En patrimonio en fondos de inversión domiciliados en Luxemburgo -incluidos UCITS y AIFs, ascendió a 7,2 billones de euros a finales de abril de 2025, según las últimas cifras publicadas por la Asociación de la Industria de Fondos de Luxemburgo (Alfi, por sus siglas en inglés). “Asistimos a un fuerte flujo de entradas tanto en fondos UCITS y alternativos, pero sobre todo observamos el crecimiento de la industria de ETFs activos, un área en la que numerosas gestoras han comenzado a lanzar y comercializar productos”, destaca Serge Weyland, CEO de Alfi, cuando se le pregunta sobre la salud de la industria.
Según su opinión, las dos grandes tendencias que están marcando el sector europeo de fondos son, justamente, por un lado, los ETFs activos y, por otro, los fondos alternativos. En ambos casos, reconoce que Luxemburgo está asumiendo un papel más destacado. “Creo que Luxemburgo es el hogar de los fondos gestionados activamente, ya sean líquidos como ilíquidos, y tanto si estamos hablando de una estructura tradicional de fondos como de ETFs. La regulación y la transparencia que caracterizan al país se han convertido en la clave de su liderazgo”, destaca Weyland.
ETFs y alternativos: tendencias de crecimiento
Además de esta reflexión sobre la relevancia del país, Weyland considera que ambas tendencias seguirán creciendo. “Es una tendencia incipiente. Esperamos que cada vez más gestores de activos consideren los ETFs como un canal de distribución de las estrategias que gestionan activamente y se apoyen en las plataformas para acercarlas a los inversores. Ya lo vimos con las estrategias smart beta o beta plus, así como estrategias basadas en índices sistemáticos, que también optaron por el formato ETFs”, afirma según su experiencia.
Respecto a las inversiones privadas, Weyland destaca el fuerte crecimiento que se ha visto en la industria luxemburguesa, que ha pasado de gestionar 2,5 billones a 7,5 billones de patrimonio en fondos alternativos. “Esta es el área dondehemos visto mayor crecimiento y esperamos que continúe. Desde luego que la subida de tipos de interés que experimentó la zona euro en los últimos dos años ha hecho que estos activos no fueran tan atractivos, pero el ciclo actual de baja de tipos ha dado la vuelta al escenario. Tras este bache en el disminuyó el número de lanzamientos, los ELTIFs están tomando fuerza como respuesta a una creciente demanda por parte de los inversores”, comenta.
Regulación: un laberinto que simplificar
En este contexto de crecimiento, llega el mensaje de la Comisión de Europa sobre la necesidad de simplificar la normativa para avanzar hacia un mercado más unificado, eficiente y competitivo, y asi movilizar a los inversores europeos. Dada la trayectoria profesional de Weyland, la pregunta es inevitable: ¿es realmente esto lo que necesita la industria? Su respuesta es directa: “Sí, creo que hay diferentes áreas en las que la simplificación es importante para la industria, pero también para los inversores”.
Según su balance, uno de los grandes retos de la Comisión Europea es el hecho de que los hogares europeos no invierten, en parte porque la legislación dificulta que inviertan y que se les asesore. “Creo que debemos entender la regulación no como un freno para los inversores o como protección en exceso, si no como una manera de empoderar a los inversores. Creo que todos los desarrollos regulatorios sobre la transparencia de los costes son buenos, pero considero que hemos ido demasiado lejos, restringiendo su libertad para asumir riesgos”, argumenta. Además, señala que en la regulación europea hay cierta tendencia a mirar el riesgo como algo malo: “Hay que tener una visión del riesgo en conjunto, teniendo en cuenta los tiempos y el horizonte de inversión para tomar decisiones”.
Otro aspecto donde la simplificación normativa puede aportar mucho es el trabajo que desempeñan los asesores. “Hay mucha complejidad en el proceso de ofrecer inversiones. Otros países como, por ejemplo, Reino Unido ya están abordando estos retos y podríamos inspirarnos en ellos”.
Según su visión, esta simplificación favorecerá al producto europeo de inversión -el mejor ejemplo son los fondos UCITS- y a la industria europea, que ha logrado alcanzar los 23 billones de euros en fondos domiciliados en Europa, de los cuales 5 billones corresponden a inversiones de fuera del continente. “Exportamos mucho más fondos que Estados Unidos y la regulación debe ser un catalizador para ser más competitivos”, no al revés.
El mejor ejemplo es la reciente revisión, propuesta por ESMA, de los UCITS elegibles por los asesores. Se propone una revisión sistemática de la exposición de los UCITS, lo que permitiría invertir, por ejemplo, en fondos de inversión real o en índices de commodities a través de intercambios de retorno total. Si esto llegara a implementarse, sería muy lamentable, porque estas son precisamente las soluciones que los inversores y los inversores institucionales han usado durante un número de años para diversificar su exposición”, argumenta el CEO de Alfi.
SUI y RIS: ¿están alineados?
En este sentido, uno de los debates que se escucha dentro de la industria es si las propuestas SIU y RIS son compatibles. Alfi considera que ambas deberían estar alineadas y, en palabras de Weyland, “la SIU debería considerar los sistemas de pensiones como piezas clave del nuevo modelo financiero europeo”, dado el gran desafio de sostenibilidad al que se enfrentan los sistemas de países como España, Luxemburgo, Francia, Alemania e Italia, y aprovechando el llamado segundo pilar.
Alfi, aboga por planes de pensiones ocupacionales -del segundo pilar-, con inscripción automática (auto‑enrolment), transparencia, eficiencia, disponibilidad amplia y elección entre múltiples proveedores; y recomiendan una herramienta europea para rastrear las pensiones de primer, segundo y tercer pilar, que proporcione a los ciudadanos una visión clara de su jubilación futura.
“En muchos sistemas de pensiones, este segundo pilar está completamente desactualizado y resulta ineficaz debido a un mal diseño. Creo que la Comisión Europea puede realmente ayudar a los estado miembros a rediseñar este segundo pilar de sus sistemas de pensiones. Hay algunos países que han logrado implementar un segundo pilar que funciona y que favorece la participación de los inversores como, por ejemplo, Suecia, Dinamarca, Canadá o Australia”, concluye Weyland, aportando otro prisma a este debate.