Se han cumplido 20 años desde que Antoine Flamarion y Mathieu Chabran fundasen Tikehau Capital con un capital inicial de cuatro millones de euros. Hoy, la firma cuenta con 50.000 millones de euros en activos bajo gestión (AUM) que se reparten en cuatro áreas: crédito, activos reales (real estate e infraestructuras), private equity y mercados de capitales. Raphael Thuin lidera esta última, que gestiona 6.000 millones de euros– alrededor del 12% del total de AUM – en fondos abiertos de renta variable y renta fija con liquidez diaria. Capital Markets es el área con las estrategias que más rápido están creciendo dentro de la compañía desde hace tres años.
Thuin atribuye este crecimiento a una combinación de efectos estructurales e idiosincráticos: por un lado, alude a la buena rentabilidad de las estrategias, a que todas ellas cuenten con cuatro o cinco estrellas Morningstar y a la fuerte inversión que ha hecho la gestora en su equipo, tanto el de inversión como el comercial. En la parte estructural, cita la revisión de precios de la renta fija global desde 2022, año desde el que ha constatado una cantidad “masiva” de flujos hacia la renta fija y en particular hacia el crédito, que es el área de mayor expertise de la firma. Thuin muestra entusiasmo ante las oportunidades actuales: “Estamos en un mundo nuevo. Ahora los inversores se preocupan por el carry, por las estrategias de cupón, high yield, fondos a vencimiento y corta duración”.
El experto explica la manera de actuar de la firma para Funds Society, y comenta qué estrategias están suscitando más interés entre su base inversora.
¿Puede detallarme cómo es el modelo de análisis de Tikehau Capital?
Nuestro factor diferencial es el nivel de rigor que aplicamos, tanto en crédito como en renta variable. Invertimos en compañías que realmente conocemos y que analizamos a fondo: nos reunimos con el equipo directivo, entrevistamos a antiguos empleados, examinamos cada aspecto del negocio. Cuando encontramos una empresa que encaja, estamos dispuestos a acompañarla a largo plazo — hay posiciones que mantenemos desde hace muchos años.
Nuestra misión es financiar la economía real: compañías rentables, en expansión y que necesiten capital para crecer. Aportamos liquidez y capital, ya sea vía deuda o equity, en mercados públicos o privados, a empresas que conocemos bien, con el objetivo de apoyar y acelerar su crecimiento.
Este proceso requiere de equipos de análisis grandes y muy comprometidos. En crédito, por ejemplo, tenemos 20 analistas, lo que lo convierte probablemente en uno de los equipos más grandes de Europa continental. En renta variable, tenemos un equipo de cinco personas, y actuamos de una forma muy específica, porque invertimos en calidad a un precio razonable. Buscamos las mejores métricas en términos de márgenes, retorno sobre el capital empleado, calidad del equipo directivo, barreras de entrada e identificando fuentes de crecimiento, e intentamos comprar a un precio razonable. Cuando haces este proceso de una forma tan exigente, al final se limita tu universo de inversión, por lo que esos cinco analistas están cubriendo entre 75 y 100 acciones.
Afirma que las circunstancias para invertir han cambiado. ¿Qué soluciones demandan actualmente sus clientes?
Lo que hemos visto en los últimos dos o tres años es que se ha vuelto muy importante para los clientes aprovechar la oportunidad para empezar a construir una asignación a renta fija. Eso es hacia lo que apuntan los flujos, y es tan cierto para los mercados líquidos como para los privados.
Estamos en una edad dorada para la renta fija. Es posible construir una cartera que permita crear generación de income, incorporar estrategias de cupón que invierten en nombres de calidad y permiten generar un rendimiento del 4% al 8% sin tomar un riesgo de crédito excesivo. Construir ese “colchón” de rentas en la cartera es la clave y, por tanto, ser capaces de crear carteras que puedan por un lado maximizar el “carry” y, por otro lado, centrarse en la calidad.
¿Cómo pueden maximizar la generación de income en renta fija?
Es posible hacerlo sin tener que bajar mucho en la parte de menor calidad. Eso es lo que han estado demandando los clientes en high yield, deuda financiera subordinada, CLOs, private debt… Por ejemplo, acabamos de lanzar nuestro primer fondo de deuda privada semi líquida, el Tikehau European Private Credit (TEPC), dirigido a inversores individuales. Construimos una cartera diversificada, con emisores de calidad, baja volatilidad, y orientada a generar rentas, permitiendo a los inversores dormir tranquilos.
¿Están los inversores más dispuestos a añadir estructuras alternativas a sus carteras?
Estamos viendo un interés cada vez más elevado por parte de los clientes hacia estrategias privadas que puedan combinar con estrategias líquidas, especialmente por parte de inversores institucionales. Es una estrategia que es muy complementaria. Es cierto que probablemente el siguiente gran paso sea dar acceso a los inversores individuales a ese tipo de estrategias, gestionando adecuadamente los potenciales desajustes de liquidez.
Esta mayor demanda de alternativos, ¿está poniendo a prueba a la cartera 60/40?
Nunca nos ha interesado mucho la cartera 60/40, especialmente porque una de las características que han mostrado los mercados en los últimos años es que se ha roto la relación entre la duración y el ciclo económico. La base de la cartera 60/40 es que la parte de renta fija compense las caídas de la renta variable en momentos de estrés. Podemos afirmar que esta relación se ha roto. Fue muy cierto en 2022, un año muy traumático para las carteras 60/40, cuando vimos que las bolsas caían y los tipos de interés subían. Pero a día de hoy todavía vemos una relación tambaleante entre ambos. Pongamos como ejemplo lo que pasó tras el día de la Liberación, cuando las bolsas se hundieron un 12% en cuestión de días y las tires se dispararon.
Así que nosotros no seguimos el acercamiento 60/40. Construimos carteras desde el punto de vista bottom-up para intentar saber dónde está el valor en varias clases de activos. Y, claramente, acciones, renta fija, mercados públicos y privados, todos tienen su papel.
Dentro de la renta fija, ¿hay algún segmento cuyas perspectivas destaquen especialmente?
Solíamos decir que el crédito era un producto de spread. Hoy, eso ya no es válido, y en cambio podemos afirmar que el crédito es un producto de yield. Sí, nos gustaría que los diferenciales fueran más anchos, pero ahora el rendimiento es bastante atractivo, sigue habiendo un buen punto de entrada. Sí, puede que haya más volatilidad por las tensiones comerciales, pero si eres capaz de construir una cartera con un rendimiento del 4%-6% tienes capacidad para absorber parte de esa volatilidad.
Uno de los fondos que están demandando nuestros clientes es el Tikehau European High Yield. En la parte fundamental, los emisores high yield están mostrando muy buena salud financiera. Los resultados empresariales han sido sólidos, los balances son robustos, el riesgo de refinanciación es bajo y los niveles de apalancamiento están cerca de sus medias históricas. Esto no significa que no haya que ser selectivos, porque obviamente hay algunas áreas de preocupación en las que no invertimos, como fabricantes de autos o petroquímicas.
A esto hay que añadir los factores técnicos, que también son de gran apoyo. Esta clase de activo ha vivido años de flujos netos de entrada muy grandes y, al mismo tiempo, de muy poca oferta: el mercado europeo de high yield se ha reducido cerca de un 25% en dos años. La mayor parte de las emisiones en el mercado primario se usan para refinanciar deuda existente, y estamos viendo muchos de emisores que ahora están recurriendo a deuda privada para refinanciarse. Así que, en general, hemos visto factores técnicos muy favorables, y por el momento no vemos signos de que vaya a retroceder.