pensiones (que representan un 64% del PIB). Le siguen los fondos de inversión públicos, con 13% del PIB, y los privados, con un 2%, ambos orientados a estrategias más sofisticadas.
“El aporte al financiamiento de empresas y proyectos, así como la alternativa que estas inversiones significan para las personas, implican que las AGF tienen y pueden aumentar su rol dentro del mercado de capitales”, señaló Berstein en su presentación.
Cobertura por género y por ingresos
En términos de cobertura, la CMF recalcó que la industria de fondos mutuos tiene una cobertura poblacional de cerca del 10%, sin diferencias significativas por género. En ese sentido, las cifras del regulador muestran que la tenencia de ahorros en inversiones aumenta con la edad.
El grupo con mayor tenencia son los mayores de 45 años, para ambos géneros. En el caso de los hombres, el mayor porcentaje se ve sobre los 60 años, con un 18,3% de participación en el ahorro (en el caso de las mujeres es de 15,8%), mientras que en mujeres es para el rango 46-60 años, con un 16% (casi idéntico al 16,1% de los ahorrantes masculinos).
En el tramo de 31 a 45 años, por su parte, se ve una cobertura de 13,2% en hombres y 12,6% en mujeres; mientras que los ahorrantes más jóvenes –hasta los 30 años– arrojan sólo un 2,7% en hombres y 2,3% en mujeres.
“La mayor parte de los partícipes, tanto hombres como mujeres tiene un ingreso inferior a 1 millón de pesos, en especial en el caso de mujeres, donde también se observan bajos saldos”, acotó la CMF en su presentación.
En el desagregado de los rangos por ingresos se ven diferencias más relevantes. Entre las personas de menores ingresos (menores a 1 millón de pesos, o unos 1.040 dólares), un 17,3% de los hombres ahorran, superado por un 26,9% en ahorrantes femeninas. Entre ese monto y los 2,5 millones de pesos (2.600 dólares), se ve una participación equivalente entre hombres y mujeres, de 18,3%. Finalmente, sobre esos montos, los aportantes masculinos vuelven a dominar: representan un 12,2%, versus los 5,9% de las mujeres.
El rol de las plataformas digitales
En ese sentido, una arista que la CMF subrayó el rol que han adquirido las plataformas digitales de inversión, abriendo el acceso a productos financieros y ofreciendo productos con series especiales para el soporte. Estas plataformas, destacó Berstein en su presentación, operan en un entorno donde los partícipes tienen mayor acceso a la información y son más tecnologizados.
Un factor relevante que destacó el regulador financiero chileno es que, dado que estas soluciones prescinden de canales de distribución presencial, tienen la oportunidad de ofrecer menores costos. “Se observan diferencias promedio de costos relevantes entre series digitales y no digitales –hasta 150 puntos base anuales– que se traducen en ganancias materiales en la rentabilidad neta para los partícipes”, señaló la presentación.
Eso sí, desde la CMF destacan que la oferta de series digitales es heterogénea. Entre fondos mutuos accionarios, se encuentran más frecuentemente en estrategias de renta variable internacional, mientras que en el mundo de la renta fija se encuentran más frecuentemente en el espacio de deuda sobre los 365 días.
En comparación con las series normales, se ven costos de administración más bajos. Las series digitales tienen tasas anualizadas de costos (TAC) que promediando los 55 puntos base más bajos que los de series normales, en los últimos nueve años. A junio de 2025, las TAC de las series digitales promediaban 1,49% para las series normales y 1,05% para las digitales.
Estas diferencias, destacó Berstein, se traduce en mejores rentabilidades. “En los últimos 3 años la rentabilidad neta, especialmente en fondos internacionales y agresivos, puede llegar a ser muy significativa”, recalcó en su presentación. Estas diferencias son heterogéneras, sin embargo, con un comportamiento distinto por tipos de fondos.
Entre los fondos accionarios, donde las series digitales predominan en las inversiones internacionales, la rentabilidad anualizada de los últimos tres años arroja un 15% para series no digitales, mientras que las series digitales registran un 18,9%. En el caso de los vehículos balanceados –mix de renta variable y renta fija–, la mayor diferencia se ve en estrategias agresivas –más cargadas a las acciones–, con 9,6% para las series normales y 11,9% para las digitales. Finalmente, en el espacio de deuda, la mayor brecha se ve en estrategias de corto plazo (menos de 90 días): 6,1% en series normales versus 7,5% en digitales.