Con lentitud y prudencia, los activos alternativos se instalan en los portafolios de los inversores montevideanos y, en este contexto, Davinci TP presentó a su socio Brookfied (una gestora con 1,3 trillions de AUM) durante un desayuno. El porfolio manager de la firma, Iñigo Mijangos, ofreció una charla futurista y a la vez totalmente actual sobre la estrategia “next generation”, especializada en infraestructuras.
“Vivimos un cambio en el segmento de las infraestructuras que no se refleja en los índices. Nosotros tenemos nuestra propia definición de las infraestructuras, porque muchos las asocian con la construcción, pero nosotros pensamos que esos son negocios malos y tenemos otro enfoque. Preferimos activos que usamos todos los días, ligados a actividades esenciales, con empresas o sectores regulados”, explicó Mijangos, con 25 años de experiencia invirtiendo en el sector.
Next Generation Infraestructura es un fondo líquido que invierte en infraestructura limpia, empresas que se dedican a mejorar el ecosistema en cuanto a la emisión de carbono y también participar en megatendencias como es la columna vertebral de la inteligencia artificial. La estrategia se basa en tres principios:
- Digitalización: Los datos son el commodity de crecimiento más rápido en el mundo;
- Descarbonización: Un cambio global hacia una economía de emisión cero;
- Desglobalización: Deslocalización de bienes críticos, seguridad energética y resiliencia de la cadena de suministro.
Brookfield compra compañías estilo monopolio principalmente en electricidad, con contratos predefinidos y ajuste a la inflación; por ende, empresas con contratos gubernamentales.
Mijangos piensa que el contexto actual es único en sectores como el energético: “Durante los últimos años, la demanda de energía venía cayendo sistémicamente gracias a las ganancias de eficiencia. Hemos tenido 15 o 20 años sin inversión por falta de demanda. Pero esto se ha dado la vuelva con el auge de la inteligencia artificial”.
En lo referente a la IA, Brookfield busca situarse en sectores estratégicos. Por ejemplo, estar muy presentes en la cadena de actividades de los centros de datos sin ser propietarios de toda la infraestructura.
En la carrera por lograr la hegemonía en el mercado de la IA compiten tanto empresas como países. Para todos, el recurso más crítico es la energía: “Hoy en día no hay mucha flexibilidad; tenemos gas, energía nuclear o renovables. Actualmente, es casi imposible construir reactores nucleares nuevos. Es demasiado caro y lleva tiempo. Por otro lado, las infraestructuras del gas están viejas. Quedan las renovables, que son las más rápidas, porque, por ejemplo, una granja solar puede desplegarse en dos años. El problema es que el flujo de las energías renovables es intermitente y en este sentido hay todo un desafío con las baterías”, explicó el profesional.
¿Y si se pincha una eventual burbuja de la IA? El portfolio manager piensa que su estrategia caería menos que el promedio del mercado, ya que tiene firmes posiciones en sectores como la gestión de residuos. Es decir, estructuras como los vertederos que son empresas subestimadas, pero de gran rentabilidad, porque resulta muy difícil lograr autorizaciones para crear depósitos de residuos nuevos.
La mayoría de las inversiones del fondo están en Estados Unidos y Europa. No invierten en China, porque piensan que los datos allí no son fiables. En total, el fondo calificado con cuatro estrellas por Morningstar tiene un portafolio de 25 a 25 firmas. Este año su rendimiento ronda el 30%, pero cabe esperar que en los próximos años se sitúe en torno al 15%, manteniendo un perfil de bajo riesgo para el inversor.



